allá de las protestas en Ferguson La pasada noche del 9 de agosto

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Más allá de las protestas en
Ferguson
La pasada noche del 9 de agosto el
joven Michel Brown, afrodescendiente
norteamericano de tan solo 18 años,
murió en Ferguson (Estado de
Missouri) a causa de los disparos
propinados por el Policía Federal
Darren Wilson en confusos hechos.
El suceso ha desencadenado una
nueva
tensión
que
supone
fenómenos mucho más profundos en
un momento social caracterizado por
una complejidad que se ha generado
por diversos factores dentro de los
Estados Unidos.
Dos tesis centrales sobre el asunto
han determinado la complejidad para
develar la verdad sobre la muerte de
Brown en Ferguson. Por una parte,
familiares de la víctima y otros
testigos de los hechos, sostienen que
todo comenzó por un forcejeo entre el
joven y el oficial en el carro policial, al
parecer Brown logró escapar del
agente y comenzó a correr por la
calle, posteriormente el policía salió
de su vehículo y le disparó, Brown
giró hacia el oficial al parecer
producto de un impacto de bala y se
arrodilló con las manos arriba
pidiendo clemencia, sin embargo, el
oficial siguió disparándole hasta que
Brown en ese estado de indefensión
fue ultimado.
La versión policial afirma que el oficial
le solicitó al joven afrodescendiente
que se subiera a un andén en tanto
que se encontraba caminando por
toda la calle con un amigo, en
reacción a la petición policial, al
parecer Brown se acercó al vehículo
del policía y forcejeó con éste para
arrebatarle su arma de dotación, por
tal motivo, este se vio en la obligación
de dispararle para proteger su
integridad física como. Sin embargo
muchas suspicacias se han causado
por la simplista versión de la Policía y
el poco nivel de detalle que las
autoridades han aclarado sobre el
trágico suceso.
La comunidad mostró su rechazo,
organizando
protestas
que
se
enmarcaron en la natural indignación
en orden de presionar al sistema para
definir lo que realmente había
sucedido. De igual medida su
principal demanda a las autoridades
judiciales
es
el
arresto
y
procesamiento
del
policía
en
mención, pero por el momento el
agente Wilson se le ha suspendido su
salario después del incidente y su
proceso penal hasta ahora se abre.
Lo que resulta un elemento
interesante para el análisis, es que
con el paso del tiempo, las
movilizaciones alcanzaron dinámicas
mucho más violentas que se han
agudizado por la intensidad de las
peleas callejeras donde se ha
necesitado de una mayor represión y
el uso de cuerpos policiales
especializados para disolver las
protestas.
El Presidente Obama ha buscado
apaciguar la situación haciendo
constantes llamados a la calma y
autorizando
toques
de
queda
nocturnos durante toda la semana,
pero la situación no parece mejorar y
cada vez empeora más producto de
la indignación sobre los últimos
sucesos. Uno de ellos fue el resultado
de la autopsia practicada a Brown, en
los resultados se reveló que fueron
seis disparos los que acabaron con
su vida, entre ellos, uno que impactó
en su cabeza a una distancia no
superior a los 10 metros de distancia.
A la fecha las protestas en Ferguson
han completado más de dos
semanas, más de 163 detenidos e
innumerables destrozos en locales y
áreas residenciales de la ciudad. En
consecuencia el Gobernador Federal,
Jay Nixon, se ha visto también en la
obligación de enviar a la Guardia
Nacional para sortear la crisis, lo cual
ha permitido resultados mucho más
concretos con el paulatino declive de
las protestas en estos últimos días.
Una lectura más profunda de los
hechos permite ver otros fenómenos
de mayor envergadura y profundidad,
la primera de ellas es un
cuestionamiento que no solo es
propio de los habitantes de Ferguson
sino de una buena porción de la
población estadounidense, quienes
en diversas ocasiones han criticado el
exceso de fuerza por parte de la
Policía. El suceso de Brown es
apenas
una
muestra
de
un
desmedido ejercicio de control social,
donde un ciudadano desarmado y en
estado de indefensión, fue ultimado
de una manera arbitraria sin
consideración inmediata del entorno
propio de ese momento. Asimismo el
impacto mediático de otros casos
como el joven colombiano muerto en
Miami por un Teaser cuando pintaba
un grafiti, entre otras denuncias que
evidencian los excesos, reflejan que
la sociedad norteamericana está
cambiando
al
cuestionar
los
supuestos que sustentaron en su
momento la USA Patriotic Law
enmarcada en el paradigma de
seguridad por encima de algunos
derechos constitucionales.
Otro aspecto relevante para analizar
en Ferguson, es su similitud con los
disturbios en los suburbios pobres
París en el 2005, tras la muerte de
dos jóvenes musulmanes del Magreb
africano que escapaban de la policía
en dicha ciudad. De fondo, lo que
sucede en Ferguson hoy en día y lo
que ocurrió en París hace nueve
años, es una manifestación que
quiere
reflejar
los
inmensos
problemas sociales de exclusión,
marginalización y olvido que muchas
veces
dentro
de
los
países
desarrollados,
son
problemas
minimizados en tanto que la principal
preocupación
del
desarrollo
constituye
el
crecimiento
macroeconómico del PIB y no tanto
su impacto en la economía real de los
más desamparados. Según
el
American Fact Finder, la ciudad de
Ferguson
tiene
una
población
afroamericana del 67%; tiene uno de
los peores registros en GINI (0.74) y
una 17.7% de su población por
debajo de la línea de pobreza
afectando
principalmente
a
la
población menor de 18 años y
superior a los 65. Así pues, este tipo
de escenarios son típicos para que
comunidades excluidas aprovechen
el espacio y amplíen su agenda de
indignación, demandando mayor
atención del Gobierno Federal y
Nacional ante el complicado presente
de la primera potencia económica del
mundo en la actualidad.
Queda mucho por aclarar sobre el
caso,
empero,
es
necesario
evidenciar que las tensiones pasan
por cuestionamientos a las políticas
policiales y a la exclusión social, que
se agudiza aún más por el hecho de
ser una comunidad mayoritariamente
afrodescendiente, lo cual reaviva
tensiones raciales que pueden afectar
en alguna medida la cohesión interna
norteamericana y su proyecto de
configuración social de nación.
Héctor Hurtatis Espinosa.
Politólogo Universidad del Rosario.
Candidato
Públicas.
@hhurtatis
a
Magister
en
Políticas
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