DESERTACIÓN DEL PRESIDENTE IKEDA ACERCA DEL GOSHO DE NICHIREN DAISHONIN Las Bases para Manifestar la Budeidad 0 INDICE GENERAL DISERTACIÓN DEL GOSHO DE NICHIREN DAISHONIN 1 LAS BASES PARA MANIFESTAR LA BUDEIDAD 1 Disertación 3 La Ley Mística es la clave para tomar contacto con un manantial inextinguible de sabiduría 6 Nichiren Daishonin es el “maestro original” del Último día de la Ley 7 El requisito fundamental para el maestro correcto del Último Día es practicar y proclamar conscientemente la Ley 10 Para lograr la Budeidad es fundamental el esfuerzo de refutar los actos contra la Ley. 12 Un gran juramento brota sólo de una vida rebosante de amor compasivo 15 “Así y todo, no me he desalentado”: el eterno espíritu de Gakkai 16 0 Disertación del GOSHO DE NICHIREN DAISHONIN Las bases para manifestar la Budeidad El gran camino de maestro y discípulo: Trabajar juntos por el kosen-rufu para enriquecer a la humanidad con la sabiduría de la Ley Mística. El Sutra del loto señala que el bodhisattva Prácticas Superiores y los demás aparecerán en los primeros quinientos años del Último Día de la Ley para propagar estos cincos caracteres [de la Ley Mística, Nammyoho-renge-kyo], que corporifican los dos elementos de realidad y sabiduría. El Sutra lo estipula con absoluta claridad. ¿Quién podría cuestionarlo? Yo, Nichiren, no seré el bodhisattva Prácticas Superiores ni su enviado, pero me he anticipado a ellos propagando los cincos caracteres para preparar el camino. El bodhisattva Prácticas Superiores recibió de Shakyamuni El Que Así Llega el agua de la sabiduría de la Ley Mística, para irrigar con ella la tierra yerma que es la vida del pueblo, en este mundo corrupto del Último Día. Esta es la función de la sabiduría. El buda Shakyamuni transfirió esta enseñanza [los cinco caracteres de la Ley Mística que corporifican los dos elementos de realidad y sabiduría] al bodhisattva Prácticas Superiores, y ahora Nichiren la está propagando en el Japón. Con respecto a la transmisión de las enseñanzas, se la puede clasificar en dos categorías: general y específica. Si usted confunde lo general con lo específico, aunque sea en lo más mínimo, jamás podrá lograr la Budeidad y deambulará en el sufrimiento, a lo largo de un interminable ciclo de nacimientos y muertes.. […] Si uno olvida al maestro original que le trajo el agua de la sabiduría del gran océano del Sutra del loto y en cambio sigue a otro, sin falta se hundirá en las aflicciones interminables del nacimiento y la muerte. Aunque en ciertos casos no sea necesario, cuando el maestro de uno está equivocado, lo correcto es abandonarlo. Uno tendría que tomar tal decisión basado en los principios de la sociedad y del budismo. Los sacerdotes que viven en el Último Día de la Ley ignoran los 1 principios del budismo y, además, son engreídos, así que desprecian al maestro correcto y adulan a aquellos que pueden darles protección. Los verdaderos sacerdotes son los honestos, los que se sienten satisfechos con lo poco que desean. El volumen uno de Palabras y frases del «Sutra del loto» [del gran maestro T’ien-t’ai] afirma: «los que todavía no han alcanzado la verdad deben inclinarse ante el principio supremo [o verdad suprema], comparable a los cielos, y sentir humildad en presencia de todos los venerables. Si lo hacen, serán monjes consentidos de la vergüenza. Cuando puedan manifestar sabiduría y capacidad de introspección, entonces se los considerará verdaderos monjes». El Sutra del nirvana señala: «si incluso un buen monje ve a alguien que está destruyendo la enseñanza y no le da importancia, no lo refuta, no lo expulsa o sanciona por su falta, debéis comprender que ese monje está traicionando la enseñanza del Buda. Pero si expulsa al que destruye la Ley, lo refuta o lo castiga, en tal caso es mi discípulo y es alguien que auténticamente escucha la voz». En la frase que dice «ve a alguien que está destruyendo la enseñanza y no le da importancia, no lo refuta…» debe ponderar en lo más profundo de su corazón las palabras «ver» y «no dar importancia». Tanto el maestro como los seguidores caerán sin falta en el infierno del sufrimiento incesante si ven enemigos del Sutra del loto y no les dan importancia o no los reprenden. El gran maestro Nan-yüeh dice que quien obre así «caerá en el infierno junto a esas malas personas». Pretender lograr la Budeidad sin denunciar los actos contra la Ley es tan inútil como buscar agua en el fuego, o fuego en el agua. Por muy sinceramente que uno crea en él Sutra del loto, si comete la falta de no refutar las acciones contra la Ley, con seguridad caerá en el estado de infierno, así como una sola pata de cangrejo es suficiente para arruinar la laca de mil recipientes. Este es el significado del pasaje del Sutra que dice: «Pues el veneno ha penetrado en profundidad, y su mente ya no funciona como antes». El Sutra indica: «Las personas que habían conocido la Ley vivieron en distintas tierras de Buda, aquí y allá, y renacieron constantemente en compañía de sus maestros». […] Sobre todas las cosas, asegúrese de seguir a su maestro original para poder manifestar la Budeidad. El buda Shakyamuni es el maestro original de toda la 2 . 12-3-12 9:40 Formatted: Right: 0,09 cm, Line spacing: multiple 1,15 li humanidad y, además, está dotado de las virtudes del soberano y el padre. Por haber expuesto esta enseñanza, fui exiliado y estuve a punto de morir ejecutado. Como afirma el dicho: «El buen consejo es áspero al oído». Así y todo, no me he desalentado. El Sutra del loto es como la semilla; el Buda es como el sembrador, y el pueblo es como el campo. Si usted se desvía de estos principios, ni siquiera yo podré salvarlo en su próxima existencia. Disertación La vida es triste y solitaria sin un maestro verdadero, por mucho que el éxito o la fama parezcan acompañarnos. Sin un mentor genuino, también se nos escurrirá la verdadera victoria como seres humanos. En cambio, tener un maestro a quien podamos seguir toda la vida es uno de los beneficios más grandes que tiene a su alcance el ser humano. En agosto de 1947, yo conocí a Josei Toda, mi mentor, quien tiempo después llegaría a ser el segundo presidente de la Soka Gakkai. Ese verano, a mis 19 años, tomé la decisión consciente de convertirme en su discípulo. Instintivamente, sentí que podía confiar en el señor Toda y que él era la persona a quien debía adoptar como maestro de vida. Basado en esa firme convicción, emprendí una travesía a su lado, resuelto a efectuar una revolución en el mundo religioso y a lograr la paz mundial duradera. Ese periplo espiritual ha continuado hasta el día de hoy con pasión inmarcesible. En los cincuenta años que llevo liderando el kosen-rufu mundial, tras la muerte del señor Toda [acaecida en Abril de 1958], avancé abriéndome paso por toda clase de impedimentos, siempre sostenido por un permanente diálogo interior con mi maestro. Junto a todos ustedes, mis camaradas de fe de cada país, he podido trazar los cimientos del kosen-rufu mundial en escalas sin precedentes. Hoy, no tengo una sola cosa que reprocharme. He triunfado en todos los frentes. Para mí, no hay satisfacción más grande en la vida que poder informar estos triunfos a mi mentor. La forma más profunda de vivir es dedicarnos a hacer realidad los sueños compartidos con nuestro mentor. Cuanto más elevado es el ideal, más valioso y perdurable es el legado que ese ser humano puede construir y dejar a las generaciones futuras. 3 ¿Cuál es el ideal eterno de toda la humanidad?. Lograr la felicidad personal y la dicha de los semejantes. Ese ideal representa la sabiduría suprema que cada ser humano espera activar en lo más profundo de su vida y constituye la aspiración genuina que subyace a todas las funciones y actividades de la vida. Pero, al mismo tiempo, no existe objetivo más difícil de lograr. Esto se debe a que las oscuras nubes de la ignorancia y de la codicia nublan nuestra vida y oscurecen el sol del idealismo y de la sabiduría. El budismo de Nichiren Daishonin nos brinda la filosofía y la práctica necesarias para tomar contacto con una sabiduría genuina, tanto en beneficio propio como en bien de los demás. Su fuerza impulsora existe para asumir este desafío de dificultad extrema y jamás dejar de intentarlo, enfocados en hacerlo realidad. Para tener éxito en esta contienda, lo que sostiene y alimenta esta red humana y este esfuerzo mancomunado de todos los practicantes es la relación de maestro y discípulo. Vivir de acuerdo con el camino de maestro y discípulo es construir una existencia insuperable, dedicada a abrir rutas a la paz y la felicidad de todos los hombres. En el budismo, el juramento del maestro y del discípulo es irrigar el «suelo reseco» del corazón humano –agotado por la codicia, el odio y la ignorancia – con los “nutrientes de la sabiduría” y “el agua del amor compasivo”, y revivir en esa tierra un “verde prado lozano”. En cierto sentido, podríamos decir que mejorar la condición humana de esta forma constituye el ferviente deseo de toda la humanidad. En el escrito que estudiaremos en esta oportunidad, Las bases para manifestar la Budeidad, Nichiren Daishonin define cómo es el corazón de un auténtico maestro budista, describiendo su propio espíritu de no escatimar la vida frente a ninguna dificultad para que fluya el agua de la infinita sabiduría del Buda e irrigue “la tierra yerma que es la vida del pueblo en este mundo corrupto del Último Día”. Se cree que esta carta, escrita en agosto de 1276, fue dirigida a un seguidor conocido como el sacerdote laico Soya.1 En la primera mitad, Daishonin indica que “el camino de la Budeidad yace en los dos elementos de la realidad y la sabiduría”. Y recalca la importancia de buscar 1 Sacerdote laico Soya (1224-91): También conocido como Soya Kyoshin, aunque su nombre y título completos eran Soya Jiro Hyoe.no-jo Kyoshin. Fue un samurái que vivió en Soya, distrito Katsushika, provincia de Shimosa (en la actual prefectura japonesa de Chiba). Se convirtió a las enseñanzas del Daishonin en 1260 y fue un destacado creyente de la región junto a toki Jonin y a Ota Jomyo. En 1271 adoptó la vida de sacerdote laico, y el Daishonin le otorgó el nombre budista de Horen Nichirai. 4 maestro correcto para el Último Día de la Ley, que propague la Ley de Nammyoho-renge-kyo, corporificación de ambos elementos. En la segunda mitad, el Daishonin afirma que el maestro correcto mostrará, tanto en su postura como en sus acciones, el firme compromiso de refutar los actos contra la Ley; además, explica que seguir a un maestro así es la clave para lograr la iluminación en esta época corrupta. En toda la carta palpita la intención de recalcar los lazos inseparables que unen al maestro y al discípulo. Así que, esta vez, estudiemos el gran camino de los discípulos que trabajan con alma y vida al lado de su mentor para hacer que la Ley fluya sin impedimentos en la vida de la gente, allanando la ruta para la felicidad de todo el género humano. *** El Sutra del loto señala que el bodhisattva Prácticas Superiores y los demás aparecerán en los primeros quinientos años del Último Día de la ley para propagar estos cinco caracteres [de la Ley Mística, Nammyoho-renge-kyo], que corporifican los dos elementos de la realidad y la sabiduría. El Sutra lo estipula con absoluta claridad. ¿Quién podría cuestionarlo? Yo, Nichiren, no seré el bodhisattva Prácticas Superiores ni su enviado, pero me he anticipado a ellos propagando los cinco caracteres para preparar el camino. El bodhisattva Prácticas Superiores recibió de Shakyamuni El Que Así Llega el agua de la sabiduría de la Ley Mística para irrigar con ella la tierra yerma que es la vida del pueblo en este mundo corrupto del Último Día. Esta es la función de la sabiduría. El buda Shakyamuni transfirió esta enseñanza [los cinco caracteres de la Ley Mística que corporifican los dos elementos de la realidad y la sabiduría] al bodhisattva Prácticas Superiores, y ahora Nichiren la está propagando en el Japón. Con respecto a la transmisión de las enseñanzas, se la puede clasificar en dos categorías: general y específica. Si usted confunde lo general con lo específico, aunque sea en lo más mínimo, jamás podrá lograr la Budeidad y deambulará en el sufrimiento a lo largo de un interminable ciclo de nacimientos y muertes […] 5 […] Si uno olvida al maestro original que le trajo el agua de la sabiduría del gran océano del Sutra del loto y en cambio sigue a otro, sin falta se hundirá en las aflicciones interminables del nacimiento y la muerte. La Ley Mística es la clave para tomar contacto con un manantial inextinguible de sabiduría Fundamentalmente, la vida de todos los seres humanos está dotada de suprema nobleza; cada persona es una valiosa y respetable entidad de la Ley Mística, y todas poseen el recurso de una sabiduría infinita e inagotable. ¿Cómo hacer para que esa sabiduría brille? ¿Cómo extraer ese potencial infinito y latente que cada persona tiene en su interior? El budismo responde estas preguntas enseñando la Ley eterna y universal que palpita en todas las formas de vida. La Ley existe en todas las personas por igual. Cuando uno toma conciencia de que existe esta Ley, y que impregna el universo y todas las formas de vida, puede trascender y resolver los cuatro sufrimientos –nacimiento, vejez, enfermedad y muerte – y adquirir una felicidad duradera. En el budismo, la relación de maestro y discípulo es un factor indispensable para poder transmitir y propagar esa gran Ley de felicidad que existe en la vida humana. Al comienzo de esta carta, el Daishonin dice que la Ley corporifica “los dos elementos de la realidad y la sabiduría”. Este es un principio crucial que explica la iluminación del Buda. La “realidad” se refiere a la verdad o realidad objetiva, e incluye todas las cosas espirituales y físicas. La “sabiduría” indica la sabiduría subjetiva para percibir o iluminar dicha verdad. La monumental sabiduría del buda no sólo ilumina la verdadera naturaleza de todos los fenómenos universales; nos permite comprender que nosotros mismos somos entidades de la Ley Mística. El punto esencial con respecto a estos dos elementos de realidad y sabiduría es iluminar nuestra verdadera identidad con la luz de una inmensa sabiduría. Esto indica la fusión entre la realidad y la sabiduría, mediante la cual podemos obtener el estado de vida elevado y perfectamente sereno de un buda. Cuando tomamos conciencia de nuestra verdadera identidad –es decir nuestro yo superior-, podemos obtener una sabiduría infinita para trascender y refutar todas las ilusiones y sufrimientos derivados del apego a nuestro yo pequeño. Aquí yace el camino para construir una felicidad genuina. 6 Los dos elementos de “realidad” y “sabiduría” no son otra cosa que Nam-myohorenge-kyo, la Ley que propagó Nichiren Daishonin. En otras palabras, cuando “dedicamos o consagramos nuestra vida” (en japonés, nam o namu) a Myohorenge-kyo, la Ley suprema del universo, nos fusionamos con “el principio de la verdad eterna e inmutable”, y de ese modo manifestamos el estado de vida de la Budeidad, en el cual podemos basar todas nuestras actividades en “la sabiduría de la verdad que funciona de acuerdo con las circunstancias cambiantes”. Entonces el agua de la sabiduría infinita que trota de nuestro yo superior o verdadero fluirá en nuestra vida con plena potencia. La Ley de Nam-myoho-renge-kyo nos permite extraer de ese yo superior o verdadera identidad una ilimitada fuerza vital. Por eso, en este escrito, el Daishonin dice: ¿Qué son, entonces, estos dos elementos: la realidad y la sabiduría? Son nada menos que los cinco caracteres de Nam-myoho-renge-kyo”. Para recurrir a una analogía, nuestro yo superior (o verdadera identidad) es como un manantial profundo y de gran caudal que brota prodigando el agua de la sabiduría Nam-myoho-renge-kyo es el medio para tomar contacto con esa fuente de agua e irrigar con ella, profusamente, el suelo de nuestra vida. Vivir de acuerdo con la limitada sabiduría de nuestro yo pequeño, en cambio, es como extraer agua de un inmenso manantial con un pocillo. Por mucho esfuerzo que hagamos, sólo podremos llevarnos una cantidad diminuta. En una situación así, hay una desconexión entre la realidad y la sabiduría; no están fusionadas. En esta carta, el Daishonin menciona que los sutras expuestos con anterioridad al Sutra del loto enseñan diversas clases de realidades y de sabidurías, adecuadas a la capacidad de las personas que viven en los nueve estados (que van desde el estado de infierno hasta el estado de bodhisattva), pero ninguno de esos sutras establece el principio de la fusión entre la realidad y la sabiduría, que constituye la iluminación del Buda. Como separan la realidad de la sabiduría –afirma el Daishonin-, tales enseñanzas no pueden transmitir al pueblo el estado de verdadera felicidad, que es la Budeidad. Nichiren Daishonin es el “maestro original” del Último día de la Ley En la historia de la humanidad, Shakyamuni fue el primero en iluminarse con respecto a los dos elementos de realidad y sabiduría, y en exponerlos ampliamente a las personas. Sin embargo, fue Nichiren Daishonin quien expuso y propagó estos dos elementos como la enseñanza de Nam-myoho-renge-kyo, enfocada en la iluminación de todas las personas que sufrían y vivían en esta época de maldad posterior a la muerte del Buda. En consecuencia, en este escrito 7 el Daishonin revela que debe considerársele “el maestro original” de todas las personas que viven en el Último Día de la Ley. Escribe: “El Sutra del loto señala que el bodhisattva Prácticas Superiores y los demás aparecerán en los primeros quinientos años del Último Día de la Ley para propagar estos cinco caracteres [de la Ley Mística, Nam-myoho-renge-kyo], que corporifican los dos elementos de realidad y sabiduría”. Es evidente que el Daishonin era quien había realmente iniciado la propagación de la Ley Mística en el Último Día, la tarea confiada al bodhisattva Prácticas Superiores en el Sutra del loto. Fue el Daishonin quien estableció y dejó a la humanidad el Gohonzon – la expresión concreta de su estado iluminado, donde se fusionan la realidad y la sabiduría -, y quien legó a los hombres la práctica de entonar Nam-myoho-rengekyo uno mismo y enseñar a hacerlo a los demás. Su propósito fue hacer que el agua de la sabiduría de la Ley Mística fluyera en la vida de todos los habitantes del mundo durante el eterno futuro del Último Día, y de ese modo ayudar a todos los seres humanos a lograr la felicidad genuina. El Gohonzon, que corporifica la vida de Nichiren Daishonin, es nuestra “realidad”; la fe en Nam-myoho-renge-kyo basada en el Gohonzon es nuestra “sabiduría”, por lo tanto, de acuerdo con el principio de “sustituir la sabiduría por fe”, 2 podemos lograr el mismo estado de fusión entre la realidad y la sabiduría (o iluminación) que obtuvo el Buda. Todo lo que necesitamos tener es una fe firme para resistir y repeler los obstáculos y las funciones negativas que son manifestación de nuestra oscuridad o ignorancia. Todo lo que debemos tener es una fe persistente, que jamás vacile ante ninguna circunstancia. El señor Toda decía: “El Gohonzon [Nam-myoho-renge-kyo] es la entidad fundamental de la vida que posee la fuerza capaz de generar cambios en el universo. Cuando logramos la fusión entre la realidad y la sabiduría en nuestra vida [haciendo Nam-myoho-renge-kyo con fe en el Gohonzon], podemos transformar nuestra vida y hacer surgir infinitos beneficios”. El poder benéfico del Gohonzon es infinitamente profundo e incalculable. La Ley budista es eterna, ilimitada e irrestricta. Cuando hacemos daimoku al Gohonzon y 2 Sustituir la sabiduría por fe: Principio según el cual la fe es la verdadera causa para adquirir la sabiduría suprema, y que la fe por sí sola conduce a la iluminación. En general, el budismo describe la sabiduría suprema como la causa de la iluminación. Pero de acuerdo con el Sutra del loto, hasta Shariputra, que era el más prominente de los diez discípulos principales por su sabiduría, pudo lograr la iluminación no mediante esta, sino a través de la fe. 8 actuamos basados en la fe en la Ley Mística, podemos hacer que fluya en nuestra vida esta sabiduría inextinguible. Así pues, no hay forma de que nos sintamos estancados en la vida o nos veamos en un callejón sin salida. El Daishonin escribe: “El bodhisattva Prácticas Superiores recibió de Shakyamuni El Que Así Llega el agua de la sabiduría de la Ley Mística, para irrigar con ella la tierra yerma que es la vida del pueblo, en este mundo corrupto del Último Día”. Como lo indican estas palabras, gracias al Daishonin – quien cumplió la misión de Prácticas Superiores -, el “agua de la sabiduría de la Ley Mística” comenzó a fluir en la vida reseca de los habitantes del Último día de la Ley, privados de buena fortuna y de beneficios, nutriéndola y enriqueciéndola A continuación, el Daishonin se refiere al tema de la transferencia de las enseñanzas budistas, esclareciendo que hay dos clases de transferencia: general y específica, y que debe trazarse una clara distinción entre ambas. ¿Por qué hay que recalcar este punto? Podemos ver en esto una severa observación para que no olvidemos quién fue el que nos trajo “el agua de la sabiduría del gran océano del Sutra del loto” y quien, por ende, es el “maestro original” del Último Día. Esto se debe a que, como explica el Daishonin, quien siga a un maestro erróneo “sin falta se hundirá en las aflicciones interminables del nacimiento y la muerte”. Si olvidamos al maestro original y seguimos a un maestro que funciona como una influencia negativa y lleva a la gente por el camino equivocado – lo que, en el budismo, se denomina “mal amigo” o “mala influencia”3-, el agua de la sabiduría del Buda dejará de fluir. Por eso, el camino de maestro y discípulo es tan importante en el budismo. Aunque en ciertos casos no sea necesario, cuando el maestro de uno está equivocado, lo correcto es abandonarlo. Uno tendría que tomar tal decisión basado en los principios de la sociedad y del budismo. Los sacerdotes que viven en el Último Día de la Ley ignoran los principios de budismo y, además, son engreídos, así que desprecian al maestro correcto y adulan a aquellos que pueden darles protección. Los verdaderos sacerdotes son los honestos, los que se sienten satisfechos con lo poco que desean. 3 Mal amigo o mala influencia: también mal maestro o mala compañía. Aquel que hace que otros caigan en los malos caminos por inducirlos a cultivar ideas distorsionadas con respecto al budismo. Un mal amigo confunde a los demás con falsas enseñanzas que obstruyen su práctica correcta del budismo. 9 El volumen uno de Palabras y frases del Sutra del loto [del gran maestro T’ien-t’ai, afirma «Los que todavía no han alcanzado la verdad, deben inclinarse ante el principio supremo [la verdad suprema], comparable a los cielos, y sentir humildad en presencia de todos los venerables. Si lo hacen, serán monjes con sentido de la vergüenza. Cuando puedan manifestar sabiduría y capacidad de introspección, entonces se les considerarán verdaderos monjes. El requisito fundamental para el maestro correcto del Último Día es practicar y proclamar conscientemente la Ley A partir de este pasaje, el Daishonin analiza los requisitos esenciales que debe tener un buen maestro, un maestro correcto, en el Último Día de la Ley. En el pasaje anterior, había analizado quién era el maestro correcto para el Último Día de la Ley, desde la perspectiva de su propia iluminación interior con respecto a los dos elementos de la realidad y la sabiduría. Sin embargo, en este pasaje inmediatamente posterior, trata la misma pregunta desde la perspectiva de su proceder con respecto a la propagación correcta de la Ley. Primero, escribe: “Cuando el maestro de uno está equivocado, lo correcto es abandonarlo”-El Último Día de la Ley es una época en que abundan los maestros equivocados, los sacerdotes corruptos y los malos amigos. Es particularmente difícil discernir la verdadera naturaleza de los últimos dos: los sacerdotes corruptos y las malas influencias. Por lo tanto, en este escrito el Daishonin esboza tanto los requisitos esenciales que debe tener un maestro correcto como las características de los maestros erróneos; a partir de ellos, como criterio básico, traza una clara distinción entre ambos. Escribe así para describir a los maestros erróneos: “Los sacerdotes que viven en el Último Día de la Ley ignoran los principios del budismo y, además, son engreídos, así que desprecian al maestro correcto y adulaba aquellos que pueden darles protección”. En cambio, en relación con las características de un maestro correcto, cita cualidades como la honestidad y la postura de sentirse satisfecho con lo proco que se desea. La honestidad, en sentido general, se refiere a la rectitud moral, a la sinceridad y la autenticidad.. Aunque en el budismo el término conserva estas acepciones, también denota la actitud de avanzar directamente y sin desvíos por el camino de la enseñanza correcta. En el sentido más genuino, significa buscar y propagar 10 correctamente la Ley con sinceridad y seriedad. Por su parte, “sentirse satisfecho con lo poco que uno desea” significa controlar los propios deseos; pero además alude al espíritu de valorar la Ley por sobre todas las cosas y de poner en práctica esta valoración con el propio esfuerzo enérgico en la práctica budista y el afán de propagar la Ley sin escatimar la vida. Los que sinceramente buscan la Ley pueden hacer surgir una inmensa sabiduría y transitan el camino de la auto superación y el desarrollo comparando humildemente su situación actual con el estado de vida de los venerables de antaño, para esforzarse con mayor denuedo aún en su práctica budista. En síntesis, el criterio fundamental es la Ley. Desde nuestro punto de vista, el punto es si nos estamos basando o no en el budismo de Nichiren Daishonin; el punto es si estamos practicando o no la fe en relación directa con el Daishonin, centrados en el Gohonzon y bien afianzados en el Gosho En épocas recientes, hubo sacerdotes corruptos y ex altos responsables corruptos de la Soka Gakkai que se apartaron de este camino en la fe y actuaron en forma contraria a las enseñanzas budistas del Daishonin. Tanto unos como otros se caracterizaban por su arrogancia, que no les permitió tener una postura correcta en su relación con la Ley. Los arrogantes y engreídos invariablemente se apartan del camino de maestro y discípulo. En lugar de basarse en la Ley, estas personas se basaron en sus propias ideas distorsionadas. Como resultado de esta distorsión, les resultó imposible continuar en el estricto mundo del budismo, que se centra en la Ley. Resentidos y envidiosos de la comunidad armoniosa de creyentes, que basa su práctica en la Ley, no tuvieron más opción que alejarse. *** El Sutra del nirvana señala: “Si incluso un buen monje ve a alguien que está destruyendo la enseñanza y no le da importancia, no lo refuta, no lo expulsa o sanciona por su falta, debéis comprender que ese monje está traicionando la enseñanza del Buda. Pero si expulsa al que destruye la Ley, lo refuta o lo castiga, en tal caso es mi discípulo y es alguien que auténticamente escucha la voz”. En la frase que dice «ve a alguien que está destruyendo la enseñanza y no le da importancia, no lo refuta…», debe ponderar en lo más profundo de su corazón las 11 Palabras «ver» y «no dar importancia». Tanto el maestro como los seguidores caerán sin falta en el infierno del sufrimiento incesante si ven enemigos del Sutra del loto y no les dan importancia o no los reprenden. El gran maestro Nan-yüeh4 dice que quien obre así «caerá en el infierno junto a esas malas personas». Pretender lograr la Budeidad sin denunciar los actos contra la Ley es tan inútil como buscar agua en el fuego, o fuego en el agua. Por muy sinceramente que uno crea en el Sutra del loto, si comete la falta de no refutar las acciones contra la Ley, con seguridad caerá en el estado de infierno, así como una sola pata de cangrejo es suficiente para arruinar la laca de mil recipientes. Este es el significado del pasaje del Sutra que dice: «Pues el veneno ha penetrado en profundidad, y su mente ya no funciona como antes». Para lograr la Budeidad es fundamental el esfuerzo de refutar los actos contra la Ley. Aquí, el Daishonin cita un pasaje muy conocido del Sutra del nirvana y recalca la importancia de adoptar una firme postura con los sacerdotes de ideas distorsionadas que contravienen las enseñanzas del budismo: Si incluso un buen monje ve a alguien que está destruyendo la enseñanza y no le da importancia, no lo refuta, no lo expulsa o sanciona por su falta, debéis comprender que ese monje está traicionando la enseñanza del Buda. Pero si expulsa al que destruye la Ley, lo refuta o lo castiga, en tal caso es mi discípulo y el Daishonin dice que debemos grabar en lo más profundo de nuestro corazón las palabras <<ver>> y <<no dar importancia>> que aparecen en la frase que dice “ve a alguien que está destruyendo la enseñanza y no le da importancia, no lo refuta…” y declara que tanto el maestro como el discípulo caerán con toda ____________________ 4 Nan-yüeh (515-577): También conocido como Hui-ssu, maestro de T’ien-t’ai y tercer patriarca de la escuela T’iem-t’ai de la China, según la tradición que cuenta a Nagarjuna como fundador de la escuela 12 certeza en el infierno del sufrimiento incesante si estando frente a alguien que es un enemigo del Sutra del loto no hacen nada por refutarlo. Asimismo –dice -, no tiene ningún sentido pretender lograr la Budeidad sin hacer el menor esfuerzo por refutar los actos contra la Ley; en realidad, sin tales esfuerzos uno se condena a sí mismo al estado de infierno, por mucho que crea en el Sutra del loto. A continuación, usa una imagen metafórica: la de la pata de cangrejo que echa a perder la laca necesaria para recubrir mil recipientes. La laca japonesa se obtiene de la savia del árbol de la laca. Esa savia se extrae lentamente, haciendo cortes en el tronco del árbol, en un proceso que lleva muchísimo tiempo. Se creía que en los crustáceos había cierta sustancia que ejercía un efecto adverso en las propiedades de la laca, de tal forma que hasta algo tan pequeño como una pata de cangrejo bastaba para arruinar una cantidad enorme de laca, como la que hace falta para laquear mil recipientes. Del mismo modo, una sola gota de veneno vertida sobre un tanque de agua pura convierte el líquido en algo tóxico para el ser humano. Los actos contra la Ley, desde el punto de vista de la fe, son un veneno virulento; tienen el terrible potencial de convertir instantáneamente en veneno el agua de la sabiduría de la Ley Mística en la vida de una persona. Por lo tanto, un maestro correcto en el Último Día de la Ley es aquel que refuta estrictamente tales actos contra la Ley. Como mencioné antes, esta época impura es un período en que abundan las malas influencias y los malos amigos, que confunden a los demás y fomentan sus tendencias destructivas, especialmente haciendo que actúen contra la enseñanza correcta. Asimismo, en esta época quienes corporifican especialmente esta influencia nefasta son los sacerdotes budistas investidos de autoridad religiosa. Por tal razón, un maestro correcto es aquel que valientemente denuncia los actos contra la Ley y las ideas distorsionadas en materia de fe, sin temer a los que tienen poder y autoridad, para hacer que el agua de la sabiduría de la Ley Mística fluya correctamente en la vida de las personas. Confrontar los actos contra la Ley es parte de nuestra práctica budista, además, por otra importante razón: si no lo hacemos, nos convertimos en cómplices del mal. En relación con esta terrible realidad, el Daishonin cita al gran maestro Nanyüeh, quien afirma que los que ven cometer el mal y no hacen nada por evitarlo caerán en el infierno junto con sus perpetradores. “No hacer el bien es lo mismo que cometer el mal”. Esta fue la convicción inmortal de Tsunesaburo Makiguchi, el fundador y primer presidente de la Soka Gakkai. 13 Los malos amigos obran intensificando la ignorancia y la oscuridad de los demás; es decir exacerban en la vida de la gente las funciones de los tres venenos: el odio, la codicia y la estupidez.4 Esta es la temible naturaleza de las influencias negativas. Por ende, dejar que el mal cunda sin presentarle oposición desata un tendal de sufrimiento y de dolor a muchísimas personas. Ya que el budismo es una filosofía que enseña la dignidad inherente a la vida humana, es fundamental que sus practicantes luchen resueltamente contra las tendencias que promueven la denigración, discriminación y destrucción de la vida humana. No podemos lograr el bien genuino y duradero, si no ponemos freno al mal. Del mismo modo, si no adoptamos una postura firme frente las distorsiones y los actos contra la Ley en el mundo del budismo, no podremos lograr la Budeidad. Nuestra lucha en este terreno no debe ser tibia ni vacilante. El señor Toda nos exhortaba a vencer el mal exhaustiva y contundentemente. A continuación, el Daishonin cita palabras del Sutra del loto: “Pues el veneno ha penetrado en profundidad, y su mente ya no funciona como antes”. Es vital que combatamos el veneno de las enseñanzas o ideas erróneas que hacen que la gente pierda de vista su naturaleza de Buda y destruya su humanismo. Entonces, como enseña el Sutra del Nirvana, estaremos practicando como verdaderos discípulos del Buda y practicando una auténtica enseñanza humanística. *** El Sutra [del loto] indica «Las personas que han conocido la Ley vivieron en distintas tierras de Buda, aquí y allá, y renacieron constantemente en compañía de sus maestros» […] sobre todas las cosas, asegúrese de seguir a su maestro original para poder manifestar la Budeidad. El buda Shakyamuni es el maestro original de toda la humanidad y además, está dotado de las virtudes del soberano y el padre. Por haber expuesto esta enseñanza, fui exiliado y estuve a punto de morir ejecutado. Como afirma el dicho: «El buen consejo es áspero al oído». Así y todo, no me he desalentado. El Sutra del loto es como la semilla, el Buda es como el sembrador y el pueblo es el campo. Si usted se desvía de estos principios, ni siquiera to podré salvarlo en su próxima existencia. 4 Tres venenos, odio, codicia y estupidez. Males inherentes a la vida humana que dan origen al sufrimiento. En elratado sobre la gran perfección de la Sabiduría de Nagarjuna, se habla de los tres venenos como origen de todas las ilusiones y deseos mundanos y les impiden inclinar la mente y el corazón hacia el bien. 14 Un gran juramento brota sólo de una vida rebosante de amor compasivo En esta última parte, el Daishonin esclarece que el maestro correcto que propaga la Ley para la felicidad de las personas en el Último día de la Ley es también el maestro original con quien todas las personas tienen una profunda relación kármica, dado que han seguido a ese maestro en existencias pasadas. En primer lugar, cita el pasaje del capítulo “La parábola de la ciudad fantasma” (7º) del Sutra del loto, que dice: “Las personas que habían conocido la Ley vivieron en distintas tierras de Buda, aquí y allá, y renacieron constantemente en compañía de sus maestros” Es uno de cuatro fragmentos que cita aquí, tanto del Sutra como de sus comentarios. Los cuatro indican que las personas pueden lograr la Budeidad sólo a través de la relación con un maestro con quien hayan establecido una profunda relación Kármica en sus existencias pasadas. El pasaje: “Las personas que habían conocido la Ley vivieron en distintas tierras de Buda, aquí y allá, y renacieron constantemente en compañía de sus maestros” no sólo señala la larga data de estos lazos de maestro y discípulo; muestra, asimismo, que el maestro y el discípulo han trabajado juntos, desde el remoto pasado, con el mismo y grandioso juramento de bodhisattva de procurar la felicidad propia y de los semejantes. Ese espíritu de bodhisattva es, de por sí, la consumación del budismo Mahayana. A la vez, si lo vemos desde el punto de vista de la enseñanza esencial (segunda mitad) del Sutra del loto, ese espíritu está corporificado en el juramento hecho por los bodhisattvas de la Tierra, y en el gran juramento nacido de la postura de amor compasivo que constituye la esencia vital del buda eterno revelado en el capítulo “Duración de la vida” (16º) del Sutra. Cuando se llevó a cabo la tercera ceremonia recordatoria (coincidente con el segundo aniversario del fallecimiento) del señor Makiguchi, en noviembre de 1946, el señor Toda dio como si le hablara a su difunto mentor: Usted, con su inmenso amor compasivo, me permitió que lo acompañara incluso a la cárcel. Gracias a ello, pude leer con todo mi ser el pasaje del Sutra del loto que dice: “Las personas que habían conocido la Ley vivieron en distintas tierras de Buda, aquí y allá, y renacieron constantemente en compañía de sus maestros”. El beneficio que obtuve fue llegar a comprender mi existencia anterior como Bodhisattva de la tierra y absorber con todo mi ser, aun en pequeña medida, el significado del Sutra. ¿Podría haber acaso una felicidad más grande? 15 Estas solemnes palabras del señor Toda siempre quedaron grabadas en mi corazón, desde que, en mi juventud, las escuché por primera vez. Hoy, yo siento exactamente este mismo agradecimiento hacia mi propio maestro, el señor Toda. ¡Que vida tan sublime es prestar servicio y apoyar al propio mentor, y esforzarse por hacer realidad las aspiraciones más nobles de nuestro maestro! Quienes transitan el camino de maestro y discípulo llegan a gozar de un estado de vida indestructible, imbuido de las cuatro nobles virtudes –eternidad, felicidad, verdadera identidad y pureza– en ritmo con la Ley Mística eterna. Es un sendero colmado de alborozo incontenible, derivado de estar esforzándonos por cumplir la más noble misión que pueda tener una persona en la vida. Yo quiero transmitir esta alegría infinita a los jóvenes. El corazón del Sutra del loto y del budismo de Nichiren Daishonin es ser fieles al juramento de guiar a otros a la iluminación, esforzándonos juntos sin cesar por el camino de maestro y discípulo, durante las tres existencias: pasado, presente y futuro. “Así y todo, no me he desalentado”: el eterno espíritu de Gakkai El admirable amor compasivo del Daishonin como maestro original de todas las personas en el Último Día de la Ley queda condensado en las palabras: “Así y todo, no me he desalentado”. Las personas que vivían en la época de Nichiren Daishonin habían perdido de vista al buda Shakyamuni, al Sutra del loto y al espíritu esencial del budismo; en cambio, depositaban su fe en el buda Amida de la escuela Tierra Pura (Nembutsu), en el buda Mahavairochana, venerado por la escuela Palabra Verdadera, y en otros budas diversos que aparecen en las enseñanzas provisionales, anteriores al Sutra del loto. El Daishonin se atrevió a denunciar los errores y la confusión que prevalecían en su época en el mundo del budismo. Pero como dice el proverbio, “El buen consejo es áspero al oído”. Por eso, incurrió en el odio y la ira de las autoridades, no sólo políticas, sino incluso religiosas. Esta animosidad le valió en dos ocasiones el exilio, y lo expuso a una ejecución fallida en Tatsunokuchi. Sin embargo, con toda la población del Japón prácticamente en contra de él, el Daishonin declaraba: “Así y todo, no me he desalentado”. Este intrépido rugido de león es un clamor incontenible que brota del profundo amor compasivo, característico del Buda del Último Día de la Ley. El amor compasivo que distingue al maestro original del Último Día se expresa en su lucha contra los errores y los actos contra la Ley, sin escatimar la vida, para proteger la enseñanza correcta del Budismo y proteger el bienestar del pueblo. 16 Esta contienda es esencial, para que el agua de la sabiduría de la Ley Mística pueda fluir sin obstrucciones en la vida del pueblo. En la última parte de esta carta, el Daishonin compara esta clase de esfuerzo con la tarea de sembrar las semillas de la Ley Mística en el suelo del corazón humano. Escribe: “El Sutra del loto es como la semilla; el Buda es como el sembrador, y el pueblo es como el campo ”Plantar las semillas del Sutra del loto en el campo del corazón humano significa, sencillamente, activar en las personas la naturaleza de Buda latente. Esta labor destinada a conmover y activar la naturaleza de Buda de cada persona es posible porque el Daishonin es el maestro original con quien la gente comparte profundos lazos kármicos desde existencias pasadas. Y quienes heredaron directamente su legado y trabajaron por el kosen-rufu con la misma intención y postura que el Daishonin fueron los tres primeros presidentes de la Soka Gakkai, unidos por los lazos de maestro y discípulo. Junto a ellos, los nobles miembros de la Soka Gakkai –y sobre todo los miembros pioneros del grupo Muchos Tesoros– han proclamado seria y sinceramente la enseñanza budista correcta de Nichiren Daishonin en todo el mundo. Los miembros de la Soka Gakkai han buscado fervorosamente romper los gruesos muros de la oscuridad fundamental que no dejan pasar para la luz de la naturaleza de Buda, y se han consagrado a sembrar las semillas de la Ley Mística en la vida del pueblo. Nada es tan fuerte como los que luchan con este espíritu invencible. Estas personas se han convertido en seres de un temple monumental, merecedores de una confianza absoluta, admirados y respetados dentro y fuera de nuestra organización ¡Los maestros y discípulos de la Soka han triunfado! He escuchado decir a nuestros miembros pioneros: “Cuando el Daishonin declara: “Así y todo, no me he desalentado”, en esas palabras está condensado todo el espíritu de Gakkai”, y también: “He recorrido el gran camino de maestro y discípulo con la determinación de que, pase lo que pase, sin falta dedicaré mi vida al kosen-rufu”. En estas palabras, hallamos el corazón y la médula de la Soka Gakkai. El esfuerzo abnegado por hacer que el agua de la sabiduría de la Ley Mística fluya libremente en la vida del pueblo en esta época oscura –labor que inició una sola persona, Nichiren Daishonin– está siendo perpetuado y sostenido por incontables héroes anónimos que resplandecen entre las filas de la gente común. Quienes nos enseñaron a vivir nuestra existencia como nobles paladines del humanismo fueron los maestros Makiguchi y Toda, los mentores correctos de la Soka Gakkai. 17 Nichijun Shonin (1898-1959), 65º sumo prelado de la Nichiren shoshu, escribió sobre el camino de maestro y discípulo que existe en la Soka Gakkai: 5 El Daishonin escribe: “Las enseñanzas de Nichiren representan la tercera doctrina. El Presidente Toda abrazó eta enseñanza verdaderamente, con su propia vida. Creo que el camino de maestro y discípulo se origina en el Dai-Gohonzon, del cual brota el agua de la Ley, y, desde el cual, a través de la Soka Gakkai está comenzando a propagarse. Por esta razón, la Soka Gakkai goza de una gran diversidad de méritos y de beneficios.6 Claramente, está diciendo que el camino de maestro y discípulo que se encuentra en la Soka Gakkai se origina en nuestra misión de practicar la fe en el Gohonzon y de trabajar por el logro del kosen-rufu. La práctica budista siempre debe estar de acuerdo con la época. El señor Makiguchi dio la vida con tal de proteger la integridad del budismo de Nichiren Daishonin. El señor Toda concretó un resultado histórico sin precedentes y llevó la cantidad de practicantes de este budismo a 750 mil familias. Nosotros, los miembros de la SGI, hoy hemos difundido la Ley Mística a 192 países y territorios del mundo. No podría haber prueba más elocuente que ésta de que nosotros, los mentores y discípulos de la Soka Gakkai, somos los que mantenemos una relación directa con Nichiren Daishonin, el Buda del Último Día de la Ley y quienes estamos activamente trabajando para hacer realidad el deseo y la voluntad del kosen-rufu. Mientras cada miembro mantenga el espíritu Soka de maestro y discípulo, y esté comprometido a cumplir el juramento de guiar a otros a la iluminación, el movimiento de la SGI seguirá creciendo y floreciendo por todo el eterno futuro. 5 Del discurso original preparado por Nichijun Shonin para la 19° reunión general de la Soka Gakkai realizada en noviembre de 1958. Véase, como referencia, END, pág. 895 18