15. El panal y las hormigas, 1781 Félix María Samaniego

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15. El panal y las hormigas, 1781
Félix María Samaniego
Samaniego, Félix María. (1781). “El panal y las hormigas”. En El Patriota, (1823, 26 de marzo)
(No 15), pp. 111-112.
El panal y las hormigas
Fábula, venida de Cartagena
Un hermoso panal
En un árbol había
Y a su pie un hormiguero
Muy pequeño vivía.
Eran muy perniciosas
Las dichosas hormigas Y
al olor de la miel Hacia
el panal se guían.
Todos saben la industria
De esa fatal cuadrilla,
Y que no sólo muerden,
Sino que son carnívoras.
Este instinto voraz
Al panal les inclina,
Por ver su en sus hijuelos
Cebaban su codicia.
Aproxímanse pues,
Y allá por una orilla
Del panal comenzaron
A emprender sus fatigas.
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Fuente 15
Colección Bicentenario - Poemas, historias y fábulas de la independencia
Hacen un agujero,
Mientras que las avispas
En hacer miel se empeñan
Para nutrir sus crías.
Las hormigas en tanto
Con rastrera malicia
Hacen mayor la brecha
Del panal, a escondidas.
Mientras de de éste la miel
Labra su gran familia,
La hormiga diligente
En nada se descuida.
Algunas dieron parte
De lo que sucedía, Mas
otras satisfechas, Son
muy chicas, decían.
Y mientras las rapaces
En su afán más vigilan,
Las otras en sus mieles
Todo el tiempo invertían.
Hasta que las hormigas
Con su genial rapiña
Se comieron los hijos
Y cuanta miel había.
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Las avispas volaron
A otra rama vecina
Y en pelotón al viento
De rabia se mordían.
Y a todas cuantas pasan
Por allí les decían:
“Miraos en nosotras,
Compañeras queridas:
Si en los pequeños riesgos
En tiempo no se evitan,
Después que son mayores,
Si no matan, lastiman.
Quien por desentenderse
De pequeñas intrigas
Les deja progresar,
Su existencia peligra.
Aquel que al enemigo
Desprecia o no le mira
Por parecer pequeño,
No está lejos de su ruina.
Llorémoslo nosotras,
Pruébenlo las hormigas
El mal que nos han traído
A pesar de ser chicas”.
¡Gran Colombia! Cuidado,
Que en tu dulzura rica
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Colección Bicentenario - Poemas, historias y fábulas de la independencia
No malogres el tiempo
Y te coman la cría.
Mirad esas abejas
En rama tan mezquina,
Llorando por confiadas
Su casa, miel y crías.
No lloremos nosotros
Fuera de nuestro clima,
Por bondad y confianza
Aún mayores desdichas.
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