Nuevos replanteos productivos Por una apuesta segura al maíz tardío Dow AgroSciences Argentina llevó a cabo el Primer Congreso dedicado al maíz tardío en Argentina. De la mano de reconocidos expertos se brindaron las claves en torno a varios aspectos del manejo tecnológico y variables a ajustar para lograr una producción eficiente; fecha de siembra, elección de híbridos, densidad, dosis de fertilización Aspectos como la eficiencia del uso de la radiación, contribuyen a un buen manejo agronómico. De acuerdo a los especialistas, es esperable una mayor frecuencia de estreses ambientales de aquí en adelante (estrés hídrico, térmico, baja radiación y eventos de lluvias). Los rendimientos en maíz tardío pueden incrementarse aún con mismos cocientes termales dados por calidad y fecha de siembra El genotipo, manejo y el ambiente inciden sobre el rendimiento junto con las distintas fechas de siembras. La ventana de siembra del cereal tardío cambia con la latitud, de humedad y carga de agua en el perfil, incluso menor golpe de calor en proceso de llenado de granos. El martes 20 de septiembre se realizó el Primer Congreso de Maíz Tardío organizado por Dow AgroSciences Argentina en Rincón de Pilar, con el objetivo de abordar, a través de cuatro módulos, los aspectos fisiológicos, agronómicos, de protección y de gestión de manejo económico del cultivo que, en 2015, “llegó a ocupar el 60% de superficie sembrada en el país”, de acuerdo a declaraciones de Raúl Palmieri, Gerente General de Semillas de Dow AgroSciences, que estuvo encargado de abrir el evento celebrado en el Km.47,5 Panamericana, Ramal Pilar. Con más de 1.000 asistentes entre público presencial y vía streaming, que a través de Agrositio accedieron desde otros países, tales como Paraguay, Uruguay, Bolivia, México y Ecuador, el congreso reunió especialistas destacados de universidades, organismos y entidades agropecuarias. En el Primer Módulo, Fundamentos fisiológicos de la siembra tardía, moderado por Félix Sammartino, Prosecretario del Diario La Nación, se brindó un marco conceptual para la interpretación eco fisiológica de la respuesta de maíz a la fecha de siembra, que estuvo a cargo de la Ing. Agr. MSc. Dra. Claudia Vega, profesora titular de Eco fisiología de Cultivos de la Escuela de Postgrado de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Vega explicó los cambios que se dieron en la última década y que llevaron a que los productores implementen mayores superficies con siembras tardías de maíz. Para la Investigadora del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), los cambios en el clima- aumento de temperatura y eventos Niña, con bajas precipitaciones-, condujeron a que sea más segura la producción del cereal cuando crece y se desarrolla atrasada en el tiempo, esquivando los meses más calurosos, sobre todo en los períodos críticos de definición de rinde -floración-. “Es esperable que los estreses se incrementen y resulta esperable cada vez más, este tipo de escape en el tiempo”, pronunció la especialista. 1 Entre las desventajas de atrasar la fecha de siembra del maíz, Vega señaló que el cultivo captaría una menor radiación foliar. “Este factor le puede poner un ‘techo’ a los rendimientos, aunque sea más segura esta siembra, por lo explicado anteriormente”, señaló la profesora de Eco fisiología de Cultivos de la UNC, y concluyó en que “lo que sí se favorece con las siembras tardías, son las etapas iniciales del cultivo, generando una mayor expansión foliar”. Luego llegó el turno del Ing. Agr. MSc. Dr. Alfredo Cirilo, Coordinador Nacional del Área Estratégica de Eco fisiología Vegetal del INTA, quién se encargó de mostrar el Progreso genético según la fecha de siembra y la evolución que tuvo el maíz en cuanto a rinde, durante las últimas décadas. “Desde 1970 se viene incrementando el potencial de rinde del maíz en todo el mundo, el cual tuvo luego un gran despegue en 1990, con la incorporación de híbridos muy productivos”, indicó el Investigador del INTA, quien marcó que “lo curioso, viendo esta evolución en la Argentina, es que desde el 2005, los rindes medios se ‘plancharon’, y esto se debe justamente, a la creciente incorporación de maíces de segunda en los planteos. Los productores prefieren asegurarse determinados rindes porque los maíces de primera se volvieron muy variables en algunas zonas del país, sobre todo, en las zonas marginales, donde los riesgos climáticos son mayores”. En última instancia, el Ing. Agr. MSc. Jorge Mercau, investigador del INTA de San Luis, se refirió al Efecto de la fecha de siembra en la eficiencia del uso de los recursos fisiológicos. “Las fechas de siembras tardías siempre funcionan para evadir los efectos de las sequías, es así que a menos que las napas estén altas, las fechas tardías gozarán de un clima menos agresivo; y si las napas están altas, propongo la aplicación de un doble cultivo, en este caso, trigo/maíz, en pos de incorporar al maíz tardío en la rotación”; enunció el profesor de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), quien concluyó diciendo que “la siembra tardía es una estrategia eficaz para evitar el daño por sequía y que aumenta la productividad del agua”. Decisiones agronómicas que definen el rinde En el Segundo Módulo de Manejo agronómico de las siembras tardías, también moderado por el periodista Félix Sammartino, el eje de análisis fue la participación del maíz en las rotaciones, los cuales fueron abordados por el Ing. Agr. Gustavo Martini, Líder del Área de Agricultura de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (AACREA), quien también se refirió al manejo y a la defensa de las rotaciones de cultivos. Para Martini, el maíz es el “mejor antecesor” para el cultivo de soja. Según relevamientos de CREA, en lotes con alto potencial, “se midieron hasta 1000 kilos más por hectárea en plantíos de soja que venían de lotes con maíz. Esto se debe, fundamentalmente, a la mejora de las propiedades físicas y químicas del suelo, por un mayor aporte de carbono y mejor balance de nutrientes. Además, la incorporación de maíz mejora sensiblemente el control de malezas”. A continuación, el Ing. Agr. MSc. Dr. Gustavo Maddonni, Profesor Asociado de la Cátedra de Cerealicultura de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA), habló sobre las ventanas óptimas de siembra y los riesgos climáticos que enfrentan los maíces sembrados en fechas tardías. “Las heladas confluyen un gran riesgo, sobre todo en bajas latitudes, ya que pueden afectar el llenado de granos, mermando drásticamente el rinde”, relató el Investigador independiente del CONICET y Director de la Maestría de Producción Vegetal de la FAUBA, quien añadió que “otros factores de manejo a tener en cuenta, implican lograr un buen stand de plantas, teniendo especial atención a la emergencia y uniformidad del crecimiento; el agua en la siembra, la falta de piso y los golpes de calor, son otros temas a tener en cuenta”. A la hora de examinar si todos los genotipos usados en fechas tempranas se adaptan a siembras tardías, el Ing. Agr. MSc. Dr. Lucas Borrás, Profesor Asociado de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), explicó el impacto de estos factores sobre el rendimiento y también hizo alusión al manejo de la densidad poblacional por fechas. “Ajustar bien estas tres cosas- genotipo, manejo y ambiente-, tiene un alto impacto en el rinde de los cultivos. En cuanto a la altura de la napa, esta no debe ser alta para los planteos tardíos, ya que se pierden kilos bajo esta condición. Según diversos estudios en los que trabajé sobre maíces tardíos, el tipo de suelo y las precipitaciones tuvieron poca influencia 2 sobre el rendimiento. El nitrógeno y genotipo tienen que manejarse en conjunto, ya que estos últimos responden de manera conjunta”, resumió Borrás, también investigador del CONICET. A su turno, el Ing. Agr. MSc. PhD. Fernando Salvagiotti, Investigador Principal del INTA Oliveros, analizó los efectos del manejo de barbecho y la disponibilidad de nutrientes para el maíz, y mostró estudios en los que la vicia y la arveja fueron los mejores antecesores para el maíz, ya que ambas leguminosas aportaron buenas cantidades de nitrógeno. “La dinámica de este elemento químico variará de acuerdo al año y las condiciones del cultivo antecesor, por lo cual, el análisis de suelos es una herramienta fundamental para poder cuantificar la cantidad de nitrógeno a aplicar”, sintetizó Salvagiotti, también profesor del Postgrado de la UNR. En el panel de cierre y módulo de preguntas, estuvo presente el Ing. Agr. Ph D, Emilio Satorre, Profesor Regular Titular Plenario de la Cátedra de Cerealicultura de FAUBA, quien participó junto a Martini, Maddonni, Borrás y Salvagiotti. Destacando la importancia del ambiente para este tipo de cultivos, Satorre subrayó la importancia del genotipo, lo que “explica que los maíces tardíos rindan entre 7 a 15 %, e incluso lleguen hasta el 20%”; también valoró la densidad y la necesidad de un adecuado manejo de la nutrición, al tiempo que dejó la puerta abierta a la segunda parte del Congreso, destacando que “la sanidad será una materia importante a la hora de atender este tipo de planteos”. 3