16 La Plata, miércoles 21 de septiembre de 2005 El más famoso cazador de nazis A los 96 años murió Simon Wiesenthal Contribuyó a la detención de numerosos criminales tras la Segunda Guerra Mundial. Sufrió en carne propia las calamidades del Holocausto. Y sobrevivió a las pesadillas de cinco campos de concentración. Pesaba 44 kilogramos cuando las tropas estadounidenses lo rescataron en 1945 Sin temor a equivocarse, se puede afirmar que la historia moderna acaba de cerrar uno de sus tantos capítulos. Es que Simon Wiesenthal, un sobreviviente del Holocausto y de cinco campos de concentración, murió ayer en Viena, a los 96 años de edad. Su nombre cobró notoriedad internacional cuando se convirtió en una suerte de cazador, que ayudó a rastrear y capturar a cientos de criminales de guerra nazis, tras la Segunda Guerra Mundial. Wiesenthal colaboró en la detención en la Argentina del ex comandante de las SS Adolf Eichmann -entre otros 1.100 criminales nazis en todo el mundo- y dedicó la última parte de su vida a combatir el antisemitismo y toda forma de discriminación. Ayer murió en su casa mientras dormía, dijo el Centro Simon Wiesenthal de Viena, sin aportar mayores precisiones. Quedará en la historia “Creo que será recordado como la consciencia del Holocausto”, consideró el decano y fundador del Centro Simon Wiesenthal de la ciudad estadounidense de Los Angeles, el rabino Marvin Hier. “El no olvidó. El se convirtió en el El dato “Un legado de Justicia” tras el horror Sergio Widder, representante para América Latina del Centro Simon Wiesenthal, y las principales organizaciones judías argentinas, elogiaron la figura “heroica” del cazador de nazis. “Quiero destacar el legado de justicia y la vida de alguien que atravesó el infierno de los campos de concentración y dedicó su vida a reparar injusticias”, dijo Widder. Simon Wiesenthal. Sobrevivió al horror del Holocausto representante permanente de las víctimas, decidido a llevar ante la Justicia a los autores del crimen más grande de la historia”, agregó Hier. Tras sobrevivir al exterminio de seis millones de judíos y perder a 89 parientes en el Holocausto, este arquitecto cambió de vida y empeñó más de 50 años en la cacería de nazis, la condena del racismo y la evocación de la experiencia judía como una lección para la humanidad, según Hier. Nacido en 1908 en la ciudad de Buchach, en lo que hoy es Ucrania entonces parte del Imperio austrohúngaro- e hijo de comerciantes judíos, sufrió cinco campos de concentración entre 1941 y 1945. Cuando pesaba sólo 44 kilogramos, fue rescatado por tropas estadounidenses del campo de concentración Mauthausen, en el centro de Austria, en mayo de 1945. Dos años después del final de la guerra, fundó el Centro de Documentación Judío, en Viena; y en 1977 ayudó a establecer el Centro Simon Wiesenthal de Los Angeles. Se le atribuye a Wiesenthal el mérito de desenmascarar, en 1963, al policía austríaco Karl Silberbauer, que había hecho detener a la adolescente Anna Frank, autora del famoso diario. Ayer, los llamados de condolencias llovieron sobre la oficina de Wiesenthal en Viena, informaron ex colaboradores del célebre cazador de nazis. El ministerio de Relaciones Exteriores israelí subrayó que “actuó en nombre de seis millones de personas que ya no podían defenderse a sí mismas”. El Parlamento austríaco dijo que “se apagó una importante voz para el recuerdo y la humanidad”. En Alemania Por su parte, el presidente alemán, Horst Koehler, expresó sus condolencias por la muerte del cazador de nazis en una nota de pésame enviada a Pauline Wiesenthal, su hija. El Consejo Central de los Judíos de Alemania se pronunció también por la muerte de Wiesenthal, a quien calificó de “consciencia del Holocausto”. Su figura también fue evocada por representantes de los sobrevivientes del genocidio judío. “Desempeñó un papel decisivo para que los sobrevivientes tuviesen cierto sentido de justicia”, destacó Christoph Heubner, del Comité Internacional de Auschwitz en Berlín. La captura en la Argentina Reconocimiento. De la comunidad judía hacia el “cazador” Los informes suministrados por Simon Wiesenthal fueron decisivos para capturar al criminal nazi Adolf Eichmann, que vivió durante diez años en la Argentina bajo el nombre de Ricardo Klement. El 11 de mayo de 1960, Eichmann fue detenido por un comando del servicio secreto israelí, Mossad, en una casa de la calle Garibaldi en la localidad bonaerense de San Fernando. El espía israelí Peter Malkin, que encabezó el secuestro, señala en su libro Eichmann en mis manos, que el ex jerarca nazi “estaba caminan- do hacia nosotros. Decidí enfrentarlo desarmado, pero usando guantes porque me disgustaba tocarlo”. “Mientras se acercaba le hablé: Un momentito, señor, las únicas palabras que sabía en castellano. Eichmann se detuvo y dio un paso atrás”, relata. Entonces, Malkin se le arrojó encima, tomándolo fuertemente de la pierna derecha. Los dos cayeron al piso mientras otro agente, Hans, levantó a Eichmann de las piernas y lo metió por la fuerza en el auto. Después pasaron diez días de in- terrogatorio mientras se ultimaba la salida secreta de Eichmann del país, en un avión de la línea israelí El Al, operativo que provocó un incidente diplomático con el gobierno del fallecido presidente Arturo Frondizi, ya que nuestro país no había sido informado. Eichmann, que organizó la muerte de millones de personas durante la Segunda Guerra Mundial, era responsable de la oficina de “Asuntos judíos” desde 1937. El ex jerarca nazi fue sentenciado a la horca y ejecutado durante 1962, en Israel.