Conflicto en el Asia sud - oriental

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C< MIEJNTARIOS
INTERNACIONALES
Alejandro
MACNET
Conflicto en el Asia sud - oriental
¿Qué es lo que ha hecho v hace que los norteamericanos hayan enviado 15.000 de sus hombres
al Vietnam del Sur, que el Presidente Johnson
haya pedido, el mes pasado, 125 millones más de
dólares para sumarlos a los 500 millones ya volados
por el Congreso para ayudar a esc país en el curso
de este año? ¿Por qué un pequeño país situado a
casi 7.000 millas de las cosías norteamericanas C&
cibe una ayuda trece veces mayor, proporcionalmente, que la otorgada a América Lalina y se ha
destacad» en él, como embajador de Estados Unidos nada menos que al exdelegado ¡efe de este país
ante las Naciones Unidas y. actualmente, candidato
tn partlbus a la Presidencia de la Unión? ¿Por qué,
l ada vet que el Secretario de la Defensa de Estados Unidos se ausenta del país puede apostarse
que. en dos posibilidades sobre tres, se halla en
Viclnam del Sur? ¿Por qué..,?
t cis preguntas pudrían continuar casi indefinidamente y proseguirse ahora con otras: ¿Por qué
miles —quizá millones— de norteamericanos que no
saben quién es Presidente del vecino México, país
de 35 millones de habitantes, oyen todos los días
hablar de personajes con nombres tan vulgares comn Souphanouvong, Sonvang Valhana u Ñorodom
Sihanouk? ¿Qué importancia puede tener Laos con
sus dos millones de habitantes, o Cambodia con
menos de seis, dentro de la pulílica de un país que
se juega sobre un tablero con 3.000 millones de
hombres?
¿Por qué el Presidente Johnson en una conferencia de prensa (el 2 de ¡uniol llegó a declarar
que el fuluro del Asia Sudorienta! esíá en juego
en Vietmm del Sur y Laos?
Mirada al mapa
No hay más que mirar el mapa.
El Asia Sudorienta] os toda una inmensa región, teñida actualmente con los colores correspondientes a diez Estados independientes,3 que cubren
una superficie de 4 millones de km. (casi tanto
como loda Europa, excluida Rusia) y dunde viven
unos 227 millones de hombres.
Según Johnson, la caída de Vietnam del Sur y
Laos bajo el poder comunista significaría que toda
esa enorme masa de hombres, territorios, recursos,
posiciones estratégicas pasarían a incrementar el
poderío comunista. Y luego, aunque el Presidente
norteamericano no lo dijo de manera explícita. Ui
conquista del Asia Sudortental por el conrunismq
significarla la del subconlinenle indio con su.s dos
países poblados por casi 550 millones de hombres.
Es decir, el triunfo mundial del comunismo, parliendo de Laus n Vielnam de! Sur. Por un clavo. . .
¿Puede ser efectiva, en este caso, la historia
del clavo de la herradura por la cual se perdió el
caballo, etc.?
A juzgar por la importancia que. según se ha
\¡M<>, concede el gobierno de Washington a los pequeños dos países, se diría que si. Y a juzgar por
el examen de los hechos que se han venido desarrollando en eí último tiempo, la herradura del
caballo vietnamés o laosiano ha perdido ya más
de un clavo.
Después de la mirada al mapa hay que echar
otra a la historia.
Hace diez años
En mayo pasado se cumplieron diez años del
día en que el general De Castries tuvo que rendh
Dien Bien l'hu a tas fuerzas de los "viels" que
sitiaban la lortnleza y que, una a una. habían idu
lomando lodas sus posiciones. Poco antes se había
inaugurado en Ginebra una conferencia de 19 naciones (inclusive China comunista) para debatir los
problemas del Extremo Oriente. El ministro trances de Relaciones Exteriores, Ganges BkUiull pidió
el cuse del fuego en Indochina, con lo que terminarim más de siete añus de.guerra, iniciada cuando
los fronteses se negaron a acceder a las demandas
de independencia de nacionalistas y comunistas.
A mi/, de los acuerdos de Ginebra, Francia debió retirarse de la Indochina cunquistada un siglo
antes. Cambodia era formalmente independiente
desde 1953 y Laos, desde 1949. Según los acuerdos
de Ginebra, Laos dehía ser un país neutral mientras el Vietnam quedaba dividido por el paralelo 17
en dos países de superficie casi igual. Huyendo del
régimen comunista que se estableció en la parte
septentrional, miles de vietnameses se. trasladaron
hacia el sur. donde, ahora hay cerca de 15 millones
de habitantes, írenle a unos 16 millones que hay
en el Vietnam del Norte. Al cabo de cinco años,
mediante un plebiscito, Vietnam podría reunifiCílISC.
Los nurteamcricanos habían estado ayudando
de mala gana a sus aliados franceses a mantenerse
en Indochina, a contrapelo del movimiento general
de descolonización que se llevaba a cabo en todo
el mundo. El gobierno norteamericano se negó a
acceder a la demanda de Bidault tic un bombardeo
—posiblemente atómico— para salvar a Dien Bien
Phu de la rendición.
Peni, una vez retirados los franceses (para seguir una guerra semejante en Argelia), los norteamericanos se encontraron con que dehian cargar
ellos con la ayuda al gobierno no comunista o, más
bien, anticomunista Instalado en Viemain del Sur.
En octubre de 1955, NgO Dinh Dtem asumió la jefatura de ese gobierno y la tarea de hacer frcnle
a la infiltración que de inmediaio comenzó a operarse desde el norte. Hl emperador títere de los
Franceses, Bao Dai, había sido expulsado y Washington se lisonjeó con la esperan/a del éxito de
un gob:crno democrático pro-occidental en la convulsionada Indochina, sobre las ruinas del colonialismo europeo.
Diez años después
Las complicaciones y desilusiones derivadas para los norteamericanos de su intento de asumir
"la carga del hombre blanco" en el Asia Sudoriental han sitio popularizadas en dos Mhros, por lo
menos, y bastante buenos: "El americano quieto"
de Grariam Green y "El americano feo" de Burdick y Lederer. La verdad de la no-fiedón es, sin
embargo, que si hien es muy probable que los americanos -¡ii,tit- feos, será difícil que puedan quedarse quietos.
Sus ilusiones se han marchitado bastante después de diez años en el Vielnam del Sur. A fines
del año pasadu, Estados Unidos cooperó, pur lo
menos pasivamente, al derribamiento del régimen
de Ngo Dính Díem, confiando en que un gobierno
militar más enérgico podría lograr dos cosas básicas :
—Restablecer ¡a adhesión "democrática" de la
población, cuya mayoría budista se decía perseguida por la católica familia Ngo Dinh. calificada,
ademas, de autoritaria y nepotista.
—Dar organización y vigor a las operaciones
militares contra tos guerrilleros del Viet Cong que
ya controlaban zonas enteras del país y cuya fuerza
y audacia iban en aumento.
Un giupo de militares, pues, tomó el poder, la
población de Satgón saludó alborozada la caída du
los Ngo Dinh, unas semanas después hubo otro
golpe para desplazar a los jefes acusados de "neutralistas" y un equipo completamente "anticomunista" se hizo cargo del mando. De entonces a esta
parle, las cosas han empeorado.
La acción de las guerrillas ha crecido, se han
producido ya choques a 25 o 30 kilómetros de la
capital y en esta misma el terrorismo del Viet
Cong ha hecho tan insegura la permanencia de los
norteamericanos como para que e! embajador Cabot
Lodge sólo pueda desplazarse estrechamente custodiado y el Secretario de Defensa, McNamara, haya
tenido que ponerse un chaleco contra balas en su
última visita a Saigón. Los militares vietnameses
han pedido más armas, equipos y dinero. Este año,
pues, la ayuda le costará a Estados Unidos 625 mi¡lunes de dólares. Pero el Vietnam aparece como
una especie de tonel de las Danaides. ¿Qué hacer?
Testimonió ocular
"Le Monde" de París publicó hace puco, sin
turna, un testimonio "recibido de un observador
residente en el Vietnam y bien colocado para apreciar sus realidades humanas y políticas".
"La situación del Vietnam —dice el anónimo
corresponsal— se agrava no sólo por el hecho de
que la guerra se amplifica, sino también por las
disensiones internas, que van creciendo, por la propaganda adversa, astutamente llevada y también
|:ur la falta de senlido cívico de las clases dirigentes de la sociedad".
"El ejército ha perdido mucha de su unidad
c!? antaño.. . Aunque ha hahiüo un aumento de
-u-'.dos... demasiados militares, a veces con sus
jefes a la cabeza, se conducen de una manera inadmisible cun respecto a la población, lo que hace
tecurdar el triste ejemplo de la China de Chang
R.ii Shek, en víspera de la toma del poder por los
ejércitos comunistas, mucho más disciplinados. En
tales condiciones no hay que extrañarse del éxito
psicológico que obtiene el ejército del Frente Nacional de Liberación (comunista), sobre todo en
los campos.
..."Hay dualidad entre tos civiles y militares
que se reparten el poder y hasta dentro de las mismus facciones; los partidos llegan hasta la atomización. Eso esta lejos de facilitar las decisiones sohrf la marcha de la administración, que es de una
lentitud desesperante dc&pués de haber sido desmanteiada por una depuración abusiva".
El mismo informante señala la actitud desmoralizante de las gentes acomodadas que eximen del
servicio militar a sus hijos, de modo que el ejército vietnamés (alrededor de 150X100 homhres) está
[ormado solo por gente de las clases populares. Por
otro lado, "como en tiempos de la guerra de los
franceses, que terminó con Dien Bien Phu, los que
tienen dinero han olido los buenos negocios. Ahura
es con los norteamericanos que tratan de enriquecerse". Las gentes acomodadas huyen de la realidad y viven en una atmósfera de optimismo healo.
que tratan de contagiar a los norteamericanos a
través de las declaraciones oficiales.
Aunque el gobierno actual sea bien intencionado y trate de mejorar la suerte de los campesinos,
le resulta imposible hacerlo dentro de semejante
marco social, administrativo y psicológico.
En ese sentido, el gobierno se halla en una situación similar pur lu que se refiere a las operaciones militares y enfrenta un problema que lus
fianceses lampoco pudieron resolver: ¿Cómo luchar
contra las guerrillas? ¿Cómo destruir con los medios bélicos modernos: aviación, tanques, artillería,
incluso napalm, a un enemigo que no da la cara
sino cuando está en ventaja, en un país selvático
y sin caminos, donde la población simpatiza con
ios guerrilleros, está aterrorizada por éstos o, en
todo caso, no tiene confianza ni entusiasmo por
el gobierno?
273
3.—Wento/e
Es el problema que los 15.000 "consejeros" norleamericartos c|ue asesoran al ejércilo vietnamés
tampoco han podido resolver hasta ahora. Estados
Unidus es demasiado poderoso para sufrir una derrota como Dicn Bien Phu. pero se halla irnposihilitado para vencer en una guerra de desgaste de
la moral de sus soldados y, sobre ludo, de la opinión pública al otro lado del Pacífico, en el territorio nacional.
La -situación ha venido a complicarse con el
íesurgimiento del problema de Laos.
Los líos de IJIOS
De acuerdo, según se ha dicho, con lo convenido en Ginebra, Laos, que tiene una larga frontera con Vietnam, incluso Vietnam del Sur, debía
quedar regido por un gobierno neutral, que no podría aliarse con Oriente ni con Occidente. Pero,
desde el mismo momento del acuerdo comenzaron
las pugnas internas en Laos entre pro y anticomunistas. Los comunistas organizaron el movimiento
del Palhet Lao, cuyas guerrillas recibían apoyo de
!«da clase en o desda el vecino Vietnurn del Norte,
pues las mismas guerrillas se preocuparon de lograr el control del territorio de la frontera.
El gobierno de Eisenhower. por su lado, prestó respaldo a una fracción an [¡comunista que tomó
el poder con el general Nosavan. En 1960 la lucha
ae intensificó y el Pathcl Lao. reforzado desde el
Vietnam del Norte, comenzó a ganar terreno. Una
fracción neutralista del ejército dirigida por Kong
Le se plegó al movimiento que exigía !a formación
de un gobierno de coalición que, después de muchas negociaciones y con el visto bueno de! nuevo
gobierno de Estados Unidos (el de Kennedv) se
constituyó a mediados de 1962. Una nueva reunión
en Ginebra (que llevaha ya quince meses) con participación de 14 países reafirmó la neuiralidad y
garantizó la independencia de Laos. Se estableció
el procedimiento para el retiro de las tropas extranjeras v se formó una Comisión Internacional
de Control, encargada de supervigilar el cumplimiento de los acuerdos.
Aunque los comunistas, representados por el
principe Souphanouvong, pasaron a formar parte
del gobierno, el Pathet Lao mantuvo las tropas que
le permitían ejercer control sobre parte del territorio. F.n el hecho, el gobierno neutralista, dirigido
pur el príncipe Souvanna Phouma (primo del otro)
no logró nunca el completo control del país. En
ahril pasado, los militares anticomunistas dieron un
golpe para eliminar al gobierno neutralista que se
demostraba incapaz de detener el progresivo avance del Pathet Lao. Pero los países occidentales firmantes de los acuerdos de Ginebra (incluso Estados Unidos) presionaran a los revoltosos triunfantes para que restauraran el gobierno legal, cosa
que se logró. Pero los pro-comunistas se retiraron
de la coalición y las fuerzas del Pathet Lao, reforzadas con hombres y material vietnamita, iniciaron un avance que les permitió conquistar la estratégica "Llanura de las Jarras" y las dejó en
situación de seguir avanzando hacia la capital.
Ante esta situación se lomaron dos iniciativas:
Estados Unidos dio a entender que no aceptaría
la conquista de Laos por los comunistas y su avia274
ción comenzó a sobrevolar la zona de operaciones,
a pedido del gobierno legal de Laos. Pur su parte,
Inglaterra turnó la iniciativa diplomática y logró
el acuerdo ruso para celebrar, otra vez en Ginebra,
una nueva conferencia, esta vez más restringida
para solucionar el nuevo lío laosiano.
Dura alternativa
El gobierno laosianu ha anunciado la captura
de militares chinos miembros de las fuerzas del
Palhet Lao que tintan de conquistar el país. Directamente, o a través del Vietnam del Norte, es
evidente que China está tratando de lograr la extensiun del poder comunista a la parte sur del
Vietnam y a Lacs. La infiltración realizada pacientemente durante diez años comienza a dar su.s linios sin que los gobiernos indígenas interesados
directamente, ni el de Estados Unidos hayan dado
con la manera de detener ese avance.
Y ese es el problema que ahora su le plantea a
Estados Unidos.
Por muchos acuerdos que se firmen, las guerrillas del Viet Cong y del Pathet Lao no van a
desaparecer en la jungla. Seguirán actuando, presionando, infiltrándose.
Los franceses —que tienen su propia y dolorosa
experiencia— ya han hecho saber a los norteamericanos su opinión: hay que abandonar toda esperanza de liquidar militarmente a las guerrillas. Sólo se las puede neutralizar políticamente mediante
la neutralización de los países en que actúan, So
que implica ¡a formación en esos países de gobiernos más progresistas y privar a los comunistas del
apoyo de la opinión nacionalista, irritada por la
presencia extranjera que ¡espalda a los elementus
reaccionarios.
Los norteamericanos, que tienen ante los DJOS
el caso de Laos. ven por su parte lo difícil que
resulta que Chin» respete efectivamente la neutra*
lización de los países indochinos. De allí que tengan
una tentación: turnar direciamenie en sus manos
la acción militar en Vietnam del
Sur mediante un
acuerdo ctin el gobierno de f^i1 país y el desembarco de fuerzas y material considerables. En i:i->>
necesario, esta acción llegaría hasla el bombardeo
de las bases que el Viet Cong y el Palhet Lao
tienen en Vietnam del Norte v. quizá, en Cambodia.
cumu única manera de cortar de raíz dichas guurrillas.
Pero eso, obviamente, significaría una nueva
guerra de Corea, en la que Estados Unidos aparecería como el agresor de un país que, al menos
en apariencia no ha intervenido, y en una zona
que geográficamente es más desventajosa y políticamente es mucho más sensible. Y la mayor parte
de sus aliados, que respaldaron a Jas Naciones Unidas y a Estados Unidos en la guerra de Corea,
no seguirían ahora al gobierno de Washington.
Por lo demás, en los cuatro meses que faltan para las elecciones presidenciales norteamericanas, nada se hará, a menos que hava un peligro Inminente
de conquista de Laos por los comunistas. En noviembre próximo tendrá que haber o estar próxima
ima decisión y la apertura de negociaciones para
la neutralización no es la más improbable.
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