2.1. EL PROCESO DE HOMINIZACIÓN EN LA PENÍNSULA IBÉRICA NUEVOS HALLAZGOS Proceso de hominización define al conjunto de cambios y transformaciones que ha sufrido el ser humano hasta llegar al estado actual. Fue un proceso evolutivo lento, largo y discontinuo que se desarrolló en el periodo prehistórico, concretamente durante el paleolítico. Los cambios fueron tanto físicos como psíquicos, los más importantes fueron la posición bípeda, el pulgar oponible en las extremidades superiores, el aumento de la capacidad craneal y la adquisición del lenguaje articulado, con ellos el homo logró evolucionar y mejorar tanto a nivel cultural como técnico. El proceso de hominización comenzó en África, donde apareció el primer resto al que podemos denominar Homo, porque ya fabricaba sus útiles, fue el HOMO HABILIS, de aprox 2,5 millones de años de antigüedad, con una capacidad craneal muy reducida de 650cm3, y pequeña talla. A este le sucedió en el tiempo (1,8 mill años) el HOMO ERGASTER, con mayor capacidad craneal 900 cm3, será el primer Homo en abandonar el continente africano, la evolución de este Homo siguió dos líneas, una ellas llevó a la aparición del HOMO ERECTUS y la otra línea al HOMO ANTECESSOR, de éste último tenemos restos en la P. Ibérica, en la Sierra de Atapuerca, en Burgos se han encontrado fósiles de 1,2 mill de años en la Sima del Elefante en el 2007 y en 1994 se encontraron restos de 6 individuos de 800:000 años de antigüedad en la Sima de la Gran Dolina, sabemos que practicaban el canibalismo, estos hallazgos cambiaron las tesis de los paleontólogos sobre la evolución homínida, según la cual del Homo Antecessor parten dos nuevas líneas de homínidos (una evolucionó al Homo de Neanderthal y otra al Homo Sapiens) y se confirmó que en Europa había restos de esta primitiva especie. En Europa y en la Península Ibérica durante el Paleolítico Medio, habitó una especie que evolucionó del Homo Antecessor, el HOMO HEIDELBERGENSIS, también se han hallado restos en Atapuerca, en la Sima de los Huesos, de 300.000 años de antigüedad, su capacidad craneal fue semejante a la nuestra 1400 cm3 y tenían una talla de 1,8m, éstos evolucionaron hacía el HOMO NEANDERTHALENSIS que también vivió en la Península como lo atestiguan los distintos restos en Cataluña (Bañolas), en Valencia (Cueva Morín). Ya en el Paleolítico Superior sólo hay restos de nuestro antepasado directo el HOMO SAPIENS, el resto de las especies anteriores se extinguieron, el Homo Sapiens evolucionó directamente del H. Antecessor y también nació en África y de allí se extendió al resto de los continentes. En La Península hay restos del Homo Sapiens de 40.000 aC Los homínidos de Paleolítico eran depredadores, recolectores, nómadas, con útiles de piedra tallada que irán perfeccionando y especializando según evolucionan los diferentes homínidos, e incluso en el Paleolítico Superior habrá manifestaciones artísticas, arte rupestre vasco-cantábrico (Altamira) y arte mobiliar. 2.2. Pueblos prerromanos. Colonizaciones históricas: Fenicios, griegos y cartagineses. Durante el primer milenio a.C. convivían en la Península dos grupos de pueblos los indígenas y los colonizadores. De los pueblos indígenas destacamos: los Tartessos, su cultura se desarrolló en Andalucía occidental, sistema monárquico, alcanzó gran desarrollo económico y social, restos artísticos (Tesoro del Carambolo) pero a partir del siglo VI a. C. entró en decadencia. En la zona del sur y en levante, se desarrollaron los pueblos íberos (Edetanos, Oretanos, Bastetanos, Turdetanos…) estaban muy influenciados por los pueblos colonizadores. Su división política era de tipo estatal desarrollaron ciudades-estado gobernadas por monarcas, una economía activa, conocían la moneda, usaban una lengua aún no descifrada, culturalmente eran bastante homogéneos: restos escultóricos funerarios: Dama de Elche, Baza practicaban ritos religiosos y funerarios. Desde el año 1000 a C llegaron a la Península pueblos de origen indoeuropeo. Los primeros se establecieron en Cataluña, después en el valle del Ebro y por último se asientan más hacia el interior y costa nororiental. Sobre este sustrato indoeuropeo se desarrollan los pueblos que llamamos celtíberos en el centro y los celtas en el NW. Su forma de gobierno pre-estatal, en manos de una oligarquía guerrera o Consejo de 1 ancianos ayudado por una Asamblea Popular. Su estructura social también era más primitiva y se basaban en el parentesco. Preferentemente vivían de la agricultura, la ganadería, del pillaje y practicaban escaso comercio y sin moneda Sus poblados se levantan en sitios estratégicos y con murallas (Castros). Gran variedad de pueblos que tenían en común: enterramientos en campos de urnas, conocían la metalurgia del hierro y el arado. . Estaban más atrasados en todos los ámbitos que los íberos, y había grandes diferencias y estaban más evolucionados cuanto más próximos estaban a los pueblos íberos (llamados celtíberos= vacceos, vettones..), en cambio los pueblos del norte (celtas = galaicos, astures, cántabros o vascones) presentaban niveles más bajos de desarrollo, a causa de su aislamiento geográfico. Las manifestaciones artísticas fueron muy escasas, cerámica con motivos geométricos y esculturas toscas: Toros de Guisando. Los pueblos colonizadores serán los fenicios y griegos que llegaron a la península ibérica atraídos por su riqueza sobre todo en metales, fundando colonias con la intención de comerciar, especialmente con Tartesos e íberos. Los fenicios establecieron enclaves comerciales por el sur del Mediterráneo, siendo Gadir (Cádiz) la colonia más antigua,(hacía el 800 a.C.) siguieron otras como Malaka, Sexi o Abdera. Nos introducen la industria del salazón del pescado, explotaciones de salinas, el uso sistemático del hierro, esparto, la utilización del torno del alfarero, cerámica de barniz rojo y el alfabeto fonético, Desde el s. VI también se van a establecer colonias griegas en la costa este de la Península como Rhode (Rosas), Emporion (Ampurias) o Hemeroskopeion (Denia). La influencia griega sobre las tribus iberas es patente en el arte y en la lengua, de estos pueblos. A partir del siglo IV a. c. Cartago comenzó a controlar el comercio mediterráneo, sustituyendo a los fenicios e instalando factorías y enclaves estratégicos destacando la colonia de Cartago Nova (Cartagena) y Ebusus (Ibiza). Aunque dejaron su influencia en la cultura ibérica su política de colonización era más hostil y debido a su enfrentamiento con Roma (Guerras púnicas) se producirá la conquista romana de la Península a partir del s. III aC: 2.3 Conquista y romanización: la pervivencia del legado cultural romano en la cultura hispánica. La conquista romana de la península ibérica fue larga y dura, los romanos entraron en la península por su enfrentamiento con los cartagineses en las guerras púnicas, los romanos ocuparon el sur y el levante peninsular durante la segunda guerra púnica (218 -201 a.C.). A partir de entonces, y hasta el año 154 a.C. Roma se orientó más a la consolidación de los territorios ya ocupados y a reprimir revueltas indígenas; En el año 154 a.C. comenzaron las guerras contra celtíberos y lusitanos que veían con hostilidad el modelo de civilización romana finalizando las conquistas del centro y el oeste, hacía el 29 a.C. Finalmente entre los años 29 y 19 a.C. y dirigidas por Augusto tuvieron lugar las luchas contra cántabros y Astures. La victoria de Roma intensificó el proceso de ROMANIZACIÓN o adaptación y asimilación de los pueblos hispanos a las estructuras políticas, económicas, sociales y culturales del Imperio Romano. Dicha Romanización comienza desde el instante mismo de la conquista en el s. III aC y continua en el tiempo hasta la completa asimilación de las costumbres romanas, es decir el paso de ser indígenas a considerarse plenamente ciudadanos romanos. Hispania fue una de las provincias más temprana e intensamente romanizada del imperio. Sin embargo, el grado de romanización fue desigual, varía de unas zonas a otras: la que primero se romaniza, y de manera más intensa, es en la costa mediterránea y la Bética, que por otra parte fue la primera en conquistar, según nos introducimos hacia el interior la romanización va disminuyendo y la zona norte está nula o escasamente romanizada. Otras zonas del Imperio no experimentan este proceso porque son culturalmente más evolucionadas que la romana, pero Hispania era claramente superior la civilización romana que la de los pueblos indígenas y esto contribuyó mucho a la romanización. 2 Este proceso de romanización se llevó a cabo por distintos cauces, se emplearon distintos instrumentos: la inclusión en el ejército de tropas peninsulares, la extensión de la vida urbana fundación de colonias, ciudades (Tarraco, Barcino, Itálica..), el asentamiento de ciudadanos romanos, la concesión de la ciudadanía romana a los indígenas, el latín desplazó a las lenguas nativas y facilitó la aportación literaria hispana a la cultura latina con autores como: Séneca.. Además con el latín penetró el derecho romano, la administración y la explotación económica de la península, los romanos impusieron también sus cultos religiosos, que se simultanearon con los indígenas y a partir del s. III se producirá la extensión del cristianismo. Desde el punto de vista artístico la conquista aportó una huella perdurable, sobre todo en la arquitectura y las obras públicas. Este proceso de romanización dejó un importante legado cultural. 2.4. Las invasiones bárbaras. El reino visigodo: Instituciones y cultura. En el año 409 llegaron a la Península ibérica tres pueblos germanos: · Los suevos que formaron un reino que comprendía Galicia y el norte de Portugal y que pervivió hasta el año 585. · Los vándalos que acabarían dirigiéndose al norte de África. · Los alanos que se instalaron en el sur y después se perdió su rastro. Roma hizo un pacto con los visigodos (un pueblo germano, godo, bastante romanizado), por el que les concedía tierras en el sur de Francia y en Hispania a cambio de expulsar a los invasores. Los visigodos fueron derrotados por los francos, en el 507 y se asentaron definitivamente en la Península, estableciendo su capital en Toledo. Fueron pocos efectivos y se instalaron principalmente en la meseta. La organización política germana, era la monarquía electiva, los reyes para mantener el poder asociaban a su hijo en los últimos años de su gobierno pero la sucesión era a veces cuestionada y provocaba luchas civiles. Los reyes se rodearon de gardingos o guerreros fieles y se apoyaron en dos instituciones: - El Aula Regía de carácter consultivo, integrada por nobles y el Officium Palatinum, formada por los nobles de más confianza del rey que se ocupaban de la administración central. La territorial, quedó en manos de Duces y comes - Las asambleas o Concilios de carácter legislativo Objetivos de los visigodos en Hispania fueron la uniformización territorial (imponiéndose sobre los suevos, expulsando a los bizantinos), religiosa a partir del III Concilio de Toledo, en el 589, la iglesia católica establecida religión oficial se convirtió en un apoyo de la monarquía ratificando sus decisiones en los Concilios y jurídica: el rey Recesvinto promulgó en el 654 el código “Liber Iudiciorum, o Fuero Juzgo compilación del derecho consuetudinario germano y que recogía gran parte del derecho romano. Los visigodos acentuaron la ruralización, la feudalización y el latifundismo y la economía autosuficiente; además continuaron el proceso de romanización. En el ámbito literario la figura más relevante fue la de San Isidoro de Sevilla y sus teorías políticas el origen divino del poder real, en su obra “Etimologías” Eres rey si obras rectamente sobre unas normas morales. En el arte destacaron en obras de orfebrería, como coronas votivas (Tesoro de Guarrazar) Una disputa sucesoria facilitó la irrupción de los musulmanes en la península y el fin de la monarquía visigoda en el 711. 3