Sobre El Cubrirse La Cabeza Introducción Es mi deseo escribir acerca del cubrirse la cabeza, ya que este tema ha sido el centro de muchas discusiones y hasta divisiones entre el pueblo de Dios, no es mi intención discutir o separarme de mis hermanos, sino descubrir la gloriosa verdad encerrada en estos versículos de 1ra Co. 11: 2 al 16. Comparto esto a mis hermanas en Cristo, a aquellas hermanas que tienen un deseo sincero de descubrir la verdad y obedecerla, por amor a su eterno Salvador, es para aquellas hermanas que tienen el anhelo de descubrir la posición de la mujer en el infinito plan de Dios, un lugar que al descubrirlo, se encontrara con la gloria de la posición dada por Dios a la mujer y digo un lugar de gloria y no uno de inferioridad y esclavitud ¿cómo podemos pensar que un Dios que nos amó tanto haya preparado un lugar así para la mujer? Quizás este pensamiento de inferioridad y esclavitud que está en el corazón de la mujer cristiana, es a causa de la falta de revelación del plan eterno de Dios para con ustedes hermanas. Mi deseo al compartir sobre el cubrirse la cabeza, es que se abran las puertas de la revelación y un limpio entendimiento a cerca de este pequeño pero valioso asunto; alguien dijo una vez, que el cubrirse la cabeza era para los creyentes corintios, tal afirmación hace ver a la escritura no como la Palabra revelada de Dios sino más bien como una historia escrita hace siglos, porque si el cubrirse era para los Corintios ¿qué hay de los creyentes de este tiempo? Vemos a la escritura como pasada de moda; amadas hermanas, El no cambia, en el no hay sombra de variación, “es el mismo ayer y hoy y por los siglos” (Hebreos 13:8). Si él no cambia, su palabra tampoco, 2da Tim. 3:16 dice que “toda la escritura es inspirada por dios y útil para enseñar…”. Vamos a Considerar Ahora El Tema de Cubrirte la Cabeza En 1ra Co. 11:2-16, la palabra nos muestra que no se trata aquí de los problemas entre las hermanas o entre los hermanos, ni tampoco de una herejía introducida en la iglesia por falsos maestros. En el verso 3, habla de Cristo, varón, mujer y Dios, ¿qué significa esto?, sino del orden de la creación. Lo muestra a Cristo el ungido como cabeza del hombre y al hombre como cabeza de la mujer y a Dios como cabeza de Cristo; repito, no se trata aquí de nuestra posición en Cristo sino del orden de la creación. En este orden establecido, vemos a Dios como soberano. Soberano es alguien que es amo, Señor, poseyendo una autoridad suprema, alguien que gobierna y tiene autoridad para hacer libremente como quiera, es por eso que Pablo escribe en 1ra Co. 11:3 “pero quiero que sepáis…”, que tenemos que saber que Dios es soberano y el gobierna, para poder entender esto de cubrirse la cabeza, debemos entender lo que significa que Dios sea soberano, que él gobierne. Bajo el gobierno de Dios el hombre no tiene libertad de andar por su propio camino. Para que sea más aclarado todo esto, quiero marcar la diferencia entre el gobierno de Dios y la gracia de Dios. La gracia de Dios no invalida o anula el gobierno de Dios; más bien, la gracia capacita a la persona para someterse al gobierno de Dios. Recordemos la trágica historia de la caída de Adán, después que Dios creo a Adán, planto un huerto y puso al hombre a cargo del mismo, pero vemos que Adán peco contra Dios. La gracia de Dios se manifestó cubriendo con pieles al hombre y su mujer, después que habían pecado. También Dios hizo la promesa de la redención por medio de la simiente de la mujer (Génesis. 3:15). La gracia de Dios es para salvar, pero no cambio el gobierno de Dios en su decisión de echar a Adán y a Eva del huerto. Recordemos también cuando el pueblo de Israel tuvo necesidad de agua, Dios dijo a Moisés que le hablara a la peña delante del pueblo; vemos que Moisés golpeo dos veces la peña, y Dios le dijo, que a causa de lo que había hecho, “no entraría a la tierra que fluía leche y miel” (Números 20: 8 al 12). Moisés volvió a insistir en Deut. 3:26, la respuesta de Dios fue, “no me hables más del asunto”. La decisión de Dios en su soberanía y gobierno estaban resueltas y no se iba a cambiar ni siquiera por este gran siervo de Dios, esto es el gobierno de Dios y el no cambia. También en el N.T. encontramos a Pablo y Bernabé, ellos se separaron a causa de Marcos (Hech. 15: 31 al 39) Marcos era pariente de Bernabé (Col. 4-10). Abandonó a Pablo y a Bernabé en su primer viaje misionero, pero Bernabé estuvo dispuesto a aceptarle de nuevo en el viaje siguiente, claramente esto era debido a su relación en la carne, después que Bernabé se hubo separado de Pablo, llevándose consigo a Marcos a Chipre, su lugar de origen, indicando que trabajarían juntos según sus relaciones en la carne; aunque es posible que Bernabé fuera usado por Dios, separado de Pablo, el Espíritu Santo ya no lo sigue, sin duda su nombre está en el libro de la vida, pero no se registra ya más en el libro de los Hechos; esto también es una decisión tomada por Dios en su gobierno soberano. Amadas hermanas el llamado del evangelio no es solo para que los hombres y mujeres reciban la gracia de la salvación, sino también para que se sometan al gobierno soberano de Dios. Para que todos en general podamos someternos a este gobierno, debemos abandonar nuestra voluntad y nuestras opiniones, el pensamiento humano nunca está de acuerdo con el orden establecido por Dios. Es por eso que Jesús dijo “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese así mismo, tome su cruz y sígame” (Mateo.16-24) Niéguese a su opinión, a su voluntad, para obedecerlo a él. En Filip. 2:6 dice, siendo en forma de Dios… la esencia eterna del Señor Jesús es igual a Dios, pero en el gobierno de Dios, Cristo acepta a Dios como su cabeza… El significado de cubrirse la cabeza es: me someto al gobierno de Dios; acepto la posición asignada por Dios; no me atrevo a anular su gobierno por la gracia que he recibido; no me atrevo incluso a pensar sobre ello; al contrario acepto el gobierno de Dios, como Cristo acepta a Dios como su cabeza, así todo hombre debe aceptar a Cristo como su cabeza. De la misma manera, la mujer debería aceptar al hombre como su cabeza representativa. Al cubrirse la cabeza la mujer, significa que ella no es la cabeza, porque la lleva cubierta. Dios llama a las hermanas a que exhiban esta disposición y orden. Es por medio de las hermanas que el sistema de gobierno de Dios ha de ser desplegado. Son las hermanas las responsables de tener el signo de obediencia sobre sus cabezas. Dios de modo específico, requiere que las mujeres tengan la cabeza cubierta cuando oran o profetizan. ¿Por qué? Deben reconocer el gobierno de Dios cuando se presentan delante de él. Al presentarse delante de Dios para orar o delante del pueblo para profetizar por Dios, tanto si oran como si profetizan, tanto en lo que va a Dios como en lo que viene de Dios, en cualquier relación con Dios, la cabeza se exige que esté cubierta. El propósito es manifestar el gobierno de Dios. Los hombres no tienen que cubrirse la cabeza. Es una vergüenza para su cabeza si el hombre la cubre delante de la mujer, porque el hombre representa a Cristo. Por tanto la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles. (v.10). La Biblia no especifica lo que hay que usar para cubrir la cabeza; sólo dice que la cabeza, en que crece el cabello, debe ser cubierta. ¿Por qué debe ser cubierta? A causa de los ángeles. A veces me he quedado asombrado de esta maravillosa enseñanza de que las hermanas deben llevar la cabeza cubierta como señal de autoridad por causa de los ángeles. Conocemos la historia trágica de cómo pecaron algunos ángeles. Satanás se reveló contra Dios. Por qué deseaba hacerse igual a Dios. En otras palabras, el ángel Lucifer intento exponer su propia cabeza delante de Dios y rehusó someterse a su autoridad. En Isaías 14, Satanás reitera constantemente: “subiré”, “levantare”, “me sentare”, “tú que decías en tu corazón, subiré al cielo; por encima de las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte de la reunión me sentaré, en el extremo norte; sobre la altura de las nubes subiré, y seré semejante al altísimo.(v.13:14). En este mismo pasaje vemos que un arcángel cae para pasar a ser Satanás. Apocalipsis 12, además, nos muestra que cuando Satanás cayó, cayó con él un tercio de las huestes angélicas (Ap. 12:4). ¿Por qué cayeron los ángeles? Por qué no se sujetaron a la autoridad de Dios, la cabeza, sino que intentaron tener expuestas sus propias cabezas. Hoy la mujer tiene un signo de autoridad sobre su cabeza a causa de los ángeles, esto es, como testimonio a los ángeles. Sólo las hermanas en la iglesia pueden dar este testimonio, porque las mujeres del mundo no saben nada de ello. Hoy, cuando las hermanas tienen el signo de autoridad sobre sus cabezas, dan testimonio de que: “he cubierto mi cabeza, porque yo no procuro ser la cabeza. Mi cabeza está velada y acepto al hombre como la cabeza, y el aceptar al hombre significa que acepto a Cristo como cabeza y a Dios como cabeza”. “Pero algunos de vosotros ángeles os habéis revelado contra Dios”. Esto es lo que significa a causa de los ángeles. Tengo en mi cabeza un signo de autoridad. Soy una mujer con la cabeza cubierta. Esto es un testimonio excelente; a los ángeles, a los caídos y a los no caídos. No es de extrañar que Satanás se oponga de modo persistente a la idea de cubrirse la cabeza. En realidad avergüenza. Nosotros hacemos lo que él ha fallado en hacer. Lo que Dios no recibió de los ángeles, lo obtiene ahora de la iglesia. Debido a que los ángeles no se sometieron a la autoridad de Dios y de su Cristo, el mundo está sometido a gran confusión. La caída de Satanás ha causado más turbación que la caída del hombre. Pero, gracias a Dios, lo que no ha obtenido de los ángeles caídos, lo ha obtenido de la iglesia. Cuando muchas de las mujeres hermanas en la iglesia, ocupan el lugar que ha sido dado a las mujeres y aprenden a cubrir su cabeza, envían una palabra no hablada de testimonio a los ángeles en el aire, al efecto de que Dios ha obtenido de la iglesia lo que desea. Debido a esto, la mujer debe llevar sobre la cabeza un signo de autoridad, como testimonio a los ángeles. Aplicación general El cubrimiento de la cabeza se aplica tanto a las mujeres solteras como a las casadas. Esta sección de 1ra. Cort. 11 sobre el orden establecido por el creador, hablan del hombre y la mujer en general. Números 30:3 al 5 nos enseña que una joven en casa de su padre debe estar sujeta a su autoridad, sus votos podrían ser firmes únicamente, mediante el permiso de su padre, del mismo modo, los votos de una esposa eran válidos solo con el permiso de su esposo, de este modo la mujer reconoce la autoridad de su padre, de su esposo y la del hombre en general cuando está en la presencia del Señor. Su cabeza cubierta es un símbolo de este reconocimiento. Una mujer que se encuentra en actividades espirituales, tales como orar y profetizar sin cubrirse la cabeza, demuestra así que ha tomado una posición de autoridad y de abandono del lugar de sujeción que le es propio. Por supuesto, esta sujeción profesada al hombre e indicada mediante el uso del símbolo de la cubierta o velo, debe también estar respaldada por una vida que manifieste obediencia y sujeción al orden divino. Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza? La naturaleza misma, ¿No os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello (1ra Co. 11: 13 al 15). Estas instrucciones mencionadas en 1ra Co.11 no son ni judías, las cuales exigían que los hombres se cubrieran con un velo para la oración, ni griegas, por las que tanto el hombre como la mujer iban sin cubrirse. Las instrucciones del apóstol eran mandamientos del Señor (1ra Co. 14:37) y eran para todas las iglesias. Vamos a tratar con el verso 15 en particular ya que es este verso el que causa problemas para entenderlo; a causa de no discernir el gobierno de Dios, y además de esto, todos aquellos que quieren entender el verso 15, tienen que leer todo el contexto para recibir la luz necesaria sobre este tema del cubrirse. La palabra de Dios no se contradice En primer lugar, nosotros debemos entender que el versículo 15 no contradice lo que dice el versículo 6, en el v. 6 dice que la mujer se cubra y en el v. 15 dice que en lugar de velo le es dado el cabello, como un cubrimiento natural, es decir que es algo que ya viene con la mujer desde que ella nace. Consideramos también que el apóstol uso dos palabras diferentes en el original griego, una es katakaluptomai (cubrir) y para (velo) uso peribolaion. La primera se refiere a la cubierta artificial de significado espiritual y la segunda al cubrimiento natural. Por tanto creemos que las mujeres ciertamente deben llevar dos cubrimientos: el cabello largo como cubrimiento natural y el cubrimiento artificial de significado espiritual, por causa de los ángeles. Como ya hemos explicado anteriormente, todo esto ordenado por Dios en forma de mandamiento, “Que se cubra” (1ra Co. 11:6). También podemos agregar que el versículo 7 dice, “porque el varón no debe cubrirse…” LA PALABRA “DEBE” en el original griego es “OFIELO” y denota una obligación, una necesidad y un deber de que el hombre lleve la cabeza descubierta y la mujer cubierta. Es mi deseo que mis amadas hermanas a través de este breve escrito, puedan convertirse en un fiel testimonio a un Señor ausente. Que el Señor por medio de su Espíritu Santo, les haga sentir una firme convicción con respecto a esta gloriosa verdad. Reflexión para los contenciosos Exhorto a los que quieren ser contenciosos, a conocer al Señor íntimamente, les invito a que se encuentren con su soberanía, su gobierno y su autoridad. No solamente con su gracia. Hago esta invitación sabiendo que “La Iglesia” reconoce a Cristo como cabeza y ella está sujeta a su gobierno y autoridad, pero no lo está por una ley, “la ley produce ira…” (Rom. 4:15). Si lo conocemos íntimamente lo vamos a amar, y si lo amamos estaremos sujetos a su gobierno por amor. Demos lugar a su Espíritu Santo a que nos guie a toda verdad y justicia, el espíritu no dejara que nos revelemos a su autoridad; si somos sensibles a su palabra, vendrá convicción a nuestra mente y corazón. Así como respondió Simón Pedro frente a la pregunta del Señor Jesús “¿A quién iremos? Tú tienes palabra de vida eterna” (juan6:67 y 68).