VARIABILIDAD DE LONGITUD, ANCHURA Y GROSOR EN

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VARIABILIDAD DE LONGITUD, ANCHURA Y GROSOR EN SEMILLAS DE CEREZO
DE MONTE (Prunus avium L.) DE CASTILLA Y LEÓN.
Oscar Cisneros González (1)
Begoña Galán Lafuente (1)
Raquel Díez Sánchez (1)
Centro de Investigación y Experiencias Forestales Valonsadero. Junta de Castilla y León.
(1)
Apdo. nº 175. 42080. Soria. Email: cisgonos@jcyl.es
Mesa temática: Mesa nº 2. Mejora genética forestal, viveros y repoblaciones.
Resumen
En este trabajo se analiza la variabilidad de 3 parámetros de tamaño de 7632 semillas del cerezo de
monte procedentes de 33 bosquetes de Castilla y León. Las variables estudiadas son la longitud
(Dmayor), la anchura (Dmenor) y el grosor (Grosor). La primera ha mostrado la mayor variabilidad.
Mediante el test de Wilcoxon-Mann-Whitney se han comparado las medianas de distintas variables
para dos tipos de poblaciones, las silvestres y las que probablemente proceden de árboles cultivados
(asilvestrados). Se propone que los valores superiores a 400 mm3 de la variable
Dmayor*Dmenor*Grosor indican poblaciones asilvestradas.
Palabras clave: Cerezo, Prunus avium L., variabilidad, poblaciones silvestres, poblaciones
asilvestradas.
INTRODUCCIÓN
El Centro de Investigación y Experiencias Forestales de Valonsadero, dependiente de la Junta de
Castilla y León desarrolla desde el año 1998 una línea de investigación sobre mejora genética de
frondosas productoras de madera de calidad. En el caso del cerezo (Prunus avium L.) se realizó la
selección y propagación de árboles sobresalientes en coordinación con otras comunidades autónomas
(PUERTAS y TRAVER, 1996; FERNÁNDEZ LÓPEZ et al., 2000), junto con un estudio sobre la
autoecología de la especie en la región. La realización de estos trabajos permitió proponer al Servicio
de Restauración de la Vegetación la inclusión de varias poblaciones como fuentes semilleras
El cerezo de monte presenta una peculiaridad frente a otras especies forestales, el uso frutal que
tradicionalmente se ha realizado en numerosas áreas de la región. Este interés por parte del hombre
ha motivado la presencia de cerezos en zonas alejadas de su distribución silvestre, además de la
existencia de fenómenos de introgresión de árboles frutales en poblaciones forestales. Las variedades
cultivadas y los portainjertos, han contribuido de forma importante a la creación de nuevas
poblaciones en los montes cercanos a pueblos y construcciones del medio rural. Estas poblaciones
presentan un inconveniente a la hora de su empleo como fuente semillera para la reforestación. Los
caracteres de forma del tronco y de la ramificación son altamente heredables y las características
típicas de los árboles frutales no son deseables en la producción de madera (ramas gruesos, escasa
altura de coronación, etc.). Por lo tanto se señaló la separación entre poblaciones asilvestradas y
silvestres como uno de los objetivos prioritarios en el programa de mejora. FRANÇOIS (1985)
indica que en Francia se emplearon semillas procedentes de la repostería o destilerías, dando como
resultado plantaciones muy heterogéneas y difíciles de conducir hacia la producción de madera de
calidad debido a grandes diferencias en crecimiento, adaptación al suelo, porte y fenología.
Por otra parte, la presencia de cerezos aislados en gran parte de los municipios de montaña de la
región no responde a un fin económico, ya que las condiciones ecológicas no son las adecuadas, y no
se pueden considerar como árboles frutales. Más bien son árboles mantenidos para pequeño
consumo, con escasa intensidad de selección por su valor frutal y procedentes de bosques cercanos.
En algunas ocasiones estos árboles y su descendencia han producido bosquetes en antiguos huertos y
prados cuando se ha abandonado su uso frutal tras el éxodo rural, frecuente en las comarcas
montañosas.
Con el fin de estimar la influencia de la mano del hombre en la distribución actual de la especie, se
ha recurrido a dos fuentes, el Diccionario de Madoz (MADOZ, 1845-1850) para determinar el
posible uso histórico como frutal de la especie (figura 1); y una consulta a la Consejería de
Agricultura y Ganadería para conocer los municipios en los que se ha cultivado recientemente
(figura 2). En ambos mapas se observa la superposición de zonas cultivas y zonas en las que el
cerezo aparece actualmente silvestre en el monte. Aunque son necesarios estudios de genética de
poblaciones para determinar el origen de las poblaciones actuales, es evidente que el hombre ha
determinado de forma importante su distribución.
El tamaño del fruto es una diferencia morfológica evidente entre plantaciones y poblaciones
silvestres. Aunque las variables de tamaño están sujetas a una elevada variabilidad asociada a
factores de nutrición, iluminación o posición en el árbol, es razonable pensar que entre los cerezos
silvestres y los cultivados existen diferencias de tamaño en el fruto, debido a que este carácter es uno
de los que se han empleado en la domesticación de las distintas variedades. Esta diferenciación se
recoge en la descripción de la especie recogida en Flora Ibérica (MUÑOZ y NAVARRO, 1998).
Según este documento, se pueden distinguir tres variedades:
ƒ Variedad silvestre: Fruto más pequeño (9-14 mm), rojo obscuro y sabor áspero. Variedad avium;
P. cerasus var. actinata L.; Cerasus avium var. sylvestris
ƒ Variedad cultivada: Fruto más grande (14-17 mm), subgloboso, de color rojo claro o amarillo
rojizo y pulpa compacta de sabor dulce. Variedad duracina (L.) L.; P. cerasus var. duracina L.
ƒ Variedad cultivada: Fruto grande (14-17 (20) mm), ovoide, de color negro o negro purpúreo y
pulpa de sabor dulce. Variedad juliana (L.) Thuill.; P. cerasus var. juliana L.
BOULET-GERCOURT (1997) considera existen notables diferencias entre las cerezas cultivadas y
silvestres. Las últimas son de menor tamaño, aunque pueden alcanzar las de una cereza frutal. En un
estudio sobre variabilidad en tamaño de semillas de cerezo, BALLIAN (2000 a) concluye que los
menores valores en longitud, anchura y grosor de semillas identifican una variedad silvestre de
cerezo, denominada Prunus avium var. actinata. El mismo autor (BALLIAN, 2000 b) considera que
existen diferencias entre las poblaciones silvestres y los árboles cultivados en el diámetro de la flor.
El objetivo de este trabajo es determinar un método sencillo para discernir entre lotes de semilla de
cerezo procedentes de poblaciones silvestres o asilvestradas.
MATERIAL Y MÉTODOS
Recolección de la semilla
Se recogieron las cerezas durante la primavera de 2001 y 2003 en 1 a 5 puntos por bosquete, bien
directamente del árbol (frutos con pulpa) o del suelo (frutos con pulpa o sin ella). La separación
mínima entre los distintos puntos de recogida dentro del bosquete fue de 10 metros para procurar que
el material no precediera del mismo individuo. FERNANDEZ et al., (1994) sitúa en este entorno la
distancia más habitual entre chirpiales del mismo clon, aunque llegan a alcanzar 80 m. Las reducidas
dimensiones de los bosquetes no permiten distribuir la recogida de semilla a tanta distancia, por lo
que se ha empleado un radio menor. La semilla se identifica por la RIU (Región de procedencia del
bosquete, según el Reglamento sobre material forestal de reproducción (Boletín Oficial del Estado,
2003)), el bosquete y el punto dentro del bosquete.
Limpieza y conservación
La semilla se despulpó manualmente para asegurar que las mediciones fueran fiables. Tras 24 horas
de secado a temperatura ambiente, se conservó a 4ºC hasta su medición.
Medición de la semilla
Se realizaron tres mediciones (figura 3), diámetro mayor (Dmayor), diámetro menor (Dmenor),
grosor (Grosor). Todas las mediciones en mm, tomadas con calibre digital.
Asignación del carácter silvestre-asilvestrado
Como se ha comentado, la influencia negativa que los cerezos frutales inducen en la forma del árbol,
hace interesante distinguir a los individuos silvestres de aquellos que pueden derivar del cruce o
asilvestramiento a partir de los cultivos. Se ha asignado una variable dicotómica a cada bosquete,
con los valores “silvestre” o “asilvestrado”. En el primer caso se incluyen los bosquetes que no se
encuentran cerca de ninguna plantación, huertos o individuos productores de fruta, ya sea en la
actualidad o en épocas recientes según la opinión de los agentes forestales y técnicos de la zona. En
el segundo grupo están los bosquetes para los que existe alguna duda de su carácter espontáneo,
según los criterios expuestos.
Análisis del carácter silvestre
Con el objetivo de encontrar diferencias entre los bosquetes asilvestrados y silvestres se ha realizado
el test W de Wilcoxon-Mann-Whitney (para el citado carácter) de un conjunto de variables. Las
variables son relaciones entre los diámetros, los diámetros y las superficies definidas por pares de
diámetros (Dmayor*Dmenor, Dmayor*Grosor, Dmenor*Grosor) o entre los diámetros y el volumen
definido por los tres diámetros (Dmayor*Dmenor*Grosor). Este tipo de variables son variables de
forma, a diferencia de los diámetros o sus productos que son variables de tamaño. Dentro de estas
ultimas se han empleado los diámetros, la suma de los diámetros (Dmayor+Dmenor+Grosor) y el
volumen (producto de los diámetros). En general, se considera que las variables de tamaño no son
adecuadas para discriminar poblaciones o individuos debido a su dependencia de variables climáticas
o edáficas. A pesar de esta recomendación, se han incluido algunas variables de tamaño (suma de
diámetros y volumen) con un objetivo comparativo frente a las de forma. Las variables empleadas
son:
• Dmayor
• Dmenor
• Grosor
• Dmenor/Dmayor
• Grosor/Dmayor
• Grosor/Dmenor
• Grosor*Dmenor/Dmayor
• 1/(Dmenor*Dmayor)
• 1/(Grosor*Dmayor)
• 1/(Grosor*Dmenor)
• 1/Dmayor
• 1/Dmenor
• 1/Grosor
• (Dmayor+Dmenor+Grosor)/(Dmayor*Dmenor*Grosor)
• Dmayor*Dmenor*Grosor)
• (Dmayor+Dmenor+Grosor)/Dmayor
• (Dmayor+Dmenor+Grosor)/Dmenor
• (Dmayor+Dmenor+Grosor)/Grosor
Se ha seleccionado un test no paramétrico para analizar las diferencias entre medianas debido a que
algunas de las variables no cumplen los requerimientos de normalidad y homogeneidad de varianzas
necesarios para el test paramétrico de separación de medias.
Con el objetivo de dar un carácter práctico a este análisis, se trabaja con las medias por puntos en vez
de con semillas individuales. De esta forma se pueden dar recomendaciones para lotes de semillas,
ya que la diferencia entre semillas individuales es más sensible a la presencia de datos extremos o
erróneos.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Se han medido 7632 semillas en 33 bosquetes (figura 4). Los principales estadísticos descriptivos se
recogen en la tabla 10.
Tabla 1. Estadísticos descriptivos de las semillas (datos medidos en mm)
Dmenor
Grosor
Dmayor
Media
8.6
7.3
5.8
Error típico
0.010
0.008
0.006
Mediana
8.5
7.3
5.8
Moda
Desviación estándar
Coeficiente de variación (%)
Curtosis (adimensional)
Coeficiente de asimetría (adimens.)
Rango
Mínimo
Máximo
Número
8.8
0.9
10.5
0.30
0.27
6.8
5.6
12.4
7632
7.0
0.7
9.6
-0.13
0.13
5.2
4.6
9.9
7632
5.9
0.6
10.3
-0.02
0.27
4.4
3.8
8.2
7632
En la tabla 2 se resume el resultado de separación entre poblaciones silvestres y asilvestradas. Se
observa con claridad que los bosquetes considerados como asilvestrados presentan semillas de mayor
tamaño que las de poblaciones silvestres. La variable que detecta con mayor claridad la diferencia
entre poblaciones silvestres y asilvestradas es la anchura, Dmenor. También detectan estas
diferencias Grosor y en menor medida Dmayor. Otras variables estudiadas también indican
diferencias, aunque se deben a las citadas para Dmenor, Grosor y Dmayor. Las variables de forma
que no implican comparación con la superficie o el volumen (Dmenor/Dmayor, Grosor/Dmayor,
Grosor/Dmenor, suma de diámetros/diámetro) no presentan diferencias entre ambos tipos de
poblaciones.
Aunque las diferencias más significativas son para Dmenor, las diferencias son más claras
empleando Dmayor*Dmenor*Grosor, ya que se multiplican estas diferencias. Una forma de
establecer una norma sencilla para considerar un lote de semillas como procedente de una población
asilvestrada es que la media sea superior a 400 mm3, valor medio de la variable
Dmayor*Dmenor*Grosor para la población asilvestrada muestreada. Valores inferiores no implican
que el lote sea silvestre, ya que el intervalo de confianza para la población asilvestrada se sitúa en
torno a 375 mm3, pero esta regla asegura la eliminación de los lotes con mayor probabilidad de ser
asilvestrados. En la figura 5 se presenta gráficamente el resultado del test para la variable volumen.
Tabla 2. Resultados del Test W de Wilcoxon-Mann-Whitney
Variable
(1)
(2)
Dmayor
Dmenor
Grosor
Dmenor/Dmayor
Grosor/Dmayor
Grosor/Dmenor
Grosor*Dmenor/Dmayor
1/(Dmenor*Dmayor)
1/(Grosor*Dmayor)
1/(Grosor*Dmenor)
1/Dmayor
1/Dmenor
1/Grosor
(Dmayor+Dmenor+Grosor)/
(Dmayor*Dmenor*Grosor)
Dmayor*Dmenor*Grosor
(Dmayor+Dmenor+Grosor)/Dmayor
(Dmayor+Dmenor+Grosor)/Dmenor
(Dmayor+Dmenor+Grosor)/Grosor
(1) Mediana para asilvestrado
(2) Mediana para silvestre
(3) p-valor del Test W de Wilcoxon-Mann-Whitney
(3)
8.8046
7.5120
5.8340
0.8550
0.6623
0.7782
5.0721
0.0150
0.0192
0.0226
0.1136
0.1331
0.1714
0.0566
8.4782
7.0282
5.5951
0.8398
0.6668
0.7927
4.7510
0.0167
0.0209
0.0256
0.1180
0.1423
0.1787
0.0632
0.01354
0.00009
0.00136
0.39481
0.96903
0.10118
0.00899
0.00078
0.00396
0.00030
0.01354
0.00009
0.00136
0.00082
391.2510
2.5093
2.9510
3.7796
335.1070
2.5089
2.9769
3.7572
0.00082
0.65641
0.15267
0.52092
Figura 1. Municipios (rayas oblicuas) en los que aparece cerezo cultivado en 1845-1850 según
Madoz (MADOZ, 1845-1850). En negro la distribución actual del cerezo de monte en Castilla y
León.
Figura 2. Municipios (rayas oblicuas) con presencia de cerezo y guindo cultivados o diseminados
(Consejería de Agricultura y Ganadería, Junta de Castilla y León, 2000). En negro la distribución
actual del cerezo de monte en Castilla y León.
Figura 3. Diámetro mayor, diámetro menor y grosor.
Figura 4. Ubicación de los bosquetes muestreados respecto a las Regiones de procedencia de
Castilla y León
Figura 5.Comparación de medianas para Dmayor*Dmenor*Grosor
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BIBLIOGRAFÍA
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BOULET-GERCOURT, B. (1997). Le merisier. Paris, Institut pour le Développement Forestier.
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FERNANDEZ, R.; SANTI, F.; DUFOUR, J. (1994). “Les matériels forestiers de reproduction
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MUÑOZ, F.; NAVARRO, C. (1998). Flora ibérica: plantas vasculares de la Península Ibérica e Islas
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Reunión del Grupo de Trabajo de Mejora Genética Forestal, Madrid, Sociedad Española de Ciencias
Forestales.
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