Naturaleza y Riesgos de los Instrumentos Financieros

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MiFID
Naturaleza y Riesgos de
los Instrumentos
Financieros
INTRODUCCIÓN: INFORMACIÓN SOBRE LOS INSTRUMENTOS
La Directiva europea 2006/73/CE sobre Mercados de Instrumentos Financieros (desde ahora “MiFID”), el
artículo 79bis.3 de la Ley24/1988 del Mercado de Valores (desde ahora “LMV”) y el Art.64.1 del RD217/2008
sobre el Régimen Jurídico de las Entidades que prestan Servicios de Inversión, establecen la obligación de
que las Empresas de Servicios de Inversión proporcionen a sus clientes actuales o potenciales
una descripción general y detallada de la naturaleza y riesgos de los instrumentos financieros ofrecidos que
permita a los clientes tomar sus decisiones de inversión con conocimiento de causa.
En cumplimiento a aquello antes expuesto, se detallan a continuación las características
fundamentales de los instrumentos financieros actualmente puestos a disposición de la clientela por
parte de las entidades pertenecientes al Grupo Novo Banco legalmente habilitadas para la prestación
de servicios de inversión y auxiliares.
1. VALORES DE RENTA FIJA
1. DEFINICIÓN
Los activos de renta fija son un amplio conjunto de valores negociables que emiten tanto las
empresas privadas como las instituciones públicas, y que representan préstamos que estas entidades
reciben de los inversores. Así pues, la renta fija no confiere derechos políticos a sus titulares, sino
sólo derechos económicos, entre los cuales cabe destacar el derecho en percibir los intereses
pactados y a la devolución de la totalidad o parte del capital invertido en una fecha dada dependiendo
de si es renta fija simple o no.
Un inversor en renta fija se convierte en acreedor de la sociedad emisora, mientras que el accionista
es un socio propietario de una parte del capital social. Esta diferencia no es trivial, pues:
En caso de liquidación de la sociedad el acreedor tiene prioridad frente a los socios.
El accionista cuenta con una serie de derechos que requieren un mayor compromiso que los
del inversor en renta fija: mayor seguimiento de la información, posible participación en la Junta
General de Accionistas o delegación del voto, etc.
En los productos de renta fija tradicionales, los intereses del préstamo se establecen de manera
exacta desde el momento de la emisión hasta la de vencimiento; sin embargo, en la actualidad
existen otras posibilidades más sofisticadas. Por ejemplo, las emisiones que pagan cupones a interés
variable se pueden vincular a tipos de referencia del mercado (como el EURIBOR), a índices
bursátiles, o incluso a la evolución de una acción concreta o de una cesta de acciones. A menudo
tienen características especiales en cuanto a opciones de amortización o reembolso, etc.
La Asociación de Intermediarios de Activos Financieros (AIAF) es el mercado financiero de deuda (o
renta fija) en el que cotizan y se negocian los activos que las empresas privadas (sobre todo de tipo
industrial), las entidades financieras y las Administraciones Públicas Territoriales emiten para captar
fondos para financiar su actividad. El Mercado AIAF, bajo la supervisión de la Comisión Nacional del
Mercado de Valores (CNMV), garantiza la transparencia de las operaciones y fomenta la liquidez de
los activos admitidos a cotización. En la actualidad cuenta con cerca de un centenar de miembros
representativos de la práctica totalidad de los bancos, cajas de ahorro y sociedades de valores
españolas e internacionales no residentes en España. AIAF forma parte del Grupo Mercados
Financieros, que a su vez se ha integrado junto con las Bolsas españolas y los sistemas de
compensación y liquidación dando lugar al Holding Bolsas y Mercados Españoles (BME).
Los activos de renta fija son considerados como productos MiFID no complejos, al no incorporar
ningún derivado. Los riesgos que comportan son básicamente de precio por variaciones en los tipos
de interés, y de crédito o de insolvencia del emisor.
2. TIPOLOGÍA
Los valores de Renta Fija se materializan en diversas formas, pudiendo ser emitidas, según los
casos, por entidades públicas o privadas, siendo los más comunes:
Deuda Pública: las Letras del Tesoro, los Bonos y las Obligaciones.
Privadas: Los Pagarés de Empresa, las Cédulas Hipotecarias y las Titulizaciones.
2.1. DEUDA PÚBLICA (RENTA FIJA PÚBLICA)
Son valores de renta fija, emitidos por el Estado, las Comunidades Autónomas y otros Organismos
Públicos. En general son valores muy líquidos y con un bajo riesgo de crédito.
El mercado de deuda pública no está supervisado por la CNMV, sino que es gestionado por el Banco
de España a través de la Central de Anotaciones en Cuenta de la Deuda Pública Española (CADE).
Dependiendo de los plazos y las características, hay diferentes tipos de deuda pública:
2.1.1. LETRAS DEL TESORO
Son activos a corto plazo (máximo 18 meses) emitidos por el Estado a través de la Dirección General
del Tesoro. Siempre son al descuento y se representan exclusivamente mediante anotaciones en
cuenta, sin que exista el título físico.
El Tesoro emite regularmente estos valores a través de subastas competitivas, como método de
financiación del Estado. Actualmente se ofrecen cuatro tipos de Letras en función de su plazo de
vencimiento: a 3, 6, 12 y 18 meses. El inversor puede tramitar sus operaciones, tanto al mercado
primario como en el secundario, a través de cualquier entidad financiera, y también a través del
Banco de España mediante las cuentas directas de deuda del Estado. El importe mínimo de cada
petición es de 1.000 euros, y las peticiones por importe superior tienen que ser múltiplos de esta
cantidad. Algunas emisiones de deuda pública a largo plazo se realizan bajo la modalidad de valores
segregables o "strips", en los que se pueden adquirir por separado el principal y cada uno de los
cupones a los cuales da derecho el bueno original.
2.1.2. BONOS Y OBLIGACIONES DEL ESTADO
Son los principales instrumentos de renta fija a medio plazo (bonos) y largo plazo (obligaciones)
emitidos por el Estado. Se trata de emisiones de rendimiento explícito. En la actualidad se emiten
bonos a 3 y 5 años y obligaciones a 10, 15 y 30 años. A lo largo de su vida, estos activos devengan
un tipo de interés fijo que se abona mediante cupones anuales.
Estos valores se pueden adquirir en mercado primario o secundario, de manera similar al señalado
para las letras del Tesoro. Como se ha indicado, el mercado de referencia de estos valores es el
mercado de deuda pública en anotaciones.
Algunas emisiones de deuda pública a largo plazo se realizan bajo la modalidad de valores
segregables o “strips”, en los que se pueden adquirir por separado el principal y cada uno de los
cupones a los cuales da derecho el bueno original.
En la página web de la Dirección General del Tesoro se puede obtener información sobre cualquier
emisión de deuda pública del Estado (www.tesoro.es).
2.1.3. DEUDA AUTONÓMICA Y DE OTROS ORGANISMOS PÚBLICOS
Las Comunidades Autónomas, Corporaciones Locales y diversos entes públicos emiten valores a
corto plazo (pagarés) y a largo plazo. Sus características son similares a las de las Letras del Tesoro
y los bonos y obligaciones del Estado, respectivamente. En la página web del Banco de España
(Boletín de la Central de Anotaciones) se puede consultar información sobre precios cotizados y
operaciones cruzadas de la deuda pública negociada (www.bde.es).
2.2. RENTA FIJA PRIVADA
Es el conjunto de valores de renta fija que están emitidos por empresas del sector privado. Los
emisores tienen la obligación de editar y registrar en la CNMV un folleto informativo cada vez que
realizan una emisión de dicho tipo, cuando va dirigida al público en general.
2.2.1. PAGARÉS DE EMPRESA
Los pagarés son valores de renta fija simple, con rendimiento implícito, siendo, por lo tanto, emitidos
al descuento. Su rentabilidad se obtiene por diferencia entre el precio de compra y el valor nominal
del pagaré que se recibe en la fecha de amortización. Son a corto plazo, y existen vencimientos entre
3 días y 25 meses, aunque los plazos más frecuentes son de 1, 3, 6, 12 y 18 meses.
La colocación de los pagarés al mercado primario se efectúa bien mediante subastas competitivas en
las que se determina el precio de adquisición, o bien por negociación directa entre el inversor y la
entidad financiera.
2.2.2. BONOS Y OBLIGACIONES SIMPLES
Los bonos y obligaciones emitidos por las empresas son valores a medio y largo plazo. Sus
características pueden variar considerablemente de un emisor a otro, incluso en diferentes emisiones
de una misma compañía. Estas diferencias pueden ser la fecha de vencimiento, tipos de interés,
periodicidad de los cupones, precios de emisión y amortización, las cláusulas de amortización y otras
condiciones de emisión, las opciones de convertibilidad si las hubiese, la prelación de derechos en
caso de liquidación, o las garantías ofertas, entre otros.
Así, podemos encontrar bonos y obligaciones simples, obligaciones subordinadas (que a efectos de
la prelación de créditos, se sitúan detrás de todos los acreedores comunes) o bonos y obligaciones
indexados o referenciados (la suya rentabilidad se vincula a la evolución de un índice, cesta de
acciones, etc.). El inversor tiene que tener en cuenta que si la evolución de las mencionadas
referencias es desfavorable, podría no recibir ningún rendimiento o incluso sufrir pérdidas. En estos
casos, además del riesgo de la evolución de tipos de interés que afecta a toda la renta fija, se asume
el riesgo del índice de referencia.
La colocación en mercado primario se realiza de acuerdo con el procedimiento de colocación descrito
en el folleto informativo y en el resumen.
2.2.3. OBLIGACIONES SUBORDINADAS (NORMALES Y ESPECIALES)
La estructura económica de las obligaciones subordinadas es idéntica a la de las obligaciones simples; la
diferencia reside en su situación jurídica en caso de quiebra o procedimiento concursal del emisor. En
aplicación de las reglas de prelación de créditos, las obligaciones subordinadas se sitúan detrás de los
acreedores comunes. De esta manera, se puede deducir que la deuda subordinada debe tener una
rentabilidad más elevada que la deuda simple emitida por la misma entidad y al mismo plazo.
Por otra parte se encuentran las obligaciones subordinadas especiales, con características diferentes de
las dos anteriores. En primer lugar, no tienen un plazo de vencimiento, o sea, pueden llegar a ser
perpetuas (la entidad no está obligada a reembolsar nunca su principal). En segundo lugar, se prevé el
aplazamiento del pago de intereses en caso de pérdidas de la entidad. Finalmente, el inversor podría
llegar a perder hasta el 100% del importe invertido, así como los intereses devengados y no pagados, si la
entidad necesitase absorber pérdidas, una vez agotadas las reservas y los recursos asimilables al capital
(como por ejemplo las participaciones preferentes). En relación a la aplicación de las reglas de prelación
de créditos, bajo un supuesto de procedimiento concursal o quiebra, las obligaciones subordinadas
especiales se situarán detrás de les obligaciones subordinadas normales (no calificadas como especiales),
y ante las participaciones preferentes.
2.2.4. BONOS Y OBLIGACIONES CANJEABLES Y/O CONVERTIBLES
La convertibilidad supone la posibilidad de transformar un activo financiero en otro. Así, una
determinada obligación puede convertirse en una acción o en otra clase de obligaciones.
Las obligaciones canjeables o convertibles confieren a su tenedor el derecho a cambiarlas por
acciones en una fecha determinada. La diferencia entre canje y conversión radica en que, en el
primer caso, la transformación en acciones se realiza mediante entrega de acciones viejas que
forman parte de la autocartera del emisor, mientras que en el segundo, se entregan acciones nuevas.
Hasta la fecha de conversión, el titular recibe los intereses mediante el cobro de los cupones
periódicos. El número de acciones que se entregarán por cada bono u obligación, la forma de
determinar los precios, así como las fechas de cambio o conversión, se especifican en el Folleto de
Emisión. Llegada la fecha del cambio, el inversor tiene dos alternativas:
Ejercitarla opción de conversión, si el precio de las acciones ofertas en cambio/conversión
es inferior a su precio de mercado.
Mantener las obligaciones hasta la fecha de la siguiente opción de conversión o hasta la
sede vencimiento.
Además, la CNMV recibe y pone a disposición del público la información periódica que están
obligadas a enviar las Sociedades emisoras.
Estos valores se negocian exclusivamente en los segmentos de contratación de renta fija de las
Bolsas de valores.
2.2.5. CÉDULAS HIPOTECARIAS Y CÉDULAS TERRITORIALES
Son valores de renta fija emitidos exclusivamente por entidades de crédito. Las cédulas hipotecarias están
apoyadas de manera global por la cartera de préstamos hipotecarios del emisor. Suelen ser emisiones a
medio plazo y tienen diferentes modalidades en cuanto a tipos de interés y condiciones de amortización.
En concreto, la entidad emisora se reserva la facultad de amortizar anticipadamente parte o la totalidad de
la emisión durante la vida de la misma, de acuerdo con lo que se establece a la Ley que regula el mercado
hipotecario.
Las entidades emisoras suelen dar liquidez a estos valores, o sea, dan contrapartida de compra o venta a
los inversores, siempre y cuando el volumen de valores que tengan en su cartera no supere el límite legal
del 5% del volumen emitido.
Junto con las cédulas hipotecarias deben citarse las cédulas territoriales, que se encuentran soportadas
por los préstamos y créditos concedidos por el emisor al Estado, a las Comunidades Autónomas, a los
entes locales y organismos autónomos dependientes de los mismos, así como otras entidades de análoga
naturaleza del Espacio Económico Europeo.
Los titulares tanto de cédulas hipotecarias como de cédulas territoriales tienen el carácter de acreedores
singularmente privilegiados frente a cualquier otro acreedor, los primeros en relación con la totalidad de los
créditos hipotecarios y los segundos en relación con el conjunto de préstamos concedidos a las
administraciones públicas.
2.2.6. TITULIZACIONES
La titulización es un método de financiación de empresas basado en la venta o cesión de determinados
activos (incluso derechos de cobro futuros) a un tercero que a la vez, financia la compra emitiendo valores,
que son los que colocan entre los inversores.
En España, el método de titulización es el siguiente. La entidad que desea financiarse – cedente – vende
los activos a un fondo de titulización, que no tiene personalidad jurídica y está administrado por una
sociedad gestora. A su vez, el fondo emitirá valores, que estarán apoyados por los activos adquiridos.
Cuando la garantía consiste en préstamos hipotecarios con determinados requisitos, cedidos por
entidades de crédito, los valores emitidos son adquiridos por Fondos de Titulización Hipotecaria (FTH),
que emite bonos de titulización hipotecaria. Cuando la garantía consiste en otros activos, o en préstamos
hipotecarios que no reúnan tales requisitos, éstos son adquiridos por Fondos de Titulización de Activos
(FTA), que emitirá pagarés o bonos de titulización.
Cada titulización tendrá sus propias características y condiciones particulares en relación con los
valores que se emiten, los activos y la operativa económica-financiera del fondo, etc. Es muy
importante conocer con detalle estas informaciones antes de invertir, consultando el tríptico o el
folleto informativo (que se encuentran a disposición del público en la web de la CNMV y en las
entidades comercializadoras).
Entre los aspectos más relevantes de la titulización destacan:
El fondo de titulización se configura como un patrimonio separado, de manera que la cartera
titulizada queda independiente de los acreedores del cedente.
Los valores emitidos están apoyados por los activos titulizados y no por la solvencia del
cedente. Por ello, con la finalidad de aumentar seguridad en el pago de los valores emitidos,
neutralizar las diferencias de tipos de interés entre los créditos agrupados en el fondo y lo
valores emitidos con cargo a él, y mitigar desfases temporales de flujos, se contratan por
cuenta del fondo operaciones financieras denominadas mejoras crediticias.
El riesgo financiero de los valores emitidos siempre es objeto de evaluación por una entidad
calificadora (agencias de rating).
Los titulares de los bonos emitidos con cargo al fondo asumen el riesgo de impago de los
activos agrupados en él.
El riesgo de amortización anticipada de los activos del fondo se traspasa a los titulares de
los valores. En cada fecha de pago, los titulares de los bonos pueden soportar la
amortización parcial de los mismos.
A pesar de ser emisiones que generalmente cuentan con uno Rating muy elevado, pueden ser de
difícil comprensión para el inversor minorista. Por sus características, normalmente se colocan entre
inversores calificados.
2.2.7. PARTICIPACIONES PREFERENTES
Estos valores tienen que ser emitidos por una entidad residente en España o en un territorio de la
Unión Europea que no tenga la condición de paraíso fiscal. Las participaciones preferentes presentan
similitudes y diferencias tanto con la renta fija como con la renta variable. Por su estructura son
similares a la deuda subordinada, pero a efectos contables se consideran valores representativos del
capital social del emisor, que otorgan a sus titulares unos derechos diferentes a los de las acciones
ordinarias (ya que no tienen derechos políticos, excepto supuestos excepcionales, y del derecho de
suscripción preferente).
Sus principales características son:
Conceden a sus titulares una remuneración predeterminada (fija o variable), no acumulativa,
condicionada a la obtención de beneficios distribuibles, por parte de la sociedad garante o
del grupo consolidable.
En el orden de prelación de créditos se sitúan por delante de las acciones ordinarias, en
igualdad de condiciones con cualquiera otra serie de participaciones preferentes y por
detrás de todos los acreedores comunes y subordinados.
Las participaciones preferentes son perpetuas, aunque el emisor podrá acordar la
amortización transcurridos al menos cinco años desde su desembolso, previa autorización
del garante y del Banco de España, en su caso.
Cotizan en la Asociación de Intermediarios de Activos Financieros (AIAF), mercado
secundario organizado de renta fija.
Sin duda no es un producto de renta fija tradicional y cuentan con escasa liquidez. Antes de
contratarlos, se recomienda leer detenidamente el folleto informativo, así como el resumen del mismo.
3. NATURALEZA
Económicamente, representan préstamos que las entidades emisoras reciben de los inversores. A
diferencia de lo que pasa con la renta variable, el titular de valores de renta fija tiene derechos
económicos pero no políticos, ya que no es propietario de la sociedad. El más importante es el
derecho a percibir los intereses pactados y la devolución de la totalidad o parte del capital invertido en
la fecha indicada. Además, el hecho de que el inversor en renta fija sea acreedor de la sociedad
emisora, y no socio de la misma, implica que en caso de liquidación de la sociedad, tiene prioridad
frente a los socios.
4. RIESGOS INHERENTES
a. Riesgo de mercado (o Riesgo de precios). Existe la posibilidad de que, si el inversor desea vender
su activo antes de su fecha de vencimiento (o en cualquier momento en el caso de no existir
vencimiento), al acudir al mercado secundario, su precio de venta sea inferior al de compra; es por
este motivo que también se conoce como riesgo de precios. Este riesgo está unido fundamentalmente
a la evolución de los tipos de interés, y se manifiesta cuando la rentabilidad oferta por el activo es
inferior a la demandada por el mercado para el mismo plazo en el momento de su venta.
b. Riesgo de falta de liquidez en el mercado. Se refiere a la dificultad de deshacer la inversión antes
del vencimiento, lo cual puede comportar penalizaciones en el precio. En el caso de la renta fija
privada negociada en un mercado organizado, será éste lo que determine la liquidez y el precio de la
inversión.
c. Riesgo emisor (Riesgo de crédito o de insolvencia). Representa el riesgo de que el emisor de un
valor no pueda hacer frente a sus compromisos de pago, tanto de cupones como de reembolso del
principal, o que se produzca un retraso en los mismos. El riesgo se considera, en general, superior en
caso de emisores privados. Existen Agencias especializadas como Standard&Poor's (S&P) y Moody's
que califican a los emisores, tanto públicos como privados, en función de la calidad crediticia y
fortaleza financiera (rating). A continuación, se muestra un esquema de la clasificación realizada por
las mencionadas Agencias:
CLASIFICACIÓN CREDITICIA
CATEGORÍA
MOODY'S
S&P
DEFINICIÓN
Aaa
AAA
Importante capacidad para pagar el principal y los intereses
Aa
AA
A
A
Susceptibles de riesgo del ante cambios económicos adversos
Baa
BBB
Falta de protección que en caso de una situación
económica adversa provocaría una débil capacidad de pago
Ba
BB
Mínima protección en cuanto al cobro de capital e interés es
en cualquier entorno económico
B
B
El cobro del principal y de los intereses está muy débilmente
protegido para períodos largos de tiempo
Alta
Media
Especulativa
El margen de seguridad no están to alto como Aaa/AAA
d. Otros riesgos: Riesgo de Tipos de Cambio (riesgo de variación en los tipos de cambio de las
divisas; sólo afecta a los activos denominados en monedas diferentes del euro), y el Riesgo Operativo
o de procedimiento. Éste deriva de la posibilidad de cometer errores al transmitir instrucciones de
compra o venta a las entidades financieras. Es el único riesgo que el inversor puede anular
completamente, revisando con cuidado las órdenes antes de transmitirlas al intermediario. Después
es preciso comprobar que las ejecuciones se corresponden con las instrucciones transmitidas y la
situación del mercado, y realizar un adecuado seguimiento periódico de las cuentas valores.
2. VALORES DE RENTA VARIABLE
1. DEFINICIÓN
Las acciones representan una parte proporcional del capital social de una sociedad anónima. Son valores de
renta variable, lo que significa que no es posible conocer con certeza qué rentabilidad se obtendrá de la
inversión. Las acciones integran los fondos propios de la sociedad (el resultado de sumar capital, reservas y
resultados, deduciendo los dividendos). Según la clasificación MiFID, estos activos de renta variable son
productos MiFID no complejos.
Las acciones pueden estar representadas por títulos físicos o por anotaciones en cuenta, aunque esta última
modalidad es la única posible para las Sociedades admitidas a negociación a las Bolsas de Valores. Por lo
tanto, para las compañías cotizadas, la titularidad de las acciones se produce a través de la asignación de las
denominadas referencias de registro que se mantienen en una entidad depositaria.
2. TIPOLOGÍA
Las acciones pueden clasificarse atendiendo a diferentes criterios. Según los derechos que intrínsecamente
incorporan —decisión que corresponde al emisor— y al margen del evidente derecho en obtener el valor de
su venta y recibir información de la sociedad, las modalidades más comunes son:
2.1. ACCIONES ORDINARIAS: Confieren a sus tenedores el derecho económico, por una parte a participar
en la distribución de los beneficios de la sociedad —dividendos— y, si llegase el caso, en el producto de la
liquidación de la misma. Incorporan el derecho político de asistencia y voto en las Juntas Generales de
Accionistas, así como el derecho de suscripción preferente. Son los más habituales en el mercado de valores
español.
2.2. ACCIONES PRIVILEGIADAS: Incluyen algún privilegio económico adicional al de las acciones
ordinarias, normalmente un mayor dividendo mediante una participación especial en los beneficios. Estas
emisiones son escasas en nuestro mercado y en ningún caso deben confundirse con las Participaciones
Preferentes.
2.3. ACCIONES SIN VOTO: Comportan los mismos derechos que las acciones ordinarias, excepto el de
voto en las Juntas Generales de Accionistas. Como contraprestación, se confiere el derecho a un dividendo
mínimo —fijo o variable—, adicional al distribuido para las ordinarias. Este dividendo mínimo garantizado es
preferente (se paga antes de que el dividendo ordinario) y acumulativo (si no se pudiese pagar este año, se
pagaría dentro de los cinco siguientes). Son escasas en la práctica.
2.4. ACCIONES RESCATABLES: Se trata de acciones que pueden ser amortizadas o rescatadas por la
sociedad emisora a solicitud de ésta, de los accionistas, o de ambos; esto las diferencia de los otros tipos de
acciones, que tienen una duración indeterminada. En los acuerdos de emisión se fijan las condiciones para
el ejercicio del rescate, pudiendo hacerse con cargo a beneficios, reservas, libres, o emitiendo nuevas
acciones o bien reduciendo capital con devolución de aportaciones.
Las acciones son valores negociables, o sea transmisibles, sin embargo y como se explica
posteriormente, las condiciones en las cuales se puede realizar la transmisión son bien diferentes
según se trate de Acciones Cotizadas y no Cotizadas. Adicionalmente, cuando se produce una
ampliación de capital nos encontramos con acciones viejas y nuevas —las procedentes de la
ampliación—, aunque esta distinción se extingue con el tiempo, pues las nuevas que inicialmente
tienen un derecho a dividendo menor en función de la fecha de desembolso, al cierre del ejercicio se
equiparan pasando a tener los mismos.
ACCIONES COTIZADAS Vs. NO COTIZADAS
Las sociedades que tienen sus acciones cotizando a las Bolsas de Valores, cumplen una serie de
requisitos tendentes en garantizar la liquidez de las mismas —aunque evidentemente, existen importantes
diferencias entre las acciones de unas compañías y otros—. Eso significa que en general la inversión se
puede deshacer en cualquier momento, que existe una valoración objetiva (precio de mercado) de la
misma, y que el inversor no está obligado a buscar un comprador de sus acciones pues el mercado aporta
instantáneamente estas contrapartidas. Todo eso supone ventajas para los inversores, los cuales no se
dan en las acciones de compañías no cotizadas.
Para que una sociedad sea admitida a cotización debe cumplir una serie de requisitos. El procedimiento
para su admisión varía según los valores sean nacionales o extranjeros, negociados en mercado primario
o secundario, etc. La admisión a negociación a las bolsas españolas, requiere en general la verificación
previa por parte de la CNMV del cumplimiento de los requisitos legales. Adicionalmente tienen que cumplir
con las condiciones de admisión exigidas, que para el mercado primario son las siguientes:
Tener una cifra de capital igual o superior a 1.202.024,21 euros, sin considerar la tenencia de
aquellos accionistas con paquetes iguales o superiores al 25% del capital social —requisito
mínimo de capital—.
Además tienen que existir al menos 100 accionistas, con participación individual inferior al
25% del capital —requisito mínimo de difusión—.
Existencia de beneficios en los dos últimos años o en tres no consecutivos en un período de
cinco, de manera que haya sido posible repartir un dividendo de al menos el 6% del nominal
después de impuestos y dotada la reserva legal. Este requisito será de aplicación excepto
cuando la sociedad aporte un informe de su Consejo de Administración sobre la evolución de
sus beneficios en ejercicios venideros, como en el caso de las sociedades de nueva creación
en general.
Al margen de estos requisitos mínimos, la CNMV vigila la liquidez de las compañías cotizadas
promoviendo la exclusión de esas que, por diferentes circunstancias, no ofrecen una garantía de
liquidez razonable para el inversor.
Una vez la sociedad ha sido admitida a cotización, queda sometida a todo el régimen sobre requisitos
de admisión, contratación, permanencia y exclusión de negociación. Asimismo, queda sometida a las
normas sobre obligatoriedad de comunicar las participaciones significativas, información pública
periódica, hechos relevantes, etc.
3. NATURALEZA
La condición de titular de las acciones otorga la calidad de socio propietario, en proporción a la
participación. Esta condición de asociado comporta tanto un conjunto de derechos (de voto, de cobro
de dividendos, etc.), como una serie de responsabilidades asociadas al ejercicio de los mismos.
4. RIESGOS INHERENTES
a. Riesgo de mercado (o Riesgo de precio). En el caso de la renta variable es imposible
determinar cuál será el precio de venta en el momento en que el inversor desee vender su
activo, pudiendo ser el precio de venta tanto inferior como superior al de compra. La
incertidumbre con respecto a esta evolución va unida a una multitud de factores,
especialmente las expectativas sobre el beneficio futuro de la sociedad, su tasa de crecimiento
esperado, la evolución de los tipos de interés, etc... Un factor de medición del riesgo de un
valor es su volatilidad, que mide el grado de oscilación de un valor con relación a un valor
medio. A mayor volatilidad, mayor probabilidad de pérdidas y/o ganancias y, por lo tanto,
mayor incertidumbre. En general, cuando se habla de riesgo de una compañía cotizada se
tiene en cuenta sólo el riesgo de precio, ya que se entiende que el resto de los riesgos ya
están incluidos en éste. En este sentido, es posible calcular con certeza el riesgo pasado de
un valor o un índice midiendo la volatilidad.
3. INSTITUCIONES DE INVERSIÓN COLECTIVA
1. INTRODUCCIÓN
Las Instituciones de Inversión Colectiva (I.I.C.) más conocidas son los FONDOS DE INVERSIÓN.
Constituyen otros tipos de I.I.C. las Sociedades de Inversión de Capital Variable (SICAV).
2. FONDOS DE INVERSIÓN
2.1. DEFINICIÓN Y NATURALEZA
Los Fondos de Inversión son I.I.C.; eso implica que los resultados individuales están en función de los
rendimientos obtenidos por un colectivo de inversores; se trata de un patrimonio sin personalidad
jurídica. Por ello, existe una sociedad gestora que gestiona los activos y ejerce todas las funciones de
administración y representación. También tiene que intervenir una entidad financiera, que actúa como
depositaria del patrimonio del fondo, y a la que la normativa le atribuye funciones de control.
La sociedad gestora invierte todos el dinero aportado por los ahorradores (partícipes) en diferentes
activos financieros (renta fija, renta variable, derivados, depósitos bancarios...), que constituyen el
patrimonio del fondo. La evolución de los mencionados activos en los mercados de valores
determinará la obtención de unos resultados, positivos o negativos.
La unidad de inversión es la participación. Su precio o valor de mercado es el valor liquidativo, que se
calcula dividiendo el patrimonio total del fondo por el número de participaciones en circulación en
cada momento.
Los fondos de inversión son instituciones de carácter abierto, es decir, cualquier inversor puede entrar
o salir del fondo comprando o vendiendo participaciones. Las características fundamentales de la
inversión colectiva son las siguientes:
El inversor puede acceder a una cartera de valores muy amplia, que en muchos casos no
estaría a su alcance si invirtiese de manera individual. De esta manera, aumentan las
posibilidades de controlar los riesgos mediante la diversificación en diferentes productos.
Las decisiones de inversión las toma un gestor profesional, con dedicación plena y que
normalmente dispone de la formación adecuada para realizar las mejores inversiones
posibles, teniendo en cuenta la coyuntura de los mercados y la situación económica general.
La gestión de volúmenes importantes de capital a través de fondos comporta menores costes
de transacción y permite disminuir las asimetrías de información respeto al inversor individual
medio.
El inversor paga ciertas comisiones que varían según los fondos (y que se detallan en su
folleto informativo), dentro de unos límites máximos fijados por la ley. Por una parte, las
comisiones de gestión y depositaría son cobradas por la sociedad gestora del fondo, por lo
que ya están descontadas en la rentabilidad que obtiene el inversor. Por otra parte,
determinadas gestoras de ciertos fondos pueden cobrar directamente a los partícipes
comisiones por la suscripción y/o reembolso de las participaciones.
2.2. TIPOLOGÍA DE FONDOS DE INVERSIÓN:
Existen diferentes tipos de fondos según su vocación inversora. Así, aunque compartan ciertas
características básicas, hay grandes diferencias entre los diferentes tipos de fondos. Cada fondo se
distingue por su política de inversión, o sea, por la intención de los gestores de invertir el patrimonio
en una u otra clase de activos financieros. Es fácil comprender que tiene mucho más riesgo un fondo
que sólo esté invertido en valores de renta variable, que otro que invierta en Letras del Tesoro. Entre
los dos extremos, pueden hacerse un gran número de combinaciones con las cuales se configuran
carteras aptas para todo tipo de inversores.
Lo que sí es importante es que, antes de adquirir participaciones de un fondo, el ahorrador sepa
exactamente cuál es su política de inversión y, por lo tanto, el nivel de riesgo que se asume, así como
el horizonte temporal de la inversión (especialmente cuando se trata de fondos garantizados). Esta
información figura en el folleto del fondo, documento que la entidad comercializadora está obligada a
facilitar antes de la suscripción, y que también se encuentra a disposición del público en la página
web de la CNMV y en la página web de la entidad.
En el siguiente cuadro se resumen las características de las diferentes categorías de fondos:
• Fondos monetarios: Los antiguos FIAMM, invierten el 100% de la cartera en renta fija a corto
plazo (generalmente, menos de 18 meses). Máximo del 5% en monedas no euro. No pueden
invertir en renta variable.
• FINA Renta Fija Corto Plazo: 100% en renta fija a corto plazo (la duración media de la cartera
debe ser inferior a 2 años). Máximo del 5% en monedas no euro.
• FINA Renta Fija Largo Plazo: 100% en renta fija a largo plazo (la duración media de la cartera
debe ser superior a 2 años). Máximo del 5% en monedas no euro.
• FINA Renta Fija Mixta: Más del 70% en renta fija. Máximo del 5% en monedas no euro.
• FINA Renta Variable Mixta: Entre el 25% y el 70% en renta fija. Máximo del 30% en monedas no
euro.
• FINA Renta Variable Nacional: Menos del 25% en renta fija. Máximo del 30% en monedas no
euro. Más del 90% de la renta variable tienen que ser emisores españoles.
• FINA Renta Fija Internacional: 100% renta fija. Mínimo del 5% en monedas diferentes del euro.
• FINA Renta Fija Mixta Internacional: Más del 70% en renta fija. Mínimo del 5% en monedas no
euro.
• FINA Renta Variable Mixta Internacional: Entre el 25% y el 70% en renta fija. Mínimo del 30%
en monedas no euro.
• FINA Renta Variable Euro: Menos del 25% en renta fija. Máximo del 30% en monedas no euro.
La renta variable nacional no podrá superar el 90% de la cartera de renta variable.
• FINA Renta Variable Internacional Europa: Menos del 25% en renta fija. Mínimo del 30% en
monedas no euro. Como mínimo, el 75% de la cartera de renta variable se invertirá en emisores
europeos.
• FINA Renta Variable Internacional Estados Unidos: Menos del 25% en renta fija. Mínimo del
30% en monedas no euro. Como mínimo, el 75% de la cartera de renta variable se invertirá en
emisores norteamericanos.
• FINA Renta Variable Internacional Japón: Menos del 25% en renta fija. Mínimo del 30% en
monedas no euro. Como mínimo, el 75% de la cartera de renta variable se invertirá en emisores
japoneses.
• FINA Renta Variable Internacional Emergentes: Menos del 25% en renta fija. Mínimo del 30%
en monedas no euro. Como mínimo, el 75% de la cartera de renta variable se invertirá en
emisores de países emergentes.
• FINA Renta Variable Internacional Otros: Menos del 25% en renta fija. Mínimo del 30% en
monedas no euro. No adscrito a las restantes categorías de renta variable internacional.
• Fondos Globales: Fondos sin una definición precisa de la política de inversión, que no encajan
en ninguna de las restantes categorías. Tienen libertad por no fijar porcentajes previos de
inversión en renta fija o variable, en una u otra moneda o según una distribución geográfica
determinada. Suelen ser fondos de alto riesgo.
• FIN Garantizado Renta Fija: Fondos para lo que existe garantía de un tercero, en favor del fondo
o de los partícipes, que asegura un rendimiento fijo.
• FIN Garantizado a vencimiento: Son los antes denominados Fondos Garantizados de Renta
Variable. Fondos para lo que existe garantía de un tercero, en favor del fondo o de los partícipes, que
asegura la conservación del capital en una fecha predeterminada y ofrecen la posibilidad de obtener un
rendimiento vinculado en todo o en parte a la evolución de instrumentos de renta variable o de divisas.
De esta forma, si éstos tienen una evolución negativa, el fondo no obtendrá rentabilidad, aunque el
partícipe conservará su inversión inicial en la fecha de vencimiento de la garantía.
Dentro de la anterior tipología, los fondos pueden presentar especialidades en la inversión:
Fondtesoros. Fondos que invierten fundamentalmente en deuda del Estado español.
Fondos índices. Son aquéllos que deciden las inversiones tomando como referencia o replicando un
determinado índice bursátil o de renta fija.
Fondos de fondos. Son aquéllos que invierten en participaciones de otros fondos de inversión.
Fondos principales. Son aquéllos en los que los partícipes no son personas o entidades, sino otros
fondos de inversión, que se denominan "subordinados".
Fondos subordinados. Son los que invierten todo su activo en un fondo principal.
Fondos denominados en divisas. Son aquéllos que pueden calcular el patrimonio y el valor de las
participaciones en monedas diferentes del euro, así como admitir suscripciones y reembolsos en las
mencionadas monedas. Esta circunstancia tiene que recogerse expresamente en el Reglamento.
Fondos multi-marca. La ley permite comercializar con diferentes referencias comerciales o marcas.
Todas ellas deben incluirse en el reglamento. En la publicidad no basta con indicar la referencia
comercial utilizada, sino que también es preciso informar de la denominación "oficial" del fondo.
FONDOS GARANTIZADOS
Son fondos que aseguran, como mínimo, la conservación a una determinada fecha de la totalidad o
parte de la inversión inicial.
No son garantizados los fondos que tienen como objetivo de inversión o rentabilidad la obtención de
un determinado rendimiento fijo o vinculado a alguna referencia (Euribor, etc.). Precisamente, la
diferencia es que este rendimiento es un objetivo y no una garantía, por lo que no es exigible por el
inversor. Es por lo tanto un objetivo no garantizado.
Los fondos garantizados presentan ciertas características que tienen que ser bien conocidas antes de
la suscripción ya que, a pesar de la relativa seguridad que ofrecen, pueden no resultar adecuados
para todos los inversores:
a)
b)
c)
d)
Condiciones para la efectividad de la garantía. Restricciones a la liquidez.
Qué sucede al vencimiento de la garantía.
Fiscalidad.
Cálculo de la posible rentabilidad.
FONDOS DE INVERSIÓN INMOBILIARIA
Son instituciones de inversión colectiva no financieras, que invierten las aportaciones de los partícipes
fundamentalmente en la compra de inmuebles (destinados a viviendas, oficinas, locales comerciales,
residencias de estudiantes o para la tercera edad, etc.) para explotarlos bajo el régimen de alquiler.
Por lo tanto, obtienen sus rendimientos tanto de las rentas que obtienen para alquilar los inmuebles
como por la evolución de los precios. Cuando revisten forma societaria, estas instituciones se
denominan Sociedades de Inversión Inmobiliaria (SII).
Los fondos de inversión inmobiliaria tienen las siguientes características:
−
El valor liquidativo se calcula una vez al mes.
−
Son fondos menos líquidos que los fondos de inversión mobiliaria (FINM). Sólo están obligados a
permitir las suscripciones y reembolsos una vez al año, si bien la mayoría de los FII existentes en
la actualidad permiten suscribir participaciones una vez al mes y realizar reembolsos con carácter
trimestral, cuatrimestral o semestral. Normalmente se exige un preaviso de entre quince días y un
mes para solicitar el reembolso.
−
Las comisiones de gestión suelen situarse entre el 2,5% y el 3%, aunque pueden llegar a un
máximo del 4%.
−
Es habitual aplicar comisiones de reembolso o descuentos en favor del fondo de manera
escalonada en el tiempo (desde un máximo del 4% hasta el 0% del importe reembolsado), de
manera que cuanto mayor es la antigüedad menor es la comisión de reembolso aplicable, hasta
llegar a eliminarla para reembolsos a partir del tercer o cuarto año. Las comisiones de suscripción
y reembolso máximas que se pueden cargar se sitúan alrededor de un 5% sobre el importe
suscrito o reembolsado.
Esta última circunstancia, unida a la menor liquidez del producto, hace que los FII resulten adecuados
para inversores con un horizonte temporal de inversión a largo plazo.
La fiscalidad de las IIC inmobiliarias es la misma que la de las IIC financieras.
FONDOS COTIZADOS
Los fondos cotizados o ETF (Exchange Traded Funds) son fondos en los cuales se negocian las
participaciones en bolsas de valores. Su política de inversión consiste en reproducir la evolución de
índices bursátiles o de renta fija. Los primeros fondos cotizados que se comercializan en España son
fondos que replican el IBEX35.
La negociación bursátil de las participaciones permite al inversor conocer en todo momento cuál es su
valor liquidativo. Se podría por lo tanto comprar y vender varias veces al día durante la sesión
bursátil, a precios diferentes según la evolución del índice. En definitiva, la operativa sería similar a la
compra y venta de acciones en bolsa, con las consiguientes ventajas de liquidez, transparencia e
inmediatez.
FONDOS DE INVERSIÓN LIBRES
Los fondos de inversión libre, también conocidos como Hedge Funds o Fondos de Inversión
Alternativa, se dirigen de manera preferente a inversores calificados (institucionales o grandes
patrimonios). La normativa española establece una inversión mínima inicial de 50.000 euros para
acceder a este producto.
Estos fondos pueden invertir en cualquier tipo de activo financiero (de aquí su denominación), sin que
les sean de aplicación las reglas sobre concentración de inversiones establecidas en la normativa
general para las instituciones de inversión colectiva tradicionales. Pueden endeudarse hasta cinco
veces el valor de su activo.
El valor liquidativo se calculará al menos trimestralmente, o bien semestralmente si así lo exigen las
inversiones realizadas. Por lo tanto, los partícipes sólo podrían suscribir o reembolsar cada tres o seis
meses (aunque los fondos pueden optar para ofrecer liquidez con mayor frecuencia, por ejemplo
mensualmente).
No se aplican a estos fondos los límites máximos de comisiones que rigen para el resto de los fondos de
inversión. También son menores las obligaciones de información a los inversores.
Aunque dentro de dicho tipo de fondos pueden encontrarse productos con características muy diversas, la
total libertad para elegir las inversiones, la menor liquidez y transparencia y la posibilidad de
apalancamiento suelen implicar un nivel de riesgo superior al de otros productos de inversión colectiva, por
lo que los inversores tendrán que dejar constancia por escrito que conocen los riesgos asociados al
producto (mediante la firma de un "documento de consentimiento" en el momento de la suscripción).
FONDOS DE FONDOS DE INVERSIÓN LIBRE
Conocidos como "Fondos de Hedge Funds", invierten en instituciones de inversión libre o Hedge
Funds al menos el 60% de su activo, sin que puedan concentrar más del 10% del patrimonio en una
sola institución.
Es un tipo de fondos especialmente concebido para que los inversores particulares puedan acceder a los
productos de inversión alternativa. Sin embargo, hay que tener en cuenta que se trata de una más de las
alternativas de inversión disponibles en el mercado. En general, no resulta aconsejable invertir la totalidad
de los ahorros en este producto.
Entre sus características, cabe destacar las siguientes:
− Son fondos de fondos: no invierten directamente en valores, sino en otros fondos de inversión.
− Los fondos en los cuales invierten tienen que ser, en su mayoría, Fondos de Inversión Alternativa o
Hedge Funds.
− Nivel de riesgo: La libertad que gozan los Fondos de Fondos de Inversión Libres (FFIL) para decidir
sus estrategias permite acceder a nuevas oportunidades de inversión, pero también suele implicar
mayores niveles de riesgo. El valor de la inversión puede variar de manera significativa a lo largo del
tiempo, y el rendimiento no tiene por qué estar atado a la evolución de los mercados de valores.
− Liquidez: En general, los FFIL son menos líquidos que los fondos tradicionales. Eso tiene implicaciones
prácticas, tanto en cuanto al cálculo y publicación del valor liquidativo como el régimen de reembolsos.
− Valor liquidativo: el precio de la participación se podrá publicar con una periodicidad de tres o incluso
seis meses (aunque en la práctica es posible que muchos fondos opten por una frecuencia mensual).
− Reembolsos: al igual que ocurre con el valor liquidativo, los FFIL pueden permitir los reembolsos sólo
cada tres o seis meses, según se indique en la folleto informativo. Debido a su limitada liquidez es
recomendable destinar a esta inversión aquella parte de los ahorros que pueda mantenerse
inmovilizada durante prolongados periodos de tiempo.
− Comisiones: los FFIL tienen libertad para fijar sus comisiones, ya que no resultan aplicables los límites
máximos establecidos para los fondos tradicionales.
En principio, la selección y seguimiento de los Hedge Funds por parte de una gestora, junto con la
diversificación, permiten un mayor control de los riesgos existentes, que en todo caso tienen que ser
debidamente destacados, tanto en la publicidad como en el folleto del fondo.
Antes de invertir en uno FFIL el inversor tendrá que firmar un documento de consentimiento (diferente del
orden de suscripción), en lo que declara haber sido debidamente informado por la entidad de los riesgos
inherentes al producto.
Antes de firmar este documento, el partícipe tiene que estar completamente seguro de que comprende su
contenido, en particular en lo que concierne a las características y riesgos especiales que asume con la
inversión en estos tipos de fondos. La entidad está obligada a entregar al inversor una copia de este
documento, que es conveniente conservar al lado del folleto y de la orden de suscripción mientras se
mantenga la condición de partícipe.
2.3. RIESGOS INHERENTES A LOS FONDOS DE INVERSIÓN
Como cualquier otro producto de inversión, los fondos implican ciertos riesgos que dependen de los activos
en los cuales invierta su patrimonio. En consecuencia, la elección entre los diferentes tipos de fondos tiene
que hacerse teniendo en cuenta la capacidad y el deseo de asumir riesgos por parte del ahorrador, así como
su horizonte temporal de inversión (especialmente cuando se trata de fondos garantizados).
En general, los fondos de inversión permiten controlar los riesgos al permitir una mayor
diversificación, pero no se excluye la posibilidad de sufrir pérdidas; a fin de cuentas, el capital está
invertido en valores donde su precio oscila al alza o a la baja en función de la evolución de los
mercados financieros.
Hay dos elementos que pueden ayudar al inversor en tener una idea más aproximada del riesgo que
incorpora un determinado fondo de inversión: la volatilidad y la duración.
La volatilidad nos indica si históricamente los valores liquidativos del fondo han experimentado
variaciones importantes o si, por contra, han evolucionado de manera estable. Un fondo muy volátil
tiene más riesgo porque es difícil prever si el valor liquidativo va a subir o en bajar.
La duración (o plazo medio de vencimiento) es un concepto que permite conocer como responderán
los activos de renta fija ante variaciones de los tipos de interés (riesgo de tipos de interés). A mayor
duración más sensibilidad y más riesgo a los movimientos de tipos de interés. Antes de suscribir
participaciones de un fondo, el inversor tiene que consultar el Folleto Informativo y la composición de
la cartera al final del último trimestre, documentos en los que se detallan los posibles riesgos
asociados a la política de inversión del fondo.
3. SOCIEDADES DE INVERSIÓN
En el caso de la inversión mobiliaria, los fondos y las sociedades tienen en común que invierten
principalmente en valores mobiliarios, como por ejemplo acciones, deuda pública y obligaciones
emitidas por empresas. La principal diferencia entre ambos es que un fondo es sólo un patrimonio del
que el ahorrador se convierte en partícipe. Ya que no tiene personalidad jurídica debe ser gestionado
por una sociedad gestora de instituciones de inversión colectiva (SGIIC). En cambio, las sociedades
sí tienen personalidad jurídica, ya que se trata de sociedades anónimas; los ahorradores que aportan
su dinero se convierten en accionistas de la sociedad. Se consideran un vehículo de inversión de
banca privada, es decir, orientadas a grandes patrimonios.
Las Sociedades de Inversión de Capital Variable (SICAV) se pueden gestionar a través de una
gestora propia o bien encargar la gestión a una SGIIC o a otros tipos de entidad financiera habilitada
por ley. Tiene que intervenir también una entidad financiera que actúe como depositaria del
patrimonio.
Al igual que los fondos de inversión, las SICAV también pueden tener compartimentos con diferentes
políticas de inversión, así como emitir series de acciones con su propio régimen de comisiones.
Las acciones de las SICAV se negocian al Mercado Alternativo Bursátil (MAB); también se puede
invertir en ellas mediante un procedimiento similar a la suscripción y reembolso de fondos de
inversión, según determine la propia sociedad.
4. PRODUCTOS DERIVADOS
1. DEFINICIÓN
Los productos Derivados son instrumentos financieros sujetos a la directiva MiFID, y clasificados
como complejos. Su valor depende de la evolución del precio de otro activo financiero, denominado
subyacente. Hay una gran diversidad de instrumentos financieros e indicadores económicos que se
utilizan como activos subyacentes: acciones, valores de renta fija, divisas, tipos de interés, índices
bursátiles, materias primas, etc.
2. NATURALEZA
Los instrumentos derivados son productos de riesgo implícito y variable en función del tipo de
instrumento. De esta manera, la compra de opciones implica un riesgo limitado a la prima pagada,
mientras que la venta de opciones comporta un riesgo ilimitado. En el caso de instrumentos derivados
compuestos por la combinación de dos o más de éstos, el riesgo neto de la operación estará en
función de los instrumentos que la compongan. En función del riesgo de los instrumentos contratados,
las Entidades Financieras suelen exigir garantías que avalen las posibles pérdidas.
3. TIPOLOGÍA
Existe una gran variedad de Instrumentos Financieros Derivados que pueden ser negociados en
mercados regulados o no, según los casos, diferenciando entre derivados negociados en mercados
organizados y derivados negociados en mercados no organizados (u OTC).
3.1. DERIVADOS NEGOCIADOS EN MERCADOS ORGANIZADOS
3.1.1. WARRANTS
Warrants de compra (Call Warrants): son valores que otorgarán a sus titulares el derecho a percibir en
euros la diferencia positiva que a su vencimiento existiese entre el Precio de Liquidación y el Precio de
Ejercicio del Activo Subyacente, en las fechas fijadas para la emisión correspondiente.
Warrants de venta (Put Warrants): son valores que otorgarán a sus titulares el derecho a percibir en
euros el valor absoluto de la diferencia negativa que a su vencimiento existiese entre el Precio de
Liquidación del Activo Subyacente y el Precio de Ejercicio, en las fechas fijadas para la Emisión de que se
trate.
Warrants Call-spread / Put-spread o Warrants Combinados: combinaciones de estrategias simples call
y/o put, siempre y cuando la posición global de riesgo neta sea equivalente a la compra de una opción.
Turbo-Warrants: Los Turbo-Warrants, tanto Call como Put, se emitirán con un Precio de Ejercicio
sustancialmente inferior (Turbo-Warrants Call) o superior (Turbo-Warrants Put) al precio de cotización del
Activo Subyacente en la Fecha de Emisión del warrant correspondiente. Los valores incorporan un
mecanismo de barrera, en lo que su nivel coincidirá con el del precio de ejercicio, por el que, si el precio
del Activo Subyacente toca o excede el mencionado nivel prefijado de barrera, los Warrants vencerán
anticipadamente, sin dar lugar a ninguna liquidación. Las fórmulas de liquidación, fechas, periodos de
ejercicio y de liquidación, nivel de barrera y otros, se acordarán y especificarán para cada emisión
concreta en las condiciones finales correspondientes.
Warrants Exóticos: Tipos de Warrants destinados a inversores calificados; podrán ser, además de los
mencionados anteriormente para inversores minoristas, los Warrants Exóticos, es decir, cualesquiera otros
Warrants que por su estructura supongan una mayor complejidad para su valoración; las características
se detallarán en las Condiciones Finales correspondientes a cada emisión.
Los Warrants se emiten sobre los siguientes grupos de Activos Subyacentes:
Índices bursátiles de mercados organizados de valores de renta variable españoles o
extranjeros.
Acciones de empresas cotizadas en mercados organizados, nacionales o internacionales.
Tipos de interés: en euros y/o en cualquier otra moneda, a un plazo determinado referido al
mercado de depósitos interbancarios locales de cada moneda o al Euromercado, así como
diferenciales entre tipos de interés de swaps o de otros Warrants y títulos de renta fija (pública y
privada)
Tipos de cambio de unas monedas contra otros.
Cestas simples de acciones nacionales con ponderación clara y no cambiante durante la vida del
warrant.
Cestas simples de acciones extranjeras con ponderación clara y no cambiante durante la vida del
warrant.
Cestas de índices Bursátiles de mercados organizados de valores de renta variable nacionales y
extranjeros con ponderación clara y no cambiante durante la vida del warrant.
Materias Primas: cotizadas en mercados organizados.
Índices de materias primas: cuyos precios se publiquen de manera regular en medios de
información general o financiera asequible a los inversores.
Valores e Índices de Renta Fija: Deuda Pública u otros nacionales o extranjeros.
Índices de crédito: cuyos precios se publiquen de manera regular en medios de información
general o financiera, asequible a los inversores.
Fondos de Inversión: los valores liquidativos de los que se publiquen de manera regular en medios
de información general o financiera asequible a los inversores.
Cestas de Fondos de inversión, con ponderación clara y no cambiante durante la vida del warrant,
y con valores liquidativos que estén publicados de manera regular en medios de información
general o financiera asequible a los inversores
Índices de Fondos de Inversión, con valores liquidativos que se publiquen de manera regular en
medios de información general o financiera asequible a los inversores
Futuros sobre acciones, índices bursátiles, tipos de interés, materias primas y tipos de cambio.
Ejercicio de Warrants:
− Warrants “Americanos”: el comprador puede ejercitar el warrant en cualquier Día Hábil hasta el
Día Hábil anterior a la Fecha de Vencimiento.
− Warrants “Europeos”: el comprador puede ejercitar el derecho únicamente en su fecha de
Vencimiento, y por lo tanto el ejercicio siempre será automático.
El warrant no es un valor apto para toda tipo de inversor. Los potenciales inversores tienen que tener los
conocimientos y la experiencia suficientes para poder realizar una valoración adecuada de los Warrants
así como de los riesgos que pueda comportar la inversión en los mismos.
3.1.2. FUTUROS
El hecho de que se negocien en mercados organizados implica las siguientes características operativas:
Las condiciones de los contratos están estandarizadas, en lo que concierne a su importe
nominal, objeto y fecha de vencimiento.
El contrato de futuros puede ser comprado o vendido en cualquier momento de la sesión de
negociación.
Tanto para comprar como para vender futuros, los intervinientes tienen que aportar garantías al
mercado; éstas consisten en un importe, determinado en función de las posiciones abiertas que
mantengan, como señal del cumplimiento de su compromiso.
En España, MEFF (Mercado Español de Productos Financieros Derivados) funciona como cámara de
compensación y contrapartida (actuando como parte compradora ante el vendedor y como parte
vendedora ante el comprador) y garantiza el buen fin de la operación. Esta interposición implica
mayor seguridad para los intervinientes, a los cuales se asegura el cobro de los beneficios resultantes
de las operaciones aún en el caso de que la contraparte no cumpliese sus compromisos de pago.
Para hacer frente a esta eventual responsabilidad, el mercado dispone de las garantías depositadas
por los miembros y clientes.
Se denomina "posición larga" a la que adopta el comprador de futuros: al vencimiento del contrato
tendrá derecho a percibir el activo subyacente (si se liquida por entrega física al vencimiento), sin
embargo, puede que el comprador prefiera cerrar su posición al mercado antes del vencimiento
realizando la operación contraria, (vendiendo futuros).
La "posición corta" es la del vendedor de futuros, que se compromete a entregar el subyacente al
vencimiento (si se liquidase por entrega física al vencimiento), a cambio del precio establecido en el
contrato. Igualmente puede deshacerse tal posición comprando contratos que la neutralicen.
Se realiza un ajuste diario de beneficios y pérdidas, mientras el inversor mantenga una posición
abierta (o sea, que esté largo o corto y no haya realizado la operación contraria). La cámara de
compensación liquida diariamente los beneficios y las pérdidas de cada inversor, según el precio de
cierre de cada sesión (precio de liquidación diario).
Los contratos de futuros están sujetos al efecto apalancamiento (la inversión inicial necesaria es el
depósito de garantía, de importe reducido en comparación con el importe de la inversión subyacente),
por lo que los resultados pueden multiplicarse, tanto en sentido positivo como negativo, en relación
con el efectivo desembolsado.
3.1.3. OPCIONES:
Una opción es un contrato que comporta el derecho en comprar o vender una determinada cuantía
del activo subyacente, a un precio determinado (precio de ejercicio), y en el plazo estipulado.
La operativa en opciones requiere una vigilancia constante de la posición. Comportan un alto riesgo si
no se gestionan adecuadamente. El valor de las primas puede sufrir fuertes variaciones en poco
tiempo. En determinadas circunstancias, se puede llegar a perder parte o la totalidad de la inversión.
En las opciones es fundamental distinguir entre la situación del comprador y la del vendedor. El
comprador tiene el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender al vencimiento (según el tipo
de opción); por contra, el vendedor (o emisor) de la opción está obligado a comprar o vender si el
comprador decide ejercer su derecho.
El precio de la opción es lo que el comprador paga para obtener este derecho, y se denomina prima.
Llegada la fecha de vencimiento, al comprador le interesará o no ejercerlo en función de la diferencia
entre el precio fijado para la operación (precio de ejercicio o "strike") y el precio que en aquel
momento tenga el subyacente al mercado de contado.
Según los criterios utilizados pueden darse diferentes clasificaciones de las opciones; las más sencillas
son las siguientes:
Según el derecho que otorgan:
Opción de compra o call: el comprador tiene el derecho (pero no la obligación), de adquirir el
subyacente a un precio determinado, en la fecha de vencimiento establecida.
Opción de venta o put: el comprador tiene el derecho (pero no la obligación), de vender el
subyacente a un precio fijado, en la fecha de vencimiento.
Cuando compra una call, el inversor espera que el valor del subyacente suba en los mercados; o sea,
tiene expectativas alcistas. No compra directamente el valor al mercado, porque desea limitar la pérdida,
suponiendo que sus previsiones no se cumplan. Si llegada la fecha de vencimiento, su apuesta resulta
acertada y el precio del subyacente al mercado de contado es superior al precio de ejercicio fijado en el
contrato, le interesará ejercer la opción, ya que comprará más barato. Por contra, si los precios no suben
como esperaba y el precio de ejercicio es mayor que el del subyacente, no ejercerá la opción y perderá la
inversión realizada, o sea, la prima.
La compra de una opción put está justificada cuando el inversor tiene expectativas bajistas, pero desea
cubrir la posibilidad de que no se cumplan. Si el precio del subyacente disminuye, le interesará ejercer la
opción y vender al precio de ejercicio, que es superior. En caso contrario, no la ejercerá y perderá la prima.
En resumen, para el comprador de una opción (call o put), las ganancias son ilimitadas (lo que el precio
del subyacente suba o baje respeto al precio de ejercicio, restante el coste de la opción), mientras que las
pérdidas quedan limitadas a la prima.
La posición del vendedor de opciones es la contraria. Sin embargo, asume mucho más riesgo que el
comprador, ya que sus posibilidades de pérdidas son ilimitadas (es preciso recordar que si el comprador
desea ejercer su derecho, está obligado a comprar o vender), y el importe de las ganancias es la prima.
En función del momento en el cual pueden ejercerse:
La Opción americana puede ejercerse en cualquier momento, hasta la fecha de
vencimiento.
La Opción europea sólo puede ejercerse en la fecha de vencimiento.
De Acuerdo con el valor intrínseco y el valor temporal de la opción:
Opciones “dentro del dinero” (in the money): son las opciones que, si pudiesen ejercerse en
aquel momento, proporcionarían beneficios a su poseedor; el precio del ejercicio es inferior al
del subyacente en una opción call, y superior en una put. Son opciones con un valor intrínseco
positivo.
Opciones "en dinero" (at the money): el precio de ejercicio y el precio del subyacente son
prácticamente coincidentes, de manera que ejercer las opciones en aquel momento no
implicaría ningún beneficio. Estas opciones sólo tienen valor temporal.
Opciones "fuera del dinero" (out of the money): son las que no se ejercerían, al estar el precio de
ejercicio por encima (en una call) o por debajo (en una put) del precio del subyacente. No tienen
valor intrínseco.
A lo largo de su vida, una opción puede ir cambiando de una a otra situación, debido a las continuas
variaciones de precio del activo subyacente.
3.2. DERIVADOS NEGOCIADOS EN MERCADOS NO ORGANIZADOS (OTC)
3.2.1. CONTRATO DE COMPRA/VENTA DE OPCIONES
Es un producto complejo, por el que una entidad de crédito recibe dinero o valores, o las dos cosas, de su
clientela, asumiendo una obligación de reembolso con una cuantía que dependerá de la evolución de una
acción, una cesta o un índice bursátil. En consecuencia, no existe compromiso de reembolso íntegro del
capital recibo.
Al firmar un contrato de compra/venta de opciones se están asumiendo los riesgos inherentes a este
producto derivado.
Aunque hay diferentes modalidades, una de las más utilizadas hasta ahora implica que el inversor vende al
Banco una opción de venta sobre acciones cotizadas. En estos casos se le exige que inmovilice un capital,
de manera que si en la fecha de ejercicio el Banco ejerce la opción (según las condiciones del contrato) este
capital se destinará a la compra de las acciones por parte del inversor.
Son contratos que no se negocian en los mercados secundarios organizados. La principal consecuencia es
que no es posible deshacer la inversión, ni tan solo en el caso de que la evolución de los indicadores
económicos lo hiciera conveniente.
Se trata por lo tanto de un activo financiero de riesgo elevado, que puede generar rendimientos superiores a
los de la renta fija pero también pérdidas del importe invertido (total o parcial), en la medida en que la
rentabilidad de la inversión está atada a la cotización del subyacente de la opción.
3.2.2. TIPOS DE INTERÉS EN PLAZO - FRA (Forward Rate Agreement
El FRA es una operación mediante la que se garantiza a la empresa un tipo de interés fijo en una operación
de activo o de pasivo para una fecha futura y en un periodo previamente determinado. Se liquida por
diferencias, mediante el pago de una parte a la otra del importe derivado de la diferencia entre el tipo de
interés acordado (Tipos FRA) y el tipo de referencia.
Garantiza el coste de financiación durante el periodo contratado para el comprador del FRA, lo que le
protege de un posible incremento de los tipos de interés y para el vendedor de un descenso en los
mencionados tipos.
Se liquida por diferencias con lo que el movimiento de fondos es reducido. Existe la posibilidad de su
cancelación anticipada si la estrategia de mercado así lo aconseja.
3.2.3. SWAP DE TIPO DE INTERÉS - IRS (Interest Rate Swaps)
El SWAP de tipos de interés (o IRS) es una operación en la cual, normalmente una entidad de crédito y una
empresa acuerdan intercambiar en el futuro una serie de flujos de intereses indexados a un tipo variable por
otros indexados a un tipo fijo.
El tipo fijo se establece en el momento de contratar el SWAP y se mantiene durante toda la vida del
mismo. El tipo variable se establece al inicio de cada periodo de interés. Los intereses se calculan
sobre un principal teórico y se liquidan normalmente a vencimiento y por diferencias, por lo que no se
requiere movimiento de capitales. Su contabilización se realiza fuera de balance.
Es un instrumento muy flexible que se puede adaptar a los activos y pasivos de su empresa,
reduciendo o eliminando su riesgo de tipos de interés. Por ejemplo, en un entorno de tipos de interés
al alza, una empresa, donde el pasivo esté referenciado a tipo variable, puede limitar sus costes
financieros mediante un SWAP y en caso contrario, en un escenario de tipos a la baja, una empresa
excedentaria de fondos puede asegurar sus rentabilidades con este instrumento.
La liquidación se realiza por diferencias con lo que el movimiento de fondos es muy reducido. Permite
beneficiarse de las situaciones de arbitraje entre los diferentes mercados financieros o reducir los
costes financieros.
3.2.4. CAP
El CAP es un límite superior de tipos sobre el EURIBOR que permite al comprador fijar el coste
máximo de una deuda, a tipo de interés variable, a cambio de pagar una prima al vendedor.
Se trataría por lo tanto de una póliza de seguro contra una subida en los tipos de interés. Su coste es
una prima desembolsada en el momento de la contratación en lo que el importe dependerá de las
características específicas (nivel de protección que se pretende conseguir, plazo de la operación a
cubrir, importe, volatilidad y tipos de interés).
Su coste es limitado y consiste en la prima de contratación. Limita el coste máximo de financiación de
la empresa pero no restringe su reducción en caso de un descenso de tipos.
3.2.5. COLLAR
La combinación de las dos operaciones mencionadas anteriormente (compra de un CAP y venta de un
FLOOR) da lugar al COLLAR, o sea, define el coste máximo de la financiación y el coste mínimo de la
misma.
Cuando esta cobertura se obtiene sin coste para su empresa, se denomina COLLAR de Prima Cero (o
Túnel de Prima Cero) y se produce cuando el coste de la prima del CAP puede ser compensado con la
venta del FLOOR.
3.2.6. SWAPTION
El SWAPTION consiste en una opción sobre uno SWAP de tipos de interés (IRS). Proporciona a su
comprador el derecho (y no la obligación) de poder contratar un SWAP de tipos de interés como
pagador de tipo fijo o variable en una fecha futura pero determinada, a cambio del pago de una prima
en el momento actual.
Cuando llegue este momento, se pueden dar dos posibilidades:
No interesa a su empresa ejercitar la opción con lo que tan solo incurre en el coste de la
prima pagada.
Si interesa ejercitarla y por lo tanto, formaliza el SWAP.
Si su empresa se está financiando a tipo variable y la expectativa de tipos de interés es alcista, tiene
la posibilidad de transformar su financiación a fijo si finalmente se confirma esta tendencia, o bien
continuar con su tipo variable, si los mercados no evolucionaron con se esperaba.
En caso contrario, si se está financiando a tipo fijo y la expectativa es bajista, podrá una vez comprobada la
evolución del mercado, ejercitar la opción y transformar si le conviene el tipo de su financiación ninguna a tipo
variable.
El resultado obtenido es el mismo que en un SWAP pero en este producto se tiene la opción de ejercitarla o
no, dependiendo de que las expectativas se cumplan o no.
3.2.7. CONTRATOS POR DIFERENCIAS:
Para los inversores con mayor tolerancia al riesgo se comercializan en España los Contratos por Diferencias
(más conocidos por su acrónimo inglés CFD). Debido a su sofisticación y al elevado riesgo que incorpora,
este producto sólo resulta indicado para inversores experimentados, ya que exige conocimiento de los
mercados y capacidad financiera para afrontar las eventuales pérdidas, que pueden ser importantes si la
inversión no se gestiona adecuadamente.
Son productos derivados complejos en los cuales el inversor y la entidad acuerdan intercambiar la diferencia
entre los precios de compra y venta de un activo subyacente de naturaleza financiera (acciones, índices,
etc.). El inversor puede adoptar una posición compradora o vendedora, pero en ningún caso necesita
disponer del importe total que habría necesidad si operase de manera directa sobre el activo subyacente. O
sea, se trata de inversiones apalancadas, en las que el intermediario suele exigir el depósito de un porcentaje
de la inversión total, en concepto de garantía. Al final de cada sesión la entidad abonará o cargará en la
cuenta del inversor los importes correspondientes (dependiendo de si la evolución del precio del subyacente
le ha sido favorable o desfavorable).
Es importante tener en cuenta que el apalancamiento produce un importante efecto multiplicador no sólo de
las ganancias sino también de las pérdidas, por lo que en caso de no acertar con la tendencia del precio del
subyacente, las garantías aportadas podrían agotarse rápidamente.
Además, si el inversor decidiese mantener una determinada posición comprada al cierre de la sesión, existe
la posibilidad de que se aplique una comisión sobre el importe total de la misma (con el coste que eso
implicaría para operaciones abiertas en periodos amplios de tiempo).
En definitiva, como en cualquier inversión es importante consultar de antemano y comprender la información
de referencia en cada caso (contratos, etc.), en la que se detallen las características y riesgos que hay que
tener en cuenta.
3.2.8. CONTRATOS FINANCIEROS ATÍPICOS (CFA)
Son contratos no negociados en mercados secundarios organizados por los que una entidad de crédito
recibe de su clientela dinero, valores o las dos cosas, asumiendo una obligación de reembolso consistente,
bien en determinados valores cotizados, bien en el pago de una suma de dinero o bien en las dos cosas, en
función de la evolución de la cotización de uno o diversos valores, o de la evolución de un índice bursátil, sin
compromiso de reembolso íntegro del principal recibo.
Dada la variedad de condiciones que pueden ser contempladas en estos tipos de productos financieros, se
hace aún más imprescindible para el inversor prestar la máxima atención a cada una de las mismas.
De Acuerdo con la clasificación MiFID, los CFA's son productos MíFID complejos. Se trata de un
activo financiero de riesgo elevado, que puede generar rendimientos superiores a los de la renta fija,
pero también pérdidas que pueden llegar a la totalidad del importe invertido, en la medida en que el
resultado final de la inversión dependerá de la cotización de los valores o evolución de los índices,
denominados a tales efectos subyacentes, según las condiciones propias recogidas en cada contrato.
Son contratos que no se negocian en los mercados secundarios organizados, por lo que resulta muy
complicado deshacer anticipadamente la inversión, incluso cuando la evolución de los indicadores
económicos lo haga conveniente.
4. RIESGOS INHERENTES:
a. Riesgo de mercado. Es posible que el instrumento derivado se vea sujeto a variaciones
súbitas y pronunciadas de su precio, puesto que su valoración es función de parámetros como
por ejemplo el precio del subyacente en cada momento, sus niveles de volatilidad, los tipos de
interés de los diferentes plazos y los posibles dividendos que pueda devengar dicho
subyacente. Un movimiento en cualquiera de estos parámetros tendrá un efecto mayor o
menor en el precio del instrumento derivado en función de la tipología del mismo y de sus
características intrínsecas.
b. Liquidez de mercado. En condiciones normales, el cliente podrá deshacer su posición en
instrumentos derivados en cualquier momento. Aun así, las características del instrumento
financiero y el momento de mercado pueden condicionar la conversión de la inversión en
efectivo, favoreciendo que ésta se realice a precios superiores/inferiores a los esperados en las
mencionadas condiciones normales. La cancelación de un derivado comporta una valoración
del mismo, la cual podrá lanzar un valor positivo (el cliente ingresa) o negativo (el cliente paga)
según las circunstancias que imperen al mercado en el momento de la solicitud.
c. Compromisos financieros. Aparte de un posible coste de adquisición del instrumento
financiero, existe la posibilidad de que el cliente tenga que hacer frente a compromisos
financieros, como la compra o venta del subyacente en determinadas condiciones, u otras
obligaciones, como por ejemplo las liquidaciones inherentes al producto, que podrán ser a favor
o en contra del cliente.
d. Apalancamiento. Los instrumentos derivados permiten realizar una inversión vinculada a un
determinado subyacente, exigiendo una cantidad de efectivo muy menor a la que exigiría una
inversión tradicional. Eso produce que el rendimiento calculado sobre la inversión efectiva
realizada se multiplique en el caso del instrumento derivado.
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