LA SAETA BOLETÍN DEL NOVICIADO CLARETIANO INTERPROVINCIAL DE CENTROAMÉRICA Agosto-Noviembre 2011 Diseño, Diagramación y Edición: Noviciado Claretiano Imágenes tomadas de internet, Cerezo Barredo CMF, tuentodos.blogspot.com ……………………… NOVICIADO INTERPROVINCIAL CLARETIANO DE CENTROAMÉRICA Ciudad San Cristóbal, Mixco, Guatemala, C. A. Centro Claret, apartado 29-h, Zona 11 (502) 24431502 SANTIAGO NAJARRO, CMF CRISTIAN SANTOS NATAREN ESPAÑA HONDURAS CARLOS BIBIANO PARRA MÉXICO JEAN EDOUARD ISRAEL HAITÍ DAVID FLORES ESPINOZA NICARAGUA LUIS ENRIQUE ORTIZ ÁLVAREZ VICENTE CANCINO ORDÓÑEZ PUERTO RICO MÉXICO LUIS ÁNGEL RODRÍGUEZ PEDRAZA MÉXICO MANUEL DE JESÚS SÁNCHEZ RUIZ El SALVADOR Por: Manuel De Jesús Sánchez Ruiz Es un regalo y una gracia que nos concedió Dios por medio de la congregación el tener la experiencia de los Ejercicios Espirituales de preparación para iniciar el noviciado, impartidos por el padre Teófilo Cabestrero, cmf. Ésta experiencia fue muy enriquecedora ya que se nos dio luces para adentrarnos de la mejor manera en esta etapa de noviciado. Toda la vivencia de los Ejercicios Espirituales fue excelente. Se puede decir con certeza que la temática estuvo enlazada entre sí: el material proporcionado, las intervenciones de Teófilo, las eucaristías que fueron de motivación para adentrarnos en el encuentro con Jesucristo y la creatividad, fueron elementos que nos ayudaron a iniciar unas relaciones comunitarias sólidas y fundamentadas en Cristo. Si se pudiese resumir toda esta experiencia en una sola frase, yo la centraría en esta: “Vengan a un lugar tranquilo y sosegado”. Al llegar aquí cada novicio venía con muchas ideas, ilusiones y prejuicios. Otros todavía con la filosofía en la cabeza y algunos extrañando su país, entonces, como dice la filosofía de nuestro pueblo la frase nos cayó como anillo al dedo. En fin, siempre hay algo que se trae en la maleta de la vida. Pero a través de los Ejercicios se pudo sentir y vivir esa experiencia de llegar a un lugar tranquilo donde las maletas y las cosas que impedían estar de una forma serena se dejan a un lado. Ahora bien, ¿qué nos dejaron estos Ejercicios Espirituales? En primer lugar, la tranquilidad y el sosiego a los que ya se hicieron referencia en el párrafo anterior. Pero para lograr esta tranquilidad se nos exhortó, como necesidad primaria, que cada uno ponga de su parte. Entonces depende de todos hacer de este año un tiempo de gracia y sosiego. Por lo tanto, esta experiencia única del noviciado se debe aprovechar al máximo, porque ella nos ayuda a crecer y a fórmanos como misioneros auténticos. En segundo lugar, se pudo experimentar y a la vez descubrir que cada novicio en particular es parte integral y activa de la comunidad. Por ende, cada uno de nosotros tenemos que esforzarnos para vivir en plenitud este año de gracia. Va decía Amadeo Cencini en su libro La vida fraterna: comunión de santos y pecadores (1998) que: “Edificar la comunidad es un asunto de todos y de cada uno. Cada una de las personas relacionalmente maduras y suficientemente adultas sabe muy bien que la comunidad será como él la haga”. En tercer lugar, concluyamos diciendo que cuando formamos una comunidad religiosa, se nos invita a experimentar en plenitud la fraternidad. Jesús ya nos hizo la invitación al concedernos esta experiencia de los Ejercicios Espirituales a través de los cuales pudimos entrar en nuestro interior y buscar el tesoro que es el mismo Dios. Pero para ello, se hace necesario dejar las ataduras y los ruidos que nos puedan impedir vivir este momento de encuentro y paz. Así mismo, algo muy importante que se tiene que recordar es que todos los espacios y tiempos deben ser lugares de vida, de silencio interior y exterior y sobre todo de oración para vivir y experimentar de la mejor forma este regalo que se nos ha concedido: estar aquí en el noviciado. Por: Carlos Bibiano Parra La presente interrogante corresponde al tÍtulo del libro publicado por el Misionero Claretiano Teófilo Cabestrero, quien a la vez lo ha tomado del libro La victoria de los vencidos del suizo Jean Ziegler. El autor suizo reconocía la supremacía espiritual de los pueblos latinoamericanos, sus valores culturales, su buen humor y solidaridad en comparación ante la suiza o el mundo industrial caracterizado por su racionalidad mercantilista, la competencia, la incomprensión, enfrentamiento que lleva a reducir al hombre como simple instrumento del mercado. Para concluir que el tercer mundo es la esperanza de occidente. Esta afirmación llevó a Teófilo Cabestrero a reflexionar y analizar si la “Victoria de los vencidos” se está cumpliendo en Latinoamérica ya que la realidad reflejaba a un pueblo cargado de muertes de inocentes, injusticias, pobrezas, desigualdad, miseria, linchamientos, levantamiento armados, el aumento de pandilleros. Respecto a lo político se encuentra con un historial de dictaduras militares en los siguientes países: Brasil, Perú, Argentina, Chile, Uruguay, Bolivia, Guatemala, Nicaragua, Salvador y Panamá. Esta realidad que ha vivido el autor le llevó a cuestionarse sobre la supuesta “victoria de los vencidos”, pero, a la vez deja una esperanza y afirma que él se encuentra convencido que la derrota de los vencedores y la victoria de los vencidos se deja ver cuando las memorias y las comisiones de la verdad desentierran los hechos y los cadáveres, y actúa la justicia. A Diez años de haberse publicado el libro ¿La Victoria de los Vencidos?, se pueden complementar las conclusiones del misionero claretiano desde un nuevo amanecer latinoamericano respecto a un pasado oscuro cargado de muertes e injusticias. Esto lo expreso porque en los últimos meses de julio a octubre las noticias han sacado a la luz innumerables casos que muestran las atrocidades cometidas por las dictaduras, y que hoy están siendo condenados los culpables. Los acontecimientos más sobresalientes son los siguientes: los tribunales argentinos condenaron a cadena perpetua e inhabilitación absoluta y a perpetuidad a 12 ex oficiales de la marina de guerra de aquel país por los crímenes cometidos en la Escuela de Mecánica de las Armas. En Uruguay el congreso determinó que los delitos de esa humanidad jamás prescriben; en Guatemala se han abierto al público los archivos desclasificados del ejército y la policía, dándose el primer juicio por genocidio contra el ex general Héctor Mario López Fuentes por ser el principal responsable de más de 10 mil asesinatos, nueve mil desplazamientos y violaciones contra mujeres. Además se logró la captura de Pedro Arredondo, imputado por el delito de desaparición forzada y se dio la histórica sentencia de cuatro ex kaibiles a seis mil sesenta años de condena cada uno por haber masacrado a 201 personas en Petén en 1981. Ante tales procesos de justicia se ve que los muertos a pesar de los años están vivos en la memoria de las personas y claman justicia por la sangre derramada. Esto apenas es el comienzo para desmontar la cultura de la muerte y devolverles a los ciudadanos la paz, la felicidad arrebatada en otros tiempos. Para concluir, Es necesario ser conscientes que falta mucho por hacer y el camino es largo, pero una luz de justicia se asoma cada vez en nuestros países. Para ello es necesario que formemos a todos nuestros ciudadanos, que les hagamos conscientes de que todos somos responsables de nuestro país, por eso, es necesario que colaboremos y velemos por nuestra sociedad. Aquellos que de alguna manera han tenido mejor oportunidad en la educación, es tiempo que formen la conciencia de aquellos que no han corrido con la misma suerte, exijamos a nuestras instituciones a hacer justicia por los miles de muertos que han derramado su sangre y luchemos por un una sociedad más justa e igualitaria. Respecto al papel que jugamos los religiosos es necesario que formemos la conciencia de nuestro pueblo, les ayudemos a ver la realidad desde una visión más crítica. Que seamos capaces de formar cristianos que busquen sociedades más solidarias en donde el amor de Cristo reine y haga a los hombres más humanos. Por: David Flores Espinoza Como hemos podido ver la oración es, ante todo, una comunicación, pero como ya se insinuó anteriormente esta comunicación es relación de diálogo. Entonces cabe señalar, en primer lugar, que antes de todo diálogo se debe escuchar. Por consiguiente, se puede afirmar que, la oración descansa en la escucha de Dios. Así, la oración de Jesús se puede tomar como modelo de escucha. En segundo lugar, es necesario remarcar que la oración de Jesús es expresión visible de “atención a la voluntad del Padre” y esto lo demuestran el que en los momentos más decisivos de su vida se le ve en oración. El hombre es un ser en comunicación. Para explicar esta breve tesis he decidido partir de la siguiente afirmación: la comunicación es parte constitutiva de la estructura propia de cada hombre, y se puede decir con certeza que esta dimensión de la vida no se puede suprimir. Por lo tanto, las distintas formas de comunicación estructuran la trama en que se desenvuelve la vida de cada individuo. Entre las distintas formas de comunicación, tiene un lugar propio e insustituible la comunicación con Dios. Esta comunicación tiene un nombre, oración, es decir, relación de diálogo con Dios. La oración, señala Rafael Checa en su libro Orar es amar (1988), es la preeminencia de las formas de comunicación. Y lo es porque los términos de la relación son el hombre como el ser más notable del universo y Dios, como el misterio absoluto e inexpresable. San Marcos, al narrar la oración de Jesús en el Getsemaní, transcribe un diálogo muy profundo entre el Hijo y el Padre: “Abba, Padre, todo es posible para tí, aparta de mí esta copa, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú” (14, 36). En el caso del bautismo que se realiza en un contexto de oración, escuchamos la voz del Padre como aceptación de esa oración: “Tú eres mi Hijo, yo hoy te he engendrado” (Lc. 3, 21). Un tercer ejemplo se encuentra en la elección de los doce. El Evangelista San Lucas describe este momento de la siguiente manera: “Por aquellos días, se fue él al monte a orar y se pasó la noche en oración de Dios. Cuando se hizo de día llamó a sus discípulos y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles” (6, 12-13). En conclusión, podemos afirmar que Jesús es un hombre en máxima comunicación. Él, pese a ser Hijo de Dios, vivió el hecho de la comunicación humana como parte constitutiva de su propia condición de hombre, y no la suprimió. Es más, sus relaciones no se limitaban al mero hecho de la comunicación humana, porque para él, el diálogo y la escucha de Dios tuvieron un lugar propio e insustituible. Por consiguiente, en su oración se expresaba concretamente el diálogo y la atención a la voluntad del Padre. A partir de esta breve reflexión podemos hacernos las siguientes cuestionantes: ¿cómo defino mi oración personal? ¿En qué nivel está mi comunicación con Dios?, ¿Medio, intermedio o máximo? Por: Cristian Santos Nataren En el mes de septiembre tuvimos un taller de “Iniciación al ministerio de la Palabra” impartido por el P. Ismael Montero, cmf. Nos acercamos a la Palabra por diferentes caminos, tomando en cuenta algunos documentos de la Iglesia y congregacionales; a continuación les comparto mi experiencia. Para ello, tomaré nada más tres aspectos: primero, me centraré en aclarar lo qué es Palara de Dios y Sagrada Escritura; segundo, una brevísima insinuación sobre la Palabra de Dios en la congregación y en Claret; y tercero, el ministerio de la Palabra en la formación y específicamente en el noviciado. En primer lugar, la distinción, saber que la “Palabra de Dios” y la Sagrada Escritura no son lo mismo. La primera, es mayor que la segunda, puesto que era desde antes que existiera la Biblia o lo que conocemos como Sagrada Escritura. La Biblia, es esa Palabra de Dios, ese “Logos Divino” del que nos habla el evangelista Juan en su prólogo, y que se manifestó en la “vivencia” y experiencia histórica de un pueblo -al pueblo de Israel o a los judíos, por ejemplo-, y que algunos hombres se encargaron de recogerla, lo que era tradición oral, y ponerla por escrito (la conocemos también como historia de la salvación). ¿Qué podemos sacar de esto? Primero, que la Palabra de Dios y la vida, están bien unidas, por eso el objetivo último es vivir la Palabra más que interpretarla; y segundo, que la Palabra de Dios se manifiesta y se vive «en» y desde los acontecimientos históricos de cada pueblo humano. En segundo lugar, la Palabra de Dios en la Congregación y en Claret. En la Congregación, bástele al claretiano saber, y hoy actualizar, que es su corazón el lugar de encuentro y acogida de la Palabra; teniendo en cuenta que su mayor ejemplo es y será el Corazón de María. María, la que escucha y guarda la Palabra (Lc 2, 51). Nunca olvidemos que -el núcleo de nuestra espiritualidad como claretianos es acoger la Palabra de Dios, anunciarla y ser testigos de ella-. Y en Claret, nos encontramos que, desde niño, siempre llevó y leía la Biblia, en ella encontró estímulos para el descubrimiento y desarrollo de su vocación: era un aficionado de la Palabra (cf. IMP, p. 24). Pero no solo esto, porque, el P. Claret, además de ser aficionado, aficionó a los demás, haciéndose siervo de la Palabra: “que te conozca y te haga conocer”. He aquí, nuestro carisma y misión: “Oyentes y servidores de la Palabra”, al estilo de Jesús, los apóstoles y profetas, como lo fue el P. Fundador. Y en tercer lugar, el ministerio de la Palabra en la Formación y específicamente para el novicio. Primero, tenemos que saber que como claretianos, nuestra regla de vida es “el seguimiento de cristo” (somos cristocéntricos como Claret, como todo cristiano tiene que ser) y le accedemos a través de la Palabra. Segundo, el principal protagonista es el Espíritu Santo que nos hace comprender y cambiar nuestra visión de Ella. Y tercero, saber que, María, como la que acoge, medita y comunica la Palabra, es nuestro mayor ejemplo; como ya lo decía antes. Y en los tres puntos, los primeros y más interesados tenemos que ser los formando. Pero para que todo ello se realice, es importante preparar una buena base humana en el aspirante, actitudes que le ayuden a transformarse en sencillez y pureza de corazón, que a la vez pueda interiorizar y “exteriorizar” la Palabra de Dios. Para que –finalmente- logre, y pueda llegar a hacer una lectura Bíblica actualizada e inculturalizada, haciendo mucho énfasis, en la escucha (a través de la contemplación) y el anuncio. Ya en el noviciado, para el novicio, y en toda su vida como claretiano, le será de su interés integrar todas las dimensiones y actividades del día a «y desde» la Palabra de Dios. Para que así, nuestro apostolado, sea una transmisión de la Palabra viva y vivida, comunicándola a través de nuestras actitudes, experiencia y acciones. Dándose también, en cada uno de nosotros, una apertura universal apreciando las otras culturas, y siendo al mismo tiempo de gran importancia iniciarse en la lectura de la Palabra de Dios desde el propio contexto “socio-cultural-y-religioso” en el cual estemos inmersos. En conclusión, puedo decir que, esta experiencia de acercamiento a la Palabra de Dios, me llevó a darme cuenta que, a Esta, hay que encarnarla en toda nuestra vida, opciones y acciones, cualquiera que estas sean e independientemente del ambiente dónde se den. Debemos ser cristocéntricos; claretianos, oyentes y servidores de la Palabra, al estilo de los apóstoles y a ejemplo de María, y en configuración con Cristo. Por: Luis Enrique Ortiz Álvarez Nuestra vida cristiana es iniciada por una experiencia profunda de encuentro con Jesús. Una experiencia que por naturaleza no puede ser superficial, pues la experiencia de encuentro con Él toca las bases hondas del ser y afecta todas las dimensiones de nuestra persona. Es una experiencia que nos urge, por amor, a ponernos en camino. Tal como lo dice aquella canción, “porque a Jesucristo es imposible conocerle y no amarle, amarle y no seguirle”. De forma que nuestro seguimiento de Jesús es precedido por nuestro conocimiento de él. Te invito a que nos ubiquemos imaginariamente en un camino, el camino de seguimiento de Jesús, que es la vida misma, y en medio de él, a cuestionarnos seriamente si en realidad somos cristianos, entendiendo cristiano como los que creen en Jesús como centro de sus vidas. Para ello subrayamos una serie de pasos que pretenden ubicarnos en la interrogante, y ayudarnos a abrir los ojos para afianzar nuestro paso seguro y firme. ¿Cómo conocer a Jesús? No podemos hacer una teoría de cómo conocer a Jesús. Pero es posible partir de una antropología y fenomenología del conocimiento interpersonal, aplicado al conocimiento de Jesús. El ser humano es razón, pero no solo razón, también es emoción e imaginación. De hecho, la imaginación potencia el conocimiento de alguien o de algo. Es posible conocer a una persona por la imagen que nos hacemos de ella. Aplicando esto a nuestro conocimiento de Jesús, podemos afirmar con mucha certeza, que nuestro conocimiento de él está condicionado por imágenes suyas, de las que nos hemos apropiado. El primer paso es analizar críticamente si la imagen que tengo de Jesús es la imagen vital que Él dio de sí mismo o no. ¿Qué imagen vital tengo de Jesús? Esta es una pregunta que en medio del camino es necesaria hacernos. Nuestro seguimiento de Jesús, y por ende, nuestra vida cristiana, va a depender de la imagen vital que de Él tenemos. Si nos aferramos a una imagen suya que no es vital, es urgente cuestionarnos si con seguridad le seguimos a él o a una idea que nos hacemos de él, según nuestras necesidades, según nuestras circunstancias. El segundo paso es, por tanto, reconocer que es necesario buscar la imagen vital que Jesús dio de sí mismo. ¿Dónde encontrar la imagen vital de Jesús? La imagen vital de Jesús sólo es posible encontrarla en los evangelios. Aquí hay que advertir el tipo de lectura que hagamos de los mismos. Por supuesto que tenemos que evitar cualquier lectura fundamentalista y superficial. Para poder encontrar la imagen vital que Jesús dio de sí mismo es necesaria una lectura desde los contextos de los evangelios. Entendiendo su época, la comunidad a la que escribe el evangelista, los problemas que enfrenta esa comunidad, los símbolos contenidos en el texto, entre otros. No se trata de una lectura en la que aprehendamos conceptos y en base a ello construyamos estructuras lógicas. Se trata de una lectura que desde los contextos, vislumbre la imagen de Jesús desde sus dichos y hechos, desde su estilo de vida, y presuponiendo lo seducidos que estamos por él, nos lancemos a una evaluación de nuestras vidas de cara al Jesús de los evangelios. Llegamos así al tercer paso: evaluar nuestras vidas de cara al Jesús del evangelio, mirando los objetivos de Jesús, desde la construcción del Reino y confrontándolos con nuestra misión hoy. ¿Por qué es necesario conocer la imagen vital que Jesús dio de sí mismo? No podemos conocer al Padre si no conocemos a Jesús. Pero evidentemente no nos referimos a un conocimiento intelectual. Se trata de comprender la figura de Jesús desde sus contextos. Esto es importante porque cada vez más nuestra espiritualidad se hace menos cristocéntrica. No podemos avanzar en el camino de seguimiento de Jesús, engañados, acomodados, y de cierta forma a favor de la opresión que hoy día se arraiga, y que Jesús mismo en su época denunció. El cuarto paso es asumir desde el amor la imagen vital que Jesús dio de sí mismo. Finalmente, nos urge seguir puestos en camino, pero nos urge más aún saber que la causa por la que estamos en camino es la causa de Jesús, porque si no, ¿de qué sirve estar en camino, si vivimos engañados? Si no asumimos la imagen vital que Jesús dio de sí mismo, pasaremos por el camino pero no nos detendremos en el margen, ni mucho menos nos daremos cuenta que en el margen cada vez aumenta la cantidad de hermanos y hermanas que no son parte del camino porque son excluidos. Asumir esta imagen de Jesús implica, en algunos casos, hacer un revés a nuestra vida espiritual. Por ello nos pueden dominar los miedos e imposibilitar nuestro avance. No olvidemos que lo contrario a la fe, bíblicamente, es el miedo. En todo esto podemos avanzar si nos abandonamos en Dios, sabiendo que él es quien nos llama. Un abandono en nuestra fe, una donación constante de amor, que servirá de motor en el camino de seguimiento de Jesús. Por: Jean Edouard Israel Ser tú mismo es una de las claves de una vida bien vivida y, por lo mismo, de la felicidad que todos anhelamos. En efecto, una de las metas que busca el ser humano es ser feliz y ser amado en todas las cosas que realiza en su vida. De hecho, desde la creación Dios nos creó libres para elegir lo que queramos desde que podamos ser felices; por eso, en cada cosa que vayamos realizando en nuestra vida, el objetivo principal debería ser: En primer lugar, ser feliz y ayudar a otros a ser felices también. Por otro lado, ser uno mismo es decir ser coherente, ser tú mismo en todas las consecuencias. Ahora bien, eso tampoco quiere decir que caigamos en lo que planteó Enrique Rojas: “El hombre light”; buscando nada más nuestro interés, aumentando nuestro egocentrismo o escapando de la realidad que nos toca vivir, o cayendo en el individualismo que se muestra muy bien en el filósofo alemán Friedrich Nietzsche, donde no vemos más que a nosotros mismos. Ahora bien, ¿Cómo podríamos alcanzar esta meta?, ¿es subir al Monte Everest?, acaso ¿es imposible? De hecho no, como seguidores de Jesucristo nada es imposible desde que tengamos la voluntad y la disponibilidad. Recuerda que Jesús mismo nos decía y sigue diciéndonos día tras día: “ser fiel en lo poco y se nos confiará más”. Así que, ¿cuál sería ahora como humanos y cristianos nuestra tarea? Además, con relación a la llamada que nos hace Dios de vez en cuando, ¿cómo podríamos conocer cuál sería nuestra vocación? ¿Vocación para ser misionero o vocación para tener una familia? Una de las cosas que nos puede dar una pista para conocernos a nosotros mismos y a nuestra vocación es: “hacer todo con amor al igual que Jesús que hizo del amor un aspecto fundamental en su vida. En efecto, Antes de hacer algo, la tarea fundamental que tenemos ahora es: “conocer quiénes somos nosotros y no lo que otros dicen de nosotros”. A veces, caemos en esa tentación de dejarnos llevar de lo que otros dicen de nosotros, sin embargo, nunca hemos tomado de verdad un tiempo para hacer una retrospección de nuestra vida, para ver quiénes somos, si no siempre enmascaramos nuestra verdadera cara. Por ende, Jesús invita a cada uno de nosotros a dejar esa actitud farisaica para adoptar una nueva cara que es la autenticidad que podemos adquirir en la sencillez que brota de lo cotidiano. Sin embargo, eso conlleva un proceso que dura toda la vida por medio de una verdadera configuración con JESUCRISTO. Por: Luís Ángel Rodríguez Pedraza Finalicé las etapas de aspirantado y postulantado el pasado mes de mayo del presente año en Guadalajara, Jalisco, México. Fueron tres años durante los cuales me aproximé a las vidas y pensamientos de importantes filósofos, cuyas ideas me mantuvieron ocupado durante estos primeros años de formación, y como es de esperarse, San Antonio María Claret no tenía cabida en este mundo. No obstante, había leído en su Autobiografía algunas de sus experiencias místicas, como por ejemplo, la gracia de la conservación de las especies y la confirmación de la castidad por medio de una visión de la Virgen durante sus años de seminarista, y otras que él mismo nos compartió en su escrito autobiográfico, especialmente en el capítulo XVIII que lleva por título, De algunas cosas notables que me han dado a conocer Dios y la Santísima Virgen María. Lo que me lleva a recordar que en alguna ocasión durante la oración comunitaria, al momento de compartir resonancias sobre la meditación del día, cuyo tema era San Antonio María Claret, expresé que sentía poco interés por la vida del P. Fundador. Además, dije que sus experiencias místicas me parecían alejadas de la realidad y que en su Autobiografía por ninguna parte encontraba su lado humano. Ahora reconozco que esas palabras eran producto de un conocimiento pobre y fragmentado de la vida y obra de San Antonio María Claret. Ya que, leer el testimonio del P. Claret sobre sus experiencias místicas sin conocer un poco más sobre el contexto en el que vivió, puede generar en el lector un sentimiento de indiferencia o incluso de incredulidad, porque se suele pensar que las experiencias místicas nada tienen que ver con el mundo real. Sin embargo, San Antonio María Claret con su testimonio de vida nos propone lo contrario. Y es que, finalmente los santos también son hijos de su tiempo, de allí que las experiencias místicas del P. Claret sean fruto de su vida ordinaria que en un segundo momento lo llevan a la acción. Como nos lo dice Juan María Lozano, cmf. en su libro Un místico de la Acción (1983: 384) Toda su experiencia mística desembocaba de algún modo en la acción. Bajo el influjo de aquella ebriedad espiritual que siguió a sus esposalicios sangrientos con Cristo en Holguín, ideó el santo su Academia de San Miguel. A la gracia de la conservación de las especies reacciona con un propósito heroico de acción. Podríamos decir que mientras más intensa era su experiencia, más profundamente se sentía llevado a la acción apostólica. En este sentido, las experiencias místicas de San Antonio María Claret, pueden ser vistas como respuestas a las problemáticas de su tiempo. Lo que finalmente me lleva a decir que, vale la pena seguir hablando sobre el P. Claret y su mística de la acción en nuestras comunidades y apostolados, considerándolo modelo de inspiración para la vida apostólica. Por: Vicente Cancino Ordoñez Iniciemos señalando, que el P. Claret, es un prototipo de vida para quien desee consagrar su vida y para quien la ha consagrado y quiere vivir a plenitud la misión en el Proyecto del Reino. Él a su corta edad (5 años), sentía lastima al pensar en la eternidad y en quienes tuvieran la desgracia de ir a la eternidad de penas; esto fue muy significativo y fue algo que a lo largo de toda su vida estuvo presente. El mismo Santo afirma que: “esta misma idea es la que más me ha hecho y me hace trabajar aún y me hará trabajar mientras viva en la conversión de los pecadores, en el púlpito, en el confesionario, por medio de libros y estampas, hojas volantes, conversaciones familiares, etc. etc.” (Aut. 9). Descubrir esta realidad, sin duda fue un impulso para poner la mirada y el corazón en Dios. Desde pequeño se inclinó a la piedad y a la religión, oía misa, le gustaba frecuentar el Santísimo Sacramento (ejemplo de su padre). A los 10 años hizó su primera comunión y desde entonces siempre frecuentó más los sacramentos de penitencia y comunión; llegó también a confesar una devoción cordialísima a María; se hizo devoto del Santo Rosario, no rezaba solo en la iglesia, sino también en su casa y en el telar de su padre. Estas y otras devociones, fueron las bases que le harán perseverante en la vocación al servicio gozoso de Dios. Con el paso de los años, el P. Claret, con humildad se abandonó en la experiencia de Dios, se fue enamorando de su vocación, don maravilloso que Dios mismo le participa y que libremente acepta; también se enamora apasionadamente del proyecto del Reino y se convierte en mensajero del mismo para el mundo, a ejemplo de Jesucristo. Se hizo misionero itinerante, predicó en muchos lugares de España, cuba y hasta en las Canarias donde “le robaron el corazón” (cf. Carta a D. Luciano Casadevall, Teror 27 de septiembre de 1848). Y no es para menos, fue un hombre de Dios, entregado, apasionado y preocupado por la conversión de los pecadores y de llenar el corazón de muchos sedientos de Dios. Caminó, sin importarle, acompañado por las inclemencias del tiempo, y siempre con poco equipaje. Podríamos mencionar muchas virtudes y cualidades del P. Claret, pero creo que con esta pincelada, puedo compartir, que él es muestra de que vale la pena abandonarse con humildad en la experiencia de Dios, más en este tiempo en que el mundo pide hombres que hablen con la vida más que con palabras. Lo digo y lo sostengo, vale la pena abandonarse con humildad en la experiencia de Dios y pulirnos en la oración, en confianza, en abandono, contemplativos, para vaciarnos de nosotros mismos y darnos a los otros en la más pura fraternidad del corazón y poder así participar de los sacramentos y devociones que alientan nuestro espíritu. Enamorados de la misión como el P. Claret, nos volvemos obedientes y nos lanzamos más allá de nuestras propias fuerzas; hay que poner todas las energías y habilidades en la proclamación del Reino de Dios, al estilo y ejemplo de Claret; esto es imitar la tarea de Jesús: hacer presente el Reino del Abbá y restablecerlo entre nosotros. Cuando una persona se entrega sin condiciones al espíritu y se deja consagrar por El, entonces todo florece, la misión se hace apasionante, el rostro de la iglesia se hace más jovial, alegre, y el mundo se siente visitado por Dios. En el P. Claret, con cualidades y límites Dios hizo mucho para bien de las almas, ¿qué cosas no hará en nosotros si nos abandonamos con humildad en la experiencia de Él? Vale la pena seguirle, aunque vengan experiencias buenas y malas, el proyecto es de Dios, hay seguridad de que nunca estaremos solos, Él camina con nosotros. 22 de Julio: Llegamos a Guatemala ocho postulantes de tres diferentes Organismos. Del 25 al 29 de julio: Ejercicios Espirituales. Guiados por el Padre Teófilo Cabestrero CMF, iniciamos con pie firme, descubriendo el tesoro escondido del Reino y a un Jesús que nos llamaba a un lugar tranquilo y sosegado, el noviciado. 6 de agosto: Iniciamos formalmente nuestro año de Noviciado (2011-2012). En la fiesta de La Transfiguración del Señor, y en solemne celebración, presidida por el P. Camilo Minaya CMF, formador en la Delegación Independiente de Antillas. 7 de agosto: Connovicios por un día. En este día acompañamos al noviciado (2010-2011) en su primera profesión religiosa. Del 15 al 19 de Agosto: Para conocer la dura realidad que viven nuestros pueblos de América Latina leímos el libro de Teófilo ¿Victoria de los vencidos? En esta semana se hizo una exposición íntegra de la obra. Del 22 al 26 de Agosto: Mauricio Borges, CMF, nos acompañó en esta semana de intensa oración. Dirigimos coloquios y debates sobre la importancia de la oración en la vida religiosa y comunitaria. Del 29 de Agosto al 2 de setiembre: Taller de Iniciación al ministerio de la palabra. Este taller dirigido por Ismael Montero, CMF, nos impulsó a la vivencia, la escucha y la asimilación de la Palabra de Dios en clave claretiana. Del 5 al 16 de setiembre: En estas semanas intensas de estudio y oración, Teófilo Cabestreo CMF, nos acompañó en un recorrido antropológico, fenomenológico e histórico sobre las distintas imágenes de Jesús. 20 y 22 de setiembre: En estos dos días interrumpidos, pero bien vividos, el Psiquiatra Julio Porras, nos proporcionó herramientas para discernir mejor nuestra vocación desde la dimensión humana. 3 de octubre: Celebramos con el ánimo que nos caracteriza el cumpleaños de David. Del 10 al 14 de octubre: En esta semana nos acompañó, Un místico de la acción, libro de Juan María Lozano. Con exposiciones continuas sobre la obra y comentarios profundos del P. maestro, Santiago Najarro, se logró desentrañar lo más profundo de la vida de nuestro Padre fundador San Antonio María Claret. Del 17 al 22 de octubre: El Taller del Padre Claret, dirigido por Javier Hernández, CMF, fue más que un complemento de la semana anterior. Conocimos a profundidad la espiritualidad del fundador, sus contextos históricos y su amor a la virgen Inmaculada, así como su entrega y servicio a la Palabra de Dios. 22 de octubre: Participamos en conjunto con el coro de Campanero en el Festival Claretiano por la Paz que se llevó a cabo en el Colegio Fe y Alegría, contiguo a la Parroquia San Antonio María Claret. 24 de octubre: Un derroche de alegría en la comunidad del noviciado. En este día compartimos con toda la comunidad claretiana para celebrar la fiesta de nuestro Padre Fundador San Antonio María Claret. Del 30 de octubre al 3 de noviembre: Los formadores de la provincia de Centroamérica tuvieron su segunda reunión anual en la casa del noviciado. 4 de noviembre: El equipo de Formación bíblica de la Parroquia Claret que dirige el P. Marito CMF, inició el taller bíblico que prepara a la comunidad de Campanero para las fiestas guadalupanas. Empezamos un poquito retrasados porque la gente no llegaba, pero al final pasamos unas horas muy agradables conociendo más sobre la Sagrada Escritura. En el Apostolado de la Misericordia Compartiendo momentos con los enfermos En ambiente familiar Festejando a los niños en su día Siguiendo el camino de Emaús Despedida a los recién profesos Acompañando al grupo de jóvenes de la comunidad de Campanero Disfrutando de eventos culturales en la Parroquia San Antonio María Claret Compartiendo el estudio Participando en la Eucaristía Celebrando al Santo Fundador En meditación de La Palabra Listos para nuestra tarea de la misericordia Disfrutando el deporte Acompañando al grupo de Infancia Misionera en la Comunidad de Campanero