Las Tres Joyas : Una entrevista con Roshi Joan Halifax (The Three Jewels: An Interview with Roshi Joan Halifax) Por Sean Murphy by Sean Murphy -Traducción Santiago Avilés LeeTomado de, Upaya Zen Center weekly Newsletter, julio 8, 2014. www.upaya.org Sean Murphy: Primero. ¿nos podría hablar del papel tradicional del guía o acompañante Espiritual en el Budismo? Roshi Halifax: Una de las enseñanzas importantes del budismo es tomar refugio en las tres joyas: Buda, Dharma y Sangha. Primero se toma refugio en el Buda. En el contexto histórico esto significa tomar refugio en el Buda histórico. Desde una perspectiva contemporánea, uno podría verlo como tomar refugio en ese individuo espiritualmente maduro que se vuelve tu amigo en el sendero y es a la vez esa misma cualidad dentro de ti mismo. Una cualidad de madurez espiritual. Si tu has hecho esto podría ser posible tener una amistad auténtica con un Maestro que tiene más experiencia en los asuntos espirituales, la práctica y el desarrollo espiritual. SM: ¿Piensa usted que la aproximación a proveer y recomendar tanto el rol del maestro espiritual y la cualidad como tal en uno mismo esta cambiando en la era contemporánea? JH: Vivimos en una época muy interesante donde hay mucho escepticismo y cinismo, donde los retos para confiar son grandes. Supongo que siento que es difícil incluso confiar en nosotros mismos. Ciertamente la confianza interpersonal frecuentemente no es fácil de identificar con un maestro. Pienso que la relación estudiante‒maestro está más basada en lo que sucede en la realidad. Yo hablo de dicha relación pasando a través de fases. La primera fase, es la fase de la "idealización". Esta fase particular pienso que es típica de la cultura oriental. La segunda fase es la fase de "demonización", en donde uno retira la proyección ideal del maestro y proyecta sus complejos negativos al maestro. Usualmente este es el momento cuando se abandona la relación estudiante‒maestro, frecuentemente sucediendo desde ambos lados. Luego esta proyección tiene que ser retirada también para que se suceda la tercera fase, la de "normalización", donde hay una relación que está basada en las diferencias de capacidad, y también incluso, en algún tipo de igualdad. Nosotros proyectamos nuestra iluminación sobre nuestros maestros, también proyectamos nuestras cualidades negativas sobre nuestros maestros. Lo que necesitamos hacer es entender este proceso con el fin de entrar en una relación más normalizada con nuestro maestro. A ti también te importa tu maestro, el bienestar de dicha persona, de la misma manera que te importarían tu abuela o tus padres. Y tu le importas a tu maestro. Existe allí algún tipo de intimidad y amor que es muy importante. SM: Entonces, ese cariño va en ambas direcciones JH: Absolutamente SM: Suena como los muchos años de experiencia hablando. Has mencionado que tradicionalmente el buscador del camino busca refugio en las tres joyas siendo la primera el Buda, que representa al Buda histórico por un lado, y por otro, el potencial de despertar la madurez espiritual en nosotros mismos. Ahora otra de las joyas es la Sangha, la comunidad de practicantes, ¿cómo ha funcionado, la función histórica de la compañía espiritual en la construcción de una comunidad y de las rectas relaciones, y cómo esto está cambiando? JH: Primero, la segunda joya también es muy importante el Dharma. Esto tiene que ver con las enseñanzas, la visión y los valores que se comparten en comunidad. Muchas veces siento que no nos damos cuenta de lo importante que son los valores y la visión de compartir en comunidad juntos. Luego, tenemos la tercera joya, la Sangha, la comunidad. En las enseñanzas importantes que dio Bernie Glassman en su libro Instrucciones al cocinero lo llamaba la comida de los cinco platos . Él habla de Espiritualidad, Estudio, Estilo de Vida, Acción Social y Comunidad. La comunidad es realmente una parte importante de la experiencia del desarrollo espiritual. Se dice que la más difícil y la de mayores retos de las tres joyas, es la tercera, la Sangha, porque en últimas ella es el antídoto para el ego. Estaba pensando en las enseñanzas de San Benito relacionadas con este tema, puesto que el monje más valiente no es aquel que hace su trabajo solitario o incluso el mendigo, sino aquel que escoge vivir en comunidad con otros. La comunidad realmente es importante en el desarrollo del carácter, incluyendo la disolución de nuestro propio ego. Vivir en una comunidad saludable nos ofrece poca escapatoria de quienes en verdad somos. En últimas la comunidad es acerca del amor. Es acerca de hacer cosas muy simples, unos por otros, que puede incluir cocinar juntos, limpiar juntos o ayudarse en las necesidades mutuas. La Sangha también tiene que ver con el compartir de nuestros recursos unos con otros, incluyendo nuestras mentes, nuestras percepciones y nuestro tiempo. Es así como en comunidad nos permitimos entre todos desarrollarnos. Tanto en el modelo budista, como en el modelo benedictino, nuestra espiritualidad en el marco de la comunidad, no tiene tanto que ver con el Ser local, sino con el Ser extendido. Y el Ser extendido tiene que ver con beneficiar a los otros. El solo hecho de vivir con otras personas no crea necesariamente una comunidad. Tenemos que compartir el mismo reservorio de valores. Tenemos que tener también un compromiso común; por ejemplo en el budismo nosotros hablamos de cuatro tipos de karma, de los cuales el más serio es el karma pesado. Este karma incluye causar división en la comunidad. Otros tipos de este karma pueden incluir matar a un ser iluminado o matar a uno de los padres. Así pues, causar división en la Sangha es considerado algo extremadamente malsano. Cuando yo estaba practicando con Thich Nhat Hanh, él hablaba de la armonía de la comunidad, que incluía compartir una fe común, el cuidado por lo esencial de la vida diaria y acatar juntos los preceptos. Un cuarto punto era comprometerse en la palabra que contribuye a la armonía dentro de la comunidad y evitando palabras que pudieran generar ruptura dentro de la comunidad. El quinto aspecto era el compartir de las percepciones. Y el sexto, realmente muy importante, era respetar los puntos de vista de los otros y no forzar a los demás a seguir tu perspectiva. Estas perspectivas, muy importantes, son las que Thich Nhat Hanh ha articulado en el proceso comunitario. (Esta entrevista fue concedida en Marzo de 2014 y se comparte con el permiso de Roshi Joan Halifax.)