El Silbón Este es el llano... Abierto..., inmenso...! Horizonte extendido por caminos polvorientos... Tierra generosa, donde la leyenda es copla y donde la copla es sabana! Portuguesa, Barinas, Cojedes, Guárico, Apure forman nuestro inmenso llano con sus sabanas inmensas y pajonales abiertos, con sus arrieros de versos, con baquianos de la conversa... ..."Salud, amigo ¿pa' onde va poray...? Siempre llano...! Con su pregunta escueta a veces tímida, a veces bravía, retadora, andariega... Y sobre ese llano, el llanero, con la voluntad por delante y la copla pasitrotera espigándole en el alma para adornar el camino, la jornada: "Allí mismo...", "más allá..." Y el corrío se hace presente en los bailes... Y la leyenda va polvoreando caminos... Camino largo..., trocha honda..., terronal reseco... Siempre llano...! Y por ahí anda, de boca en boca, con su característica escalofríante: - "Epa, compañero, pero eso fue cierto...? - "Sí, compa, ciertico!; dicen que nació en Guanarito, o en Bijae...; lo cierto es que en Portuguesa y Barinas se ha criao..., y Cojedes lo ha visto pasá..." Llano inmenso..., de pecho abierto y corazón sencillo, que nunca termina de decir lo que lleva por dentro... El Silbón es un espanto de sabana, que persigue y asombra a las mujeres solas y a las que están en estado de gravidez - cuentan que hasta las asesina, para descansar en el alma inocente de sus criaturas - pero, más particularmente, el Silbón persigue y selecciona a aquellos hombres parranderos que tienen por costumbre abandonar a sus mujeres para marcharse a bailes y parrandas, regresando a sus hogares a altas horas de la noche, o al día siguiente... Esto podría parecer una contradicción: pero es así como lo pinta la creencia popular. No se sabe exactamente el origen de El Silbón; unos dicen que nació en Guanarito, otros que en Bijao, otros, que más allá... Con respecto a lo genuino de su leyenda, el pueblo comenta que es el ánima en pena de un hijo que mató a su padre para comerle la azadura y que, maldecido por la madre, fue condenado a vagar eternamente sin descanso por parajes y caminos solitarios. El notable periodista y doctor en derecho Rafael R. Gavidia, hombre constantemente preocupado por el estudio de nuestro Folklore y talento inquieto por remover y rescatar estos valores escondidos en los cimientos de nuestro pueblo, con relación al Silbón, ha logrado recopilar, ente otras cosas, lo siguiente: "No atraviesa el río Apure, porque el agua le da por la cintura y se le moja la mochila de huesos"..., lo que revela claramente que según el dicho popular éste es un espanto exclusivo de las llanuras de Portuguesa, Barinas y Cojedes... Cuentan que, en las noches oscuras, cuando el relámpago ilumina la sabana y los aguaceros arrecian inclementes, por todo lo ancho del llano, se siente llegar hasta el alero de los ranchos y deja caer la mochila de huesos sobre el suelo, para acampar allí los aguaceros.. Y cuando cesa la lluvia, lo oyen que levanta el saco de huesos - su eterno cargamento y, dejando escuchar su escalofriante silbido, se aleja..., camina largo..., noche oscura, trocha sin rumbo. Así es el llano..., surco abierto poblado de leyenda, donde aquel "más allí..." o "más allá..." va siempre acompañando del enigma: "tenga cuidado...., allá alante..., al pasar aquella mata..." Tierra hermosa, donde el "cuatro", la soga, la novia y la copla forman parte del alma misma - supersticiosa o no- del hombre que allí se forma y por allá muere, "como todas las cosas de la sabana". Escrito por: Don Dámaso Delgado Fuente: http://cuentaelabuelo.blogspot.com