MODELO DE ANÁLISIS DE UNA FUENTE HISTÓRICA “El retraso industrial de España a través de las cifras de producción textil y hierro colado 1.- ¿Qué información proporciona la fuente?. Explica la información que facilita y señala su interés como fuente histórica para la comprensión del hecho al que se refiere Clasificación.- Se trata de una serie de datos de carácter económico relacionados con los dos sectores básicos de la primera revolución industrial: la industria textil algodonera y la industria siderúrgica. Descripción de los datos. Información que ofrece la fuente histórica.En la tabla primera se compara el consumo de algodón (materia prima fundamental de la industria textil) entre Cataluña (única región en España con una industria textil moderna) y Gran Bretaña, mostrando su evolución en seis períodos comprendidos entre 1824 y 1868. Se observa la enorme diferencia en términos absolutos entre la producción de la industria textil catalana y la británica (país pionero de la revolución industrial. Observamos el desarrollo de la industria textil catalana a partir de la década de los 40, tras el final de la guerra carlista, hasta la crisis de los años 60 con el “hambre de algodón” y en el consiguiente encarecimiento de materias primas provocado por la guerra de secesión de EEUU y la crisis de 1866. Estos últimos factores también repercuten en las industrias británicas En la tabla segunda se refleja la producción de hierro colado (materia prima básica de la industria siderúrgica) comparada entre España, Francia y Gran Bretaña entre 1860-1869. Se aprecia la escasa producción española de hierro en comparación con la francesa y en mayor grado aún con la británica Ambas series de datos reflejan el retraso y lentitud del proceso de industrialización en España durante el siglo XIX en comparación con los países de Europa Occidental (especialmente Gran Bretaña y Francia. Origen de las fuentes.- Los datos están extraídos de dos obras historiográficas (de J. Nadal y G. Tortella) que analizan las causas, factores y características del proceso de industrialización y desarrollo capitalista de españa durante el siglo XIX Aclaración de términos.- En la primera serie de datos aparece Cataluña, puesto que se trata de la única zona de España en la que existe una industria textil moderna y mecanizada comparable a las extranjeras a mediados del siglo XIX. El hierro colado es el producto obtenido de la fusión en los Altos Hornos del arrabio del que se obtiene la materia prima de las industrias del hierro y del acero. Interés como fuente histórica.- Los datos ofrecidos son fundamentales para comparar los diversos grados de industrialización y su evolución entre diferentes países. Permiten una base empírica para analizar las causas del atraso de la industrialización española 2.- Explica su relación con el correspondiente proceso histórico: las características del proceso de industrialización en la España del siglo XIX El proceso histórico correspondiente es el de las dificultades de industrialización de España a lo largo del siglo XIX, especialmente durante el reinado de Isabel II. En este período histórico al tiempo que se desmantela el orden legal del Antiguo Régimen y se implantan las bases de un Estado liberal se produce la construcción de un marco legistativo capitalista que permita el dedsarrollo económico e industrial de España En España el proceso de industrialización fue lento, tardío y débil en comparación con los países de Europa Occidental. Además quedó localizado en regiones muy concretas (Cataluña, País Vasco y focos aislados). Las causas princiupales que explican este hecho hemos de buscarlas en los siguientes factores: - La paralización y estancamiento económico hasta los años 40 como resultado de la guerra de Independencia, la pérdida de las colonias, la inestabilidad política, el déficit de la Hacienda Pública y las guerras carlistas - La escasa demanda de productos industriales debido al bajo nivel de vida de una población mayoritariamente campesina y de escaso poder adquisitivo (afecta a las industrias de bienes de consumo como las textiles) - Inadecuada red de transportes y comunicaciones que dificultan la formación de un mercado nacional. Los ferrocarriles se construyeron a partir de los años 50 pero subvencionados por el estado, controlados por capitales extranjeros y con una red establecida por estos inversores para la explotación y exportación de las materias primas. Además la Ley de 1855 favoreció la importación de bienes de equipo y materiales del exterior lo que no sirvió para estimular nuestra producción siderúrgica. Otro ejemplo se refleja en la utilización en las industrias suderúrgicas vascas de carbon inglés en lugar del de las cuencas mineras asturianas y leonesas debido al encarecimiento por las dificultades de transporte del mineral. - La política proteccionista no incentivó la adopción de innovaciones técnicas y modernos métodos fabriles. - Y además la escasez de capitales invertidos en actividades industriales por un burguesía conservadora que prefirió la adquisición de bienes desamortizados, las inversiones muy rentables, subvencionadas y de rápidos beneficios en los ferrocarriles, Deuda Pública, negocio inmobiliario y especulación en Bolsa. Pese a estos inconvenientes que limitaron nuestro desarrollo industrial no podemos negar el alcance de las transformaciones económicas del siglo XIX en ambos sectores La industria textil catalana contaba con una tradición que se remonta al siglo XVIII (producción de indianas). Es la única región en la que aumentan las inversiones, se concentran empresas y se produce una modernización tecnológica de las fábricas a partir de los años 40 y hasta la crisis de los años 60 que hemos señalado. . Tras 1875, con la Restauración se reanuda la expansión y aparecerán los primeros conflictos sociales importantes con la nueva clase obrera que surge a raíz del desarrollo industrial. La industria siderúrgica tuvo un crecimiento muy limitado como reflejan claramente los datos. Entre 1830 y 1860 predominan los Altos Hornos andaluces de escasos rendimientos. . A partir de los años 60 se consolidará la siderurgia asturiana y habrá que esperar a finales de siglo para que la siderurgia vasca logre su definitivo despegue con acumulación de capitales, concentración de empresas (Altos Hornos de Vizcaya) y modernización tecnológica. CONCLUSIONES y valoración críticaPese al lento, incierto y débil proceso de industrialización española en el siglo XIX en comparación con los países más industrializados de nuestro ámbito europeo (como analiza y explica J. Nadal en su obra El fracaso de la revolución industrial en España 1808-1914”) las transformaciones económicas son innegables. El desarrollo de equipamiento industrial (aunque muy localizado en determinadas regiones), la construcción de la red ferroviaria a partir de la Ley de 1855, la venta de tierras y aumento de la producción agraria (tras las desamortizaciones), el desarrollo del sistema financiero y del comercio antillano sientan las bases de una expansión capitalista y de importantes transformaciones económicas y sociales que se reflejan en la España de finales de siglo. No obstante las dificultades de modernización económica se reflejan claramente en la débil producción industrial en los dos sectores básicos (textil y siderúrgico) que hemos analizado. Falta de capitales y dependencia del capital extranjero, insuficiente demanda explican un crecimiento económico lento y desigual que afectó especialmente a la periferia industrial catalana, asturiana y vasca y a medios financieros de la capital. En el resto de España una economía agraria de bajos rendimientos dificultó el despegue económico y reforzó las desigualdades , motivo de profundos conflictos sociales que se prolongarán y agravarán en el siglo XX. Otros autores, minimizan y relativizan este retraso económico de España en el siglo XIX: “El escritor Juan Valera (1824-1905), novelista pero también historiador perspicaz, observó que sobre todo desde 1843, se había producido un notable enriquecimiento del país, que tuvo sus principales fuentes en la desamortización, en Cuba y en la construcción de los ferrocarriles (...) (...) Pese a todo, por debajo de la inestabilidad gubernamental y política de la era isabelina hubo, por tanto - con las limitaciones que se quiera - una revolución tranquila y lenta que fue cambiando el país, su economía, el estado y también el equilibrio entre sus regiones” J.P.Fusi y J. Palafox: España 1808-1996. El desafío de la modernidad