PRINCIPIOS UNIVERSALES DE LAS COOPERATIVAS D. DESTINO DE LOS EXCEDENTES Los problemas tratados en esta parte complementan los examinados en el capítulo precedente. Luego de haber tratado la cuestión de la justa remuneración del capital en relación a los otros factores de la producción, quedan ahora los problemas inherentes a la distribución equitativa entre los socios de una cooperativa, de los eventuales excedentes o sobras procedentes de sus operaciones. Hay que solucionar dos asuntos principales. Primero encontrar el adecuado equilibrio entre los intereses de los socios individuales y los de la cooperativa y, segundo, hacer justicia entre un socio y otro. Sin embargo, al tomar sus decisiones, hay dos series de consideraciones que no deben olvidar si pretenden crecer: • Prudencia • Equidad Si descuidan la primera, caerán en dificultades económicas y financieras; si no actúan con equidad, provocarán resentimiento y divisionismo en su sociedad. Subsiste el error de considerar, primero, que el principio del “retorno según las operaciones” implica una obligación de las cooperativas de distribuir periódicamente sus excedentes y, segúndo, que la tasa de retorno es el más seguro índice de la eficiencia de la cooperativa; todo esto a pesar de lo que se ha hecho en el pasado para educar a la opinión pública y a la masa de socios de las cooperativas, por no mencionar a políticos y recaudadores de impuestos, en el sentido que los excedentes distribuidos por las cooperativas provienen de un tipo de organización económica que difiere del de las sociedades lucrativas y que son el resultado de transacciones distintas a las de éstas últimas. Esta falacia está contrarrestada por tres hechos muy conocidos: el primero es que las cooperativas pueden adoptar -como lo hacen una gran cantidad de cooperativas agrícolas de abastecimiento- la política de permitir a los socios comprar a precios tan cercanos al costo que no vale la pena distribuir el escaso margen que queda, sobre todo si los otros dos factores juegan un rol de alguna importancia. El segundo hecho es que la prudencia en las operaciones comerciales aconseja algunas veces destinar a reservas o capitalizar la totalidad o la mayor parte de los excedentes, especialmente cuando su propia situación es un tanto difícil, o las perspectivas económicas son inciertas, o si existe un programa de innovaciones para el que habrá necesidad de todos los recursos financieros. La capitalización de los excedentes, en especial por las uniones o las federaciones, ha sido siempre un factor importantísimo en el desarrollo comercial e industrial de las cooperativas. El tercer hecho consiste en que frecuentemente las cooperativas destinan una parte de sus excedentes netos al suministro de servicios para todos los socios, servicios que para ellos son más útiles que su equivalente en dinero porque no pueden procurárselos económicamente en forma individual. La consideración que debe privar por sobre todo es que, cualquiera que sea el empleo de los excedentes netos de una sociedad cooperativa, tal empleo debe ser determinado por medio de una decisión democrática de los socios fundada en su discernimiento de lo que sea justo y oportuno. Por lo demás la suma que es objeto de la decisión de los socios, no es considerada utilidad en el sentido comercial ordinario. La Comisión tomó nota de la tendencia a la variación del papel y la importancia del retorno en la economía cooperativa, según las condiciones económicas y sociales imperantes, particularmente en los países industrialmente desarrollados. En estos, donde la competencia es muy dura, la tasa de retorno tiende a disminuir como resultado de una combinación del descenso de los márgenes de beneficio en los sectores comerciales, donde las cooperativas operan desde hace mucho tiempo y el aumento de los precios de costo debido al encarecimiento de la mano de obra y a factores inflacionarios. Debido a que los aumentos de los ingresos, las mayores oportunidades de empleo y los servicios de bienestar del Estado han dado mayor seguridad y niveles más altos de confort, la importancia del dividendo también ha declinado en la estimación de los socios y con ello, su poder para inducir a compras constantes de todos los productos que ofrecen las cooperativas. Investigaciones recientes tienden a confirmar que en la actualidad la tasa del retorno ejerce menos influencia que la calidad y aspecto de los bienes de consumo. En las regiones del mundo donde predomina la economía de mercado y las cooperativas compran y venden productos de y por cuenta de sus socios, a precios corrientes o con las fluctuaciones que le son propias, habrá excedentes si la sociedad es próspera. En estas condiciones, no parece necesario desviarse del principio observado hace ya más de un siglo como el más justo y conveniente de distribución de excedentes sonbre la base de las operaciones.