La crisis se ceba con primaria, pese al compromiso de

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La crisis se ceba con primaria, pese al
compromiso de reforzar la puerta del SNS
GACETA MEDICA. JUAN PABLO RAMÍREZ / MADRID
@GacetaMedicaCom
viernes, 20 de febrero de 2015 / 16:00
En los cinco primeros años de la crisis, el presupuesto destinado a AP se redujo un 8,5
por ciento
Las afirmaciones de los gobiernos autonómicos de reforzar la atención primaria en el
Sistema Nacional de Salud se encuentran cada vez más lejos de su peso real en los
presupuestos regionales. Entre 2008 y 2012, los cinco primeros años de la crisis
económica, las comunidades redujeron su aportación a la puerta de entrada del SNS un
8,5 por ciento, según se desprende de la 'Estadística de gasto sanitario público' del
ministerio de Sanidad. La atención especializada no ha sufrido de la misma manera los
efectos de la recesión. Su evolución ha sido irregular. En 2012 experimentó una caída del
2,2 por ciento con respecto al año anterior. Pero si se toma como referencia 2008, creció
un cinco por ciento.
Los grupos parlamentarios y los sindicatos coinciden en la necesidad de fortalecer este
nivel asistencial. CESM denunciaba en un informe reciente que primaria sólo recibe entre
un 14 y un 15 por ciento del presupuesto, a pesar de su capacidad para resolver el 85 por
ciento de la demanda sanitaria. Ante esta situación, el secretario general del sindicato
médico, Francisco Miralles, sostiene que debería "recibir como mínimo un 25 por ciento de
presupuesto sanitario público". En sus primeros meses al frente del ministerio de Sanidad,
Alfonso Alonso, ya mantuvo una reunión con los presidentes de las tres sociedades
científicas, SEMG, Semfyc y Semergen.
"La atención primaria necesita un impulso real y para ello es necesario un plan a medio
plazo que incorpore las propuestas de profesionales y ciudadanos", explica el portavoz de
Sanidad del Grupo Parlamentario Socialista, José Martínez Olmos.
En la misma línea se expresa su homólogo de Izquierda Unida, que defiende Primaria,
como "la verdadera joya del sistema sanitario" y reclama que no sólo sea la puerta de
entrada, sino "el eje del SNS". Esta priorización debe "convivir con la
superespecialización", añade.
Pérdida de peso en el PIB
De estas cifras se extrae que Primaria ha pagado los platos rotos de la pérdida de peso
que ha sufrido la sanidad pública en relación con el Producto Interior Bruto (PIB). En un
periodo de crisis en que la economía española ha marchado a la deriva, la sanidad ha
visto reducido su presupuesto un 4,13 por ciento. Esta evolución apenas recoge los
efectos del Real Decreto 16/2012 para garantizar la sostenibilidad del SNS. A estos
ajustes hay que sumar los 7.200 millones de euros previstos en el Plan de Estabilidad del
Gobierno para 2012-2015. Según este mismo documento, el peso de la sanidad pública en
el PIB sería del 5,7 por ciento.
Estas cifras han agudizado el debate sobre la sostenibilidad de la sanidad pública. "Una
pérdida de un punto hace muy difícil financiar el SNS con los estándares de calidad de los
últimos años", señala el director del Seminario de Investigación en Economía y Salud de la
Universidad de Castilla-La Mancha, Álvaro Hidalgo.
El PSOE ya lanzó una propuesta el pasado octubre para modificar la Constitución con el
establecimiento de una partida fija y estable anual para sanidad en función del PIB. Incluso
ahora en el debate sobre la financiación de los nuevos medicamentos para el tratamiento
de la hepatitis C, la formación que dirige Pedro Sánchez ha propuesto que la recaudación
procedente del incremento del IVA sanitario se destine a financiar estos fármacos, una
propuesta que va en la línea de iniciativas lanzadas por la Asociación de Economía de la
Salud (AES). "Otras vías pueden ser generar algún tipo de financiación positiva específica,
como destinar una parte fija del IRPF o del IVA a sanidad", señala Hidalgo.
El Gobierno es consciente de que la llegada de nuevos medicamentos pueden poner en
juego otra vez la viabilidad del sistema. El minsterio de Hacienda negocia en la actualidad
con la industria un techo de gasto en función del crecimiento del PIB que permitirá
financiar las innovaciones.
Los sindicatos de médicos y enfermeros proponen como solución una financiación finalista,
que impida que las partidas inicialmente previstas para salud puedan desviarse a otras
áreas. "Resulta absolutamente imprescindible que, una vez que, según el Gobierno, se ha
iniciado la recuperación económica de nuestro país, los gestores públicos se comprometan
en sus respectivos presupuestos a garantizar una financiación acorde con las necesidades
reales de los ciudadanos y que ésta llegue en su totalidad a los servicios sanitarios",
señala Víctor Aznar, presidente de Satse.
CESM defiende también el carácter finalista de los presupuestos, de tal manera que "tanto
los ingresos potenciales generados, como los ahorros que se generen por una mejor
gestión de los recursos sanitarios, se han de destinar exclusivamente y en su totalidad a
financiar la sanidad pública", insiste Miralles.
Durante estos tres años de legislatura, el PP y el Gobierno han intensificado los esfuerzos
para explicar y justificar ante la sociedad la política de recortes y ajustes que han afectado
a todas las áreas. El Ejecutivo de Mariano Rajoy ha puesto en marcha medidas como el
Plan de Pago a Proveedores o el Fondo de Liquidez Autonómica para hacer frente a "un
gasto que supuso generar una deuda de 16.000 millones de euros y un impago reiterado a
los proveedores sanitarios que solo puede poner en riesgo la sostenibilidad del sistema",
afirma Teresa Angulo, portavoz de Sanidad del Grupo Parlamentario Popular, Teresa
Angulo.
En algún momento debe producirse un punto de inflexión. Desde hace unos meses el
Gobierno lanza mensajes optimistas orientados hacia la recuperación económica. El Plan
de Estabilidad marca que la sanidad debe representar un 6,5 por ciento del PIB en 2020,
un porcentaje muy similar al registrado en 2010. La misma previsión muestra que el
sistema sanitario supondrá un siete por ciento de la economía española en 2030; un 7,4
por ciento, en 2040; un 7,7, en 2050, y un 7,8 por ciento en 2060.
Ajustes de plantilla
Independientemente del equilibrio en los niveles asistenciales, los capítulos de plantilla y
farmacia han sufrido de manera especial los ajustes aplicados por el Gobierno central y las
comunidades autónomas. En estos cinco primeros años de la crisis económica, las
partidas destinadas a personal se redujeron un 4,1 por ciento y suponen prácticamente un
44 por ciento de los recortes globales.
"Estas medidas no pueden sostenerse a la larga", advierte el experto de la Universidad de
Castilla-La Mancha, que insiste en que el "recorrido en estas áreas se ha terminado
agotando".
Consejos y sindicatos advierten que la presión a la que se han visto sometidos los
profesionales terminarán por pasarle factura al sistema. "El tiempo, lamentablemente, nos
hará ver que la pérdida de profesionales enfermeros se traduce —como con claridad nos
brinda la evidencia científica— en un incremento exponencial de la morbilidad y la
mortalidad", mantiene Máximo González Jurado, presidente del Consejo General de
Enfermería.
Ambos colectivos han venido reclamando un mayor protagonismo para localizar las bolsas
de ineficiencia que ponen en riesgo la sostenibilidad. Los acuerdos de la Moncloa con los
foros de médicos y enfermeros abrieron una puerta a la esperanza, pero su avance ha
resultado demasiado lento.
La mayoría de los actores se muestran pesimistas en sus previsiones. "No quiero pensar
en otro modelo que no sea el establecido por nuestra Ley General de Sanidad definido por
su universalidad, gratuidad, accesibilidad, equidad, solidaridad, pero está claro que
emergen otras iniciativas complementarias a este modelo que van ganando espacio",
advierte González Jurado. Satse también dibuja una tendencia negativa en la que el
sistema se ha ido "debilitando para dar paso a un sistema en el que la sanidad privada
deje de ser complementaria de la pública para convertirse en el proveedor principal". El
mismo miedo expresa Llamazares que pronostica "un modelo de seguro, privatizado y
tecnocrático". También Martínez Olmos, que avisa: "Si no se corrige el rumbo el sistema
sufrirá un deterioro que terminara afectando la calidad y la equidad".
Angulo defiende las medidas del Gobierno que han permitido que el sistema sanitario
"mantenga sus principios de público, universal y gratuito y que garantice y mejore la
cohesión, la equidad, la solidaridad y la calidad del SNS".
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