General Editorial Jueves 2 de abril del 2009 17-A PRÉSTAMO De política y cosas peores catón Destierro injusto D De aquí para allá germán dehesa El milagro mexicano L a duda que ahora pretendo escudriñar me ha acompañado durante varias décadas de mi crepuscular existencia. Podría formularse así: ¿Cómo es posible que México no haya desaparecido? Y que conste que no hablo de su ominosa orografía, ni de sus crecientes zonas desérticas, ni de la permanente amenaza de los estadounidenses, perpetuos responsables de cualquier mal que nos aqueje. No hablo de nada de esto. Hablo estrictamente del permanente, cuantioso e impune robo de nuestros magros tesoros, de nuestro escaso dinero. Por más que se proclame que la Patria está pobre y en situación crítica, los rateros siempre encuentran el modo de seguir robando, de seguir impunemente saqueando. Ni caso tiene hablar de las permanentes raterías del PRI (¡que ahí viene de regreso!) que no se han corregido, ni mucho menos castigado, en lo más mínimo. Los líderes siguen robando y protegiéndose a la sombra del fuero que les ofrece el PRI, o bien cobijándose con su propia sombra como ocurre con la ratera de Elba Esther Gordillo. Día tras día yo veo a las dinastías priistas mayores y menores usufructuando la cuantiosa riqueza mal habida por alguno de sus miembros; con eso basta, con un priista que escale y llegue a determinadas posiciones, ya tiene la familia para vivir con holgura hasta el final de los tiempos. No diré que son los priistas los únicos rateros, pero ninguno como ellos tiene el know how de esta difícil materia y ninguno como ellos tiene la capacidad de vincularse secretamente con otros grupos de rateros -Iniciativa Privada y rateros rateros- al grito de tú me rascas la espalda y yo te la rasco a ti. ¿Cómo le han hecho para no agotar los bienes de este País? Éste es el milagro mexicano. Previamente sumido en la perplejidad, leo ahora las andanzas de este grupo de zetas-perredistas quienes, además de cumplir con las tareas propias del narco, se dedicaban también a ordeñar de manera escandalosa los ductos de Pemex. Se trata de una historia bastante pantanosa: ¿Cómo es posible que hasta ahora se hayan dado cuenta allá en Pemex de los enormes faltantes en su producción? (siempre saldrá el que declara que tienen tres años investigando este caso, pero que necesitaban reunir pruebas sólidas. ¡Sí, Chucha!), ¿qué grado de complicidad tenían las aduanas mexicanas que con la pura exhibición de un papelito rascuache, le daban salida libre a las pipas cargadas con la gasolina robada?, ¿y las autoridades norteamericanas que miraban con ojos impasibles el ingreso de estas pipas, la descarga en distintas refinerías norteamericanas, el pago con dinero que olía chueco a 100 millas náuticas y no movían (ni han movido) un dedo? Y no estamos hablando de cacahuates. Se trata de un robo que el año pasado rindió una ganancia de 46 millones de dólares. Roban aquí, roban allá, miles de mexicanos sólo piensan en nuevas maneras de robar, de defraudar, de engañar. Insisto: El milagro mexicano es que, hasta ahora, México haya aguantado a los rateros. ENVÍO Estos renglones son una bienvenida para María Camacho y P.S. que acaba de nacer con todo éxito. Bienvenida, pequeña, al proceloso y emocionante México. Te vas a divertir. ¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDXX (1520) Por si alguna duda quedaba acerca de la íntima relación que vincula al ‘Gavioto’ Peña Nieto con el inenarrable ARTURO MONTIEL, la prensa nos trae la noticia de que el ‘Gaviotín’ le dio el cargo de secretario general de Gobierno a Luis Enrique Miranda Nava, quien ya había sido investigado por la PGR por haber incurrido en todo tipo de maniobras oscuras relacionadas con la adquisición de predios en tiempos de ARTURO MONTIEL. Da mucho gusto que se vayan formando las dinastías, aunque sea de rateros. El autor es profesor universitario con Licenciatura en Letras Hispánicas por la UNAM. Cualquier correspondencia con esta columna milagrosa, favor de dirigirla a german@plazadelangel. com.mx (D.R.) on Astasio regresó a su casa y sorprendió a su esposa, doña Facilisa, en ilícito trato de erotismo con un desconocido. Desconocido para él, naturalmente, no para ella, que tenía abrazado al individuo en forma tan estrecha que denotaba familiaridad, a más del hecho de encontrarse los dos sin ropa alguna, lo cual implica también conocimiento. Don Astasio colgó su sombrero, su saco y su bufanda en el perchero del pasillo, y fue luego al chifonier donde guardaba una libreta en la cual solía anotar palabras de baldón para infamar a su mujer en casos semejantes. Volvió a la alcoba y le espetó a doña Facilisa este duro vocablo: “¡Viltrotera!”. Había aprendido el adjetivo leyendo las “Tradiciones peruanas”, de don Ricardo Palma. “¡Ay, Astasio! -respondió ella con tono de reproche-. ¡Espera al menos que se vaya la visita antes de hacerme una de tus escenas!”... “Un aniversario olvidado”. Así se llama hoy esta columnejilla. También podría llamarse “Un olvidado aniversario”, nombre aún más dramático y sonoro. El aniversario a que aludo es el de la batalla del 2 de abril, en la cual las armas mexicanas obtuvieron un importante triunfo sobre los franceses en la lucha contra el Imperio de Maximiliano. ¿Por qué no es recordada esa batalla, como se recuerda la del 5 de mayo, de Ignacio Zaragoza? Porque la victoria que digo la ganó Porfirio Díaz, un héroe condenado injustamente, igual que tantos otros buenos mexicanos, al basurero creado por la mentirosa Historia oficialista que se nos enseñó, y que aún prevalece sobre la verdad. Don Porfirio ha sido objeto de un trato muy injusto. No se le reconoce el supremo patriotismo que mostró al hacer renuncia voluntaria del poder y desterrarse para evitar que México se bañara en sangre, como luego sucedió con aquellas luchas “revolucionarias” de quítate tú para ponerme yo. Por fortuna los méritos de don Porfirio empiezan ya a apreciarse: En algunas ciudades hay estatuas suyas, o calles con su nombre. Subsisten todavía, sin embargo, prejuicios anacrónicos, y aún no se hace justicia a este hombre bajo cuyo gobierno México tuvo paz y alcanzó prosperidad, y cuyos errores fueron más fruto de su tiempo y de las circunstancias que de sus ambiciones personales. Llegará el día -cuando México sea un País moderno, libre de dogmas, fincado en la verdad y en la concordia- en que los restos de don Porfirio Díaz podrán descansar en su solar nativo. Mientras tanto el héroe del 2 de abril sigue en un destierro injusto, risible por lo absurdo, que a todos nos debería avergonzar... El niñito llegó llorando con su mamá. “¡Mis compañeros de la escuela me dicen ‘El cabezón!’”. Le pregunta la señora: “Y tú ¿qué haces?”. Responde entre lágrimas el niño: “Los persigo para pegarles; pero no puedo, porque se meten en unas calles muy angostas”... Decía don Vetulio: “A mis 90 años sigo persiguiendo muchachas”. Le pregunta alguien, sonriendo: “Y ¿las alcanza?”. “Sí -contesta don Vetulio-. Pero ya no recuerdo para qué”... Le dice la señora al juez: “Me casé con este hombre bajo engaño”. Inquiere el juzgador: “¿Por qué?”. Replica la mujer: “Me dijo que estaba embarazada y no era cierto”... Murió en un accidente un sujeto llamado Prick O’Pecker. El médico que le iba a hacer la autopsia se asombró al ver la munificencia con que natura había dotado al individuo, tanto que hizo la ablación o corte de la citada parte y la puso en un frasco de formol, pues aquello podía ser un récord para Guinness. Llevó el frasco a su casa; llamó a su esposa y le dijo: “No vas a creer esto”. La señora ve el frasco y exclama consternada: “¡No me digas que murió Prick O’Pecker!”... FIN. El autor es Lic. en Derecho y en Lengua y Literatura Españolas/cronista de Saltillo. Mirador Y armando fuentes aguirre o estoy muy agradecido con Guadalajara. Le hizo a mi ciudad un valiosísimo regalo: Monseñor Francisco Villalobos Padilla, obispo -ahora emérito- de Saltillo. ¡Cuánto bien nos ha hecho ese prelado, tan sencillo, tan lleno de bondad! Tiene la alegría de los santos. Con su vida ha enriquecido nuestras vidas. Es la imagen del Buen Pastor entre nosotros. La gente lo mira como se mira a un padre. Cuando va -a pie siempre- de su casa hacia la Catedral, donde oficia la misa de las 12:00, todos lo saludan con gratitud y afecto. Monseñor Villalobos celebra hoy 60 años de ordenación sacerdotal. Fecundos años han sido esos, de labor continua en la míes y la viña del Señor. Por ellos le damos gracias a don Francisco. Y por don Francisco le damos gracias a Dios. (Y a Guadalajara). ¡Hasta mañana!...