MANUAL DE LABORATORIO MANEJO DE HONGOS ENTOMOPATÓGENOS En los primeros años del Siglo XXI, las proyecciones sobre el incremento poblacional indican que en las décadas venideras habrá necesidad de producir más y mejores alimentos para satisfacer la demanda mundial. Sin embargo, este reto es amenazado por las plagas, que representan un serio problema para los agricultores, reduciendo su rentabilidad y competitividad. Por otro lado, actualmente existe evidencia de que un uso irracional de plaguicidas para controlar las plagas puede generar serios problemas relacionados con el medio ambiente o la salud de las personas. Por esta razón, se requiere de trabajos de investigación para encontrar métodos alternativos para el control de plagas. Entre estos métodos innovadores se incluye el uso de enemigos naturales, como los hongos entomopatógenos, una de cuyas ventajas es reducir el riesgo de causar efectos negativos en el ambiente o en las personas. Sin embargo, hay aún mucho trabajo por hacer para tener bioplaguicidas eficientes basados en hongos, siendo el primer paso la colección, aislamiento, caracterización y multiplicación de estos microorganismos. Esta etapa de la investigación debe realizarse correctamente, para establecer bases sólidas para el futuro desarrollo de Bioplaguicidas, ya que se requiere conocer muy bien al agente entomopatógeno para poder multiplicarlo y evaluarlo como potencial control biológico. INTRODUCCIÓN La mayor parte de los insectos que atacan a las plantas cultivadas tienen enemigos naturales que los parasitan y matan, produciendo así una reducción considerable en su población. El uso de hongos entomopatógenos para la exterminación de tales insectos constituye, por lo tanto, un componente importante de control, siendo muchos los hongos mencionados en diversos estudios que se usan para este propósito. La gran mayoría de cultivos son infestados por diversos insectos que destruyen la planta, durante su permanencia en el campo. A su vez, hongos como Beauveria spp., Metarhizium anisopliae, Lecanicillium (Verticillium) lecanii y Paecilomyces spp., son comunes en el campo. Estos hongos tienen un amplio rango de hospedantes y han sido utilizados para controlar diversas plagas en diferentes lugares. En el Perú se ha trabajado en programas para el control del gorgojo de los Andes principalmente. También se han controlado nematodos utilizando Paecilomyces lilacinus. Debido a la importancia de determinados grupos de hongos tienen en nuestro medio para el control de insectos que atacan a los cultivos se ha preparado el presente manual, para que sirva de guía en los trabajos de investigación y propagación de hongos con fines de control. Las indicaciones que se dan están al alcance incluso de laboratorios no muy bien equipados, pues los métodos descritos se pueden llevar a cabo en condiciones austeras. Los lineamientos generales que se dan aquí para la preparación del sustrato para la propagación de los hongos, tan importante para la inoculación en el campo y en el almacén, pueden ser modificados de acuerdo a las condiciones de cada lugar y a los insumos con que se cuente. GENERALIDADES DE LOS HONGOS ENTOMOPATÓGENOS Uno de los factores que limita la producción de los cultivos son las plagas agrícolas. El uso indiscriminado de insecticidas orgánicos sintéticos ha traído como consecuencia la selección de individuos resistentes, la resurgencia de nuevas plagas y la contaminación ambiental y del hombre. Estos factores han hecho posible el surgimiento de sistemas nuevos de producción agrícola, como la producción orgánica; han creado la necesidad de obtener productos inofensivos para otros organismos no perjudiciales (entomófagos) y han obligado a legislar más estrictamente sobre la presencia de residuos en los productos agropecuarios. El manejo integrado de plagas (MIP), que se basa en principios totalmente ecológicos, considera todo el Agroecosistema en su conjunto. Como tal, comprende la aplicación armónica de diferentes métodos de control, como la lucha biológica y las prácticas culturales que requiere el cultivo, teniendo en cuenta los niveles poblacionales de las plagas y enfermedades a controlar, la presencia de los Biorreguladores naturales, las etapas fenológicas del cultivo y las condiciones ambientales presentes. Uno de los componentes del MIP es el control biológico de las plagas agrícolas mediante parasitoides, predadores (entomófagos) y organismos entomopatógenos que pueden ser hongos, bacterias, virus, nematodos y protozoarios. Los hongos entomopatógenos son los que han recibido mayor atención por la gran variedad de especies y amplio rango de hospedantes así como por su crecimiento microscópico sobre la superficie de su huésped. Todos los insectos son susceptibles de ser afectados por algún hongo. Ciertos hongos poseen características muy especiales que les permiten sobrevivir en forma parasítica sobre los insectos y en forma saprofita sobre material vegetal en descomposición. El crecimiento saprofito puede dar como resultado la producción de conidióforos, conidias y desarrollo miceliano. Esta característica permite que el hongo pueda ser cultivado en el laboratorio utilizando técnicas de producción en masa de bajo costo. Los hongos tienen un gran potencial para ser empleados como Biocontroladores. Entre los principales hongos que presentan estas características están: Beauveria, Metarhizium y Paecilomyces. Las principales ventajas de estos hongos son: 1. Presentan grados variables de especificidad, pueden ser específicos a nivel de familia o especies muy relacionadas. En el caso de las cepas, pueden ser específicas a nivel de especie, sin afectar a los enemigos naturales. 2. Si el entomopatógeno encuentra las condiciones adecuadas para introducirse y colonizar un ecosistema, se reproduce y renueva en forma continua, es decir, se vuelve persistente, haciendo innecesarias nuevas aplicaciones. 3. Se pueden aplicar mezclas de hongos entomopatógenos con dosis subletales de insecticidas para lograr efectos sinérgicos superiores a los logrados con aplicaciones de cada producto por separado. 4. No contaminan el medio ambiente ni afectan al hombre u otros animales superiores. 5. Cuando el hongo no llega a causar la muerte directamente, se presentan efectos secundarios que alteran el normal desarrollo del ciclo de vida del insecto. Pero también presentan algunas desventajas, como: 1. Sensibilidad a la variación de las condiciones climáticas como temperaturas extremas, desecación y luz ultravioleta. Estas limitantes están siendo contrarrestadas mediante el uso de aditivos (protectores solares, aceites, antidesecantes). 2. Requieren de condiciones de almacenamiento más exigentes que las moléculas inorgánicas, para evitar que pierdan su patogenicidad. 3. En general, los insecticidas biológicos no matan instantáneamente. Alcanzan buenos niveles de control entre una y tres semanas después de la aplicación, dependiendo de la plaga y del ambiente. Sin embargo, el insecto deja de ser plaga al ser parasitado por el hongo, deja de alimentarse mucho antes de morir, disminuyendo el daño. Clasificación de los hongos entomopatógenos De acuerdo a la clasificación realizada por Ainsworth (1973), los hongos son separados en dos divisiones: Myxomycota, aquellos que forman plasmodios, y Eumycota, aquellos que no forman plasmodios y son frecuentemente micelianos. Los hongos entomopatógenos se encuentran en la división Eumycota dentro de cinco subdivisiones: Mastigomycotina (forman zoosporas, oosporas y presentan estado perfecto). Zygomycotina (no presentan zoosporas, presentan estado perfecto y forman zygosporas). Ascomycotina (presentan estado perfecto y forman ascosporas). Basidiomycotina (presentan estado perfecto forman basiodiosporas) y, Deuteromycotina (no presentan estado perfecto ni zoosporas y forman conidias). Las clases de mayor importancia desde el punto de vista del control de plagas agrícolas son Zygomycetes e Hyphomycetes (Tanada y Kaya, 1993). Muchos hongos entomopatógenos se encuentran en: Subdivisión Zygomycotina Clase Zygomycetes Orden Entomophthorales Subdivisión Ascomycotina Clase Pyrenomycetes Orden Sphaeriales Clase Laboulbeniomycetes Orden Laboulbeniales Subdivición Deuteromycotina, Clase Hyphomycetes, Orden Moniliales Mecanismo de infección de los hongos entomopatógenos La enfermedad producida por hongos se llama micosis. Tanada y Kaya (1993) mencionan que el desarrollo de la micosis puede ser separado en tres fases: 1. Adhesión y germinación de la espora en la cutícula del insecto: El proceso de adhesión, dependiendo del hongo, puede ser un fenómeno específico o no específico. Mientras que la germinación de las esporas es un proceso mediante el cual una espora emite uno o varios pequeños tubos germinativos que al crecer y alargarse da origen a las hifas, este proceso depende de las condiciones de humedad y temperatura ambiental. En menor grado la luz condiciona el ambiente alimenticio. La espora que germina en el insecto forma un tubo germinativo el cual funciona como una hifa de penetración de la cutícula. También puede producir una estructura llamada apresorio, la cual ayuda a la adhesión de la espora. El éxito de la germinación y penetración no dependen necesariamente del porcentaje de germinación sino del tiempo de duración de la germinación, modo de germinación, agresividad del hongo, tipo de espora y susceptibilidad del hospedante (Samson, et al, 1988). Los hongos, además, pueden infectar a los insectos a través de las aberturas corporales como son cavidad bucal, espiráculos y otras aberturas externas. Las esporas pueden germinar rápidamente en estos ambientes por ser húmedos. Cuando lo hacen en los fluidos digestivos, pueden destruir a la hifa germinativa. En este caso, el insecto no muere de micosis sino a causa de las toxinas. 2. Penetración dentro del hemocele: Esta penetración por parte de la hifa es el resultado de la degradación enzimática de la cutícula y la presión mecánica ejercida por el tubo germinativo. Además, depende de las propiedades de la cutícula, grosor, esclerotización, presencia de sustancias nutricionales y antifungosas (Charnley, 1984) y estado de desarrollo del insecto. La digestión del integumento se produce mediante las enzimas (proteasas, aminopeptidasas, lipasas, esterasas y quitinasas). Cuando la hifa ha llegado al hemocele, se pueden producir diferentes reacciones de defensa del insecto frente a un cuerpo extraño: la fagocitosis, encapsulación celular y la formación de compuestos antimicrobianos como las lisozimas, aglutininas y melanización. En este caso, el hongo debe vencer el sistema inmunológico del hospedante antes de entrar a la hemolinfa y desarrollarse dentro del insecto. 3. Desarrollo del hongo que resulta en la muerte del insecto: Luego de que llegue al hemocele, el hongo puede evitar la defensa inmune del insecto produciendo células parecidas a levaduras, llamadas blastosporas, que se multiplican y dispersan rápidamente, desarrollando protoplastos, elementos discretos ameboideos, sin pared celular que no son reconocidos por los hemocitos del hospedante (Pérez, 2004) y produciendo micotoxinas (Tanada y Kaya, 1993). La dispersión de éstos en el hemocele depende de la especie del hongo. Las toxinas producidas juegan un rol muy importante en el modo de acción de los hongos entomopatógenos. La muerte del insecto se produce con mayor rapidez cuando es afectado por un hongo entomopatógeno que produce cantidades considerables de toxinas, ya que se adiciona la toxemia a la destrucción de los tejidos y a las deficiencias nutricionales. A continuación del crecimiento del hongo en el hemocele, se producen los síntomas fisiológicos del insecto afectado como convulsiones, carencia de coordinación y comportamientos alterados (deja de alimentarse, reduce su movimiento), entra en un estado letárgico y finalmente muere, lo que puede ocurrir relativamente rápido o en unos cuantos días. Ocurre una competencia entre el hongo y la flora intestinal. Los hongos pueden producir sustancias antibacterianas que alteran la coloración del cadáver (Ferrón, 1978). Con la muerte del insecto termina el desarrollo parasítico del hongo y empieza la fase saprofítica: el hongo crece en el hemocele formando masas micelianas que salen al exterior fundamentalmente por las regiones intersegmentales–esporulando sobre el cadáver y produciendo inóculo para infectar a otros insectos– y por las aberturas naturales (espiráculos, boca y ano). La gran dependencia de la humedad es el mayor factor limitante que presentan los hongos, ya que para que se produzca la germinación y esporulación fuera del hospedante se requieren valores de humedad relativa superiores a 90%. Control de asepsia en Laboratorio Mantener el mayor cuidado en la limpieza del material y del laboratorio mismo es fundamental para realizar trabajos confiables. El medio ambiente se encuentra, por lo general, cargado de microorganismos diversos que pueden contaminar el ámbito de trabajo, por ello es conveniente no descuidar la limpieza de los materiales, instrumentos y equipo necesario para el trabajo. Los materiales de vidrio y cualquier otro elemento deben estar profundamente limpios antes de comenzar el trabajo. Lavado Durante los trabajos con microorganismos, específicamente hongos, es necesario y fundamental trabajar con mucha asepsia, debido a que es indispensable el mantenimiento de los cultivos puros. Por lo tanto, es conveniente que luego de lavar todo el material de vidrio, éste sea enjuagado dos veces con agua destilada, para eliminar todo residuo de detergente antes de ser esterilizado. Esterilización La esterilización de los materiales de vidrio y medios de cultivo nos asegura un estado de asepsia que permite trabajar sin dificultades cuando se ejecuta en forma eficiente. La forma más común de esterilización es por medio del calor seco o húmedo. La esterilización por calor seco se consigue con el uso de un horno o estufa y es útil en el caso de esterilizar placas petri y otros materiales de vidrio. La temperatura a la que se somete el material durante 90 a 120 minutos debe fluctuar entre 160 y 180°C. Es eficaz, siempre y cuando se deje espacio libre para que el aire caliente circule alrededor de los materiales. La esterilización por calor húmedo o a presión de vapor de agua se consigue con el uso de una autoclave (Figura 2). Se encuentran de varios modelos y tamaños, pero todas tienen el mismo principio de funcionamiento. A mayor presión, mayor es la temperatura de ebullición del agua; cuando la presión aumenta a 15 libras (dos atmósferas), la temperatura llega a 121.6°C. No existe microorganismo que tolere esta temperatura durante 15 minutos. El tiempo es el factor que permite que el calor penetre en la masa de esterilización y se absorba. Cuando se esterilizan medios de cultivo en frascos de vidrio, se debe asegurar que éstos ocupen no más de las tres cuartas partes del frasco para permitir una ligera ebullición sin derramarse, por lo mismo, las tapas deben colocarse ligeramente sueltas. Los frascos Erlen_meyer se deben taponar con algodón para permitir la circulación del vapor. Los tubos de ensayo conteniendo medio, se deben colocar en una gradilla o rejilla. El uso de los rayos de luz ultravioleta (U.V.) es eficaz para eliminar organismos que se encuentran sobre superficies, ya que este tipo de luz tiene poca penetración. DESINFECCIÓN DEL AMBIENTE (LABORATORIO Y ALMACENAMIENTO) Como ya se ha dicho, cuando se trabaja con hongos entomopatógenos es necesario tener los ambientes de trabajo así como los utensilios, materiales de vidrio, etc. en completo estado de asepsia. Existe un conjunto de procedimientos para eliminar o reducir la contaminación por microorganismos ya sean hongos entomopatógenos, fitopatógenos, patógenos del hombre, saprofitos, etc. que puedan interferir con el trabajo que se desea realizar. Éstos pueden estar flotando en el aire, depositados sobre las superficies de trabajo y del ambiente como paredes, techos, estantes, entre otros. El alcohol es muy utilizado en trabajos de laboratorio para desinfectar la superficie de la cámara de flujo laminar así como las superficies de trabajo. Los alcoholes actúan desnaturalizando las proteínas, disolviendo las capas lipídicas y como agentes deshidratantes. Para reducir la contaminación en el ambiente de trabajo, se pueden realizar aplicaciones de sustancias antisépticas como el Timol. Preparación: Preparar una solución de 1 gramo de Timol en 1 litro de agua Esta solución se asperja sobre muebles, paredes, etc. y todo aquello que forma parte del interior del laboratorio. Precauciones al aplicar: � Evitar que caiga sobre la piel y los ojos, de ser así lavar bien con agua corriente. � Evitar inhalarlo. � Luego de aplicar, dejar la habitación totalmente cerrada. � No aplicar sobre alimentos. � Aplicar sobre toda superficie del laboratorio: paredes, muebles, pisos, zócalos, etc. � El operador debe estar provisto de máscara, guantes y toda protección posible. La operación de aplicación no debe durar más de 10 minutos.