www.pulso.cl • Martes 11 de noviembre de 2014 @pulso_tw facebook.com/pulsochile OPINION 7 Tribuna Libre Ganas de llorar por Venezuela Al caos y la violencia se suman los precios decrecientes del petróleo y un pueblo cada vez más cansado del desgobierno. MAURICIO ROJAS L A MUSICA de Beethoven irrumpe en la sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música bajo la dirección del gran maestro Gustavo Dudamel. Por un momento olvido que esto ocurre en la misma ciudad, Caracas, donde el pasado fin de semana fueron asesinadas 31 personas. Dan ganas de llorar con la fuerza sobrecogedora de la Quinta Sinfonía, pero también dan ganas de llorar por Venezuela, dividida por el odio, acosada por la violencia, gobernada dictatorialmente por quienes abusan del nombre de Bolívar. Hacía 43 años que no visitaba Venezuela. Estuve allí en 1971, cuando era el país más rico de América Latina y una democracia aún joven, pero que llamaba la atención en una región cada vez más golpeada por las dictaduras. Por entonces yo vivía en aquel Chile que aceleradamente se precipitaba en la división y el caos que terminarían desencadenando el golpe militar de 1973. En ese tiempo, el ingreso per cápita de los chilenos era menos de la mitad del de los venezolanos, y las tiendas, edificios y automóviles de Caracas no podían sino asombrar a ese joven chileno de 21 años que yo era por entonces. Hoy todo es al revés. Chile es una admirada democracia y el país más próspero de América Latina, mientras que la economía de Venezuela se hunde, su sociedad se despedaza en conflictos internos y su democracia ha sido transformada en un cascarón vacío después de casi 16 años de gobierno populista autoritario. Caracas ya no irradia progreso sino inseguridad, desabastecimiento, mercado negro y el espectáculo triste de sus miserables ranchos en barrios cada vez más dominados por los delincuentes o por las bandas armadas chavistas, conocidas como “colectivos”. Es un poco como volver al Chile de comienzos de los 70. ¿Qué pasó para que la situación de Chile y Venezuela se invirtiese de tal manera? En lo referente a Chile se trata de una combinación virtuosa de la economía abierta de mercado creada bajo la dictadura militar con una democratización muy exitosa, basada en amplios consensos y gobiernos alejados de la tentación populista. Así, en 30 años Chile más que triplicó su ingreso per cápita, redujo drásticamente la pobreza y se transformó en una sociedad de clase media, cuya modernidad y progreso son un ejemplo para América Latina. Venezuela, por su parte, cayó en un círculo vicioso que transformó su enorme riqueza exportadora en una verdadera maldición que ha terminado desquiciando y empobreciendo al país. Los ingresos petroleros le dieron al Estado un papel central en la sociedad venezolana como el gran redistribuidor de una renta a la cual todos querían acceder. Este protagonismo del Estado se agudizó con la nacionalización del petróleo y los aumentos de su precio, que multiplicaron la renta petrolera de manera asombrosa. Surgió así una sociedad cada vez más dependiente del Estado y organizada en torno a “el reclamo”, es decir, volcada a reclamar y vivir del favor del Estado. E STE DESARROLLO fomentó esa complicidad entre política y economía que es tan común en América Latina y que termina corrompiendo tanto al Estado como al sector empresarial. Así se creó una estructura económica cerrada y deformada, donde los ingresos petroleros servían para subsidiar y proteger a un sector productivo ineficiente, que solo podía prosperar dentro de un mercado nacional cautivo. La crisis económica de comienzos de los años 80 puso en evidencia las debilidades de este modelo petrodependiente de desarrollo, abriendo una larga fase de deterioro económico y aumento de la pobreza. Paralelamente se resentían la democracia venezolana y los partidos que la sustentaban. Su incapacidad para enfrentar los graves problemas que aquejaban al país les fueron restando apoyo popular, creándose Mente Ágil 4 6 8 2 Banco Central y medición de la inflación 8 Una vez obtenido el logro de una inflación promedio estable y baja, sería valioso incluir en la discusión la realidad innegable de que la inflación que enfrentamos los chilenos es heterogénea. 1 3 7 8 6 1 4 5 5 1 1 2 6 9 7 8 5 2 9 5 13 3 4 100 14 17 2 8 19 1 7 97 104 94 113 91 108 123 27 42 25 82 79 47 40 30 31 32 39 53 86 87 36 37 58 144 74 68 63 132 72 142 71 51 55 57 60 62 109 124 128 84 45 El autor es director Academia Liberal Fundación para el Progreso (@MauricioRojasmr). Pulso Economía 2 5 así las condiciones para el surgimiento de Hugo Chávez con un discurso de condena al conjunto del sistema político imperante en nombre de aquellos que se sentían ignorados y marginados. Con el ascenso de Chávez al poder se agravaron radicalmente los males de Venezuela. Sus propuestas no fueron sino una profundización extrema del estatismo y el rentismo, pero ahora puestos al servicio de la construcción de un poder personal que pronto arrasaría con el Estado de Derecho y las libertades fundamentales. Era la personificación del ogro filantrópico del que nos habló Octavio Paz, pero premunido de unos ingresos petroleros que por los precios en alza pronto alcanzarían niveles extraordinarios. Ello le permitió desplegar un asistencialismo gigantesco, creando así sus bases cautivas de apoyo que movilizaría con ayuda de su carisma y su control de los medios de comunicación. Hoy el gran caudillo es parte de la historia y las dificultades de sus sucesores para mantener el control del país son evidentes. Al caos y la violencia se suman precios decrecientes del petróleo y un pueblo cada vez más cansado del desgobierno y la falta de libertades. La hora final de la dictadura chavista parece no estar lejos y en su caída puede que también arrastre a la dictadura cubana, altamente dependiente de las dádivas venezolanas. Esta es la triste pero aleccionadora historia de la Venezuela contemporánea. Así está terminando su apuesta por el rentismo, el Estado desmesurado y los caudillos. Chile, en cambio, apostó por los emprendedores, el esfuerzo personal y un capitalismo abierto, por el Estado de Derecho y la seriedad política. Ojalá que el ejemplo de Venezuela sirva para recordarles a los chilenos cómo terminan los socialismos, ya sean del siglo XX o del XXI. P 135 136 65 137 Completa la cuadrícula para que los números se conecten horizontal, vertical o diagonalmente. Vea la solución en www.pulso.cl R ODRIGO VERGARA, presidente del Banco Central, señaló que la inflación en los últimos 13 años ha promediado un 3,1% y ha dejado de ser una preocupación permanente para el ciudadano común. La verdad es que para quienes vivimos los períodos de hiperinflación, tan usuales en el pasado, tener una inflación promedio de 3,1% es algo extraordinario y digno de destacar. Muchos pueden ser los factores que han contribuido a esta reducción de la inflación en Chile. El mismo Vergara mencionó algunos de ellos en la celebración de los 25 años de independencia del instituto emisor: disciplina fiscal, independencia de la política monetaria y esquema de metas de inflación, entre otros. También uno podría pensar que ciertos factores internacionales han colaborado con este buen desempeño inflacionario promedio, pero, en mi opinión, es muy probable que el esquema de metas de inflación haya jugado un rol protagónico en esta tarea. Vayan entonces mis felicitaciones y agradecimientos a quienes han conducido la política monetaria y, en particular, a aquellos pioneros de la adopción del esquema de metas de inflación en nuestro país. Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas, el destino se ha encargado de recordarnos que la lucha contra una inflación alta y persistente no da grandes treguas. En efecto, esta celebración de los 25 años de independencia del PABLO PINCHEIRA Banco Central se da en un momento en el cual Chile tiene una inflación anualizada de 4,9%, lejos del antes mencionado 3,1%. Aun más, la inflación prácticamente ha crecido en forma sostenida desde hace un año y hace exactamente seis meses que se encuentra fuera del rango de tolerancia autoimpuesto por el instituto emisor, escenario que, por un lado, habla con elocuencia de lo difícil que puede ser la tarea de mantener la inflación a raya y que, por otro lado, realza aún más la cifra de 3,1% promedio de los últimos 13 años. Yendo ahora a los desafíos, me centraré en uno en particular. Ocurre que el 3,1% de inflación promedio no es la inflación que enfrentan todos los chilenos. En el documento de trabajo N° 736 del instituto emisor se muestra que la inflación que enfrentan las familias de distintos ingresos puede diferir considerablemente. De hecho la diferencia entre las inflaciones que enfrentan el decil de menor y el mayor ingreso ha bordeado por momentos los 500 puntos base. Adicionalmente, la volatilidad inflacionaria que enfrenta el primer decil ha sido un 45% más alta que la del decil de mayor ingreso. En el mismo documento se muestra también que los costos de vida entre distintos grupos de ingresos presentan diferencias importantes que tienden a perpetuarse en el tiempo, lo que potencialmente colabora a acentuar las diferencias de riqueza entre chilenos. Cierto es que la disparidad inflacionaria de distintos grupos de ingreso no ha sido considerada hasta ahora como una de las tareas de la política monetaria. No obstante, mi opinión es que una vez obtenido el logro de una inflación promedio estable y baja, sería valioso incluir en la discusión la realidad innegable de que la inflación que enfrentamos los chilenos es heterogénea. Así como años atrás fuimos prácticamente pioneros en la implementación de un esquema de metas de inflación, quizá también podríamos ser pioneros en, al menos, monitorear la heterogeneidad de la inflación en Chile. P El autor es profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI).