2 Bécquer, Veruela, Moncayo JAVIER DELGADO El encuentro de Bécquer con Veruela produjo una obra de arte cuyo efecto fundamental va más allá de la vinculación concreta del monasterio con la literatura del poeta sevillano. En esas cuartillas nacieron unos textos capaces de dar cuenta tanto de la especial subjetividad de un artista en crisis como de la realidad de un ámbito geográfico y social en una época concreta. Y el verdadero misterio del encanto de las páginas de Bécquer radica en cómo esa subjetividad de un hombre de la segunda mitad del siglo XIX sigue suscitando en nosotros un goce estético capaz de hacernos desear no sólo volver de nuevo a ese lugar del somontano aragonés del Moncayo sino, sobre todo, volver a sentir en nuestro interior la emoción del encuentro del arte y la vida, esa emoción que nos hace sentir con inusitada potencia nuestra propia individualidad. Leer Desde mi celda es, por supuesto, hacer un viaje al Aragón moncaíno de mediados del siglo XIX, con todo el sabor de la circunstancia de sus gentes de entonces. Es preciso no olvidar que en esos textos se nos habla de un pasado ya remoto, cuyas características de ninguna forma tienen una directa vinculación con las características actuales de esta comarca. Otra cosa es que nos asomemos a sus páginas no sólo, o no tanto, a buscar el detalle de la realidad que quedó prendido para siempre en el recuerdo literario sino a la búsqueda del despertar en nuestro interior de un eco personal de la íntima vivencia del poeta ante la naturaleza y el arte que encontró en estas tierras. En esa nueva comunicación personal con un mundo concreto habremos logrado resucitar nuestra capacidad poética personal a cuya atención y cuidado Bécquer nos convoca no sólo como lectores sino como verdaderos compañeros del alma. Una magnífica guía de lectura de los textos de Bécquer la encontraremos en la edición de Desde mi celda que el profesor de la Universidad de Zaragoza Jesús Rubio Jiménez ha editado recientemente. En esas ciento treinta páginas llenas de sabiduría y sensibilidad Jesús Rubio nos ofrece una información detallada sobre las circunstancias de los Bécquer (Gustavo Adolfo, su hermano Valeriano y sus respectivas familias) a su llegada al monasterio de Veruela a finales de De la literatura, leyendas y tradiciones 221 Monasterio de Veruela. Jardines desde el Museo de los hermanos Bécquer 1863, sobre los detalles de su estancia y sobre la génesis de esos textos del poeta y de los dibujos y pinturas de Valeriano. Jesús Rubio, inspirador de cuantas iniciativas becquerianas se han puesto en pie en los últimos años en tierras del Moncayo ha recreado la situación en la que se encontraba el cenobio tras la Desamortización de 1835 y lleva años rastreando con tesón y pasión la biografía de los Bécquer y de cuantos tuvieron que ver con su estancia en Veruela, como es el caso de su amigo Augusto Ferrán, cuya influencia sería decisiva. También nos informa Jesús Rubio de otras visiones que en aquella época hubo sobre Veruela como habitual lugar de veraneo, transcribiendo curiosos y divertidos textos, como esas Ordenanzas para los huéspedes de Veruela en la temporada de verano publicadas en 1861, folleto que incluye romances como éste del que no me resisto a copiar unos versos: De su hondo seno Moncayo por la pedregosa Huecha nos da sus puras corrientes, que aún más puras aquí llegan. 222 Comarca de Tarazona y el Moncayo Añón envía sus truchas, Alcalá leche, manteca, Trasmoz ofrece sus vistas, Vera su mercado y tienda. Litago el fresco chordón, que traen niñas modestas: rotos los pies y vestidos de andar por aquellas breñas. El buen humor y la retranca que rezuma esta publicación publicitaria puede verse en la siguiente cuarteta: Todos los males se curan con los aires de Veruela, menos el amor, la tisis, las manías y la suegra. ...y en algunos de los artículos de las citadas Ordenanzas, como por ejemplo estos dos: Art. 6º. Cada uno paseará por donde quiera, como, donde y cuando quiera, sin que sea obligación, ni se crea buen modo llamar a otro para ir juntos salvo al paseo del Barranco y Prado Largo. Art. 20º. Si algunos subiesen a Moncayo, y a la vuelta dijesen que han visto este mundo y el otro, no por eso habrá obligación de creerlos, y volviendo un poco la cara se podrá reír de él o de ellos el que quisiere. Las veinte páginas de apretada bibliografía que ofrece Jesús Rubio son también una estupenda fuente gracias a la cual el lector contemporáneo podrá ampliar una base de conocimientos sobre la que edificar un disfrute personal de los textos de Bécquer siempre más amplio y profundamente gratificante. Otras publicaciones de Jesús Rubio, como su libro Los Bécquer en Veruela o el catálogo de la exposición Viajeros románticos en el monasterio de Veruela, editado por Jesús Rubio y Ricardo Centellas, nos ofrecen noticias y reflexiones sobre la tarea de los hermanos Bécquer. La edición, hace unos años, de los textos de Gustavo Adolfo Bécquer Leyendas del Moncayo, Un lance pesado, Desde mi celda y La Virgen de Veruela, junto con grabados Monasterio de Veruela. Museo de los hermanos Bécquer De la literatura, leyendas y tradiciones 223 de Valeriano (obra de la que se anuncia una inminente nueva edición) aporta una interesante propuesta en la que textos e ilustraciones dan cabal noción de toda una forma de acercamiento a Veruela y sus alrededores. La estela de Bécquer no ha cesado de alentar e iluminar nuevas creaciones literarias relacionadas con Veruela. Una de las últimas realizaciones ha sido el libro colectivo de narraciones Bécquer y el monasterio de Veruela. Visiones, en el que catorce escritores aragoneses ofrecen su personal aportación sobre la figura del poeta y sobre las características del somontano aragonés del Moncayo. Veruela: centro de arte y de vida comarcal Veruela nos llama con una voz especial desde que Bécquer escribiera sobre sus muros y sus estancias, sus visitantes de carne y hueso y sus presencias fantasmales, y los pueblos del somontano aragonés del Moncayo nos atraen también especialmente desde que Bécquer escribiera sobre sus gentes, sus ruinas, sus caminos y sus huertas. Pero ello habrá que achacarlo no sólo a la literatura, por mucha calidad que ésta tenga (y la de Bécquer tiene mucha): algo habrá en este monasterio y en estas tierras capaz de propiciar una experiencia espiritual y una creatividad literaria, algo que sin duda Bécquer supo percibir y transmitir. Sobre ese algo hablaremos ahora, o al menos sobre algo de ese algo, pues nunca sabremos cuánto queda aún (y siempre) por nombrar de cuanto embellece y ennoblece esta concreta realidad. Esta concreta realidad de un rincón privilegiado de Aragón podemos recorrerla muy tranquilamente, paso a paso, en cualquier estación del año. Y también recordar sus lugares, sus gentes, los seres de toda índole que le dan su carácter y sabor, consultando, leyendo, releyendo buenos libros, escuchando buenos discos, incluso viendo buenos vídeos, como el dedicado por José Antonio Labordeta a esta zona, bajo el título El Moncayo, de su famosa serie Un país en la mochila y en el capítulo correspondiente de su libro Con la mochila a cuestas, en el que se detiene especialmente en Veruela y en el que al hablar de los pueblos de la zona recuerda muy oportunamente aquellos antiguos versos del marqués de Santillana sobre estas tierras: En toda su montaña de Trasmoz a Veratón no ví tan gentil galana. Partiendo de Conejares allá suso en la montaña cerca de Travesaña camino de Trasobares encontré moça loçana pero más aca de Añón riberas de na fontana. 224 Comarca de Tarazona y el Moncayo Ya que hemos comenzado con un vídeo, sigamos con un disco: La tradición oral en el Moncayo, en el que Luis Miguel Bajén y Mario Gros recogen en la voz de sus protagonistas dichos, juegos, narraciones y canciones tradicionales del lugar. Sobre el monasterio de Veruela se han escrito muchos estudios monográficos y algunas guías. Entre éstas destaca la que publicó la Diputación de Zaragoza, al cuidado de Jesús Criado Mainar, con el título Monasterio de Veruela. Guía histórica. Jesús Criado fue durante un tiempo director de la Escuela-Taller del Monasterio de Veruela, ubicada en el interior del monasterio, a cuyos profesores y alumnos se deben importantes mejoras en sus instalaciones (incluidas artísticas reconstrucciones de partes del monumento y de sus jardines). Hablar con los integrantes de esta Escuela-Taller puede ser una forma de conocer aspectos interesantes de la situación actual del monasterio, además, por supuesto, de hacerlo con las guías artístico-turísticas que se ocupan de explicar muy detalladamente el monumento a los visitantes. Sin olvidar las exposiciones y los actos culturales de diversa índole que se programan en el monasterio, haciendo de él un verdadero centro de cultura y vida comarcal. Otro tipo de guías de Veruela son las dedicadas a un público estudiantil, como la de José Luis Moreno Lapeña, La abadía de Santa María de Veruela, o la de los profesores Arturo Ansón Navarro y Mª Antonia Antoranz Onrubia, Un día en... un monasterio cisterciense aragonés: Veruela, ambos muy apropiados para la preparación o como complemento de las visitas escolares. Espedición de Veruela. Dibujo de Valeriano Bécquer de 1864 De la literatura, leyendas y tradiciones 225 Espedición de Veruela. Alcalá de Moncayo. Dibujo de Valeriano Bécquer de 1864 Entre los estudios monográficos sobre Veruela citaré dos de quien firma estas páginas y un reciente serio estudio sobre el monasterio de Veruela en el siglo XVI, época tan importante para el monasterio pero hasta ahora tan apenas estudiada. Javier Delgado, Job en Veruela. (Esculturas del claustro gótico del monasterio de Veruela), y Javier Delgado y Bernardo Lario, El huerto de piedra. Flora esculpida en el claustro gótico del Monasterio de Veruela. Javier Ibáñez Fernández, Splendor Verolae. El Monasterio de Veruela entre 1535 y 1560. Piedras, flores, insectos y nubes Una visión global de la naturaleza, la vida económica y social, el arte de esta comarca y la literatura relacionada con ella la encontraremos (perfectamente ilustrada) en El Moncayo, libro colectivo de varios profesores de la Universidad de Zaragoza gracias al cual nos es posible reparar tanto en las formas geológicas de sus montes como en las características precisas de su flora, las condiciones de vida de sus habitantes o la belleza de sus monumentos, además de recibir sugerencias de largos paseos montañeros. He nombrado en el párrafo anterior los paseos montañeros. Hay varias publicaciones sobre el particular. Una por la que tengo especial aprecio es la que publicó la Federación Aragonesa de Montañismo con el título Tierras del Moncayo, en la que se nos ofrece el detalle de un buen número de excursiones por estas tierras. 226 Comarca de Tarazona y el Moncayo En los últimos años, gracias a la creación de diversos grupos y asociaciones, se organizan actos y se publican diversas guías y trabajos sobre aspectos muy concretos de la vida natural y cultural del lugar. Para quienes quieran ampliar sus búsquedas en el medio natural les serán muy útiles guías especializadas en la descripción de especies vegetales y animales como la Clave de plantas silvestres de Francis Rose, la Guía de frutos silvestres de Manuel Duruti, la obra Aves de Aragón, la Guía de los insectos de Europa de Michael Chinery o la Guía de los fósiles de H. Chaumeton y D. Magnan. Sobre mariposas tenemos la suerte de contar en Aragón con un sabio como Víctor M. Redondo Veintemillas que publicó una obra magnífica, Las mariposas y falenas en Aragón, con la cual podemos disfrutar de su observación en un ámbito como el Moncayo, especialmente importante a estos efectos por el gran número de especies que alberga. Todos estos libros no son sino algunos ejemplos escogidos de una bibliografía inmensa a la que podemos acceder para completar nuestro disfrute de una comarca especialmente dotada para acoger a quienes desean andar, observar y escuchar, como lo hiciera en su momento aquel ilustre visitante que fuera Gustavo Adolfo Bécquer. Como él, podemos dejar que las ruinas del castillo de Trasmoz, las empinadas calles de Añón de Moncayo o un sin fin de detalles del lugar y de la vida de sus gentes entren en nuestras vidas como un elemento purificador y engrandecedor de nuestra existencia. Como él podemos acercarnos a Veruela y entrar en un mundo en el que nuestra personalidad y nuestra creatividad crezcan a la luz y los colores de las nubes de los más bellos atardeceres de Aragón. Y con él, volver una y otra vez a la proximidad de estos muros que guardan eternamente misterio y belleza: En el fondo del melancólico y silencioso valle, al pie de las últimas ondulaciones del Moncayo, que levantaba sus aéreas cumbres coronadas de nieve y de nubes, medio ocultas entre el follaje oscuro de sus verdes alamedas y heridas por la última luz del sol poniente, vi las vetustas murallas y las puntiagudas torres del monasterio... Bibliografía — ANSÓN NAVARRO, A., y ANTORAZ ONRUBIA, Mª A., 1993, Un día en... un monasterio cisterciense aragonés: Veruela, Zaragoza, Diputación General de Aragón. — Aves de Aragón. Atlas de especies nidificantes, Zaragoza, Diputación General de Aragón, 2000. — AGUIRRE, F. J., et alt., 2002, Bécquer y el monasterio de Veruela. Visiones, Zaragoza, Delsan. — BAJÉN, L. M., y GROS, M., 1999, La tradición oral en el Moncayo, Colección Aragón LCD, Zaragoza. — BÉCQUER, G. A., 2002, Desde mi celda, edición de Jesús Rubio Jiménez, Madrid, Cátedra. — BÉCQUER, G. A., 1991, Leyendas del Moncayo. Un lance pesado. Desde mi celda. La Virgen de Veruela, edición de M. Castillo Monsegur, Zaragoza, Diputación de Zaragoza. — CHAUMETON, H., y MAGNAN, G., 1986, Guía de los fósiles, Barcelona, Omega. — CHINERY, M., 1988, Guía de los insectos de Europa, Barcelona, Omega. — CRIADO MAINAR, J. [ed.], 1993, Monasterio de Veruela. Guía histórica, Zaragoza, Diputación de Zaragoza [hay ya una edición más reciente en el mercado]. De la literatura, leyendas y tradiciones 227 — DELGADO, J., y LARIO, B., 1998, El huerto de piedra. Flora esculpida en el claustro gótico del Monasterio de Veruela, Huesca, La Val de Onsera. — DELGADO, J., 1996, Job en Veruela. (Esculturas del claustro gótico del monasterio de Veruela), Zaragoza, IberCaja. — DURRUTI, M., 1990, Frutos silvestres. Comestibles y venenosos, León, Everest. — IBÁÑEZ FERNÁNDEZ, J., 2001, Splendor Verolae. El Monasterio de Veruela entre 1535 y 1560, Tarazona, Centro de Estudios Turiasonenses. — LABORDETA, J. A., 2001, Con la mochila a cuestas, Barcelona, RBA. — LABORDETA, J. A., 2001, Un País en la mochila. El Moncayo, Madrid, Divisa. — MORENO LAPEÑA, J. L., 1995, La abadía de Santa María de Veruela, Zaragoza, Cometa. — PELLICER, F., et alii, 1998, El Moncayo, Zaragoza, Caja de Ahorros de la Inmaculada. — REDONDO VEINTEMILLAS, V. M., 1990, Las mariposas y falenas en Aragón. Distribución y catálogo de especies, Zaragoza, Diputación General de Aragón. — ROSE, F., 1997, Clave de las plantas silvestres, Barcelona, Omega. — RUBIO JIMÉNEZ, J., 1990, Los Bécquer en Veruela. 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