El objetivo principal de las excavaciones arqueológicas en la

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PLAN DIRECTOR DE INTERVENCIÓN PARA LA RESTITUCIÓN DE LOS VALORES HISTÓRICOS Y SIMBÓLICOS DE LA BASÍLICA DE SAN
PRUDENCIO DE ARMENTIA Y SU ENTORNO
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GRUPO DE INVESTIGACIÓN EN ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA DE LA UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO
COORDINACIÓN: JUAN IGNACIO LASAGABASTER. DIRECCIÓN: AGUSTÍN AZKARATE GARAI-OLAUN, ANDER DE LA FUENTE ARANA
1. Introducción
1.1. Antecedentes
1.1.1.Importancia histórica y simbólica del sitio de Armentia
Los restos materiales de actividad antrópica de mayor antigüedad
aparecidos en la Basílica de Armentia, aunque en contextos de cronología
posterior, corresponden a la época romana. Sin embargo desconocemos la
importancia que pudo tener
en ese momento el lugar de
Armentia. Dada su posición
geográfica habitualmente se
ha barajado la posibilidad de
que por sus inmediaciones
transcurriera el trazado de la
vía de comunicación que
cruzaba la llanada en época
romana, la Iter XXXIV que unía
Astorga y Burdeos. De hecho,
L. Prestamero, F. Baraibar y
Cl.
Sánchez
Albornoz
propusieron ya la ubicación
Ilustración 1. Imagen de la Basílica a mediados del siglo pasado.
en este lugar de Suessatio, al
A.M.V. Yan-10x15-78 4. C. Yanguas Alfaro
coincidir
Armentia
con
algunas de las distancias entre estaciones mencionadas en el Itinerario de
Antonino. Baraibar apoyaba además la propuesta en la conservación, a fines del
XVIII, de un tramo de calzada y la aparición de una lápida funeraria romana (CIL.
V.II, 2.938) y de varios capiteles y basas durante las reformas de 17761.
En cualquier caso, la aparición de estos restos, unida a la presencia
cercana en el lugar conocido como Mendibitarte, de materiales cerámicos
aislados de cronología romana, y la existencia en Mariturri, donde se están
realizando excavaciones bajo la dirección de J. Núñez2 y F. Sáenz de Urturi, de
un tramo de la vía con un importante núcleo asociado, obligan a no descartar la
posibilidad la existencia de un asentamiento en este lugar, quizás como
extensión del citado de Mariturri, pese a que las excavaciones realizadas no han
aportado evidencias contextualizadas de este hecho.
Las primeras referencias que tenemos sobre Armentia en la Alta Edad Media
lo sitúan como el centro espiritual más importante de la Álava nuclear, cuna en el
siglo VII, según tradición, de San Prudencio de Armentia, obispo de Tarazona y
árbitro de paz en Osma. Durante el dominio musulmán del valle del Ebro se
traslada la sede episcopal de Calahorra, manteniéndose hasta la muerte del
1
DH. 1299-2, A.T.H.A
J. Núñez, P. Sáenz de Urturi: Una Mutatio en la vía Ab Asturica burdigalam en Mariturri (Vitoria/Álava),
AEspA, nº 78. En prensa
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Obispo Fortunio (acaecida a finales de 1087 o principios de 1088), cuando
Calahorra vuelve ha extender su jurisdicción por todo el territorio de la Diócesis
de Álava.
Durante el siglo IX y el siglo X tenemos referencias de varios obispos en
Álava, si bien los documentos no los relacionan directamente con la sede
armentiense: Bivere (hacia 876), Álvaro (881-888?) y Munio (937-956). El primer
obispo titulado de Álava es Munio (984?-989), continuando una serie –García
(996-1021), Munio (1024-1037), García (1037-1055), Vigilia o Vela (1055-1062),
Munio (1062-1065)- que finaliza con Fortunio (1066?-1087)3.
En esta época Armentia figura con treinta casas pagadoras del tributo de la
Reja al monasterio de San Millán; el mismo número de vecinos aportaban sus
contribuciones al monasterio en las aldeas próximas de Lasarte y Gasteiz. Esta
población, mayor que la registrada en la casi
Imagen de la Basílica a mediados del siglo
pasado. A.M.V. Yan-10x15-78 3. C. Yanguas
Alfaro totalidad de las aldeas alavesas, a la
que hay que sumar los clérigos y las
dignidades de su cabildo episcopal que no
estarían incluidos en el cómputo de
contribuyentes, y la existencia, además de la
iglesia dedicada a San Andrés, de otros
templos documentados en Armentia, supone
que nos hallamos ante uno de los núcleos Ilustración 2. Territorio del
más importantes de la de la Llanada alavesa. obispado de Álava
(M. Portilla, 1991, pp. 218,219).
Junto a los señores y colonos vivían en Armentia los dignatarios
eclesiásticos de la sede episcopal; el obispo tenía en ella su residencia, y allí
calendaba algunos de sus documentos. Así, su último prelado Don Fortunio, al
ceder ciertos derechos episcopales en varias iglesias de Álava y Vizcaya a San
Juan de la Peña en 1085, databa la donación “in sede nostra que vocatur
Armentegui” (M. Portilla, 1991, p. 219).
Tras la supresión de la sede episcopal la iglesia de San Andrés, convertida
en Colegiata, mantuvo su propio cabildo hasta 1498. De hecho la actual iglesia
románica se construye durante el obispado de Rodrigo de Cascante en
Calahorra, entre 1146 y 1190. Este obispo, en la carta de población otorgada por
Sancho el Sabio a Vitoria se titula “obispo de Armentia” y mantiene una casa
episcopal, citada en 1173 en un convenio que suscribe con Gonzalo de Hornillos
sobre la percepción de frutos decimales de varias iglesias de Álava.
Desconocemos cómo sería la “casa episcopal” que Don Rodrigo cita en
1173, su situación respecto a la iglesia, y tampoco queda huella del templo
prerrománico de San Andrés. Prestamero y Baraibar dan noticia, no obstante de
seis inscripciones cristianas halladas en las obras de reestructuración del templo
románico y anteriores al mismo; una de ellas de carácter funerario, fechada en
1126 (M. Portilla, 1991, p. 219).
3
E. Mañaricua, Obispados en Alava, Guipúzcoa y Vizcaya hasta la erección de la Diócesis de Vitoria,
Vitoria, 1964.
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Una de las inscripciones del llamado “tímpano del Cordero”, colocado en el
atrio del templo, señala que la actual iglesia románica fue construida en el tiempo
del obispo de Calahorra Don Rodrigo de Cascante, el mismo que, como hemos
visto, suscribía el fuero de Vitoria en 1181 llamándose obispo armentiense. Don
Rodrigo gobernó la sede calagurritana desde 1146 a 1190 fechas en las que, por
tanto, ha de fijarse la erección del templo románico de Armentia. (M. Portilla,
1991, p. 219).
Ilustración 3. Tímpano del cordero
Desde que en 1498, la Basílica de Armentia pierde su condición de
Colegiata, trasladándose a la actual Catedral de Santa María de Vitoria, se inicia
un largo periodo de pleitos con la nueva colegial por mantener los diezmos y
primicias de Armentia, que permitieran acometer las obras necesarias para su
mantenimiento.
Hasta las importantes obras de reforma del XVIII, cuando el pleito se
resuelve de manera favorable a Armentia, la actividad constructiva parece muy
escasa. Tenemos referencias a obras en la torre durante el siglo XVI4 y a arreglos
en los tejados del claustro en 15625. Habría que recurrir al estudio de los libros de
fábrica que se conservan (entre 1537-1590 y 1661-1740), para obtener más
precisiones documentales sobre este aspecto.
El siglo XVIII marcó una huella profunda en el templo armentiense. En 1776
se realizaban las obras de maestreo y restauración del templo que alteraron
totalmente la disposición de los hastiales y el exterior del edificio románico. Data
de este momento la obra de la torre actual: el maestro de obras Francisco de
Echánove, de la anteiglesia de Mañaria, propuso rebajar la torre antigua “y
hacerla de nueva planta”, tal y como hoy se encuentra. Entonces se construyeron
también el pórtico actual, con cinco arcos, y la casa rectoral, obras que
configuran hoy la facha Sur de la iglesia, en la que se conservan el magnífico
conjunto de canes románicos de su alero, con restos de cornisas románicas
decoradas. También se rehizo la cubierta de la nave, con sus tres tramos de
4
5
Sobre la traza de la nueva torre de la iglesia en 1578, Archivo Diocesano de Vitoria, caja 119.
Archivo Histórico del Provincial de Álava, Prot. Diego Martínez Salvatierra, 5437.
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bóveda de arista. Se mantienen, sin embargo, la cabecera semicircular, su
hermoso crucero y muchos de los elementos decorativos de sus fachadas,
recogidos en el atrio construido durante la reestructuración del templo en aquella
fecha. (M. Portilla, 1991, pp. 219,220).
Ilustración 4. Canes y cornisas románicos reutilizados en el alero
Durante estas obras se derribó el antiguo claustro, tal y como se había
acordado en 1775 (Actas Capitulares de la Colegiata de Santa María, fol. 103).
Referencias a este Claustro y a su deterioro encontramos en 1562, cuando se
concierta con Juan de Urbina, maestro carpintero, el arreglo del tejado en la
“…claustra a donde anda la procesión los días de domingos y fiestas
solemnes…”(AHPA, Prot. Diego Martínez Salvatierra, 5437), y en 1772 cuando se
pidió autorización para cerrar la puerta y se denegó por ser necesario para las
procesiones y ser “dicho claustro monumento de la antigüedad de la referida
iglesia” (ACCSM, fols. 65v y103).
La erección de un nuevo cimborrio, ya entrado el siglo XX, y algunas obras
menores que han ido ejecutándose en las últimas décadas completan el sistema
edificado de Armentia tal como lo conocemos. El hecho de que hayan
transcurrido casi cien años desde las últimas remodelaciones que afectaran
perceptiblemente al edificio, y doscientos treinta desde que se ordenara el
conjunto casi como hoy lo percibimos, propicia que se haya construido en el
imaginario popular una estampa del Sitio muy diferente a como debió ser en un
pasado relativamente cercano.
Si es importante considerar que la Colegiata de Armentia tuvo una
grandiosidad y una belleza que hoy estamos en condiciones de recuperar
(ayudados de técnicas de restitución en 3D) no lo es menos que la Parroquia de
Armentia es, en su configuración actual, patrimonio de todos los alaveses, y
especialmente de sus fieles. La permanencia de un icono asumido socialmente
como “de toda la vida” exige que decisiones que pudieran tomarse en relación
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con las motivaciones históricas por criterios como la nobleza de los materiales, la
complejidad de la puesta en obra de los mismos e incluso otros más subjetivos
como la elaboración compositiva, la calidad artística o arquitectónica sean
cuidadosamente matizadas.
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1.1.2 Como y por qué intervenir sobre un edificio en uso
Desde un enfoque utilitarista podría aducirse que las edificaciones que aún
permanecen del histórico Sitio de Armentia no amenazan ruina inminente y, por
tanto, necesidad urgente de intervención. Aún con este criterio es evidente, no
obstante, que muchos de los espacios del complejo no pueden utilizarse porque
presentan graves riesgos de estabilidad. También es cierto, como se verá en los
puntos relativos a las afecciones del edificio, que éste sufre graves problemas
estructurales que a medio plazo pueden derivar en daños difícilmente reparables,
y serias carencias en cuanto a instalaciones que lo hacen poco adecuado a las
exigencias actuales de su uso.
Ilustración 5
Lo que después de tres años de intensos estudios conocemos de la
realidad histórica del enclave nos habla de una realidad mucho más compleja
que la de la humilde parroquia que hoy aparenta ser. La puesta en valor y
difusión de estos resultados obliga a superar los límites de un mero registro y
archivo de datos. Deben darse a conocer, y preferentemente en un entorno
cercano que nos permita evidenciar las fuentes de las que se han extraído.
La Basílica de San Prudencio no es solamente un equipamiento social con
uso religioso. Pero la intervención restauradora sobre el Sitio de Armentia no
debe olvidar que hoy día es un activo y dinámico complejo parroquial, que ha ido
creciendo en importancia durante los últimos treinta años. El mantenimiento de
usos (especialmente el litúrgico), incluso durante la realización de las obras, y su
adaptación a las necesidades actuales (aumento sustancial de parroquianos)
debe propiciar la revitalización del edificio, imprescindible para su conservación.
En consecuencia, este Plan Director apunta algunas posibles soluciones
abiertas de intervención que, a pesar de su mayor coste económico y
complejidad técnica, garantizan en todo momento que la iglesia pueda seguir
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abierta al culto y ofreciendo para ello el mismo espacio que hoy se utiliza, con
mínimas afecciones, centrando el grueso de las posibles obras en áreas
actualmente infrautilizadas o en desuso.
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1.2 El Sitio de Armentia
1.2.1. Emplazamiento
En la actualidad Armentia es un núcleo perteneciente a Vitoria-Gasteiz,
localizado al suroeste de la ciudad. Considerando la Basílica de San Prudencio
como punto de referencia, las coordenadas del lugar son: 30T X: 524.334; Y:
4.742.303 ; Z: 555 m.
Se encuentra emplazado en una pequeña vaguada –a unos dos kilómetros
del centro- a la que se accede desde la ciudad tras cruzar un pequeño alto,
quedando la mayoría del barrio a una cota algo superior a la del resto de VitoriaGasteiz. En cuanto su situación, vemos que actualmente aún conserva su
relación con una gran vía de comunicación como es la N-1, tal y como antaño
creció junto a una vía romana y, posteriormente, al Camino de Santiago.
El antiguo Término Municipal de Armentia fue bastante más amplio que el
núcleo que hoy día se extiende en torno a la Basílica, abarcando su jurisdicción
hasta Zabalgana o la zona de Ariznavarra. Sin embargo, en la actualidad, lo se
conoce como el núcleo de Armentia tiene una extensión aproximada de unos
500.000 m², bastante inferior a la antigua jurisdicción del Término.
Desde el punto de vista morfológico y funcional, el sitio de Armentia ha
sufrido una trayectoria similar a la otros antiguos núcleos rurales que se han sido
ido diluyendo en el entramado urbano de Vitoria-Gasteiz desde mediados del
siglo XX. Se pueden distinguir tres áreas claramente diferenciadas. En primer
lugar encontramos el núcleo originario, situado principalmente al Sur y –en
menor medida- al Este-de la Basílica. Delata su antiguo origen la forma radial de
su red de caminos que se extienden como un abanico desde la Basílica y que ha
quedado perpetuada en el paisaje. En él predominan los edificios propios de la
arquitectura popular aunque muy reformados. Los edificios construidos ex novo
también participan de estas características a veces, incluso, un tanto exageradas.
A medida que nos alejamos de la Basílica hacia el Sur la densidad y cantidad de
edificios antiguos disminuye. La mayoría de los edificios no superan las tres
plantas y predomina la heterogeneidad en cuanto a su volumen y disposición.
Prácticamente la totalidad se encuentra dentro de una pequeña parcela con
algún huerto, árboles o zona ajardinada.
En segundo lugar tenemos una zona de viviendas construidas a mediados
del siglo XX. Esta parte se ubica en al ángulo nordoccidental del núcleo actual.
La disposición de los edificios está articulada por la Calle Camino de Armentia,
que delimita esta zona por Levante, y por otras que discurren en sentido EsteOeste como la C/ Biak Bat o la C/ Gurutze Larrea. En general, domina el trazado
ortogonal. En cuanto al tipo de edificios son bastante diferentes de los de las
demás zonas. Se trata de las modestas viviendas construidas para obreros al
principio de la segunda mitad del siglo pasado, en su mayoría de una sola planta
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o dos a lo sumo, albergando en su interior a dos o cuatro familias. Hoy día esta
barriada se encuentra perfectamente acondicionada y, a pesar de la sencillez de
los inmuebles, se parece bien poco a aspecto que debió presentar en sus
orígenes.
En tercer lugar encontramos las zonas urbanizadas en las últimas décadas.
Por un lado se han construido gran cantidad de viviendas en las áreas situadas al
Norte y al Este del núcleo originario. Al Sur la urbanización está vertebrada por
varias calles que discurren en sentido Norte-Sur (Calle de San Saturio, Calle Luis
María Uriarte, Calle de Uleta, etc.) que delimitan manzanas formadas por
viviendas unifamiliares en su mayoría. Por otro lado, al Norte de la Basílica, se
ubica otra zona residencial, articulada en sentido Este-Oeste con su ejes
principales en la Avenida de San Prudencio y la Calle Jacinto Quincoces. Queda
separada en dos partes pos la Calle Camino del Monte. La tipología de edificios
es prácticamente idéntica a la anterior, pero la ocupación residencial del suelo es
mucho menor ya que se trata de una urbanización más reciente.
Por último, desde el punto de vista morfológico, en el extremo septentrional
se sitúa una gran manzana delimitada por la N-1 y la Calle Jacinto Quincoces,
cuya práctica totalidad del espacio está ocupado por concesionarios de
automóviles construidos con materiales prefabricados.
En cuanto a los usos del suelo predomina claramente el residencial con un
el siguiente son los servicios con un después las zonas verdes con un y
finalmente el barbecho urbano constituido por antiguas parcelas agrícolas a la
espera de ser urbanizadas.
Ilustración 6. La Basílica de San Prudencio y su entorno en la actualidad
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1.2.2. La Basílica de Armentia
El edificio de San Prudencio de Armentia presenta hoy una planta tendente
al rectángulo con ábside semicircular central en el lado este y una prolongación
notable en su ángulo suroeste. Se compone de un espacio dedicado a la
celebración de la eucaristía y otros sacramentos, vivienda del párroco,
dependencias de uso litúrgico y almacenes.
El espacio litúrgico es preeminente y se accede al mismo desde el sur a
través de un pórtico de planta rectangular en el que se alojan numerosos restos
escultóricos de época medieval (1). Una vez dentro encontramos una planta de
cruz latina inscrita en el rectángulo general y compuesta por una sola nave con
tres tramos protegidos por bóvedas tabicadas de arista (2), un transepto
actualmente simétrico cuyos brazos se cubren con sendas bóvedas de cañón
apuntado hechas en piedra (3), un crucero coronado por un cimborrio cuadrado
con bóveda de crucería (4) y una cabecera dividida en presbiterio y ábside, con
bóvedas de cañón apuntado y de cuarto de esfera respectivamente también en
piedra (5).
Ilustración 7. Planta de la Basílica con sus diferentes espacios
Los tres tramos de la nave se cierran por el norte, sur y oeste con muros de
mampostería mientras que los brazos del crucero y la cabecera se cierran con
obra de sillería de notable calidad. Sin embargo, el cimborrio se divide en dos
partes diferenciadas y lejanas en el tiempo: su parte baja es de sillería con piezas
in situ pero en ocasiones también recolocadas y su parte alta se construye con
mampostería, si bien esta característica se aprecia sólo al exterior debido al
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enfoscado interior de los muros. Es de destacar en esta parte del edificio un
conjunto escultórico que presenta el tetramorfos colocando un evangelista en
cada ángulo. Cada una de estas 4 esculturas cuenta con un canecillo decorado
para el apoyo y con un ángel trompetero que ejerce la función de doselete por
encima de las cabezas. Sobre éstos se encuentra la cornisa de la que parten los
nervios que sustentan la bóveda del cimborrio. Estas figuras se encontraban
ocultas por una bóveda barroca hasta 19006.
Al este de los dos brazos del crucero se sitúan dos espacios rectangulares
de igual anchura que cada uno de los brazos y con una longitud similar al primer
tramo del presbiterio. Ambos están construidos con muros de sillería reutilizada
al exterior y mampostería al interior, pero mientras el del lado del Evangelio
presenta una cubierta lígnea, el de la Epístola se cubre con bóveda de arista
tabicada técnicamente similar a aquellas que cubren la nave (6). Cumple el
situado al sur la función de sacristía y el del norte se encuentra habilitado como
una sala de exposición de material litúrgico o pequeño museo (7). Su acceso se
hace a través de sendas puertas a los lados del presbiterio.
En los espacios delimitados por los brazos del crucero y el cuerpo de la
iglesia, se encuentran dos cuerpos rectangulares. En el situado al sur se
encuentra el atrio o pórtico anteriormente mencionado, realizado en sillería
también reutilizada. En la planta superior se ubica la vivienda del párroco y por
encima de ésta el desván (8). La prolongación de la esquina suroeste del edificio
también cuenta con algunos aposentos de la vivienda en la planta primera y con
dependencias de uso parroquial en la planta baja con funciones como despacho
de recepción, impartición de catequesis y otras actividades (9).
6
DIAZ DE ARCAYA, M., 1901, Armentia, su obispado y la Basílica de San Andrés, Vitoria.
Ilustración 8. La Basílica de San Prudencio de Armentia en la actualidad
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En el cuerpo situado al norte de la nave se encuentran la torre-campanario y
otras dependencias construidas en mampostería anteriormente utilizadas como
almacenes. La subida a la torre, situada en el ángulo noroeste de inserción del
crucero con la nave, se hace gracias a una escalera de caracol (10) construida en
época medieval con las mismas características técnicas que otras obras de este
momento (piedra y sillería) que conduce a la entrecubierta, y de aquí se pasa a la
torre campanario construida en mampostería por cuya estructura de madera se
puede ascender hasta el cuerpo de campanas, el cual presenta cuatro vanos
orientados cada uno hacia un punto cardinal (11). Por la misma escalera de
caracol se puede acceder a un pasillo que conduce a la primera planta del
almacén (12). Dicho pasillo tiene la particularidad de verse enmarcado por un
muro medieval al norte y otro de época moderna tardía al sur. La planta baja del
almacén (13) tiene tres accesos diferentes: uno en el ángulo Noroeste del
transepto, otro desde el extremo occidental de la iglesia y el tercero por el muro
oeste, éste último es conocido popularmente como “Paso del Santo” ya que era
por aquí por donde se sacaba en procesión la estatua de San Prudencio (14).
Por último resta por explicar la función y sentido de un pequeño lugar un
tanto marginal y peculiar: el espacio que queda en el extremo norte del transepto
(15). Este espacio se explica porque la iglesia fue en origen asimétrica con su
mitad septentrional más amplia que la meridional; sin embargo, en el siglo XX se
coloca el muro que actualmente vemos para ubicar entre ambos hastiales (el
original y el “postizo”) un sistema de calefacción. Dicho sistema oculta no sólo el
paso sino incluso la visión de dos vanos que comunicaban el coro antiguo con la
sacristía vieja (mencionada anteriormente como el espacio musealizado).
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2. Objetivos Generales
2.1. Conocimiento
Ha habido quien se ha extrañado por la intervención y los estudios que se
están llevando a cabo en la Basílica de San Prudencio cuando -dicen- es un
edificio que “no se estaba cayendo” como le podría ocurrir, por ejemplo, a la
catedral de Santa María.
Lamentablemente corren tiempos en los que el utilitarismo acaba por
convertirse en la medida de todo. El utilitarista calcula el valor de las cosas en
función de la rentabilidad inmediata que ofrecen. No ve más allá de lo que miopía
le permite. Olvida que existen otros valores mucho más importantes.
Fijémonos en la catedral vieja de nuestra ciudad. Para devolverle su
funcionalidad no hubiera hecho falta generar toda la dinámica que ha surgido en
torno al proyecto de su restauración. Las investigaciones históricas sobre los
orígenes de Gasteiz no son útiles para la estabilidad del edificio. Tampoco el
programa de visitas servirá para que las cimentaciones sean más sólidas. Y otro
tanto cabría decir de los ciclos de conferencias, de los conciertos de música
sacra o del hervidero de propuestas culturales… Nada de todo ello “sirve” al
objetivo inicial del proyecto que, para algunos, debió limitarse a “arreglar” el viejo
templo. Y, sin embargo ¿quién renunciaría en estos momentos a la ilusión y al
orgullo ciudadanos que el proyecto ha generado?
Los monumentos históricos no son solamente contenedores de funciones.
No son oficinas, ni bloques de apartamentos, ni instalaciones de actividades
múltiples. Ni siquiera las iglesias son únicamente edificios de culto y servicios
pastorales. Nos guste o no son, por fortuna, depósito de memoria, poseen un
alto valor simbólico, dignifican nuestra vida, cohesionan nuestras sociedades
enraizándolas en pasados compartidos. Son las neuronas que nos permiten
mantener activa nuestra memoria y seguir reconociéndonos como miembros de
un colectivo. En definitiva, nos protegen del desarraigo. Tienen algo de
perennidad que reconforta y da sentido a nuestras vidas.
Pues bien, San Prudencio de Armentia es, probablemente, el lugar de Álava
que mejor representa todos estos valores. Ubicado en un cruce caminos
milenario, vinculado a nuestro patrón, sede de nuestra más vieja sede episcopal,
ejemplo del mejor románico del País Vasco, lugar de encuentro anual de miles de
alaveses… corre el riesgo, sin embargo, de seguir siendo “una ermita en una
campa” en la que la gente se casa, los jóvenes se tumban a tomar el sol y una
vez al año se celebran romerías más o menos multitudinarias dependiendo de los
favores de un clima inestable.
Creo que es el momento de apostar por la recuperación de San Prudencio
de Armentia, la hora de transformar la Basílica y su entorno en el lugar simbólico
de Álava por excelencia, símbolo de nuestras tradiciones religiosas y culturales,
de nuestra historia. Y símbolo, también, de paz y de encuentro como valores
perennes que hemos de transmitir a futuras generaciones. Y todo ello,
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respetando y garantizando en todo momento las actuales funciones de una
parroquia que cumple sus labores pastorales modélicamente.
2.2. Puesta en Valor
En los foros especializados de discusión y debate sobre los aspectos más
relevantes de los problemas relacionados con el Patrimonio Histórico–Cultural,
una de las conclusiones que suscita mayor consenso postula la necesidad de
que los contenidos científico–técnicos elaborados en el Plan Director de un
proyecto de Restauración se trasladen a la sociedad mediante un proceso de
dinamización cultural. Éste debe ser concretado en un plan de difusión, que
utilice todos los medios y recursos disponibles –visitas guiadas, empleo de
herramientas digitales y virtuales actualmente en vigor, medios de comunicación,
soportes audiovisuales, etc.
Ilustración 9. A.M.V. Yan13x18-82.33. C. Yanguas Alfaro
En este contexto es en el que se plantean los objetivos del Plan Director de
la Basílica de San Prudencio de Armentia en el ámbito de la puesta en valor, y
que podrían definirse como sigue:
Proyección de los elementos históricos sobre la sociedad, contribuyendo a
esclarecer los aspectos que han ido conformando el conjunto hasta llegar a su
estado actual.
Fomento de los aspectos culturales, desarrollando el interés ciudadano de
una manera viva, y proporcionando una mayor apertura a la sensibilidad de los
alaveses en los aspectos relacionados con su Patrimonio.
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Mantenimiento de los usos actuales y adecuación de las instalaciones a las
exigencias mínimas de confort de acuerdo con el número de fieles y visitantes
que se estima van a hacer uso de ellas.
Divulgación de modelos metodológicos de investigación arqueológica y
arquitectónica, así como de aplicación de nuevas tecnologías de la información,
susceptibles de servir de pautas en otros proyectos similares.
Contribución a que la sociedad, sobre todo la más cercana, sintonice con
sus más profundas raíces y se sienta más identificada con su origen.
Desarrollo de un proceso de vinculación de los ciudadanos con un proyecto
que les haga sentirse orgullosos, con unas realizaciones que dignifican y
ennoblecen su ciudad, y por tanto a cada uno de sus habitantes.
Potenciación de los aspectos económico–sociales, consolidando y
aumentando el nivel de atracción turística, y en general creando sinergias con
otros sectores de servicios en general.
Recuperación de los aspectos simbólicos social e históricamente adquiridos
por la relevancia del Sitio.
Estructuración del enclave para la convivencia de nuevas áreas que
recuperen o pongan en valor dichos elementos del pasado mejorando el
funcionamiento de la parroquia.
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3. Métodos Aplicados
3.1. Sistemas de Representación de la Información
3.1.1. Metodología empleada
Tal y como se contemplaba en la propuesta de actuación, se ha generado
un modelo tridimensional informático del edificio con vistas a:
-Elaboración de plantas precisas, a distintas alturas del edificio
-Restitución fotogramétrica tridimensional
-Modelado 3D
Para poder generar este modelo tridimensional el trabajo se ha vertebrado
en dos etapas diferenciadas. En la primera, se elaboró un volumétrico del interior
del edificio mediante técnicas topográficas mientras, y en la segunda, se realizó
la fotogrametría estereoscópica del exterior.
El diagrama siguiente señala las principales fases secuenciales del trabajo,
señalándose en color rojo las fases que se corresponden con el trabajo de
campo, en azul las de trabajo de gabinete mientras y, en verde, los trabajos
productos finales obtenidos.
Ilustración 10. Fases secuenciales del trabajo
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3.1.1.1. Trabajos de campo
3.1.1.1.1.- Base topográfica
En primer lugar se señalizó y dotó de coordenadas a un conjunto de
estaciones7, situadas tanto en el exterior como en el interior del edificio en sus
diferentes alturas (suelo de la iglesia, bóvedas, etc.) de tal forma que, desde ellas
se cubriera la totalidad de los elementos geométricos a representar.
Para señalizar las estaciones se emplearon tres sistemas, allí donde era
factible se utilizaron clavos de acero en el suelo (imagen izquierda), pero en los
lugares en los que no era posible insertar clavos, como la zona de culto o
sacristía, se utilizaron puntos previamente seleccionados -esquinas de baldosase identificados con el correspondiente croquis. Una tercera opción (imagen
derecha) en las zonas de complicado acceso e intervisibilidad es la colocación
de señales de puntería –dianas- sobre paredes y techos que permiten
posteriormente el estacionamiento mediante intersección inversa.
Ilustración 12
Ilustración 12
En segundo lugar, se realizó un enlace mediante receptores GPS a la red
cartográfica oficial del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, de tal forma que los
Ilustración 14
Ilustración 14
resultados obtenidos pueden
cartográficos de menor escala.
7
asociar
directamente
con
otros
trabajos
Una estación es un punto de coordenadas conocido y materializado sobre el terreno.
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Las coordenadas obtenidas por este sistema se encuentran en proyección
UTM sobre ED50, este sistema es adecuado para la referencia general y enlace
con otros proyectos, sin embargo, debido a las propias características de la
proyección aparecen factores de escala que no son apropiados para el estudio
tridimensional del edificio (hasta 5 centímetros por cada 100 metros). Para
solucionar este problema se utiliza un sistema tridimensional cartesiano local que
permite una gran coherencia del conjunto de medidas que constituyen el edificio.
Una vez que se garantiza la disponibilidad de las dimensiones de los
elementos representados con precisión centimétrica, que es la proporcionada
por los métodos de medida utilizados (topografía y fotogrametría). La relación de
las coordenadas (x,y) del modelo con el sistema UTM puede realizarse mediante
cualquiera de estas dos expresiones.
A) En la primera, se mantiene las dimensiones del edificio y simplemente se
realiza una traslación, la precisión de las coordenadas absolutas es de unos 5
cm.
⎧ X UTM = x + 524.000
⎨
⎩YUTM = y + 4.742.000
B) En la segunda, se escala el modelo para adaptarlo a la proyección
cartográfica, por lo que las medidas obtenidas sobre el modelo no se
corresponderán exactamente con las
reales pero, en cambio, las coordenadas
absolutas tiene una precisión aproximada
de
1
cm.
⎧ X UTM = 0'999572 x + 0'000051 y + 524.000'183
⎨
⎩YUTM = 0'999572 y − 0'000051x + 4.742.000'266
Recordar que la proyección UTM no
dispone de –Z-, las cotas se determinan a
partir de las alturas ortométricas
proporcionadas por la red cartográfica
oficial y mediante nivelación, en ningún
caso sufren alteraciones por cambio de
escala.
3.1.1.2.- Medidas topográficas
Una vez que se dispone de
coordenadas de todas las estaciones se
procede a radiar los puntos que
Ilustración 15
configuran la geometría del edificio para
la obtención del volumétrico en la zona interior (imagen de la izquierda). En el
exterior se debe dotar de coordenadas a los puntos de apoyo que se utilizarán
para el apoyo fotogramétrico (imagen de la derecha).
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Para la realización de las medidas
topográficas se utilizó una estación Leica
TCR 307, el certificado de calibración de
la estación puede consultarse en el
correspondiente anexo, siendo las
características principales:
Apreciación: 20cc.
Sensibilidad: 20”.
Aumentos: 30X.
Distanciómetro: 2mm + 2ppm.
Esta estación cuenta con la
posibilidad de realizar medidas directas
sin necesidad de prisma reflector lo que
la hace muy adecuada para los
levantamientos arquitectónicos.
Ilustración 16
Los puntos de apoyo han sido
materializados, generalmente, mediante señales de puntería de 4x4 cm. de
material plástico adheridas a los muros mediante silicona ayudándose, como
accesorio auxiliar, de una barra extensible que permite situar señales hasta 6
metros de altura. Para el resto de puntos, como los de la parte superior de la
torre, se utilizan puntos destacados que se croquizan para poder localizarlos
fácilmente durante el proceso de orientación.
Ilustración 17. Dianas al exterior del
ábside
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3.1.1.3.- Toma de pares fotogramétricos
La obtención de pares fotogramétricos se ha realizado utilizando dos
cámaras calibradas, una analógica: Rollei 6006 y otra digital: Canon EOS D-30.
Ilustración 18. Detalle del momento de la toma de los pares
fotográmetricos
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3.1.2.- Trabajos de gabinete
3.1.2.1.- Clasificación de la información de campo
Una vez finalizado el trabajo de campo el siguiente paso ha consistido en la
ordenación y clasificación de toda la información obtenida. Para ello, se ha
desarrollado una ficha de registro mediante la cual se identifica y localiza cada
una de las estaciones empleadas. Además, en dicha ficha se incluyen las
coordenadas, una pequeña descripción de dónde está situada así como un
plano de situación, una foto y la reseña gráfica.
Ilustración 19. Ficha de registro
Esta información, además de ser una de nuestras herramientas básicas de
trabajo, permitirá la recuperación de la base topográfica para futuras
intervenciones así como la correcta conexión con otros trabajos y la cartografía
oficial disponible.
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Para la clasificación de los pares fotogramétricos también se ha
desarrollado una ficha en la que se dispone de toda la información necesaria
para la extracción de medidas:
cámara utilizada
alejamiento
base
coordenadas
distribución de los puntos de apoyo (en rojo en la imagen)
Ilustración 20. Ficha de clasificación de pares fotogramétricos
Estas fichas, junto al conjunto de pares estereoscópicos, constituyen un
documento de gran importancia ya que, además de ser la fuente de la que se
extraen las medidas, registran perfectamente la geometría tridimensional del
estado actual del edificio sirviendo como catálogo histórico previo a las
intervenciones.
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3.1.2.2.- Generación del modelo interior (volumétrico)
Los ficheros de campo se encuentran codificados, por lo que es necesario
su descodificación mediante distintos programas que leen la información y
facilitan el dibujo de las líneas tomadas en campo, posteriormente se procede a
una fase de edición en la que se depura el dibujo hasta obtener una
representación ordenada en capas de todos los elementos de interés.
Ilustración 21
26
Ilustración 22
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3.1.2.3.- Generación del modelo exterior y pórtico (fotogrametría)
A partir de los pares fotogramétricos y las fichas de los pares, se extraen el
conjunto de las líneas que definen los elementos a representar.
Para los pares analógicos se ha utilizado un restituidor analítico ADAM
MPS2, cuyas características son:
diámetro de la marca flotante: 25 micras.
Factor de amplificación: 8x a 35 x.
Precisión a escala de la fotografía: 4 micras (emc).
Para los pares digitales se ha utilizado el restituidor digital SOFTPLOTTER.
Ilustración 23
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3.1.3.- Resultado de los trabajos efectuados
Según se ha comentado anteriormente, la colección de pares
fotogramétricos y la información que los acompaña constituyen en si mismos un
archivo histórico del estado actual del edificio.
Respecto al modelo vectorial, al utilizar un sistema único de coordenadas
tanto para los pares fotogramétricos como en el volumétrico, ambos ficheros
pueden agruparse en un solo modelo, generando así un archivo que contiene
toda la información planimétrica de la Basílica.
Por otro lado, dado el carácter científico y divulgativo que lleva aparejado,
se han realizado diversas pruebas de modelos virtuales de diferentes partes del
edificio y elementos característicos, de los cuales, podemos observar a
continuación algunos ejemplos.
Además de los modelos de
textura, se ha preparado un
modelo de líneas del pórtico que
corresponde a la restitución
fotogramétrica pero, en este
caso, en formato VRML que
permite su exploración interactiva
e intercambio a través de la red.
Ilustración 24. Crucero norte de la Basílica
Finalmente,
el
modelo
tridimensional
realizado
se
acompaña con una colección de
planos que constan de plantas,
alzados,
secciones
y
perspectivas de diferentes zonas
que permiten estudios en detalle
de zonas concretas en dos
dimensiones.
Ilustración 25. Restitución fotogramétrica del pórtico en formato VRML
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3.2. Estudios Históricos
3.2.1. Arqueología de subsuelo
3.2.1.1. Estrategia de la intervención
Atendiendo a la estrategia de la intervención planteada en el proyecto para
la fase de valoración arqueológica de la Basílica de Armentia, se han realizado
excavaciones arqueológicas en cinco zonas. Las tres primeras, 1000, 2000 y
3000, fueron ubicadas en los lugares previstos. Sin embargo, la cuarta zona,
planteada en el presbiterio de la Basílica, fue trasladada por diferentes motivos a
la zona exterior oriental del templo, zona 4000, y posteriormente complementada
por una nueva área hacia el norte, zona 5000.
Ilustración 26. Planta de las zonas excavadas
En cuanto a las dimensiones de las intervenciones realizadas, en la zonas
1000 y 3000 fueron marcadas por las diversas estructuras que los delimitaban,
teniendo 50 y 41 metros cuadrados respectivamente. Mientras, los situados en
las zonas 2000, 4000 y 5000, la propia estrategia de la intervención, con la
finalidad básica de valorar la estratigrafía arqueológica, nos condicionó su
tamaño. Así, la zona 2000 tiene una extensión aproximada de 50 metros
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cuadrados, la 4000 ronda los 420 y la 5000 tiene una extensión en torno a los 600
metros cuadrados.
Ilustración 27. Planta general de todas las unidades estratigráficas documentadas en las
excavaciones
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3.2.1.2.- Procedimiento de excavación
La metodología de trabajo utilizada en Armentia es similar a la que el Grupo
de Investigación en Arqueología de la Arquitectura emplea en sus intervenciones:
excavación en “área abierta”, utilización de la estratigrafía real en el proceso de
excavación, registro, tanto gráfico como alfanumérico, basado en la unidad
mínima de estratificación, identificada como Unidad Estratigráfica.
Por ello, únicamente mencionaremos en este apartado aquellas partes del
proceso, sobre todo lo concerniente al registro, que han sufrido alguna
modificación.
3.2.1.3.- Sistema de registro
El trabajo de registro realizado durante el proceso de investigación
arqueológica tiene una importancia fundamental y sólo si genera un registro
claro, flexible y bien organizado, es posible que cualquier arqueólogo pueda
analizar los resultados con posterioridad. Y más en nuestro modo de trabajo,
cuando el coordinador de las labores de campo no siempre es el mismo que el
que finaliza el trabajo o cuando la existencia de un proyecto plurianual hace
imposible que el mismo coordinador pueda llevar el trabajo desde el principio
hasta el final.
Son dos los tipos de registro que son empleados habitualmente, el registro
gráfico y el alfanumérico. A su vez, existe una doble vertiente en cada uno de
estos tipos, el registro de campo y el de laboratorio. Por ello, vamos a describir
cada uno de los tipos comenzando por cómo son registrados los datos a pie de
excavación para pasar después a su tratamiento en el laboratorio.
Registro gráfico: Dibujo
a) Dibujo de campo:
Croquis a mano alzada. Es el grado más elemental e inmediato de registro
Ilustración 28. Croquis de
campo de la zona 5000
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realizado durante la excavación. Se parte de una planta de la zona excavada, en
la cual se van dibujando y situando a mano alzada, a medida que se van
identificando, el contorno de las unidades estratigráficas. Además, a medida que
se va avanzando en la excavación de la
secuencia estratigráfica del yacimiento,
se van creando nuevas series de croquis,
por lo que la secuencia de los croquis se
convierte también en una representación
física de la secuencia estratigráfica.
Dibujo topográfico. Este tipo de
representación responde a las normas
del dibujo arqueológico normalmente
utilizado. Para ello, en primer lugar, el
equipo de topografía ha situado
estratégicamente una serie de puntos
señalados con clavos por toda el área a
excavar.
Estos
puntos
están
perfectamente
georreferenciados
respecto a la planimetría general del Ilustración 29. Planta de la zona 4000 con
los puntos de dibujo marcados en rojo
lugar y son los que utilizamos, mediante
técnicas de triangulación, para llevar a cabo el dibujo acotado individual, a escala
1:50, de cada una de las unidades estratigráficas documentadas.
b) Dibujo de laboratorio:
Dibujo informático. Una vez finalizada la intervención se lleva a cabo una
digitalización de los planos a escala. Este proceso se ha realizado de dos formas
diferentes: En la primera, se ha extraído, mediante Corel Photo-Paint, cada una
Ilustración 30. Ejemplo de dibujo topográfico tras su informatización
de las Unidades Estratigráficas, que son convertidas en objetos y exportadas a
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un programa de dibujo vectorial Corel Draw, donde son ordenadas en capas
atendiendo a criterios numéricos y zonales. Este método presentó el problema de
generar archivos demasiado grandes y de difícil manejo.
Por ello, en la última zona excavada, se optó por situar en su posición cada
uno de los planos a escala directamente en Corel Draw y vectorizar cada una de
las unidades, situándola en una capa.
Este proceso, con ambos métodos, nos permite mediante la simple
activación y desactivación de capas generar de forma ágil y sencilla todo tipo de
plantas (fase, periodo, etc.) que, una tras otras, permiten ver claramente la
evolución de la secuencia estratigráfica.
Registro gráfico: Fotografía
Se han utilizado dos tipos de soporte: diapositivas y fotografías digitales.
Para que su identificación sea sencilla, ambos tipos de imágenes llevan un
mismo tipo de siglado. Se les da nombres según la unidad estratigráfica que se
represente y, en el caso de las fotos generales, se especifica a qué zona
pertenecen y la fecha. Las diapositivas llevan un número de identificación
correlativo siguiendo el orden en que fueron tomadas. De esta manera, es muy
fácil identificar qué imagen digital corresponde a una determinada diapositiva.
Las fotografías digitales se van volcando a un ordenador a medida que se
van tomando, e inmediatamente se colocan en su carpeta correspondiente y se
les da la nomenclatura pertinente.
En este apartado es de gran ayuda contar con programas específicos para
el manejo de grandes cantidades de imágenes, que funcionan a manera de un
explorador de archivos creando una imagen en miniatura de cada fotografía con
su nombre debajo. Al hacer doble clic sobre la miniatura, se abre la imagen y es
posible editarla. Hay una gran variedad de este tipo de programas en el mercado,
y en nuestro caso hemos utilizado el “Visor de imágenes y fax de Windows XP”.
Registro alfanumérico
La documentación arqueológica tiene otro sustento fundamental que son
los datos relativos a cada unidad estratigráfica y a cada enterramiento, así como
las informaciones complementarias, que se registran en fichas específicas.
Otro elemento fundamental de esta parte del registro son los listados de
elementos, mediante los que se tiene un control exhaustivo sobre el estado de
registro de cada unidad excavada. De esta manera, antes de proceder a retirar un
estrato se debe comprobar en el listado que tanto la fotografía, como el dibujo y
las cotas de la UE. están debidamente registrados.
Así mismo, una vez que la Unidad Estratigráfica ha sido identificada y
debidamente registrada en el listado, se abre la correspondiente ficha, no
esperando a que el estrato haya sido levantado. De esta manera, con la ficha ya
abierta, se comienzan a cruzar las relaciones existentes entre las distintas UE.,
evitando con ello que aquellas relaciones que se han observado en el momento
se olviden.
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Para nuestra labor utilizamos una serie de fichas de registro donde se hace
hincapié en los distintos apartados que son más relevantes para el caso a
estudiar. Los distintos tipos de ficha que se utilizan son:
Fichas de campo de UE. Las fichas de Unidad Estratigráfica (tanto de
Lectura como de Excavación) son tratadas de igual manera, ya que son datos de
la misma naturaleza a pesar de su origen. Para ayudar a la descripción
homogénea de las unidades se ha creado un pequeño formulario con los datos
mínimos a describir. Los campos de la ficha se articulan en cuatro áreas:
Descripción, relaciones estratigráficas, interpretación y referencias.
Fichas informáticas de UE.
Todas las fichas creadas en el
campo tanto las de lectura como
las de excavación, una vez
corregidas,
son
tratadas
informáticamente
en
el
laboratorio, De esta manera se
crea una base de datos integral
del proyecto y su consulta y
control se vuelve más eficaz y
rápida. Para este trabajo se ha
creado un clon de la ficha de
campo mediante una base de
datos relacional realizada en el
programa File Maker.
Basilica de Armentia
YACIMIENTO
FICHA DE UNIDAD ES TRATIGRAFICA Nº
Vitoria-Gasteiz
NOMBRE (DEFINICIO N)
TIPO: -CONTEXTO
ZO NA
AÑO
LO CALIDAD
4000
2004
4168
X
-S OLUCIÓ N DE CONTINUIDAD
-ELEMENTO
Relleno del enterramiento 46
DE SCRIPCION
-ELEMENT O: 1) Materiales. 2) T amaño. 3) T rata m iento , talla. 4 ) Técnica constructiva , a pa rejo. 5) Mo rtero , juntas. 6) Elemento, fo rma .
7) Direccció n d e cara/s. 8 ) Deforma ci ón, inclina ción, d esplo m e. 9) Di mensiones. 1 0) Revestimient o, enluci do. 11 ) Otra s o bservaciones.
-SOL UCION DE CONTINUIDAD: 1 ) Fo rma . 2 ) Dim ensiones. 3) Orienta ci ón, inclinación. 4 ) Ob serva ci ones.
- DEPÓSITO: 1 )Co mp acta ción. 2 )Col or. 3)Co mp osi ción, ta m año p artícula . 4 )Intrusiones. 5 )Espeso r y extensi ón. 6 ) Observacio nes
Nivel de relleno que s e encuen tra compuesto por tres p artes diferenciadas p ero que forman parte de la misma acción. Se trata
del relleno s uperior, de la es tructura de lo sas que cub re al enterramiento y del relleno que s e s itúa bajo las los as .
1) El relleno s uperior presenta u n es pes or máximo de 25 cm., pos ee textura arcillos a y es muy plástico. Al tratarse del
rellen o qu e s e p roduce tras excavar la fo sa, apen as se diferencia de la arcilla-marga en la cu al está excavada la fosa. Bajo este
rellen o enco ntramos la es tructura.
2) La es tructura está formada po r cinco lajas de piedra caliza de d iferentes tamaños (s e trata de calcarenitas y marg as locales),
simplemente des bas tad as lo cual les con fiere forma irregular.
3) Bajo las lajas enco ntramos el relleno que cubre directamen te al enterramiento (seguramente filtrado desde la cap a
su perior). Se trata de un relleno de color marrón -gris áceo bastante claro, d e comp actación med ia y textu ra arcillosa. Su
es pesor máximo lleg a a uno s 35 cm. Posee escas as intrusiones en forma de peq ueñas piedras calizas y algú n fragmento d e
material co nstru ctivo (teja).
S ECUENCIA ES TRATIGRAFICA (Relacione s temporales, actividades)
C ubri r
Relle na r
Apo ya r
Ado s ar
C ortar
Unir
41 69
Ante ri o r a
C oe táne o a
Fichas de campo de
enterramiento. Son las fichas de
registro
del
material
antropológico y se encuentran
divididas en varios apartados
que pasaremos a describir
sintéticamente a continuación:
41 67
Po ste rior a
Igu al a
HALLAZGO S :
Equivale nte a
Artefactos
Teja
Materias orgánicas
DATAC IO N: PERIO DO (propue sto ) 5
FAS E
AC TIVIDAD
INTERPRETACIO N
Relleno del enterramiento 46 compuesto por tres capas diferenciadas pero que forman parte de la misma acció n. El relleno se
en cuentra afectado por el gran corte produ cto de la huerta documentada al Es te.
En el primer apartado se
registran todos los parámetros
que tienen que ver tanto con la
identificación del enterramiento: Ilustración 31. Ficha de registro estratigráfico de campo
yacimiento,
año
de
la
intervención, zona, número de enterramiento, unidades estratigráficas del relleno
y de la fosa y, por último, las cotas del cráneo, del sacro y de los pies.
REFERENCIAS : A OTRAS FICHAS
CROQ UIS
RES PO NS ABLE
4167
MUES TRAS
DIBUJO S
2
Angel M artínez / Erika Gómez
FEC HA: I.
16-8-2004
REVIS ION
20-12-2004
En el segundo apartado se registran todos los datos antropológicos que
nos aporta el esqueleto. Siendo básicamente los campos que la componen seis:
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a) Orientación.
Se trata simplemente de reflejar las diferentes orientaciones de los
enterramientos con el fin de agruparlos, comprobar las diferentes tendencias y
poder explicarlas en la medida de lo posible.
La toma de datos de este apartado de la ficha se realiza siempre de la
misma forma, haciendo coincidir convencionalmente la orientación 0º con la que
correspondería con un enterramiento que estuviera inhumado según el eje NorteSur y con la cabeza en el lado septentrional. Como la mayoría de los
enterramientos se encuentran con la cabeza situada hacia el Oeste y los pies al
Este, se trata, por tanto, de la orientación Oeste-Este que correspondería con
270º.
En cuanto al ángulo de orientación, éste siempre se tomará en sentido
horario desde el Norte, de modo que un enterramiento colocado Este-Oeste
tendría una orientación de 90º. Hay que matizar que estas orientaciones se han
obtenido con la ayuda de una brújula, de modo que el ángulo resultante es con
respecto al Norte Magnético.
b) Posición.
La posición del enterramiento tiene su plasmación en dos apartados de la
ficha. Por un lado, se realiza un pequeño croquis en el que se representa de
forma esquemática la postura del individuo. Posteriormente, una vez realizado el
croquis se intentará asignar su posición a alguna de las posturas preestablecidas
en el siguiente apartado atendiendo a la colocación de las extremidades y el
tronco, facilitándose así el posterior tratamiento de esta información.
c) Descripción.
En la parte inferior de la ficha, en un pequeño recuadro, se completa la
información referente al individuo que no se pueda reflejar en otros apartados,
tales como el estado de conservación, alguna matización sobre la posición y/o
sobre alguno de los apartados que veremos más abajo sobre la estatura, la edad
o el sexo, observaciones sobre la tipología de la sepultura, relación con otros
enterramientos, anotaciones referentes a los hallazgos aparecidos con el
individuo, etc...
d) Estatura.
Para determinar la estatura del individuo nos hemos basado en la medición
–siempre que su conservación lo permita- de los tres huesos más largos del
cuerpo humano: fémur, tibia y húmero. Dado que la proporción entre estos tres
huesos no es la misma en hombre y en mujeres, viene incorporada a la ficha una
tabla8 que en la que se señala la estatura aproximada correspondiente a un
individuo según el sexo y la longitud de cada uno de estos huesos. Si
únicamente podemos medir un hueso, la altura del individuo será un valor exacto
en la tabla para cada uno de los sexos. Si, por el contrario, disponemos de más
medidas, entonces en vez de un valor exacto dispondremos de un intervalo en
8
Se trata de la tabla ofrecida por MANOUVRIER, L., “La determination de la taille d’après les grans os des
membres”, en Boulletins et mémoires de la Société d’Anthropologie de Paris, 4, pp. 347-402. París 1983.
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cada uno de los sexos acotado por el valor mayor y el menor. Anotaremos este
valor exacto o intervalo para los dos sexos en su casilla correspondiente. Tiene
más posibilidades de corresponder con el sexo del individuo el intervalo que se
presente más estrecho. A menor intervalo, más proporcionado está el individuo
con la relación estandarizada entre las extremidades y la estatura según el sexo.
Esta proporción servirá, como veremos más adelante, como parámetro a la hora
de evaluar el sexo del enterramiento.
Respecto a los individuos que no hayan completado su crecimiento
tenemos diversas fórmulas para calcular su estatura a partir alguno de los huesos
largos9.
Ni que decir tiene que posteriormente, una vez que se haya completado la
ficha, a la hora de tratar estadísticamente los datos referentes a la estatura,
únicamente se tendrá en cuenta el intervalo correspondiente con el sexo que se
haya determinado. En este estudio, para simplificar, sólo se utiliza la marca de
clase o valor central del intervalo. También se despreciarán los individuos
inmaduros.
e) Sexo.
En este apartado se tienen en cuenta diversos aspectos del esqueleto. En la
ficha se presenta una tabla en la que se atiende a diferentes parámetros
relacionados con el tamaño, el cráneo, la mandíbula y la pelvis.
En lo referente al tamaño, el primer parámetro es la proporción entre el
fémur, la tibia y el húmero (proporción F/T/H). Como se ha señalado más arriba,
será más probable que el sexo del individuo corresponda con el del intervalo más
estrecho. Esta casilla la debemos completar atendiendo a lo que se ha
determinado en el apartado referente a la estatura del individuo.
También se tiene en cuenta la altura o estatura, considerando que un
individuo grande tiene más posibilidades de ser un hombre y viceversa.
Convencionalmente se ha definido el umbral de 1,60 m. como el límite por
encima del cual se situarán la mayor parte de los individuos masculinos y por
debajo del que estarán los femeninos. Este parámetro tiene el inconveniente de
que podemos confundir un hombre pequeño o mediano con una mujer o una
mujer alta podemos considerarla un hombre. Por todo ello, estos dos primeros
aspectos no deben tener el mismo peso que otros en la evaluación, como por
ejemplo los referentes a la pelvis.
En el cráneo se atiende a cuatro aspectos. El primero es la inclinación
frontal, la cual es mayor en los hombres y más vertical en las mujeres. El
siguiente se centra en la arcada supraciliar que aparece más pronunciada en los
hombres. El tercer parámetro es el inión, que también es mucho más prominente
en los individuos masculinos que en los femeninos, en los que en algunos casos
es imperceptible.
9
OLIVER, G. Y PINEAUD, H., “Détermintion de l’âge de fÏtus et des membres”, Arch. D’Anat. (Semaine
des Hôpiteaux), 6, pp.21-28. 1958.
36
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La última característica craneal a la que se hace referencia son las apófisis
mastoides que, de igual manera, aparecen mucho más robustos y de mayor
tamaño en los hombres10.
En la mandíbula hay que fijarse en dos partes. Por un lado tenemos las
escotaduras sinfisiarias, mucho más marcadas en el sexo masculino llegando,
incluso, a no aparecer en algunos individuos femeninos. Igualmente, el mentón
presenta apreciables diferencias entre los dos sexos siendo en el sexo femenino
más redondeado y sin escotadura infrasinfisiaria mentoniana o apenas marcada.
Sin lugar a dudas, es la pelvis la que ofrece los caracteres más
clarificadores y definitivos en la determinación del sexo, especialmente si se
llegan a identificar cicatrices de parto. También en la tabla de la ficha se hace
referencia al ángulo subpúbico, a las escotaduras ciáticas y a las sínfisis púbicas.
Estos parámetros deben ser los de mayor peso específico en la evaluación final.
Finalmente, todo esto se plasma en la ficha de la siguiente forma: en la
parte superior derecha de la tabla referente al sexo tenemos cinco recuadros en
los que se indican sendas opciones: H (hombre típico), h (probablemente
hombre), Ind. (indeterminado), m (probablemente mujer) y M (mujer típica). El
excavador debe ir rellenando la tabla colocando una única “X” en cada
parámetro según crea con cual de las opciones que se presentan corresponda.
En función de la cantidad de “X” hacia un lado u otro nos decantaremos por el
sexo correspondiente. Con los individuos de más corta edad la determinación del
sexo se hace en la mayoría de los casos imposible.
f) Edad.
Para la estimación de la edad de los enterramientos también se ha atendido
a diversos aspectos anatómicos. Al contrario que con el sexo, son los individuos
más jóvenes aquellos cuya edad es más fácilmente determinable.
Las principales características utilizadas han sido el análisis de las suturas
de los huesos largos que, automáticamente, nos indican si el individuo ha
pasado ya de la adolescencia, pudiendo concretarse la edad -de forma muy
aproximada- en los individuos inmaduros, dado que podemos saber el momento
en que se sinostosan las suturas del esqueleto postcraneal11.
Lo mismo ocurre con las suturas craneales y podemos aplicarlo a individuos
de más edad pero, en este caso, dado el estado de conservación de los cráneos,
apenas se ha utilizado este indicador.
El análisis de la dentición ha sido la característica que más se ha utilizado
tanto para la estimación de la edad de individuos maduros como inmaduros. La
observación del desgaste de las piezas, la retracción de las encías y, sobre todo,
la erupción dental12 proporcionan interesantes argumentos sobre la edad de la
defunción de estos enterramientos. El grado de desgaste, ausencia de piezas y la
retracción de las encías son características que debemos considerar con cierta
10
Sobre las diferencias sexuales de las apófisis mastoides, HOSHI, H., “Sex diference in the shape of the
mastoid process in norma occipitalis and its importance to the sex determination of the human skull”, en
Okajima’s Folia Anatomia Japanica, 38, pp. 309-317. 1962.
11
SCHEUER, L. y BLACK, S., Developmental Juvenile Osteology, San Diego Academic Press, 2000.
12
Resulta bastante útil la tabla de SCHOUR y MASSLER (1941).
FINANCIADO POR
37
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PRUDENCIO DE ARMENTIA Y SU ENTORNO
prudencia ya que su variabilidad se debe más a cuestiones de hábito y
patológicas que a factores temporales
Las sínfisis púbicas nos sirven tanto para el sexo como para la edad. Estas
presentan diferencias apreciables entre los dos sexos y por edades según su
grado de maduración. Es más eficaz este indicador con los individuos más
jóvenes, puesto que en las edades más elevadas los intervalos que se ofrecen
son bastante amplios13.
En la ficha también se ha tenido en cuenta la posible aparición del cartílago
tiroides, ya que su grado de osificación permite establecer intervalos bastante
operativos. Sin embargo, debido a la antigüedad de los enterramientos, no ha
sido posible su identificación en ningún enterramiento.
Para neonatos y fetos existen diversas tablas y fórmulas que nos indican la
edad de estos de forma muy aproximada.
En el apartado de la ficha correspondiente a la edad hemos insertado una
tabla en la que se
muestran los indicadores
descritos, además, se ha
dejado
espacio
para
trazar la línea del intervalo
de edad que cada uno de
ellos ofrece. Se concluirá
trazando la línea del
intervalo
que
consideremos
más
acertado.
Se han propuesto en
la ficha 6 grupos de
edades: fetal, infantil (0-12
años), adolescente (12-20
años), adulto joven (20-40
años), adulto viejo (40-65
años) y senil (más de 65
años).
Debido
a
la
complejidad
para
concretar algunos de los
apartados de la ficha
antropológica,
hemos
utilizado una tabla gráfica
de apoyo independiente
en la que se detallan los
principales rasgos que se
deben tener en cuenta a
Ilustración 32. Tabla de apoyo en la que se recogen los rasgos
antropológicos más significativos que deben ser registrados. Datos
obtenidos de CAMPILLO, D. y SUBIRÀ, M.E., Antropología física
para arqueólogos. Barcelona 2004.
13
BROOKS, S. y SUCHEY, J.M., “Skeletal age determination based on the pubis: a comparision of the
Acsádi-Nemeskéri and Suchey-Brooks methods”, en Human Evolution, 3, pp. 227-238, 1990
38
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la hora de registrar las características antropológicas del esqueleto y las pautas
para interpretarlas y transformar éstas en datos referentes a la altura, edad y sexo
del individuo. Además, hemos añadido a la ficha de enterramiento una serie de
tablas auxiliares en las cuales se especifica cómo deben ser cumplimentados los
diferentes apartados de la misma.
Ilustración 33. Segunda parte de la ficha de campo de enterramiento donde se registran los rasgos
antropológicos
FINANCIADO POR
39
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PRUDENCIO DE ARMENTIA Y SU ENTORNO
Fichas informáticas de enterramiento. Todas las fichas de enterramiento
generadas en el campo, una vez finalizada la excavación, son informatizadas en
el laboratorio.
Durante esta intervención se ha creado una nueva ficha de enterramiento
que creemos supera las limitaciones que veíamos en el anterior modelo. Para la
creación de la nueva base hemos utilizado, al igual que en las fichas de UE., el
programa de gestión de bases de datos FileMaker.
Ilustración 34. Ficha de enterramiento informatizada en la que se registran los datos referentes a la identificación,
posición y descripción del esqueleto
La ficha está formada por cuatro bases relacionadas entre si. La base
principal es la parte de la ficha de enterramiento donde se recogen los datos de
identificación del esqueleto, así como su orientación, posición y descripción. Esta
ficha necesita, para rellenar algunos de sus apartados, información adicional:
-El apartado de restos óseos conservados precisa de una base auxiliar en la
que se recogen todos los huesos que conforman el esqueleto, de forma que
pinchando en cada uno de los huesos situados a la derecha (ver Ilustración 34),
40
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se rellena el esquema del esqueleto situado a la izquierda de la ficha y quedan
registrados alfanuméricamente cada uno de los huesos.
Ilustración 35. Tabla auxiliar de huesos
-El apartado de posiciones también
utiliza una base auxiliar en la que se recogen
todas
las
variantes
posicionales
documentadas en las excavaciones. De este
modo, pinchando en la posición que
corresponde al esqueleto que estemos
documentando (ver zona central de la figura
1), se introduce en el campo esquema la
posición deseada y queda registrada
alfanuméricamente.
Por otra parte, el apartado que recoge
los rasgos antropológicos de estatura, edad y
FINANCIADO POR
Ilustración 36. Tabla auxiliar de posiciones
41
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PRUDENCIO DE ARMENTIA Y SU ENTORNO
sexo, se ha individualizado en una ficha independiente, que se relaciona con la
anterior mediante un número de identificación asociado, de forma exclusiva, al
número de enterramiento.
Ilustración 37. Segunda parte de la ficha de enterramiento
informatizada en la que se registran los rasgos antropológicos
42
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3.2.2. Análisis estratigráfico de alzados
El análisis estratigráfico de la Basílica de Armentia fue realizado por medio
de la identificación de cada una de las acciones constructivas, destructivas o de
degradación (Unidades Estratigráficas) ocurridas a lo largo de su historia. Esto es
posible gracias a la aplicación del método estratigráfico surgido a partir de la
sistematización de E. C. Harris y los posteriores desarrollos que dieron origen a
lo que hoy es conocido como Arqueología de la Arquitectura. Esta parte del
trabajo produce una enorme cantidad de información, en algunos casos de difícil
gestión, que es posible articular de manera inteligible gracias a la elaboración del
diagrama estratigráfico o matrix, en el que se representa la cuarta dimensión (el
tiempo) en la vida del edificio. El caso de Armentia, sin embargo, presentaba una
serie de características particulares que hicieron que lleváramos a cabo una
lectura paralela y complementaria a la puramente estratigráfica, que consistió en
lo que llamamos análisis cronotipológico.
En la experiencia del GIAA se han llevado a cabo ya una serie de trabajos
en esta línea, desde que se desarrolló un sistema de análisis cronotipológico
autónomo gracias a la experiencia de la Catedral de Santa María de Vitoria
(AZKARATE 2002). Nos referimos, además de dicho trabajo, al complejo productivo
del valle de Salinas de Añana (PLATA 2003) y en el estudio de la iglesia de Santa
María de Orduña (SÁNCHEZ 2005a), así como a una reciente Tesis Doctoral sobre
las Técnicas constructivas altomedievales en Álava (Sánchez 2005b).
Este tipo de lectura del edificio comporta la identificación de todos aquellos
rasgos que puedan ser identificados en la obra y su georreferenciación,
estableciendo agrupaciones de variables que configuran conjuntos homogéneos
o clusters. Estos estudios se basan en el conocimiento de la distribución y
ejecución del trabajo dentro de los equipos y talleres de cantería y albañilería,
cuyos miembros repiten una serie de gestos propios de la forma de trabajar del
colectivo al que pertenecen. Estos gestos son los que nosotros hemos
identificado e individualizado para posteriormente estudiar la distribución de su
presencia en las fábricas del edificio estableciendo agrupaciones de gestos o
variables, es decir, conjuntos de obras llevadas a cabo por el mismo equipo de
personas en un momento concreto anterior y/o posterior a otras obras.
En Armentia, esta identificación
imprescindible en dos vías de análisis:
se
convirtió
en
una
herramienta
1. Para permitir una identificación certera de las UE, ya que (especialmente
en las primeras fases de la obra) la gran regularidad y homogeneidad de las
técnicas empleadas impedía en muchos casos la visualización de las interfaces.
Casi todas ellas utilizan unos materiales idénticos con tratamientos muy
parecidos y características técnicas similares (en ocasiones incluso miméticas)
que dificultan el establecimiento de divisiones definidas referidas a distintas
acciones de construcción. En este caso, el registro y análisis de cada una de las
variables intervinientes nos dotó de medios muy potentes para el establecimiento
de los límites entre diferentes obras, llegando a la posibilidad de discriminar
dentro de una misma fase las diferentes etapas de obra llevadas a cabo
probablemente por los mismos constructores.
FINANCIADO POR
43
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PRUDENCIO DE ARMENTIA Y SU ENTORNO
2. Una vez identificada la secuencia general del edificio, el conocimiento de
esos conjuntos técnicamente homogéneos permitió identificar como parte de una
misma obra a partes de la construcción físicamente muy alejadas entre sí. Lo
que, como es fácil de apreciar, amplía enormemente nuestras posibilidades
interpretativas. En este sentido, también fue muy útil la identificación de los
clusters para la detección de elementos reutilizados o falsos históricos,
distinguiendo zonas diferenciadas dentro de la aparente homogeneidad que
ofrecen sobre todo aquellas partes anteriores al siglo XVIII que permanecen in
situ y aquellas posteriores que han sido reutilizadas o imitan a obras antiguas
(caso por ejemplo de la cornisa 202 en el falso hastial norte construido en el siglo
XX que se hace a imagen y semejanza de la misma que aparece en su entorno
perteneciendo a una obra varios siglos más antigua)
Tipos de variables
Los tipos de variables tomadas en cuenta son de dos tipos: las variables
técnico-constructivas y las variables formales.
Las variables técnico-constructivas son aquellas que engloban aspectos
de carácter técnico necesarios para la puesta en obra; se subdividen, a su vez,
en otros dos grupos atendiendo a su distribución física en las fábricas del
edificio:
-zonales, tales como aparejos y tallas
-puntuales, como las marcas de cantero y las lineales.
Las variables formales son aquellas que podrían encuadrarse, en este caso
dentro, de las artes plásticas (escultura y pintura) y no responden, o al menos no
únicamente, a gestos técnicos sino más bien a elementos ornamentales y/u
ornamentados con una decoración repetitiva que se produce de forma más o
menos "mecánica" por parte del taller de canteros que la lleve a cabo. Esta
clasificación engloba zócalos, cornisas, basas, capiteles, ventanas y pinturas que
imitan un acabado de sillería.
En una primera fase del trabajo fueron identificados y registrados todos los
tipos de variables que fuimos capaces de distinguir. Esto fue reflejado en tablas y
planos de campo, a partir de los cuales se realizó una segunda fase del análisis
que consistió en la valoración del potencial de cada uno para el establecimiento
de las U.E. o los clusters; se trataba de establecer cuáles de ellos podían ser
potencialmente útiles y aportar una información que nos permitiese establecer un
diagnóstico, discriminando otros cuyo valor informativo era nulo. Esta segunda
fase del trabajo es la que queda reflejada en las conclusiones que se presentan,
ya que se ha considerado que la presentación de todo el material “bruto” de la
identificación de variables puede introducir cierto ruido que dificulta la
comprensión del trabajo. Uno de los casos más evidentes donde la información
aportada por las variables era irrelevante eran por ejemplo los tipos de ventanas,
cuyas variables responden más a factores de utilidad o posición que a
características propias de un taller de canteros particular; es decir, las ventanas
construidas por un mismo equipo de canteros pueden ser totalmente diferentes
dependiendo del lugar del edificio en el que se encuentren (muros rectos o
muros curvos), la función que tengan (iluminación de espacios de diferente
44
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volumen con diferente uso), la altura (abocinamiento del alféizar por el interior
más pronunciado en ventanas más altas), etc.
Presentamos por lo tanto dos tipos de tablas: las primeras con una
selección de aquellas variables que aportan información relevante y aparecen
reflejadas en el texto; la segunda con aquellas variables que no se incluyen en el
texto, debido a que su carga informativa es mucho menor.
FINANCIADO POR
45
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PRUDENCIO DE ARMENTIA Y SU ENTORNO
Variables utilizadas
Tipos de labra
Nº
INSTRUMENTO
DIRECCIÓN
101
Tallante
Descendente
105
Tallante
Ascendente
106
Gradina fina
-
108
Gradina media
-
101
105
106
108
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Tipos de cornisa
Nº
PERFIL
DESCRIPCIÓN
201
Dos molduras convexas semicilíndricas enmarcadas por dos
baquetones cada una. Sin basa y con remate recto.
202
Moldura cóncava que tiene en la mitad dos baquetones. Sin
basa y con hendidura en el remate recto.
203
Taqueado en damero cuadrado de 4 hiladas de altura. Sin basa y
con hendidura en el remate recto.
204
Doble moldura convexa enmarcada por sendos baquetones. Sin
basa y con hendidura en el remate recto
206
Taqueado en damero rectangular de 6 hiladas apaisadas de
altura. Sin basa y con hendidura en el remate recto.
207
Saliente, triangular, cóncava y achaflanada.
FINANCIADO POR
47
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PRUDENCIO DE ARMENTIA Y SU ENTORNO
48
209
Doble moldura convexa enmarcada por sendos baquetones. Sin
basa y con un remate recto precedido por una moldura cóncavoconvexa.
210
Taqueado de 4 hiladas que en la parte alta son rectangulares
pero evolucionan hasta convertirse en cuadrado en la parte baja.
Con basa y remate en murete recto.
211
Cuarto de cilindro sin basa y con hendidura en el remate recto.
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FINANCIADO POR
201
202
203
204
206
207
209
210
211
49
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PRUDENCIO DE ARMENTIA Y SU ENTORNO
Tipos de zócalo
Nº
50
PERFIL
DESCRIPCIÓN (COMENZANDO DESDE EL SUELO)
301
Parte recta con hendidura – baquetón – hendidura y en la parte
superior un semicilindro.
303
Parte recta con hendidura y en la parte superior un semicilindro.
304
Parte recta con hendidura, un semicilindro y sobre éste una
moldura cóncava.
305
Parte recta y se queda achaflanada en su parte superior.
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306
Parte recta con moldura cóncava en la parte superior de unos 89 cm. de saliente desde la pared.
307
Parte recta con moldura cóncava en la parte superior de unos 67 cm. de saliente desde la pared.
FINANCIADO POR
301
303
304
305
306
307
51
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PRUDENCIO DE ARMENTIA Y SU ENTORNO
Marcas de cantero utilizadas
Nº
52
FORMA
DESCRIPCIÓN
401
Línea curva en forma de “S” mayúscula con los extremos más
anchos a modo de embudo. Puede aparecer tanto tumbada como
de pie. Parece trazada a mano alzada.
402
Línea que gira hasta juntarse consigo misma formando un “6”
pero en sentido inverso de izquierda a derecha. Tiene el
extremo más ancho a modo de embudo salvo en raras
excepciones en las que la línea se dobla haciendo un vértice.
Parece trazado a mano alzada.
403
Circunferencia cuyo centro está marcado por un punto. El
diámetro está entre 3 y 4 cm. No parece trazado a mano alzada.
404
Circunferencia cuyo centro está marcado por un punto. El
diámetro está entre 1´5 y 2 cm. No parece trazado a mano
alzada.
405
Línea quebrada en forma de “M” mayúscula de pequeño
tamaño (unos 3 ó 4 cm.) Cuyos vértices y extremos se hacen un
poco más anchos. Las dos líneas verticales son paralelas. No
parece trazada a mano alzada.
406
Falsa espiral trazada a base de semicírculos que da
aproximadamente 3 giros. No parece trazada a mano alzada.
407
Marca en forma de “B” mayúscula cuya línea vertical es doble
y la mayoría de las veces tiene dos cortas líneas salientes en los
extremos. Parece trazada a mano alzada.
408
Línea quebrada en forma de “M” mayúscula con las líneas
verticales paralelas. Los puntos de contacto entre las líneas, de
trazo fino, no siempre son perfectos sino que a veces éstas se
prolongan más de lo que deberían. Parece trazada a mano
alzada.
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409
Línea quebrada en forma de “N” o “Z” mayúscula con las
líneas de los extremos paralelas. Los puntos de contacto entre
las líneas, de trazo fino, no siempre son perfectos sino que a
veces éstas se prolongan más de lo que deberían. Parece trazada
a mano alzada.
410
Línea recta que, hacia la mitad, tiene el vértice de otra línea
quebrada similar a los signos “>” o “<” (mayor o menor que).
El vértice puede coincidir exactamente con la línea vertical o
puede sobrepasarla, pero siempre hay al menos un contacto.
Parece trazada a mano alzada.
412
Línea quebrada en forma de “M” mayúscula con las líneas
superiores un poco salientes y marcadas. Las líneas verticales
no son paralelas sino que tienden a unirse a medida que
ascienden y sus extremos inferiores se hacen más anchos a
modo de embudo. Parece trazada a mano alzada.
418
Motivo floral simétrico de seis pétalos inscrito en una
circunferencia. No parece hecha a mano alzada.
451
Diagonal simple ascendente que puede ir de un vértice a otro,
de un lado a un vértice, de un lado a otro o de un vértice a un
lado.
452
Diagonal simple descendente que puede ir de un vértice a otro,
de un lado a un vértice, de un lado a otro o de un vértice a un
lado.
453
Diagonal doble ascendente que puede ir de un vértice a otro, de
un lado a un vértice, de un lado a otro o de un vértice a un lado.
454
Vertical simple que se encuentra siempre aproximadamente (en
no pocas ocasiones incluso exactamente) en el centro de la
pieza. Va de lecho a lecho.
FINANCIADO POR
53
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PRUDENCIO DE ARMENTIA Y SU ENTORNO
Horizontal simple que se encuentra aproximadamente en el
centro de la pieza. Va de llaga a llaga.
455
54
401
402
403
404
405
406
407
408
409
410
412
418
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Variables no utilizadas
Tipos de labra
Nº
INSTRUMENTO
107
Bujarda
109
Repicado
110
Gradina gruesa
107
109
110
Tipos de cornisa
Nº
PERFIL
DESCRIPCIÓN
205
Cuarto de bocel con remate recto y filete.
208
Moldura cóncava poco pronunciada con remate en baquetón.
212
Moldura convexa. Con remate recto, filete y basa de dos
escalonamientos.
FINANCIADO POR
55
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PRUDENCIO DE ARMENTIA Y SU ENTORNO
56
213
Moldura cóncava. Remate recto con hendidura y basa
semicilíndrica.
214
Moldura convexa sobre moldura cóncava, unidas por murete
recto.
205
208
213
214
212
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Tipos de zócalo
Nº
PERFIL
DESCRIPCIÓN (COMENZANDO DESDE EL SUELO)
Parte recta sin apenas hendidura y en la parte superior un
semicilindro.
302
302
FINANCIADO POR
57
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PRUDENCIO DE ARMENTIA Y SU ENTORNO
Marcas de cantero no utilizadas
Nº
58
FORMA
DESCRIPCIÓN
411
Línea doblada en forma de “M” mayúscula tumbada cuyos
vértices están redondeados. Parece trazada a mano alzada.
413
Círculo trazado con compás pero sin llegar a cerrar la
circunferencia completa y con un centro muy marcado por un
punto. El diámetro es de unos 3 cm. No parece trazado a mano
alzada.
414
Línea quebrada en forma de “N” mayúscula con las líneas
verticales paralelas. Los vértices y los extremos aparecen
marcados con líneas rectas cortas. No parece trazada a mano
alzada.
415
Línea curva en forma de “M” minúscula con los puentes muy
redondeados y los extremos más anchos a modo de embudo.
Parece trazada a mano alzada.
416
Línea quebrada en forma de “M” mayúscula de considerable
tamaño (7 cm. De altura aprox.) Cuyos vértices y extremos se
hacen un poco más anchos. Las dos líneas verticales son
paralelas. No parece trazada a mano alzada.
417
Línea espiral que no llega a completar dos giros y tiende a
abrirse excesivamente a medida que se desarrolla. Tiene un
segmento secante al final. Parece trazada a mano alzada.
419
Triángulo isósceles cuyos lados iguales se prolongan hasta
quebrarse en sus extremos con dos líneas cortas hacia fuera.
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411
413
414
415
416
417
419
FINANCIADO POR
59
PLAN DIRECTOR DE INTERVENCIÓN PARA LA RESTITUCIÓN DE LOS VALORES HISTÓRICOS Y SIMBÓLICOS DE LA BASÍLICA DE SAN
PRUDENCIO DE ARMENTIA Y SU ENTORNO
3.2.3. Vaciados documentales
3.2.3.1. Metodología
A la hora de acometer el estudio integral de una edificación, y más si se
trata de un edificio con la complejidad histórica y arqueológica que posee la
Basílica de San Prudencio de Armentia, resulta de vital importancia realizar un
vaciado exhaustivo de las fuentes bibliográficas y documentales.
Este tipo de análisis aporta a la investigación no sólo datos cronológicos
absolutos a la secuencia relativa obtenida durante la lectura estratigráfica del
yacimiento sino que proporciona al conjunto de los resultados un contexto
general en el cual integrarse.
El gran volumen de información, sobre todo documental, que se está
generando durante esta etapa de la investigación ha provocado la necesidad de
utilizar herramientas informáticas que nos permitan su clasificación y consulta de
forma ágil y sencilla. Para ello, hemos diseñado en “Microsoft Access” una base
de datos especialmente pensada para la labor que nos ocupa, en la que
aparecen los siguientes campos: nombre del investigador que ha recogido los
datos, archivo de procedencia, fecha del documento, signatura de identificación,
número de folio, edificio o parte del mismo al que hace referencia el documento
y, por último, el texto transcrito.
Ilustración 38. Vista del formulario de la base de datos
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Las labores efectuadas en este apartado de la investigación, tal y como se
planteó en la propuesta, se han divido en tres aparatados:
a.- vaciado bibliográfico e historiográfico.
b.- vaciado documental
c.- vaciado gráfico
El proceso de trabajo comenzó con la consulta de las fuentes bibliográficas
e historiográficas existentes sobre el tema, registrándose, por el momento, 137
referencias que hacen alusión a Armentia. De este primer acercamiento se
obtuvieron diversos datos sobre las principales obras y reparos documentados
que se han efectuado en la Basílica de San Prudencio y que, en líneas generales,
se pueden circunscribir en tres momentos cronológicos diferentes, 1562, 1776 y
1977.
Las fechas guía obtenidas durante el vaciado bibliográfico e historiográfico
fueron proporcionadas al equipo de documentalistas de nuestro Grupo de
Investigación, que acudió a los diferentes archivos en busca de las fuentes
originales para llevar a cabo su transcripción. Posteriormente, y teniendo en
cuenta que unos documentos remiten a otros, se ha ido analizando y estudiando
un gran número de nuevos escritos (libros de fábrica, actas, apeos, ejecutorias,
etc.) de cronología muy dispar, englobando una horquilla cronológica situada
entre el siglo XIII y el XX.
16
14
12
S. XIII
10
S. XVI
8
S. XVII
6
S. XVIII
4
S. XIX
2
S. XX
0
Nº de documentos
Ilustración 39. Volumen de documentos por siglos
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PRUDENCIO DE ARMENTIA Y SU ENTORNO
3.2.3.2. Trabajos efectuados
3.2.3.2.1. Vaciado bibliográfico e historiográfico
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—1871, Estudios monumentales y arqueológicos.
Vascongadas, en Revista de España, Madrid, pp. 43 y ss.
Las
Provincias
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de Estíbaliz, en Museo Español de Antigüedades, VII, pp. 383 y ss.
164.
-ANDRÉS ORDAX, S., 1987, País Vasco. Tierras de España, Madrid, pp. 163-
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vitorianos, en Vida Vasca, N. 4, Bilbao, p. 215.
-ANÓNIMO, 1896, Arqueología euskara. Basílica de Armentia, en EuskalErria, T. 35 (2º Sem. 1986), San Sebastián, pp. 281-282.
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—1942, La cultura de las peregrinaciones. Su geografía, su historia y
métodos para su investigación, en Las Ciencias 7, 1, pp. 37-38.
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—1985, Tímpanos románicos españoles: reinos de Navarra y Aragón, Vol. 2,
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—1989, "Ego sum ostium", o la puerta del templo como puerta del cielo en
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y el bizantinismo de la escultura española en torno al año 1200, en Alfonso VIII y
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-VV.AA, 1985, Basílica de Armentia en Armentia, en Monumentos nacionales
de Euskadi. Álava, Bilbao, pp 1-15.
-WEISE, G., 1927, Spanische Plastik aus sieben Jahrhunderten, Vol. 2,
Reutligen, pp. 22-32.
-YARZA, J., 1985, Arte y Arquitectura en España, 500-1250, Madrid, p. 266.
3.2.3.2.2. Vaciado documental.
Por el momento han sido consultados, aunque de forma parcial, los
siguientes archivos:
-Archivo Histórico Diocesano (A.H.D.): El análisis de este Archivo ha sido
especialmente fructífero en la localización de las referencias documentales más
antiguas. Además, han sido hallados entre sus fondos dos de los libros de fábrica
de la Basílica, en los que se recoge detalladamente el conjunto de ingresos y
gastos ocasionado por cualquier obra o reforma efectuada.
El libro de fábrica más antiguo recoge las actividades llevadas a cabo entre
1537 y 1590, existiendo un vacío documental hasta 1661, año en el que el
segundo libro localizado comienza a documentar los trabajos efectuadas hasta
1740. Estos datos, unidos a los proporcionados por el libro de fábrica que recoge
las obras entre 1843 y 1984, cedido para su consulta por el párroco actual de
Armentia D. Carlos Fernández, nos han proporcionado datos de la máxima
importancia para comprender y ubicar cronológicamente algunas de las fases de
la evolución histórica y constructiva de la Basílica.
-Archivo Histórico Provincial de Álava (A.H.P.A.): En este Archivo se han
estudiado algunos de los protocolos de los diferentes escribanos de Vitoria que,
entre los siglos XVI y XVIII, se ocuparon de legalizar mediante escrituras
notariales actividades tales como cartas de pago, censos, obligaciones de obra,
pleitos, poderes, etc.
El estudio de esta documentación ha proporcionado información de gran
interés referente a los contratos y condiciones de obra realizadas entre los
dignatarios eclesiásticos y los diferentes maestros -canteros, carpinteros,
yeseros, etc.- que fueron contratados para las obras acometidas en la Basílica.
Así mismo, queda patente en las diferentes cartas de poder y de pleitos la pugna
constante entre San Andrés de Armentia y Santa María de Vitoria por el control
del dinero procedente de los diezmos y primicias que recibe Santa María de San
Andrés a partir del traslado en 1495 de la sede de la colegiata a Vitoria, aspecto
de gran importancia para comprender el número e incluso la calidad de algunas
de las obras efectuadas.
-Archivo Municipal de Vitoria (A.M.V.): En este Archivo se han revisado
algunos de los Libros de Actas del siglo XVI y los expedientes de obras del siglo
XX. Han sido de especial interés las reformas efectuadas en 1920 y en 1977, año
en el que cambió la fisonomía de Armentia y su entorno tras la ejecución de un
proyecto de urbanización y ajardinamiento de la zona.
-Archivo del Territorio Histórico de Álava (A.T.H.A.): La principal
documentación revisada en este Archivo se circunscribe principalmente al siglo
XVIII, siendo de especial interés el Fondo Prestamero, en el que se analizan tanto
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PRUDENCIO DE ARMENTIA Y SU ENTORNO
las inscripciones existentes en la Basílica como algunas de las aparecidas
durante la profunda reforma que se realizó a finales del siglo XVIII.
A continuación detallamos una lista ordenada cronológicamente de los
documentos localizados y transcritos hasta el momento:
SIGLO XIII
Año: 1213. Libro Becerro de Santa María de Bujedo, fol. 15v, núm. LIIII. Roy
Pedriz, canónigo de Armentia vendió por quince áureos al abad y al convento de
Bujedo todo lo que pertenecía a su madre en la iglesia de Santa María de Arce.
Agosto de 1213.
Año: 1266. A.H.D. Copia de la carta del obispo VIVIAN o BIBIAN à los
beneficiados de varios pueblos de las cercanías de Vitoria, indicando han de
pagar los quartos de los diezmos a Armentia-15 kals aprilis anno 1266. [Copia del
siglo XVIII]. Sig. 143-1.
SIGLO XVI
Año: 1533. A.M.V. Acuerdo sobre los salzes del prado de Armentia.
Signatura: Libro nº 12 (1529-1536) folio 141
Año: 1537-1590. A.H.D. Apeo simple de veintte heredades y una rain, que
dejò el thesorero Mitarte en el lugar de Armentia, cuio original se halla al folio 297,
del Libro de Quentas que diò prinzipio en el año de 1537. Escribano: Diego de
Paternina. Signatura: 143-10.
Año: 1537-1590. A.H.D. Libro de Fabrica de la iglesia colegial de Santa
Maria de Vitoria, (de las de San Andrés y San Julián de Armentia). Sig. 216-3.
Año: 1562. A.H.P.A. Obligación de Obra. Protocolo: 5.438.Escribano: Diego
Martínez de Salvatierra.
Año: 1564. A.H.D. Peticion y scriptura de los vecinos de Armentia como la
casa de la yglesia de Sant Andres y de Sant Julian son capitulares. Signatura:
143-9.
Año: 1567. A.H.D. Apeo de las heredades de los therminos de el/ lugar de
Armentia. Arrendamiento, apeo de heredades en Armentia. Sig.: 143-3.
Año 1576. A.H.D. Cobro del Irundiru en Armentia. Expediente, con
requerimiento de testigos, sobre si el inquilino del palacio casa de Armentia,
perteneciente al cabildo. Es la casa quita-pechos ha de pagar el tributo del
Irundiro. Declaración sobre execión de este tributo, año 1604. Nuevo test. de
1637. Signatura: 143-13.
Año: 1578. A.H.D. Traza y condiciones de la nueva torre de la iglesia de San
Andres de Armentia. (Copia posterior). Sig.: 143-4.
Año: 1578. A.H.D. Carta Concierto sobre la torre de Armentia entre el
arcediano don Juan de Alegria mayordomo capitular fabriquero y el canonigo
Juan Saenz de Hondategui cura, y Diego de Paternina mayordomo secular de la
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fabrica de la Colegial y los claueros de Armentia por si y en nonbre de los
vecinos de Armentia de una parte y de la otra maestre Pedro de Elgarresta
yelsero. Sig. 143-4
Año: 1579. A.H.D. Apeo de heredades de Armentia (copia posterior). Otros
temas de vecinos y propiedades de Armentia. Signatura: 143-9.
Año: 1582. A.H.D. Ejecutoria ganada por los señores Chantre y canonigos
de la ynsigne yglesia colegial desta ciudad de Vitoria, sobre los diezmos y
primicias de Armentia (copia del siglo XVIII). Signatura: 143-7.
Año: 1590. A.H.D. Apeos de heredades en Armentia. Signatura: 143-10.
Año 1590. A.H.D. Parroquia de Armentia. Obra de la casa de Armentia.
Cantero Pedro Del Garresta. Signatura: 143-22.
Año: 1591. A.H.D. Carta executoria contra los deçimos del lugar de
Armentia en rraçon de las primiçias de la yglesia del dicho lugar. Signatura: 14311
Año 1592. A.H.D. Carta executoria contra los deçimos del lugar de Armentia
en rraçon de las primiçias de la yglesia del dicho lugar. Signatura: 143-11.
SIGLO XVII
Año: 1622. A.H.D. Auto del provissor deste obispado sobre la demanda que
el tesorero puso en las partiçiones de Armentia. Signatura: 143-9.
Año: 1661-1740. A.H.D. Libro de Fábrica de la Parroquia de Armentia
Año: 1699 y 1700. A.H.D. Juntas de parroquia. Proyecto del cura y
parroquianos de Armentia de construir un retablo mayor, a lo que se reservan las
primicias. Signatura actual: 143-14.
Año: 1700. A.H.P.A. Obligación y Escritura del retablo de Armentia
Protocolo: 6.084. Escribano José: Aguirre. (f. 214-215v).
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Ilustración 40. Fotocopia del proyecto de restauración realizado en 1764
por D. Francisco de Echanove. Ref.: Obispado de Vitoria. Archivo
Diocesano. Libros del Cabildo de la Catedral de Santa María. Caja 119.
Pueblos. Armentia.
SIGLO XVIII
Año: 17??. A.H.D. Inventario de heredades del cabildo colegial en el pueblo
de Armentia. Signatura: 143-7.
Año: 1707. A.H.D. Testimonio de estar en posesión de los frutos y diezmos
de Armentia con que se hico la traslación a la colexial. Signatura: 143-9.
Año: 1764. A.H.D. Proyecto de restauración de la iglesia de Armentia,
elaborado por Dn Francisco de Echanove. Sig. 143-17
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Año: 1769. A.H.D. Reconocimiento de nuebe reales para tres misas anuales
en la yglesia del lugar de Armentia y una fanega de trigo para la cofradia y altar
de Nuestra Señora del Rosario. Otorgado por Lorenzo de Arrazola Oñatte como
posehedor del vinculo que fundo don Agustin de Olarte. Signatura: 143-9.
Año: 1769-1778. A.H.D. Cuenta de la obra del Órgano y alusión al retablo
de Armentia. Sig. 72-1.
Año: 1771. A.H.P.A. Poder los señores Cura Abad, oficiales y Parroquianos
de la insingne iglesia Colegial de Santa Maria de esta ciudad a fabor de d.n Juan
Lorenzo de Maiz y consortes. : Protocolo 1.728-B. Escribano: Miguel, Robredo y
Salazar. (f. 942-944v).
Año: 1774. A.H.P.A. Juntta de Parroquia de la Ynsigne Yglesia Colexial de
Santa Maria de Vitoria. Protocolo: 970. Escribano: Miguel Robredo y Salazar (f.
483-486v).
Año: 1776. A.H.P.A. Condiciones de Cantteria de las Obras que se han de
ejecuttar en la Yglesia Parroquial del lugar de Armenttia. Protocolo: 1.584.
Escribano: Miguel, Robredo y Salazar. (f. 509-517v).
Año: 1776. A.H.P.A. Condiciones de Carpintteria, y Albanilleria de las obras
que se han de executtar en la Yglesia Parroquial del lugar de Armenttia.
Protocolo: 1.979. Escribano: Miguel, Robredo y Salazar. (f. 557-567v).
Año: 1776. A.H.P.A. Vitoria y Armentia. Pido se conceda una licencia.
Protocolo: 1.979. Escribano: Miguel, Robredo y Salazar (f. 683-684v).
Año: 1779. A.H.P.A. Carta de pago Manuel de Laspiur a fabor de los
ofiziales de la Parroquia de Santa Maria. Protocolo: 1.976. Escribano: Miguel,
Robredo y Salazar (f. 762-764).
Año: 1780. A.H.P.A. Carta de pago Manuel de Laspiur, a fabor de la
Parroquia de Santa Maria. Protocolo: 1.726-A. Escribano: Miguel, Robredo y
Salazar. (f. 405-408v).
Año: 1780. A.H.P.A. Carta de Pago Nicolas de Aramburu, a la Parroquia de
Santa Maria. Protocolo: 1.726-A. Escribano: Miguel, Robredo y Salazar. (f. 409410v).
Año: 1783. A.H.P.A. Cartta de pago D.n Gabriel Anttonio de Guesalaga, a
fabor de la Parroquia de Santa Maria. Protocolo: 10.785. Escribano: Miguel,
Robredo y Salazar. (f. 266-267v).
Año: Siglo XVIII. A.T.H.A. Estudio de las inscripciones existentes en la iglesia
de Armentia. Fondo Prestamero: Caja: DH 1299. Nº2.
SIGLO XIX
Año: 1843-1984. Libro de Fábrica de la Parroquia de Armentia.
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SIGLO XX
Año: 1920. A.T.H.A. Armentia (Vitoria). El cura ecónomo de la iglesia del
expresado pueblo; solicita se le concedan 500 pesetas, para conservación y
reparación de dicha iglesia. Caja: DH 6065. Nº 1.
Año: 1920. A.T.H.A. Sesión celebrada el día 27 de Abril de 1920. Se
conceden las 500 pesetas para conservación y reparación de la iglesia de
Armentia. Caja: DH 6065. Nº 1.
Año: 1920. A.T.H.A. Presupuesto de un pararrayos para la Iglesia del
pueblo de Armentia. Caja: DH 6065. Nº 1.
Año: 1920. El pueblo de Armentia solicita subvención para la conservación
de la Basílica. Sig.: 26/006/037.
Año: 1977. Proyecto de Urbanización de la Prolongación del Paseo de San
Prudencio.- Sig.: Urbanizaciones, nº 323, año 1980 – 03/17/10-03/17/11
Año: 1978. Expropiación de los terrenos para prolongación del paseo y
creación de la zona de protección de la Basílica de San Prudencio de Armentia.
Sig.: Expropiaciones, nº 31, año 1978 - 04/2822-27.
Del conjunto de documentos mencionados vamos a detallar a continuación,
por la importancia de la información que aportan, tres de ellos:
Doc. 1:
Año: 1578. A.H.D. Signatura 143-4.
Resumen: Traza y Condiciones de la nueva torre de la iglesia de San
Andrés de Armentia llevada a cabo en 1578 en la que el maestro de obras, Pedro
de Elgarresta, se compromete a deshacer la torre, reforzar su estructura en los
lugares precisos y subirla en altura cuatro estados.
“En la ciudad de Vitoria a treynta dias del mes de mayo/ de mill y quinientos
y setenta y ocho años ante el es-/ criuano y testigos baxo escriptos paresçieron
pre-/ sentes el arçediano Juan de alegria y Joan de/ hondategui cura y canonigos
de la yglesia colegial/ desta dicha ciudad y diego de paternina vezino desta/
dicha çiudad mayordomos y fabriqueros de la dicha ygle-/ sia y de santandres de
la yglesia del lugar de armentia/ y hernan martinez de mendiguren y prubençio
lopez de/ armentia por sis y en nombre de los demas vezinos/ del dicho lugar por
quienes prestaron causçion de Ra-/ to Judicatun soluendo a manera de fianza de
que estaron/ y passaran por todo lo que en esta escriptura por ellos/ fuese fecha
actuado y procurado so obligacion que hizi-/ eron en sus personas y vienes de la
una parte y de la/ otra maestre pedro de algarazeta maestre yelsero re-/ sidente
en este dicha çiudad y dixeron que por quanto en-/ tre ellos se avian conzertado
convenido e ygualado en/ que el dicho maestre pedro de algarazeta se obliga de/
hazer la torre de la yglesia de señor santandres de/ armentia conforme a la traza
que el dicho maestre pedro/ tiene dada firmada de su nombre la qual esta en/
poder de mi el dicho escriuano en la manera siguiente/ que el dicho maestre
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pedro ha de deshazer la dicha torre/ y maderamiento della a su costa y despues
de desecha/ la reforzara en las partes y lugares que fuere/ menester. E que
subira el dicho edefiçio nuevo que/ se ha de hazer en la dicha torre quatro
estados en alto/ y tendra la dicha pared en todo lo que subiere ladrillo/ y medio lo
ancho y ansi mismo el chapitel de la dicha/ torre y lo demas del edefiçio nuebo
della con las con-/ diçiones siguientes:
con condiçion que primeramente despues de reforza-/ da la dicha torre hara
una moldura corrida re-/ saltando en las partes nezessarias la dicha mol-/ dura
que salga obra de pie y medio del bibo a-/ fuera y en las esquinas saldra la dicha
moldura/ una terzia de vara y la dicha moldura sera toda/ de ladrillo muy vien
cojido.
yten que eligira quatro ventanas como se muestra/ en la dicha traza en
altura de siete pies desde la/ moldura sobre dicha y cada una de las dichas ven-/
tanas ha de tener de hancho quatro pies y medio y de/ alto nuebe pies y las ha
de hazer guardando su/ jamba por la parte de fuera como se muestra en la/ dicha
traza.
yten ha de hazer otra moldura de la misma ma-/ nera que lo demuestra la
dicha traza en altura/ de diez y seis pies desde el suelo de las canpanas arriba/ y
desde alli ha de elegir el chapitel de la dicha torre/ de ladrillo romado
encajandose el macho con la/ henbra el qual dicho chapitel ha de subir nuebe
pies/ en alto.
yten que ha de hazer ençima del dicho chapitel otro/ chapitel de oja de
flandes y debajo del dicho chapitel/ ha de hazer un chapamento alderredor para
despedir/ el agua afuera.
yten que ha de tener quatro piramides en los quatro/ cantones de la dicha
torre conforme lo demuestra la/ dicha traza y han de tener las dichas piramides
cada/ una de ellas ocho pies de alto hasta las beletas y/ cruzes las quales han de
ser de fierro y las dichas pira-/ mides han de ser de piedra arenaza.
Yten que si el dicho maestre pedro ezediere en la obra/ y edifiçio de la dicha
torre mas de lo que en la traza/ que tiene dada pareze se le aya de pagar y
pague lo/ que dixiere el dicho señor cura Joan de hondategui/ sin que para ello
sea necessario tassaçion ni averi-/ guaçion de ofiçiales por que el dicho maestro
esta es/ su voluntad que no se lo de ni pague cosa alguna/ mas de lo que el
dicho señor cura dixiere que le han de dar y pagar. La qual dicha torre el dicho/
maestre pedro dixo se obligaba e obligo de/ hazerla y deshazerla con todas las
condiçiones y ca-/ pitulos arriba declarados poniendo todos los ofiçiales/ que
fueren menester assi de yelsseria como de can-/ teria y carponteria (sic) a su
costa dandole los dichos/ señores cura y mayordomos y claueros todos los
mate-/ riales necessarios para la dicha obra y que fuese menester/ al pie de la
dicha obra assi de ladrillo yelsso cal y arena/ y madera para el chapitel e
andamios y clauos y otras/ cossas nezessarias y con condiçion que si por
caussa/ de no le dar los dichos materiales dejase de traba-/ jar en la dicha obra
despues que la hubiere comenzado/ todoslos dias que assi dexase de trabajar en
ella le han/ de dar y pagar al dicho maestre pedro quatro Reales/ por cada un dia
y a todos lo ofiçiales que truxere/ en la dicha obra dos Reales y medio a cada
uno dellos/ y desta manera dixo que se obligaua e obligo de dar/ acabada la
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dicha torre para el dia de todos sanctos/ primero que biene deste presente año. E
los dichos se-/ nores cura mayordomos e claueros se obligaron que/ hecha la
dicha torre de la manera sobre dicha y conforme/ a la dha traça daran y pagaran
a dicho maestre pedro/ por sus manos y por las de todos los ofiçiales que/
entraren en ella çiento y hochenta ducados en esta ma-/ nera los çinquenta
ducados el primer dia que comenzare/ ha entender y trabajar en la dicha obra y
los otros/ çinquenta quando estubiere hecha la mitad della y los/ ochenta
restantes acabada y feneçida que sea la dicha/ obra y cada una de las partes por
lo que a ellas toca/ se obligaron los dichos señores cura mayordomos los vie-/
nes espirituales y tenporales de la dicha yglesia y fabrica/ della y los dichos
hernan martinez de mendiguren y proben-/ çio lopez de armentia los suyos
propios muebles e ray-/ zes abidos e por hauer e dieron poder cumplido a todos/
e quales quier Juezes e Justiçias los dhos señores cura/ e arçediano a las
eclesiasticas de su santidad y el dho/ señor diego de paternina y los dichos
hernan martinez/ y probençio lopez a los seglares de su magestad de qual/ quier
parte fuero juridiçion que sean a la juridiçion/ de las quales e de cada una dellas
se sometieron e/ obligaron e renunçiaron su propio fuero jurisdiçi-/ on e domiçilio
y la ley sit convenerit de juridiçione/ e mun judicun para que assi se lo hagan
guar-/ dar e cumplir en la manera sobre dicha como si/ sobre ello hubiera
contendido juizio ante juez com-/ petente y lo sentençiase difinitibamente y la tal/
sentençia contra ellos e cada uno dellos fuese dada/ e passada en cossa juzgada
sobre lo qual renuncia-/ ron todas e quales quier leyes fueros e derechos/ que en
su factor sea para que no les balan ni apro-/ bechen en juizio ni fuera del en
espeçial la ley y/ regla del derecho en que dize que general renunçiaçion/ de
leyes fecha que nom bala en testionio de lo qual otor-/ garon esta dicha
escriptura de conçierto ante e por testi-/ monio de miguel de luyando escriuano
publico de su mag.d [magestad]/ e uno de los del numero de la dicha çiudad de
Vitoria y/ testigos de yuso escriptos que fue fecha y otorgada/ en la dicha ciudad
y pedro de ocariz portero del Audiençia/ della y martin de Villalua criado de mi el
dicho escriuano/ y los otorgantes a quien doy fee que conozco lo firmaron/ de
sus nombres y a Ruego del dicho probençio lopez por/ que dixo que no sabia
escriuir lo firmo un testigo/ Joan de alegria diego de paternina por testigo martin
de Villalva ante mi miguel de luyando.”
Doc. 2:
Año: 1579. A.H.D. Signatura 143-9.
Resumen: En este documento se enumeran las heredades pertenecientes a
la Basílica de San Andrés de Armentia y hace una descripción de las
construcciones o edificios anexos a la propia iglesia.
“En el lugar de Armentia jurisdicion de Vitoria en presencia de/ mi Pero
Abad de Hueto notario apostolico – pareçieron presentes los/ muy magnanimos
señores chantre dignidades y canonigos de la yglesia collegial/ de Santa Maria
de la ciudad de Vitoria espeçial y nonbradamente el licenciado/ Paternina,
arcediano Diego de Paternina, Juan de Ysunça, Juan de/ Hondategui, Pedro de
Marauri, Diego de Aly y Exquibel, Juan de/ Pangua y Francisco de Cuchu todos
canonigos en la dicha yglesia colegial/ por sis y por los ausentes y dixeron al
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licenciado Paternina/ arcediano y canonigo de la dicha yglesia y vicario por el
obispo don Juan de [Quinones?] en la dicha ciudad arçiprestazgo de Armentia y
sus a-/ derentes que ellos eran señores de la yglesia de Sant Andres/ del dicho
lugar y de señor Sant Julian yglesia anexa y sufraga-/ nca de la dicha ygesia de
Sant Andres y de las casas que estan/ apegadas a la dicha yglesia y de las otras
dos casas que estan/ en el corral que son quitapecho y libres y de todas las/
otras pertenençias como era publico y notorio y por tal lo ale-/ gaban e dezian y
que en una casa que esta anexa a la dicha/ yglesia de Sant Julian no sabian
quienes ni que personas con/ poco temor de Dios y en perjuizio y daño dellos
abian/ abierto una puerta que estaba cerrada con tapias y/ cerrado otra que
estaba en la yglesia para entrar a la casa y/ sin merçed abida ni formaçion
mandase abrir la que çerraron/ y çerrar la que abrierony que reserbaban para
otro tiempo a-/ cusar a los culpados donde debiesen y pudiessen y luego/ el
dicho vicario mando para informarse llamar y tañer la can-/ pana a consejo y
tañida se juntaron Prudençio/ de Armentia, Prudençio de Greña, Francisco Lopez
de Armentia, An-/ dres de Lasarte, Francisco de Eguileta, Prudençio Lopez, Juan/
Urtiz de Armentia, Diego de Eguileta y Martin de Albiz todos vecinos/ del dicho
lugar de los quales y de cada uno de ellos el dicho/ señor vicario recibio
juramento en forma con todas las confu-/ siones y dixeron y confesaron que es
ansi que los señores chantre/ dignidades y canonigos de la colegial de Vitoria
que otro tienpo fue-/ ron de la dicha yglesia de Sant Andres del dicho lugar heran
libres/ señores de la dicha yglesia y casa principal de ella y de las casas/
quitapecho que estan dentro del claustro y corral que/ esta çerca y junto a la
dicha yglesia con todo lo edificado/ y ansi mesmo de la yglesia de Sant Julian
anexa y sufraga-/ nca a Sant Andres y de la casa y que esta teniente a la yglesia/
y que confesaba que ellos a voz de conçejo confiando que/ los señores chantre
dignidades y canonigos no reçibieran pena/ abian abierto aquella puerta y
çerrado la que estaba/ azia la yglesia y que ellos la çerrarian luego y abririan/ la
otra y les pidian humildemente les perdonasen que no/ lo arian mas – y luego en
presençia de todos los vecinos el/ dicho señor vicario vista la confesion y
notoriedad del derecho de/ dicho cabildo saco fuera de la casa a Maria Ulibarri y
sa-/ cada mando a Juan de Arcubiaga y Hernando de Exquibel canteros/
abriesen la puerta que estaba çerrada azia la yglesia/ y abierta que nadie la çierre
so pena de excomunion/ la qual [...] haziendo y que çerrasen la que abian/
abierto azia la parte del campo y lo pusieron por/ obra y los dichos vecinos
pidieron y suplicaron al dicho señor/ vicario y a los canonigos y cabildo que alli
estaban tubiesen/ por vien dexar la puerta abierta que para el gana-/ dero y para
Maria de Ulibarri tenian neçesidad tener/ alli al ganadero asta el mes de agosto
proximo/ venidero que ellos todas las vezes que sus merçedes/ mandasen
çerrarian la dicha puerta y que en todo tiempo/ confesaban y dezian era por la
voluntad del dicho/ cabildo y que pagarian la renta que sus merçedes quisie-/
sen del tiempo que ansi ellos alli tubiesen el ganadero y/ el dicho señor vicario de
consentimiento de los dichos canonigos/ dixo que ellos tubiesen alli el ganadero
y que el sabado pri-/ mero el conçejo embiase personas al cabildo a la colle-/ gial
de Vitoria a tomar su consentimiento y los dichos vecinos/ dixeron que ansi lo
arian lo qual todo paso en el dicho lugar/ a las puertas de la dicha yglesia de
Sant Julian lunes a qua-/ torze dias del mes de febrero año de mill y quinientos y
sesenta/ y quatro años – testigos que fueron presentes – Juan de Baquedano/
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PRUDENCIO DE ARMENTIA Y SU ENTORNO
criado de dicho vicario – Juan de Arcubiaga – Hernando de Exquibel/ Alonso de
Ybar y otros muchos – y el dicho Francisco de Cuchu/ canonigo y mayordomo
capitular por si y por sus partes e lo pe-/ dio por testimonio estando presentes los
dichos vezinos/ y luego baxaron todos juntos a la dicha yglesia de Sant/ Andres
donde baxo la sala de la casa y en el portega-/ do estaba un carro y pidio el
dicho canonigo Francisco de Cuchu/ a su merçed lo mandase quitar y que nadie
ponga carros ni/ enbaraços en el portegado sin licencia del cabido...”
Doc. 3:
Año: 1776. A.H.P.A. Protocolo: 1.584. Escribano: Miguel Robredo y Salazar.
(f. 509-517v).
Resumen: Este documento recoge las condiciones de cantería de las obras
que se ejecutaron en Armentia en 1776 y además viene acompañado de una
traza en la que se aprecia el resultado final de la reforma.
Condiciones de Cantteria de las Obras que se han de ejecuttar en la/
Yglesia Parroquial del lugar de Armenttia de orden de Dn Gabri-/ el Anttonio de
Guesalaga Maiordomo de fabrica de la Parroquia de/ Santta Maria de estta
ciudad, y comisionado de ella p.ª [para] el efectto en la/ forma siguientte.
Canteria
Primeramente es condicion que el Mrô [maestro] en quien se remattare/ dha
obra ha de ser de su obligacion el demoler toda la bobeda/ que se halla en el
cuerpo de la Yglesia, y el Arco que la/ sostiene al ponientte.
Ytt. que en la pared del mediodia ha de formar la Puertta principal/ para la
enttrada de la Yglesia en el paraje que oy se alla el/ Pantteon del ancho y puntto
que demuestra el Arco viejo, pues/ en dho Arco viejo se ha de colocar y trasladar
el expresado/ Pantteon, y otra Puertta p.ª [para] desde el Porttico al claus-/ tro de
la misma silleria, anchura, altura, y puntto que las/ dos y a igual disttancia de la
de en medio vien enttendido que/ no han llebar las molduras que el dho Arco
viejo, tiene, y/ otra Puerta para pasar desde el salon de sobre el/ Porttico al Coro
éstta á Arco de regla: como tambien se vaja-/ ran las figuras que se allan sobre el
Arco Anttiguo, bajandolas/ con todo cuidado para colocarlas en medio de las dos
Puerttas ven-/ tanas de la fachada, y todo con la maior solidez q.e sea posible.
Ytt. que tambien ha de solttar todos los Claustros viejos despues/ que el
carpinttero aia recojido todos los matteriales de texa,/ y maderamen que tienen
dhos claustros para aprovecharse/ toda la piedra que saliere en la obra nueva
siendo de su/ cargo el recojerlos al pie de la obra, como tam.en [también] el
desmoler/ todos los Paredones que se hallan al poniente y todos/ los demas q.e
fueren nezesariosp.ª [para] la ejecucion de dha obra.
Ytt. que ha de lebanttar la pared del costtado de la Yglesia/ hacia la partte
del Nortte segun esttá su cimiento enla-/ zandola con la del poniente sobre un
arco q.e se formara/ en el claustro Nº 1 y por lo intterior de la Yglesia ha/ de ser
silleria vien aplomada, y atizonada, y sin/ picar la piedra lo menos que es posible
para que asi/ imitte a lo demas; y sobre dho Arco formará otra Puer-/ tta en el
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mismo Coro p.ª [para] desde él, poder pasar al suelo/ que ha de haver sobre el
claustro del Norte.
Yt. que tam.en [también] ha de lebanttar todos los Paredones que/ miran al
ponientte, y nortte de mamposteria for-/ mando la Torre en la Esquadra del
Caracol ála/ partte del Nortte según la plantta que demuestra la/ traza, vien
aplomadas y atizonadas, con buena mez-/ cla de cal, y Arena; y los dos Arcos
que caen en dho cla-/ ostro de piedra silleria de medio puntto que el del/ Nº 1
sirve p.ª [para] sostener la nueva pared que ha de zer-/ rar todo el costtado de la
Yglesia como va dho el del/ Nº 2 p.ª [para] el cuerpo de la nueva torre, y sobre
estos for-/ mará otros dos Arcos de puntto subido de mamposte-/ ria arrajola p.ª
[para] q.e no trabajen tantto los primeros/ y tenga dha torre y pared maior firmeza
con buena/ mezcla de cal y Arena, levanttando esttas paredes/ astta la altura que
pida el tejado de la Yglesia/ con toda solidez y según Artte.
Ytt. que tambien ha de levantar todos los Paredones que demu-/ estra la
plantta de la Hauitacion de el s.or Cura en los/ gruesos que demuestra dha plantta
tam.en [también] todos de/ mampostteria todo en la forma q.e arriba va dicho/
escepttuando lo q.e cae a la fachada del mediodia q.e ha/ de ser de silleria p.r lo
estterior.
Ytt. que tambien ha de formar la sacristtia segun y confor-/ me demuestra la
traza tambien por todo lo estterior de/ silleria, y por lo intterior de mamposteria,
formando/ su Puertta de Arco de Regla en el sittio q.e manifiesta/ la traza tambien
con sus esconces y capialzado de silleria/ y enfrente al otro lado demostrara otra
Puerta igual/ de prespecttiba calando la pared en dos onzas de profun-/ didad p.ª
[para] q.e asi hagan una simetria en el Presviterio;/ como formar los cinco Arcos
que manifiestta la traza/ en el Porttico en la misma forma que diseña la plan-/ tta
tam.en [también] todos de silleria como lo demas de la fachada/ hastta la altura de
la cornisa que estta demostrada/ en el sittio, y proseguir dha cornisa en la misma/
manera q.e va la que ahora se ha hecho nuevamente/ estta solo se hará en lo q.e
toca á ttoda la tirada/ y fachada del mediodia con las Cornisas viexas/ y carttelas
de piedra que se hallan en las paredes/ del Porttico y de la partte del Nortte.
Ytt. que tambien formará todas la venttanas q.e demues-/ tra la traza, y
colocará las rejas nezesarias todas/ tam.en [también] con sus varras atravesadas
imittando a la nueva/ que ahora se ha hecho, pues aunque en la traza/ de
muestra tres venttanas para el salon de sobre/ el Porttico solo se haran dos
Puerttas venttanas/ según se dize arriba en cinco pies de acho, y nueve de/ altto
declaro tam.en [tambien] con sus rasgos, y capialzado de/ mamposteria arrajola
enlas letras M. y N. y/ las tres anttepechadas de la hauittacion de arriva,/ seran de
un igual, de tres pies de ancho y cinco de altto.
Ytt. que tambien sera de su obligacion levanttar el Pare-/ don de debajo del
Coro hastta su piso de mamposteria/ en el grueso q.e demuestra la plantta.
Ytt. que tambien ha de formar las gradas del Presbiterio/ según demuestra
la traza con su vozel y filete/ como el hazer treinta sepulturas con sus/ adoquines
q.e se considera abrá a donde escoger losas/ p.ª [para] ellas formano sus
tripeaños y adoquines nezesa-/ rios, y su carrejo en medio de todo el largo de la
Yglesia/ y enlosando el restto de ella, y su cruzero y capillas, y/ sacando la mesa
del Altar Maior lo que pidiere la/ remozion del Retablo, y levanttando las otras/
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dos mesas de Nrâ S.ra [Nuestra Señora] y S.n Prudencio lo que/ pidiere el
terreplen de la Yglesia á nibelacion/ del Porttico.
Ytt. es condicion q.e la persona en quien se remata-/ ren dhas obras haya de
pagar p.r el trabajo/ que ha havido en su traza y condiciones noven-/ ta R.s V.on
[reales de vellon] y si se remattaren por partes/ dha cantteria, carpinteria y
Albanilleria/ haia de pagar cada uno de los Maestros de las/ tres clases â treintta
Reales v.on [vellon].
Ytt. se previene y adviertte que mediantte ha haverse acor-/ dado en Juntta
de Parroquia en virtud de la decla-/ racion echa p.r D.n Fran.co [Francisco] de
Echanove Mrô [maestro] de obras/ que se hizo presentte en ella estte dia, de
hallarse/ en nezesidad urgentte y precisa la Torre de dha/ Yglesia de demolerla, y
rebajarla por el grave peligro/ y ruina que amenaza: Es condicion por lo
respecttibo/ al Canttero de derribarla hastta los cimienttos, in-/ clusive esceptto el
paño unido a la sacristtia vieja;/ y la astta enttera de ladrillo que tiene, y la
canteria/ de ella con el maior cuidado, á fin de que se pueda/ aprovechar sin
detrimentto todo el ladrillo que ha/ de servir, y aprovecharse por el Mrô [maestro]
Albañil/ á veneficio de dha Yglesia; y respectto de que es de/ la inspeccion y
cargo de el Mrô [maestro] Carpintero el/ rebajar el tejado de la torre de dha
Yglesia sus cam-/ panas y los matteriales de Carpintteria que en/ ella se hallan
serà de su cuentta, y cargo el/ hazerlo y no del Mrô [maestro] Canttero.
Ytt. es condicion q.e haviendose determinado en la refe-/ rida Juntta del dia
presentte de fabricar de nuevo/ una torre para el servicio de dha Yglesia/ en el
sitio y lugar q.e demuestra dha traza/ en la letra P. que es juntto à el caracol que/
ha de seruir de escalera p.ª [para] la dha torre, y estta/ se ha de ejecuttar por el
Mrô [maestro] en quien se rematare/ su obra de cantteria, levanttando el quadro
que/ demuestra la plantta en quarentta y nueve pies/ ô mas de altura si lo pidiere
hastta la cornisa/ principal, la que se ha de colocar a una nibelaz.on [nivelación]/
con el gallur del tejado de la dha Yglesia, y sobre/ estta nibelacion ha de subir
dha cornisa princi-/ pal p.ª [para] q.e sobre ella se forme y haga el cuerpo/ de
campanas, el q.e ha de tener veintte y ocho/ pies de altura, i su ultima cornisa,
colocando/ quattro troneras ô Arcos, a la medida de las/ campanas maiores de
modo que puedan bolte-/ arse consu yugo desaogadamente, y que los/ Arcos de
dhas Campanas sus Cornisas, y las qua-/ tro Esquinas de dha torre ha de ser de
sille-/ ria de la misma piedra demolida en dha Yglesia/ y asi mismo se ha de
concluir su rematte con/ tejado poniendo en medio la veletta vieja/ y piramides de
la referida torre demolida/ lo q.e ha de ser de quentta de dhô Mrô [maestro]
Carpin-/ tero, como tam.en [también] el subir y colocar dhas/ Campanas, y
ponerlas en sus sitios respecttibos/ con sus yugos y clavazon nuevo que han de
ser/ tam.en [también] de su cuentta.
Ytt. se previene aunque no và especificado, q.e dho cantero/ haia de solttar
la pared vieja q.e oy se halla à la/ enttrada de la Yglesia, p.ª [para] volberla à
levanttar/ en el mismo sittio en el gureso de quattro pies desde/ el pabimentto
hastta el Salon, tres pies y medio desde/ el salon hastta el Guardapolbo y de alli
hastta el/ tejado tres pies; y de silleria la partte del Portico sola-/ mentte; todo lo
demas de mamposteria, dentro y fuera.
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Ytt. que la pared nueba del norte denttro de la misma/ Yglesia, cuio
cimientto esttà levanttado ha de tener/ los mismos guresos que van esplicados
en la del/ capitulo prezedentte.
Ytt. que la pared del nortte donde cierra el claus-/ tro ha de tener de gureso
en su cimientto en el/ paraje donde se ha de levanttar la nueva torre/ seis pies, y
desde el pabimentto hastta arriba/ cinco pies; y consiguienttemente el Arco Nº 2
ha/ de ser de cinco pies de grueso: lo resttantte de la/ tiraza de estta pared ha de
ser en su cimiento/ quattro pies, y desde el pabimentto hastta el techo/ del
claustro tres pies y medio, y lo restante tres pies.
Ytt. q.e la Pared del ponientte que cierra la Yglesia/ cuio cimientto esttaba
lleno en el gureso de quatro/ pies se ha de levanttar desde el pabimentto astta/ el
tejado en el gureso de tres pies.
Ytt. q.e las paredes nuevas de la sacristia han de tener en su/ cimientto tres
pies, y lo resttantte astta el tejado, dos y medio.
Ytt. q.e la fachada de Arcos del Porttico han de tener en su/ cimientto quatro
pies, y desde el pabimentto hastta el/ primer suelo tres pies, y desde alli hastta el
Guarda-/ polbo dos y medio, y de alli hastta el tejado dos pies.
Ytt. q.e la havittaz.on [habitación] del Cura ha de tener en su cim.to [cimiento]
tres/ pies y medio, y desde el pabimentto astta el primer suelo/ tres menos
quartto, y de alli, al tejado dos y quartto pies.
Ytt. q.e la pared de debajo del Coro sea en su cim.to [cimiento] dos pies, y/
de alli astta reciuir los quarttones dos menos quartto.
Ytt. que respectto se han de echar los tejados à quatro/ Aguas es condicion
del Canttero el que haia de/ dejar todas las paredes donde se han de fijar los
bue-/ los de dhos tejados en una Nivelacion con las/ Cornisas que se hallan
colocadas en el cruzero/ del mediodia.
Ytt. q.e anttes de echar dhos tejados ha de ser de la obligaz.on [obligación]/
del Canttero el tener desmonttada la torre p.ª [para] q.e no per-/ judique el
poderlos ejecuttar p.r/ el embarazo q.e haze y peli-/ gro q.e amenaza. Victoria Maio
27 de 1776.
Nicolas Antonio de Aramburu.
[Aquí se adjunta la traza].
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Ilustración 41. Traza adjunta al Documento 3
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3.2.3.2.3.-Vaciado de fuentes gráficas
Como parte del proceso de investigación planteado, se ha procedido al
vaciado de las imágenes (tanto dibujos como fotografías) existentes en los
archivos. Han sido principalmente dos archivos los que han ofrecido resultados,
el Municipal de Vitoria (A.M.V.) y el Servicio de Catastro de la Diputación Foral de
Álava, en cuyos fondos se han localizado diversas fotografía aéreas que nos han
permitido no sólo conocer y observar los cambios acaecidos en la Basílica y su
entorno desde comienzos del siglo XX sino también poder analizar restos de
estructuras soterradas bajo el subsuelo de las campas de Armentia.
3.2.3.2.4. Trabajos pendientes
Los resultados alcanzados hasta el momento, como ha quedado reflejado
más arriba, han sido muy fructíferos, sin embargo, aún queda una gran cantidad
de documentación por revisar que, con seguridad, aportará nuevos datos al
estudio integral de la Basílica.
Entre las tareas pendientes se encuentra seguir con el análisis de los
protocolos de los escribanos de Vitoria existentes en el Archivo Histórico
Provincial de Álava (A.H.P.A.), de los que, teniendo en cuenta que existen unos
cuatro mil volúmenes, se ha examinado una pequeña parte. Además, se ha
podido comprobar que aún queda documentación por revisar en el Archivo
Histórico Diocesano (A.H.D.) de Vitoria, siendo conveniente, como ha quedado
representado tras el análisis de algunos de sus documentos, acudir también al
Archivo de la Catedral de Calahorra. Así mismo, es de gran interés analizar con
mayor detalle los Libros de Actas del Archivo Municipal de Vitoria (A.M.V.), que
recogen información desde finales del siglo XV hasta la actualidad, y de los
cuales, sólo se han podido consultar algunos volúmenes del siglo XVI. Una vez
finalizados estos trabajos, no descartamos la idea de acudir a otros archivos
fuera del territorio alavés, como al ya mencionado de la Catedral de Calahorra o a
los archivos de la Real Chancillería de Valladolid y el General de Simancas.
A modo de ejemplo, exponemos a continuación una muestra de algunos
documentos de gran interés que ya han sido localizados pero están aún
pendientes de transcripción:
Año: 1486. A.H.D. Carta de los Reyes Católicos sobre las alcabalas. Vitoria
Año: 1488. A.H.D. El Rey don Fernando y la reyna doña Ysabel manda por
carta y sobre carta que aqui esta que los canonigos de Armentia no paguen
alcabala de lo que vendieren, ni losque dellos comparen de primera compra,
dada en Çaragoza. N. 11.
Año 1495. A.H.D. Carta original de los Reyes Católicos al Papa pidiendo la
traslación de la Colegiata de Armentia a Vitoria,
Año 1495. A.H.D. Documentos sobre la traslación de la colegiata:
requerimiento a los canónigos de Armentia, carta de los RR.CC. Requisitoria de la
ciudad. Los Reyes Catolicos escriben por segunda vez al cabildo de Armentia
sobre la traslación. La ciudad con segunda çedula de los Reies Catholicos
requiere al chatre y cabildo que otorgen poder al canonigo Maturana para que
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suplique a su sntidad la trasladaçion. Dan sus respuestas, es signada de Pero
Martinez de Marquina con sobresigno de Diego Martinez de Alaba.
Año: 1496. A.H.D. Cuadernillo con la BULA DE TRASLACIÓN DE 1496.
-capítulos y ordenanzas de la iglesia colegial de Vitoria, 1498.
-ceremonial de la Visita del obispo
-visita de 1784
-Tres traslados autorizados de la Bula de Traslación de la Colegiata de
Armentia a Santa María de Vitoria, del año de 1496, copias de 1563, 1625, s/f.
Cuadernos con cubiertas de pergamino.
Año: 1498. A.H.D. Bula de Alejandro VI sobre concesión de un beneficio.
Año: 1531. A.H.D. Cédula real contra el Dr. Argómaniz por hauer ynpetrado
la quarta parte de los frutos de los diezmos del lugar de Armentia para la
dignidad de thesoreria.
Año: 1531. AH.D. Prouision para que se busque en el archibo una escritura
de union que se yço en la yglesia de Armentia y se entregue al alcalde de la
ciudad de Vittoria. Signatura: 143-2.
Año: 1533. A.M.V. Condiciones para la construcción de un lavadero en el
Prado de Armentia para lavar lana. Signatura: Libro nº 12 (1529-1536) folio 141v142.
Año: 1567. A.H.D. Decima de 1567: décima del trigo del lugar de Armentia.
Signatura: 143-7.
Año: 1575. Escritura de arrendamiento de heredades en Armentia.
Signatura: 143-5.
Año 1579. A.H.D. Derribo y reedificación de una pared de la iglesia de San
Julián de Armentia. Signatura: 143-6.
Año 1583. A.H.D. La vecina de Armentia, Cristina de Armentia se obliga a
pagar al chantre y canónigos de Vitoria una fanega de trigo y una de cebada de
renta. Signatura: 143-8.
Año: 1591: A.H.D. Pleito entre las yglesias de San Andres e San Julian del
lugar de Armentia y del concejo e vecinos del dicho lugar con el chatre cauildo e
dignidades de la yglesia colegial de la ciudad de Vitoria. Sig.: 143-7.
Año: 1600. A.H.D. Apeamiento de las eredades de Armentia que son de la
parrochia de Sancta Maria que las dejo Juan de Induxi. Signatura actual: 143-12.
Año: 1640. A.H.D. Concordia con el arcipreste de Armentia sobre servicio
de los santos òleos, pleito. Signatura: 143-21.
Año: 1710. A.H.D. Asistencia a procesiones de San Prudencio, San Marcos
y San Andres, y en Armentia. Retribución a los asistentes. Signatura: 143-15.
Año: 1712. A.H.D. Las casas y habitaciones del cabildo de canónigos están
libres del tributo de Yrundiru y demás pechos. La casa quita-pecho de Armentia
no estaba obligada a traer ramos la Víspera de San Juan a Vitoria. (Parecer del
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licenciado Ambrosio Berueco Samaniego. Abalos, 1 de julio 1712). Signatura:
143-16.
Año: 1779. A.H.D. Extracto y razon de los valores liquidos de diezmos, y
primicias pertenecientes al arciprestazgo de Armentia. Signatura: 143-18.
Año: 1797. A.H.D. Escritura en la que el pueblo de Armentia solicita y recibe
3.000 reales del cabildo de Santa María para construir un molino en el término de
Requera. Signatura: 143-7.
Año: 1786. A.H.D. Poder que da el cabildo a sus representantes, para
defender sus derechos en Armentia y el mortuorio de Sarrazuri, jurisdicción de
Vitoria. Signatura: 143-19.
Año: 1802. A.H.D. El provisor de Calahorra sentencia sobre diezmos (o
territorios que han de dezmar en Armentia) en litigio entre la colegiata y la
universidad de parroquias de Vitoria. “el rollo o alto de justicia”. Signatura: 14320.
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3.3. Análisis Constructivo
3.3.1. Patología de la edificación
Durante el proceso de toma de datos para el estudio se ha detectado una
serie de problemas del edificio que, de no ser subsanados, pueden llevar a su
colapso a medio plazo. Básicamente se trata de los que dieron origen a la
intervención de recalce que en la zona este de la Basílica se realizaron en 1967,
agravados por la modificación de las condiciones del terreno que trajo consigo y
por la urbanización de la plaza hacia el sur.
Se pueden clasificar en dos grandes grupos:
a) Estructurales
La Basílica de San Prudencio se asienta sobre una colina que desciende
hasta el lecho de un río, hacia el noreste. El subsuelo, tal como han revelado las
excavaciones, está constituido por una base de gravas y arcilla impermeable de
comportamiento muy variable con la humedad.
Las cimentaciones de la obra antigua que han podido descubrirse son
bastante flexibles (sillares sobre cama de mampostería) en la zona del crucero y
más rígidas (sillares sobre lecho de hormigón de cal) en la nave. Las de la obra
de mampostería son poco profundas y de piedra suelta irregular de pequeño
tamaño.
Estos hechos, combinados, han debido provocar movimientos diferenciales
muy importantes a lo largo del tiempo. El principal de ellos, tendente al
deslizamiento en ladera por la zona de cabecera y sacristías, trató de detenerse
en la intervención de 1967 con un recalce profundo de hormigón ciclópeo.
Las grietas selladas en esa fecha como consta en fotografías y en los
informes de obra están volviendo a abrirse y, por tanto, activas en la sacristía y
bóvedas de levante. Las de la parte inferior de la cabecera, no obstante,
permanecen cerradas.
Ello es probablemente debido a que dicha zapata ha constituido una
rigidización diferencial de la cimentación, obligando al resto del edificio a
adaptarse a un cambio sustancial de las condiciones de apoyo para el que no
había sido diseñado. No se han corregido los empujes horizontales de las
bóvedas y, además, se impide que los muros sean suficientemente elásticos para
absorber deformaciones en su base, con lo que las roturas deberán aparecer a
media altura, como así está sucediendo.
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Ilustración 42. Grietas en la bóveda de la cabecera
Recientemente se ha venido abajo el falso techo tabicado de la sacristía del
lado del evangelio, probablemente por la debilidad que le confería su
deformación por deslizamiento de los cerramientos portantes. La del sur también
se halla agrietada por la misma razón. Dos de las paredes que la confinan han
sido atadas en su base, mientras que las otras dos quedan libres, acentuando las
deformaciones.
Se estima necesario, antes de la redacción de un proyecto arquitectónico
de restauración, el registro de todas las grietas activas e inactivas con sistemas
topogramétricos exactos. La comprobación de los movimientos antes y después
del recalce, a través de sus huellas en los muros, nos dará idea de la verdadera
magnitud y origen de los mismos. Trabajando sobre certezas comprobadas, y no
sobre hipótesis, podremos adoptar medidas que eviten la paulatina (y en algún
caso rápida) degradación del edificio, antes de que sea irreversible.
b) Derivados de la humedad del terreno, capilaridad y filtraciones.
Se ha excavado hasta el firme subyacente a uno y otro lado del muro de
mampostería que cierra el edificio actual por el norte. Esto ha permitido constatar
a simple vista lo siguiente:
La cimentación de este paño está realizada con mampuestos irregulares
toscamente ligados con una argamasa probablemente de cal viva y arcilla. Se
pueden apreciar los caliches producidos por una mezcla poco batida, que
constituye un mortero muy permeable. En algún caso esta pared se asienta
directamente sobre rellenos relativamente esponjosos.
El terreno superficial lo constituyen distintas capas de relleno hasta una
profundidad de 1m aproximadamente, en que ya aparecen unas margas poco
permeables. En consecuencia podemos hablar de unos estratos que posibilitan
el filtrado de aguas hasta el firme.
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Al retirar estos rellenos se puede constatar que en épocas de lluvias
copiosas o deshielo el agua embalsada en los elementos horadados en el
substrato (tumbas, fosos) alcanza niveles muy altos. Este depósito se mantiene
durante días sobre la capa de margas en zonas totalmente protegidas de la
lluvia, lo que hace pensar en filtraciones a través de los rellenos de grandes
cantidades de líquido. Los restos humanos encontrados en la zona norte al
interior se hallaban lavados, pero no tan deteriorados como cabría presumir de
haber estado expuestos largo tiempo a las inundaciones. Resulta poco probable
que éstas se hayan producido históricamente, luego su origen hay que buscarlo
en una modificación de los desagües superficiales y de subsuelo.
El terreno forma una ladera con pendiente hacia el noreste. Sólo en el
entorno de la edificación se puede hablar de un altozano casi horizontal. En el
frente sur, la carretera desciende con una pendiente menor que la de la plazoleta
triangular situada ante el pórtico, de manera que ésta tiene caída hacia la fachada
de la Basílica. En los otros tres costados un camino pavimentado sensiblemente
horizontal, separado unos cinco metros de los paramentos, bordea el conjunto.
Por el lado de poniente, este camino vierte sus aguas hacia la iglesia.
En los muros del sur se aprecian humedades allí donde se genera la
limahoya del pavimento enlosado. En el este, norte y oeste son más
generalizadas, con especial incidencia en el ábside y noroeste, por un lado, y en
el encuentro entre el cuerpo de la iglesia y la casa cural, al oeste, por otro.
Analizando
interesantes:
fotografías
antiguas
pueden
observarse
algunos
datos
La cota del terreno en la zona norte antes de la urbanización parece mucho
más baja que la actual. Aparentemente no existía el altozano que delimitan los
viales pavimentados que bordean las caras septentrional y de levante.
Ilustración 43. La Basílica de Armentia desde el sudeste antes de la urbanización.
A.M.V. Yan-10x15-78.4. C. Yanguas Alfaro
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La carretera que pasa frente al pórtico presentaba una cuesta más marcada,
lo que hace presumir que no formara una superficie con caída hacia éste. Si así
fuera, la ausencia de un pavimento poco permeable no permitiría la formación de
una vertiente de escorrentía.
El recalce de cimentación al este es susceptible de convertirse en un dique
para las aguas que discurran sobre la capa de margas, lo que podría ser causa
del empapamiento de los paños en estas zonas.
Lo que ahora es un altozano al norte, en los jardines, ha estado hasta
fechas muy recientes construido. Parece que en torno al antiguo cementerio
existían edificaciones hasta hace unos 50 años. El efecto paraguas que las
cubiertas pudieran producir preservaría en parte de filtraciones el área que
presumiblemente ocupa el entorno de la gran zanja o foso recién descubierto,
pudiendo hipotéticamente evitar o paliar la captación de aguas que fueran
conducidas por gravedad directamente hacia los pies de la nave, pasando por el
muro norte de mampostería y toda la zona intermedia de enterramientos.
Ilustración 44
De todo lo anteriormente expuesto cabe concluir que debería corregirse el
error que supone cerrar con un dique la parte más baja del terreno, mediante la
disposición de drenajes a la altura de la capa impermeable en la zona norte y
este del crucero, así como en el exterior de la cabecera.
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La humedad capilar ha facilitado la fuerte pérdida de cohesión de la piedra
en zonas bajas del este. Por el tipo de material se ha producido una erosión
notable aún cuando no son abundantes hongos, eflorescencias o manchas
negras.
La acumulación es más evidente en el testero del norte aunque, debido
probablemente a cambios topográficos recientes, también aparece en el muro
sur y los pies de la nave. En estos casos se está produciendo una degradación
del mortero de cal de la mampostería, y la aparición de sales al interior.
3.3.2. Análisis estructurales
La Basílica de Armentia constituye, desde el punto de vista estructural, un
edificio colapsado en gran parte, una ruina remozada.
La traza inicial de planta de la Colegiata parece indicarnos una intención
formal (y, por ende, estructural) que hubo de ser modificada antes de terminar. El
escaso grosor de las paredes, su esbeltez y el peso que tuvo la bóveda de
crucería que acabó cubriendo la nave pudo ser motivo de un cambio de diseño
en obra. A pesar de las modificaciones ni en los pies ni en el transepto se
conserva aquella primera solución, arruinada probablemente por una
combinación de falta de mantenimiento e inestabilidad del substrato portante.
En 1776 se busca una solución a la vez barata y efectiva para erradicar el
problema: reducir la luz y techar con entramados ligeros de madera, ocultos con
bóveda tabicada a modo de falso techo. De ese modo se ponía fin a una falta de
adecuación del diseño que había producido problemas en los últimos 500 años.
Desafortunadamente entonces no existían los medios técnicos que hoy,
ante dificultades similares y prolongadas durante más tiempo, permiten el
mantenimiento de la forma y comportamiento estructural de edificios muy
emblemáticos de Vitoria-Gasteiz. La intervención del XVIII desvirtúa en cierto
modo la osadía tecnológica del sistema previo, adoptando otra mucho más
vulgar y convencional (aunque pragmática y eficaz).
Los conocimientos de la Basílica que poseemos después de los estudios
efectuados en los últimos años nos permiten restituir de manera virtual los
esfuerzos que soportaban las fábricas hace siete siglos. Se impone, pues,
analizarlos detalladamente para poder darlos a conocer, puesto que su
plasmación formal es radicalmente diferente a la actual. No obstante no tiene
sentido repetir, toda vez que ya no está operativa, una solución fracasada y
técnicamente poco viable con los medios actuales.
El objetivo de la restauración debe ser la puesta en valor del edificio como
sistema histórico, formal y funcional, pero también como gran maquinaria de
compensación de cargas y esfuerzos cambiantes a lo largo de su vida. Conocer
y evidenciar esas modificaciones ha de ser posible, utilizando distintos medios y
sin renunciar a ninguna, en todos sus aspectos.
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3.3.3. Análisis funcionales
Al hilo de lo manifestado como conclusión del punto anterior se impone
también el estudio de los usos cambiantes en la vida útil del objeto restaurado.
La comprensión, difusión y adecuación de los mismos nos impone unas
directrices que acotan la capacidad de decisión de los técnicos.
Es cierto que, en comparación con los de carácter constructivo, los
problemas funcionales suelen despertar mucha menos alarma social. Sin
embargo casi siempre aquellos suelen ser consecuencia de éstos por abandono
o falta de mantenimiento.
No suele intervenirse hasta que el desuso haya causado tales estragos que
amenace ruina. De hecho, el análisis histórico de la Basílica de Armentia revela
una manifestación evidente de esa causalidad. Cuando el edificio pasa de ser
Colegiata a parroquia comienza una degradación de los espacios anexos (ya sin
función) que lleva a su arrumbamiento. Sólo entonces se actúa con soluciones
drásticas y muy agresivas que podían haberse evitado si la inquietud se hubiera
despertado por la desorganización secular del sistema. Hoy estamos en
condiciones de no repetir esa equivocación.
Armentia presentaba, cuando comenzaron las investigaciones, un buen
número de dependencias sin uso, a modo de trasteros olvidados (en la zona
norte, en el sur, bajo la cubierta). Otras, como la casa cural, no cumplen los
mínimos de confort exigibles a una instalación parroquial de la entidad de la que
nos ocupa.
En consecuencia algunos elementos (bajo cubiertas, con acumulación de
escombro; escaleras y forjados de planta segunda y primera en la zona norte,
apenas transitables) amenazan ya seriamente con desestabilizarse. Las
instalaciones son obsoletas.
Nuestro reto es restaurar el Sitio de Armentia en el aspecto funcional
mediante la dinamización de usos, introduciendo otros nuevos compatibles y
poniendo al día los que ya se ofrecen.
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Ilustración 45. Propuesta de usos de la Basílica de San Prudencio y su entorno inmediato
También la historia de la Basílica aporta un buen ejemplo de esta
adecuación. El cambio de Catedral a Colegiata supuso probablemente una
reutilización de las preexistencias y una reorganización coherente del conjunto.
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3.3.4. Estudios urbanísticos
Actualmente donde antaño se erigieron complejas estructuras de
habitación, en torno a la Catedral y luego a la Colegiata, no hay sino un gran
espacio verde. La integración de los edificios que hoy se erigen en el Sitio con el
tejido urbano de Armentia está resuelta con un lenguaje sencillo que prima el
trazado de viales rodados a la generación de espacios de relación.
No obstante se ha pretendido generar una plaza, nunca antes pavimentada,
frente al pórtico del sur. Los problemas de evacuación de aguas derivados de la
alteración de cotas y el inadecuado diseño de pendientes de escorrentía ya se
han señalado en el capítulo de patología.
El carácter neutro de un área vacía delimitada por calles permite la
asimilación de las campas de Armentia al trazado de la ciudad de Vitoria. Pero el
enclave que ha crecido en torno a la Basílica se halla desvinculado de ella.
Las directrices de planeamiento apuntan a una resolución del problema,
que pasa por entender la propia estructuración de los componentes históricos
del Sitio. Claustro, necrópolis, dependencias anejas, asentamientos previos,
fosos e incluso viviendas agrícolas recientes han conformado un núcleo edificado
hoy disgregado.
La peatonalización ya prevista del vial que cruza frente a la fachada sur del
edificio posibilitará una percepción del conjunto más unitaria y acorde a lo que ha
sido históricamente.
La recuperación de espacios al oeste, que debieron existir frente a la
portada principal del templo, contribuye a devolver el carácter al Sitio. También lo
hace la disposición de los fosos en torno al edificio de la Catedral, pendiente aún
de concreción tras las investigaciones que deben afrontarse para corroborarla.
El aprovechamiento, sugerido en los posibles planteamientos de solución
aportados, de las evidencias documentadas sobre construcciones previas para la
recuperación total o parcial de superficie estructurada (dependencias
parroquiales, Área de Paz) soluciona problemas funcionales. También permite el
diálogo de la actual parroquia, concebida como volumen cerrado, con su entorno
abierto mediante una gradación espacio verde/ espacio edificado. Y, lo que no es
menos importante, mantiene el carácter singular de la diversidad de espacios
sacros, cargados de un simbolismo que han terminado de perder tan sólo hace
unas decenas de años.
Como en los aspectos señalados anteriormente, en éste podemos trazar
una evolución histórica cuya comprensión resulta fundamental para entender la
disposición actual. Y esa comprensión de nada sirve si no podemos hacer
partícipe de ella a la ciudadanía.
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3.4. Métodos de Intervención
3.4.1. Obras auxiliares previas
Dentro de las actuaciones que modifican de facto el objeto de restauración
arquitectónica tenemos que contar, antes de lo que constituye la restauración en
sí, con una serie de pequeñas obras de apoyo.
Su finalidad, por una parte, es posibilitar el estudio de campo en unas
condiciones adecuadas de seguridad y accesibilidad. Por otra, y tanto o más
importante, permitir que los ciudadanos interesados puedan conocer lo que se va
descubriendo a la vez que se limpia o excava.
A la hora de acometer estos trabajos no puede existir aún un criterio de
actuación definido sobre el edifico y entorno, por lo que estarán definidos por las
necesidades cambiantes de la propia investigación.
Evitamos toda acción destructiva sin un detallado registro previo de lo que
se va a desmontar y sin suficientes evidencias de su relevancia histórica (para
actuar en consecuencia).
Cualquier elemento que se construya deberá ser desmontable; cualquier
intervención, reversible.
En el Sitio de Armentia el plan de acotación de áreas de investigación se
trazó en primavera del año 2003, y se ha cumplido en estos dos años con
algunas variaciones poco significativas determinadas por los hallazgos
arqueológicos sucesivos.
Ilustración 46. Fases de obra civil 2003-2005
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Se comenzó con la delimitación de tres áreas de trabajo (Fase-I): una en el
interior, en las dependencias abandonadas del norte, y dos al exterior, en las
áreas septentrional y occidental (utilizada como playa de almacenamiento).
La Fase-II actúa sobre la zona del pórtico, separando las circulaciones de
entrada a la iglesia y de visita/estudio.
Las modificaciones se introducen en la Fase-III, cuando se considera más
apremiante proseguir con las excavaciones del exterior que continuar actuando
en el interior del templo.
Las obras de este primer grupo, finalizadas en julio del año 2004,
consistieron sustancialmente en el cerramiento con vallas metálicas, la
construcción de edificaciones para almacenaje de materiales, la modificación de
instalaciones de riego del entorno y la dotación de fontanería, electricidad e
iluminación.
Paralelamente se han efectuado hasta esa fecha desmontajes parciales en
el interior de la Basílica. Se han abierto puertas cegadas y se han eliminado
tabiques muy recientes, de manera que se pudieran generar nuevos recorridos.
En este grupo de labores deben incluirse las ingentes de desescombro de varias
toneladas de cascotes y residuos de las sucesivas obras y algunos derrumbes
acaecidos por falta de mantenimiento.
Por último se han construido estructuras auxiliares para la vista guiada y
para protección de lechos de excavación. Las primeras han erigido en madera
con cerramientos de vidrio y lona trasdosada con tablero hacia la zona de culto,
de manera que permitan un aislamiento acústico y térmico aceptable del espacio
litúrgico. Las segundas constituyen cubriciones textiles tensadas sobre perfiles
metálicos.
Las intervenciones de este ejercicio se han centrado en las necrópolis del
noreste, restituyendo la cubierta vegetal del lecho del este.
3.4.2. Fundamentos de la Restauración Arquitectónica
El método de intervención que nuestro equipo viene desarrollando desde
hace más de una década se fundamenta en la sistematización de los resultados
empíricos obtenidos en ese tiempo y en la reflexión teórica sobre las razones,
objetivos y límites de la restauración arquitectónica.
En el aspecto disciplinar ya se han descrito en los puntos anteriores los
protocolos de registro de datos, investigación histórica y análisis constructivo que
hemos aplicado, con mayor o menor despliegue de medios según los fines
buscados y la complejidad del objeto de estudio. La evaluación previa de todos
los aspectos nos evita una aproximación en exceso lineal que no considere en
conjunto los problemas con que nos enfrentamos.
San Prudencio de Armentia, como hemos dicho, no precisa una complicada
y cara evaluación de estado de cargas y análisis estructural, por ejemplo, pues ya
es en cierto modo una ruina. No existe la alarma social que se genera (tardía y
apresuradamente) cuando está a punto de colapsarse el sistema, pero no por
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ello debemos descuidar lo referente al evidente (y en algún caso muy peligroso)
deterioro provocado por el desuso o la obsolescencia.
Ilustración 47
Puesto que este fallo ya se ha producido en un momento relativamente
reciente de su historia, ha sido necesario hacer más hincapié en la comprensión
del palimpsesto resultante de la reparación de ese fracaso, de las huellas de un
sistema construido del cual tenemos abundantes referencias, de las motivaciones
sociales que llevaron a conferirle una importancia que hoy en gran parte ha
perdido.
Ilustración 48
Así debemos considerar cómo encauzar ese caudal de conocimientos
obtenidos de la lectura del edificio y su entorno, de la investigación histórica y del
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análisis constructivo. Y proponer cómo difundir ese saber a toda la ciudadanía
mediante adecuadas técnicas de musealización y puesta en valor.
La compatibilidad de lenguajes y el escrupuloso respeto a todas las
intervenciones históricas que conforman el sistema (desde las más recientes del
siglo XX hasta las más antiguas) hace que sea especialmente complejo en este
caso alcanzar un equilibrio.
Partiendo de los conocimientos teóricos adquiridos por nuestros técnicos
en publicaciones nacionales e internacionales, huiremos de las veleidades de
modernidad, de innovación irreflexiva o de notoriedad. La experiencia largamente
adquirida por ellos permitirá que sea el propio objeto de restauración bien
entendido el que dicte las pautas de intervención.
La labor del técnico es la de encauzar las demandas sociales, no
establecerlas, por lo que deberá trabajar en estrecha colaboración con quienes
gestionan, salvaguardan, usan, sostienen económicamente o administran el
Patrimonio. Esto es lo que entendemos por Método Democrático de Intervención.
Se buscará la restitución del entendimiento (que no de la presencia física
completa) de las arquitecturas ocultas, eliminando sólo lo que sea estrictamente
necesario para percibirlas con la suficiente perspectiva y diferenciando una obra
de otra como se habría de deslindar una obra nueva de la fábrica sobre la que se
asienta.
La imagen final del conjunto debe propiciar el discernimiento y la
comprensión global de los modelos superpuestos diferenciados, sin que uno
elimine o sepulte al otro.
En todo caso se preservarán los elementos artísticos, escultóricos o
decorativos de la arquitectura, de acuerdo con la Carta de Cracovia. Dado que
forman parte indisoluble del edificio deberán permanecer en su lugar. Sólo si son
reutilizados (no concebidos para el sitio que ocupan) y están incluidos en zonas
que deban desmontarse deberán reubicarse y exponerse adecuadamente sin
descontextualizarlos.
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4. Resultados de la Investigación Histórica
4.1. Análisis Arqueológico de la Basílica de Armentia y su
Entorno
El presente capítulo tiene como objetivo reseñar los aspectos más
relevantes de la evolución histórica de la iglesia de San Prudencio (antes San
Andrés) de Armentia, reflejada en la secuencia estratigráfica de sus fábricas y de
su entorno inmediato, que ha sido objeto de excavaciones arqueológicas. El
trabajo se basa en la identificación de cada una de las Unidades Estratigráficas
que pudieron ser detectadas en el edificio, que en un paso analítico superior son
agrupadas en Actividades, Grupos de Actividades, Fases y Períodos.
El análisis de las Unidades Estratigráficas del edificio fue realizado mediante
un sistema de registro rápido; las fichas elaboradas incluyen las características
principales de los elementos con sus relaciones estratigráficas, pero no se
efectúa su descripción pormenorizada. Por ello cobra especial relevancia la
descripción sistemática de los eslabones analíticos superiores. En el presente
estudio se ha decidido establecer una articulación basada en las Fases
Constructivas, dentro de las cuales se describirán los Grupos de Actividades y
Actividades o Unidades Estratigráficas implicadas. Para una mejor comprensión
de la forma en que se articulan dichos elementos, se ha elaborado un cuadro de
correspondencias.
Dentro de la descripción de cada Fase, Grupo de Actividad o Actividad, se
irá especificando qué elementos de rango menor pertenecen a ella; en los casos
en los que éstos no aparezcan definidos de manera expresa, se indicará entre
paréntesis con la siguiente denominación:
Actividad: A
Grupo de Actividad: G.A.
Unidad Estratigráfica: UE
4.1.1. La secuencia constructiva:
La evolución de las fábricas de la Basílica de Armentia, de su subsuelo y su
entorno se articula en 16 Fases, que abarcan un rango temporal que comienza
en el siglo XI y llega a la actualidad. Para su descripción recurriremos a una
articulación diacrónica ascendente, es decir, comenzaremos por las Fases más
antiguas hasta llegar a las más modernas.
4.1.1.1. Periodo 1. Poblamiento altomedieval e iglesia prerrománica
FASE 1. Ocupación anterior a la iglesia prerrománica.
No existen elementos conservados en los alzados de la iglesia actual que
puedan ser relacionados con esta fase, sin embargo las excavaciones
arqueológicas han proporcionado restos significativos anteriores a la
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construcción del edificio románico (ver plano nº 27). Algunos de ellos, en los que
nos centraremos durante la descripción de la siguiente fase, pertenecen a una
iglesia anterior, que puede identificarse con la sede del Obispado de Armentia, y
a unos fosos que delimitan un espacio en torno al templo.
Otros, los que corresponden a esta Fase 1, pertenecen a estructuras
semirrupestres y suelos de uso que confirman una ocupación de la zona en un
momento anterior a la delimitación del espacio en torno al templo.
G.A. 1. Rellenos naturales con materiales arqueológicos
Los primeros indicios de actividad antrópica los encontramos sobre la
superficie geológica del cerro, que ha estado expuesta en diversas zonas y en
diferentes momentos, aunque, dependiendo del tipo de estrato geológico que
aflora, el grado de perduración de restos materiales de las actividades humanas
es mayor o menor.
En la superficie excavada afloran cuatro tipos de estratos geológicos. El
más antiguo corresponde a las calizas margosas locales (cayuela), en el que no
se encuentra ningún material arqueológico. Sobre él se sitúa un estrato de
margas arcillosas blandas, en el que en algunos casos aparecen intrusiones de
carbones y fauna, posiblemente correspondiente al momento de la formación del
estrato. El siguiente estrato está formado por gravas, con tonalidades
amarillentas y marrones, en el que también es habitual la inclusión de restos
vegetales y animales. Por último, encontramos un estrato de arcillas marrones,
de un grosor similar en todas las zonas en que ha sido documentado, que se
sitúa entre 5 y 15 cm. y que siempre aparece directamente sobre las gravas. En
él es habitual encontrar materiales arqueológicos, pese a lo cual lo consideramos
de origen geológico.
Las unidades estratigráficas consignadas en la actividad 1 corresponden a
partes del último estrato geológico, que en diversos momentos ha sido utilizado
como superficie de circulación, y en el que, dada su naturaleza arcillosa, las
actividades que se desarrollasen sobre él provocaron que en su superficie se
incrustasen diferentes materiales arqueológicos.
Por ese uso en diferentes momentos, su fiabilidad cronológica es escasa.
Se ha optado por incluirlo en esta primera fase, ya que es el momento en el que
se inicia su uso y también en el que mayor superficie de este estrato se
encuentra expuesta.
G.A. 5: Restos de hábitat
Los primeros restos que podemos identificar con un hábitat previo a la
primera iglesia de Armentia, posiblemente la sede del obispado, corresponden a
estructuras semirrupestres, cortadas por los fosos que delimitan el espacio
eclesial en torno al templo.
Los primeros vestigios, realizados directamente sobre el sustrato geológico
son dos rebajes, (A.6 y A.120), posiblemente relacionados entre si. Uno de ellos
a su vez está cortado por otro rebaje de esta misma fase (A.2), lo que nos indica
una sucesión de estructuras previas a la delimitación del espacio eclesial.
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Sin embargo, todos los materiales aportados por las amortizaciones de
estas estructuras (A.7) ofrecen unas cronologías muy similares, siempre
posteriores al siglo X:
G.A.2 Después de la amortización de los primeros rebajes en la roca
encontramos una zanja con orientación noroeste-sudeste (A.2) de funcionalidad
indeterminada. Interpretándola en su conjunto, posee planta rectangular con
unas dimensiones máximas conservadas de 3,25 metros de longitud, 2,25 de
anchura en la parte superior y 1,6 m. en la base. Sus paredes presentan una
ligera inclinación en la zona que cortan al estrato geológico compuesto por
gravas mientras que, en la parte en la que cortan a la arcilla natural, es
prácticamente vertical. En el
extremo situado más al este, se
observa como el lateral norte
empieza a girar en lo que
podemos considerar, con todas
las reservas al conservarse
solamente
un
pequeño
fragmento, su final por este
lado.
La amortización de esta
zanja (A.3) estaba formada por
varios rellenos sucesivos (UE.
1169, 1168, 1167, 1166, 1165,
1160) en los que se alternan
estratos compuestos por arcilla
y cantos -muy similares al del
nivel geológico del lugar- con
otros, en los que aparecen
abundantes restos antrópicos clavos
de
hierro,
restos
cerámicos de época romana y
medieval, fragmentos de estuco,
teja, restos óseos animales y
carbones-.
Ilustración 49. Actividad 2
Este tipo de rellenos nos
indica un uso de la zanja como tal, expuesta a los arrastres y parcialmente
colmatada por sedimentaciones fruto de procesos erosivos naturales,
desechando otras posibilidades, como su pertenencia a una zanja de robo de
estructuras anteriores.
Para esta interpretación, además del tipo de estratos que la colmatan, hay
que añadir la falta de restos de argamasa y piedras que habitualmente aparecen
en los robos de estructuras construidas.
G.A. 3. Hábitat temporal dentro de la zanja
Sobre la superficie del último de los estratos de sedimentación, UE. 1160,
se realizan varias acciones para acondicionar lo que quedaba visible de la zanja
como espacio de habitación (A.4).
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Para ello se realizan dos rebajes (UE. 1162, 1163-1154), que interpretamos
como agujeros para colocación de postes y otro (UE. 1164) de planta
rectangular, que alojaría un hogar, del que se conservaban escasos restos de
carbones y piedras con evidencias de haber estado expuestas al fuego.
Estos restos son los primeros, dentro de lo excavado, que podemos definir
con seguridad como pertenecientes estructuras de habitación, dado que la zanja
y los rebajes anteriores a ella no nos ofrecen una funcionalidad clara.
Una valoración preliminar de los materiales arqueológicos asociados a
estas actividades no permite fecharlas con anterioridad al siglo XI, pese a la
aparición, en estos mismos contextos, de materiales de cronología anterior,
fundamentalmente romanos.
G.A. 4. Fondo de cabaña.
En la zona 5000, cortado por un foso que asociamos a la iglesia
prerrománica, se encuentra una estructura semirrupestre (A. 5). Se trata de un
rebaje en el terreno natural
con planta rectangular aunque
conservada
parcialmente-, con el fondo
plano
aunque
bastante
irregular. Sus dimensiones son
de 3,75 m. de anchura nortesur, una longitud conservada
de 1,51 m. este-oeste y una
profundidad de 35 cm.
No aparecieron sobre el
fondo restos de suelo ni de
ocupación, pese a lo cual, la
interpretación
que
consideramos más apropiada Ilustración 50. Actividad 5, cabaña semirrupestre
a este rebaje es como parte de
un fondo de cabaña, perteneciente al hábitat anterior a la realización de los fosos
que delimitan el espacio en torno a la iglesia prerrománica.
Menos simple es la asociación de este rebaje a las otras actividades
descritas en esta fase, ya que tanto podría ser coetánea a la actividad 6, con la
que le unen, en lo que conocemos de ambas, similitudes tipológicas, como con
la actividad 4.
Los materiales arqueológicos que forman parte de sus amortizaciones
tampoco nos ofrecen mayor ayuda. Pese a que estamos en una fase preliminar
de su estudio, las primeras aproximaciones delimitan un marco cronológico muy
estrecho para todas las unidades estratigráficas excavadas.
En todo caso podemos afirmar que todas las actividades humanas
documentadas hasta el momento ofrecen una cronología posterior al siglo X d. C.
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FASE 2. La Iglesia Prerrománica.
Si bien no se conservan elementos en los alzados de la iglesia que
pertenezcan a este primer edificio de culto, se han detectado numerosas
evidencias de su existencia (ver plano Nº 28).
Del edificio propiamente dicho sólo se conserva parte de la esquina
noroeste, formada por un sillar de lumaquela tallado a picón del que parten dos
muros de mampostería en dirección sur y este, recuperados en la excavación
arqueológica de la zona 2000 y,
en la zona 4000, la zanja de
cimentación y una pequeña
parte de su relleno de la
esquina sudeste (G.A.6, A 8).
Ilustración 51. Esquina sudeste de la iglesia prerrománica
La orientación de estos
elementos,
ligeramente
desviados hacia el SE respecto
a la orientación de la Basílica,
ha permitido relacionarlos con
elementos
posteriores
conservados en la zona de la
sacristía vieja (el espacio al
norte de la cabecera, en la
actualidad
utilizado
como
museo). Nos referimos a la
presencia de un contrafuerte al
exterior del cierre oriental del
crucero,
cuya
orientación
coincide con la de las
cimentaciones antedichas, así
como a la orientación de unos
muros desaparecidos al este de
dicha sacristía, reconocidos
gracias al corte para el
expolio de los materiales
constructivos realizado
en el momento de su
derribo (A 67).
Ilustración 52. Planta con la orientación de la iglesia actual (rojo) y la de
los elementos reconocidos en alzado y hallados en excavación (azul)
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Los
elementos
reconocidos en alzado, a
pesar de no pertenecer a
esta fase, adquieren
importancia por haber
sido construidos en un
momento en el que aún
se conservarían restos
de los muros de la iglesia
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primitiva, cuya orientación condicionaría la de los nuevos elementos edificados;
por ello, los restos del robo de un arco (U.E. 10299) que se apoyaba en el muro
oriental del crucero llevan esa extraña (en la actualidad) alineación hacia el NE.
Los elementos detectados nos permiten reconocer de manera general las
dimensiones de la edificación primitiva, así como su emplazamiento y
orientación. Carecemos de momento de elementos de juicio para determinar el
tipo de planta de esta primera obra ni la cronología de su construcción.
G.A. 8. Delimitación del espacio eclesial
Sin embargo sabemos que en el siglo XI se delimita el espacio eclesial en
torno al templo, bien sea coincidiendo con su construcción, bien sea con la
iglesia ya en funcionamiento, construyendo varios tramos de fosos a su
alrededor.
Antes de iniciarse la apertura de los fosos se produce una amortización de
estructuras anteriores que se situaban por donde iba a transcurrir su trazado (A.
9).
El tipo de rellenos de estas colmataciones, y la similitud de los materiales
arqueológicos asociados a ellas y los encontrados en los niveles de uso de los
fosos, pueden interpretarse como un signo de cercanía cronológica entre ambas
acciones y por tanto de una colmatación unitaria e intencionada.
Tras las quedar el terreno nivelado se inicia la excavación de los fosos
(A.10). En las cinco zonas en las que se intervenido hasta el momento han
aparecido tramos de grandes zanjas excavadas en el terreno natural o, en
algunos casos, cortando evidencias de la fase 1.
Ilustración 53. Fosos en las zonas 1000, 2000, 3000, 4000 y 5000
Se trata de zanjas de fondo plano con los laterales en talud más o menos
pronunciados y con una regularidad diferente dependiendo del estrato natural en
el que están excavados. Presentan plantas curvas excepto el tramo excavado en
la zona 5000.
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En el estado actual solamente tenemos un tramo con el trazado completo,
el correspondiente a la zona 4000. Los dos tramos de las zonas 1000 y 2000 se
encuentran tan cercanos que, necesariamente, han de corresponder a la misma
zanja. El tramo de la zona 3000, aunque presenta unas características y medidas
muy similares a los dos anteriores, también tiene unas diferencias importantes en
cuanto al trazado y se encuentra suficientemente alejado como para poder
pertenecer a un tramo diferente. Esto es claro en el tramo existente en la zona
5000, del que conocemos uno de sus extremos, el situado al norte, pero no su
trazado completo, aunque por el lado sur no puede enlazar con ninguno de los
otros, ya que el adyacente por ese lado, el de la zona 4000, está completo.
Por todo lo señalado optamos por hacer una descripción de cada uno de
los tramos por separado, antes de intentar realizar una aproximación al trazado
completo.
El tramo de la zona 1000 conserva una longitud de 3,35 metros. Los
laterales están realizados en talud, conservando una anchura en la parte superior
es de 3,30 metros y en la inferior de 1,20 metros, con una altura máxima de 1,09
metros.
El tramo de la zona 2000, con una longitud de 3,75 metros, tiene una
anchura en su parte superior de 3,25 metros, 1,25 metros en el fondo y una altura
conservada es de 1,20 metros
El tramo de la zona 3000 tiene una longitud de 4,60 metros, 3,40 metros de
anchura en su parte superior, 1,10 en la inferior y una altura de 1,10 metros.
En la zona 4000 conservamos una zanja completa con planta de cuarto de
círculo, con una circunferencia de 14 metros de recorrido y extremos bien
definidos. Los laterales están realizados en talud: En la parte superior tiene una
anchura de 3.30 metros, 1.10 metros en el fondo, siendo su altura variable entre
ca. 1,20 en su extremo oriental y 1,90 en el occidental. Ello implica una ligera
inclinación de la zanja hacia este último punto, coincidiendo su máxima cota con
un retalle en la roca de 0,40 metros de anchura y 1 de longitud.
El tramo localizado en la zona 5000 presenta unas características diferentes
a los anteriores en cuanto a trazado, dimensiones, conservación e incluso a su
uso.
El trazado del tramo excavado, de 16 metros de longitud, al contrario que
en los anteriores, es completamente rectilíneo, con una orientación NW-SE.
Presenta mayor anchura en la parte alta que en su fondo, pero los laterales
son mucho más irregulares que en los otros tramos, ya que son escalonados en
lugar de en talud. Esto puede deberse a que la parte conservada de este tramo
se encuentra realizada sobre la roca caliza, mientras que los demás tramos
estaban sobre gravas y arcillas, en las que resulta más fácil la realización de un
talud.
También se aprecian importantes diferencias en sus dimensiones, dando
una anchura en la parte superior de 3,50 metros y en la inferior de 2 metros,
claramente superiores a la del resto de los tramos, teniendo en cuenta que esta
más arrasado que el resto, conservándose una profundidad máxima de 80 cm.
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En el fondo de los tramos situados en las zonas 1000, 2000, y 4000 se han
documentado rellenos de naturaleza muy similar, compuestos por arcilla
decantada que muy probablemente se han formado como consecuencia de la
deposición producida al encontrarse esta estructura a la intemperie (A.11).
Formando parte de su relleno han aparecido restos constructivos –clavos de
hierro, trozos de sillares y tejas- y una importante colección de fragmentos y
piezas cerámicas.
Estos estratos de decantación no se aprecian ni en la zona 3000 ni en la
5000, lo que supone que debieron encontrarse completamente limpios en el
momento de iniciarse su nivelación.
Estos fosos delimitan un espacio
irregular en el que, aún sin estar
completamente definido, la iglesia ocuparía
una posición central.
En este espacio encontramos vestigios
de su utilización durante este periodo:
Agujeros de poste (A. 12), silos (A. 13) e
inhumaciones (A. 14).
Los agujeros de poste (A. 12) son
escasos y muy dispersos, se trata de tres
agujeros en tres zonas de la excavación,
por lo que resultan insuficientes para
justificar la existencia de un hábitat al
interior de los fosos.
G.A. 12 Silos
El caso de los silos (A.13) es diferente,
ya que encontramos cuatro agujeros (UE.
4189, 4224, 4191, 4187) que se encuentran
localizados íntegramente en la zona 4000 y posiblemente otro similar (se
encuentra sin excavar) en la zona 5000, en un lugar cercano a los otros. La
morfología y dimensiones de todos ellos es muy similar: planta circular, sección
piriforme, profundidad máxima conservada de 0,83 metros y unas dimensiones
medias para sus diámetros de 1,32 metros en su parte superior, 1,44 de diámetro
máximo en su zona central y 1,17 en su parte inferior.
Ilustración 54, Estrato de uso del foso de la
zona 4000
La utilización de la zona como tierra
de labor ha provocado un arrasamiento que
nos impide relacionar estratigráficamente
estos agujeros con los fosos o con la
iglesia, con lo que solamente podemos
basarnos para incluirlos en la misma fase
en la similitud cronológica de los hallazgos
aparecidos en sus amortizaciones.
Ilustración 55. Silos en la zona 4000
106
Tipológicamente,
estos
agujeros
parecen
corresponder
a
silos
de
almacenaje de granos, que una vez
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descartado su uso primitivo pasarían a ser utilizados como basurero e incluso
como lugar de enterramiento.
G.A. 13 Necrópolis
Actualmente no disponemos de ningún criterio estratigráfico que nos
permita asociar la necrópolis (A. 14) a las construcciones y el espacio eclesial
anteriores al inicio de la construcción románica.
La asignación de enterramientos se ha realizado mediante la exclusión de
los que evidentemente pertenecen a fases posteriores, como los que cortan los
rellenos de los fosos, por su posición espacial, excluyendo los que quedan fuera
del espacio delimitado por los fosos y por criterios tipológicos, analizando una
serie de variables y sus agrupaciones, y excluyendo los que presentan grupos de
variables similares a los excluidos por las razones anteriores.
Ilustración 56. Enterramientos de la iglesia prerrománica
El resultado un pequeño grupo de 17 enterramientos y 2 fosas vacías, todos
ellos excavados en la zona 4000, que se situarían al este y al sur de la iglesia
prerrománica, siempre dentro del espacio delimitado por los fosos.
Con todo debemos insistir en que no hay una seguridad completa de la
pertenencia de los enterramientos a esta fase.
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4.1.1.2. Periodo 2. Iglesia románica
La iglesia románica no es el producto de una obra homogénea, sino que su
concepción original sufrió una serie de cambios de diseño; esos cambios
supusieron modificaciones importantes respecto a la idea original, por lo que las
hemos considerado como Fases Constructivas a pesar de ser realizadas en un
rango temporal relativamente acotado; nos referimos a las Fases 3 a 6. Debemos
decir que en su mayor parte responden a modificaciones del proyecto con la
iglesia aún sin acabar, aunque en algunos casos puedan existir dudas sobre esto
último.
Las intervenciones en el subsuelo del entorno de la iglesia han aportado
importantes datos referentes a las fases constructivas del edificio, en zonas en las
que obras posteriores habían ocultado e incluso eliminado los paramentos por
encima de la cota del suelo. Además han permitido conocer la incidencia en el
entorno de las actividades constructivas y de las actividades funerarias una vez
que la obra empieza a tener un uso litúrgico.
FASE 3. Inicio de la iglesia románica
Esta fase constituye el punto de partida de la iglesia actual, que se inicia por
la cabecera, el crucero y la nave por el sur. Los muros de esta Fase se
caracterizan por contar con un grosor en torno al 1,30 m, algo que los
diferenciará claramente de la Fase siguiente. Constructivamente consta de tres
Grupos de Actividad:
G.A.15. Construcción de la cabecera y cimentación del comienzo de la nave
por el sur.
La construcción de la iglesia románica supuso un gran impacto en el
entorno, destacando la amortización de los fosos (A 16) que rodeaban a la iglesia
primitiva, nivelando las zonas en las que se situarán construcciones anejas al
nuevo templo. Estas nivelaciones incluirían la amortización de otras estructuras
pertenecientes a la fase anterior que todavía podían encontrarse en
funcionamiento, como los agujeros de poste pertenecientes a la actividad 12 y
los silos de la actividad 13.
Ilustración 57. Colmatación del foso en la zona 4000
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Se puede apreciar, tras el análisis de los diversos estratos, la aparición de
dos tipos principales, uno compuesto básicamente por arcilla y gravas y, el otro,
de tierra arcillosa con abundantes intrusiones. El primero procede, muy
posiblemente, de los rellenos sobrantes tras la apertura de las zanjas de
cimentación de la nueva edificación. En
cuanto al segundo, la presencia de una
gran cantidad de intrusiones de carácter
antrópico (carbones, fragmentos de
arcilla rubificada de fuegos bajos, tejas,
restos de fauna, elementos metálicos14,
cerámica, estuco y fragmentos de
sillares) parece corresponder a restos
del proceso de construcción del templo,
tanto
procedentes
de
materiales
sobrantes de la obra como de la propia
basura doméstica de las cuadrillas de
constructores,
sin
descartar
la
posibilidad de que procediesen del
arrasamiento de un hábitat anterior
asociado a los templos, del que sin
embargo
no
hemos
encontrado
evidencias destacables.
La construcción de parte de los
cimientos del muro sur de la nave
Ilustración 58. Colmatación del foso de la zona 5000
(A.122) dentro del foso que existía en la
zona, incluyó también su colmatación, si bien en este caso se produce una vez
construidos los cimientos y antes de comenzar el
alzado de los muros. Pese a la escasa
conservación de alzado, éstos han proporcionado
datos de indudable interés, al poder situarse con
certeza la posición de una de las puertas del
templo románico, diseñada y al menos comenzada
a levantar en esta fase.
Se trata de un vano con una anchura máxima
de 4,18 metros que se iba reduciendo hacia el
interior mediante derrames de 27 centímetros de
lado, de los que durante la excavación fueron
visibles dos.
De manera coetánea a que se van creando
los cimientos que configuran la planta de esta
primera obra, se van elevando los muros de la
Ilustración 59. Cimentación de la
portada románica dentro del foso
14
En la Unidad Estratigráfica 4284 apareció un pequeño lingote que, a primera vista, parecía de plomo. No
obstante, el Servicio de Restauración de la Diputación Foral de Álava ha enviado una muestra a analizar ante
la sospecha de que se tratara de un lingote con una aleación en base cobre que puede componerse también de
plomo o estaño.
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parte baja y media de la cabecera (A 17). Nos encontramos ante una obra de una
gran regularidad, seguramente la mayor de todo el edificio. Se compone de
hiladas de
sillería que van
alternando dos hiladas
que en conjunto suman
62 cm. de altura con una
de 20 cm. La labra es
105, presenta marcas
lineales
454
principalmente en la
parte exterior del ábside
bajo la moldura 206. Por
su parte baja presenta
dos zócalos diferentes:
al exterior el 306 y al
interior 301. Llega en
altura hasta las cuatro
hiladas inferiores de las
tres ventanas de la
Ilustración 60. Bajo la línea roja vemos la obra cuyo ritmo constructivo es
de 62+20 centímetros.
cabecera,
y
su
desarrollo en planta alcanza a las esquinas de ambos cruceros; en el crucero sur
llega a cerrar parte del hastial (U.E. 10264).
La parte alta de esta obra responde claramente a manos diferentes, motivo
por el cual se le ha distinguido como una nueva Actividad (A 19). Nos referimos a
la construcción de la parte alta de la cabecera y el presbiterio, incluyendo sus
bóvedas.
Los muros y las bóvedas,
a pesar de formar un mismo
conjunto, presentan pequeñas
diferencias. Los muros (U.E.
10265) se diferencian de la obra
de la Actividad anterior por
presentar sillares con hiladas de
28 cm. de altura, sin marcas de
cantero; al interior del edificio se
aprecian marcas lineales 453,
con una labra 101. En este
momento se rematan las tres
ventanas de la cabecera. La
Ilustración 61. Sobre la línea roja la obra con hiladas
obra de la parte superior (U.E.
de 28 centímetros que al interior incluye las bóvedas
10675, 10358, 11126) tiene
también hiladas de 28 cm. de altura, algo que variará a partir del nacimiento de
las bóvedas; la labra de las piezas es también 101, igual que su base. Lo que las
diferencian es la presencia de marcas de cantero, que aparecen con profusión en
toda la obra tanto al interior como al exterior; se trata siempre de la misma marca:
la 401. Las bóvedas de esta Actividad se apoyan sobre la cornisa 201 y son el
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cuarto de esfera que cubre la cabecera (U.E. 10451) y la de cañón apuntado que
cubre el presbiterio (U.E. 10450). Esta última se apoya sobre el arco toral que da
acceso a la nave (U.E. 10158), realizado también en esta misma Actividad
aunque con las cornisas 204 y 209 (ligeramente diferentes), y ambos elementos
cuentan tanto con la marca de cantero 401 y las lineales 453 y 455 (apareciendo
a veces ambas sobre
el mismo sillar).
Ilustración 62. Bóvedas del presbiterio y del ábside
La bóveda del
presbiterio es algo
más elevada que la
de la cabecera; el
espacio
resultante
entre
ambas
se
rellena
con
un
pequeño tímpano de
sillería (U.E. 10354).
Al exterior, el edificio
es rematado por una
hilada de ménsulas;
las del presbiterio
(U.E. 10559 -norte-,
10566
-sur)
se
encuentran una hilada
por encima de las de la cabecera (U.E. 10675).
Toda esta primera actividad constructiva se refleja en el entorno de la iglesia
(A.18).Al sur, en la zona 3000, encontramos un relleno formado por los restos
sobrantes de la argamasa empleada, así como una gran cantidad de fragmentos
de piedra caliza provenientes de la talla de los sillares empleados en la
construcción, lo que nos está indicando que el acabado final de los sillares se
hizo a pie de obra. En el norte, zona 2000, pese a no tener evidencias del cierre
de los muros, si que encontramos rellenos de restos de obra similares a los del
sur, en este caso cortados por enterramientos que a su vez son cubiertos por
nivelaciones anteriores a la construcción de la fase 4 de la iglesia románica.
La obra resultante de esta primera iniciativa es una iglesia aún incompleta,
de la que probablemente no se levantaran los muros de la nave en alzado, y de la
que sabemos con certeza que no cerró el crucero. Una serie de elementos
presentes en la base del muro occidental del brazo sur del crucero (U.E. 10086)
nos llevan a pensar que pudo haber aquí algún tipo de acceso proyectado. La
base del pilar suroeste cuenta con el zócalo 304, único en todo el edificio que,
aparentemente, da la vuelta completa al apoyo saliendo a lo que debió ser el
exterior de la iglesia románica.
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Este
zócalo,
sin
embargo, no se encuentra
en la base del muro
occidental del crucero sur
(A 21), sino que éste
parece apoyarse sobre
aquél, lo que da una idea
de
anterioridad
y
pertenencia del zócalo a
una obra diferente a la del
cerramiento del crucero
sur.
Dicho
muro
occidental no cuenta con
ningún otro tipo de zócalo
ni moldura, lo que hace
suponer que, en inicio, no
se
pensaba
en
su
Ilustración 63. Muro occidental del crucero sur (en la parte superior
izquierda) apoyándose sobre el zócalo 304
presencia para este lugar.
Las escasas hiladas conservadas en el muro sur de la nave nos permiten conocer
con claridad la existencia de una puerta hacia el sur, con un marcado
abocinamiento (U.E. 3148) que, en esta ocasión sí, llegó a realizarse.
Ya durante la construcción de esta primera fase del edificio se inicia una
profunda transformación del entorno de la iglesia. No solo se amortizan los fosos
que delimitaban el espacio en torno al templo anterior como ya vimos, sino que
se extiende la actividad funeraria a zonas que hasta entonces no habían sido
utilizadas localizándose enterramientos al sur y al norte de la nave, además de
retomarse con mayor intensidad la actividad funeraria en el este. Por otra parte al
nordeste de la iglesia, en la zona 5000, se localizan abundantes estructuras
semirrupestres que deben corresponder bien a estructuras de almacenaje, bien a
construcciones temporales relacionadas con las obras de la iglesia.
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G.A. 21: Necrópolis norte
Al norte, en la zona 1000, cortando un
pequeño relleno de obra, se producen los seis
enterramientos (A. 25). Resulta extraña la
localización tan temprana de una necrópolis en
esta zona, más cuando no tenemos evidencias
de que la nave llegase a construirse por este
lado. Por ello creemos razonable la hipótesis de
que deba ponerse en relación con el inicio de la
construcción de la iglesia, mientras la zona este
y sur no eran practicables al encontrarse
ocupadas por las obras
G.A. 22 Suelos de uso
Durante el uso de esta zona como
necrópolis se construye una estructura orientada
norte-sur junto al brazo occidental del crucero
(A. 29), que debe relacionarse con un acceso a
la iglesia anterior.
Ilustración 64. Enterramientos en la
necrópolis norte
Una vez finalizadas las obras de esta fase de la iglesia románica, sus
artífices procedieron a la nivelación y explanación del terreno (A. 26) para
acondicionarlo como suelo de uso. Se ha podido comprobar en la zona 3000 la
deposición de varios rellenos (UE. 3155, 3160, 3161, 3087, 3157, 3159, 3092,
3091, 3088, 3156, 3152, 3145) de los cuales parece claro que, algunos de ellos,
pertenecen a las nivelaciones del suelo y al propio suelo de uso o la cama de
arcilla de un pavimento pétreo del que no nos ha quedado ningún vestigio.
Una situación similar se da en el norte de la iglesia, donde en primer lugar
se roba y se nivela la estructura norte-sur construida en esta misma fase (A. 26),
para después proceder a nivelar todo el espacio, no volviendo a realizarse
enterramientos hasta que no quede concluido, al
menos en planta, el cierre norte de la nave, ya en
la siguiente fase.
G.A. 19 Necrópolis sur
Mientras tanto al sur de la nueva iglesia se
producen únicamente dos enterramientos (A. 23),
uno durante las obras, del que únicamente se
conserva parte de la fosa y de la estructura (UE.
3165, 3158) y otro después de las nivelaciones
(Ent. 42), que será cortado posteriormente, en las
obras de la fase 4 de la iglesia románica.
Ilustración 65. Enterramiento 42 de la
necrópolis sur
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G.A. 20 Necrópolis este
Al este, zona 4000, la amortización del foso amplía en gran medida el
espacio cementerial, provocando no sólo el incremento de inhumaciones sino las
técnicas
constructivas
empleadas en la ejecución de
las tumbas.
Se documentan en esta
fase 35 enterramientos y dos
fosas vacías (A. 24), pero
siempre con las cautelas de las
dificultades
de
asignación
estratigráfica
por
el
arrasamiento de la zona y su
separación de la fábrica de la
iglesia por una zanja de
drenaje.
Se han tomado en cuenta
criterios estratigráficos, que nos
aportan la seguridad de que los
enterramientos no pertenecen a
una fase anterior, y también
tipológicos, para diferenciarlos
de los de fases posteriores.
Se observa una mayor
variedad tipológica que en la
fase anterior, fruto del problema
que se encuentran para intentar
Ilustración 66. Enterramientos de la necrópolis del este.
que
los
esqueletos
se
depositen en huecos antropomorfos tallados en el nivel geológico. La presencia
de los rellenos antrópicos utilizados para amortizar el foso, provoca la adopción
de diversas soluciones como: la aparición de fosas vacías (U.E. 4069-4068 y
4023-4022) que no se han utilizado por que no llegaron a encontrar el nivel
natural, la presencia de losas de piedra en aquellos laterales de las tumbas que
están en conexión con dichos niveles antrópicos, o el aumento de la profundidad
de las tumbas, llegando en algún caso a superar el metro y medio
G.A. 18 Estructuras de habitación o almacenaje al nordeste.
Al nordeste de la iglesia, en la excavación de la zona 5000, se ha
documentado una situación diferente.
Después de que el foso quede nivelado, la zona no es utilizada como
necrópolis sino que se realizan una serie de construcciones semirrupestres, con
fondos excavados en el sustrato geológico, y fundamentalmente lígneas,
apoyadas en postes de madera.
La estratificación de la zona se encuentra muy arrasada por las actividades
agrícolas de los siglos XIX y XX y por la construcción de un cementerio en una
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fase posterior de la Colegiata románica, quedando prácticamente reducida a los
cortes en la roca y sus rellenos de amortización, por lo que sólo contamos con
relaciones directas que nos indiquen la posterioridad respecto a la colmatación
de los fosos en tres de los agujeros de poste, una de las estructuras
semirrupestres y un muro, por lo que la asignación del resto de los elementos a
esta fase se hace de un modo provisional, que deberá confrontarse con las
cronologías absolutas que podamos obtener de los análisis de la materia
orgánica y el estudio de los materiales cerámicos de sus rellenos.
Sí contamos con la seguridad en un mayor número de casos de que su
amortización se produce con anterioridad a la creación de un área cementerial en
el norte de la Colegiata románica.
En todo caso, con mayor o menor número de evidencias, resulta indudable
la existencia de este tipo de
estructuras en este momento y en
esta zona.
Uno de los restos, con
seguridad
posterior
a
la
colmatación del foso, es una
estructura
semirrupestre
rectangular, de 4,15 m. de
longitud, 2,50 de anchura y 1,66
m de profundidad (A 123).
Además
su
relleno
de
amortización
se
encuentra
cortado por dos de los postes de
esta misma fase (UE. 5043, 5162). Ilustración 67. Posible depósito de agua excavado en la roca
Todo ello nos lleva a interpretarlo
como una estructura temporal, seguramente un depósito de agua, relacionada
con las primeras obras de la iglesia románica.
En esta misma zona encontramos otro rebaje en el terreno natural, de
planta rectangular, con 7 m de longitud, 5 m. de anchura y una profundidad de
50 cm. (A. 124). En este caso no tenemos relaciones con ninguna otra estructura
de esta fase. Únicamente podemos afirmar que su relleno de amortización es
anterior a la construcción de un canal de desagüe de la fase más tardía del
cementerio del nordeste de la iglesia románica, por lo que pudo tener una
perduración mayor que el depósito descrito anteriormente.
Sobre la amortización del foso encontramos los restos de un muro con
orientación norte-sur, con una longitud conservada de 1,20 m. y una anchura de
50 cm.(A 125) que debió tener más desarrollo tanto hacia el norte como hacia el
sur, ya que a ambos lados se han identificado zanjas de robo continuando esta
estructura.
Sobre su cronología, actualmente sólo podemos afirmar que se trata de una
construcción posterior a la colmatación del foso, ya que los materiales aportados
por los rellenos de las zanjas de robo no permiten determinar el momento de su
amortización.
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No tiene relación con ninguna otra de las estructuras de la zona 5000, si
bien pudieran estar arrasadas completamente o tratarse de un edificio cuyo
desarrollo se diese hacia el este, fuera de los límites del área excavada.
Se han documentado un
importante número de postes
en toda el área nordeste (A.
22), que como ya señalamos, al
menos en tres casos son
posteriores a la amortización
del foso. Hay en total 28
agujeros y 5 rozas anteriores a
la delimitación del cementerio
del nordeste.
También se excavó un
corte ovalado orientado nortesur (UE. 5519) de 3,90 m. de
longitud, 1,60 m. de anchura y
68. Actividad 22. Agujeros para postes posteriores a
una profundidad de 80 cm., Ilustración
la colmatación del foso
que es amortizado antes de la
construcción del cementerio al nordeste. Los materiales aportados por los
rellenos que lo colmatan ofrecen una cronología similar a los que encontramos
en la preparación de la construcción del cementerio, por lo que debió
amortizarse en el mismo momento de iniciarse dicha obra.
En la zona 4000, en el mismo lugar en el que encontrábamos los silos
asociados a los fosos, tenemos restos de un nuevo silo (A. 126), cortando la
colmatación de uno de los anteriores.
Estratigráficamente no sería incoherente situarlo en la fase anterior, junto a
los otros silos, aunque resulta poco lógico que quienes utilizasen unos silos
realizasen otro, no en tierra limpia, más apta para conservar el grano, sino sobre
el relleno de basura domestica aportado en una fecha muy reciente. Sin embargo
para este momento puede relacionarse con un agujero de poste (U.E. 4183) que
corta también el relleno del silo anterior y además, quien lo realizase, podía no
tener constancia de la existencia de los rellenos del silo anterior.
G.A.16. Construcción de la base del hastial sur.
En la mitad occidental de la base del hastial sur se aprecia un muro de
escasa altura (A. 20, U.E. 10539), realizado en sillería de juntas gruesas y bordes
romos, con un zócalo liso (el 305) tanto al interior como al exterior que se
diferencia claramente de los de la mitad oriental del mismo muro (del G.A.
anterior). La labra es sobretodo 105 pero también presenta algunos sillares con
101. Está constituido por tres hiladas más el zócalo, y se diferencia claramente
de las obras anteriores y posteriores, sin unir con ninguna de ellas.
116
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Ilustración 69. Base del hastial sur
cerrará definitivamente.
Al parecer se trata de un primer intento
de continuación de la obra del G.A. anterior,
que resultó inacabada; la configuración del
cierre occidental del brazo sur del crucero
debió permanecer con un vano en proyecto
como en el G.A. anterior, ya que este nuevo
muro no continúa hacia el oeste. Se lo ha
diferenciado como un G.A. independiente de
los demás por dos motivos principales: en
primer lugar, las diferencias técnicas y
tipológicas respecto a la obra inicial son muy
grandes, reflejando un cambio de manos muy
notorio; respecto a las obras posteriores, más
allá de las diferencias técnicas está el hecho
de que en esta Actividad no se aprecia aún el
cambio de planes respecto al cierre occidental
del crucero norte, que en el G.A. siguiente se
G.A. 17. Construcción del crucero sur.
El siguiente paso en la edificación de la iglesia está constituido por la
terminación del brazo meridional del crucero (A 21), para lo cual se eleva el muro
oriental, se continúa y eleva el meridional y se construye desde su base el
occidental (U.E. 10484) pero apoyando en la cimentación del G.A. 15.
Ilustración 70. Dentro de la línea roja obra principal del crucero sur al exterior y al interior
Se trata de una obra de sillería con labra 101 y, en menor medida 105; las
hiladas tienen alturas de 34 y 40 cm. La cornisa ubicada en la parte alta del muro
se decora con el taqueado 203, algo que no ocurría en las obras anteriores. El
muro occidental carece de zócalo como hemos explicado antes, algo que lo
diferencia claramente de los muros construidos con anterioridad. Esta misma
U.E. incluye la esquina entre la nave y el crucero, con las basas, pilastras y
capiteles implicados a excepción de la base del pilar suroeste con el zócalo 304
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(U.E. 10086). El corte visible en el alzado occidental de la pilastra de esta esquina
nos indica con claridad que el mismo muro cerraba la nave por el sur.
A esta obra se le apoya el arco toral del sur (U.E. 11158) con marcas de
cantero 405, sobre el que se apoya la bóveda del crucero (U.E. 10079).
FASE 4. Terminación de la parte baja de la nave
G.A. 23. Construcción del muro grueso de la nave y primer tramo de la
escalera de caracol
A diferencia de los muros de la fase anterior (que tenían un grosor en torno
a 1,30 m.), las nuevas obras se caracterizarán por la construcción de muros con
un grosor mucho mayor, que rondan los 2,40 m.
Ilustración 71. Obra de 240 centímetros de grosor y su continuación más allá de lo conservado en alzado
Se trata de las obras representadas por la Actividad 27, de las cuales sólo
conservamos en alzado el cierre septentrional de la nave y el occidental del
crucero norte (U.E. 10713; este muro está en la actualidad cortado por su
extremo occidental, habiendo reconocido gracias a la excavación arqueológica
que continuaba más allá del cierre actual de la nave), así como el tramo inferior
de la escalera de la esquina NW del crucero (U.E. 10574), construidos a la vez.
Sin embargo, conocemos que este proyecto realizó el cierre de la nave, ya que la
excavación del pórtico reveló la existencia de un muro que tiene un grosor
mucho mayor a los de GGAA anteriores y las mismas características técnicas en
cimentación que en el norte, ampliando la nave por el sur (U.E. 3130, 3057, 3140,
3098).
G.A. 24 Construcción de una estructura porticada en el sur
Durante la realización de las cimentaciones se procedió a colocar la
estructura del umbral del vano menor que quedó entre la puerta original del
tímpano del Cordero y el inicio del muro de la ampliación (A. 28).
En la excavación se documento en este punto un pequeño muro de
mampostería irregular trabado con un mortero terroso que formaría la
cimentación para la pieza del umbral propiamente dicha, de la que se conserva la
impronta en la argamasa de la cimentación de la nave.
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Esta obra hay que relacionarla con la construcción
del pórtico delante de la fachada sur, que dejaría un
espacio cerrado, o al menos cubierto desde el que
existía un acceso separado a la iglesia.
Paralelo al muro sur de la nave, y dejando
únicamente un vano enfrentado a la puerta del tímpano
del Cordero, se construye un muro (A. 30) con unas
cimentaciones de gran potencia, técnicamente muy
similares, aunque no exactamente iguales, a las de la
nave de la iglesia románica en esta fase. Sobre la
cimentación se conserva parte de la primera hilada del
alzado.
Ilustración 72. Cimentación del
umbral de la segunda puerta
del pórtico al sur
En su extremo este se observa un engrosamiento,
donde debía situarse un contrafuerte que, mediante un
arco, enlazase con el muro sur, coincidiendo con el
punto donde la construcción de la
anterior fase queda cortada.
G.A. 25 Construcción del suelo
del pórtico
Las obras en esta zona
concluirían con la nivelación del
nuevo pórtico (A. 31), con la
extensión de varias capas de tierra
sobre las que se asentaría el suelo,
iniciándose a partir de este momento
un intenso uso como cementerio.
Se plantean estas obras como
una nueva Fase, ya que constituye un
nuevo proyecto que modifica sustancialmente el anterior, seguramente
ampliando las dimensiones de la nave hacia el oeste; desconocemos aún las
dimensiones finales de la construcción en planta.
Ilustración 73. Cimentación del pórtico al sur
Las características de esta fase se pueden resumir en la elaboración en
sillería con labra 101; presenta las marcas de cantero 404 y 406, y los zócalos
303 y 307. La altura de las hiladas es de 20, 30, 34 y 40 cm., con longitudes de
las piezas entre 60 y 90 cm.
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Ilustración 74. Interior de la estancia
El muro de cierre norte de la nave
alberga en su interior una estancia
abovedada con una bóveda de cañón
apuntada, con un acceso por medio de un
arco de medio punto hacia el interior de la
iglesia; en la parte alta del muro, también
hacia el interior de la iglesia, se aprecian
una serie de siete mechinales (U.E. 10714)
y siete ménsulas (U.E. 10717) coetáneos a
la
fábrica,
que
claramente
están
dispuestos para albergar una estructura de
madera sobre tornapuntas.
Ilustración 75. Estructura actual que utiliza ménsulas y tornapuntas de la misma forma que debió
usarlas el paso que ahí existía y que se muestra en este dibujo interpretativo
Se trata, seguramente, de un pasillo de circulación elevado que comunicaría
alguna estancia, estructura o acceso a los pies de la iglesia con las
dependencias exteriores del norte a través de la escalera de caracol.
Una nota relevante de esta construcción es la
disposición de la pilastra NW del crucero: hacia la
nave, esta pilastra gira notoriamente hacia el norte,
haciendo que el muro de cierre no esté ubicado en
posición simétrica respecto al muro sur; esto
obligará, en la fase siguiente, a colocar una bóveda
en la nave descentrada respecto al eje de la
cabecera; visualmente, sin embargo, el efecto era
minimizado por la presencia del pasillo elevado del
que hablábamos antes.
Esta obra llega en altura hasta la zona media
del muro de cierre de la nave (es decir, por debajo
del cambio de plano visible hacia el norte, con una
altura total de aproximadamente 4 m), siendo el
remate producto de un momento posterior. Hacia el
120
Ilustración 76. Base de la pilastra
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interior de la nave, el muro conserva los restos de una pilastra adosada muy
cerca del límite occidental actual; el recorrido este-oeste del muro en alzado es
de unos 8,7 m.
La escalera de caracol que se abre en el brazo norte del crucero tiene su
inicio en esta fase; la obra que se realiza en este primer momento tiene su
acceso por medio de una puerta rematada en arco de medio punto coetánea al
muro; las características del interior de la escalera permiten diferenciar la obra de
la de los tramos superiores, con unas hiladas con altura de 20 cm. (a excepción
de una de 24 cm.), al igual que los peldaños; la longitud de las piezas es de 30,
45 y 60 cm.; las juntas son muy finas.
Los peldaños están formados por más
de una pieza cada uno y cuentan con la
marca de cantero 404, mientras la 418
aparece en el muro. La altura de esta obra
coincide con la que alcanza por el exterior el
muro (U.E. 10713), y constituye exactamente
un giro de 360º de la escalera.
Desconocemos si en esta fase se cierra
el brazo norte del crucero, pero tenemos
evidencias de que la obra estaba diseñada
Ilustración 77. Primer tramo de la escalera
para tener unas dimensiones simétricas a las
del brazo sur; las adarajas dejadas en el extremo septentrional del muro
occidental del brazo norte así lo indican. Las
obras del muro oriental del brazo norte son de
la Fase siguiente, lo que nos impide conocer si
había un muro previo que permitiera cerrar el
crucero.
El cierre definitivo de la iglesia, al menos
en planta, se refleja en su entorno con una
mayor
actividad
funeraria,
que
sigue
realizándose en el este y que sobre todo se
intensifica al sur, en el pórtico y al norte
G.A. 26 Necrópolis sur
Frente a una escasa densidad de
enterramientos al finalizar las obras de la
anterior fase de la iglesia románica, al terminar
la construcción del extremo oeste de la nave y
el pórtico, nos encontramos con un gran
número de inhumaciones -21 enterramientosque ocupan todo el espacio del pórtico,
incluso las zonas de acceso (A.32).
Ilustración 78. Adarajas
En un primer momento se realizan una
serie de enterramientos ordenados, pero cuando todo el espacio se encuentra
ocupado, se sigue enterrando de forma aleatoria, cortándose muchos de los
enterramientos anteriores. Esta profusa utilización del espacio provoca que
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numerosos enterramientos sean removidos al realizarse nuevas inhumaciones, lo
que se refleja en la aparición de cuatro fosas vacías.
G.A. 27 Necrópolis este
La necrópolis situada al este de la iglesia románica presentaría para este
momento una gran densidad de enterramientos, pues la zona ya había tenido
una importante ocupación durante la fase anterior. El espacio más cercano al
templo se encuentra saturado, por lo que los enterramientos (A. 33) se producen
en los pocos huecos dejados entre los enterramientos anteriores. A esta actividad
se han asignado 29 enterramientos y 8 fosas vacías.
Debido a la saturación de la zona la necrópolis empieza a extenderse hacia
el nordeste de la iglesia, empezando a ocuparse el espacio que en la fase
anterior se utilizaba únicamente como zona de habitación y almacenaje, si bien
no podemos asegurar que esto suponga el abandono de todas las estructuras de
ese tipo.
GA: 28 Necrópolis norte
En esta zona se advierte un progresivo aumento de la superficie de la
necrópolis (A. 34), extendiéndose hacia el sur y hacia el oeste, evitando coincidir
con los enterramientos realizados en la fase anterior, por lo que podemos
considerar que se trata de enterramientos relativamente cercanos en el tiempo, o
quizás con un espacio cementerial con lotes definidos, ya que también se
observa una mejor ordenación de las fosas que en las necrópolis del sur y del
este.
Se localizaron 5 enterramientos y 3 fosas vacías.
FASE 5. Ampliación del crucero norte
Con independencia de que el crucero se cerrara o no en la Fase anterior,
está claro que dicha obra quedó inconclusa; los muros quedan a media altura,
sin elevarse hasta la planta superior. Es muy probable que el crucero no se
cerrara por el norte, ya que si así fuera habrían quedado restos del muro oriental,
algo que no sucede. Lo que evidencian las nuevas obras es un cambio sobre el
diseño de la Fase 4, que como se ha dicho estaba preparado para crear un
crucero simétrico. En la nueva obra se amplían las dimensiones del crucero en
planta, y se remata en altura la nave. Esto se hace en dos momentos sucesivos,
algo que se refleja por la presencia de diferentes constructores y las
modificaciones realizadas sobre las primeras obras por las siguientes.
El resultado final de este proceso es un crucero asimétrico, que además
tiene unas características peculiares al contar con una bóveda a dos niveles; se
trata en realidad de dos bóvedas, una con mayor desarrollo en planta y más baja,
y otra (la del extremo norte) con menor desarrollo en planta pero de mayor altura.
La bóveda baja es la que aún se conserva, y tiene las mismas dimensiones que
la bóveda del brazo sur del crucero; la bóveda alta se ha caído, conservándose
únicamente sus arranques en los muros este y oeste. Como ya se explicará, esta
bóveda en dos niveles está claramente diseñada en función de la presencia de
alguna edificación adosada al exterior del hastial norte; este edificio (al que se
accedería por las dos puertas abiertas en la planta baja y la primera planta),
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impediría abrir ventanas para iluminar el crucero desde el norte; por ello, se optó
por elevar el hastial para abrir una ventana en el remate del muro, que al estar
por encima de la cubierta del edificio adosado permitía la entrada de luz al
interior.
En el exterior, tras un primer momento en el que la zona se ve afectada por
las obras, sobre todo al norte, se observa una continuidad de los usos funerarios.
Se llegan a saturar las necrópolis del este y el sur, lo que pudo llevar a una nueva
ordenación de los espacios funerarios, que quedan delimitados por estructuras
construidas al norte y al nordeste (ver planos nº 32 y 33).
G.A. 29. Ampliación del crucero norte.
La primera obra de este momento se corresponde con la ampliación de la
planta del crucero norte (A 35), con lo que se crea un crucero asimétrico, más
largo el brazo norte que el sur. Para
ello se construye la base de los
muros oeste, norte y este (U.E.
10004), que hacia el oeste adquiere
el grosor de la obra previa (2,40 m.);
el hastial es algo más estrecho (1,60
m.), y el muro oriental responde a las
dimensiones del diseño primitivo
(1,30 m.). A pesar de estas
diferencias métricas debidas a la
adaptación a obras anteriores de un
nuevo diseño, las características
técnicas son muy homogéneas y
reflejan la presencia de un mismo
taller de constructores. Se trata de
una sillería con labra principalmente
101, con marcas lineales 451; la Ilustración 79. Primera obra de la ampliación.
presencia testimonial de algunas piezas con marcas 453 indica la reutilización de
sillares (o la utilización de piezas no aparejadas previamente) de la obra anterior.
Las alturas de las hiladas son: 20, 30, 34 con algunas de 40 cm. La anchura de
las piezas varía entre 50 y 100 cm. No se aprecian marcas de cantero.
En la cara occidental, junto con el muro se abre una puerta rematada en
arco apuntado que une el crucero con una estancia que se crea adosada al norte
de la nave. Al norte se abre una puerta en la planta baja, la que actualmente se
encuentra cegada más cerca de la esquina oriental; en la primera planta se
comienzan a construir las jambas de una puerta que será terminada en las
Actividades sucesivas.
Una vez planteado el proyecto, se continúa la obra con la elevación de los
muros por medio de la introducción de tres hiladas muy distinguibles en todo el
recorrido, tanto por sus dimensiones homogéneas como por su característico
color gris (U.E. 10005, 10109) que también cuentan con marcas 451 (y 401
debido a la reutilización de piezas).
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Estas hiladas constituyen la base del pasillo
que posteriormente se construiría dentro del
muro norte. Hacia el norte se continúan las
jambas de la puerta de la primera planta, y hacia
el oeste se inicia la construcción del ventanal que
iluminaba el crucero, del que se introducen las
dos primeras hiladas. Estas hiladas parecen
constituir un momento de transición de un taller a
otro, produciéndose una modificación de las
características técnicas en las obras siguientes.
La siguiente Actividad está constituida por
la elevación en altura de los tres muros del
crucero norte, así como la construcción del
segundo tramo de la escalera de caracol (A 36).
En primer lugar se lleva a cabo la obra de la
escalera de caracol, para lo que se eleva el muro
occidental del crucero y se crean los escalones
del segundo tramo, a la vez que rematan la
abertura que daba acceso al pasillo elevado que discurría pegada al muro norte
de la nave (U.E. 10579); se trata de una obra de sillería con labra 101, con hiladas
de 20 a 40 cm. de altura y 50, 60 y 70 cm. de anchura.
Ilustración 80. Las tres hiladas grises
que hacen de base del pasillo cuya
entrada está hoy cegada.
La elevación de las tres caras del crucero alcanza al interior la altura de la
base de la bóveda baja; los muros este y oeste constan de unas pocas hiladas
que terminan en la cornisa 202 sobre la que se apoya la bóveda.
Ilustración 81. Segunda obra de la ampliación del crucero norte
El capitel occidental de la esquina NE del crucero es de este momento así
como los dos de la esquina NW, siendo los únicos historiados en esta parte del
edificio; más allá de la bóveda baja del crucero la obra se eleva, terminando al
oeste la ventana abocinada que ilumina el crucero; al norte, esta U.E. es la que
remata la obra de la puerta de la primera planta; hacia el exterior la obra es más
alta tanto al este como al oeste, llegando allí a realizar parte del forro exterior de
la escalera de caracol (U.E. 10006).
G.A. 30. Culminación del crucero norte y de la nave
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Este Grupo de Actividades supone la finalización en cierta medida de la
obra, en la que por fin se cubrirá con bóvedas de manera definitiva la nave y el
crucero norte, alcanzando (al menos por el interior) la configuración que tendrá
durante siglos. El primer paso que se da es elevar la escalera de caracol (A 37)
hasta su tercer tramo, elemento que es visible tanto al interior como al exterior
(U.E. 11147); las características de esta obra son las marcas 402 y 403, y en ella
se abre la única saeterita que ilumina la escalera.
La obra que sigue a la escalera es la finalización de la nave (A 38), para lo
que en primer lugar se construye la planta superior del muro norte, en el que se
abren dos ventanas rematadas en arco de medio punto (U.E. 10757) rodeadas
por la cornisa 207; el corte del muro por su extremo occidental nos indica que, al
igual que el muro sobre el que se apoya, continuaba más allá del cierre actual de
la nave. El muro es de sillería con labra 101 y en menor medida 105; las hiladas
tienen unas alturas de 34 y 41 cm., con una anchura de entre 60 y 65 cm.
Ilustración 82. Interior y exterior de la obra que culmina la nave de la iglesia antigua.
Los sillares son adiamantados, es decir, que la cara interior de las piezas
está acabada en ángulo para una mejor trabazón con el muro; la marca de
cantero que presenta es la número 403 y aparece de forma masiva en ambas
ventanas junto con algunas marcas lineales 451 y 452. A la par que se levanta
este muro se colocan los arcos torales del norte (U.E. 11159) y el oeste (U.E.
11156); se trata de dos arcos de una misma factura pero con dos diferencias
entre sí. La primera es que únicamente el arco del norte presenta marcas lineales
451, lo cual podría servir a los canteros para identificar las piezas que iban aquí
destinadas y no al arco del oeste. La segunda diferencia es que el del oeste
presenta en su segunda arquivolta una decoración de bolas de la que carece el
septentrional. Esto ocurre porque es muy probable que las piezas decoradas del
arco occidental estén reutilizadas, pudiendo haber sido labradas en el mismo
momento que el arco del sur. Tal como se puede apreciar a simple vista, el arco
meridional está decorado con una serie de bolas que siguen un orden regular;
las mismas bolas aparecen al oeste, pero en este caso de manera muy irregular y
sin un orden aparente, lo que podría indicar que no fueron colocados en la
posición para la que se diseñaron.
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Por otro lado, la arquivolta
inferior de los arcos del norte y del
oeste tienen las mismas marcas
de cantero (403, 402 y 412),
variable que comparten con el
tercer tramo de la escalera y el
muro de cierre de la nave (en este
caso sólo la marca 403), motivo
por el cual los incluimos en un
mismo Grupo de Actividad. Una
de las enjutas sobre los arcos
torales, justamente la de la
esquina
NW
(U.E.
10977),
conserva restos de una obra de
sillería que es técnicamente
diferente al resto (que en conjunto
se corresponden con la obra de
introducción
del
cimborrio,
Ilustración 83. Decoración de ritmo irregular en el arco del
realizada
en
un
momento
Oeste (arriba) y de ritmo regular en el arco del Sur (debajo)
posterior). Es muy probable que
este elemento fuera introducido en el momento de colocación de los arcos
torales que la sustentan; lo que nos indicaría que la zona albergaría una bóveda
más elevada que las del resto de la iglesia, es decir, un cimborrio menos elevado
que el que se construyó más tarde.
Con los datos de los que disponemos, en
realidad es muy difícil asegurar que la U.E. 10977
pertenezca a la Actividad 38, pero consideramos
que es muy probable que así sea; en caso de no
confirmarse este extremo, deberíamos pensar en
que la obra estaba pensada para albergar una
bóveda que arrancara directamente del trasdós de
los arcos torales (como lo hacen el resto de las
bóvedas de la iglesia).
Durante la excavación de las zonas 1000 y
2000, además de las zanjas de fundación y las
cimentaciones, ha sido posible documentar otras
huellas de la construcción del crucero: rellenos de
obra, formados por restos de argamasas y
desechos de talla, y agujeros de poste relacionados
con este momento de las obras, y que pudieron
servir para asentar andamios o grúas relacionados
con la construcción de las partes altas del crucero y
la nave o de los edificios anejos que se construyen
también durante esta fase (A. 41).
126
Ilustración 84. U.E. 10977 que pudo
pertenecer a una bóveda anterior
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La parte alta del muro de la nave conserva, en
su extremo oriental, el arranque de una bóveda
coetánea a la fábrica (U.E. 10757).
De
manera
paralela a estas obras,
y realizada por las
mismas manos, se
produce una reforma
de la puerta abierta en
la primera planta del
hastial norte (A. 39);
se
trata
de
la
elevación del arco que
daba al exterior (U.E.
10388),
Ilustración 85. Arranque de la bóveda 10387,
de la antigua nave.
modificando así la
altura del acceso. La obra, pequeña en
dimensiones, presenta las mismas características
que la de la terminación de la nave y su misma
marca de cantero (403).
En el crucero, por encima de los elementos de
las fases anteriores, se culmina la construcción con
una obra que abarca sus tres caras y supone el
cubrimiento del espacio con bóvedas (A. 40).
Ilustración 86. Reforma de la puerta
donde se aprecia el realce de la
bovedilla de entrada respecto
a la cara interior del muro
Al exterior, en el muro oriental se colocan las hiladas superiores, donde se
conserva la ménsula del extremo sur; por el interior, este mismo elemento
configura las hiladas que forman la cornisa por debajo del arranque de la bóveda
alta del crucero (U.E. 11157). La misma U.E. forma el cierre norte, en el que se
construye una
ventana en la
parte alta del
muro, hoy en
día cegada al
exterior
pero
visible
al
interior;
se
trata de una
ventana
abocinada con
Ilustración 87. Cegados exterior e interior de la ventana
derrame
interior hacia la base, claramente para iluminación.
En el muro occidental, al interior, la misma U.E. forma la cornisa 202 sobre
la que se apoya la bóveda alta; al exterior ha recibido otro número (U.E. 10563), y
consiste en las hiladas que formaban el remate, conservando aún tres de sus
ménsulas (en la actualidad el muro oriental del campanario se apoya
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sobre este muro).
Dentro
de
esta
misma
Actividad
se
procede a cubrir el
crucero con la bóveda de
dos alturas (lo que
hemos llamado bóveda
baja y bóveda alta),
claramente
coetáneas.
Para ello se introduce en
primer lugar el arco toral
Ilustración 88. Arranques oeste y este de la bóveda alta desde la cornisa del norte (U.E. 11156),
sobre el que apoyan la bóveda baja (U.E. 10263), que se conserva en buen
estado. Algo más elevado era el tramo de bóveda del extremo norte, de la que
sólo se conservan sus arranques del este (U.E. 10562) y del oeste (U.E. 10758).
G.A. 31. Parcelación al norte de la nave
Al norte de la iglesia, se han podido documentar dos muros
perpendiculares al muro de la nave (A.41) que corresponderían a un edificio
anexo, construido tras el cierre del crucero norte.
El primero de los muros (UE. 1121), situado más al oeste, presenta un
aparejo de mampostería irregular trabado
simplemente con tierra, aunque en su
base presenta mampuestos de mayor
tamaño. Sin embargo el muro más
oriental (UE. 1011), está realizado con
piezas de gran tamaño de calcarenita,
con un mejor acabado en sus caras
vistas.
También se construyó un pequeño
escalón (UE: 1016) sobre la cimentación
del crucero para facilitar el acceso al
nuevo anexo.
Ilustración 89. Muros del edificio con uso funerario
y enterramientos asociados
Una vez realizados los muros se
niveló el terreno, extendiendo restos de
obras y cubriéndolos con suelos de tierra
batida (UE. 1012, 1015, 1120, 1126).
Estos suelos todavía se utilizaron durante
las obras, ya que sobre ellos
encontramos agujeros de poste y
apoyos.
G.A. 32. Necrópolis norte
La parte del nuevo edificio anexo situada entre el muro oriental de los dos
descritos y el muro occidental del brazo del crucero va a mantener la
funcionalidad anterior de la zona como espacio funerario (A. 42).
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Junto a la edificación del espacio funerario se produce también una
ordenación regular de la distribución de las tumbas, que se sitúan en dos filas en
el centro de la estancia, dejando espacios libres entre los enterramientos y los
muros.
En el espacio que queda entre las fosas y el muro oeste del brazo del
crucero, se realiza un osario (A. 43, U.E. 1034, 1035), formado por un simple
pozo en la tierra, con unas piedras colocadas para separarlo de las fosas, donde
se acumulan los huesos de los enterramientos
para proceder a nuevas inhumaciones en las
mismas fosas, ya que este cementerio
perdurará en uso hasta el siglo XVI, cuando la
zona cambiará de funcionalidad.
Se han registrado un total de 7
enterramientos, 3 fosas vacías a la espera de
ser utilizadas y el mencionado osario.
Ilustración 90. Osario
Al
norte
del
crucero
se
han
documentado dos fosas vacías y un
enterramiento que, además, corta la zanja de
cimentación de la ampliación del crucero. Se
trata de enterramientos que por las relaciones
estratigráficas consideramos coetáneos, pero
que se encuentran fuera del espacio cubierto.
Como veremos más adelante, toda el área
norte presenta una intensa ocupación
funeraria en esta fase.
G.A. 33. Necrópolis sur
En el sur, el pórtico construido en la fase anterior sigue manteniendo un
importante uso funerario, aunque se concentra en el centro del pórtico, frente a
una ocupación más extensa en la fase anterior.
Se observa un emparejamiento del suelo antes de estos enterramientos (A.
136).
La asignación de los enterramientos del pórtico (A. 44) a una fase concreta
es difícil de efectuar utilizando únicamente criterios estratigráficos al ser todos los
enterramientos realizados desde una superficie similar y no observarse relaciones
más que entre las diferentes tumbas. Por ello se ha atendido a las caracterizas
tipológicas, siempre que no resultasen incoherentes con la estratigrafía, para
determinar los enterramientos de esta fase. En total han sido asignados a ella 21
enterramientos, junto a 3 fosas vacías.
G.A. 34. Necrópolis este
En la necrópolis del este se observa un menor número de enterramientos
(A. 45) que en fases anteriores, quizá por la excesiva concentración de
inhumaciones que ya se daba en esta zona.
En todo caso saturación de enterramientos debe ser la razón para el
traslado del área cementerial al nordeste, que proponemos para esta fase,
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129
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aunque es posible que conviviesen los últimos enterramientos del este con el
nuevo espacio funerario.
A esta fase de la necrópolis este se le ha asignado 13 enterramientos. Las
asignaciones de los enterramientos, como hemos señalado en las fases
anteriores, hay que tomarla con las precauciones de la falta de relaciones
estratigráficas que no sean entre las propias tumbas, lo que hace que muchas se
hallan realizado con criterios tipológicos, siempre que fuesen coherentes con la
secuencia estratigráfica.
G.A. 35. Construcción primer cementerio al nordeste
La saturación de las necrópolis del este y de la zona del pórtico, una vez
que el cierre del templo quedó finalizado, llevó al establecimiento de unas zonas
de enterramiento cerradas, con la construcción del espacio descrito en el norte
de la nave y también la realización de un cementerio cerrado y con un lateral
porticado en el nordeste de la iglesia.
La construcción de este nuevo cementerio (A. 46) se inicia con la
amortización completa de las estructuras lígneas que se situaban en esta zona.
Es en este momento cuando podemos observar la colmatación de una zanja (UE.
5503, 5518, 5533) y de varios agujeros de poste, sobre los que se aportan varios
estratos para nivelar las irregularidades del terreno. Sobre estas primeras
nivelaciones se asienta un encachado irregular de cantos rodados (UE. 5478,
5479) con abundantes restos de cerámica muy fragmentada.
Una primera revisión de los
materiales cerámicos aportados por la
colmatación de las estructuras lígneas y
de los pertenecientes al encachado ofrece
una gran similitud entre estos contextos,
lo que nos ha llevado a considerar que
son acciones realizadas casi de forma
simultánea.
Sobre
el
encachado
y
las
nivelaciones se realizó la construcción del
cierre del cementerio y de la colocación
de los apoyos para el pórtico situado en
su lateral este.
De las estructuras construidas del
cementerio, durante la excavación se ha
documentado el muro de cierre por el
norte y el este (UE. 5439, 5438, 5556), un
muro de división interna (UE. 5547)
perpendicular al muro norte de cierre,
Ilustración 91. Encachado de preparación
del suelo del pórtico
cuatro apoyos para el pórtico del este
(UE. 5208, 5502; 5480, 5504; 5207, 5120), un camino de circulación interior (UE.
5487, 5509) y un canal de desagüe del patio interior (UE. 5209, 5210).
130
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Ilustración 92. Esquina nordeste del cierre del
cementerio
Ilustración 93. Canal de desagüe
Los muros de cierre y el muro de división interior pertenecen a una misma
obra. Se construyen cimentados en una zanja de superficie horizontal y de
escasa profundidad que no busca el terreno natural. Se trata de una obra de
mampostería irregular realizada con piezas de calcarenita sin labrar, trabadas con
tierra y con 70 cm. de anchura.
Los apoyos son piezas de arenisca, posiblemente reaprovechados, pero
retallados a picón en forma troncopiramidal: Se sitúan alineados a 1,20 m. del
muro de cierre por el este. La distancia entre los apoyos también es también
aproximadamente de 1,20 m.
El camino interno es una pequeña
estructura de una sola hilada de
calcarenita, con la superficie bien nivelada
y con una anchura, documentada en su
zanja de robo, en torno a los 90 cm. El
tramo conservado está alineado este-oeste,
pero la zanja de robo forma un ángulo de
90º, configurando una estructura en “L”,
con un tramo perpendicular y otro paralelo
al cierre norte.
El canal de desagüe se sitúa en la
zona del pórtico, vertiendo hacia el este.
Está construido con piezas de lumaquela
reutilizadas en sus laterales y tejas curvas
en el fondo, todo ello sin utilizar ningún tipo
de argamasa ni en la trabazón de las
piezas ni como revestimiento.
Ilustración 94. Camino interno del
cementerio
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131
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Hay que señalar la presencia de un
apoyo (UE. 5384, 5385, 5386), similar a los
descritos, situado en el lateral oeste del área
excavada. Estratigráficamente es anterior a
la siguiente fase del cementerio, por lo que
podría funcionar con la estructura que
acabamos de describir. Sin embargo su
situación no se ajusta bien al resto de las
estructuras descritas, pudiendo encontrarse
movido de su posición original, lo que nos
ha llevado a no incluirlo, por ahora, dentro
de la estructura de este cementerio.
G.A. 36. Necrópolis
Los enterramientos en este momento
(A.47) se sitúan en el interior del patio,
quedando vacía la zona cubierta por el
pórtico.
Sólo han podido asignarse con Ilustración 95. Apoyos del pórtico
seguridad 6 enterramientos a este primer
cementerio, aunque posiblemente perteneciesen a él un mayor número. Como
veremos más adelante el cementerio es objeto de una ampliación que sólo
puede estar provocada por la falta de espacio en su interior. Pero, dada la
continua
actividad
funeraria
posterior en esta zona, las
relaciones estratigráficas se han
visto afectadas tan profundamente
que
resulta
imposible
tener
seguridad para encuadrar más
enterramientos en este momento
del cementerio. Por su escaso
número, también resulta muy
arriesgada cualquier asignación
basada en variables tipológicas.
Ilustración 96. Vista general del cementerio
132
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G.A. 37. Construcción del 2º cementerio
Quizá
una
excesiva
densidad de enterramientos en
el cementerio fue lo que llevó a
una ampliación del mismo que
se inicia con el derribo de los
muros perimetrales, al menos
por el este y por el norte (A. 48).
Tal vez no podamos hablar de un
momento concreto en el que se
roban las estructuras, sino más
bien un progresivo deterioro, en
el que se dan también otros usos
diferentes
al
enterramiento
humano,
apareciendo
concretamente el enterramiento
de un bóvido (UE. 5505, 5506).
Ilustración 97. Enterramiento de bóvido
Este proceso terminará con la construcción de un nuevo pórtico (A. 127), o
la reparación del anterior, añadiendo nuevos apoyos (UE. 5087, 5088, 5119,
5122), también de arenisca pero cilíndricos y con una separación mayor entre
ellos, en torno a los 2,50 m.
El muro de cierre oriental debió llevarse más al este, ya que, aunque no
Ilustración 98. Vista del cementerio con los nuevos apoyos y el
robo del muro de cierre amortizado
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133
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conservamos restos de este nuevo muro, se encuentran una serie de
enterramientos alineados interrumpiendo el trazado del anterior.
Una vez construidas las nuevas estructuras del cementerio, se procede a
nivelar el terreno dejándolo preparado para retomar la actividad funeraria.
G.A. 38. Necrópolis
A esta nueva estructura cementerial hemos podido asignar una mayor
cantidad de enterramientos (A. 49), fundamentalmente por encontrarse cortando
las estructuras del primer cementerio o los rellenos de nivelación realizados para
este segundo.
Destaca la presencia de una serie de enterramientos perfectamente
alineados en el este del área, situados bajo el pórtico, habilitando para la
inhumación un espacio que en el cementerio anterior había quedado vacío.
Ilustración 99. Vista del cementerio, con la alineación de enterramientos en el pótico y las estructuras del
primer cementerio ya amortizadas
En total se han asignado a este segundo cementerio 69 enterramientos, 3
fosas vacías y 2 osarios.
FASE 6. Construcción del cimborrio
G.A. 39. Construcción del cimborrio
Con la iglesia finalizada en planta y cubierta ya por bóvedas, se produce un
cambio importante en el diseño que supondrá la introducción de un cimborrio
flanqueado en sus cuatro esquinas por torreones circulares (A 50). Creemos que
134
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se trata de un cambio sobre el diseño primitivo porque la nueva obra necesita
adaptarse de manera algo irregular a las obras precedentes; los casos más
evidentes en este sentido los constituyen el apoyo del torreón de la esquina NE
(U.E. 11016), que corta una de las ménsulas del remate del crucero norte,
colocada en la última de las fases anteriores, y el torreón suroeste cuya primera
hilada ha sido labrada para adaptarse a una cubierta preexistente.
Ilustración 100. A la izquierda vemos los sillares cortados para adaptarse a una cubierta preexistente; a la
derecha vemos la ménsula cortada para que la obra de la torre noreste se adapte a ella.
Ambas son señales claras de que la idea del cimborrio (o al menos de la
configuración de las torres) no figuraba en el plan de obra hasta el momento
mismo de su construcción. La Actividad de la que hablamos consta de la
construcción de cuatro torres de sillería de planta circular (U.E. 11020 -NW-,
10994 -SW-, 11016 -NE-, 11003 -SE-), macizas, con un relleno de mampostería;
sólo tres de ellas (SW, SE y NE) conservan parte del forro de sillares,
desaparecido en la cuarta. Estos torreones flanquearían una estructura de planta
cuadrangular que albergaría una bóveda o cúpula.
Ilustración 101. Tetramorfos, de izquierda a derecha: Mateo, Juan, Lucas y Marcos
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De dicha obra sólo se conservan restos de los paños laterales, tanto al
exterior (U.E. 11006) como al interior (U.E. 10970, 11135, 10976, 11000, 11054) y
la representación de un tetramorfos en los ángulos ejerciendo la función de
atlantes.
1
2
3
Ilustración 102. Restos de 3 de las 4 torres que tuvo el cimborrio: 1 sureste, 2 noreste, 3 suroeste
4.1.1.3. Periodo 3. Siglos XIV y XV
FASE 7. Sacristía vieja y reformas de los siglos XIV-XV
Las primeras obras detectadas en todo el edificio que no tienen labra 101 ó
105 presentan sus caras acabadas con labra 106 ó 108. La mayoría de ellas se
concentran en la zona del crucero norte y la sacristía vieja (así se ha llamado
siempre a la habitación situada al norte de la cabecera, que hoy funciona como
museo), aunque también contamos con una construcción al exterior, en la
esquina SW del edificio. Dado que estas obras carecen de articulación física
entre sí, y sus características técnicas (a excepción del uso de gradina para su
acabado) no nos permiten establecer similitudes relevantes, se han establecido
Grupos de Actividad en función del espacio físico al que afectan (ver plano nº
35).
136
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G.A. 40. Acondicionamiento del espacio de la sacristía vieja
La sacristía vieja contaba hasta
este momento con una configuración de la
que nada conservamos, pero que gracias
a indicios secundarios podemos suponer,
entre otros aspectos, que su anchura
hacia el norte fuera mayor que la actual,
dejando espacio para que el pasillo que
discurre dentro del muro del cierre norte
del crucero diera acceso a una planta
elevada. Además, en la parte alta exterior
del muro oriental del crucero norte se
aprecia la huella de una bóveda que
queda descentrada respecto a los
soportes que a priori pudiera pensarse que
la sustentaban. Ambos hechos parecen
evidenciar que el muro sobre el que se
apoyaba la bóveda estaba desplazado,
como decíamos antes, hacia el norte.
Ilustración 103. Pasillo cegado por el muro actual
En un momento indeterminado
seguramente entre los siglos XIV y XV,
se introduce una modificación de los
accesos a este espacio. El más
importante (al menos de los que han
permanecido hasta hoy) es el arco
apuntado que se abre en el muro
oriental del crucero (A 51). En esta
misma Actividad se reforma al menos
el espacio interior de la sacristía, lo que
se refleja en la introducción de un
semiarco en la mitad sur (U.E. 10305,
Ilustración 104. Huella de la bóveda descentrada
10267); si bien se conservan sólo las
piezas del arranque, gracias a la marca dejada en el muro podemos saber que
era un medio arco
apuntado. Tiene
unas
características
similares al arco
de acceso, ya que
los ángulos son
rectos
en
el
arranque
para
convertirse
en
achaflanados más
arriba y la labra es
Ilustración 105. Restos del semiarco apuntado (izquierda) y nuevo acceso
108
(derecha, Foto L & P. Prestamo de la Parroquia)
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G.A. 41. Reforma del coro del brazo norte del crucero.
Las reformas en el coro responden a necesidades de tránsito y
funcionalidad principalmente. Por ello se abre una nueva entrada desde la
escalera de caracol (A 53,
U.E. 11172); el corte realizado
para dar paso desde los pasillos
anejos al muro norte está
realizado a gradina, el mismo
instrumento con el que se labran
todas las obras de la reforma de
este momento. También se abre
una hornacina en el alzado
occidental, rematada en arco
apuntado y con labra 106 (A 54,
U.E. 10376, 10377); este hueco
contaba con dos estantes,
alojados
en
cuatro
rozas
abiertas en las jambas (U.E.
10378), por lo que podemos
considerar
que
funcionaba
como librería en un espacio
dedicado al canto litúrgico.
G.A. 42. Esquina suroeste
del edificio
Ilustración 106. Obras labradas a gradina en el coro: hornacina,
puerta de comunicación con el la escalera y detalle del corte
para la apertura de esa puerta
Ilustración 107. Obra en la esquina suroeste
138
En la fachada sur del
edificio se conservan los restos
in situ de una construcción que
podemos relacionar con esta
Fase
Constructiva.
Nos
referimos a las hiladas de la
base del extremo occidental
(U.E. 10606), que presentan
unas características técnicas
bien diferenciadas del resto. Son
nueve hiladas de sillería labrada
ex novo para esta obra, con sus
caras terminadas a gradina
(labra 108) y un color gris que
las diferencia del resto del muro;
llegan desde la esquina hasta la
puerta de la casa cural. Alberga
dos
pequeñas
ventanitas
adinteladas, con una altura de
dos hiladas (en las últimas
décadas del siglo XX se las
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amplió una hilada más). Desconocemos la funcionalidad de esta construcción,
pero dado que se sitúa en línea con los restos de un pórtico anterior al actual
detectado durante la excavación (A. 30), podemos suponer que se trate de algún
elemento relacionado con aquél.
G.A. 43. Reforma cementerio
En un momento situado entre finales del XIII y la primera mitad del XIV,
según la cronología que nos aporta una primera revisión de los materiales
asociados a una nivelación, se realizan reformas en el cementerio del sudeste (A.
57). Estas supusieron la elevación de la cota de toda esta área por medio de una
nivelación (UE. 5123, 5126, 5127), la reparación del antiguo canal de drenaje
(UE. 5272, 5273) y la construcción de otro nuevo (UE. 5205, 5206; 5002). Durante
estas obras también se realizan varios agujeros de funcionalidad indeterminada
(UE. 5265, 5266; 5091, 5092; 5420, 5421), que deben corresponder a usos
temporales, quizá relacionados con la propia obra, y que quedan amortizados
con la nueva nivelación.
Ilustración 108. Nueva canalización realizada con la reforma del cementerio
Posiblemente en este momento sigan funcionando los apoyos del segundo
pórtico construido en la fase anterior, ya que las nivelaciones se adosan a ellos
sin llegar a cubrirlos y además se mantiene, con las reparaciones necesarias, el
canal de desagüe que funcionaba en la fase anterior.
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G.A. 44. Necrópolis
Tras realizar las obras de reforma del cementerio se reanuda la actividad de
inhumación (A. 58), de forma mucho más limitada, documentándose únicamente
16 enterramientos.
Estos presentan una tipología variada en cuanto a su tipo de fosa y
estructura, pero la mayor parte, comparten un rasgo común: la presencia de
tapas monolíticas sobre la tumba, a la cota de la superficie de uso del
cementerio.
Ilustración 109. Vista de las cubiertas monolíticas de las tumbas
Ilustración 110. Ejemplos de la variedad tipológica de los enterramientos
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4.1.1.4. Periodo 4. La iglesia parroquial (1496-1776)
FASE 8. Reformas del siglo XVI
G.A. 45. Demolición de las divisiones anteriores y construcción del nuevo
edificio
En un momento indeterminado a lo largo del siglo XVI, se llevó a cabo la
reconstrucción de la estancia anexa al Norte de la Basílica. Las obras de reforma
comenzaron con el desmantelamiento de las estructuras previas, eliminando las
anteriores divisiones y realizando un corte en los estratos y estructuras para
adecuar el terreno para la obra (A. 60).
Tras desmontar las estructuras anteriores y preparar el terreno se inició la
construcción del nuevo muro (A. 61) de cierre septentrional del edificio. Se trata
de un muro de mampostería con piezas de mayores dimensiones y peor
trabajadas en la base que las partes altas.
Terminadas las obras del muro de cierre Norte se efectuó el suelo del nuevo
espacio creado (A. 62). Para ello, se depositó un estrato de tierra batida de baja
compactación que presenta una composición arcillosa y un espesor que oscila
entre 7-10 centímetros.
Con esto quedaría definitivamente configurado el nuevo espacio al norte,
que frente al anterior compartimentado, se configura como algo unitario.
Sus usos también cambian en este momento, abandonándose la función
funeraria, como de hecho sucede en todos los espacios exteriores, quizás
coincidiendo con el inicio de los enterramientos al interior del templo.
En cuanto a su nueva función, nada nos aportan los resultados de las
excavaciones. Sin embargo, las rozas en el muro norte y en el muro occidental
del brazo del crucero, que parecen corresponder a un arcón de grandes
dimensiones, acorde con el uso del nuevo edificio como espacio de almacenaje.
G.A. 48. Amortización del cementerio
En el siglo XVI el cementerio de nordeste había dejado de utilizarse. Por una
parte no encontramos materiales asociados a los enterramientos que podamos
fechar con posterioridad al siglo XIV. Por otro lado encontramos algunos
vestigios que podemos interpretar como elementos auxiliares a obras en la
iglesia, ya que en su colmatación aparecen elementos arquitectónicos
pertenecientes a ella.
La primera actividad constatada en la zona (A.63) tras el abandono de la
necrópolis es un pozo circular (UE. 5125) en cuya amortización se encuentran
elementos constructivos, fundamentalmente restos de teja y mampuestos.
Puede tratarse de un pozo utilizado para contener agua o cal durante unas
obras, que sería amortizado al final de las mismas con el escombro sobrante.
A finales del siglo XVI tenemos referencias documentales15 de la utilización
de la zona como almacén de materiales, en concreto de cal, por lo que no resulta
15
Año 1590. Archivo del Cabildo. Pueblos. Armentia. Caja 119. Sig. 143-22. Parroquia de Armentia. Obras
de la casa de Armentia.
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extraño que también se utilizase para contener agua, para la preparación de
morteros, etc.
Tras las obras el pozo quedó amortizado, como hemos señalado, con
materiales constructivos de desecho, teja y mampuestos fundamentalmente,
junto con restos de lajas pertenecientes a tumbas (UE. 5124). Esta amortización
pudo coincidir con una nueva nivelación del terreno (A.129) sustentada en un
muro de contención con orientación norte-sur (UE. 5118) que se adosa a uno de
los antiguos apoyos del pórtico del cementerio.
Esta nivelación amortizaría los canales de drenaje, que ya no tendrían razón
de ser al encontrarnos en una zona abierta y posiblemente dedicada al cultivo.
Por último, sobre la nivelación, se colocaron varias lajas dispuestas en dos
alineaciones formando ángulo recto (A. 130).
Ilustración 111. Apoyos sobre la nivelación que amortiza el cementerio
Sobre estas lajas apoyarían postes de madera para sustentar un pórtico o
cobertizo entre los apoyos y un edificio situado al sudoeste de los apoyos.
Estas actividades indican un cambio de funcionalidad en la zona, que en
principio ya ha dejado de tener un carácter funerario, se utiliza durante algún
tiempo como espacio auxiliar a las obras para finalmente dedicarse al cultivo,
asociada a las construcciones anejas a la iglesia, posiblemente las casas o
palacio de quitapecho, mencionadas como lugar de habitación de agricultores16.
16
Año: 1637. Archivo del Cabildo. Pueblos Armentia. Caja 119. Signatura actual: 143-13.
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G.A. 49. Reformas en la sacristía vieja. Construcción torre
Durante el siglo XVI se produce una serie de importantes reformas en el
espacio de la sacristía vieja, que incluyen tanto a su interior como a los muros de
cierre septentrional y oriental, donde seguramente se ubicaba la torre.
En primer lugar tenemos evidencias
de que durante el siglo XVI se pinta el
interior del espacio de la sacristía, al menos
dos veces, con un dibujo que imita sillares.
Ilustración 112. Pintura que imita sillares blancos
con juntas negras en la parte superior y sillares
rojos de juntas blancas en la parte inferior
Por otro lado, la reforma del espacio
parece no limitarse a la decoración
pictórica, sino que es muy probable que se
reconstruyesen los muros del norte y del
este; contamos con muy pocas evidencias
de esto, en realidad limitadas a los restos
de un muro que arrancaba hacia el este de
la esquina NE del crucero (A 65, U.E.
10212). De éste se conservan cuatro
hiladas, aunque sólo una pieza por hilada;
la mayoría de las piezas tiene labra 101 ó
105 (aunque por su colocación muestran
signos de ser reaprovechadas), y una de
ellas (al parecer elaborada ex novo)
presenta talla 108. Debe tratarse de un
espacio en líneas generales similar al
actual,
aunque
seguramente
con
elementos diferenciadores hacia el este por
la más que probable conservación aún en
la zona de los restos de la cabecera de la
iglesia primitiva.
Hasta el momento de la construcción
del nuevo espacio de la sacristía, existía una vía de comunicación directa entre el
coro del brazo norte del crucero y la planta alta de la sacristía; dicha
comunicación se establecía por el paso abierto dentro del muro del hastial norte,
hoy ocupado parcialmente por un tubo de calefacción. Pero con la construcción
del muro U.E. 10212 este paso debió quedar amortizado, ya que por muy
estrecho que fuera el muro nuevo, lo obstaculizaría.
Año: 1579. Archivo del Cabildo. Pueblos Armentia. Caja 119. Signatura actual: 143-9. Otros temas de
vecinos y propiedades de Armentia. “Peticion y scriptura de los vecinos de Armentia como la casa de la
yglesia de Sant Andres y de Sant Julian son capitulares”, 1564.
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4.1.1.5. Periodo 5. Las reformas del siglo XVIII
FASE 9. Reformas del siglo XVIII
Después de los años de una más que probable falta de mantenimiento del
edificio, se llega al siglo XVIII con la iglesia en un estado que podríamos calificar
de lamentable, a juzgar por las expresiones vertidas en la documentación de la
época. A raíz de esto, en la década de 1770 se inicia un programa de
restauración que dotará al edificio, en gran medida, del aspecto que tiene en la
actualidad (ver plano nº 37).
G.A. 50. Derribo
La primera acción que se realiza es la de sanear todas las fábricas que
estaban en mal estado, para lo cual se derriba gran parte de la nave, de la que
sólo dejan en pie la parte más oriental del muro norte; el hastial occidental, así
como el muro sur, son completamente derribados (A. 66).
Además de la nave, en este momento se ven gravemente afectados la torre
(A. 67, U.E. 4004 y 4005) y la sacristía vieja (A. 68, U.E. 10211, 10350), que son
completamente desmontados para realizar una reedificación completa de la
primera en una nueva ubicación, y de la segunda en su mismo emplazamiento.17
La aparición de la zanja de robo de una estructura en el extremo noroeste
de la zona 4000 ocasionó, al comienzo de la intervención, problemas
interpretativos, puesto que la estructura afectada por el robo corresponde a un
edificio de gran antigüedad, probablemente la sede de la catedral del siglo XI,
mientras que su robo no se produce hasta finales del siglo XVIII. Además, existían
otra serie de indicios estratigráficos que, por un lado, nos confirmaban la
antigüedad de este elemento, como el hecho de no estar cortado por ninguno de
los enterramientos de la necrópolis. Estos datos, aparentemente contradictorios,
se han podido explicar parcialmente tras el análisis de la documentación, que
nos ha permitido identificar las reutilizaciones de la estructura que se emplazaba
en este lugar.
G.A. 51. Construcción del nuevo edificio
Con las partes más deterioradas saneadas, están en condiciones de
acometer la reconstrucción de la iglesia según el nuevo plano. La reconstrucción,
especialmente en las fachadas exteriores y la nave, crea una nueva configuración
del edificio que rompe con la imagen anterior, imagen que es muy difícil imaginar
en la actualidad en una visita al edificio. En resumidas cuentas, se puede decir
que la obra del siglo XVIII consistió en rodear con una gran caja rectangular los
restos de la fábrica original que quedaron en pie.
17
Año: 1776. A.H.P.A. Protocolo: 1.584. Escribano: Miguel, Robredo y Salazar. Condiciones de Cantteria de
las Obras que se han de ejecuttar en la/ Yglesia Parroquial del lugar de Armenttia. 17 Junio de 1776. (f. 509517v).
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Ilustración 113. Rodeado en rojo vemos la obra que se lleva a cabo en el siglo XVIII en el exterior.
En primer lugar se procede a la reconstrucción completa de la nave (A 69);
esta obra consiste en dos muros de mampostería paralelos, al norte y sur de la
nave actual. El muro del sur configura tanto el cierre interior (U.E. 10842, 10843)
como el exterior (U.E. 10723) de la nave, y es el mismo en el que se dispone el
muro del pórtico donde se sitúan los dos tímpanos, el sepulcro y la portada, así
como el banco corrido de la base (U.E. 10730).
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Ilustración 114. Muros de la nave y aspecto del pórtico tras la reforma del siglo XVIII
En este lateral, nada se conserva de la
nave primitiva; sin embargo, como se puso de
reflejo en la descripción de los elementos del
período románico, al norte se conserva una
porción importante de la nave original. Sin
embargo, la obra del siglo XVIII no respetará
las dimensiones y proporciones de dicha obra,
creando una nave más pequeña que la
anterior pero, esta vez, simétrica y alineada
con el eje del ábside.
Se trata de la construcción de un muro
de mampostería paralelo al muro anterior de la
nave, situado aproximadamente a medio
Ilustración 115. El coro al fondo.
metro al sur del mismo (U.E. 10609, 10856, A.M.V. Gui-2º-23-1(3). E. Guinea
10183). En estos muros se abrían sendas
puertas enfrentadas, a media altura, que daban acceso al coro que se situaba a
los pies; en el sur se abre el hueco de la portada, coetáneo a la fábrica.
Con la nueva nave construida, se procede
encerrar la obra en la “caja” de la que
hablábamos antes (A 70), siendo esta la obra
más importante en tamaño de las ejecutadas
durante la reforma del siglo XVIII. La obra se
inicia desde el norte, siendo muros
completamente de mampostería pero que son
realizados en varias etapas de obra que se
reflejan en las diferencias técnicas visibles en
altura. Se inicia con los muros de la base del
norte y el oeste (U.E. 10001), a los que van
uniendo al exterior el contrafuerte visible al
norte
(U.E.
10162);
este
contrafuerte
contrarresta los empujes del arco (U.E. 10168)
que soporta la cara occidental de la torre; este
arco, rematado en arco apuntado, está hecho
Ilustración 116. Arco de sillería reutilizada
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de sillería reutilizada del período románico, lo que se refleja por las labras 101 y
105.
En esta obra se abre la ventana de la base del hastial occidental de la nave
de la iglesia. Seguidamente se construye la primera planta de la esquina NW
(U.E. 10918), en la que se abren cuatro ventanas (dos al norte y dos al oeste);
una quinta ventana (la que da luz a la nave de la iglesia desde la parte alta del
hastial occidental) se comienza a abrir. Finalmente se remata en altura todo el
espacio de la esquina NW (U.E. 10097, 10554), terminándose de construir la
ventana superior del hastial de la nave. Pero este espacio de la esquina NW
(utilizado como almacén) no se terminará hasta la edificación de la nueva torre;
ésta se construye en tres etapas de obra: una primera coetánea a las anteriores,
en la que se introduce el arco apuntado que soporta el muro oeste; una segunda
etapa en la que se crea la caja de la base de la torre (U.E. 10096), adaptando la
escalera de caracol a la nueva obra (U.E. 10587).Y una tercera etapa de obra en
la que se levanta el cuerpo superior o cuerpo de campanas, en el que se abren
cuatro huecos de campana, uno en cada cara (U.E. 10123).
El siguiente momento dentro de la misma actividad consiste en la
construcción de la casa cural y la fachada sur; la casa cural, con sus tres muros
traseros de mampostería (U.E. 10921), se adosa al hastial occidental de la nave;
en esta zona cuenta con siete ventanas, dos en la planta baja, cuatro en la
primera planta y una en la superior (utilizada como trastero). Las siete se
encuentran cegadas en la actualidad. De forma paralela a la construcción de la
parte trasera de la casa cural se van levantando el pórtico y la fachada sur del
conjunto, con el exterior de sillería y el interior de mampuestos. Las primeras
obras consisten en la puerta adintelada para la casa cural (U.E. 10608) y los
cinco arcos de medio punto del pórtico (U.E. 10629), así como el cierre
occidental del mismo (U.E. 10724, 10722). Por encima de estos vanos se cierra la
fachada sur, con un muro de sillería reutilizada del período románico, con
marcas, cornisas y labras mezcladas aunque presenta la 101 y 105 en su enorme
mayoría; se aprecian numerosas zonas en función de las hiladas, que no son
continuas, pero reflejan una obra conjunta.
La primera planta (U.E. 10614)
contaba con cuatro ventanas y tres
vanos en forma de balcón. La planta
superior (trastero, U.E. 10631, 11120,
11121, 11122) cuenta con seis
ventanas, encima de los vanos
inferiores; el único de aquellos que no
tiene una ventana equivalente en la
planta alta es el vano central, que es el
único que en las fotos de principios
del siglo XX cuenta con un mirador
cerrado.
Ilustración 117. Mirador enmarcado en rojo.
A.M.V. Yan-13x18-82.33. C. Yanguas Alfaro
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Ilustración 118. Sacristía nueva.
De
forma
paralela
a
la
construcción de esta fachada se erige
la sacristía nueva, adosada a la
esquina entre el presbiterio y el
crucero sur. Se trata de una obra se
sillería por el exterior y mampostería al
interior, elaborada en gran medida a
base de sillares reutilizados de la obra
románica, por tanto también con
labras mezcladas. Se aprecian dos
etapas de obra con características
técnicas algo diferentes, pero que
denotan un mismo origen. La base
(U.E. 10658) llega hasta el arranque de
la bóveda al interior y el dintel
de la ventana del sur.
Posteriormente se eleva
la parte alta, también de sillería
al exterior y mampostería al
interior (U.E. 10164, 10896); en
la zona de unión de ambas
plantas se construye una
bóveda de arista elaborada en
ladrillo (U.E. 10736). Una
particularidad de la sacristía
nueva es que la sillería baja del
exterior procura mantener las
hiladas de la obra románica (la
de cabecera y hastial sur del
Ilustración 119. Bóveda de la sacristía nueva
crucero), lográndolo en gran
medida, lo que en algún punto puede confundir al parecer que pudiera tratarse
de obras coetáneas.
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Para el acceso a la
sacristía se abre una nueva
puerta hacia el presbiterio,
rasgándose
los
muros
originales. La obra de la
sacristía obliga a cegar una
ventana que se abría al sur del
presbiterio, rematada en arco
de
medio
punto
y
seguramente abocinada; el
cegado de este vano y la
apertura de la puerta de la
sacristía parecen formar parte
de
una
misma
obra,
apreciándose su continuidad;
tanto el corte para eliminar la
ventana y abrir la puerta (U.E.
10454) como las piezas
introducidas para cegar la
primera y crear las jambas y
dintel de la segunda (U.E. Ilustración 120. Cuidadísimo cegado de una ventana y obra de
10455) tienen las mismas apertura de la puerta a la sacristía nueva
características y no presentan
solución de continuidad entre ambas.
Un rasgo a destacar del cegado de la ventana es el cuidado puesto para
hacerlo; teniendo en cuenta las características de la sillería de la cabecera, con
una regularidad extrema, los constructores del siglo XVIII tuvieron sumo cuidado
en mantener visualmente esa regularidad. Para ello, cortaron piezas en ángulo,
creando pequeños sillares de formas triangulares que “completaran” las partes
faltantes de los sillares que rodeaban a la ventana; así, sin un examen detallado
de las piezas y su labra resulta muy difícil percibir los contornos de la obra. En
este momento se ciega también una saetera que iluminaba el crucero sur desde
el este.
Esta Actividad finaliza con el remate de la fachada sur, que se apoya sobre
todas las obras anteriores, y constituye las tres hiladas superiores (U.E. 10638);
en ella se colocan los canecillos decorados tan característicos de Armentia, que
pertenecían originalmente a la obra románica.
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Otra Actividad relacionada con las anteriores es la reconstrucción desde la
base de la sacristía vieja (A. 71); esto implica el derribo de la torre primitiva (U.E.
4280, 4281) y los muros anteriores de dicha sacristía (U.E. 10211). La nueva
construcción también presenta dos zonas técnicamente diferenciadas, la base
(U.E. 10188, únicamente cuatro o cinco hiladas) y la parte alta (U.E. 10189,
prácticamente toda la obra).
Ilustración 121. Huellas de la colocación y el robo de la bóveda que vemos en la imagen de la derecha.
A.H.P. Fondo Alberto Schommer Koch. Nº 2887
Ambas son de sillería por el exterior y mampostería al interior18, presentan
sillares reutilizados tanto de la obra románica (tallas 101 y 105, marcas 451 y
452), como de las obras de los siglos XIV-XV (talla 108, marcas de cantero 407,
408, 409, 410). Al interior, esta obra se remata con la introducción de dos
bóvedas de arista realizadas en ladrillo, caídas en 1972 y de las que restan los
cortes efectuados en los muros para apoyarlas (U.E. 10353, 10307) y las marcas
dejadas en los muros tras su eliminación (U.E. 10309, 10308). Se conservan
fotografías donde se aprecia el arranque de una de estas bóvedas. La
reconstrucción de la vieja sacristía motivó el cegado de la puerta primitiva (U.E.
10381, 10397, 10398, 10399, 10380, 10340) y la apertura de una nueva a mayor
altura, algo más al oeste y enfrentada con la de la sacristía nueva (U.E. 10400,
10401).
18
Suponemos que el interior es de mampostería aunque no se vea debido al enlucido que presenta puesto que
anteriormente estaba enlucida toda la sacristía antigua pero posteriormente dejan al descubierto la sillería
quedando estos muros cubiertos (o recubiertos).
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Ilustración 122. Bóvedas de la nave
La última obra relevante
por su volumen es la
introducción de las bóvedas
de la nave (A 72); se trata de
las tres bóvedas de arista
que la cubren actualmente
(U.E. 11187), así como de
una
cuarta
(hoy
desaparecida) que cubría el
espacio central del crucero
por debajo de la línea del
tetramorfos. De esta última
bóveda tenemos fotografías
de principios del siglo XX, así
como
descripciones
de
época; estratigráficamente se
hace visible por los cortes
efectuados
para
su
introducción y puestos de
manifiesto al eliminarlas en
las reformas de principios
del siglo XX (U.E. 11169).
Como parte de la
reconstrucción de la nave
de la iglesia se produce un
traslado del coro desde el
brazo norte del crucero a
los pies de la nave (A. 73).
Para ello se mueven las
pilastras dobles rematadas
en capiteles decorados
(U.E. 10844, 10845, 10859,
10860) que servían de
soporte al coro primitivo
para establecerlas en su
emplazamiento
actual,
sobre
las
cuales
se
apoyaba un arco escarzano
muy rebajado que iba de
lado a lado de la nave, y del
que nada se conserva; los
accesos al coro desde la
casa cural y los almacenes
Ilustración 123. A principios del siglo XX se veía la hoy
desaparecida bóveda del crucero y el antiguo altar con un gran
se
efectuaban
desde
retablo que impedía el paso al ábside. De Díaz de Arcaya, M. (1901)
sendas puertas abiertas en
los muros de la nave, que se han mencionado en la Actividad 69.
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Las modificaciones efectuadas con la
creación de un nuevo muro para el cierre
septentrional de la nave crearán espacios
de circulación diferentes, que afectarán de
manera destacada al acceso al púlpito;
hasta el siglo XVIII era accesible desde la
escalera de caracol o el coro, pero las
nuevas obras pudieron haber obstaculizado
el paso. Por ello se realiza una nueva
configuración del púlpito, que si bien
permanece en el mismo lugar a partir de
ahora tendrá acceso directo desde la nave
por medio de una escalera exterior (A. 74,
U.E. 10558).
Todas las obras del siglo XVIII
confluyen finalmente en la reforma integral
de la zona de la cabecera, de la cual ya se
han adelantado algunos elementos como la
apertura de dos puertas para el acceso a
las
sacristías
laterales.
La
nueva
124. Púlpito. A.M.V. gui-2º-23-1(3).
configuración del altar (A. 75) consiste en su Ilustración
E. Guinea
elevación unos 50 cm., construyendo
gradas de acceso y unas barandillas que lo limitan. Esta elevación motivó que las
basas de las pilastras de las esquinas de la cabecera quedaran ocultas hasta las
obras del siglo XX. El nuevo retablo se colocó en el punto de unión entre ábside y
presbiterio, ocupando toda su anchura, con lo que el espacio semicircular de la
cabecera quedó oculto; las únicas evidencias de esta obra son los mechinales
donde se sujetaba el retablo en los laterales (U.E. 10462, 10464), así como
algunas rozas como las dejadas por la introducción de las barandillas (U.E.
10410, 10482); afortunadamente conocemos el aspecto de estas obras gracias a
las fotografías de principios del siglo XX (ilustración 108).
Una vez finalizados los muros perimetrales del edificio, se vuelve a poner en
uso el anejo del norte y el pórtico del sur, para lo que se construyeron suelos
adaptados a los nuevos espacios creados (A. 76). En las excavaciones realizadas
hemos podido documentar los niveles de preparación (UE. 1002, 1105, 1118,
3001 y 3014) que sirvieron de base a un enlosado de piedra, cuya fisonomía sería
de similares características al que todavía podemos ver en algunas zonas de la
Basílica actual. Estaba construido con piezas de sillería de obras anteriores -en
las que todavía pueden apreciarse incluso marcas de cantero medievalesdispuestas de forma aleatoria y con numerosos engatillados para poder
encajarlas.
Como ya habíamos visto durante obras en el siglo XVI, e incluso en las
obras de la iglesia románica, la zona norte se utiliza en estos momentos para
almacenar materiales y agua (A.77).
En la excavación de la zona 5000 encontramos dos pozos (UE. 5069, 5071),
uno de planta circular y otro cuadrada, que profundizan hasta el estrato
geológico y que probablemente sirvieron como aljibes temporales durante las
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obras. Otro de menores dimensiones (U.E. 5065) no llega hasta el sustrato
natural, por lo que no parece adecuado para retener agua, aunque podría
tratarse de otro uso relacionado con las obras, ya que su relleno de amortización
es muy similar y, como veremos, parece corresponder a restos de estructuras
desmontadas en el siglo XVIII.
Ilustración 125. Pozos para contener agua durante las obras
Otro de los elementos relacionados con la recogida de aguas se encuentra
más alejado de la iglesia, en la zona de cultivo situada más al este y arrasada a
una cota inferior.
Se trata de una cubeta circular con una salida por su lado este, hacia el
arroyo cercano. No es completamente segura su relación con las obras del XVIII,
ya que su relleno de colmatación no es similar a los anteriores, aunque si es
seguro que está colmatado cuando la zona empieza a utilizarse como tierra de
labor.
La amortización de los pozos de obra (A.78) se realizó una vez finalizadas
las reformas del siglo XVIII.
Los materiales que aparecen en su amortización, además de ofrecernos una
cronología conforme con la aportada por la documentación para las obras del
siglo XVIII, tienen elementos constructivos que únicamente se pueden relacionar
con la torre reconstruida en el siglo XVI y derribada en el siglo XVIII.
Las prescripciones de la obra de la torre de 1578 especifican el uso de
ladrillo19 moldurado para las cornisas de la torre, tal como aparece en el relleno
del pozo. Por otra parte aparecen tejas con vidriado blanco, aunque es
mayoritaria la teja sin vidriar, por lo que debió usarse únicamente en los cambios
de vertiente.
4.1.1.6. Periodo 6. Las reformas del siglo XX
FASE 10. Remodelación para uso agrícola de la zona exterior oriental
G.A. 52. Delimitación de las zonas agrícolas y cultivo
Tras la finalización de las obras de remodelación de la Basílica, a principios
del siglo XIX, se produce una remodelación de todo el espacio situado al este y
19
Año: 1578. A.H.D. Sig.: 143-4. Traza y condiciones de la nueva torre de la iglesia de San Andrés de
Armentia. Vitoria 30 de mayo de 1578. (Copia posterior).
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nordeste de la iglesia. Los terrenos inmediatos a la cabecera y el espacio
anteriormente ocupado por el cementerio se convierten en una huerta de cultivo
manual, mientras los situados más al este se utilizar para tierra de labor con uso
de arado (ver plano nº 38).
Aunque probablemente estos usos agrícolas ya se daban desde el
abandono del cementerio en el siglo XVI, es en este momento, quizá
coincidiendo con la construcción de un cementerio al norte, cuando los espacios
quedan delimitados (A. 79).
Se ha documentado la presencia de una valla entre el espacio de huerta y el
de tierra de labor, representada por numerosos agujeros para postes y un
camino (UE. 4017) paralelo a dicha valla.
Ilustración 126. Agujeros para los postes de la valla de la huerta
También se encontraron dentro del espacio de huerta dos rozas (UE. 4006,
4052) que pueden corresponder a pequeños almacenes y una zanja de drenaje
(UE. 4090), con un relleno de piedras que evitaba que quedase atascada.
Más al este, la utilización de medios mecánicos para las labores de arado
ha formado un gran corte en el terreno natural (A.80, UE. 4169, 5086), que ha
dejado toda esta parte a una cota inferior al resto, sin más estratificación que el
propio relleno de la tierra de labor y los elementos anteriores que se encontraban
cortando el terreno natural.
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FASE 11. Obras entre 1900 y 1920
A finales del siglo XIX se produce una circunstancia que motivará el último
de los cambios importantes que sufrirá la fábrica de la iglesia. En el año 1870,
don Ricardo Becerro de Bengoa, acompañado por el entonces párroco de
Armentia, sube a las cubiertas del edificio para ver unas figuras que el dicho
párroco había descubierto. Al llegar a la zona central del crucero queda ante las
cuatro imágenes del tetramorfos, asombrándose de la ignorancia que hasta la
fecha se tenía de este conjunto escultórico.
También acceden a la trasera del
retablo, para observar con el mismo o
mayor asombro aún el sagrario medieval
que permanecía oculto en la cabecera
semicircular.
A
raíz
de
estos
descubrimientos
se
producen
dos
publicaciones (Díaz de Arcaya, M.,
Armentia. Su obispado y su basílica de San
Andrés, 1901; Becerro de Bengoa, R.,
Descripciones de Álava. Armentia y
Estívaliz, en Ateneo nº48, pp. 3-8), la
segunda de las cuales presenta fotografías
de las imágenes que afortunadamente han
llegado hasta nosotros. Empieza entonces
una campaña para sacar a la luz tan
destacados elementos, campaña que
deriva en un ambicioso plan de obras que
culminará en 1912 con una reforma de gran
porte que dará el aspecto actual (al menos
por el exterior) a la iglesia.
Dichas obras tienen como principal
protagonista al cimborrio, que seguramente
había sido derribado en las obras del siglo
XVIII.
Ilustración 127. Sagrario medieval en su
anterior ubicación en el lado norte del ábside.
A.M.V. Gui-IV-41-10. E. Guinea
G.A. 53. Obras para el cimborrio
En primer lugar se procede a eliminar la bóveda de arista que cubría el
centro del crucero (A 81, U.E. 11169), momento en el que se procede a quitar de
su emplazamiento los restos seguramente ruinosos del cimborrio anterior (U.E.
11161).
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Ilustración 128. A la izquierda vemos una litografía de E. Laporta (prestamo de la Parroquia) de finales
del siglo XIX donde se aprecia la ausencia del cimborrio que vemos en la foto de la derecha.
A continuación se realiza la reconstrucción del cimborrio (A 82) con su
aspecto actual, esta vez sin la presencia de las cuatro torres que flanqueaban el
original. Para ello se reconstruye la parte superior de los muros de sillería del
interior (U.E. 11057, 11129, 11021, 11134), se reparan las estatuas del
tetramorfos y se construye la nueva bóveda (U.E. 11160), así como los muros
exteriores de mampostería con su remate de canecillos imitando a los de la obra
románica (U.E. 11001).
G.A. 54. Otras obras
La nueva configuración del edificio
llevó necesariamente a la disposición de
una nueva estructura de cubiertas (A 83),
que afectó a todo el conjunto y de la que
aún quedan algunos restos a pesar de los
cambios posteriores. Se trata de una serie
de vigas de madera que no responden a la
estructura actual que en algún caso han
quedado fuera de uso y de varios pilares y
zapatas que han sido en ocasiones
recrecidos, reparados y reforzados para
otras cubiertas posteriores.
La obra para dejar a la vista el sagrario
que se ocultaba detrás del altar hizo que se
modificara por completo la configuración de
la cabecera, con la colocación de un nuevo
retablo más estrecho que el anterior como
su aspecto más relevante. Esta obra no
dejó grandes evidencias, más allá del
cegado de los mechinales donde se
156
Ilustración 129. El altar como quedó a principios
del siglo XX con el sagrario a la vista (izquierda)
A.M.V. Gui-IV-57-11. E. Guinea
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sujetaba el retablo anterior (U.E. 10520, 10463, 10467, 10461). El retablo del siglo
XVIII fue trasladado al crucero norte, donde permanecería hasta la década de
1940. Tenemos constancia de la configuración de la cabecera y del crucero norte
gracias a las fotografías conservadas.
FASE 12. Reformas entre 1940 y 1960
El siglo XX (y en especial a partir de la década de 1920) fue particularmente
pródigo en reformas del interior de la iglesia, la mayoría de las cuales pueden ser
seguidas tanto por las evidencias estratigráficas como por las fotografías
conservadas en los archivos y publicaciones. La documentación es también muy
detallada, habiendo cuentas, proyectos y detalles de casi todas las obras
realizadas; dado que sería prolijo seguir cada una de las actuaciones efectuadas,
intentaremos resumir los aspectos más relevantes y que tienen relación directa
con nuestra secuencia estratigráfica.
Entre 1940 y 1960 se van produciendo numerosas reformas en general de
menor calado, aunque algunas de ellas supusieron un cambio de aspecto muy
significativo. La mayoría de estas obras se realizan durante la década de 1940.
G.A. 55. Obras en la cabecera
En el año 1944
se
modifica
el
aspecto
de
la
cabecera,
con
numerosas
obras
que empiezan por el
traslado del sagrario
desde la cabecera
hasta
su
emplazamiento
actual en el crucero
norte (A. 86); para
ello se quita el
mueble litúrgico y se
Ilustración 130. Aspecto actual del muro tras el traslado del sagrario y la
reconstruyen
los
sustitución de la cornisa por otra nueva. A.M.V. Gui-IV-41-10. E. Guinea
muros y la ventana
de la cabecera donde aquél se ubicaba (U.E. 10426, 10427), colocándose el
sagrario contra el muro oriental del brazo norte del crucero.
La cabecera se modifica aún más con la sustitución de la moldura con
motivos vegetales que había a media altura por la moldura 210 que permanece
actualmente (A 85, U.E. 10428, 10429); formando parte de esta cornisa se
colocan dos ménsulas donde se apoyaban sendas estatuas de escayola (A 88).
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G.A. 56. Otras obras
En un momento indeterminado entre la década de 1940 y 1960 se realiza
una obra de importancia en el brazo norte del crucero, que lo transformará en
simétrico respecto al brazo sur. Dicho espacio contaba hasta el siglo XVIII, como
se ha dicho, con una bóveda con dos alturas (bóveda baja y bóveda alta); la más
cercana al hastial, más elevada, ocupaba el espacio añadido respecto a las
dimensiones del brazo sur. Este tramo desaparece en las obras de demolición
del siglo XVIII, y seguramente en este momento se reconstruye a la misma altura
que la bóveda baja, pero en ladrillo. Nada queda de dicho añadido salvo las
marcas de su construcción y destrucción (U.E. 10117, 11170) y algunos
pequeños restos de argamasa (U.E. 11137), pero es visible en las fotografías de
Ilustración 131. Enmarcada en rojo la prolongación de la bóveda baja del crucero norte,
a donde se trasladó a principios del siglo XX el retablo grande que estaba en la cabecera.
A.H.P. Fondo López de Guereñu. Nº 12.824
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inicios del siglo XX.
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En la década de 1960 se menciona en la documentación que se realiza un
tabique para hacer simétrico el crucero, derribando el que ya existía. Nada
conservamos de ese tabique derribado, pero consideramos que es necesario
dejar registro de su existencia. Las fechas de su construcción tienen como ante
quem la década de 1960, cuando se derriba, y como post quem la década de
1930, en que las fotografías muestran aún el brazo norte del crucero asimétrico y
es apreciable el tramo añadido de bóveda. Un elemento que nos indica la
presencia del tabique desaparecido es el cegado del arco que comunicaba la
sacristía vieja con el brazo norte del crucero (A. 89, U.E. 10375, 10269), ya que al
hacer el tabique necesariamente se tuvo que inutilizar el paso. Si bien
puede tratarse de una obra
anterior,
hemos
considerado
que
era
razonable relacionar ambas
obras.
Por
otra
parte,
también en otro momento
indeterminado de estas
dos décadas se desmonta
un contrafuerte adosado al
ángulo sureste de la
sacristía cuya función era
evitar la separación entre
estos muros del siglo XVIII
y aquellos románicos a los
que se adosan.
Ilustración 132. Contrafuerte desmontado en estos momentos.
De Díaz de Arcaya, M. (1901)
FASE 13. Reformas en la década de 1960
La década de 1960 es especialmente pródiga en obras, algo que
conocemos no sólo por la evidencia estratigráfica y la documentación fotográfica,
sino por contar con la documentación completa de los proyectos y su ejecución
prácticamente día a día, gracias a su conservación en los archivos forales. Se
trata de unos años en los que se realizaron importantes reformas iniciadas al
principio de la década, que culminaron ya cerca del cambio de década con los
cambios derivados de la implantación de las normas del Concilio Vaticano II, con
sus importantes cambios en la liturgia.
También al exterior se produce una importante trasformación en este
momento. Se abandonan los usos agrícolas de los espacios situados al este y
nordeste y se desmonta un cementerio situado al norte que se había construido
durante el siglo XIX. A partir de este momento la Basílica quedará rodeada de
espacios ajardinados y urbanizados que, con las reformas necesarias,
perdurarán hasta la actualidad.
G.A. 57. Obras en el hastial norte
Relacionada con las obras del Grupo de Actividad anterior se sitúa una
reconstrucción del falso hastial septentrional; esta reconstrucción (A. 92) está
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constituida por un muro de ladrillo en su cara norte y un careado imitando sillería
por el sur (la cara visible desde la iglesia) (U.E. 10270). Su edificación se vio
motivada por el deterioro de la bóveda de ladrillo postiza que cubría el extremo
norte del crucero, deterioro que llevó a su derribo (A 91, U.E. 11170) en el año
1961.
G.A. 58. Reformas interiores
Ya más cerca del final de la década y finalizado el Concilio Vaticano II, se
producen las reformas de mayor relevancia; la primera de ellas es el repicado
interior de los enlucidos que blanqueaban la iglesia, especialmente los de la
nave, momento en el que se saca a relucir la superficie de la piedra (incluyendo
la mampostería de los muros del siglo XVIII, que nunca había estado a la vista);
esta obra (A. 93) se realiza en el año 1967.
En el mismo año, y de forma paralela a la Actividad anterior, se introducen
las cornisas 211 en la parte alta de la nave justo bajo los arcos fajones de la
bóveda (A 94, U.E. 10861, 10862, 10848, 10849); antes de esta obra tuvieron que
haberse cegado las puertas de acceso al coro desde el norte y el sur (U.E.
10857, 10858, 10846, 10847), pero el coro aún seguiría en pie.
Sin embargo, el coro no duraría mucho en su sitio, ya que en el año 1969 es
finalmente derribado (A. 95), dejando en su sitio únicamente las pilastras
adosadas rematadas en capiteles. En el mismo año se realiza una serie de
importantes modificaciones en la disposición del altar y el presbiterio (A 96); las
obras consisten en rebajar el nivel del suelo eliminando las gradas y dejando a la
vista las basas de las pilastras de las esquinas, que en algún caso debieron ser
reparadas (U.E. 10413, 10412); se eliminan las barandillas, cegando los huecos
donde se fijaban (U.E. 10411, 10481). Se eliminan las ménsulas donde se
apoyaban dos estatuas de escayola en la cabecera (U.E. 11190, 10507, 10108,
10107) cegando los huecos donde se fijaban a la pared (U.E. 10506, 10443).
Desaparece el retablo de la cabecera, colocando el altar en posición central y
adquiriendo su configuración actual.
G.A. 59. Saneado del perímetro (1967)
Dentro de las reformas al exterior del templo, en todo el perímetro del
ábside y las sacristías, tratando de frenar una serie de grietas y sanear el
perímetro de la iglesia, se realizó una gran zanja de más de tres metros de
profundidad, que fue rellenada con hormigón, destruyendo irreparablemente
toda conexión de la estratificación exterior con la fábrica del templo (A.97).
G.A. 60. Cambio de cubierta
Se produce un cambio completo de la cubierta, conservándose algunos
restos de esta obra en la zona de la entrecubierta como pilares, refuerzos y
zapatas (A. 98).
G.A. 61. Ajardinamiento (1967-1968)
Los ajardinamientos de la zona (A. 99) se acometieron, lógicamente, una
vez finalizadas las obras de saneamiento de la cimentación del ábside y el
cambio de cubierta de la iglesia.
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Así durante el año 1968 se procedió a la reurbanización de todo el entorno,
lo que supuso primero la construcción de bordillos de hormigón (UE. 2016, 4078,
4019, 4124, 4179) que delimitaban aceras y las separaban de las zonas de
plantación de árboles y setos.
G.A. 62. Otras obras
Paralelamente a las obras reseñadas se actúa en otras zonas del edificio, de
manera más o menos dispersa. Una de las más importantes pero poco visible es
la sustitución de la estructura interior de madera de la torre campanario (A. 100,
U.E. 11058, 11070); esta obra se realiza en el año 1967, año en el que se coloca
un murete para cerrar la base del hueco de campana del este (A. 101, U.E.
11081).
La fachada sur sufre un cambio de apariencia (A. 102) gracias a la reforma
del tamaño de sus tres ventanas más occidentales (U.E. 10615, 10616, 10617,
10618, 10619, 10620) y la desaparición del mirador, convirtiéndolo en la cuarta
ventana con las mismas dimensiones que las anteriores (U.E. 10621, 10622,
10624). También se eliminan los balcones de las dos ventanas que aún tienen
mayores dimensiones (U.E. 10626, 10628). Esta reforma está documentada en el
año 1968.
En el crucero se producen arreglos en las basas y los fustes de las
columnas, en cierta medida derivadas de las reformas del altar y de la
eliminación del púlpito (A. 103, U.E. 10949. 10479, 10386, 10971, 10516, 10515);
obra realizada en el año 1968.
La década se despide en el año 1969 con la colocación de una nueva
instalación de calefacción (A. 104, U.E. 10999, 10100, 11150, 2020-2081-2076,
2021, 2022, 2023, 2082. 2019, 2096, 2028, 2094), que aunque con
modificaciones responde en gran medida a la actual.
FASE 14. Reformas en la década de 1970
Las obras de la década de 1970 carecen de la continuidad de las de la
década anterior, habiendo dos bloques bien diferenciados a principios y a finales
de la década.
G.A. 63. Reforma de la sacristía vieja
En la sacristía vieja, con motivo de unas obras de reforma en 1972, la
bóveda de ladrillo se arruina y es derribada (A. 105, U.E. 10308, 10309); este
derribo motivará una remodelación integral una década más tarde.
G.A. 64. Obras en el almacén (1978)
Cerca del final de la década se produce una reforma de la zona del
almacén, para crear un nuevo acceso a la iglesia desde el norte por el que
pudieran acceder los miembros de la Diputación y las autoridades durante las
fiestas patronales y sirviera para las procesiones. Para ello se realizan dos obras
principales, una de ellas consistente en la apertura de una nueva puerta hacia el
oeste (A. 106, U.E. 10174, 10175) conocida como la Puerta del Santo. Al interior
se construye una nueva escalera de acceso a la planta alta del almacén y se
cierra el espacio cercano a la nueva puerta con un muro que lo separa del
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almacén (A 107, U.E. 10122, 10167). Esta obra se efectúa en el año 1978,
conservándose los planos del diseño.
G.A. 65 Obras relacionadas con la
calefacción
En 1977 se realiza una reforma de la
calefacción (A. 108), con la introducción de
nuevas tuberías y otros elementos (U.E.
10094, 10095, 11145); el espacio que ocupa
la caldera se separa del resto del extremo
del crucero norte por medio de un murete (A
109, U.E. 10085, 10089).
G.A. 66. Reforma del ajardinamiento
En el año 1977 se llevó a cabo una
nueva reurbanización de las campas y el
entorno de la Basílica (A.110), de la que nos
han quedado muy escasos restos, ya que, al
menos
en
las
zonas
excavadas,
prácticamente
fueron
arrasados
completamente al realizar el ajardinado
actual y las obras de reforma de las
cubiertas de la iglesia en los años 80 del
siglo XX.
Ilustración 133. Paso abierto para las
autoridades de la Diputación
Únicamente se conservan algunos
cortes para la preparación del terreno (UE.
4176, 4198), un relleno de nivelación (UE.
2002) y una pequeña estructura de
mampostería (UE. 2018, 2026), que poco
aportan sobre la imagen de las campas en
ese momento.
FASE 15. Reformas entre 1980 y 2003
Ilustración 134. Muro que limita al este el
Paso del Santo
En la década de 1980 se efectúan
reformas de importancia menor para el aspecto general de la iglesia, a excepción
del cambio integral de la cubierta (A. 111); esta nueva cubierta sustituye la
estructura de madera anterior para erigir una nueva estructura metálica que se
apoya en zapatas de hormigón que elevan el nivel de la bajocubierta en todos los
sectores de la iglesia y que la hacen más practicable que hasta entonces.
G.A. 67. Reformas de modernización
La reforma de la cubierta también afectó al entorno de la iglesia. Se
realizaron varios pozos y zanjas en la zona 5000 que fueron rellenados con los
escombros del desmontaje del antiguo tejado y con todos los deshechos de la
propia obra.
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Otro de los restos de las obras realizadas con motivo de la última
renovación de la techumbre del edificio ha sido documentado en el extremo
septentrional de la zona 4000. Se trata de una serie de zanjas y zapatas de
hormigón (A. 112), junto con los rellenos depositados tras su utilización en la
zanja de alguna zapata que fue retirada tras su uso (U.E. 4123, 4122, 4125,
4124). Estos arreglos, a juzgar por los materiales encontrados en los rellenos y
las notas referentes en el Libro de Fábrica de la Iglesia Colegial de Santa María
de Vitoria, deben situarse cronológicamente en torno a los años 1981-1982.
Algo más tarde que las obras de la cubierta se reforma por completo el
espacio de la sacristía vieja, acondicionándolo como pequeño museo (A 113); Lo
más relevante en este ámbito es la construcción de una estructura de madera
que divide el espacio en dos plantas (U.E. 10303, 10304).
G.A. 68. Riegos, drenajes y alumbrado de las campas
A finales de los años 80, se llevó a cabo un proyecto para la urbanización
de la prolongación del paseo de San Prudencio, desde su terminación hasta ese
momento, en la estatua del Santo, hasta enlazar con la penetración de la
carretera nacional N-1 al pueblo de Armentia y se acondicionó la campa situada
en la zona oriental de la misma (A.114). Este proyecto conllevó la destrucción del
ajardinamiento anterior y la deposición de nuevos rellenos (U.E. 2001y 4199) que
elevaron la cota del terreno, llegando incluso a tapar la parte baja de los muros
del templo.
Al parecer, como parte del proyecto también se realizó una zanja de drenaje
(U.E. 2003, 2004, 4003, 4015, 2003 y 2004) que recorría perimetralmente el
exterior del edificio. La zanja, una vez abierta, permitió revocar con cemento la
parte baja de los muros, que fueron protegidos con pintura antihumedad con el
fin de evitar la entrada de agua hacia el interior de la iglesia.
El actual ajardinamiento de la campa quedó completado con la instalación
de una red de tuberías de plástico que abastece sistema de riego automático
(U.E. 2005 y 2006) y la red de alumbrado (UE. 5072 y 5073).
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FASE 16. Reformas a partir de 2004
G.A. 69. Habilitación del edificio para su investigación y visita.
Una vez iniciadas las obras conducentes a la redacción del presente Plan
Director y el programa de visitas guiadas a la Basílica de Armentia, se produce
una serie de reformas que creemos
necesario reflejar.
Se trata tanto de aspectos
destinados a hacer más accesibles
determinados
espacios
con
la
construcción de nuevas pasarelas, lo
que implica la apertura de algunos
mechinales, como los del falso hastial
norte para la plataforma de las visitas
(A. 116, U.E. 10855). Para el acceso al
crucero norte desde el exterior y las
escaleras se realiza la apertura de tres
vanos que estaban cegados (A. 115),
dos de ellos en el hastial norte (U.E.
10836, 10841) y uno en la escalera de
caracol (U.E. 10915).
Para el acceso a la zona de la
bajocubierta se eliminan partes de
muretes y puertas (A. 117, U.E. 11062,
10868) que permitan la circulación por
las pasarelas introducidas al efecto.
Ilustración 135. Apertura de vanos en el crucero norte
para facilitar el tránsito de las visitas con el objetivo
de difundir el proyecto y el conocimiento del edificio
FINANCIADO POR
Para la excavación de la zona de
los almacenes y la introducción de
nuevas pasarelas fue necesaria la
eliminación de parte de los muros
construidos en el año 1978 (A. 118,
U.E. 10850).
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5. Propuestas de Intervención
5.1. Introducción: El edifico como Sistema
Es casi imposible encontrar una construcción histórica que permanezca tal
y como fue terminada. En la mayoría de los casos los colapsos estructurales, los
cambios de uso o las modas estéticas (los tres condicionantes de la concepción
de un edificio según Vitrubio: “firmitas, utilitas, venustas”) provocan sustanciales
cambios de la traza del mismo. El objeto de restauración arquitectónica se
convierte, al final, en un palimpsesto que se mantiene vivo en tanto permanezca
el equilibrio entre firmeza, utilidad y belleza.
Es un grave error ya superado el considerar que debe restituirse este
sistema a un modelo canónico y congelado en la historia, un diseño ideal en el
que fue concebido, eliminando “añadidos”. Es absurdo debatir si debe
recuperarse la Basílica tal como nos consta que fue en el siglo XIII, en el XVI o
como la dejaron en el XVIII o en el XX. El objetivo de la restauración es el
reestablecimiento de los equilibrios para que el conjunto sea operativo, funcione
sin graves problemas; en definitiva, esté vivo.
Es lícito poner en valor (como de hecho se pretende en San Prudencio) un
edificio para que se convierta en testigo de sí mismo. Pero las actuaciones y
obras tendentes a la consecución de ese fin constituirán, en sí mismas, otra
aportación más, contextualizada, ligada a una cultura material y a un concepto
estético. Con el tiempo se comprobará en qué aspectos fue o no acertada la
intervención, y los estudiosos podrán diferenciar ésta de todas las precedentes y
posteriores que permanezcan, incluso aunque haya una intención de mimetismo
falsamente aséptico.
Ninguna restauración será la “definitiva”. Alguien corregirá nuestros errores
o los inconvenientes que los cambios en el gusto o en los usos, o simplemente el
agotamiento estructural, introduzcan con el tiempo. Adelantarse a estas
circunstancias constituirá el mérito de un proyecto bien concebido. Y, dado que
en ellas tienen mucho que decir los agentes sociales directamente afectados por
las decisiones que se tomen, es fundamental que éstos participen en su
redacción.
Nuestra aportación deberá integrarse en el mecanismo del Sitio de Armentia
como sistema. Hasta ahora hemos actuado para conocer su funcionamiento
desde un punto de vista diacrónico; la propuesta de restauración exige una
coherencia sincrónica. Hemos establecido cuáles son, hoy día, las disfunciones
de la configuración actual y los problemas que de ellas se van derivando. Se trata
ahora de catalizar las relaciones de los distintos elementos que la conforman
aportando uno nuevo. Éste, integrado estética, funcional y estructuralmente , será
a la vez perfectamente objetivable en cuanto diferenciable de la obra previa
(claramente definido, justificado y documentado).
Partiendo, además, de una concepción humilde de nuestro propósito
(nuestra restauración no va a ser nunca, como ya hemos dicho, la definitiva)
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trabajaremos con soluciones que permitan una fácil corrección en el futuro y, por
tanto, reversibles.
La intervención que propongamos (y de la cual este Plan Director debe
establecer unas pautas válidas como respuesta a los condicionantes actuales y,
en lo posible, a los futuros) tiene que tender a valorar las sucesivas trazas
históricas. Entendemos como tales las organizaciones coherentes del sistema
que, con algunos cambios formales (y sin entrar en unidades estilísticas, sino
más bien funcionales y espaciales) se han ido sucediendo en el tiempo. Partimos
de que no existe un edificio “catedral”, otro “colegiata” y otro “parroquia” sino
que se van solapando e integrando parcialmente uno en el siguiente, y que ni
siquiera en su concepción sus trazas son canónicas (recordemos las
modificaciones durante su construcción del diseño de la obra del XII-XIII).
Sí podemos hablar, no obstante, de tres grandes organizaciones
funcionales y espaciales coherentes del Sitio a lo largo de la historia: la de la
posible catedral, que desconocemos en gran parte, la que probablemente tuvo
en el siglo XIII y hoy se conserva parcialmente y la que grosso modo mantiene
desde finales del XVIII.
De la segunda estamos en condiciones de restituir casi en su totalidad su
volumen en lo referente a la Basílica en sí, no a las dependencias conventuales.
De la tercera, salvo por la refacción reciente del cimborrio, tenemos
presumiblemente una percepción similar a cuando se construyó.
Ilustración 136. Restitución de los volúmenes del templo románico
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Este hecho propicia que la intervención deba orientarse básicamente hacia
el establecimiento del diálogo entre ambas concepciones volumétricas y
compositivas, teniendo en cuenta que la más reciente empareda y anula la
percepción de las anteriores.
En este ejercicio de abstracción teórica no podemos dejarnos deslumbrar
por condicionantes estéticos, primando los valores de cualquier arquitectura
“culta” sobre los de una “vulgar”. Si Armentia fuera en su totalidad como la
fábrica del siglo XVIII deberíamos propiciar su conservación integral. Nos vemos
obligados a intervenir con criterios de recuperación conceptual, no de belleza. La
aportación a la historia de la cultura material es tan relevante en una arquitectura
sencilla y “popular” como en otra “culta” coetánea.
La configuración actual del edificio parte de una traza que experimenta
fuertes variaciones de concepción espacial durante su ejecución. Si ya es
complejo entender la volumetría de esta Basílica primitiva, más lo es reconstruir
mentalmente sus espacios después de la alteración (disminución de anchura,
longitud y altura, uniformización) ejecutada a fines del XVIII.
La volumetría sencilla de esta última intervención es fácilmente reconocible
mediante la conservación de ciertas referencias o hitos puntuales. La primitiva,
sin embargo, necesita vencer las inercias de un icono que permanece en la
memoria reciente y precisa de muchas más coordenadas (forma de las bóvedas,
de las cubiertas, de los cerramientos) para ser entendida.
No se trata nunca de una “eliminación de añadidos”, sino de marcar las
pautas suficientes para que el visitante o parroquiano pueda entender qué
espacios definen los abundantes restos de la Basílica del XIII que permanecen
como emparedados.
5.2. Recuperación Formal del Conjunto
Ilustración 137
La concreción formal de las directrices establecidas en el punto anterior
debe ser objeto de debate abierto y recogida en un proyecto arquitectónico de
restauración. No obstante, en todo caso se actuará en tres ámbitos diferenciados
que la determinarán, según la importancia que tenga cada uno en la parte del
edificio considerada.
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5.2.1. Consolidación y puesta en valor
Es la intervención predominante en aquellos espacios coherentes en los
que no se genera conflicto entre distintas trazas históricas.
Se actuará limpiando, estabilizando y eliminando ruidos en la percepción de
las partes del edificio, basándonos en:
Utilización de materiales totalmente compatibles.
Análisis y documentación exhaustiva de los elementos que vayan a
eliminarse.
Diferenciación de las áreas de intervención respecto a las que no necesitan
reparación, hasta el límite que marque la integración visual del conjunto.
Búsqueda, en lo posible, de la reversibilidad.
5.2.2. Restauración de las características espaciales
Formalmente determinará el diseño de las áreas que generen conflicto entre
dos o varias concepciones espaciales asociadas a sendas trazas históricas.
Establecido que ninguna de ellas debe anular la percepción de la otra, deberá
procederse de manera que se recupere o se evoque el volumen o espacio que
quede oculto actuando sobre los cerramientos que lo esconden.
No se trata de la elección paño por paño de qué elementos deben
desmontarse según conceptos subjetivos de belleza, sino de la consecución de
ciertos puntos de vista que permitan aprehender distintos planteamientos de
edificio de manera coherente.
En el caso de solapamiento de espacios pertenecientes a cada una de las
propuestas, deberemos tender en lo posible a la recuperación del más amplio
con evocación del más restrictivo si esto no supone desmontar elementos de la
obra que hemos decidido revalorizar. De esta manera puede tenerse una
percepción de ambos, mientras que la solución contraria supondría una
ocultación.
La Carta de Cracovia del año 2000 establece por convenio que “Debe
evitarse la reconstrucción en “el estilo del edificio” de partes enteras del mismo”.
La restitución de volúmenes y espacios, aún cuando se llevara a cabo
mediante la materialización in situ y a escala 1:1, es un concepto radicalmente
distinto por cuanto:
No implica la utilización de un lenguaje mimético, sino que puede
manifestarse con una concepción de materiales, sistemas estructurales, de
cubrición y cerramiento absolutamente actuales. La reconstrucción supone
imitación; la restitución, evocación, sugerencia.
No supone concepto alguno de “estilo”, en lo referente a las connotaciones
morfológicas, decorativas y compositivas, ajenas en principio a la noción
arquitectónica de volumen y espacio.
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No necesita una restitución completa y formal. Puede conseguirse con un
sistema compositivo de referencias o hitos y, también, con una asociación
simbólica (como ocurriría por ejemplo con los conjuntos escultóricos
concentrados en determinadas zonas como los originales documentados –
portadas-, aunque concebidos desde una óptica de vanguardia).
Se basa, en nuestra definición, en las hipótesis probables resultantes de
una investigación rigurosa, y en absoluto en interpretaciones canónicas
subjetivas obtenidas por comparación con edificios contemporáneos.
Deberá fundamentarse en una reversibilidad que permita su modificación en
función de las distintas interpretaciones sucesivas de los datos obtenidos.
Estudios futuros con más medios o hallazgos documentales pueden contradecir
premisas que se hayan considerado probables.
No se refiere a “partes del edificio”, en el sentido de que se reconstruyan
exclusivamente sus espacios tal como eran. Se busca que la percepción de los
mismos desde algunos puntos de alto valor escenográfico recuerde a la que se
tendría del edificio completo. Los usos y ámbitos resultantes pueden ser más, y
distintos, de los primitivos.
5.2.3. Restitución del comportamiento estructural
Al estudiar los modelos de transmisión de cargas asociados a cada una de
las trazas en la parte del edificio histórico que hoy se mantiene en pie
concluíamos que el fracaso de la solución formal adoptada para cubrir la
Colegiata permitió la adopción de otro mucho más sencillo y efectivo en la
reforma del XVIII. Esta simplificación resulta, sin embargo, descriptiva de una
situación frecuentemente repetida en el patrimonio arquitectónico.
El mantenimiento de estructuras ligeras de cubierta (madera, acero)
permitirá no forzar los elementos portantes con solicitaciones que pongan en
riesgo su equilibrio. No obstante, la evocación formal de las nervaduras que
secularmente descansaron en ellos posibilitará la recuperación de los puntos de
apoyo que se consideraron y reforzaron en el diseño original.
También en el campo de la Estática puede conseguirse una integración de
conceptos que permita a su vez el perfecto funcionamiento del mecanismo (lo
que hoy, tras muchos remiendos sin unidad conceptual, no sucede).
5.3. Rehabilitación Funcional del Sitio
Se apuntaba en los análisis funcionales la necesidad de reactivar varias
áreas obsoletas, infrautilizadas o en desuso. Las soluciones planteadas sugieren
una reordenación de las mismas dentro del organigrama del Sitio de Armentia
tanto durante la ejecución de las distintas fases independientes en las que
podrían organizarse coherentemente los trabajos como una vez finalizados éstos,
hasta donde se quiera desarrollarlos.
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5.3.1. Compatibilización de usos durante las obras
San Prudencio de Armentia es y será una parroquia emblemática por la
relevancia de su enclave y por el dinamismo de su feligresía. Debemos
anteponer, por tanto, el mantenimiento del culto en condiciones adecuadas
durante la ejecución de las obras a cualquier otra consideración en este campo.
Para ello se han estudiado varias soluciones de protección del área litúrgica
actual que han ido desde la reubicación dentro del recinto a la
compartimentación.
No obstante se estima que es fundamental que la misa se celebre donde
siempre se ha venido haciendo. En consecuencia se plantea la edificación de
una estructura auxiliar provisional de cubrición de la nave, si se llegaran a
efectuar las obras previstas en la fase correspondiente, que no reduzca en
absoluto la superficie de uso por parte de los fieles. Se ha considerado que
ofrezca todas las condiciones de estanqueidad y seguridad exigibles y con esas
premisas se ha valorado.
La organización de los trabajos debe llevar aparejado que éstos no
coincidan en ningún momento con las celebraciones, y que quede perfectamente
independizada la zona de intervención de las que puedan estar en uso.
Esto es válido también de cara al mantenimiento de las visitas guiadas,
cuyos recorridos, más flexibles, irán no obstante variando en función de dónde
deba actuarse.
5.3.2. Compartimentación integradora de funciones tras la intervención
De llevarse a cabo el proyecto contemplado en sus fases fundamentales el
uso claramente predominante del Sitio resultante sería el parroquial. Ello es
consecuente con el enorme aumento de feligresía que se ha producido en los
últimos años, y a la que no pueden ofrecerse unos servicios de iglesia rural.
Además se corregiría la dispersión e incomodidad de las dependencias,
concentrándolas en un edificio de nueva planta si así se decidiera finalmente.
Por último, la recuperación de la grandiosidad de recorridos y espacios
concebidos históricamente para un uso de más prestigio que el actual permitirá
la celebración de eventos religiosos destacados en un marco adecuado.
La convivencia con un Itinerario del Conocimiento que nos permita
transmitir con medios vanguardistas, dinámicos y de alta calidad didáctica los
ricos y abundantes resultados de la investigación se logrará independizando las
áreas dedicadas a éste.
Básicamente los usos religiosos se concentrarían en el sur y oeste, y los
museísticos al norte.
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5.4. Puesta en valor Simbólica del Enclave
Como hilo conductor de un urbanismo que debe resolver la adecuada
articulación del Sitio en su interior y con el núcleo habitacional de Armentia se
pretende promover una revitalización simbólica del conjunto.
Para ello se lanza desde las páginas de este Plan Director la idea de un
Memorial de la Paz que aproveche el carácter trascendente que se le ha
otorgado históricamente a una buena parte del Sitio de Armentia, y que sólo en
fechas recientes ha perdido.
Los terrenos de las antiguas necrópolis, al noreste, las áreas delimitadas por
los fosos y las parcelas de terreno perteneciente al clero que, por respeto atávico,
probablemente nunca fueron edificados constituyen un área adecuada para el
asentamiento de estas estructuras de carácter monumental y participativo, cuya
concreción no debe ser objeto de este Plan Director.
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6. Equipos de Trabajo
Coordinación: Juan Ignacio Lasagabaster
Dirección: Agustín Azkarate Garai-Olaun, Ander de la Fuente Arana
•
Lectura estratigráfica de alzados
o Coordinación: Leandro Sánchez Zufiaurre
•
Excavación arqueológica
o Coordinación: Alberto Plata Montero, José M. Martínez
Torrecilla, José Luis Solaun Bustinza
•
Vaciado documental: Blanca Rescalvo González
•
Documentación topográfica y fotogramétrica
o Coordinación: José Manuel Valle Melón
174
•
Infografía: Domingo García Díez
•
Realización de obras complementarias: Alfonso Olave S.L.
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Índice
1. Introducción ..................................................................................................................... 3
1.1. Antecedentes .......................................................................................................................... 3
1.1.1.Importancia histórica y simbólica del sitio de Armentia .................................................................3
1.1.2 Como y por qué intervenir sobre un edificio en uso........................................................................8
1.2 El Sitio de Armentia............................................................................................................. 10
1.2.1. Emplazamiento .............................................................................................................................10
1.2.2. La Basílica de Armentia ...............................................................................................................12
2. Objetivos Generales........................................................................................................ 15
2.1. Conocimiento....................................................................................................................... 15
2.2. Puesta en Valor ................................................................................................................... 16
3. Métodos Aplicados.......................................................................................................... 19
3.1. Sistemas de Representación de la Información ................................................................ 19
3.1.1. Metodología empleada .................................................................................................................19
3.1.2.- Trabajos de gabinete....................................................................................................................24
3.1.3.- Resultado de los trabajos efectuados...........................................................................................28
3.2. Estudios Históricos.............................................................................................................. 29
3.2.1. Arqueología de subsuelo ..............................................................................................................29
3.2.2. Análisis estratigráfico de alzados .................................................................................................43
3.2.3. Vaciados documentales ................................................................................................................60
3.3. Análisis Constructivo.......................................................................................................... 86
3.3.1. Patología de la edificación............................................................................................................86
3.3.2. Análisis estructurales....................................................................................................................90
3.3.3. Análisis funcionales......................................................................................................................91
3.3.4. Estudios urbanísticos ....................................................................................................................93
3.4. Métodos de Intervención .................................................................................................... 94
3.4.1. Obras auxiliares previas................................................................................................................94
3.4.2. Fundamentos de la Restauración Arquitectónica..........................................................................95
4. Resultados de la Investigación Histórica ...................................................................... 99
4.1. Análisis Arqueológico de la Basílica de Armentia y su Entorno..................................... 99
4.1.1. La secuencia constructiva:............................................................................................................99
5. Propuestas de Intervención.......................................................................................... 166
5.1. Introducción: El edifico como Sistema............................................................................ 166
5.2. Recuperación Formal del Conjunto ................................................................................ 168
5.2.1. Consolidación y puesta en valor .................................................................................................169
5.2.2. Restauración de las características espaciales.............................................................................169
5.2.3. Restitución del comportamiento estructural ...............................................................................170
5.3. Rehabilitación Funcional del Sitio................................................................................... 170
5.3.1. Compatibilización de usos durante las obras ..............................................................................171
5.3.2. Compartimentación integradora de funciones tras la intervención.............................................171
5.4. Puesta en valor Simbólica del Enclave ............................................................................ 172
6. Equipos de Trabajo ...................................................................................................... 174
Índice ................................................................................................................................ 176
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