EL NOVECENTISMO Y LAS VANGUARDIAS CONTEXTO HISTÓRICO Y SOCIAL El siglo XIX termina con el Desastre del 98, en el que España pierde sus últimas colonias: Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Crisis económica y graves conflictos sociales mientras el mundo vive la Primera Guerra Mundial. Reina Alfonso XIII (1902-1931) con el paréntesis de la dictadura de Primo de Rivera. Segunda República y Guerra Civil (1936-1939). En literatura, oposición al Realismo y Naturalismo. NOVECENTISMO O GENERACIÓN DEL 14 Movimiento que comienza a partir de la fecha que le da nombre, depura la expresión literaria y se encamina hacia las Vanguardias y la Generación del 27. Las clases medias urbanas comparten el interés por las novedades de la cultura europea y el enfoque reformista de los problemas sociales que divulgaron los ensayistas y novelistas de esta generación, orientados por Ortega y Gasset. CARACTERÍSTICAS 1. Su gran formación intelectual se refleja tanto en la profundidad y rigor de su pensamiento como en la propia creación literaria. 2. Abordan el “problema de España” con mayor serenidad y menos dramatismo que la Generación del 98 ya que buscan soluciones prácticas de carácter universal, sienten la necesidad de europeizarla. 3. Gustan de una obra elaborada y reflexiva, y se preocupan por la estética y la pulcritud formal de sus textos. 4. Entienden la literatura como arte puro para las minorías cultas. 5. Cultivan todos los géneros aunque destacan en el ensayo. GÉNEROS, AUTORES Y OBRAS Narrativa Los narradores renovaron y dieron un tratamiento intelectual a los temas; fusionaron géneros con predominio del ensayo. La novela incluye extensas reflexiones, descripciones detalladas y líricas (propias de la poesía); la trama tiene poca importancia. Gabriel Miró: Nuestro Padre San Daniel y El obispo leproso, prosa elaborada hacia la perfección formal. Ramón Pérez de Ayala introduce nuevas técnicas en la novela, el perspectivismo, la ironía, el humor incisivo y el simbolismo; destacan: La pata de la raposa, A. M. D. G. (crítica a la educación de los jesuitas), Belarmino y Apolonio. Wenceslao Fernández Flórez: El bosque animado, mirada satírica e irónica. Ensayo José Ortega y Gasset proyectó su pensamiento sobre variados aspectos de la realidad: historia, arte, sociología, etc. La metáfora y la ironía le confieren un estilo personal. Algunas obras: La deshumanización del arte, en ella defiende la importancia de la obra de arte en sí misma para procurar placer estético, alejada de lo sentimental, también hay un extraordinario análisis de las vanguardias; La rebelión de las masas, en la que considera que la sociedad debería estar dirigida por una minoría selecta; El espectador; Ideas sobre la novela. Eugenio D´ors escribió artículos sobre cultura y arte. Poesía Juan Ramón Jiménez, premio Nobel de Literatura. En una etapa posterior a la modernista, comienza lo que denominó “poesía pura”: en ella se despoja de lo sensorial, de lo colorista y de la anécdota; es una poesía difícil, dirigida “a la inmensa minoría”; con temas metafísicos: belleza, eternidad, Dios, etc. Dentro de esta etapa “intelectual”: Diario de un poeta recién casado, Eternidades, Piedra y cielo, etc., para culminar todas las características en: La estación total, Dios deseado y deseante. Teatro Gregorio Martínez Sierra y Ramón Gómez de la Serna con sus intentos renovadores. LAS VANGUARDIAS Movimientos europeos de renovación estética y de transgresión artística entre las dos guerras mundiales (1918-1939). Muchos de ellos afectan también a la pintura, el cine y la música. En España, hallan acogida en tertulias y revistas literarias. Ramón Gómez de la Serna fue su impulsor. Estuvo al margen de la política y la moral burguesa. Renueva el lenguaje y los géneros literarios. Su obra se caracteriza por las greguerías: frases ingeniosas y metafóricas llenas de humor. Además de Greguerías, escribió ensayo y lo que denominó “novela libre”: El torero Caracho, distorsionada visión de la fiesta nacional; también teatro: Los medios seres, sus personajes tienen medio cuerpo negro, símbolos de la personalidad realizada y frustrada. Futurismo. Promovido por Marinetti, rompe con los cánones estéticos y los temas pasados, antirromántico, exalta la civilización mecánica y la técnica. No creó escuela en España pero abrió puertas a nuevas posibilidades de lenguaje (ruptura con la sintaxis) y a temas inéditos (se aprecia en algunos poemas de Pedro Salinas y Rafael Alberti). Cubismo. Nace como escuela pictórica, pero el Cubismo literario arranca con Apollinaire y sus Caligramas: la disposición de los versos forma imágenes visuales. Dadaísmo. Con sus ideas, Tristan Tzara abre paso al Surrealismo; defendiendo la fantasía, la irracionalidad, el rechazo de la lógica y la incoherencia. Ultraísmo. Recoge parte de la influencia dadaísta y futurista. Es un efímero movimiento español cuyo principal promotor fue Guillermo de Torre. Creacionismo. El padre fue el chileno Vicente Huidobro. El poeta no busca imitar la realidad sino crearla dentro del poema y para ello jugará al azar con las palabras. Entre sus seguidores figura Juan Larrea, pero su máximo representante fue Gerardo Diego. Surrealismo. El más importante. Surge en 1924 con el manifiesto de André Bretón. Pretende liberar con el arte los impulsos reprimidos por las convenciones morales y sociales, y hacer aflorar el inconsciente, lo irracional y lo onírico; liberar el poder creador del hombre. Defiende la “escritura automática”, las asociaciones libres de palabras y las metáforas insólitas para transcribir sentimientos sin control racional, para que aflore el “superrealismo” mediante una auténtica expresión libre del lenguaje. A Juan Larrea debe atribuirse la orientación surrealista de varios poetas del “27”. El influjo del Surrealismo lo reciben libros como Sobre los ángeles de Rafael Alberti, Poeta en Nueva York de Federico García Lorca y buena parte de la obra de Vicente Aleixandre. Nuestros poetas no llegaron al extremo de la creación pura inconsciente pero sí hubo liberación de la imagen, desatada de bases lógicas, y por lo tanto, un enriquecimiento del lenguaje poético; además de la irrupción de nuevo en literatura de lo humano, lo político y lo social.