España en el siglo XV Guerra civil en Castilla (1474-1479): causas y consecuencias Conflicto ent ablada a la muerte de Enrique IV de Tras támara por la sucesión de trono de Castilla, entre su hija Juana la Beltraneja y su hermanastra Isabel de Castilla (conocida como la Católic a ) En 1463 Juana de Portugal, segunda mujer de Enrique IV, tuvo una hija, Juana, reconocida como legítima y nombrada heredera por el monarca. La nobleza, deseosa de socavar el poder del rey y del valido (principal figura de la corte regia) Beltrán de la Cue va, atribuyó a éste la pat ernidad de la princesa y consiguió que, sin ser declarada ilegítima, la sucesión recayera en Alfonso, hermanastro del rey, y muerto éste, en Isabel, que debía contraer mat rimonio con el cons entimiento del monarca (Concordia de los Toros de Guisando, 1468). Rechazando al candidato real, Isabel se casó con su primo Fernando de Aragón (1469). Al no cumplirse lo estipulado, Enrique la desheredó en favor nuevamente de su hija Juana. La guerra no se inició hasta que, muerto enrique IV (1474), Isabel, sostenida por una parte de la nobleza y del clero y con el apoyo ciudadano, se declaró reina. Las facciones de la nobleza favorables a Juana concert aron su matrimonio con Alfonso V de Port ugal, que aport ó a la guerra civil armas y diplomacia al tiempo que la internacionalizó. Las ofensivas tuvieron dos frentes: el valle del Duero y Galicia, seguidores de Is abel, y Extremadura y Andaluc ía, partidarios de Juana. La bat alla de Toro frenó la ofensiva portugues a en el norte; en el sur, Isabel y Fernando pacificaron a la nobleza andaluza y atacaron Portugal; la batalla de Albuera puso fin a las últimas resistencias portuguesas. El 4 de septiembre de 1479 se firmó el Tratado de Alcáçovas que reanudaba la habitual política de amistad entre Castilla y Portugal y salvaguardaba los interes es atlánticos de los dos países: Castilla renunció a navegar al sur del cabo Bojador aunque pudo conquistar Canarias; el Tratado estableció asimismo que Juana profesara en el convento de Santa Clara de Coimbra, y reguló el enlace entre la hija primogénita de la reina castellana, Isabel, y el infante Alfonso de Portugal. La expulsión de los judíos La expulsión de los judíos tuvo su origen en el antisemitismo (agitación política, social y económica o de cualquier otro tipo en cont ra de los judíos. El término designa la forma de hablar y el comport amiento despectivo hacia el pueblo judío en general, independientemente de la religión) extendido desde la crisis del siglo XIV lo que provocó expresiones particularmente violentas en 1391. Una de las salidas que optaron los judíos eran a convertirse por interés, de esta manera podía seguir siendo judíos en la intimidad pero a puertas abiert as serian nuevos cristianos. Pero mientras la práctica del judaísmo estuviera permitida y las sinagogas funcionaran con normalidad, el judío converso corría el peligro de que volviera a su religión lo que animó a la reina a expulsar a los judíos. Un edicto promulgado en 1492 daba un plazo de seis meses para todo judío que se negase a convertirse al cristianismo abandonase el territorio, muchos de ellos aceptaron la orden y emigraron aunque años des pués retornaron a sus hogares, los que no lo hicieron formaron parte del diáspora sefardí que los llevaron a Marruecos a tierras del imperio turco. Colón y América: capitulaciones de Santa Fe y tratado de Tordesillas8 1494) Después de muc has tentativas de que intercediera favorablemente de nuevo el monasterio de La Rábida y fray Juan Pérez, los Reyes Católicos, en un acto personal, no cient ífic o, decidieron respaldar el plan colombino. El 17 de abril de 1492 se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe o documento-c ontrato, que estipulaba las condiciones en que Cristóbal Colón haría el viaje descubridor. El document o tiene dos part es, un preámbulo sorprendent e que dice así: "Vuestras Altezas dan e otorgan a don Cristóbal Colón en alguna satisfacción de la que ha descubierto en las Mares Océanos y del viaje que ágora, con el ayuda de Dios ha de fazer por ellas en servicio de Vuestras Altezas, son las que se siguen". Ese "ha descubierto" es, para los partidarios de la teoría del Pre descubrimiento, la prueba documental decisiva, ya que Colón se atribuye, antes de 1492, descubrimientos en el océano que ahora transfiere a los Reyes Cat ólicos, en virtud de lo cual estos le corres ponden dándole una serie de privilegios, que forman la segunda parte del documento: 1º) El oficio de almirante de la Mar Oceanía, vitalicio y hereditario, en todo lo que descubra o gane, y según el modelo del almirante mayor de Castilla. 2º) Los oficios de virrey y gobernador en todo lo que él descubra o gane. No se habla de hereditariedad. Para cubrir los cargos en las Indias, puede proponer terna a los reyes para que estos escojan. 3º) La décima parte de todas las ganancias que se obtengan en su almirantazgo. 4º) Que todos los pleitos relacionados con las nuevas tierras los pueda resolver él o sus justicias. Este punto nunca se cumplió porque estaba condicionado a los prec edentes castellanos. 5º) El derecho a participar con la octava parte de los gastos de cualquier armada, recibiendo a cambio la octava parte de los beneficios. Con este documento capital y otras mercedes, se dirigió a la villa de Palos a preparar la flota descubridora. El tatado de Tordesillas fue un acuerdo firmado el 7 de junio de 1494 en la localidad española de Tordesillas (Valladolid), por el cual los reyes de España y Portugal se comprometían a cumplir una serie de cláusulas, encaminadas a repartirse el Océano y a delimitar las fronteras africanas. El Tratado de Tordesillas está muy relacionado con las Bulas Alejandrinas, sobre todo con la segunda Inter Caetera, de demarcación, y sus efectos se notaron muy pront o en América (Brasil) y en Asia (ant emeridiano y Especiería) El título de Reyes Católicos fue conferido a Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla por el Papa valenciano Alejandro V I en la bula Si convenit expedida el 19 de diciembre de 1496. Dicha bula fue redactada tras un debat e en el Colegio Cardenalicio (realizado el 2 de diciembre con el consejo directo de los t res cardenales Oliverio Caraffa de Nápoles, Francisco Piccolomini de Siena, y Jorge de Costa de Lisboa) en el que por primera vez recibieron el nombre de rey y reina de las Españas y en el que se barajaron y descartaron otros posibles títulos como defensores o protectores, siendo un homenaje a su labor en la propagación del catolicismo (finalización de reconquista con la toma de Granada en 1492, primer viaje de Colón a América, etc). El título de Rey Católico lo heredaron y conservaron sus sucesores (no en vano se habla de Felipe II como el Rey «Católico») y a día de hoy, la actual Constitución Española reconoce al rey Juan Carlos I de España el uso de los títulos tradicionales de la Monarquía española, por lo que también puede utilizar el de Rey Católico o ser llamado Su Cat ólica Majestad. 1 La pareja se casó en el Palacio de los Vivero de Valladolid el 19 de octubre de 1469, ella con 18 años y él con 17, pasando su luna de miel en el Castillo de Fuensaldaña (Fuensaldaña, Valladolid). El reinado de los Reyes Católicos significó el tránsito del mundo medieval al mundo moderno en España. Con su enlace se consiguió la unión, en la dinastía de los Trastámara, de las Coronas de Castilla y de Aragón. Además de la paz entre las dos, en pugna por el territorio y la influencia política. Los Reyes, apoyados por las ciudades y la pequeña nobleza, establecieron una monarquía fuerte frente a las apetencias de poder de eclesiásticos y nobles. Con la conquista de Granada, Navarra, Canarias, Melilla y otras plazas africanas consiguieron la unión territorial bajo una sola corona de la totalidad —exceptuando Ceuta y Olivenza que entonces pertenecían a Portugal— de los territorios que hoy forman España. Dicha unión territorial era personal, ya que se mantuvieron las soberanías, normas e instituciones propias de cada reino y coro na. De modo que cuando se emprendía una acción militar o una empresa comercial, se hacía bajo estandarte común. Los Reyes establecieron una política exterior común marcada por el carácter diplomático de Fernando el Católico, que supondría la hegemonía his pánica en Europa durante los siglos XVI y XV II. El descubrimiento de América en 1492 supuso un hito en la historia mundial. Esta circunstancia abrió enormes posibilidades a la economía, a la ciencia y acentuó la expansión atlántica que continuaría en los siguientes siglos. La expansión atlántica: América Viajes de Colón. En 1486 Cristóbal Colón ofreció a los Reyes Católicos un proyecto ya ofrecido a Portugal (con Castilla los únicos países europeos con una Marina capaz ): viajar a las Indias hacia el oeste, en una nueva ruta por el Atlántico. Los informes científicos al respecto fueron muy poco favorables para Colón, y para la corona era cuestión prioritaria en esos momentos la conquista de Granada. Terminada ésta, los Reyes Cat ólicos aceptar on su proyecto, ya que el comercio de especias era un casi monopolio: de antiguo, los genoveses eran los únicos que habían conseguido tratar con el Imperio otomano, dueño de los viejos caminos del comercio de especias. Los vecinos portugueses estaban empezando a encontrar un camino propio, por mar, rodeando Á frica. Un reino rico, como el de Castilla, se veía obligado a tener una ruta propia para obtenerlas, evitando depender de Génova o de Port ugal, lo que sería muy rent able para su comercio. Mediante las Capitulaciones de Santa Fe del 17 de abril de 1492 se recogieron las negociaciones llevadas a cabo con Colón: nombramiento de almirante, virrey y gobernador de los territorios por descubrir y la décima parte de todos los bienes obtenidos. El costo de la expedición fue estimado en 2.000.000 de maravedís, más el sueldo de Colón. En contra de la idea popular de que fue sufragado por «las joyas de Isabel la Católica», hay que aclarar que la mitad de dicho dinero lo prestó Luis de Santángel —tesorero de la Corona de Aragón, de familia conversa — con fondos de la Santa Hermandad, la cuarta parte la aportó el mismo Colón —que a su vez los pidió prestados— , y la cantidad restante probablemente la derramaron banqueros y mercaderes resident es en Andalucía, entre los que estaban los hermanos Pinzón y Juan de la Cosa, interesados en dicho comercio. El 3 de agosto de 1492 partió Colón del puerto de Palos con la nao Santa María —propiedad de Juan de la Cosa— y las carabelas la Pinta y la Niña —propiedad de los hermanos Pinzón— con 120 tripulantes aproximadamente. El 12 de octubre llegaron a la isla de Guanahaní, que bautizaron con el nombre de San Salvador y desde la que pasaron a Cuba y la Española, dando comienzo a la colonización de las Indias Occidentales. Poco más de un año después de la vuelta de Colón, se firmó entre España y Portugal el Tratado de Tordesillas en 1494, mediante el cual se redistribuyó la influencia territorial de cada país fijada en el Tratado de Alcáçovas. En las Indias, anexionadas al reino de Castilla, se instauraron los sistemas administrativos tradicionales del reino castellano. Se instituyó en Sevilla en 1503 la Casa de Contratación, para controlar el comercio con América, impidiendo que cualquier otro puert o de España pudies e hacerlo. Se creó la Audiencia en Santo Domingo en 1510 y, para la administración de los nuevos territorios, se creó un antecedente del Consejo de Indias que más tarde instituiría formalmente Carlos I (1523) organizándolo a semejanza del Consejo de Castilla. Los reyes consiguieron el Patronato de Indias —concedido por el Papa— que les dejó controlar la Iglesia americana. Se instauraron además las encomiendas para evangelizar a los indígenas.