DIAGNÓSTICO A PRIMERA VISTA G. Fernández Rodrígueza, J.A. Paredes Rodrígueza y A. Macías Corbachob a Médico residente de Medicina de Familia. bMédico de familia. Centro de Salud San Roque. Badajoz. España. RESPUESTA CASO 16/03 – Botriomicoma o granuloma telangiectásico. C O M E N TA R I O El botriomicoma o granuloma telangiectásico es una piodermitis vegetante producida por estafilococo, que evoluciona produciendo hiperplasia epitelial y granulomas crónicos. Se trata de una tumoración vascular, de rápido desarrollo, con frecuencia en el sitio de una herida, constituida por proliferación capilar en estroma laxa y edematosa. En cuanto a la clínica, se caracteriza por una elevación roja, pediculada, rodeada de un surco u ojal, generalmente única, que aumenta de tamaño hasta unos 2 cm, de superficie ulcerocostrosa que sangra con facilidad, de preferencia en los dedos y la cara. También puede aparecer en la mucosa oral (encía), precipitada por el embarazo. Cuando se produce una necrosis espontánea, disminuye de tamaño y cambia el color de rojo a negro. No es doloroso ni pruriginoso. Excepcionalmente aparecen formaciones satélites, después de extirpar la tumoración primitiva. El diagnóstico se establece por el aspecto clínico, los antecedentes y la evolución típica. La histología lo confirma. El tratamiento consiste en la escisión mediante cucharilla y electrocoagulación de la base. Por su parte el queratoacantoma es un tumor benigno, derivado de la epidermis, también de crecimiento rápido y curación en meses. La clínica se caracteriza por las siguientes fases: – Etapa inicial y fase de crecimiento. Se inicia con una pequeña elevación umbilicada en el centro, que crece hasta convertirse en una prominencia hemisférica con tapón córneo en la cúspide que recubre un cráter central. Causa grave alarma. Esta fase suele desarrollarse en aproximadamente un mes y medio. – Período de estado. Muy parecido al carcinoma espinocelular, con el que hay que establecer el diagnóstico diferencial. Adquiere una consistencia blanda o semidura, no se adhiere a planos subyacentes, tiene color rosado o rojo-violáceo y carácter lobulado. Puede provocar prurito, cierto dolor y escozor. Puede infectarse secundariamente. (2071) – Fase de regresión. Al cabo de un tiempo variable, a veces meses, los bordes se aplanan perdiendo consistencia, disminuye el cráter central y cae el tapón córneo. Por último desaparece quedando una cicatriz deprimida, antiestética. Suele localizarse en la nariz, los surcos nasogenianos, las mejillas, el mentón, las zonas infraorbitarias y retroauriculares (en general áreas expuestas al sol). En cuanto a la etiopatogenia, tiene influencia la luz solar, así como los contactos con aceites minerales y alquitrán. Aparece más a menudo en personas de piel blanca (predisposición genética). También se ha planteado una teoría viral. Es más frecuente en adultos, sobre todo varones. Por lo que se refiere al tratamiento, puede optarse entre la abstención y la extirpación y biopsia. El tumor glómico, por su parte, es un tumor vascular, poco frecuente, congénito o prematuro, que casi siempre se desarrolla a partir de la primera infancia. En cuanto a la clínica, habitualmente es un tumor único, pequeño, hemisférico, liso, de consistencia blanda o elástica, de color rosado (a veces azul violáceo) y doloroso espontáneamente, a la presión o por cambios bruscos de temperatura. Suele localizarse en las extremidades, sobre todo en los dedos debajo de la placa ungueal, donde adquiere un color azulado y se deforma progresivamente. A veces existen formas múltiples que se transmiten de forma autosómica dominante. El tratamiento consiste en la escisión quirúrgica. Por último, los granulomas de cuerpo extraño se diferencian básicamente del botriomicoma en que en éste suele dominar el componente inflamatorio frente a la proliferación vascular, y que su evolución suele consistir en la expulsión del cuerpo extraño o en su enquistamiento, según sea la naturaleza de aquél. Algunas espinas de palmera penetran tan profundamente que lesionan huesos y articulaciones. Las astillas y las espinas de pescado causan principalmente infecciones estafilocócicas y estreptocócicas, pero las primeras pueden transmitir actinomicosis y las segundas, erisipeloide. Los cuerpos extraños químicamente activos causan irritación. JANO 30 MAYO-5 JUNIO 2003. VOL. LXIV N.º 1.479 65