aula, muchas veces otro niño o niña está tiene Boletín informativo para en ese momento el juguete quelas estefamilias quiere. MORDISCOS Y ARAÑAZOS EN LA ESCUELA INFANTIL Los niños de estas edades no saben compartir, cuando quieren alguna cosa lo cogen sin más. Si el compañero se resiste a compartirlo, este le tira del pelo o simplemente le muerde. ¿POR QUÉ NUESTROS NIÑOS Y NIÑAS SE COMPORTAN ASÍ? Por problemas con la dentición. Que estén saliéndoles los dientes, es motivo más que suficiente para morder todo lo que tienen cerca. Lo malo es que si lo que muerden es el brazo o la cara de un compañero. También puede influir que se les quite el chupete; les produce mucho desasosiego: el chupete es como un bálsamo para el ánimo y alivio para nuestros pequeños. Por ausencia de lenguaje oral. Los niños de estas edades aún no dominan el lenguaje oral y no pueden comunicarse verbalmente para resolver los conflictos. Al no poder hablar, sus formas de mostrar el rechazo, el deseo o la necesidad, son un tanto aparatosas. Su agresividad es, simplemente, una manera de decir qué quieren o qué no quieren, su modo de hacerse entender y de resolver los problemas. Por alegría, emoción o cariño. A veces aquel gesto que acaba pareciendo una conducta agresiva, es un acto de cariño. A los niños y niñas de estas edades, les gusta mucho darse besos (es muy placentero poner la boca en la cara o en el cuerpo de otro niño), pero en la mayoría de las ocasiones, éstos se ponen nerviosos y simplemente se –no miden las fuerzas- con los cariños y arrumacos. A esta edades aún no tienen control emocional; y por tanto no son capaces de canalizar las emociones intensas, se ponen nerviosos y, de esta manera se produce la supuesta reacción violenta. Por sobreprotección. Un niño de de esta edad, el cual tiene todo lo que quiera porque en casa se lo damos todo, piensa que siempre va a ser así y no ha de haber diferencia entre la escuela y la casa. Pero en el Como no le van a dejar que se lo quite, lo más seguro es que coja una rabieta y que, si aun así ve frustrados sus deseos, le dé un buen tirón de pelos al compañero para lograr su objetivo. Nunca le han negado nada, no conoce el significado de la palabra "no" y es muy difícil entenderlo, de repente, cuando se tienen casi dos años. Por costumbre. Cuando un menor nos tira del pelo, consideramos una acción bastante simpática y graciosa, e incluso le acercamos la cabeza para que el niño o niña lo tenga más fácil y acceda sin dificultad a nuestro pelo o a nuestra cara. Pero si no vamos moldeando, poco a poco y con mucho cariño, estos comportamientos, no entenderán por qué, conforme sean mayores, no sólo no nos hace gracia el tirón de pelo o el mordisco, sino que encima se llevan una regañina. Por pensamiento egocéntrico. A estas edades, nuestros menores se encuentran en el momento evolutivo conocido como el del PENSAMIENTO EGOCÉNTRICO-. Estos niños son incapaces de ponerse en el lugar del otro. Yo quiero ese juguete, lo quiero ahora y no me preocupa que lo tengas tú; además, no entiende que tú también lo quieras. Yo lo quiero y te lo quito sin más. Si te resistes, te araño o muerdo. Además, después de la reacción, no pueden entender por qué llora el agredido. Los niños de uno a dos años no son capaces de compartir. No es que sean egoístas, es que no saben hacerlo todavía. COORDINACIÓN ESCUELA-FAMILIA PAUTAS DE ACTUACIÓN PARA EDUCADORES Y FAMILIAS Debemos entender que estas conductas supuestamente agresivas están dentro de lo normal a estas edades. Que tenemos que trabajar pautas para encauzarlas hacia otras formas de relación más adecuadas. La clave está en corregir estos comportamientos con constancia pero sin dureza, evitando en todo momento ofrecerles modelos agresivos, como por ejemplo; la solución no es enseñarle a que muerda al que ha sido mordido. MANERA DE PROCEDER ANTE UN CONFLICTO Ante un incidente de este tipo (mordisco, golpe, arañazo..) lo primero es atender al niño agredido, calmarle y ofrecerle seguridad. Al que ha provocado el altercado, debemos hacerle entender al que lo que ha hecho no está bien, que actuando así hace daño a su compañero y que no debe repetirlo. Si el comportamiento agresivo es muy frecuente, convendrá apartarle de la situación y retirarle un ratito, muy breve, al rincón de la tranquilidad para que se relaje y, cuando vuelva al grupo, pueda seguir la actividad con total normalidad. No debemos etiquetar a los niños/as como malos, o pegones. Los niños no son malos, lo que está mal es su acción y así hay que hacérselo ver. Ponerles etiquetas sólo va a llevar a que se identifiquen con el papel y a reforzar ese comportamiento. Las normas y límites en la escuela han de ser muy claras, cuanto antes las interioricen, antes irán desarrollando las habilidades sociales alternativas a la agresión para resolver sus conflictos. Recuerda: Los niños de uno a dos años no son capaces de compartir. No es que sean egoístas, es que aún no saben hacerlo. La colaboración de los padres es fundamental para que juntos ayudemos a que los niños y niñas crezcan FELICES. Con la colaboración de Isabel García. Psicóloga. Escuela de Padres y Madres. Escuela Infantil Garabatos C/ Andorra s/n. Lebrija (Sevilla) 41740. Tlf: 95 597 52 15 Fax: 95 597 37 62 email: 41018665.edu@juntadeandalucia.es