CAPITULO XI EL PROCESO DE COLONIZACIOI\l 1. ETAPAS FUNDAMENTALES La colonización en Ecuador se inscribe dentro del proceso de expansión de la fron­ tera agrícola por el aprovechamiento de las tierras ubicadas en los trópicos húme­ dos. Si bien existen posiciones antagónicas sobre Ias aptitudes de estas zonas para el crecimiento de la producción agropecuaria (Cfr. Nelson, 1977, cap. 11), es innegable que en las últimas décadas se ha acentuado un proceso de incorporación de estas zo­ nas. Si en Brasil, el mismo era ya significativo -entre 1948 y 1962 el 50 oro del au­ mento de la producción de cultivos fue su consecuencia-, en las últimas décadas ad­ quiere relevancia la expansión de Bolivia en la zona de Santa Cruz, y de Ecuador y Perú, por ejemplo, hacia el Oriente. Estimaciones de 1967 y 1968, presentaban las siguientes extensiones de tierras de Ecuador, pertenecientes a los llamados "trópicos húmedos" (tierras situadas entre el trópico de Capricornio y el trópico de Cáncer, con una altitud generalmente infe­ rior a los 500 metros, una temperatura media que supera a los 21 grados en el mes de frío, más de 1000 cm3 de precipitaciones al año y que, salvo la sabana, se en­ cuentran cubiertas de bosques naturales). (Ver Cuadro No. 26 ) De estas tierras, hacia 1974 se estimaba que las áreas susceptibles de colonizar al­ canzaban a 6.300.000 has de las cuales 2.000.000 se encontraban en la Costa, alre­ dedor de 300.000 en la Sierra y 4.000.000 en el Oriente. 296 CUADRO No. 26 EXTENSIONES DE ECUADOR EN REGIONES DE TROPICOS HUMEDOS (en millones de Has.) ZONAS Cuenca Baja del Amazonas (tierras bajas) Costa del Pacífico (tierras bajas) Estribaciones y faldeos orientales de los Andes (tierras altas) TOTAL HECTAREAS 4.0 7.0 5.0 16.0 FUENTE: Nelson, Michael, 1977, p. 24 ELABORACION : Propia La diferencia entre estas tierras que se estima podrían ser colonizadas con el monto total de tierras de trópico húmedo, está dada por tierras que no son de vocación. agropecuaria, y por aquellas zonas que han sido ocupadas por un proceso coloniza­ dor iniciado hacia comienzos del siglo XIX. La primera gran expansión colonizado­ ra se produjo alrededor de la explotación del cacao, cuya exportación alcanzó cifras significativas en esos años. La organización del espacio colonizado en la región de la Costa, se realizó en torno a las grandes explotaciones cacaoteras que fueron apro­ piándose de las tierras baldías. Alrededor de este proceso el Estado dicta distintos decretos destinados a favorecer la constitución de las haciendas (Decreto de enaje­ nación de tierras baldías del 2/10/1865; Decreto Ejecutivo de 9/12/1867 de entre­ ga de tierras bald ías a sus posesionarías sin pago; Decreto del 7/11/1873 de venta de tierras baldías al Estado; Decreto del 20/2/1896 de ampliación de las plantaciones cacaoteras y de las haciendas serranas de bajío y de páramo mediante compra). Hubo otros intentos de colonizar tierras bald ías con otros sujetos sociales distintos a los propietarios de las plantaciones. El 7/12/1899 se dicta un Decreto que estable­ ce ciertas zonas circundantes a caminos públicos en la Costa, que intenta ser coloni­ zada con colonos propietarios (ex soldados y residentes urbanos y colonos conqier­ tos reclutados entre los vagos y mendigos). Finalmente se intentaron mecanismos de colonización como el establecido en el Decreto del 28/5/1870, que establecía la entrega de tierras en el Oriente a cambio de inversiones en la construcción del ferro­ carril Milagro-Ambato (Cfr. Canelos, Franklin, 1980, pags. 62/68). Un segundo flujo colonizador comienza a partir de la crisis de la·exportación de ca­ cao, y el desarrollo de la producción arrocera. Al abandonarse la producción de ca­ 297 cao en las haciendas de la Costa, además de la transformación de los antiguos "fin­ queras" (campesinos que plantaban cacao en las haciendas y lo cuidaban durante 5 a 8 años, y luego el hacendado recuperaba el terreno pagando por cada árbol en producción recibido), en arrendatarios en dinero, se desarrolla también el sistema de aparcería, en el cual el campesino pone la fuerza de trabajo, los instrumentos y la semilla, y los terratenientes la tierra, recibiendo éstos una renta en producto. Es­ te sistema es conocido como "precarisrno " y hacia 1968 el 72.5010 de las h acien­ das se explotaban en estas condiciones. Bajo estas formas, crece rápidamente el volumen de producción y las tierras ocupa­ das. La superficie sembrada se estimaba en 1930-34 en 15.000 has, yen 1949 ha­ bía llegado ya a 75.000 has. En 1968 se llegaba a 284.000 has, de las cuales el 65 010 se encontraban en la provincia del Guayas. Gran parte de las 104.000 uni­ dades productoras registradas ese año, habían tenido su origen en los procesos de disolución de haciendas cacaoteras y de incorporación de nuevas tierras. El proce­ so descrito de adjudicación de tierras con el Decreto 1001 y de la reforma agraria de 1973 vendría a completar el control de las unidades por un gran número de pro­ ductores medianos y pequeños, junto a los cuales se encuentran también unidades de mayor tamaño modernizadas. Reflejo de este proceso de expansión de pequeños productores y tendencias socia­ les que impulsan el desarrollo de explotaciones de pequeños propietarios y la libe­ ración de los productores sujetos a formas no capitalistas de producción, es la Ley de Tierras Baldías y Colonización del 12 de mayo de 1936. La misma establecía la reversión al Estado de las tierras que adjudicadas o enajenadas por el Estado no han sido cultivadas en los últimos diez años, por lo menos en una cuarta parte; y, fija también la capacidad de expropiación del Estado de tierras para colonización así como el establecimiento y ensanche de las poblaciones (en muchos casos asfixiadas por las grandes haciendas y plantaciones). Se establece una extensión de 25 a 30 has como prototipo de la superficie para explotación agrícola, pudiendo extenderse la misma pero hasta un límite máximo de 200 has. Un tercer movimiento colonizador está ligado al desarrollo de la explotación bana­ nera. La crisis producida a mitad de la década de 1940 en la producción bananera centroamericana por condiciones climáticas adversas permiten que el Ecuador ex­ panda rápidamente su producción frente a la demanda insatisfecha a nivel mundial. El gobierno de Galo Plaza instalado en 1948 aprovechó la coyuntura creada para apoyar Con créditos a las pequeñas y medianas explotaciones bananeras que se de­ sarrollan notablemente en el per íodo y empujó la construcción de obras infr aes­ tructurales fundamentales para la movilización del producto (caminos y obras por­ tuarias). Esta excepcional expansión se reflejó en el hecho de que las exportaciones de banano pasaron de 8.1 millones de dólares en 1948 a 44' en 1952 y a 90' en 1960. El auge bananero atrajo fuertes contingentes de mano de obra, tanto de colonos, como de trabajadores asalariarados. Desde otras zonas de la Costa y desde la Sierra se desplazaron numerosos campesinos. La expansión se centró en las provincias del sur de la Costa, aunque alcanzó también a otras zonas, como las situadas en la pro­ 298 vincias del sur de la Costa, aunque alcanzó también a otras zonas, como las situadas en la provincia de Esmeraldas, situada al nórte de la región. Este proceso fue corta­ do por la crisis producida en la exportación de banano en los finales de la década de 1950. Ello llevó al establecimiento de zonas de producción bananera por el Esta­ do, quedando fuera del circuito de exportación las explotaciones ubicadas en dicha provincia lo que motivó el desplazamiento de jornaleros en busca de tierras y posi­ bilitó movimientos de colonización posteriores. La cuarta etapa de colonización, puede ubicarse desde comienzos de la década de 1940 y se extiende nasta nuestros días. Esta ligada a líneas de penetración en el Oriente ecuatoriano y en ciertas zonas de la región llamada globalmente Costa en Ecuador, y que incluye la zona tropical húmeda ubicada entre el Pacífico y la Cor­ dillera Occidental. El importante desarrollo de carreteras nacionales contribuyó de­ cisivamente a este proceso. Particular importancia tuvo la construcción de la carre­ tera pavimentada Quito-Guayaquil a través de Santo Domingo de los Colorados, terminada en 1963 y la posterior pavimentación del camino Santo Domingo de los Colorados-Quinindé, que permitió el avance colonizador hacia la provincia de Es­ meraldas, en el noroccidente. En el Oriente, el camino de acceso a Puvo.construido entre 1950 y 1953 por la Shell Oil Company para facilitar la prospección petrolera en las llanuras orientales, generó una importante vía de penetración para el proceso colonizador. A comienzos de la década de 1960 se construyeron caminos desde Pu­ yo a Tena lo que generó una zona de colonización amplia. En el sur del oriente, pe­ netrando desde Cuenca, se encontraba una zona de antigua colonización por los es­ pañoles, el llamado Valle del Upano, que también fue recibiendo una corriente co­ lonizadora constante en las últimas décadas. El camino Baeza-Lago Agrio, centro de explotación petrolera, es otra de las vías de penetración principales. Flujos pos­ teriores al oriente, ligados al desarrollo vial, han ido aumentando el número de co­ lonos. Alrededor de estos procesos espontáneos se han ido estableciendo acciones estatales. . .2. ACCIONES ESTATALES EN COLONIZACION La acción del Estado ecuatoriano se ha orientado a tre~ tipos de acciones en mate­ ria de colonización: a. b. c. De ayuda a la colonización espontánea, en las zonas de antigua colonización. De ejecución de proyectos específicos de colonización dirigida y semi-dirigi· da, en áreas nuevas, y; El fomento de empresas agroindustriales de gran tamaño. Las instituciones estatales que realizan acciones en este .carnpo son, principalmente, el IERAC (Instituto Ecuatoriano de Reforma Agraria y Colonización), el CREÁ (Centro de Reconversión del Azuay, Morona y Santiago), el INCRAE (Instituto Na­ cional de Colonización de la Región Amazónica del Ecuador) y PREDESUR (Pro­ grama Regional para el Desarrollo del Sur del Ecuador). 299 Colonización espontánea La labor central del Estado ha consistido en ordenar el espacio f ísico y adjudicar las tierras a los colonos ya asentados. Entre 1964 y 1979 el IERAC adjudicó por este concepto 1.012.546 has a 29.048 familias, con un promedio de 34.8 has por fami­ lia. Además, se legalizaron las siguientes adjudicaciones a los grupos indígenas que habitaban previamente las zonas de colonización. CUADRO No. 27 ADJUDICACIONES REALIZADAS A COMUNIDADES INDIGENAS EI\lTRE 1964 Y MARZO DE 1984 DENOMINACION ETNICA SUPERFICIE (hectáreas) Región Amazónica Comunidad Sioana-Secuoyas Comunidades Cofanes Comunidad Huaorani (Aucas) Comunidades Ashuar y Shuar Comunidades Alamas (Quichuas) 7.043.20 13.435.20 66.570.00 417.506.74 225.533 .-=-5-=-3 Subtotal 760.088.67 Colorados (*) TOTAL 1.744.00 761.832.67 FAMILIAS (No.) 61 56 167 4.284 2.327 --=-'-='-'--_ 6.895 200 7,095 Promedio ha/familia: 107.37 (*) Datos hasta 1980 FUENTE: IERAC ELA80RACION: Propia Como se aprecia, lo fundamental de las poblaciones indígenas se encuentra en la re­ gión amazónica, con excepción de los Colorados en Santo Domingo y los Cav apas en varias zonas de la provincia de Esmeraldas, que no aparecen en el cuadro por es­ tar en proceso de adjudicación de tierras. En las provincias de Morona y Napa se concentra lo fundamental de las tierras entregadas a estas comunidades. Colonización dirigida Se denomina así a aquella realizada mediante proyectos especiales y con colonos es· pecialmente calificados para su traslado a la zona del proyecto. Hasta mediados de 300 1979"existían los tres proyectos que se detallan en el siguiente cuadro. CUADRO No. 2~ PROYECTOS DE COLONIZACION DIRIGIDA EN ECUADOR FAMILIAS UBICACION PROYECTOS NUMERO HAS Shushufi nd i Payamino San Miguel 3.400 22.160 18.000 90 400 ~ TOTAL 43,560 768 EJcCUCION % 80 30 30 Promedio 57 has/familia FUENTE: IERAC ELABORACION: Propia Colonización orientada Es un asentamiento espontáneo de colonos por iniciativa privada donde el Estado interviene posteriormente con acciones destinadas a regularizar la situación de los colonos en materia de tierras y a fortalecer formas organizativas, desarrollar obras de infraestructura, de sanidad, sociales, etc. A. mediados de 1979 el estado de eje­ cución de proyectos de este tipo era el que surge del Cuadro No. 29 Cotonización empresarial ,Se distinguen tres tipos de empresas: las pequeñas, con superficie de 60 a 200 hec­ táreas, las medianas con una extensión de 201 a 1.000 has y las grandes de 1.001 hectáreas en adelante. A mediados de 1979 la adjudicación a empresas se aprecia en el Cuadro No. 30 Síntesis del proceso adjudicatario Las diferentes formas de colonización descritas se sintetizan en el Cuadro No. 31 El cuadro permite apreciar que lo fundamental del proceso de colonización (70.6 por ciento del número de hectáreas) se ha dado bajo la forma de colonización es­ pontánea, mientras que las acciones de colonización con una intervención estatal más importante todavía no habían podido adjudicar un porcentaje significativo de tierras. Sin embargo, es importante señalar que alrededor de 1.250.000 has se en­ cuentran en proceso de colonización bajo la forma de colonización dirigida u orien­ 301 CUADRO No. 29 PROYECTOS DE COLOI\lIZACION ORIENTADA EN DESARROLLO EN ECUADOR PROYECTOS PROVINCIA NUMERO HAS NUMERO FAMI LIAS EJEC. % ------------'­ San Pedro del Tena Nangaritza Pedro Carbo Pedernales Ouinindé Muisne Cavapa Malimpia-N. Jerus. Santiaqo-vlvl ira Lita-Buenos Aires Upano-Palora Morona Napo Zamora Guayas Manab í Esmeraldas Esmeraldas Esmeraldas Imbabura-Carchi Imbabura Morona Morona TOTAL 41.888 100.000 76.000 50.000 30.000 345.000 30.000 15.000 120.000 300.000 556 2.000 1.600 1.600 800 380 6.000 600 300 3.800 4.260 1'197.888 21.986 ~O.OOO 60 10 80 80 25 5 40 5 10 FUENTE: IERAC ELABORACION: Propia CUADRO No. 30 ADJUDICACIONES DE ZONAS DE COLONIZACION EN ECUADOR A EMPRESAS AGROPECUARIAS --------TIPO DE EMPRESA NUMERO DE HAS Pequeña empresa Mediana empresa Gran empresa 108.239 19.452 31.453 TOTAL: 159.144 FUENTE: IERAC ELABORACION: IERAC PROMEDIO HAS/EMP. 102.3 374.1 2.859.4 NUMERO EMPRESAS 1.058 52 11 1.121 302 tada. De todos modos, dado que la colonización orientada reconoce a la ocupación espontánea como el punto inicial, sobre el que luego operan orqanisrnos del Estado, es evidente que el proceso de colonización en Ecuador ha sido y es fundamental­ mente un movimiento desarrollado por iniciativa privada de los productores, ge­ neralmente a través de las vías de penetración que se van construyendo, y que la acción estatal actúa a posterior! tratando de organizar la ocupación espacial y de ir estableciendo los servicios básicos que requieren las nuevas zonas incorporadas al proceso económico. La ocupación se ha dado en lotes individuales, mediante la conformación de precoo­ perativas y cooperativas. La finalidad de las mismas ha sido casi únicamente la de obtener la adjudicación de las tierras, ya que así lo exige el marco jurídico vigente. En algunos casos estas formas asociativas han desarrollado algunas acciones produc­ tivas y de comercialización, pero han sido las excepciones. Sí, en cambio, han servi­ do como mecanismos para ejercer presión sobre segmentos del aparato estatal.con el objeto de obtener la realización de acciones del mismo, han podido desarrollar CUADRO No. 31 ADJUDICACIONES REALIZADAS HASTA IVIAYO DE 1979 DE ACUERDO A LOS TIPOS DE COLONIZACION NUMERO FAMI L1AS TIPO DE COLONIZACION SUPERFICIE % Col. Inmigrantes Ind ígenas tradic. 1.012.546 224.213 70.0 15.6 29.048 2.663 Subtotal 1.236.759 85.6 31.711 9.030 41.888 159.144 0.6 2.9 10.9 143 560 1.446.821 100.0 32.414. Dirigida Orientada Empresarial TOTAL NUMERO PROMED. EMPRES. POR HA. 34.8 84.2 1.121 63.2 74.8 142.0 1.121 FUENTE: IERAC ELABORACION: Propia algunas acciones comunes para la construcción de caminos secundarios, etc. Consti­ tuyen, de todos modos, una base elemental que puede facilitar el desarrollo de la ac­ ción de los organismos del Estado. 303 El proceso de colonización se desarrolla generalmente a lo largo de vías de cornuní­ cación. Posteriormente, se van ocupando los espacios vacíos situados a mayor dis­ tancia de las rutas establecidas. Ello trae innumerables problemas de traslado de los colonos y de su producción y sienta las bases de procesos de diferenciación entre los mismos, dado que los primeros ocupantes combinan una mayor cantidad de tierras "desmontadas" y en cond iciones productivas, con un mejor acceso a los mercados. Generalmente, se desarrollan en primer lugar cultivos de subsistencia, para luego, paralelamente a la construcción del sistema comercializador de productos (general­ mente a cargo de comerciantes privados), ir desarrollando la producción de bienes para el mercado. En un estudio realizado por el Ministerio de Agricultura y Gana­ dería en 1973 en la región oriental, se apreciaba que la producción de yuca, pláta­ no, naranjilla, té, maíz, arroz, cítricos, camote, en ese orden, ocupaba los primeros lugares en materia productiva, lo que muestra un fuerte peso de productos de sub­ sistencia y algunos rubros (naranjillas, té), destinados esencialmente a la comerciali­ zación. Los colonos que normalmente abren el proceso, lo hacen en base de afrontar condi­ ciones de supervivencia difíciles, y en parte, se asiste a procesos de venta de unida­ des o de abandono de las mismas, luego de los primeros años. Un estudio sobre las migraciones de la Sierra al Oriente ecuatoriano en 1975 muestra, sin embargo, que la mayor parte de los migrantes estaban satisfechos en su situación como colonos, manifestando el 86 % de los entrevistados su deseo de permanecer en el ,Oriente como tales. Esta respuesta se liga también con la situación previa de los migrantes. El origen mayoritario de los mismos (en el Oriente 79 o/o l proviene de la Sierra y de ellos un 70 % manifestó ser previamente agricultor. Ello se explica por la alta presión demográfica existente en el callejón interandino que hace cada vez más in­ viable a los hijos de los campesinos incorporarse al proceso productivo en su lugar de origen. Es importante señalar que el 59 % de la migración serrana al oriente proviene de las dos provincias serranas del sur, Azuay (30 o/o) Y Laja (25 o/o), don­ de la extrema minifundización y además la sequía, en el caso de la segunda, han creado condiciones muy difíciles para la subsistencia campesina, y ello ha llevado, particularmente a los jóvenes, a migrar a las provincias del oriente cercanas, es decir, a las de la región suroriental. El promedio de 30 años de edad de los migrantes, ob­ servado en el estudio, confirma esa aseveración. Además de la corriente Sierra-Oriente, se asiste a movimientos importantes dentro de la región de la Costa entre las provincias de esa zona, como producto de procesos de minifundización en ciertas provincias, sequías, etc. La contracción de la produc­ ción bananera también impulsó este proceso. A ello debe sumarse las migraciones desde Lo]a hacia provincias costeñas como producto de la extrema sequía que su­ fre la provincia por un período prolongado. El Cuadro No.32 permite apreciar las hectáreas adjudicadas por el IERAC entre 1964 y 1983, inclusive. Datos de la misma institución, señalan que entre Septiern­ w ~ CUADRO No. 32 ADJUDICACION DE TIERRAS POR COLONIZACION POR PERIOOOS,SEGUN REGIONES PERIODO S I E R RA COSTA OR I EN TE GALAPAGOS TOTALES No. HAS No. HAS No. HAS No. HAS No. HAS 1964-66 3.403 116.550.88 1.157 43.499.65 1.547 47.274.19 16 287.38 6.123 207.612.1 1967-70 2.599 99.697.28 2.282 76.123.68 1.826 77.502.01 99 387.80 6.806 253.710.7 1971-79 4.490 175.223.42 6.415 247.561.91 11.615 627.671.00 426 19.136.38 22.946 1.069.592.7 1980-83· 2.974 57.541.90 3.726 148.652.29 5.901 427.217.60 12 21.220.42 12.613 654.632.2 13.466 449.013.48 13.580 515.837.53 20.889 1'179.664.80 553 41.031.98 48.488 2'185.547.8 TOTAL • Datos de 1981- 82 - 83, sujetos a revisión FUENTE: IERAC ELABORACION: Propia .;¡ :! \.. 305 bre de 1964 y el 16 de mayo de 1984, a través del proceso de colonización se ha­ bían adjudicado 2.276.867 has a 51.386 unidades, lo que implica un promedio de 44.3 has. La Ley de Tierras Baldías y Colonización señala que las lotizaciones de­ ben realizarse en unidades familiares. El IERAC ha fijado a la unidad agrícola fami­ liar con una superficie tope de 50 a 60 has de acuerdo a las condiciones ecológicas de cada zona. El promedio anual de adjudicaciones, por colonización ha sido, en estos últimos 20 años, de 113.843 has anuales. Sin embargo, es posible distinguir diferentes ritmos en los períodos analizados. Mientras por impulso del gobierno militar de 1963, el proceso toma fuerte auge en 1965 y 1966, llegando a 97.875 has y 92.123, respec­ tivamente contra 17.613 de 1964, el per íodo civil 1967/70 hará declinar sensible­ mente el proceso, manteniéndolo en promedios de alrededor de 50.000 has. Con el gobierno de Velasco Ibarra comenzará a incrementarse nuevamente la colonización, pero será el gobierno de Rodríguez Lara el que impulsará acciones que refuercen notablemente el ritmo de entregas. Ello estará determinado esencialmente por el co­ mienzo de la explotación petrolera en el Oriente, que a partir de 1973 constituirá más de la mitad de las tierras anualmente legalizadas por este proceso. Durante el período iniciado por Velasco Ibarra y continuado por los gobiernos militares, el promedio de hectáreas adjudicadas pasará de 63.427 a 118.843. En el cuadro se aprecia con claridad el papel jugado por la zona amazónica, que constituye actual­ mente el 54 % de las tierras colonizadas legalmente en el país. Durante el gobierno de Roldós y Hurtado el proceso continúa incrementándose, lle­ gando a un promedio de 163.658 hectáreas. Sin embargo, debemos anotar que mientras en todos los períodos anteriores el promedio de adjudicación de tierras os­ cila entre 50 y 60 hectáreas, en este último período, hay un año, el de 1983, donde el promedio salta a 152 has. Y ello se debe a adjudicaciones realizadas en el Oriente, donde 752 unidades aparecen legalizando 270.518 has, con un promedio de 360 has por unidad. Seguramente ello se debe a la adjudicación de tierras a las plantaciones de palma africana (Cfr. Cuvi y Cerrión, 1984), más exactamente a una plantación que alcanzaría una extensión de 200.000 hectáreas. En síntesis, la colonización va jugando un papel importante en la extensión de la frontera agrícola nacional y en una redistribución de la población que impide que ciertas zonas de la Sierra y la Costa, extremadamente pobladas, hayan sido satura­ das más aún, e indirectamente, han frenado un proceso de migración más violento que el ocurrido, a los núcleos urbanos más importantes. La importante cantidad de tierras aptas para ser colonizadas aún no explotadas hacen prever una creciente ex­ pansión de la frontera agrícola con previsibles repercusiones en el crecimiento de la producción agropecuaria nacional.