Declaración Universal de los Derechos Sexuales

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Declaración Universal de los Derechos Sexuales
Declaración del 13avo. Congreso Mundial de Sexología, 1997, Valencia,
España revisada y aprobada por la Asamblea General de la Asociación
Mundial de Sexología, WAS, el 26 de agosto de 1999, en el 14º Congreso
Mundial de Sexología, Hong Kong, República Popular China.
La sexualidad es una parte integral de la personalidad de todo ser humano. Su
desarrollo pleno depende de la satisfacción de necesidades humanas básicas
como el deseo de contacto, intimidad, expresión emocional, placer, ternura y
amor.
La sexualidad se construye a través de la interacción entre el individuo y las
estructuras sociales. El desarrollo pleno de la sexualidad es esencial para el
bienestar individual, interpersonal y social.
Los derechos sexuales son derechos humanos universales basados en la
libertad, dignidad e igualdad inherentes a todos los seres humanos. Dado que
la salud es un derecho humano fundamental, la salud sexual debe ser un
derecho humano básico. Para asegurar el desarrollo de una sexualidad
saludable en los seres humanos y las sociedades, los derechos sexuales
siguientes deben ser reconocidos, promovidos, respetados y defendidos por
todas las sociedades con todos sus medios. La salud sexual es el resultado de
un ambiente que reconoce, respeta y ejerce estos derechos sexuales:
1. El derecho a la libertad sexual. La libertad sexual abarca la posibilidad de
la plena expresión del potencial sexual de los individuos. Sin embargo, esto
excluye toda forma de coerción , explotación y abuso sexuales en cualquier
tiempo y situación de la vida.
2. El derecho a la autonomía , integridad y seguridad sexuales del cuerpo.
Este derecho incluye la capacidad de tomar decisiones autónomas sobre la
propia vida sexual dentro del contexto de la ética personal y social. También
están incluidas la capacidad de control y disfrute de nuestros cuerpos, libres de
tortura, mutilación y violencia de cualquier tipo.
3. El derecho a la privacidad sexual. Este involucra el derecho a las
decisiones y conductas individuales realizadas en el ámbito de la intimidad
siempre y cuando no interfieran en los derechos sexuales de otros.
4. El derecho a la equidad sexual. Este derecho se refiere a la oposición a
todas las formas de discriminación, independientemente del sexo, género,
orientación sexual, edad, raza, clase social, religión o limitación física o
emocional.
5. El derecho al placer sexual. El placer sexual, incluyendo el autoerotismo,
es fuente de bienestar físico, psicológico, intelectual y espiritual.
6. El derecho a la expresión sexual emocional. La expresión sexual va más
allá del placer erótico o los actos sexuales. Todo individuo tiene derecho a
expresar su sexualidad a través de la comunicación, el contacto, la expresión
emocional y el amor.
7. El derecho a la libre asociación sexual. Significa la posibilidad de contraer
o no matrimonio, de divorciarse y de establecer otros tipos de asociaciones
sexuales responsables.
8. El derecho a la toma de decisiones reproductivas, libres y
responsables. Esto abarca el derecho a decidir tener o no hijos, el número y el
espacio entre cada uno, y el derecho al acceso pleno a los métodos de
regulación de la fecundidad.
9. El derecho a información basada en el conocimiento científico. Este
derecho implica que la información sexual debe ser generada a través de la
investigación científica libre y ética, así como el derecho a la difusión apropiada
en todos los niveles sociales.
10. El derecho a la educación sexual integral. Este es un proceso que se
inicia con el nacimiento y dura toda la vida y que debería involucrar a todas las
instituciones sociales.
11. El derecho al atención de la salud sexual. La atención de la salud sexual
debe estar disponible para la prevención y el tratamiento de todos los
problemas, preocupaciones y trastornos sexuales.
LOS DERECHOS SEXUALES SON DERECHOS HUMANOS
FUNDAMENTALES Y UNIVERSALES.
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