22 TARDA_42-43 LEGUINA.qxd 13/10/16 17:57 Página 22 EL SPINNAKER Por Joan Tardà i Coma* Responsabilidades en Irak: o con la verdad o con sus corruptores A raíz de la publicación del informe Chilcot encargado por el gobierno británico sobre su participación en la guerra de Irak, saltaron las alarmas en la aAdministración española, puesto que en él se analizaba cómo se decidió la intervención militar y se gestionó la ocupación. Las razones, evidentes.En el imaginario de millones de persones quedó grabada la escena de 2003 en las Azores en la que Bush, Blair y Aznar celebraban compromisos para invadir Irak aun cuando se tuvieran que sacrificar valores consustanciales a la democracia. La corrupción de la verdad, protagonizada por el gobierno Aznar en todo lo relativo a la invasión de Irak, íntimamente ligada a la corrupción económica, tuvo respuesta ya en el año 2006 cuando el republicanismo catalán arrancó del Congreso de los Diputados la realización de un informe sobre la participación militar española que incluyera un desglose económico de las funciones realizadas en materia de cooperación y de actuación comercial. El Gobierno socialista no cumplió con el mandato del Parlamento y todo quedó en agua de borrajas. Transcurridos trece años desde el inicio de la guerra y la ocupación ilegal de Irak con el apoyo español, todas las informaciones confirman que no había pruebas que lo justificaran: la existencia de armas de destrucción masiva. Es más, las investigaciones apuntan a que los indicios eran fruto de la mentira. No obstante, las Cortes nunca han realizado ningún tipo de in22 vestigación respecto a los fundamentos que condujeron al posicionamiento respecto a una guerra que sólo apoyó parlamentariamente el Partido Popular. No existe ningún informe sobre la participación española. Nada se sabe de las misiones que las tropas españolas tenían que llevar a cabo, se ignora qué tipo de coordinación existía con los demás ejércitos ocupantes y, evidentemente, se desconoce el coste que comportó. Y, evidentemente, ausencia de transparencia sobre cuáles eran las contrapartidas que el Estado español iba a obtener de una guerra hecha para apoderarse del petróleo iraquí, del negocio de la reconstrucción y de la privatización de los servicios públicos iraquíes. En este sentido, es necesario recordar que ya desde antes de iniciarse el conflicto, el entonces secretario de Estado de Comercio y Turismo, Juan Costa, hacía gestiones para garantizar la participación de las empresas españolas en la reconstrucción hasta el punto que Fernando Díez Moreno, secretario de Estado de Defensa y comisionado español para Irak, afirmaba el interés de EE UU para que empresas 17–23 de octubre de 2016. nº 1172 En el imaginario de millones de persones quedó grabada la escena de 2003 en las Azores en la que Bush, Blair y Aznar celebraban compromisos para invadir Irak aun cuando se tuvieran que sacrificar valores consustanciales a la democracia españolas participasen con un volumen de negocio de alrededor de 6.000 millones de euros. No obstante, ninguna de las empresas españolas ganó las subcontrataciones ofrecidas por las empresas de EE UU, hecho que molestó al gobierno del PP, que mediante el ministro de Defensa Federico Trillo, trasladó a Donald Rumsfeld su malestar por la exclusión de España del botín de guerra. Actuaciones gubernamentales opacas con el beneplácito de los grandes partidos políticos dominantes en el Congreso. Sin rubor, ignoraron aclarar el destino de 300 millones de dólares anunciados por el Gobierno en la Conferencia de Donantes de Madrid para la reconstrucción iraquí o a qué se debía la misión de los servicios de espionaje españoles en Irak que fueron muertos por las tropas iraquíes que luchaban contra la ocupación. Con la crisis del bipartidismo, difícilmente se podrá dar esquinazo de nuevo a quienes consideran que la única opción regeneradora que le queda al sistema democrático español es acabar con la corrupción de la verdad, metabolizar las mentiras y asumir responsabilidades, razón por la cual comportará inevitablemente la creación de una Comisión de Evaluación de la participación española en Irak, paso previo para poder dilucidar responsabilidades. Una nueva encrucijada para el PSOE: o con la verdad o con sus corruptores. l *Miembro de la Diputación Permanente del Congreso por Esquerra Republicana de Catalunya.