El Neorrealismo en el cine El neorrealismo fue un movimiento cinematográfico surgido en Italia a finales de la Segunda Guerra Mundial, cuyos principales representantes fueron Roberto Rossellini, Luchino Visconti, Vittorio de Sica, Giuseppe De Santis y Michelangelo Antonioni. Orígenes y desarrollo Los neorrealistas fueron fuertemente influenciados por el realismo poético francés. De hecho, tanto Antonioni como Visconti trabajaron en estrecha colaboración con Jean Renoir. Por otro lado, muchos directores neorrealistas habían madurado trabajando en películas caligrafistas, si bien dicho movimiento era notablemente distinto al neorrealismo. Se pueden encontrar elementos emparentados con el neorrealismo, igualmente, en las obras de Alessandro Blasetti y en los documentales de Francesco de Robertis. Los precursores más significativos del neorrealismo fueron Toni, de Renoir, de 1935 y la película 1860, de Blasetti, realizada en 1934. El neorrealismo adquirió resonancia mundial con Roma, città aperta, primera película importante realizada en Italia tras el fin de la guerra. A pesar de la presencia de muchas características ajenas al neorrealismo, reflejaba claramente la lucha por la existencia que los italianos libraban día a día bajo la ocupación alemana de Roma, haciendo lo posible por resistir a la ocupación. Los niños juegan en la película un papel clave, y su presencia al final del film es indicativa de su papel general en el neorrealismo: como observadores de la dificultad del mundo de hoy que tienen la llave del futuro. Características El cine neorrealista se caracteriza por tramas ambientadas entre los sectores más desfavorecidos, abundante en el uso de los rodajes exteriores, con importante presencia de actores no profesionales entre sus secundarios, y, con frecuencia, incluso entre los protagonistas. Las películas reflejan principalmente la situación económica y moral de Italia en la posguerra y reflexionan sobre los cambios en los sentimientos y en las condiciones de vida: frustración, pobreza, desesperación... Dado que los estudios Cinecittà, que habían sido el centro de la producción cinematográfica italiana desde 1936, se encontraban ocupados por una multitud de personas desalojadas a causa de las penurias de la guerra, las películas se rodaban en el exterior, con las devastaciones bélicas como fondo. Su aspecto e intención principal consistía en plasmar la realidad tal cual era. Se trataba de un cine con orientación social capaz de representar la terrible depresión de una guerra tan atroz: un cine casi de desesperanza con un claro contenido social. Se puede decir que el neorrealismo italiano se inicia en 1945 con Roma, ciudad abierta (Roma, città aperta) de Roberto Rossellini y continúa con cineastas tan destacados como Vittorio De Sica con Ladri di biciclette en 1948 y Luchino Visconti con La tierra tiembla (La terra trema) en 1947. Los guionistas Suso Cecchi d'Amico y Cesare Zavattini fueron, entre otros escritores, autores importantes en este movimiento, escribiendo las historias para los directores del neorrealismo italiano. Robert McKee considera infravalorada la figura del guionista en cuanto a la autoría de las películas cinematográficas y, por otra parte, que se sobrevalora al director como autor único. Por eso, varios teóricos del cine como McKee, consideran responsables de la calidad artística del neorrealismo italiano a "autores" como Cecchi d'Amico y Zavattini.