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MAESTRÍA EN CIENCIAS
ÁREA PSICOLOGÍA APLICADA
INFLUENCIA DE PATRONES CONDUCTUALES
TRANSGENERACIONALES FAMILIARES, EN LAS
RELACIONES DISFUNCIONALES DE PAREJA
TESIS
QUE PARA OBTENER EL GRADO DE
MAESTRO EN CIENCIAS, ÁREA PSICOLOGÍA APLICADA
PRESENTA
JORGE TORRES HERNÁNDEZ
ASESOR
M. en C. JULIO CESAR VERDUGO LUCERO
COLIMA, COL.
ENERO, 2004
2
Que bueno que estás aquí Lay
para ver que todo
se moviera…
2
3
ÍNDICE
APARTADOS
PÁGINA
1, JUSTIFICACIÓN………………………………………………………… 5
2. MARCO TEÓRICO……………………………………………………… 8
2.1. Pensamiento sistémico………………………………………. 9
2.2. Patrones comunicacionales…………………………………. 11
2.3. Vida familiar…………………………………………………… 13
2.4. Violencia conyugal…………………………………………… 17
2.5. Valores y vida familiar…………………………………….…. 22
3. MÉTODO………………………………………………………………… 26
3.1. Problema………………………………………………………. 26
3.2. Objetivo general………………………………………………. 26
3.3. Objetivos específicos…………………………………………. 26
3.4. Diseño………………………………………………………….. 26
3.5. Participantes…………………………………………………… 27
3.6. Operacionalización de elementos del problema…………… 27
3.7. Escenarios……………………………………………………… 27
3.8. Procedimiento………………………………………………….. 27
3.9. Procedimiento de análisis de datos………………………….. 28
3.10. Método inductivo de análisis de contenidos……………….. 29
3.11. Contenido temáticos de entrevistas.………………………… 29
3.12. Consideraciones éticas………………………………………. 30
4. RESULTADOS……………………………………………………………. 31
4.1. Conglomerado de categorías de la abuela………………….. 31
4.2. Diagramas de flujo de la abuela………………………………. 33
4.3. Conglomerado de categorías de la madre…………………… 36
4.4. Diagrama de flujo de la madre………………………………… 38
4.5. Conglomerado de categorías de la nieta…………………….. 40
3
4
4.6. Diagramas de flujo de la nieta………………………………… 42
5. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES……………………………………… 46
6. SUGERENCIAS………………………………………………………….. 60
7. BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………..
62
8. ANEXO 1………………………………………………………………….. 64
8.1. Tablas De organización familiar………………………………. 65
8.2. Familiogramas y diagramas de flujo………………………….. 66
9. ANEXO 2………………………………………………………………….. 69
9.1. Formato para el vaciado de datos……………………………. 70
4
5
1. JUSTIFICACIÓN
Resplandores que jalonan, parpadeantes y perdidos,
los itinerarios en los que el hombre se encuentra arrojado a su pesar.
E. Amado.
En su orden más alto la familia es un sistema autónomo. Como organismo
social, su orden más alto de proceso de retroalimentación tiende a mantener su
unidad como ser familiar total. De manera recursiva, se podría decir que la familia se
organiza a fin de mantener la organización que la define como tal. Este orden
superior de organización es la organización cerrada del sistema: modificar esta pauta
equivale a destruir el sistema. Si un organismo no puede perdurar dentro de los
límites de lo viviente, muere (Keeney, 1991)
Pero esto no significa que la familia no cambie. Lo que cambia es su
estructura, o el modo de mantener su organización. Maturana y Varela (1989)
proponen que la organización y la estructura pertenecen a distintos tipos lógicos.
Una manera de entender este paradigma es que la totalidad es más que la
suma de sus partes; es decir, la familia es, en su totalidad. Ello conlleva la posibilidad
de transmitir generación tras generación, patrones conductuales y discursivos que le
confieren características únicas y personales en la forma de resolver sus problemas,
pero también en la manera de manifestar sus patologías emocionales.
En la génesis de estas patologías emocionales, los niños al ser parte del
sistema familiar participan en todos los acontecimientos que vive la familia,
beneficiándose o perjudicándose de las consecuencias de estos. La violencia en el
seno de la familia ha existido siempre en diversas formas, pero sólo en el último
decenio se ha reconocido que los abusos representan un grave problema, tanto por
su magnitud como por sus consecuencias. El niño que se desarrolla en un entorno
de violencia no vive aislado de esta, aunque la agresión no vaya dirigida
intencionalmente contra él, el hecho de atestiguar las agresiones que se ejercen los
adultos más importantes en su vida, sus padres, tiene consecuencias en su
desarrollo (Eia y Tomson, 1997).
5
6
La característica más importante del ser humano es su capacidad para formar
y mantener relaciones. Estas relaciones son absolutamente necesarias para que
cualquiera de nosotros pueda sobrevivir, aprender, trabajar, amar y procrearse. Las
relaciones humanas toman muchas formas, pero las más intensas, más placenteras
y más dolorosas son aquellas con la familia, los amigos y los seres amados. Dentro
de este círculo interno de relaciones íntimas, quedamos vinculados, o adheridos,
unos a otros con un "adhesivo emocional"1.
La habilidad de cada individuo para formar y mantener relaciones utilizando
este "adhesivo emocional" es diferente. Algunos parecen ser "naturalmente" capaces
de amar. Estos forman numerosas relaciones íntimas y cariñosas y, al hacerlo,
obtienen placer. Otros no son tan afortunados. No se sienten "atraídos" a formar
relaciones íntimas y encuentran poco placer en estar con o cerca de otros. Tienen
pocos, si algún amigo, y su adhesión emocional con la familia es limitada y más
distante. En casos extremos, un individuo podría no tener ningún vínculo emocional
intacto con ninguna otra persona (Ibíd.).
La capacidad y el deseo de formar relaciones emocionales están asociados a
la organización y funcionamiento de partes específicas del cerebro humano. Así
como el cerebro nos permite ver, oler, gustar, pensar, hablar y movernos, también es
el órgano que nos permite amar o no amar. Estos sistemas del cerebro humano, que
nos permiten formar y mantener relaciones emocionales, se desarrollan durante la
infancia y los primeros años de vida. Las experiencias durante este vulnerable
periodo temprano de la vida, son críticas en el moldeado de la capacidad de formar
relaciones íntimas y emocionalmente saludables. La empatía, el cariño, el compartir,
el inhibirse de agredir, la capacidad de amar, y un sinnúmero de otras características
de las personas saludables, contentas y productivas, se asocian con las capacidades
medulares de apego que se forman en la infancia y en la niñez temprana.
La comunicación puede ser vista como el acto a través del cual el lenguaje es
utilizado para intercambiar, recibir y obtener información. Sin el lenguaje estamos
1
Vínculos y desarrollo del afecto en niños maltratados. Obtenido en la red mundial:
http://www.bcm.tmc.edu/cta/bondingsp.htm
6
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encadenados al presente, pero las palabras nos permiten comunicarnos y pensar en
pasado y en futuro, en los objetos, características y relaciones que no están
realmente presentes. Por eso el acto comunicativo se construye en un medio de
creación y transformación de la historia donde el sujeto es agente central de este
cambio ayudado de la comunicación para transmitir los conocimientos, incrementar y
motivar la participación social.
Es pretensión del presente proyecto de investigación ponderar esta
perspectiva epistemológica en el análisis cualitativo de tipo fenomenológico de los
patrones conductuales transgeneracionales que pudieron haber influido en la
disolución de las relaciones matrimoniales en tres generaciones de una misma
familia (abuela, hija y nieta).
Otro objetivo intrínseco que se persigue es intentar dilucidar el entramado
cultural que se mueve a través de las relaciones de parentesco, ya que en ese
proceso, la mujer aparece como la bisagra entre la familia y la sociedad; y los
progresos de su condición se han hecho, a la vez, dentro y contra la familia.
El enfoque conceptual con el que se abordará el problema de investigación es
fenomenológico y sistémico, en razón de que las historias de sus vidas, sus
percepciones y vivencias, las interrelaciones entre los elementos del sistema y sus
atributos, así como sus propias interpretaciones de los fenómenos familiares serás
los ejes claves para entender sus causalidades desde dentro y a partir de la familia
misma.
La pregunta de investigación fue planteada en términos de explorar de qué
manera los patrones conductuales transgeneracionales influyen en la relaciones
amorosas disfuncionales en tres generaciones sucesivas de mujeres de una misma
familia; y para ello el objetivo general pretende relacionar las historias de vida de tres
mujeres de la misma familia, de generaciones sucesivas, para identificar los patrones
conductuales transgeneracionales que comparten la naturaleza de sus relaciones
disfuncionales.
7
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2. MARCO TEÓRICO
_Oh, Psicodoro, jamás dirás otra cosa que sueños...
_Si yo pudiera decir lo bastante de sueños,
diría quizá todo lo que tu llamas Realidad.
Hans Ryner, Parábolas cínicas.
Según Rojas Soriano (1996), las premisas fundamentales del materialismo
histórico y dialéctico permiten orientar el estudio de la realidad concreta así como la
selección, diseño y aplicación de diversos métodos de investigación social. Según
estas premisas todos los fenómenos de la realidad social se encuentran en relación y
dependencia mutuas. La realidad es un todo interrelacionado y no un conjunto de
cosas y procesos aislados, separados unos de otros. La realidad se presenta
entonces de una manera compleja y dentro de la multitud de causas posibles de los
fenómenos, es necesario llegar a conocer las causas determinantes y condicionantes
de los mismos. Los efectos repercuten en las causas de diversa manera y con
distinta intensidad, y los efectos a su vez se convierten en causas de otros
fenómenos.
El autor agrega que la realidad se encuentra en permanente movimiento,
cambio, transformación. La realidad es, por tanto, un proceso y no un conjunto de
cosas acabadas por lo que el conocimiento sobre ella es también un proceso en el
cual se consolidan verdades relativas. Así mismo señala que los elementos y
procesos de la estructura social tienen diferente jerarquía o influencia para el
surgimiento, desarrollo y transformación de los procesos sociales. Por último que la
realidad se presenta en diferentes niveles por lo que sus elementos y relaciones
internas son asequibles recurriendo al pensamiento abstracto (Ibíd.).
En el planteamiento sistémico las propiedades de las partes sólo se pueden
comprender desde la organización del conjunto, por lo tanto, el pensamiento
sistémico no se concentra en los componentes básicos, sino en los principios
esenciales de organización. El pensamiento sistémico es “contextual”, en
contrapartida al analítico. Análisis significa aislar algo para estudiarlo y comprenderlo,
8
9
mientras que el pensamiento sistémico encuadra a este algo dentro del contexto de
un todo superior (Capra, 1999).
2.1. PENSAMIENTO SISTÉMICO
Respecto de las características esenciales del pensamiento sistémico este
mismo autor señala que el primer y más general criterio es el cambio de las partes al
todo. Los sistemas vivos son totalidades integradas cuyas propiedades no pueden
ser reducidas a la de sus partes más pequeñas. Sus propiedades esenciales o
“sistémicas” son propiedades del conjunto, que ninguna de las partes tiene por sí
sola Las propiedades sistémicas quedan entonces destruidas cuando el sistema se
disecciona en elementos aislados.
Otro criterio básico del pensamiento sistémico sería la habilidad para focalizar
la atención alternativamente en distintos niveles sistémicos. Las propiedades
sistémicas de un nivel concreto reciben el nombre de propiedades “emergentes”,
puesto que emergen precisamente de aquel nivel.
Bertalanffy (1998) señala que en contraste con las fuerzas físicas como la
gravedad o la electricidad, los fenómenos sólo residen en entidades llamadas
organismos. Todo organismo es un sistema, esto es, u orden dinámico de partes y
procesos de interacción mutua. Similarmente, los fenómenos psicológicos sólo se
hallan en entidades individualizadas que en el hombre se denominan personalidades.
En “Hacia una teoría de los sistemas patológicos”, comenta Halley (sin año, citado en
Hoffman, 1998) una estructura triádica que, en su opinión, siempre causará
tensiones en un sistema social. Llama a esto el “triángulo perverso” o la coalición
intergeneracional, y observa que parece coincidir con manifestaciones indeseables
como violencia, comportamiento asintomático o disolución del sistema. Las
características de este triángulo son:
9
10
1. Debe contener a dos personas del mismo nivel en una jerarquía de status y
una persona de un nivel distinto. En la familia esto significa dos miembros de
una misma generación y otro de otra generación.
2. Debe abarcar una coalición de dos que se encuentran en distintos niveles
contra uno que quedaba restante.
3. La coalición contra la tercera persona debe mantenerse oculta. Es decir, el
comportamiento que indica que existe semejante coalición será negado a nivel
metacomunicativo.
Contando el número de triángulos en una familia extensa de mediano tamaño,
donde hay dos padres y dos hijos, y cada padre tiene a su vez dos padres, Halley
notó que cualquier persona de este grupo participa simultáneamente en 21
triángulos. Si todos viven juntos en armonía, no hay dificultad. Pero si un niño está en
el nexo de dos triángulos o grupos que entren en conflicto, se encontrará en una
posición difícil. Si su madre y su abuela materna están en conflicto con su padre y
con la madre de su padre, tendrá que comportarse cuidadosamente, porque si
complace a un grupo desagradará al otro. Si los 21 triángulos en que habita el niño
se encuentran divididos, tendrá que mostrar un comportamiento conflictivo para
poder sobrevivir. Y semejante comportamiento a menudo es considerado como
“demencial” o extraño.
La conducta y los sentimientos de un individuo pueden cambiar de diversas
maneras. Por ejemplo, una mujer puede modificar sus sentimientos respecto del
marido pasando del amor al odio, de la frustración al entusiasmo, etc.; si la
organización sistémica de sus sentimientos es autocorrectiva, diremos que tiene una
vida emocional “equilibrada” o “estable”. Otra pauta de organización entraña la
intensificación de un sentimiento o conducta determinados; por ejemplo, lo que al
comienzo es un estado de desengaño o desazón puede intensificarse convirtiéndose
en un metadesengaño, o en lo que se suele llamar “depresión clínica”. O bien puede
haber una oscilación entre diversas emociones intensificadas, dando como resultado,
verbigracia, episodios maniaco-depresivos. Estas pautas de organización comienzan
a sugerirnos de qué manera contribuye la patología o sintomatología al logro de la
estabilidad a través del cambio (Keeney, 1991).
10
11
2.2. PATRONES COMUNICACIONALES.
Respecto a los patrones comunicacionales, Segal (1994) señala que al definirnos
como agentes pasivos de la percepción, el lenguaje disimula el modo en que
participamos en nuestra experiencia sensorial. La causalidad es solo un ejemplo de
cómo el lenguaje determina nuestro pensamiento. El lenguaje estructura una
variedad de dispositivos lógicos, descriptivos y explicativos que utilizamos para
comprendernos nosotros mismos y la realidad; bajo las siguientes categorías:
representación, sustantivación, localización de la función, silogismos lógicos,
paradoja, causalidad y explicaciones.
Los sistemas humanos se orientan proactivamente hacia la atribución de
significado a la experiencia. Consideramos imposible entender ningún proceso
psicológico humano al margen del significado que se le atribuya. En otras palabras,
entendemos por "atribuir significado a la experiencia" un proceso que implica
posicionar dicha experiencia en los discursos culturalmente disponibles. La
"experiencia" no es, pues, sino una candidata al significado en un conjunto de
afirmaciones (sostenidas relacionalmente) que la constituyen como objeto del
lenguaje. En este sentido, el significado depende del lenguaje, concebido no como
mecanismo de apropiación de un mundo externo, sino como el origen mismo del
proceso de establecer distinciones que dan lugar a un mundo2.
Creamos nuestras vidas en un acoplamiento lingüístico mutuo, no porque el
lenguaje nos permita revelarnos sino porque estamos constituidos en él y en el
continuo devenir al que damos lugar junto con los demás. Nos encontramos a
nosotros mismos en este acoplamiento co-ontogénico, no como referencia
preexistente ni en referencia a un origen, sino como transformación continua en el
devenir del mundo lingüístico que construimos con los demás seres humanos
(Maturana y Varela, 1996).
Respecto de la influencia diferente de los padres y de la clase de edad en el
proceso de socialización, Margaret Mead (citada sin fecha en Segalen, 1992))
2
Información obtenida en la red mundial en agosto de 2002: http://www.kaimh.org/transmis.htm.
11
12
distingue, en la interrelación, el tipo "postfigurativo", en el cual los niños son
instruidos, sobre todo, por sus padres y para los cuales la autoridad se apoya en las
lecciones del pasado; el tipo "cofigurativo", en el cual los niños, al igual que los
adultos, aprenden de sus iguales, tienen una cultura de clase de edad; por último el
"prefigurativo" en el cual los adultos también sacan lecciones de sus hijos. En una
cultura postfigurativa, los mayores no pueden concebir el cambio y transmiten a sus
descendientes el sentido de una continuidad inmutable. En una cultura cofigurativa,
los mayores mantienen una situación dominante. Se trata de las sociedades en las
que la aceptación de los nuevos modelos promovidos por los jóvenes necesita
todavía de la sanción de los mayores. Cuando hay cofiguración, la experiencia de la
generación joven es radicalmente diferente a la de sus padres, el prefigurativo,
sugiere que será el hijo, el que representará el futuro e instruirá a sus mayores
Respecto de los prejuicios intrafamiliares que pueden ser trasmitidos de manera
transgeneracional, Zuk y Boszormenyi (1998) refieren que un estudio estrecho del
proceso emocional de un grupo familiar perturbado sugiere que los modos de buscar
por prejuicios un chivo expiatorio, característico de una familia dada, se organizan de
manera irracional alrededor de significados especiales que le son atribuidos a las
diferencias entre los miembros de la familia. Son una manifestación recurrente y
predecible de la cualidad idiosincrásica de la vida familiar.
Acerca de los procesos que interviene en el amor y el desamor, Smith y Mackie
(1997) en su libro “Psicología Social” señalan que la mayor parte de las personas en
Estados Unidos consideran un matrimonio feliz y una vida familiar agradable como
dos de los elementos más importantes de sus vidas. No es sorprendente, entonces,
que los sentimientos de las personas sobre sus relaciones tengan un impacto mayor
sobre su satisfacción general con respecto a sus vidas que la que les brindan sus
trabajos, ingresos, comunidad, o incluso la salud física. De hecho las relaciones
íntimas son tan importantes para el bienestar de las personas que la terminación de
una relación puede ser psicológica y físicamente devastadora.
Las relaciones afectan virtualmente a todos los aspectos en nuestras vidas,
incluyendo la salud física. El apoyo de los demás puede mejorar tanto la salud física
como la mental y el bienestar, y el componente más crucial del apoyo social resulta
12
13
ser la intimidad y la aceptación. Debido a que las relaciones de las mujeres son más
íntimas que las de los hombres, las relaciones con las mujeres tienden a ser más
valiosas para la salud que las relaciones con hombres (Ibíd.).
Dice Amado (1985) que el amor apunta a una dimensión de esperanza y realización.
A este nivel, la decepción de uno no puede venir sino de la defección del otro. Pero
en los dos casos es un miedo fundamental lo que corrompe el proyecto del amor. En
el primer caso, miedo a enfrentarse con el otro; [..] en el segundo caso –y los dos
pueden cambiarse-, defección ante una exigencia, la del otro agregándose a una
exigencia interna de la que se quiere sustraerse. Entonces en ese proceso de
construcción y destrucción del amor: ‘El amor sin genio se domestica quizá en buena
voluntad, en los contratos de matrimonio respetados, las promesas mantenidas y el
hogar limpio y acogedor. Es quizá una de las condiciones del amor, es quizá ya el
amor si eso no se convierte en rutina’.
2.3. VIDA FAMILIAR.
Para Goleman (1997) la vida en familia es nuestra primera escuela para el
aprendizaje emocional; en esta caldera aprendemos cómo sentimos con respecto a
nosotros mismos y cómo los demás reaccionarán a nuestros sentimientos; a pensar
sobre estos sentimientos y qué alternativas tenemos; a interpretar y expresar
esperanzas y temores. Esta escuela emocional no sólo opera a través de las cosas
que los padres dicen o hacen directamente a los niños, sino también en los modelos
que ofrecen para enfrentarse a sus propios sentimientos y a los que se producen
entre marido y mujer. Algunos padres son dotados maestros emocionales, otros son
desastrosos.
Los contrastes en el aprendizaje de las emociones en el hombre y la mujer
favorecen habilidades muy distintas: las chicas se vuelven “expertas en interpretar
las señales emocionales verbales y no verbales y en expresar y comunicar sus
sentimientos”, y los chicos en “minimizar las emociones que tienen que ver con la
vulnerabilidad, la culpabilidad, el temor y el daño”. [..] Todo esto significa que, en
13
14
general, las mujeres llegan al matrimonio preparadas para jugar el papel de
administradora emocional, mientras que los hombres llegan con mucha menos
apreciación de la importancia de esta tarea para ayudar a que la relación sobreviva.
(Ibíd.).
Consideremos las implicaciones de esta brecha emocional entre ambos sexos
con respecto a la forma en que las parejas se enfrentan a las quejas y desacuerdos
que cualquier relación íntima inevitablemente provoca. De hecho, temas específicos
tales como con cuánta frecuencia hacer el amor, cómo disciplinar a los hijos y
cuántas deudas y ahorros resultan aceptables, no son los que unen o rompen un
matrimonio. En todo caso, es la forma en que una pareja discute esos temas críticos
lo más importante para el destino del matrimonio. El simple hecho de haber
alcanzado un acuerdo acerca de cómo discrepar es clave para la supervivencia
marital; hombres y mujeres tienen que superar las diferencias innatas de género para
abordar las emociones más fuertes. Si no lo logran, las parejas son vulnerables a la
escisión emocional que finalmente puede quebrar su relación.
Al respecto agrega Goleman (1997) que el desdén surge fácilmente con la ira;
suele expresarse no sólo en las palabras utilizadas, sino también en un tono de voz y
en una expresión airada. Su forma más evidente, por supuesto, es la burla o el
insulto. Pero igualmente dañino es el lenguaje corporal que expresa desdén, sobre
todo la sonrisa burlona o el labio torcido que son las señales faciales universales del
disgusto. La crítica y el desdén o disgusto habituales son señales de peligro porque
indican que un marido o una esposa han hecho un juicio mudo desfavorable con
respecto a su pareja. En sus pensamientos, el cónyuge es el sujeto de una condena
constante. Este pensamiento negativo y hostil conduce naturalmente a ataques que
hacen que la persona que los recibe se vuelva defensiva o esté dispuesta a
contraatacar a modo de respuesta. [..] Las dos variables de la respuesta de ataque o
huida representan las formas en que un cónyuge puede responder a un ataque. Lo
más evidente es atacar, rompiendo en ira. Ese camino concluye típicamente en un
combate a gritos. Pero la respuesta alternativa, la de fuga, puede ser más perniciosa,
sobre todo cuando la “huida” es una retirada hacia el total silencio. [..]El bloqueo es la
defensa última, el que lo sufre simplemente se queda en blanco, en una retirada
14
15
efectiva de la conversación respondiendo con una expresión pétrea y con silencio. El
bloqueo envía un mensaje poderoso y desconcertante, algo así como una
combinación de distancia glaciar, superioridad y aversión. Como respuesta habitual,
el bloqueo es devastador para la salud de la relación.
El efecto neto de estas perturbadoras actitudes es crear una crisis incesante,
ya que disparan el salto emocional más frecuentemente y hacen que resulte más
difícil recuperarse del daño y la furia resultantes. Gottman (1990, citado en Goleman,
1997) utiliza el acertado término desbordamiento para esta susceptibilidad a la
frecuente perturbación emocional; los esposos o las esposas están tan abrumados
por la negatividad de su pareja y por sus propias reacciones ante esta que se sientes
hundidos por sentimientos espantosos y fuera de control. Las personas que están
desbordadas no pueden oír sin distorsión ni responder con lucidez; les resulta difícil
organizar su pensamiento y caen en reacciones primitivas. Simplemente quieren que
las cosas se detengan, o quieren salir corriendo o, a veces, devolver los golpes. El
desbordamiento es el asalto emocional que se perpetúa a sí mismo. [..] El cónyuge
desbordado ha llegado a pensar lo peor de su pareja prácticamente todo el tiempo,
interpretando bajo una luz negativa todo lo que hace. Los temas insignificantes se
convierten en terribles batallas; los sentimientos quedan constantemente heridos.
Con el tiempo, el cónyuge que se ve desbordado empieza a ver todos y cada uno de
los problemas del matrimonio como algo grave e imposible de arreglar, ya que el
desbordamiento mismo sabotea cualquier intento de resolver las cosas. A medida
que esto continua empieza a parecer inútil hablar de los temas, y los cónyuges
intentan aliviar sus sentimientos conflictivos por su cuenta. Comienzan llevando vidas
paralelas, viviendo esencialmente aislados uno del otro, y se sienten solos dentro del
matrimonio. Con demasiada frecuencia, deduce el autor, el siguiente paso es el
divorcio.
En los cuentos de hadas, los personajes encuentran el amor verdadero y viven
felices para siempre. No es así en la vida real, donde la interdependencia
inevitablemente alimenta conflictos, y donde la cuestión principal es cómo los maneja
la pareja. Si el conflicto se mantiene difuso debido a las actividades de
mantenimiento de la relación, tales como las conversaciones sobre los sentimientos y
15
16
el tratar sobre el estado de la pareja, los sentimientos de amor no disminuirán. En
una relación en declinación, sin embargo, cambia el modelo. En tales relaciones, las
parejas que experimentan conflicto no dedican demasiado tiempo al mantenimiento
de las relaciones, y sienten menos amor.
Cuando declinan las satisfacciones que se extraen de la relación, el
compromiso puede quebrarse. Las respuestas de las partes ante las conductas
negativas se hacen destructivas cuando se debilita el compromiso. En estas
circunstancias, una acción negativa, a menudo es respondida del mismo modo, y el
conflicto puede dispararse, fuera de control, a medida que los celos aumentan y
declina la intimidad.
Por otra parte, la relación más importante en la vida de un niño, es su apego a
su cuidador primario, en el caso óptimo, su madre. Esto es así debido al hecho de
que esta primera relación determina el "molde" biológico y emocional para todas sus
relaciones futuras. Un apego saludable a la madre, construido por experiencias de
vinculación repetitivas durante la infancia, ofrece una base sólida para futuras
relaciones saludables. Por el contrario, problemas en la vinculación y apego pueden
resultar en una base biológica y emocional frágil para futuras relaciones.
El impacto de una vinculación defectuosa en la niñez temprana, puede variar.
Cuando existe un abandono o negligencia emocional severa en esta etapa, los
efectos pueden ser devastadores. Niños que no sean tocados, estimulados y
nutridos, literalmente pueden perder su capacidad de formar relaciones significativas
para el resto de sus vidas. Afortunadamente, la mayoría de los niños no sufren de
negligencia severa a este grado. Sin embargo, hay muchos millones de niños que
tuvieron algún grado de limitación en sus experiencias de vinculación y apego
durante la niñez temprana. Los problemas resultantes de esto van desde un malestar
interpersonal leve hasta profundos problemas sociales y emocionales. En general, la
severidad de los problemas se asocian con cuán temprano en la vida, cuán
prolongado y cuán severo fue el abandono o negligencia emocional.
Respecto del maltrato psicológico familiar, la definición de abuso conyugal,
usualmente a una mujer, es un patrón de conducta que ocurre en forma física,
emocional, psicológica, sexual o económica. Es usado para mantener miedo e
16
17
intimidación, control y poder por el abusador, usualmente el hombre (Dickstein,
1989).
2.4. VIOLENCIA CONYUGAL.
Agresión psicológica conyugal se refiere a conductas verbales como insultos y
conductas no verbales que no van dirigidas al cuerpo de la pareja, por ejemplo
golpear puertas, destrozar objetos. Pero, por encima de todo, debe quedar claro que
los términos físico y psíquico tienen sentido para determinar la forma de conducta
expresada más que las consecuencias producidas, puesto que los actos físicamente
agresivos producen daño tanto psicológico como físico.
Algunos teóricos han tratado de arrojar luz sobre la ocurrencia de estos
vínculos paradójicos entre víctima y agresor, fundamentalmente apelando a claves
afectivas o emocionales que aparecen en el contexto del entorno traumático. Dutton
y Painter (1981) han descrito un escenario en el que dos factores, el desequilibrio de
poder y la intermitencia en el tratamiento bueno-malo, generan en la mujer
maltratada el desarrollo de un lazo traumático que la une con el agresor a través de
conductas de docilidad3.
Sin entrar en descripciones técnicas, el Síndrome de Violencia Doméstica
(SVD) sería descrito como un vínculo interpersonal de protección, construido entre la
víctima y su agresor, en el marco de un ambiente traumático y de restricción
estimular, a través de la inducción en la víctima de un modelo mental (red
intersituacional de esquemas mentales y creencias). La víctima sometida a maltrato
desarrollaría el SVD para proteger su propia integridad psicológica y recuperar la
homeostasis fisiológica y conductual (Ibíd.).
La caracterización del SVD vendría determinada por un patrón de cambios
cognitivos, su funcionalidad adaptativa y su curso terminal como resultado de un
proceso reactivo acaecido en la víctima ante la situación traumática. El proceso
3
Sin título. Obtenido de la red mundial: http://www.nodo50.org/mujeresred/violencia-am.htm)
17
18
abarcaría cuatro fases: desencadenante, reorientación, afrontamiento y adaptación.
En la fase desencadenante, las primeras palizas propinadas por el esposo romperían
el espacio de seguridad previamente construido por la pareja sobre la base de una
relación afectiva, espacio donde la mujer había depositado su confianza y
expectativas: esta ruptura desencadenaría en la víctima un patrón general de
desorientación, una pérdida de referentes, reacciones de estrés con tendencia a la
cronificación e, incluso, depresión. En la fase de reorientación, la mujer busca
nuevos referentes de futuro y trata de efectuar un reordenamiento de esquemas
cognitivos en base al principio de la congruencia actitudinal, todo ello en orden a
evitar la disonancia entre su conducta de elección y compromiso con la pareja y la
realidad traumática que está viviendo. La mujer se autoinculpa de la situación y entra
en un estado de indefensión y resistencia pasiva, llegando así a una fase de
afrontamiento, donde asume el modelo mental de su esposo y busca vías de
protección de su integridad psicológica, tratando de manejar la situación traumática.
En la última fase de adaptación, la mujer proyecta parte de la culpa al exterior, hacia
otros, y el Síndrome de Estocolmo Doméstico se consolida a través de un proceso de
identificación y alrededor del modelo mental explicativo del esposo acerca de la
situación vivida en el hogar y sobre las relaciones causales que la han originado
(Ibíd.).
El SVD, como un tipo de trastorno de adaptación, sería el responsable del
efecto paradójico encontrado en muchas mujeres que sufren maltrato en sus
hogares, según el cual las víctimas defenderían a sus agresores como si la conducta
agresiva que exhiben hacia ellas fuera el producto de una sociedad injusta, y estos
mismos esposos fueran víctimas de un entorno que los empujara irremediablemente
a ser violentos4.
Entre los elementos que mantienen a la mujer en silencio sobre el maltrato
que está sufriendo se encuentran diversos procesos paralizantes generados y
mantenidos por el miedo, la percepción por la víctima de una ausencia de vías de
salida de la situación de tortura, y la carencia de recursos alternativos, sobre todo en
4
Sin título. Obtenido de la red mundial: www.nodo50.org/mujeresred/violencia-am-síndrome.htm
18
19
el caso de mujeres con hijos que no vislumbran, por causas variadas, un apoyo
externo viable Igual que las personas en períodos prolongados de aislamiento
durante un secuestro, las mujeres maltratadas sufren una exposición constante al
miedo que provoca la agresión física continuada en su espacio íntimo. Los iniciales
estados agudos de ansiedad se cronifican pasando a generar cuadros depresivos
que se unen a las claves traumáticas del escenario de violencia para producir una
configuración en donde la mujer, cada vez más aislada del mundo seguro que
conocía junto a su pareja íntima, comienza a perder la noción de una realidad que ya
no reconoce. La ruptura del espacio de seguridad en su intimidad, consecuencia de
la conversión de su pareja de referente de seguridad y confianza a fuente de
agresión y peligro, será el eje de desorientación sobre el que pivotará la
incertidumbre acerca de cuándo y porqué se producirá la siguiente paliza. La mujer,
ante estas perspectivas, pierde la capacidad de anticipar adecuadamente las
consecuencias de su propia conducta y cede, cada vez más, a la presión de un
estado de sumisión y entrega que le garantiza unas mínimas probabilidades de no
errar en su comportamiento. El agresor mostrará momentos de arrepentimiento que
contribuirán aún más a desorientar a la víctima y a incrementar la autoculpabilización de la mujer. La incapacidad de la víctima para poner en práctica
recursos propios u obtener ayuda externa para disminuir el riesgo de agresión
impulsará a la mujer a adaptarse, vinculándose paradójicamente a la única fuente
que percibe de acción efectiva sobre el entorno: su pareja violenta. Para ello,
disociará las experiencias negativas de las positivas y se concentrará en estas
últimas, asumiendo la parte de arrepentimiento de su agresor, sus deseos,
motivaciones y excusas, y proyectando su propia culpa al exterior de la pareja,
protegiendo así su debilitada autoestima y modificando su identidad. Después, cada
una de las percepciones e informaciones que reciba la mujer pasarán por el filtro del
nuevo modelo mental que ha asumido para explicar su situación, complicándose en
gran medida las probabilidades de extraer a esa víctima del entorno de violencia. En
mujeres con relaciones personales muy limitadas al espacio doméstico, cuyas
oportunidades de intercambio en otros ámbitos estén restringidas, la percepción de
su espacio vital puede ser bastante similar a la de un cautivo. [...] El Síndrome de
19
20
Adaptación Paradójica a la Violencia Doméstica es, pues, un proceso generado por
el miedo, potenciado por el aislamiento y la carencia de apoyo externo perceptible, y
mantenido por ciertos estilos de personalidad en la víctima (Ibíd.).
Por otra parte, se ha determinado que el uso excesivo del alcohol y de las
drogas es un factor que influye en la violencia contra la mujer. Otros factores
económicos y sociales, como el desempleo, el estrés económico, el hacinamiento y
las condiciones laborales desfavorables y frustrantes, también conducen a la
violencia sexual. Algunos investigadores han llegado también a afirmar que la
violencia es, en realidad, un comportamiento adquirido y que un marido violento es
hijo de padres violentos. De hecho, como se señaló en un estudio realizado en los
Estados Unidos, la posibilidad de que los hombres golpearan a sus mujeres era tres
veces mayor, y la de que las agredieran con un arma era 10 veces mayor, entre los
hombres que habían visto a sus padres agredirse mutuamente que en el caso de los
hombres procedentes de familias no violentas5
Molina y Téllez (1998) encontraron que a nivel subclínico, el estrés crónico
causa bajo status (sic.) en la jerarquía social, aumento de la conducta agresiva y de
los glucocorticoides, los que comprometen la supervivencia neuronal.
Entender los patrones actitudinales que parecen ser aprendidos o “enseñados”
por una generación familiar a otra, requiere un análisis teórico. El concepto de actitud
se analiza en psicología social desde dos modelos fundamentales: El modelo
tridimensional y el modelo unidimensional. Desde un punto de vista tridimensional la
actitud se entiende como una predisposición a responder a alguna clase de estímulo
con cierta clase de respuesta, sea afectiva, cognitiva, o conductual. Es decir, según
este planteamiento, la actitud tendría tres componentes6 :
El componente afectivo serían los sentimientos o emociones que provoca el
objeto de actitud y que pueden ser positivos o negativos, de agrado o desagrado. El
prejuicio, en tanto que afecto o evaluación negativa hacia los miembros de grupos
5
Sin
titulo.
Obtenido
en
la
red
mundial:
http://.www.nodo50.org/mujeresred/violencia-am-
ingerencia.htm
6
Sin título. Obtenido en la red mundial: http://.www.nodo50.org/mujeresred/violencia-bosc-ferrer-2.htm
20
21
socialmente definidos, formaría parte de este componente afectivo. En segundo
lugar, el componente cognitivo de la actitud incluiría el modo como se percibe al
objeto de actitud y los pensamientos, ideas y creencias sobre él, que pueden ser
favorables o desfavorables. El estereotipo, como conjunto de creencias sobre los
atributos o características asignados al grupo, formaría parte de este componente
cognitivo. Y el componente conductual sería la tendencia o predisposición a actuar
de determinada manera en relación al objeto de actitud. La discriminación, en tanto
que conducta de falta de igualdad, sea de apoyo u hostil, en el trato otorgado a las
personas en virtud de su pertenencia al grupo o categoría en cuestión, conformaría el
componente conductual de la actitud (Ibíd.).
Desde un punto de vista unidimensional la actitud se entiende exclusivamente
como un sentimiento general, permanentemente positivo o negativo, hacia una
persona, objeto, problema, etc. (emociones hacia el objeto de actitud) y se proponen
los conceptos de creencias (opiniones que la persona tiene sobre el objeto de
actitud) e intención conductual (disposición a comportarse de una determinada forma
en relación al objeto de actitud). Así, desde esta concepción, el prejuicio sería la
actitud negativa hacia una persona o grupo, y el estereotipo la creencia (Ibíd.).
El sexismo hostil coincidiría básicamente con el “viejo sexismo”, esto es, sería
una actitud (o prejuicio, estereotipo y conducta discriminatoria, según el concepto de
actitud que manejemos) negativa basada en la supuesta inferioridad de las mujeres
como grupo que se articularía en torno a las ideas siguientes: 1) Un paternalismo
dominador, esto es, entender que las mujeres son más débiles, son inferiores a los
hombres y ello da legitimidad a la figura dominante masculina; 2) Una diferenciación
de género competitiva, esto es, considerar que las mujeres son diferentes a los
hombres y no poseen las características necesarias para triunfar en el ámbito
público, siendo el ámbito privado el medio en el que deben permanecer; y 3) La
hostilidad heterosexual, esto es, considerar que las mujeres tienen un poder sexual
que las hace peligrosas y manipuladoras para los hombres (Ibíd.)
Por su parte, el sexismo benévolo se definiría como un conjunto de actitudes
interrelacionadas hacia las mujeres que son sexistas en cuanto que las consideran
de forma estereotipada y limitadas a ciertos roles, aunque pueden tener un cierto
21
22
tono afectivo menos negativo en el perceptor. Los componentes básicos del sexismo
benévolo serían: 1) El paternalismo protector, esto es, considerar que el hombre
cuida y protege a la mujer como un padre; 2) La diferenciación de género
complementaria, esto es, considerar que las mujeres tienen por naturaleza muchas
características positivas que complementan las características que tienen los
hombres; y 3) La intimidad heterosexual, esto es, considerar la dependencia diádica
de los hombres respecto de las mujeres (los miembros del grupo dominante
dependen de los miembros del grupo subordinado ya que los hombres dependen de
las mujeres para criar a sus hijos o hijas y satisfacer sus necesidades sexuales)
(Ibíd.).
La atribución en las relaciones íntimas tiende a ser comunicada y puede
ejercer funciones importantes, tales como el ataque o la influencia del compañero o
la justificación del comportamiento propio (Dionea, Revenstorf y Ramírez, 1998).
Encontraron
que
la
globalidad
para
los
eventos
positivos
disminuye
significativamente cuando los hijos comienzan a abandonar el hogar.
2.5. VALORES Y VIDA FAMILIAR.
La institucionalización de valores es un proceso que se da no sólo al nivel
global de la sociedad, sino también al nivel de grupos, como puede ser una escuela o
una universidad, e incluso en una comunidad humana tan pequeña como la familia.
La familia instituye, "oficializa" en su radio de acción, convierte en normas, ciertos
valores que son los que operan a su nivel, regulan las relaciones intra-familiares y
proyectan una determinada actitud hacia el mundo extra-familiar.
Los valores que la familia instituye tienen diferentes fuentes. Muchas de ellas
no son originarias del propio seno familiar, sino procedentes de otros ámbitos.
Debido precisamente a la alta presencia que tiene la familia en la formación de los
sistemas subjetivos de valores en las primeras etapas de la formación de la
personalidad, se constituye en uno de los mediadores fundamentales de todas las
influencias valorativas. En este sentido, la familia actúa como especie de
22
23
intermediario en relación con los factores de naturaleza valorativa que trasladan su
influjo hasta cada uno de sus miembros desde la vida, la comunidad, otras instancias
educativas, los medios masivos de comunicación, el discurso político, las leyes, los
preceptos morales vigentes en la sociedad y también, a través de las tradiciones,
desde las generaciones precedentes.
Respecto de la transmisión transgeneracional de un modelo vincular madrehija, se hace evidente la existencia de una concordancia intergeneracional en los
patrones de relación, en donde el vínculo temprano con la madre se internaliza, y se
activa posteriormente cuando se reedita y revive en otras relaciones significativas;
como se aprecia en la relación de pareja y en la liga emocional que se establece con
los hijos.
Lebovici (1991) en uno de sus trabajos sobre la teoría del apego, cita a Bowlby
quien considera el apego como un vínculo universal, que está basado en modelos
internos, que son transmitidos. Es decir, existen modelos de transmisión del apego,
en los que se puede transmitir a través de tres generaciones un "estado de mente",
que es comunicado al hijo o a la hija, a través de la conducta materna, especialmente
la manera, o la forma de responder de la madre en situaciones de estrés, que es
cuando se activa el sistema de apego.
Lebovici (1993) al describir el concepto de la transmisión intergeneracional del
vínculo, señala que el foco ha sido puesto sobre los conflictos infantiles de los
padres, con su respectiva infancia de los abuelos, constituyéndose así lo que él
designa como "el mandato transgeneracional". Así mismo, el autor hace notar que la
transmisión intergeneracional hace posible comprender los efectos de los conflictos
de la infancia de los padres en el desarrollo de sus hijos. La transmisión
intergeneracional también introduce a las generaciones de los abuelos dentro de la
vida psíquica de los hijos, a través de los conflictos infantiles de los padres, ya sea
preconsciente o reprimido.
Otros enfoques, de corte psicodinámico por ejemplo, plantean también una
concordancia intergeneracional en los patrones de relación, en donde el vínculo
temprano con la madre se internaliza, y se activa posteriormente cuando se reedita y
revive en otras relaciones significativas; como se aprecia en la relación de pareja y
23
24
en la liga emocional que se establece con los hijos. […] Otras familias se manifiestan
como poseídas por sus fantasmas, huéspedes permanentes que claman por la
tradición y por los derechos de permanencia y han estado presentes en el bautizo de
dos o tres generaciones sin haber sido invitados7.
Selma Fraiberg considera que son estos fantasmas los que compelen a la
repetición del pasado en el presente; es decir, los conflictos pasados –no resueltosde los padres interfieren en la relación actual con sus hijos. Los modelos vinculares
se estructuran como objetos internos, como fantasmas en el inconsciente en espera
del momento para despertar y entrar en acción cuando la persona establece una
nueva relación (Ibíd.).
En contraparte, González y Rey ((2001) señalan que la familia como
organismo vivo, ejerce una influencia sobre el medio que la circunda y la recibe de
éste. En función de ello, cada uno de los miembros de la familia puede compartir la
experiencia familiar y mostrarse como persona viva, con su historia (en muchos
aspectos compartida), valores, sentimientos y pensamientos individuales, y quedan
incluidos aquí todos aquellos sentimientos persistentes positivos o negativos; de no
hacerlo de esa manera, solo se logrará envenenar gradualmente la relación.
Por otro lado, señalan los autores que la vivencia profunda de los
sentimientos, de las actitudes reales y auténticas es un elemento liberador de las
capacidades de cada uno de los miembros de la familia. Agregan que la apertura a la
experiencia en la familia requiere que se conforme un ambiente transparente y libre
de amenazas en el núcleo familiar, en el que las personas pueden hacer posible su
acceso a la conciencia de toda clase de sentimientos y pensamientos y aceptarlos
sin retraerse a una actitud defensiva para autoprotegerse mediante la negación o el
bloqueo en la conciencia, evitando con ello la sensación de angustia.
A manera de colofón agregaría que, entonces, el presente trabajo es una
búsqueda fenomenológica de la historia familiar; una exploración de la dinámica
conyugal de tres generaciones y sus ramificaciones naturales: los hijos. Busca
7
Fraiberg S. patrones transgeneracionales en la relación madre-hija. Obtenida en la red mundial:
http://www.kaimh.org/transmis.htm
24
25
también la historia, que al ser contada, permita entender la complejidad de las
similitudes y diferencias de la vida de tres generaciones de la misma familia; sus
modos de relación y sus significados; sus amores y desamores; sus sueños y
despertares; todo, con el pasar fugaz de una luciérnaga que en la noche espesa su
luz esconde.
25
26
3. MÉTODO
3.1. PROBLEMA
¿De qué manera los patrones conductuales transgeneracionales influyen en la
relaciones amorosas disfuncionales en tres generaciones sucesivas de mujeres de
una misma familia?
OBJETIVOS
3.2. OBJETIVO GENERAL:
Relacionar las historias de vida de tres mujeres de la misma familia, de
generaciones
sucesivas,
para
identificar
los
patrones
conductuales
transgeneracionales que comparten la naturaleza de sus relaciones disfuncionales.
3.3. OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
•
Definir los patrones estructurales y las formas de entender la realidad
sociofamiliar que viven las participantes en el estudio.
•
Categorizar los elementos disfuncionales que conforman sus relaciones
sentimentales.
•
Plantear flujos de relación de las categorías intrasujeto e intersujeto.
•
Plantear teorías explicativas de los patrones comportamentales que las
caracterizan.
•
Hacer propuestas de cambio terapéutico que les permita a las participantes en el
estudio mejorar su calidad de vida.
3.4. DISEÑO.
Se efectuó un estudio exploratorio, de tipo descriptivo e interpretativo y de
corte cualitativo de una muestra intencionada, a través de un método biográfico de
historias de vida con entrevistas a profundidad, con encuentros cara a cara con las y
los informantes, dirigidas a la comprensión de las perspectivas que tuvieran aquellos,
26
27
respecto de sus vidas y experiencias o situaciones, tal como las expresaron con sus
propias palabras. Comprendió tres aspectos de exploración en la familia:
autobiografías, entrevistas personales de las participantes, y entrevistas con
miembros significativos de la familia para la triangulación de la información.
3.5. PARTICIPANTES
Las participantes fueron tres mujeres que conforman generaciones sucesivas
de abuela, hija y nieta en una misma familia.
3.6. OPERACIONALIZACIÓN DE LOS ELEMENTOS DEL PROBLEMA.
•
Patrones conductuales transgeneracionales.
Son formas de comportamiento funcional o disfuncional que utilizan los integrantes
de una familia para responder a las exigencias de la vida cotidiana, y que pueden ser
transmitidos por modelos educacionales y sistemas de valores y creencias a
generaciones sucesivas.
•
Relaciones amorosas disfuncionales.
Proceso de pérdida de sentimientos amorosos y de compromiso que provoca que la
pareja tienda a separarse por falta de voluntad para vivir y convivir juntos.
3.7. ESCENARIOS
Las entrevistas fueron llevadas a cabo en los domicilios de las participantes y
en un consultorio cuando fueron colectivas.
3.8. PROCEDIMIENTO
a) Se eligió a una familia que tuviera las características que requería el
estudio.
b) Se aplicó una entrevista inicial a cada una de las participantes de la
investigación para realizar un estudio exploratorio, dirigido a hacer ajustes
respecto de la pregunta de investigación y orientar las estrategias para
aplicar las técnicas de recolección de datos.
27
28
c) Se obtuvo el consentimiento informado de cada una de las participantes y
de sus familiares significativos.
d) Se aplicaron tres entrevistas cualitativas a profundidad a cada una de las
participantes, en tres momentos distintos de la investigación.
e) Se solicitaron las autobiografías a las participantes y se llevaron a cabo
dos entrevistas grupales con miembros significativos de la familia.
f) Se llevó a cabo por último el análisis de los resultados y la obtención de
conclusiones.
3.9. PROCEDIMIENTO DE ANÁLISIS DE LOS DATOS
Dado el carácter histórico del análisis, éste operó por ciclos; de acuerdo a los
materiales que se fueron recolectando. Comprendió los siguientes aspectos
(Wittrock, 1997).
•
Segmentación y codificación de la información en unidades relevantes y
significativas, acordes con los objetivos y su interpretación teórica (descriptivos,
interpretativos y de patrón).
•
Microensayo, que consistió en la confrontación del material documentado con la
perspectiva teórica propuesta, para orientar el sentido de los contenidos de la
siguiente sesión de entrevistas.
•
Categorización de los datos para discernir similitudes conceptuales, refinar
categorías y descubrir patrones.
•
Triangulación y validación cruzada de la información mediante el acopio de
observaciones, entrevistas a terceros y documentos familiares que sustentaran
hechos.
•
Exposición de los datos utilizando Matrices Descriptivas Temporales, en tres
momentos diferentes de la investigación; que permitieran evaluar causalidades y
elevar progresivamente el grado de abstracción de la información.
•
Confrontación con la perspectiva teórica y conclusiones finales.
28
29
3.10. MÉTODO INDUCTIVO PARA EL ANÁLISIS DE LOS CONTENIDOS.
a) Trascripción textual de los contenidos. A partir de las entrevistas contenidas
en las audiocintas.
b) División de los contenidos en unidades temáticas. Procedimiento analítico y
sistemático para manipular el material primario o protocolar y sus
construcciones lógicas.
c) Categorización.
Consiste
en
clasificar
inductivamente
en
categorías
descriptivas el contenido de cada unidad temática. De manera gradual se van
comparando los incidentes (ejemplos) con las propiedades de las categorías.
d) Determinación de propiedades de las categorías. Se agrupan las propiedades
descriptivas para especificar las categorías a partir de causas, condiciones,
consecuencias, tipos, procesos, etc.
e) Determinación de categorías secundarias. Proceso de tipo factorial en el que
muchas categorías se agrupan en un menor número de unidades analíticas.
Se intenta con ello descubrir relaciones, hipótesis, nuevas dimensiones
tipológicas y el refinamiento del material bruto.
f) Codificación y análisis simultáneos de los datos para desarrollar conceptos.
Se establece mediante la formación de matrices descriptivas temporales para
buscar relaciones o nexos, procesos en acción y variables temporales y para
comparar o contraponer variables; y en el diseño de diagrama de flujo y su
síntesis conceptual que describa la estructura del diagrama (con citas
textuales).
3.11. CONTENIDO TEMÁTICO DE LAS ENTREVISTAS FAMILIARES.
En un contexto estructural personal (matrimonio, religión, educación, etc.) y
público (trabajo, vida social, etc.) de las escenas de la vida familiar, se diseñó el plan
temático de investigación de las distintas entrevistas bajo los siguientes aspectos:
29
30
Escena
Actuantes
1
Padre y madre
2
Padres y la entrevistada
3
Padres y hermanos(as)
4
Hermanos(as) y entrevistada
5
Relación con la familia
extensa
6
La entrevistada
Elementos a explorar
Calidad de las interacciones, afiliación entre
ellos, formas de amar, coaliciones hacia los
hijos, alianzas con los hijos, generación de
triadas, formas y manejo de conflictos, uso
y manejo del poder
Vínculo afectivo y de autoridad, formas de
amar, tipo de afiliación, calidad y
funcionalidad de las fronteras, límites,
heteroconcepto
y
modelamiento
de
conductas.
Tipo de relación. Manejo de la autoridad,
grado de equidad, establecimiento de
alianzas
y
coaliciones
dañinas,
estereotipos, formas de apego.
Roles filiales, intereses comunes, “juego”
de simetría-complementariedad.
Tipos de fronteras y calidad de la
interacción.
Historia personal, locus de control, proceso
de socialización, apego, estilos de amar,
autorrealización, generación y manejo de
conflictos, manejo del poder, autoestima,
creencias y valores, autoconcepto.
3.12. CONSIDERACIONES ÉTICAS.
a) Se guardó la confidencialidad de la identidad de las personas que participaron
en el estudio y de los resultados obtenidos.
b) Se expuso clara y abiertamente a las participantes el propósito y alcances del
estudio y se respetó su intimidad durante las entrevistas.
c) Al final del estudio, se informó a las participantes de los resultados obtenidos
en la investigación y se devolvieron los materiales grabados, como fue su
deseo.
d) Se estableció el derecho de las participantes a retirarse de la investigación en
el momento que lo desearan y por las circunstancias que ellas juzgaran
convenientes.
30
31
4. RESULTADOS
Estamos a los lados de Dios con cada vocablo,
en el umbral de audibilidad del silencio inicial.
Jabés.
4.1. CONGLOMERADO DE CATEGORÍAS DE LA ABUELA
CATEGORÍAS
PROPIEDADES
PRIMARIAS
Autovalor pobre
Inseguridad
Autoconcepto negativo
Multiparidad
Matrimonio en adolescencia
Inexperiencia sexual
Matrimonio obligado
Amor prohibido
Apasionamiento
Crítica social
Separación matrimonial
Reproche de los hijos
Autorreproche
Vida trágica
Vacío existencial
Analfabetismo
Restricciones
Falta de capacitación laboral
CATEGORÍAS
SEC.
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
Por su origen humilde
Minusvalía
Cronicidad
Por falta de capacidad
Miedo
Incapacidad para dirigir su vida
Sentirse sucia
Por ignorancia
Sin ninguna planeación
Costumbre social
Por ignorancia
Falta de orientación
Sustraída de su cada por la fuerza
Negativa de los padres a salvarla
Suerte infausta
Vivir en amasiato
Relaciones ocultas
Basada en la inseguridad
Miedo a quedarse sola
Por incomprensión
Decidir vivir con personas jóvenes
Por malos tratos
Por sobrevivencia
Por ser abandonados
Sentirse madre incapaz
Falta de valor ante adversidad
Sufrimiento emocional desde la infancia
Fama de prostituta
Vida sin sentido
Convencimiento de nacer para sufrir
Frecuentes deseos de morir
Por falta de educación
Falta de atención familiar
Vida restringida
Vivir supeditada a su marido
Autoestima baja
Indefensión
familiar
Respuestas
desadaptativas
Depresión
Ignorancia
31
32
Descalificación de la pareja
Parejas dominantes
Dependencia hacia la pareja
Miedo a la soledad
Desintegración familiar
Abandono a los hijos
Aislamiento
Tristeza crónica
Vida social nula
Violencia doméstica
Indefensión emocional
Incomprensión familiar
Crítica social
Vida desenfrenada
Promiscuidad sexual
Prostitución ocasional
Destino triste
Minusvalía
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
Vivir para trabajo doméstico
Considerarla sin valor alguno
Basada en la sumisión
Relaciones machistas
Por no merecimiento de igualdad
Por su minusvalía
Incapacidad para enfrentar retos
Imposibilidad de mantenerse sola
Por razones económicas
Por abandono del esposo
Negativa de aceptación de los amantes
Deseos reinvidicativos
Desplazar sus problemas
Incapacidad para mantenerlos
Rechazo social
Sufrimiento crónico
Creer en destino nefasto
Por sentirse rechazada
Sentirse no merecedora
Machismo
Alcoholismo del esposo
Matizada por la miseria
Sufrimiento crónico
Sentirse merecedora del sufrimiento
Cronicidad
Falta de solidaridad
Por razones económicas
Culpa de lo que le pasaba
Basada en el miedo al vacío
Sentirse atendida por hombres
Por aceptar múltiples parejas ocasionales
Para obtener recursos económicos
Nacer para sufrir
Sentirse sin merecimiento
Sentirse sucia y fea
Sometimiento y
dominación
Disfunción familiar
Valoración
negativa de la
vida
Indefensión
aprendida
Miseria emocional
Estereotipos
desfavorables
TABLA 1. Muestra el concentrado de categorías primarias, sus propiedades temáticas y categorías
secundarias obtenidas de la clasificación inductiva de las entrevistas de la abuela.
En este caso, para la determinación de las propiedades de las categorías se
agruparon
las
propiedades
descriptivas
a
partir
de
causas,
condiciones,
consecuencias, tipos y procesos. Para las categorías secundarias, se efectuó un
proceso factorial para determinar las relaciones y dimensiones tipológicas a ser
explicadas, en busca de relaciones, procesos en acción y plantear así diagramas de
32
33
flujo que explicaran las relaciones causales de orden sistémico que subyacen al
discurso de cada participante.
Así entonces las categorías secundarías que determinan las relaciones y
dimensiones tipológicas son: autoestima baja, indefensión familiar, respuestas
desadaptativas, depresión, ignorancia, sometimiento y dominación, disfunción
familiar, valoración negativa de la vida, indefensión aprendida, miseria emocional y
estereotipos desfavorables. La agrupación semántica de dichas categorías revelan
los siguientes patrones:
•
Desarrollo de un trastorno psicopatológico crónico, desencadenado por:
autoestima baja, sometimiento y dominación, miseria emocional, depresión
y valoración negativa de la vida.
•
Daño estructural en la dinámica familiar por: indefensión familiar,
disfunción familiar e indefensión aprendida.
•
Desarrollo
de
procesos
cognitivos
disfuncionales
por:
respuestas
desadaptativas, ignorancia y estereotipos desfavorables.
4.2. DIAGRAMAS DE FLUJO DE LA ABUELA.
Los diagramas de flujo que plantean dichas relaciones causales se conforman
como sigue:
conduce a
La autoestima
baja
Sometimiento
y dominación
Miseria
emocional
que provoca
produce
Valoración
negativa de
la vida
refuerza
Depresión
desencadena
Reproche de
los hijos
Autorreproche
Vida trágica
Vacío
existencial
DIAGRAMA 1. Muestra la relación dinámica entre los elementos psicopatológicos.
33
34
Revela el diagrama 1 una relación lineal entre las categorías secundarias y
cómo la valoración negativa de la vida refuerza de manera recursiva la sensación
subjetiva de “miseria emocional”; desencadenando todo en un franco trastorno
psicopatológico crónico cuyos elementos constituyentes identificados en el discurso
de la abuela comprenden: reproche de los hijos por su abandono; autorreproche por
la incapacidad que mostró para dirigir su vida; su vida misma trágica, en razón de un
sufrimiento sin tregua y un consecuente vacío existencial.
Disfunción
provoca
familiar
Indefensión
familiar
Multiparidad
Matrimonio adolescencia
Inexperiencia sexual
Matrimonio obligado
Desintegración familiar
Abandono a los hijos
Indefensión
produce
aprendida
Violencia doméstica
Indefensión
emocional
Incomprensión
familiar
Crítica social
DIAGRAMA 2. Muestra la relación dinámica entre los elementos
que provocan daño a la dinámica familiar.
Revela el diagrama 2 también una relación lineal en categorías que tienen que
ver enteramente con el funcionamiento familiar y las repercusiones negativas de la
disfunción tanto en la dinámica como en la estructura. La violencia doméstica vivida
crónicamente, injustamente, y basada en el abuso condujo a la abuela a una suerte
de indefensión emocional, que garantizada en su repercusión sistémica por la
incomprensión familiar y la crítica social, terminó por hacerla sucumbir…y aceptarla
como un signo inefable de su vida.
34
35
conduce a
La
ignorancia
Analfabetismo
Restricciones
Falta de cap. laboral
Estereotipos
desfavorables
Destino triste
Minusvalía
que provoca
Respuestas
desadaptativas
Amor prohibido
Apasionamiento
Crítica social
Separación
matrimonial
DIAGRAMA 3. Muestra los elementos del proceso cognitivos disfuncionales.
El diagrama 3 parte de la ignorancia como germen del problema; la que
conduce mediante la percepción de un triste destino y una idea clara de minusvalía a
mostrar respuestas desadaptativas que matizaron la manera como ella se enfrentó a
los retos de la vida cotidiana… y fracasó.
35
36
4.3. CONGLOMERADO DE CATEGORÍAS DE LA MADRE
CATEGORÍAS
PROPIEDADES
PRIMARIAS
•
•
•
Autovalor pobre
•
•
Violencia doméstica
•
•
•
•
Resentimiento hacia el esposo
•
•
•
Falta de reconocimiento
•
•
Incapacidad para amar
•
•
Prejuicios
•
•
Creencias religiosas
•
•
•
Matrimonio obligado
•
•
Abnegación
•
•
•
Matrimonio en la adolescencia
•
•
•
Vida social nula
•
•
Opinión desfavorable de sus •
hijos
•
•
•
Inexperiencia sexual
•
•
Multiparidad
•
•
Aislamiento
•
Desamor
•
•
Acusaciones de la pareja
•
Pensamientos negativos
•
Inseguridad personal
Desconfianza
CATEGORÍAS
SEC.
Resignación
Dolor emocional
Minusvalía.
Cronicidad.
Basada en el “qué dirán”
Celos patológicos del esposo
Amenazas de muerte
Resentimiento crónico
Odio acendrado hacia él
Obligación de atenderlo
Amenazas constantes
Abnegación
Sentimientos de obligación
Madre desamorada
Casamiento forzoso
Hacia el género masculino
Poco valor de la mujer
Basadas en prejuicios
Resignación
Miedo al castigo divino
Por preceptos religiosos
Temor al “qué dirán”
Temor al castigo de Dios
Fomento del abuso físico y emocional
Inmadurez
Debilidad emocional
Por desobediencia a los padres
Dejarse manipular
Limitada por la crianza de hijos
Supeditada a los caprichos del esposo
Abandono
Tristeza profunda
Degradación moral
Enfermedad mental
Vergüenza
Confrontación con el ideal
Resignación
Entrega a la crianza de hijos
Basado en el silencio.
Estoicismo
incapacidad para sentir
Incapacidad para ser mujer
Inapetencia sexual
Desde la niñez
Autoestima baja
Disfunción familiar
Estereotipos
desfavorables
Sometimiento y
dominación
Desilusión del rol
materno
Defensividad y
abnegación
Valoración
36
37
• Aislamiento
• Rechazo de ayuda
• Autocastigo
• Filial
Vivencia trágica
• A temprana edad
Predisposición
• Basado en el temor
Agresividad manifiesta de la • Celotipias
pareja
• Temor
Vacío existencial
• Miedo ante la vida
Violencia doméstica
• Golpes e insultos
• Desilusión
• Fragilidad emocional
Indefensión emocional
• Daño a la autoestima
• Creer que es herencia de la madre
• Sin vida social
Aislamiento
• Temor a salir a la calle
ignorancia
• Analfabetismo
• Trato deshonesto del esposo
Dependencia de la pareja
• Dependencia económica
Depresión
negativa de la
vida
Autocastigo
Indefensión
aprendida
Abandono
TABLA 2. Muestra el concentrado de categorías primarias, sus propiedades temáticas y categorías
secundarias obtenidas de la clasificación inductiva de las entrevistas de la madre.
Para el caso de la madre, las categorías secundarías que determinan las relaciones
y dimensiones tipológicas son: autoestima baja, disfunción familiar, estereotipos
desfavorables, sometimiento y dominación, desilusión de su rol de madre,
defensividad, valoración negativa de la vida, autocastigo, indefensión aprendida y
abandono. La agrupación semántica de dichas categorías revelan los siguientes
patrones:
•
Una propensión hacia los trastornos afectivos en razón de: autoestima
baja, valoración negativa de la vida, autocastigo, sometimiento y
dominación.
•
Daño estructural en la dinámica familiar por: disfunción familiar,
indefensión aprendida, abandono y desilusión del rol de madre.
•
Desarrollo de procesos cognitivos disfuncionales por: estereotipos
desfavorables y defensividad y abnegación.
37
38
4.4. DIAGRAMAS DE FLUJO DE LA MADRE.
Los diagramas de flujo que plantean dichas relaciones causales se conforman como
sigue:
conduce a
La autoestima
baja
Sometimiento
y dominación
Vivencia trágica
Predisposición
Agresividad de
pareja
Vacío
existencial
Violencia
doméstica
Autocastigo
que provoca
produce
Valoración
negativa de
la vida
Inmadurez
Debilidad
emocional
Dejarse
manipular
refuerza el
DIAGRAMA 4. Muestra la relación dinámica entre los elementos que provocan
propensión hacia los trastornos afectivos.
El diagrama 4 revela en su flujo una estructura dinámica muy parecida a la de la
abuela (su madre), pero trueca la miseria emocional por el autocastigo (tal vez como
herencia de esa misma miseria); como si dirigiera la madre hacia sí misma sus
vivencias trágicas, la agresividad manifiesta y crónica de su pareja y su resultante
vacío existencial.
Disfunción
familiar
provoca
Indefensión
aprendida
produce
Desilusión
del rol
materno
Violencia doméstica
Resentimiento hacia
el esposo
Falta
de
reconocimiento
Incapacidad
para
amar
Desilusión
Fragilidad emocional
Daño a la autoestima
Creer que es herencia
materna
Abandono
Tristeza profunda
Degradación
moral
Vergüenza
Resignación
DIAGRAMA 5. Muestra la relación dinámica entre los elementos del daño a la dinámica familiar.
38
39
El diagrama 5 muestra también patrones “heredados” de manera transgeneracional,
pero que en el caso de la madre no terminan en una indefensión aprendida sino en
otro elemento de autocastigo ya visto en el diagrama anterior: la desilusión del
desempeño de su rol como madre; basado en categorías como abandono,
degradación moral, vergüenza y tristeza profunda.
Estereotipos
desfavorables
provocan respuesta
Defensividad y
abnegación
Caracterizados
por:
Aislamiento
Desamor
Acusaciones de
la pareja
Hacia el género
masculino
Poco valor de la
mujer
Basadas en
prejuicios
Resignación
Miedo al castigo
divino
Por preceptos
religiosos
DIAGRAMA 6. Muestra los elementos del desarrollo de procesos cognitivos disfuncionales
El diagrama 6 revela que elementos como los prejuicios, miedo al castigo de Dios y
una rígida moral religiosa (cosas que no mostró su madre), produjeron en ella una
respuesta defensiva por los constantes ataque de su esposo hacia su condición de
persona y su capacidad de sentir (tanto en el plano emocional como sexual); y de
abnegación, que tuvo como valuarte el silencio.
39
40
4.5. CONGLOMERADO DE CATEGORÍAS DE LA NIETA
CATEGORÍAS
PROPIEDADES
PRIMARIAS
•
•
Desconfianza
•
•
Autovalor pobre
•
•
Decisiones
sin
medir
•
consecuencias
•
•
Proyectos
basados
en
•
terceras personas
•
Prejuicios
•
•
Creencias religiosas
•
Tener una familia indeseable
•
Prohibición moral
•
Confrontación con el ideal
•
•
Relación clasista
•
Traición a la pareja
•
Traición de la pareja
•
•
Exigencias irreales
•
•
Amor obsesivo
•
•
Matrimonio en la adolescencia
•
•
Búsqueda de refugio familiar
•
Vida social estereotipada
•
•
Entrega dolorosa
•
•
•
Inexperiencia sexual
•
•
•
Embarazo no deseado
•
•
•
Añoranza
•
•
Confianza ciega
•
Complicidad materna
•
•
Comprensión a la rival
Inseguridad personal
CATEGORÍAS
SEC.
Por defectos físicos
Resignación
Dolor emocional
Imperfecciones físicas
Minusvalía
Como intento de solución
Consecuencias nefastas
impulsividad
Falta de constancia
Sentirse incapaz
Incapacidad para asumir riesgos
Hacia el género masculino.
Basadas en señales
Proféticas
Por mala reputación
Aferramiento
Creencias desfavorables
Basada en el poder económico
Basada en lo imposible
Vergüenza
Dolor emocional profundo
Imposibles de cumplir
Basadas en el dominio.
Angustia de separación
Miedo a la pérdida
Ilusiones estereotipadas
Falta de orientación
Falta de responsabilidad
Respuestas pueriles
Rituales clasistas
Basada en lo sexual
Deseos de ser reconfortada
Autoestima baja
Vergüenza
Confrontación con el ideal
Falta de capacidad para asumir riesgos
Compromiso
Alterar el orden de las cosas
Depresión
Deseo de libertad
Pérdida de la inocencia
Unida a la pasión
Amor idealizado
Justificada por el amor
Por empatía
Autoestima baja
Indefensión
aprendida
Estereotipos
desfavorables
Contradicción y
doble moral
Apego
disfuncional
Sometimiento y
abnegación
Amor romántico e
idealizado
40
41
•
•
•
•
Nuevas relaciones
•
•
•
Proyecto familiar anticipado
•
Ruptura relacional
•
•
Familia secundaria hostil
•
•
Acusaciones de la pareja
•
•
Amor prohibido
•
Apasionamiento
•
Bigamia
•
•
Traición
•
•
Pensamientos negativos
•
•
Depresión
•
•
Autorreproche
•
•
Vivencia trágica
•
Predisposición
•
•
Vacío existencial
•
•
Separación no resuelta
•
•
•
Dependencia a sustancias
•
•
•
•
Derrumbamiento emocional
•
•
•
•
Relación
con
parejas
•
dominantes
•
•
Dependencia de la pareja
•
Entrega amorosa incondición.
Constancia
Dolor compartido
Inexperiencia
Sin pedir nada a cambio
Confianza ciega
Dependencia
Enamoramiento
Basado en deseos de libertad
Huir de la familia
Fracaso de la vida marital
Boicoteadora
Por tener fama de prostituta
Incapacidad para ser mujer
Inapetencia sexual
Pasión
intensidad
Absorber al otro.
Sostenida por años
Por candidez
No aprender de experiencias pasadas
Profecía autocumplidora
Desde la niñez
Aislamiento
Autocastigo
Por hacer daño a terceros
Coartar la libertad del otro
En la familia
A temprana edad
Basado en malas experiencias
Temor
Despersonalización
Vida desenfrenada
Prostitución
Vergüenza
Vacío
Violencia
Alcoholismo severo
Fragilidad emocional
Trastorno psiquiátrico
Pérdida de la voluntad de ser
Daño a la autoestima
Relación basada en estereotipos
Desconfianza
Celos
Traición amorosa
Desprecio por parte de la pareja
Trato deshonesto
Disfunción familiar
Amor obsesivo
Valoración
negativa de la
vida
Autocastigo
Colapso
emocional
Drogadicción
Depresión
Sumisión
TABLA 3. Muestra el concentrado de categorías primarias, sus propiedades temáticas y categorías
secundarias obtenidas de la clasificación inductiva de las entrevistas de la nieta.
41
42
Para el caso de la nieta, las categorías secundarías que determinan las relaciones y
dimensiones tipológicas son: autoestima baja, valoración negativa de la vida,
estereotipos desfavorables, contradicción y doble moral, apego disfuncional,
sometimiento, amor romántico e idealizado, disfunción familiar, amor obsesivo,
autocastigo, colapso emocional, drogadicción, depresión y sumisión. La agrupación
semántica de dichas categorías revelan los siguientes patrones:
•
Desarrollo de un trastorno psicopatológico crónico, desencadenado por:
autoestima baja, valoración negativa de la vida, depresión, sumisión,
drogadicción y colapso emocional.
•
Daño estructural en la dinámica familiar por: apego disfuncional,
sometimiento y abnegación, disfunción familiar e indefensión aprendida.
•
Desarrollo de procesos cognitivos disfuncionales por: estereotipos
desfavorables, contradicción y doble moral, amor romántico e idealizado,
amor obsesivo y autocastigo.
4.6. DIAGRAMAS DE FLUJO DE LA NIETA
Los diagramas de flujo que plantean dichas relaciones causales se conforman como
sigue:
que provoca
La autoestima
baja
conduce a
Depresión
desencadena
Drogadicción
produce
Valoración
negativa de
la vida
CENTRO GENERADOR
Fragilidad emocional
Trastorno psiquiátrico
Pérdida de la voluntad de
ser
Daño a la autoestima
Colapso
emocional
Vida
desenfrenada
Prostitución
DIAGRAMA 7. Muestra la relación dinámica entre los elementos psicopatológicos.
42
43
El diagrama 7 muestra claramente un centro generador de la disfunción. Para
empezar, hay que decir que de manera general el diagrama contiene los mismos
elementos patológicos arrastrados de la madre (abuela) a su hija y de esta a su hija
(nieta). Dicho centro generador caracterizado por fragilidad emocional, trastorno
psiquiátrico, pérdida de la voluntad de ser y daño a la autoestima, proyectan a la
nieta violentamente hacia un signo de nuestro tiempo y poco visto en las juventudes
de la abuela y la madre: el uso y abuso de drogas.
Disfunción
Apego
disfuncional
provoca
familiar
Indefensión
produce
aprendida
refuerza el
Fracaso de la vida
marital
Hijos con familias
secundarias
Por tener fama de
prostituta
Incapacidad
para
ser mujer
Inapetencia sexual
Sometimiento y la
abnegación
mantiene el
Como intento de
solución
Consecuencias
nefastas
Impulsividad
Falta
de
constancia
Sentirse incapaz
No poder asumir
riesgos
DIAGRAMA 8. Muestra la relación dinámica entre los elementos
que provocan daño a la dinámica familiar.
El diagrama 8 es una calca sorprendente de los elementos que en la abuela
produjeron daño a su dinámica familiar. Existe el mismo sino: fracaso de la vida
marital, familia desintegrada, una sensación de no servir para ser esposa y madre y
un estigma social muy destructivo relacionado con sus creencias y valores: fama de
prostituta.
43
44
Los
estereotipos
provocan
Amor
romántico
produce
Amor
obsesivo
desfavorables
Hacia
el
género
masculino.
Basadas en señales
proféticas
Por mala reputación
Creencias
desfavorables
Basado en el poder
económico
Basado
en
lo
imposible
Contradicción y
doble moral
Amor prohibido
Apasionamiento
Bigamia
Traición
DIAGRAMA 9. Muestra los elementos del desarrollo de procesos cognitivos disfuncionales
El diagrama 9 muestra igualmente un origen disfuncional basado en
estereotipos en las creencias, los valores y en las consecuentes actitudes y
comportamientos; y que provocan en la nieta una forma bizarra de interpretar el
amor, basado en una idea romántica e idílica de la relación y una práctica real
basada en lo prohibido, el apasionamiento y la traición.
Cabe destacar que las categorías secundarias que compartes las tres mujeres del
estudio y que están conformadas por graves propiedades de disfuncionalidad son:
•
Autoestima baja. Con las categorías primarias de: inseguridad personal,
desconfianza, autovalor pobre. autoconcepto negativo.
•
Valoración negativa de la vida. Con las categorías primarias de:
pensamientos negativos, depresión, autorreproche, aislamiento, tristeza
crónica y vida social nula.
•
Estereotipos desfavorables. Con las categorías primarias de: prejuicios,
creencias religiosas, tener una familia indeseable, prohibición moral,
confrontación con el ideal, relación clasista, matrimonio obligado y minusvalía.
44
45
•
Disfunción familiar. Con las categorías primarias de: ruptura relacional,
familia secundaria hostil, acusaciones de la pareja, violencia doméstica,
resentimiento hacia el esposo, falta de reconocimiento, incapacidad para amar
y abandono a los hijos.
45
46
5. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Adjuva me, juste et misericors Deus,
...adjuva me ut intelligam quod dico. (1)
San Anselmo de Cantorbery.8
Bajo la perspectiva de totalidad, un sistema es un conjunto de elementos en
interacción dinámica en el que el estado de cada elemento está determinado por el
estado de cada uno de los demás que lo configuran (Minuchin, 1992); así entonces
las familias en cuestión viven un magno proceso de “circularidad”, debido a la
interconexión entre las acciones de los miembros de los sistemas que conforman y a
la “equifinalidad”, porque un mismo efecto comportamental repetido generación tras
generación ha respondido con seguridad a distintas causas, aunque siempre, con el
mismo efecto destructivo.
Se puede observar que estas familias, como sistemas, han atravesado una
serie de fases más o menos normativas y propias de sus ciclos vitales. La
importancia de este proceso no radica sólo en cada fase en sí misma, sino en las
crisis a que puede dar lugar el paso de una a otra. Cierto es también que dichas
familias han podido sobrevivir, aún con altos costos emocionales, gracias a procesos
adaptativos que les permitieron modificar las estructuras de sus sistemas familiares,
y mantener su organización. Es ese proceso familiar evolutivo esperable en el que se
tiene que atravesar distintas fases de desarrollo para conseguir madurez y plenitud.
Los valores que la familia instituye tienen diferentes fuentes. Muchos de ellos
no son originarios del propio seno familiar, sino procedentes de otros ámbitos.
Debido precisamente a la alta presencia que tiene la familia en la formación de los
sistemas subjetivos de valores en las primeras etapas de la formación de la
personalidad, se constituye en uno de los mediadores fundamentales de todas las
influencias valorativas. En este sentido, se observa claramente que las familias
estudiadas tienen un papel frecuentemente disfuncional en la intermediación con los
factores de naturaleza valorativa que trasladan su influjo hasta cada uno de sus
8
Ayúdame, Dios justo y misericordioso. ...ayúdame a fin de que yo comprenda lo que digo.
46
47
miembros desde la vida, la comunidad, otras instancias educativas, los preceptos
morales vigentes en la sociedad y también, a través de las tradiciones, desde las
generaciones precedentes.
La tipologías relacional de familias desligadas9 se presentó entre la primera y
la segunda generación (abuela y madre), ya que la solidaridad, el compartir y la
ayuda mutua no se vivieron ni introyectaron en todos sus miembros. Ambas, abuela y
madre proceden de un estrato socioeconómico bajo y marginal de inicio. La lucha por
la sobrevivencia encaminó a las familias a preocuparse más por sus proyectos de
vida que por los integrantes de dichos proyectos; y ellas, desde niñas, crecieron sin
apoyo y con el sufrimiento como norma. Pronto, en la adolescencia fueron sustraídas
por coacción de sus casas para casarse, aún cuando no amaban o siquiera conocían
a los que serían sus maridos. Las historias de abuso nunca fueron del interés de sus
familias o acaso estaban introyectadas como una forma “normal” de relacionarse.
La madre y la nieta han formado por periodos relativamente largos, que suelen
romperse temporalmente por crisis intra o interfamiliares, una familia reconstituida,
en razón del regreso al hogar de los padres ancianos de la hija separada y, la última
vez, con una nueva unión y un nuevo hijo. Los regresos no han sido solamente en
busca de techo, comida y afecto sino también del cuidado y atención para los niños;
situación en la que, sobre todo la madre, pasa de desempeñar el rol de abuela a ser
madre sustituta, lo que la ha obligado a hacer cambios en sus costumbres y forma de
vida.
Las familias estudiadas son complejas tanto en sus estructuras como en sus
relaciones; y este rasgo es percibido frecuentemente como "anormal" por las
personas que las rodean, sean familiares o amigos. La existencia de grupos
domésticos complejos representa un signo de crisis social y económica; es decir, de
disfuncionalidad. Sin embargo y a pesar de todo, la familia aparece como un refugio,
sobre todo para los miembros de la familia que se ubican en la clase media, que es
la más sensible al cambio. Una ascensión social reciente, el acceso a un bienestar
9
Dinámica de la familia con miembros ancianos. Obtenido
http://www.encolombia.com/medicina/menopausia/meno6300cambios2.htm
en
la
red
mundial:
47
48
que no conoció la generación precedente parecen frágiles, y su protección parece
asegurada por el mantenimiento de relaciones familiares densas entre las
generaciones. Cuando el matrimonio conoce un semifracaso se vuelven hacia sus
padres. La generación de la abuela no conoció de estos beneficios y ello fungió como
un factor precipitante y mantenedor de su difícil situación sociofamiliar; sin embargo
para la nieta esto representó una dualidad: la protección de los padres cuando caía
en desgracia, pero también la intromisión frecuente en sus asuntos personales y en
sus decisiones de autoridad, lo que llegó a provocar fuertes conflictos de intereses,
sobre todo entre ella y su propia hija, que se beneficiaba con la división de la
autoridad.
Como señala Segal (1994), el lenguaje estructura una variedad de dispositivos
lógicos, descriptivos y explicativos que utilizamos para comprendernos nosotros
mismos y a la realidad. A este respecto Rojas Soriano (1996) señala que la realidad
es un todo interrelacionado y no un conjunto de cosas y procesos aislados,
separados unos de otros. La realidad, agrega, se presenta de una manera compleja
y dentro de una multitud de causas posibles de los fenómenos. Los efectos
repercuten en las causas de diversas maneras y con distinta intensidad, y los efectos
a su vez se convierten en causas de otros fenómenos. La perpetuidad y circularidad
de elementos tan lejanos en la historia temprana de la abuela (indefensión,
respuestas desadaptativas y valoración negativa de la vida entre otras, y su
presencia recurrente en la historia de su hija y después en la historia de la hija de
esta; y más, ya presente en algunos aspectos de la vida relacional de la bisnieta, de
tan solo 13 años de edad, hablan de un camino transgeneracional trazado.
Las categorías secundarias que se conforman a partir del análisis del discurso
de la nieta, que representa la tercera generación de las familias en estudio, hablan
de esta circularidad mencionada en el párrafo anterior, y conforman las partes de un
conjunto organizado, que a su vez son propiedades “emergentes” del sistema en que
ella se encuentra inmersa. A fin de cuentas categorías secundarias como:
autoconcepto, defensividad, valoración negativa de la vida, autocastigo o
drogadicción, son formas en que esta mujer se concibe a sí misma. Categorías como
estereotipos; amor romántico y autorrealización, son formas como concibe expresar
48
49
sus sentimientos, y otras categorías como contradicción y doble moral, apego
disfuncional, sometimiento y amor obsesivo, representan sus formas de amar.
Aunque las familias en estudio tienen una conformación de filiación bilineal, en
razón de que cada grupo de filiación tiene asignada una función diferente, estos
sistemas bilineales son frágiles a pesar de ser complementarios, por la competencia
entre los dos linajes (materno y paterno) en temas como el ejercicio de la autoridad y
el manejo de los afectos y el poder, entre otros. La filiación matrilineal no constituye
entonces la simetría exacta de la filiación patrilineal, puesto que este último tipo
comporta contradicciones con los principios de funcionamiento del grupo; es decir,
las parejas masculinas tienden a ser disrruptores de la concordia familiar y detentan
el poder a través de la coacción o el chantaje (Levi-Straus, 1981). Los maridos de las
tres mujeres han llegado a ser terribles tiranos que produjeron sometimiento,
dominación, autoestima baja y por fin indefensión emocional en cada una de ella.
¿Ellos fueron terribles por naturaleza, o la idiosincrasia desadaptativa de ellas fue el
elemento que hacía falta para estabilizar patológicamente sus sistemas de vida?
En los genogramas y los diagramas estructurales de las familias (figuras 4 a 8;
anexo 1), las madres y las hijas constituyen el elemento estable de la casa. Los hijos
y los maridos son los elementos móviles. En estos sistemas matrilineales, los
hombres de las familias en estudio pertenecen al grupo social de su madre, lo que da
una cierta preeminencia a las mujeres. El rol de marido se reduce al de genitor.
Las relaciones más sólidas intra e intergeneracional se refieren al binomio
madre hija; que de hecho es fuertemente matrilateral, dejando en un plano
secundario la relación patrilineal. Esta relación de afectividad entre madre e hija
casada o no, pero con progenie, media la transmisión de técnicas y valores.
Curiosamente la inestabilidad de las relaciones amorosas entre las parejas de la
familia en estudio ha tendido, por otra parte, a reforzar dicho tipo de relación.
¿Por qué la imagen que tenemos de la familia ideal se encuentra tan lejos de
la común realidad? Constituimos una cultura que ha entronizado al individuo; [...] esta
es
una
extraordinaria
hazaña
de
la
imaginación
porque
los
individuos
“descontextualizados” no existen. La vida consiste en crecer, mezclarse, cooperar,
compartir y competir con los demás (Minuchin, 1991). Sin duda la mayor parte de
49
50
nosotros ha tenido sus experiencias más significativas dentro de alguna de las
formas de la compleja unidad social que llamamos familia. Reflexiona este terapeuta
estructuralista y señala:
“…al mirar al interior de una familia, puede que quede uno atrapado
súbitamente por múltiples tramas. Estas pueden ser caprichosas, desafiantes,
absurdas o dramáticas, pero todas son perturbadoras, pues provocan la
exasperante sensación de ser completas. Es como si uno mirara al pasar el
escaparate de una tienda y viera allí refulgir el universo” (Ibíd.)
Si como señala Boszormenyi (1998) los modos de buscar por prejuicios un
chivo expiatorio se organizan de manera irracional alrededor de significados
especiales, se puede entender por qué la nieta parece tener una forma muy
disfuncional de amar y una inexorable manera de sucumbir ante estilos y estrategias
de poder que la llevan una y otra vez a ser traicionada o a tratar de cumplir
exigencias irreales imposibles de cumplir. Esto me recuerda la prosa poética de
Amado (1985) cuando reflexiona acerca de sí mismo y se cuestiona:
‘Hablo y mi palabra es para mí oscura. O bien caigo en el juego de palabras y dejo
extenderse el sentido, sin espesor, en la infinita trivialidad de su sintaxis simple, o bien
las oigo resonar en profundidad donde no llego a comprender su sentido. Los ecos se
responden de atrás hacia adelante, y quizá de adelante hacia atrás. En el rostro del
interlocutor, a veces, veo el sentido oculto de mis palabras. Su reacción se acorrala
hacia el sentido que yo les daba, y así, podría [...] enunciar la terrible frase: ¿Y tú quién
dices que soy?’
Los límites o fronteras familiares internas son identificables por las distintas
reglas de conducta aplicables a los distintos subsistemas familiares y los límites entre
estos subsistemas varían en cuanto a su grado de permeabilidad, pudiendo ser
difusos, rígidos o claros (Watzlawick, Weaklan y Fisch, 1989). Los límites o fronteras
familiares internos son identificables por las distintas reglas de conducta aplicables a
los distintos subsistemas familiares y los límites entre estos subsistemas varían en
cuanto a su grado de permeabilidad, pudiendo ser difusos, rígidos o claros. En el
caso de la nieta, se considera que la familia tiene límites difusos con el exterior por
no estar bien definidas las conductas interaccionales que los miembros manifiestan
en presencia de personas que no forman parte de la familia, ni estar claramente
50
51
definidos los roles parentales y filiales hacia el interior de la misma. (Ver .figura 9;
anexo 1). Esto mismo sucede con la madre, ya que por un lado su indefensión
emocional y por otro la senescencia acelerada de su esposo deja sin figura de
autoridad la casa y sostienen relaciones más bien utilitarias con sus hijos. La abuela
sostiene una relación más distante y superficial con los pocos hijos que le quedan
vivos; vive sola, para su bien, y para su mal.
Se encontró también que la madre establece frecuentemente alianzas con la
nieta (su hija), aunque también participa de ello una hermana de 38 años de edad
que vive una relación conflictiva con su propio marido y gusta pasar mucho tiempo en
la casa materna como refugio en razón de las repentinas crisis de pánico que la
aquejan. La afiliación de la hija y la madre es débil en varios aspectos con el resto de
los hijos; y aunque la jerarquía principal parece estar depositada en el padre, éste
casi siempre tiene que usar la fuerza o la coacción para hacerse entender u
obedecer, lo cual hace suponer que aunque pasivamente, la madre es la que
realmente maneja la interacción con los hijos. La relación entre los padres tiene una
afiliación conflictiva de manera crónica. (Ver figura 7; anexo 1).
La instalación de un lazo conyugal fuerte en detrimento de otras formas de
relación se debe con frecuencia a preceptos religiosos rígidos, así como la
insistencia sobre la pareja monógama y la desconfianza en relación a las segundas
nupcias. En nuestras familias investigadas el reforzamiento de las redes de
parentesco no constituye un contrapeso claro a la fragilidad de la pareja. Cuando el
lazo matrimonial es fuerte el lazo de filiación se debilita; a la inversa, los lazos
verticales se refuerzan cuando la relación conyugal aparece frágil. Esto se pone en
evidencia con categorías tales como: complicidad materna versus dependencia de la
pareja, en la nieta; violencia doméstica versus dependencia de la pareja, en la
madre; y sometimiento y dominación versus indefensión familiar, en la abuela.
Se considera que la confrontación pasiva y activa que los padres de la nieta
tienen frecuentemente ha conducido al sistema a formar una tríada rígida mediante el
manejo de configuraciones relacionales paterno filiales. Observamos que la hija se
“usa” rígidamente para desviar o evitar los conflictos parentales. La desviación de
conflictos se produce cuando los padres se unen en un esfuerzo por controlar y
51
52
salvar a su hija “descarriada”, a pesar de sus diferencias mutuas en otros aspectos
(Ídem.). la hija salva a la madre de las celotipias de su esposo; y ellos la salvan
cuando la culpa ensombrece sus noches de insomnio.
El diagrama estructural de la familia de la hija (ver figura 9: anexo 1), muestra
también particularidades que nos hablan de una fuerte disfunción intrafamiliar que
parece copiar esquemas aprendidos. Las fronteras de la familia son difusas, llegando
por momentos al abigarramiento relacional que conflictúa constantemente al sistema.
Existe una relación “obligada” entre nuestra persona en estudio y su ex esposo, a
expensas de la existencia de su hija, misma que sostiene una afiliación
sobreinvolucrada con la madre y débil con el padre. Así también, esta niña, a pesar
de su corta edad, ya se enfrenta a una afiliación conflictuada con la nueva pareja de
su madre, a quién rechaza con vehemencia y agresividad. Y así, el paradigma
familiar parece estarse gestando nuevamente, en la cuarta generación familiar.
Se señaló anteriormente que un sistema es un conjunto de elementos en
interacción dinámica en el que el estado de cada elemento está determinado por el
estado de cada uno de los demás que lo configuran. Es por ello que deberemos estar
atentos al aspecto de totalidad o no sumatividad, ya que como señala Minuchin
(1992): "El cambio en un miembro del sistema afecta a los otros, puesto que sus
acciones están interconectadas mediante pautas de interacción", por lo que la
sanación de la hija puede desequilibrar las relaciones entre sus padres cuando,
aparentemente, ésta cumple funciones estabilizadora en los conflictos que se
producen entre ellos.
Las matrices descriptivas temporales reflejan en su integración y flujo,
categorías que revelan los esfuerzos adaptativos de la nieta, aún sin conseguirlo.
Indefensión aprendida que obstaculiza el autocontrol sobre sus emociones, con
consecuencias frecuentemente nefastas: “cuando yo tuve mi primer novio siempre
estuve esperando que me lastimaran”; o el control de su vida a partir de lo que dicen
otras personas: “logró con su profecía marcarme, puede decirse que me marcara en
todas mis relaciones de pareja”. Vive esta mujer fuertemente influenciada por
estereotipos que la conducen a ser infeliz: “siempre tenía desconfianza de mi físico”;
“¡ay!, que fea nariz tengo”; “cómo se va a fijar en mí” si yo desconfiaba de mí”. Todo
52
53
ello, provocó siempre un daño muy fuerte a su autoconcepto, basado en los
prejuicios de una relación clasista: “su familia nunca podría aceptar a una novia
humilde y pobre”; “sabía que yo nunca iba a poder estar en su corazón”; o también:
“me decía: no eres bonita, dice, pero tienes un corazón muy grande”. Ya estos
mismos elementos podemos encontrarlos en los discursos de la abuela y la madre. –
yo nunca supe ser mujer pa mi marido ni madre pa mis hijos, dice la abuela; -nunca
lo pude dejar por temor al qué dirán de la gente, refiere la madre.
Por otra parte, aunque resulte irónico, los niños con problema de apego muy a
menudo iniciarán un contacto físico (abrazar, tomar la mano, sentarse en las piernas)
con extraños. Aunque no lo es, muchos adultos pueden malinterpretar esto como una
conducta afectiva10. Esta actitud más bien suplicante que resulta socialmente
inadecuada, marcó la pauta de una profecía autocumplidora en la nieta, ya que a los
nueve años de edad una gitana leyó su mano y le vaticinó: “te van a lastimar mucho
los hombre; ten mucho cuidado con ellos, aléjate de ellos; a ti te persigue el perfume
del celibato”. Pronto en la pubertad, la nieta, al igual que la abuela en la juventud, se
ganó el mote familiar de “puta” (sic.)
Es bien sabido que los niños maltratados y con problemas de apego son muy
sensitivos a los cambios en programas, las transiciones, sorpresas, situaciones
sociales caóticas, etc. Se sentirán abrumados por situaciones complicadas y
especiales, aunque sean agradables, lo que termina siendo desorganizador. Escuché
en más de una de las participantes en el estudio: “…yo siempre he dicho: -quiere uno
comerse el mundo. Pero no es cierto, el mundo nos come”. En las confrontaciones
con la familia respecto de sus conductas propiciatorias de agresión o abandono,
siempre mostraron arrepentimiento (una respuesta intelectual) pero no remordimiento
(una respuesta emocional).
El amor se manifiesta en la familia en estudio con patrones muy codificados.
Los regalos, los gestos, las alianzas y solidaridades, los discursos relativos a los
enamorados, están frecuentemente, estereotipados. La familia aparece como un
10
Bruce D. y Perry, M. (1998). Formación de vínculos y el desarrollo del afecto en niños maltratados.
Obtenido en la red mundial: http://www.bcm.tmc.edu/cta/bondingsp.htm
53
54
refugio para la vida cotidiana con frecuencia inestable y con múltiples cambios. Una
ascensión social franca (como el paso de la clase social baja de la abuela a una
clase media de la nieta), el acceso a un bienestar que no conoció la generación
precedente, parecen frágiles, y su protección se mantiene asegurada contra los
ataques del exterior por el mantenimiento de relaciones familiares densas entre las
generaciones. Cuando el matrimonio de alguien de la familia tiene un fracaso, se
vuelven hacia sus padres, que sabedores de su misión aceptarán con estoicismo las
nuevas circunstancias. Esto hace suponer que las relaciones familiares intra e
intergeneracionales no se abordan bajo el ángulo de la afectividad sino de su
funcionalidad en las estrategias sociales, lo cual pone en evidencia el papel de la
fratria en el mantenimiento de la cohesión familiar, aún de la familia extensa.
En el campo de la calidad de las relaciones materno-filiales las tres mujeres
del estudio, presentaron desde su infancia problemas emocionales comunes que
incluyen síntomas de depresión y ansiedad. En el caso de la abuela y la nieta, que
han vivido momentos históricos diferentes, han tenido en común un apego
"indiscriminado". Si se tiene en mente que el apego es importante para la
supervivencia, las personas y sobre todo los niños pueden buscar apegos (cualquier
apego) para su seguridad. Este apego indiscriminado las llevó a vivir de manera muy
angustiosa la separación de su pareja en turno y desencadenó usa serie de
acontecimientos sociofamiliares que marcaron sus vidas negativamente.
Estas mujeres, en sus roles de hijas, cuyos padres con frecuencia las
criticaron, rechazaron e interfirieron, tienden a evitar la intimidad emocional. Dice la
nieta: -yo predecía o era tanta mi forma de pensar tan negativa, tan negativa, ¡tan
negativa! que exactamente pasaban las cosas que yo soñaba. La madre dice al
respecto: -yo namás (sic.) vivo con el hombre (su marido) por los hijos, pero no lo
quiero. La abuela señala: -mejor sola que mal acompañada. Es claro que los padres
abusivos tienden a tener hijos que al sentirse incómodos con la intimidad, se retraen.
Un factor indeseable que jugó un papel relevante en el mantenimiento de este estado
de cosas y que de alguna manera incide en la carga culposa fue la presencia
recurrente de trastornos afectivos en estas mujeres en su papel de madres; a más de
problemas
personales
abrumadores
por
tener
maridos
poco
solidarios
y
54
55
cooperadores u otros factores que interfirieron con la habilidad de ser consistentes y
nutrientes con sus hijos.
En las familias abusivas, maltratadoras y negligentes es común que los niños
sean esencialmente, rechazados. En las familias abusivas, es común que este
rechazo y maltrato sea transgeneracional. El padre negligente fue un niño que sufrió
negligencia. Crían como fueron criados11.
La relación más importante en la vida de un niño, es su apego a su cuidador
primario, en el caso óptimo, su madre. Esto es así debido al hecho de que esta
primera relación determina el "molde" biológico y emocional para todas sus
relaciones futuras. Un apego saludable a la madre, construido por experiencias de
vinculación repetitivas durante la infancia, ofrece una base sólida para futuras
relaciones saludables. Por el contrario, problemas en la vinculación y apego pueden
resultar en una base biológica y emocional frágil para futuras relaciones12. El apego
disfuncional en las participantes se manifiestan por matrimonios a temprana edad,
una vida social estereotipada, amor obsesivo basado en el miedo en el caso de la
abuela y la nieta y por una búsqueda frecuente de refugio en la nieta.
El impacto de una vinculación defectuosa en la niñez temprana, puede variar.
Cuando existe un abandono o negligencia emocional severa en esta etapa, los
efectos pueden ser devastadores. La nieta piensa al respecto: - cuando yo tuve mi
primer novio siempre estuve esperando que me lastimaran. Su madre dice
dolorosamente: -si esta iba a ser mi vida pa’qué vivirla. Niños que no sean tocados,
estimulados y nutridos, literalmente pueden perder su capacidad de formar
relaciones significativas para el resto de sus vidas. [...] Los problemas resultantes de
esto van desde un malestar interpersonal leve hasta profundos problemas sociales y
emocionales. En general, la severidad de los problemas se asocian con cuán
temprano en la vida, cuán prolongado y cuán severo fue el abandono o negligencia
emocional.
11
Bruce D. y Perry, M. (1998). Formación de vínculos y el desarrollo del afecto en niños maltratados.
Obtenido en la red mundial: http://www.bcm.tmc.edu/cta/bondingsp.htm
12
El desarrollo del afecto en niños
http://www.bcm.tmc.edu/cta/bondingsp.htm
maltratados.
Obtenido
en
la
red
mundial:
55
56
Tal como los rasgos de altura o peso, las capacidades de apego individuales
forman un continuum. Los niños con apego seguro sienten una relación consistente,
responsiva y de apoyo con sus madres, aún en momentos de tensión o estrés
significativo. Los que tienen un apego inseguro, sienten unas emociones
inconsistentes, de castigo, no responsivas, de parte de sus cuidadores y se sienten
amenazados en momentos de tensión o estrés. La nieta señala con añoranza: como siempre había tenido la intención de irme de la casa. En otro pasaje dice: - ya
no pude ingresar a la escuela, no pude terminar la preparatoria. La abuela dice al
respecto: -un tiempo hacía las cosas bien, pero luego fallaba; y agrega: -seguro me
pasó todo esto por desearle mal a mis padres.
Ahora bien, también la conducta del cuidador puede afectar la formación de
vínculos. Los hijos de padres que critican, rechazan e interfieren, tienden a evitar la
intimidad emocional. Los padres abusivos, tienden a tener hijos que al sentirse
incómodos con la intimidad, se retraen. Puede ser que la madre no pueda ser
responsable con su hijo a causa de la depresión, uso de sustancias, problemas
personales abrumadores u otros factores que interfieran con su habilidad de ser
consistente y nutriente con su hijo. Por otra parte, uno de los impedimentos más
importantes para que se establezca un apego saludable es el miedo. Si un infante se
encuentra angustiado por el dolor, una amenaza o un ambiente caótico, se le hará
sumamente difícil participar, aún en una relación de cuido amorosa. Niños que viven
en ambientes de violencia doméstica o violencia comunal son vulnerables a
desarrollar problemas de apego.
En la naturaleza transgeneracional de los problemas de apego, el efecto más
común es que los niños maltratados son esencialmente rechazados. Niños que son
rechazados por sus padres experimentarán un sinnúmero de problemas, incluyendo
dificultad para desarrollar intimidad emocional. Categorías primarias como: vivencia
trágica, derrumbamiento emocional, agresividad manifiesta, indefensión emocional,
etc.; y secundarias como: disfunción familiar, indefensión aprendida, miseria
emocional, entre otras y presentes en las historias de las tres familias estudiadas
justifican esta afirmación. En las familias abusivas es común que este rechazo y
maltrato sea transgeneracional. Como resultado de esto, puede ser que los niños
56
57
participen de pocas actividades con otros niños menos maduros. Este falso sentido
de madurez en los niños, a menudo interfiere en el desarrollo de amistades de su
misma edad.
A pesar de pertenecer las mujeres del estudio a tres generaciones diferentes,
la paradoja de la ilegitimidad en las familias ha estado influenciada por el orden
social prevaleciente y matizada por la puesta en circulación de un nuevo orden
sexual y de una nueva concepción del matrimonio que descansa en la capacidad de
trabajo de los cónyuges, independientemente del patrimonio de sus familias
respectivas. En el caso que nos ocupa, la ilegitimidad en que vivió la abuela y aún
vive la nieta, no marca la emergencia de una nueva moral sexual y no es el signo de
la inmoralidad de las clases social a la que pertenecen, sino la del fracaso de una
política tradicional del matrimonio. La ilegitimidad no es el matrimonio rechazado,
sino el matrimonio frustrado. Entonces convertirse en concubinas ha representado en
su momento la esperanza de un matrimonio basada en la asociación hecha con un
hombre. Para la abuela y la nieta el trabajo de zapas sociales las condujo a la
prostitución.
Las
condiciones
económicas
volvieron,
pues,
particularmente
vulnerables a estas mujeres que fueron víctimas del concubinato.
En los procesos de sufrimiento emocional de las familias estudiadas, se observa una
concordancia intergeneracional en los patrones de relación, en donde el vínculo
temprano, frío y disfuncional con la madre parece haberse internalizado, y haberse
activado después cuando la siguiente generación la reedita y revive en otras
relaciones significativas; como se aprecia en los patrones de relación de pareja y en
el tipo de liga emocional que se establece con los hijos.
Las tres mujeres tienen historias de abuso conyugal, con patrones de
conducta violenta de sus parejas hacia ellas en forma física, emocional, psicológica,
sexual y económica. Este patrón de dominio ha sido usado para fomentar el miedo y
la intimidación, con el propósito de mantener el control y el poder por parte de los
abusadores. En el caso de la nieta, estas historias de abuso abarcan también
algunas de sus relaciones fortuitas en los periodos en que emocionalmente se ha
encontrado más debilitada.
57
58
La agresión psicológica conyugal que ha prevalecido en las tres generaciones
se refiere a conductas verbales como insultos, amenazas y vejaciones, y conductas
no verbales que no van dirigidas al cuerpo de la pareja, por ejemplo golpear puertas,
destrozar objetos, pero que igual contribuyen al clima de sufrimiento.
La nieta ha llevado una vida relacional con tintes particulares respecto de su
madre y su abuela: sostiene relaciones mixtas, monógamas y polígamas, aunque
suele hacer una mejor valoración de la pareja; tener además un reducido número de
hijos, y promover una repartición de roles en el seno de la pareja. Bajo estas
diferencias subyacen diversidades culturales remarcables a pesar de la cercanía
filial.
A fin de cuentas el amor, de manera natural, se fundamenta en la esperanza y la
realización. A este nivel, la decepción de uno no puede venir sino de la defección del
otro; es decir, cuando uno de ellos (hombre o mujer) ha perdido la esperanza o el
deseo de amar. Pero en los dos casos es un miedo fundamental lo que corrompe el
proyecto del amor.
Como puede verse, el concepto central para ver el calidoscopio familiar -tanto
en sus paradigmas homeostáticos como evolutivos- es la idea de circularidad. Igual
que la herramienta reconforma la mano y después el cuerpo mismo del agricultor
mientras siega a lo largo de campos profundos por generaciones, la vida cotidiana en
familia conforma y reconforma la estructura física y emocional de sus miembros,
generación tras generación.
Me recuerdo de un pequeño relato, a propósito de esa lucha dialéctica y con
frecuencia mezquina que ocurre cuando se confrontan las realidades personales,
que dice así:
En una ocasión, un sabio anciano rabino escuchaba con afecto a sus dos
discípulos más brillantes enzarzados en una polémica discusión. El primero presentó
su argumentación con una convicción apasionada. El rabino sonrió de forma
aprobatoria: -“Eso es correcto”.
El otro seguidor defendía lo contrario de modo convincente y claro. El rabino
sonrió de nuevo y dijo: -“Eso es correcto”.
58
59
Los discípulos, atónitos, protestaron. -“Rabino, no podemos estar ambos en lo
cierto.”
-“Eso es correcto”, replicó el sabio anciano rabino.
59
60
6. SUGERENCIAS
“No, jamás forzarás al no ser a ser”
Parménides.
Señala Haley (1997) que la familia como sistema, atraviesa una serie de fases
más o menos normativas y propias de su ciclo vital. La importancia de este proceso
no radica sólo en cada fase en sí misma, sino en las crisis a que puede dar lugar el
paso de una a otra. En este sentido, el proceso óptimo de superación de tales crisis
consiste en modificar la estructura del sistema familiar manteniendo su organización.
En cada etapa de la vida se necesita un tipo de apoyo que viene expresado a través
de lo que el sistema familiar puede ofrecer a los hijos. Esto supone crear un tipo de
familia en el que sea posible encontrar el respaldo necesario que ha de convertirse
en factor de protección ante los problemas. Considero que a pesar de la sentencia de
Parménides, la familia, como un organismo, debe echar manos de sus recursos de
sanación para impedir que la profecía de dolor y disfunción permanezca. La fuerza
de una profecía proviene del sentenciado y no de otra parte; en la medida en que la
familia pueda encontrar más y mejores recursos de afrontamiento, sus circuitos de
retroalimentación con el exterior y entre sus miembros serán mejores y en
consecuencia más sanos.
Respecto de las participantes en el estudio, el destino está marcado para la
abuela y la madre; no les interesa o no tienen fuerzas para el cambio y será mejor no
tocar el equilibrio de sus sistemas. En cuanto a la nieta, más joven y con mayor
apertura, lucha afanosamente por separarse de la parte negativa de su pasado y
cree ahora que el destino no es un camino inexorable. A partir de la reflexión de
estos materiales se ha propuesto hacer cambios en algunos aspectos significativos
de su historia personal. Cambiar siempre es crisis, pero la crisis es también
oportunidad.
Por otra parte, en lo procedimental, considero que el método fenomenológico
de abordaje planteado requiere de una perspectiva de análisis escalonado y
60
61
planeado a mayor tiempo, que permita hacer una exploración de las historias
familiares de tipo antropológico más profunda.
Considero que la perspectiva sistémica permitió hacer una adecuada
exploración de las pautas de interacción personal y de aquéllas de interacción
transgeneracional.
61
62
7. BIBLIOGRAFÍA
Amado, E. (1985) La Naturaleza del Pensamiento Inconsciente. México: Fondo de
Cultura Económica.
Bertalanffy, L. (1998). Teoría general de los sistemas. México: Fondo de Cultura
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satisfacción marital en diferentes etapas del matrimonio. CENEIP, 3, 234-236.
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conocimiento humano. España: Debate.
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España: Paidós.
62
63
Molina, M. y Téllez, P. (1998). El estrés crónico y los trastornos afectivos. CENEIP,
3, 69-70.
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Wittrock, M. (1997). La investigación de la enseñanza. Métodos cualitativos y de
observación. España: Paidós.
63
64
8. ANEXO 1
64
65
8.1. TABLAS DE ORGANIZACIÓN FAMILIAR
Figura 1. ORGANIZACIÓN FAMILIAR DE LA PRIMERA GENERACIÓN
EN ESTUDIO (LA ABUELA)
Parentesco
Edad
Esposo
Esposa
Hijo
Hija
Hijo
Hijo
Hija
Hija
Hijo
Hija
hija
70
92
50
74
62
40
68
66
64
62
60
Sexo Escolaridad Ocupación
M
F
M
F
M
M
F
F
M
F
F
Analfabeta
Analfabeta
Primaria inc.
Primaria inc.
Primaria inc.
Primaria inc.
Primaria inc.
Primaria inc.
Primaria inc.
Primaria inc.
Primaria inc.
Falleció
Ninguna
Ninguna
Ninguna
Falleció
Falleció
Ninguna
Ninguna
Ninguna
Ninguna
Ninguna
Estado
civil
Religión
Lugar de
origen
casado
casada
casado
casada
casada
casado
casada
casada
casado
casada
casada
católico
católico
católico
católico
católico
católico
católico
católico
católico
católico
católico
Colima
Colima
Colima
Colima
Colima
Colima
Colima
Colima
Colima
Colima
Colima
Figura 2. ORGANIZACIÓN FAMILIAR DE LA SEGUNDA GENERACIÓN
EN ESTUDIO (LA MADRE)
Parentesco
Edad
Esposo
Esposa
Hijo
Hija
Hijo
Hijo
Hija
Hija
Hijo
Hijo
hija
76
66
48
46
44
43
42
38
1
19
34
Sexo Escolaridad Ocupación
M
F
M
F
M
M
F
F
M
M
F
Primaria inc.
Analfabeta
Secundaria
Secundaria
Secundaria
Secundaria
Secundaria
Preparatoria
--Primaria
Comercio
Panadero
Casa
Empleado
Casa
Empleado
Empleado
Casa
Casa
Falleció
Falleció
Empleada
Estado
civil
Religión
Lugar de
origen
casado
casada
Casado
Casada
Casado
Casado
Casada
casada
----Divorcio
católica
católica
católica
católica
católica
católica
católica
católica
católica
católica
católica
Colima
Colima
Colima
Colima
Colima
Colima
Colima
Colima
Colima
Colima
Colima
Figura 3. ORGANIZACIÓN FAMILIAR DE LA TERCERA GENERACIÓN
EN ESTUDIO (LA NIETA)
Parentesco
Edad
Ex esposo
Ex esposo
Madre
Hija
Hijo
38
39
34
13
1
Sexo Escolaridad Ocupación
M
M
F
F
M
Preparatoria
Comercial
Comercial
Secundaria
----
Empleado
Empleado
Empleada
Estudiante
----
Estado
civil
Religión
Lugar de
origen
Casado
Divorciado
Divorciada
Soltera
---
católica
católica
católica
católica
católica
Colima
Colima
Colima
Colima
Colima
65
66
8.2. FAMILIOGRAMAS Y DIAGRAMAS DE FLUJO.
Figura 4. FAMILIOGRAMA DE LA PRIMERA GENERACIÓN EN ESTUDIO
(LA ABUELA)
70
50
74
62
92
40
68
66
64
62
60
Figura 5. DIAGRAMA ESTRUCTURAL DE LA FAMILIA
74
68
92
64
62
60
66
Simbología:
Frontera cerrada
Afiliación débil
66
67
Figura 6. FAMILIOGRAMA DE LA SEGUNDA GENERACIÓN EN ESTUDIO
(LA MADRE)
76
48
46
44
43
66
42
38
1
19
34
Figura 7. DIAGRAMA ESTRUCTURAL DE LA FAMILIA
48
46
38
44
M
43
42
P
34
Simbología:
Frontera difusa.
Afiliación débil.
Afiliación sobreinvolucrada.
Afiliación conflictuada.
M
Madre
P
Padre
67
68
Figura 8. FAMILIOGRAMA DE LA TERCERA GENERACIÓN EN ESTUDIO.
(LA NIETA)
38
34
13
39
1
Figura 9. DIAGRAMA ESTRUCTURAL DE LA FAMILIA
38
34
39
13
1
NOTA: La simbología es la misma que en al caso anterior
68
69
9. ANEXO 2
69
70
9.1. FORMATO PARA EL VACIADO DE DATOS
EJEMPLO DEL PROCESO DE VACIADO DE LA INFORMACIÓN, SEGMENTACIÓN
DE LA INFORMACIÓN Y OBTENCIÓN DE CATEGORÍAS
Entrevista Familiar
Lugar de entrevista:
Fecha:
Entrevistador: JTH (E)
Entrevistada: Coty, (C)]
CATEGORÍAS Y
R
TEXTO
Página 1
PROPIEDADES
+ Autoconcepto.
• Apasionamiento.
• Consecuencias
negativas.
+ Autorreproche.
• Hacer daño.
• Coartar la libertad del
otro.
+ Actitud propositiva.
• Cambio.
• Atemorizante.
+ Apasionamiento.
• Absorber al otro.
• Resistencia
al
cambio.
• Filial o hacia extraños.
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
E: Podrías decirme Coty ¿cómo eres tú sentimentalmente?
C: Pues...yo creo que muy apasionada. Apasionada, eh, porque he
llegado a la conclusión de que el apasionamiento lastima, y no me
han lastimado, ¡me he lastimado!, o sea yo, yo me he lastimado, por
apasionarme tanto con los seres que amo.
E: ¿Y cómo es eso de que para ti el apasionamiento lastima? ¿En
qué sentido lastima?
C: En mí, en mí, en que no he dejado ser libre a las personas que
viven conmigo... las quiero tener como aprisionadas hacia mí... y al
final de cuentas lo que he hecho es lastimarlas, lastimarme y
quedarme sola. Pero de todo lo que he vivido, yo creo que ha sido
mi forma de ser, de sentimentar hacia las personas.
E: ¿Entonces crees que el ser apasionado ha sido, digamos, más
malo que bueno para ti?
C: Sí.
E Y si esta pasión ha sido digamos, eh, negativa, ¿por qué has
insistido?
C: A no, por supuesto que... ahora en la actualidad estoy luchando
por eso, por, por cambiar mi forma de pensar, de sentir, de ver;
porque ahora si que el apasionamiento lo junto con celos, porque
soy muy celosa, y este... ahora sé que debo ir descartando,
restándole, restándoselos, restando apasionamiento, tratar de ser,
de que las personas, de darles más libertad a las personas que
estén cerca de mí y darme mi propia libertad y mi propio espacio. No
digo que ya se logró y que es fácil; ¡no es fácil!, porque duele, duele
cambiar. Tantos años de vivir así par ser diferente.
E: Cuando dices vivir así, ¿te refieres a vivir con pasión?
C: Si.
E: ¿Pero que no la pasión sirve para mover cosas? La pasión hace
que un estadio vibre; la pasión hace que el soldado se entregue al
combate. ¿Qué te hizo a ti la pasión? Y... ¿dónde la aprendiste?
C: Pues me lastimó. Y la aprendí, la aprendí cuando la primera vez
que tuve una amiga, que quise mucho; ahí fue donde la aprendí
cuando supe que era amistad con pasión, mucha pasión hacia ella,
mucha entrega de parte mía y mucho pedir; o sea, yo decía: “de la
manera que entrego es la manera en que exijo. La manera en que
exijo es la manera en que voy a entregar”. Pero no es cierto, uno
debe, ahora pienso, uno debe aceptar lo que la gente quiere
70
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