MAESTRÍA EN CIENCIAS ÁREA PSICOLOGÍA APLICADA INFLUENCIA DE PATRONES CONDUCTUALES TRANSGENERACIONALES FAMILIARES, EN LAS RELACIONES DISFUNCIONALES DE PAREJA TESIS QUE PARA OBTENER EL GRADO DE MAESTRO EN CIENCIAS, ÁREA PSICOLOGÍA APLICADA PRESENTA JORGE TORRES HERNÁNDEZ ASESOR M. en C. JULIO CESAR VERDUGO LUCERO COLIMA, COL. ENERO, 2004 2 Que bueno que estás aquí Lay para ver que todo se moviera… 2 3 ÍNDICE APARTADOS PÁGINA 1, JUSTIFICACIÓN………………………………………………………… 5 2. MARCO TEÓRICO……………………………………………………… 8 2.1. Pensamiento sistémico………………………………………. 9 2.2. Patrones comunicacionales…………………………………. 11 2.3. Vida familiar…………………………………………………… 13 2.4. Violencia conyugal…………………………………………… 17 2.5. Valores y vida familiar…………………………………….…. 22 3. MÉTODO………………………………………………………………… 26 3.1. Problema………………………………………………………. 26 3.2. Objetivo general………………………………………………. 26 3.3. Objetivos específicos…………………………………………. 26 3.4. Diseño………………………………………………………….. 26 3.5. Participantes…………………………………………………… 27 3.6. Operacionalización de elementos del problema…………… 27 3.7. Escenarios……………………………………………………… 27 3.8. Procedimiento………………………………………………….. 27 3.9. Procedimiento de análisis de datos………………………….. 28 3.10. Método inductivo de análisis de contenidos……………….. 29 3.11. Contenido temáticos de entrevistas.………………………… 29 3.12. Consideraciones éticas………………………………………. 30 4. RESULTADOS……………………………………………………………. 31 4.1. Conglomerado de categorías de la abuela………………….. 31 4.2. Diagramas de flujo de la abuela………………………………. 33 4.3. Conglomerado de categorías de la madre…………………… 36 4.4. Diagrama de flujo de la madre………………………………… 38 4.5. Conglomerado de categorías de la nieta…………………….. 40 3 4 4.6. Diagramas de flujo de la nieta………………………………… 42 5. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES……………………………………… 46 6. SUGERENCIAS………………………………………………………….. 60 7. BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………….. 62 8. ANEXO 1………………………………………………………………….. 64 8.1. Tablas De organización familiar………………………………. 65 8.2. Familiogramas y diagramas de flujo………………………….. 66 9. ANEXO 2………………………………………………………………….. 69 9.1. Formato para el vaciado de datos……………………………. 70 4 5 1. JUSTIFICACIÓN Resplandores que jalonan, parpadeantes y perdidos, los itinerarios en los que el hombre se encuentra arrojado a su pesar. E. Amado. En su orden más alto la familia es un sistema autónomo. Como organismo social, su orden más alto de proceso de retroalimentación tiende a mantener su unidad como ser familiar total. De manera recursiva, se podría decir que la familia se organiza a fin de mantener la organización que la define como tal. Este orden superior de organización es la organización cerrada del sistema: modificar esta pauta equivale a destruir el sistema. Si un organismo no puede perdurar dentro de los límites de lo viviente, muere (Keeney, 1991) Pero esto no significa que la familia no cambie. Lo que cambia es su estructura, o el modo de mantener su organización. Maturana y Varela (1989) proponen que la organización y la estructura pertenecen a distintos tipos lógicos. Una manera de entender este paradigma es que la totalidad es más que la suma de sus partes; es decir, la familia es, en su totalidad. Ello conlleva la posibilidad de transmitir generación tras generación, patrones conductuales y discursivos que le confieren características únicas y personales en la forma de resolver sus problemas, pero también en la manera de manifestar sus patologías emocionales. En la génesis de estas patologías emocionales, los niños al ser parte del sistema familiar participan en todos los acontecimientos que vive la familia, beneficiándose o perjudicándose de las consecuencias de estos. La violencia en el seno de la familia ha existido siempre en diversas formas, pero sólo en el último decenio se ha reconocido que los abusos representan un grave problema, tanto por su magnitud como por sus consecuencias. El niño que se desarrolla en un entorno de violencia no vive aislado de esta, aunque la agresión no vaya dirigida intencionalmente contra él, el hecho de atestiguar las agresiones que se ejercen los adultos más importantes en su vida, sus padres, tiene consecuencias en su desarrollo (Eia y Tomson, 1997). 5 6 La característica más importante del ser humano es su capacidad para formar y mantener relaciones. Estas relaciones son absolutamente necesarias para que cualquiera de nosotros pueda sobrevivir, aprender, trabajar, amar y procrearse. Las relaciones humanas toman muchas formas, pero las más intensas, más placenteras y más dolorosas son aquellas con la familia, los amigos y los seres amados. Dentro de este círculo interno de relaciones íntimas, quedamos vinculados, o adheridos, unos a otros con un "adhesivo emocional"1. La habilidad de cada individuo para formar y mantener relaciones utilizando este "adhesivo emocional" es diferente. Algunos parecen ser "naturalmente" capaces de amar. Estos forman numerosas relaciones íntimas y cariñosas y, al hacerlo, obtienen placer. Otros no son tan afortunados. No se sienten "atraídos" a formar relaciones íntimas y encuentran poco placer en estar con o cerca de otros. Tienen pocos, si algún amigo, y su adhesión emocional con la familia es limitada y más distante. En casos extremos, un individuo podría no tener ningún vínculo emocional intacto con ninguna otra persona (Ibíd.). La capacidad y el deseo de formar relaciones emocionales están asociados a la organización y funcionamiento de partes específicas del cerebro humano. Así como el cerebro nos permite ver, oler, gustar, pensar, hablar y movernos, también es el órgano que nos permite amar o no amar. Estos sistemas del cerebro humano, que nos permiten formar y mantener relaciones emocionales, se desarrollan durante la infancia y los primeros años de vida. Las experiencias durante este vulnerable periodo temprano de la vida, son críticas en el moldeado de la capacidad de formar relaciones íntimas y emocionalmente saludables. La empatía, el cariño, el compartir, el inhibirse de agredir, la capacidad de amar, y un sinnúmero de otras características de las personas saludables, contentas y productivas, se asocian con las capacidades medulares de apego que se forman en la infancia y en la niñez temprana. La comunicación puede ser vista como el acto a través del cual el lenguaje es utilizado para intercambiar, recibir y obtener información. Sin el lenguaje estamos 1 Vínculos y desarrollo del afecto en niños maltratados. Obtenido en la red mundial: http://www.bcm.tmc.edu/cta/bondingsp.htm 6 7 encadenados al presente, pero las palabras nos permiten comunicarnos y pensar en pasado y en futuro, en los objetos, características y relaciones que no están realmente presentes. Por eso el acto comunicativo se construye en un medio de creación y transformación de la historia donde el sujeto es agente central de este cambio ayudado de la comunicación para transmitir los conocimientos, incrementar y motivar la participación social. Es pretensión del presente proyecto de investigación ponderar esta perspectiva epistemológica en el análisis cualitativo de tipo fenomenológico de los patrones conductuales transgeneracionales que pudieron haber influido en la disolución de las relaciones matrimoniales en tres generaciones de una misma familia (abuela, hija y nieta). Otro objetivo intrínseco que se persigue es intentar dilucidar el entramado cultural que se mueve a través de las relaciones de parentesco, ya que en ese proceso, la mujer aparece como la bisagra entre la familia y la sociedad; y los progresos de su condición se han hecho, a la vez, dentro y contra la familia. El enfoque conceptual con el que se abordará el problema de investigación es fenomenológico y sistémico, en razón de que las historias de sus vidas, sus percepciones y vivencias, las interrelaciones entre los elementos del sistema y sus atributos, así como sus propias interpretaciones de los fenómenos familiares serás los ejes claves para entender sus causalidades desde dentro y a partir de la familia misma. La pregunta de investigación fue planteada en términos de explorar de qué manera los patrones conductuales transgeneracionales influyen en la relaciones amorosas disfuncionales en tres generaciones sucesivas de mujeres de una misma familia; y para ello el objetivo general pretende relacionar las historias de vida de tres mujeres de la misma familia, de generaciones sucesivas, para identificar los patrones conductuales transgeneracionales que comparten la naturaleza de sus relaciones disfuncionales. 7 8 2. MARCO TEÓRICO _Oh, Psicodoro, jamás dirás otra cosa que sueños... _Si yo pudiera decir lo bastante de sueños, diría quizá todo lo que tu llamas Realidad. Hans Ryner, Parábolas cínicas. Según Rojas Soriano (1996), las premisas fundamentales del materialismo histórico y dialéctico permiten orientar el estudio de la realidad concreta así como la selección, diseño y aplicación de diversos métodos de investigación social. Según estas premisas todos los fenómenos de la realidad social se encuentran en relación y dependencia mutuas. La realidad es un todo interrelacionado y no un conjunto de cosas y procesos aislados, separados unos de otros. La realidad se presenta entonces de una manera compleja y dentro de la multitud de causas posibles de los fenómenos, es necesario llegar a conocer las causas determinantes y condicionantes de los mismos. Los efectos repercuten en las causas de diversa manera y con distinta intensidad, y los efectos a su vez se convierten en causas de otros fenómenos. El autor agrega que la realidad se encuentra en permanente movimiento, cambio, transformación. La realidad es, por tanto, un proceso y no un conjunto de cosas acabadas por lo que el conocimiento sobre ella es también un proceso en el cual se consolidan verdades relativas. Así mismo señala que los elementos y procesos de la estructura social tienen diferente jerarquía o influencia para el surgimiento, desarrollo y transformación de los procesos sociales. Por último que la realidad se presenta en diferentes niveles por lo que sus elementos y relaciones internas son asequibles recurriendo al pensamiento abstracto (Ibíd.). En el planteamiento sistémico las propiedades de las partes sólo se pueden comprender desde la organización del conjunto, por lo tanto, el pensamiento sistémico no se concentra en los componentes básicos, sino en los principios esenciales de organización. El pensamiento sistémico es “contextual”, en contrapartida al analítico. Análisis significa aislar algo para estudiarlo y comprenderlo, 8 9 mientras que el pensamiento sistémico encuadra a este algo dentro del contexto de un todo superior (Capra, 1999). 2.1. PENSAMIENTO SISTÉMICO Respecto de las características esenciales del pensamiento sistémico este mismo autor señala que el primer y más general criterio es el cambio de las partes al todo. Los sistemas vivos son totalidades integradas cuyas propiedades no pueden ser reducidas a la de sus partes más pequeñas. Sus propiedades esenciales o “sistémicas” son propiedades del conjunto, que ninguna de las partes tiene por sí sola Las propiedades sistémicas quedan entonces destruidas cuando el sistema se disecciona en elementos aislados. Otro criterio básico del pensamiento sistémico sería la habilidad para focalizar la atención alternativamente en distintos niveles sistémicos. Las propiedades sistémicas de un nivel concreto reciben el nombre de propiedades “emergentes”, puesto que emergen precisamente de aquel nivel. Bertalanffy (1998) señala que en contraste con las fuerzas físicas como la gravedad o la electricidad, los fenómenos sólo residen en entidades llamadas organismos. Todo organismo es un sistema, esto es, u orden dinámico de partes y procesos de interacción mutua. Similarmente, los fenómenos psicológicos sólo se hallan en entidades individualizadas que en el hombre se denominan personalidades. En “Hacia una teoría de los sistemas patológicos”, comenta Halley (sin año, citado en Hoffman, 1998) una estructura triádica que, en su opinión, siempre causará tensiones en un sistema social. Llama a esto el “triángulo perverso” o la coalición intergeneracional, y observa que parece coincidir con manifestaciones indeseables como violencia, comportamiento asintomático o disolución del sistema. Las características de este triángulo son: 9 10 1. Debe contener a dos personas del mismo nivel en una jerarquía de status y una persona de un nivel distinto. En la familia esto significa dos miembros de una misma generación y otro de otra generación. 2. Debe abarcar una coalición de dos que se encuentran en distintos niveles contra uno que quedaba restante. 3. La coalición contra la tercera persona debe mantenerse oculta. Es decir, el comportamiento que indica que existe semejante coalición será negado a nivel metacomunicativo. Contando el número de triángulos en una familia extensa de mediano tamaño, donde hay dos padres y dos hijos, y cada padre tiene a su vez dos padres, Halley notó que cualquier persona de este grupo participa simultáneamente en 21 triángulos. Si todos viven juntos en armonía, no hay dificultad. Pero si un niño está en el nexo de dos triángulos o grupos que entren en conflicto, se encontrará en una posición difícil. Si su madre y su abuela materna están en conflicto con su padre y con la madre de su padre, tendrá que comportarse cuidadosamente, porque si complace a un grupo desagradará al otro. Si los 21 triángulos en que habita el niño se encuentran divididos, tendrá que mostrar un comportamiento conflictivo para poder sobrevivir. Y semejante comportamiento a menudo es considerado como “demencial” o extraño. La conducta y los sentimientos de un individuo pueden cambiar de diversas maneras. Por ejemplo, una mujer puede modificar sus sentimientos respecto del marido pasando del amor al odio, de la frustración al entusiasmo, etc.; si la organización sistémica de sus sentimientos es autocorrectiva, diremos que tiene una vida emocional “equilibrada” o “estable”. Otra pauta de organización entraña la intensificación de un sentimiento o conducta determinados; por ejemplo, lo que al comienzo es un estado de desengaño o desazón puede intensificarse convirtiéndose en un metadesengaño, o en lo que se suele llamar “depresión clínica”. O bien puede haber una oscilación entre diversas emociones intensificadas, dando como resultado, verbigracia, episodios maniaco-depresivos. Estas pautas de organización comienzan a sugerirnos de qué manera contribuye la patología o sintomatología al logro de la estabilidad a través del cambio (Keeney, 1991). 10 11 2.2. PATRONES COMUNICACIONALES. Respecto a los patrones comunicacionales, Segal (1994) señala que al definirnos como agentes pasivos de la percepción, el lenguaje disimula el modo en que participamos en nuestra experiencia sensorial. La causalidad es solo un ejemplo de cómo el lenguaje determina nuestro pensamiento. El lenguaje estructura una variedad de dispositivos lógicos, descriptivos y explicativos que utilizamos para comprendernos nosotros mismos y la realidad; bajo las siguientes categorías: representación, sustantivación, localización de la función, silogismos lógicos, paradoja, causalidad y explicaciones. Los sistemas humanos se orientan proactivamente hacia la atribución de significado a la experiencia. Consideramos imposible entender ningún proceso psicológico humano al margen del significado que se le atribuya. En otras palabras, entendemos por "atribuir significado a la experiencia" un proceso que implica posicionar dicha experiencia en los discursos culturalmente disponibles. La "experiencia" no es, pues, sino una candidata al significado en un conjunto de afirmaciones (sostenidas relacionalmente) que la constituyen como objeto del lenguaje. En este sentido, el significado depende del lenguaje, concebido no como mecanismo de apropiación de un mundo externo, sino como el origen mismo del proceso de establecer distinciones que dan lugar a un mundo2. Creamos nuestras vidas en un acoplamiento lingüístico mutuo, no porque el lenguaje nos permita revelarnos sino porque estamos constituidos en él y en el continuo devenir al que damos lugar junto con los demás. Nos encontramos a nosotros mismos en este acoplamiento co-ontogénico, no como referencia preexistente ni en referencia a un origen, sino como transformación continua en el devenir del mundo lingüístico que construimos con los demás seres humanos (Maturana y Varela, 1996). Respecto de la influencia diferente de los padres y de la clase de edad en el proceso de socialización, Margaret Mead (citada sin fecha en Segalen, 1992)) 2 Información obtenida en la red mundial en agosto de 2002: http://www.kaimh.org/transmis.htm. 11 12 distingue, en la interrelación, el tipo "postfigurativo", en el cual los niños son instruidos, sobre todo, por sus padres y para los cuales la autoridad se apoya en las lecciones del pasado; el tipo "cofigurativo", en el cual los niños, al igual que los adultos, aprenden de sus iguales, tienen una cultura de clase de edad; por último el "prefigurativo" en el cual los adultos también sacan lecciones de sus hijos. En una cultura postfigurativa, los mayores no pueden concebir el cambio y transmiten a sus descendientes el sentido de una continuidad inmutable. En una cultura cofigurativa, los mayores mantienen una situación dominante. Se trata de las sociedades en las que la aceptación de los nuevos modelos promovidos por los jóvenes necesita todavía de la sanción de los mayores. Cuando hay cofiguración, la experiencia de la generación joven es radicalmente diferente a la de sus padres, el prefigurativo, sugiere que será el hijo, el que representará el futuro e instruirá a sus mayores Respecto de los prejuicios intrafamiliares que pueden ser trasmitidos de manera transgeneracional, Zuk y Boszormenyi (1998) refieren que un estudio estrecho del proceso emocional de un grupo familiar perturbado sugiere que los modos de buscar por prejuicios un chivo expiatorio, característico de una familia dada, se organizan de manera irracional alrededor de significados especiales que le son atribuidos a las diferencias entre los miembros de la familia. Son una manifestación recurrente y predecible de la cualidad idiosincrásica de la vida familiar. Acerca de los procesos que interviene en el amor y el desamor, Smith y Mackie (1997) en su libro “Psicología Social” señalan que la mayor parte de las personas en Estados Unidos consideran un matrimonio feliz y una vida familiar agradable como dos de los elementos más importantes de sus vidas. No es sorprendente, entonces, que los sentimientos de las personas sobre sus relaciones tengan un impacto mayor sobre su satisfacción general con respecto a sus vidas que la que les brindan sus trabajos, ingresos, comunidad, o incluso la salud física. De hecho las relaciones íntimas son tan importantes para el bienestar de las personas que la terminación de una relación puede ser psicológica y físicamente devastadora. Las relaciones afectan virtualmente a todos los aspectos en nuestras vidas, incluyendo la salud física. El apoyo de los demás puede mejorar tanto la salud física como la mental y el bienestar, y el componente más crucial del apoyo social resulta 12 13 ser la intimidad y la aceptación. Debido a que las relaciones de las mujeres son más íntimas que las de los hombres, las relaciones con las mujeres tienden a ser más valiosas para la salud que las relaciones con hombres (Ibíd.). Dice Amado (1985) que el amor apunta a una dimensión de esperanza y realización. A este nivel, la decepción de uno no puede venir sino de la defección del otro. Pero en los dos casos es un miedo fundamental lo que corrompe el proyecto del amor. En el primer caso, miedo a enfrentarse con el otro; [..] en el segundo caso –y los dos pueden cambiarse-, defección ante una exigencia, la del otro agregándose a una exigencia interna de la que se quiere sustraerse. Entonces en ese proceso de construcción y destrucción del amor: ‘El amor sin genio se domestica quizá en buena voluntad, en los contratos de matrimonio respetados, las promesas mantenidas y el hogar limpio y acogedor. Es quizá una de las condiciones del amor, es quizá ya el amor si eso no se convierte en rutina’. 2.3. VIDA FAMILIAR. Para Goleman (1997) la vida en familia es nuestra primera escuela para el aprendizaje emocional; en esta caldera aprendemos cómo sentimos con respecto a nosotros mismos y cómo los demás reaccionarán a nuestros sentimientos; a pensar sobre estos sentimientos y qué alternativas tenemos; a interpretar y expresar esperanzas y temores. Esta escuela emocional no sólo opera a través de las cosas que los padres dicen o hacen directamente a los niños, sino también en los modelos que ofrecen para enfrentarse a sus propios sentimientos y a los que se producen entre marido y mujer. Algunos padres son dotados maestros emocionales, otros son desastrosos. Los contrastes en el aprendizaje de las emociones en el hombre y la mujer favorecen habilidades muy distintas: las chicas se vuelven “expertas en interpretar las señales emocionales verbales y no verbales y en expresar y comunicar sus sentimientos”, y los chicos en “minimizar las emociones que tienen que ver con la vulnerabilidad, la culpabilidad, el temor y el daño”. [..] Todo esto significa que, en 13 14 general, las mujeres llegan al matrimonio preparadas para jugar el papel de administradora emocional, mientras que los hombres llegan con mucha menos apreciación de la importancia de esta tarea para ayudar a que la relación sobreviva. (Ibíd.). Consideremos las implicaciones de esta brecha emocional entre ambos sexos con respecto a la forma en que las parejas se enfrentan a las quejas y desacuerdos que cualquier relación íntima inevitablemente provoca. De hecho, temas específicos tales como con cuánta frecuencia hacer el amor, cómo disciplinar a los hijos y cuántas deudas y ahorros resultan aceptables, no son los que unen o rompen un matrimonio. En todo caso, es la forma en que una pareja discute esos temas críticos lo más importante para el destino del matrimonio. El simple hecho de haber alcanzado un acuerdo acerca de cómo discrepar es clave para la supervivencia marital; hombres y mujeres tienen que superar las diferencias innatas de género para abordar las emociones más fuertes. Si no lo logran, las parejas son vulnerables a la escisión emocional que finalmente puede quebrar su relación. Al respecto agrega Goleman (1997) que el desdén surge fácilmente con la ira; suele expresarse no sólo en las palabras utilizadas, sino también en un tono de voz y en una expresión airada. Su forma más evidente, por supuesto, es la burla o el insulto. Pero igualmente dañino es el lenguaje corporal que expresa desdén, sobre todo la sonrisa burlona o el labio torcido que son las señales faciales universales del disgusto. La crítica y el desdén o disgusto habituales son señales de peligro porque indican que un marido o una esposa han hecho un juicio mudo desfavorable con respecto a su pareja. En sus pensamientos, el cónyuge es el sujeto de una condena constante. Este pensamiento negativo y hostil conduce naturalmente a ataques que hacen que la persona que los recibe se vuelva defensiva o esté dispuesta a contraatacar a modo de respuesta. [..] Las dos variables de la respuesta de ataque o huida representan las formas en que un cónyuge puede responder a un ataque. Lo más evidente es atacar, rompiendo en ira. Ese camino concluye típicamente en un combate a gritos. Pero la respuesta alternativa, la de fuga, puede ser más perniciosa, sobre todo cuando la “huida” es una retirada hacia el total silencio. [..]El bloqueo es la defensa última, el que lo sufre simplemente se queda en blanco, en una retirada 14 15 efectiva de la conversación respondiendo con una expresión pétrea y con silencio. El bloqueo envía un mensaje poderoso y desconcertante, algo así como una combinación de distancia glaciar, superioridad y aversión. Como respuesta habitual, el bloqueo es devastador para la salud de la relación. El efecto neto de estas perturbadoras actitudes es crear una crisis incesante, ya que disparan el salto emocional más frecuentemente y hacen que resulte más difícil recuperarse del daño y la furia resultantes. Gottman (1990, citado en Goleman, 1997) utiliza el acertado término desbordamiento para esta susceptibilidad a la frecuente perturbación emocional; los esposos o las esposas están tan abrumados por la negatividad de su pareja y por sus propias reacciones ante esta que se sientes hundidos por sentimientos espantosos y fuera de control. Las personas que están desbordadas no pueden oír sin distorsión ni responder con lucidez; les resulta difícil organizar su pensamiento y caen en reacciones primitivas. Simplemente quieren que las cosas se detengan, o quieren salir corriendo o, a veces, devolver los golpes. El desbordamiento es el asalto emocional que se perpetúa a sí mismo. [..] El cónyuge desbordado ha llegado a pensar lo peor de su pareja prácticamente todo el tiempo, interpretando bajo una luz negativa todo lo que hace. Los temas insignificantes se convierten en terribles batallas; los sentimientos quedan constantemente heridos. Con el tiempo, el cónyuge que se ve desbordado empieza a ver todos y cada uno de los problemas del matrimonio como algo grave e imposible de arreglar, ya que el desbordamiento mismo sabotea cualquier intento de resolver las cosas. A medida que esto continua empieza a parecer inútil hablar de los temas, y los cónyuges intentan aliviar sus sentimientos conflictivos por su cuenta. Comienzan llevando vidas paralelas, viviendo esencialmente aislados uno del otro, y se sienten solos dentro del matrimonio. Con demasiada frecuencia, deduce el autor, el siguiente paso es el divorcio. En los cuentos de hadas, los personajes encuentran el amor verdadero y viven felices para siempre. No es así en la vida real, donde la interdependencia inevitablemente alimenta conflictos, y donde la cuestión principal es cómo los maneja la pareja. Si el conflicto se mantiene difuso debido a las actividades de mantenimiento de la relación, tales como las conversaciones sobre los sentimientos y 15 16 el tratar sobre el estado de la pareja, los sentimientos de amor no disminuirán. En una relación en declinación, sin embargo, cambia el modelo. En tales relaciones, las parejas que experimentan conflicto no dedican demasiado tiempo al mantenimiento de las relaciones, y sienten menos amor. Cuando declinan las satisfacciones que se extraen de la relación, el compromiso puede quebrarse. Las respuestas de las partes ante las conductas negativas se hacen destructivas cuando se debilita el compromiso. En estas circunstancias, una acción negativa, a menudo es respondida del mismo modo, y el conflicto puede dispararse, fuera de control, a medida que los celos aumentan y declina la intimidad. Por otra parte, la relación más importante en la vida de un niño, es su apego a su cuidador primario, en el caso óptimo, su madre. Esto es así debido al hecho de que esta primera relación determina el "molde" biológico y emocional para todas sus relaciones futuras. Un apego saludable a la madre, construido por experiencias de vinculación repetitivas durante la infancia, ofrece una base sólida para futuras relaciones saludables. Por el contrario, problemas en la vinculación y apego pueden resultar en una base biológica y emocional frágil para futuras relaciones. El impacto de una vinculación defectuosa en la niñez temprana, puede variar. Cuando existe un abandono o negligencia emocional severa en esta etapa, los efectos pueden ser devastadores. Niños que no sean tocados, estimulados y nutridos, literalmente pueden perder su capacidad de formar relaciones significativas para el resto de sus vidas. Afortunadamente, la mayoría de los niños no sufren de negligencia severa a este grado. Sin embargo, hay muchos millones de niños que tuvieron algún grado de limitación en sus experiencias de vinculación y apego durante la niñez temprana. Los problemas resultantes de esto van desde un malestar interpersonal leve hasta profundos problemas sociales y emocionales. En general, la severidad de los problemas se asocian con cuán temprano en la vida, cuán prolongado y cuán severo fue el abandono o negligencia emocional. Respecto del maltrato psicológico familiar, la definición de abuso conyugal, usualmente a una mujer, es un patrón de conducta que ocurre en forma física, emocional, psicológica, sexual o económica. Es usado para mantener miedo e 16 17 intimidación, control y poder por el abusador, usualmente el hombre (Dickstein, 1989). 2.4. VIOLENCIA CONYUGAL. Agresión psicológica conyugal se refiere a conductas verbales como insultos y conductas no verbales que no van dirigidas al cuerpo de la pareja, por ejemplo golpear puertas, destrozar objetos. Pero, por encima de todo, debe quedar claro que los términos físico y psíquico tienen sentido para determinar la forma de conducta expresada más que las consecuencias producidas, puesto que los actos físicamente agresivos producen daño tanto psicológico como físico. Algunos teóricos han tratado de arrojar luz sobre la ocurrencia de estos vínculos paradójicos entre víctima y agresor, fundamentalmente apelando a claves afectivas o emocionales que aparecen en el contexto del entorno traumático. Dutton y Painter (1981) han descrito un escenario en el que dos factores, el desequilibrio de poder y la intermitencia en el tratamiento bueno-malo, generan en la mujer maltratada el desarrollo de un lazo traumático que la une con el agresor a través de conductas de docilidad3. Sin entrar en descripciones técnicas, el Síndrome de Violencia Doméstica (SVD) sería descrito como un vínculo interpersonal de protección, construido entre la víctima y su agresor, en el marco de un ambiente traumático y de restricción estimular, a través de la inducción en la víctima de un modelo mental (red intersituacional de esquemas mentales y creencias). La víctima sometida a maltrato desarrollaría el SVD para proteger su propia integridad psicológica y recuperar la homeostasis fisiológica y conductual (Ibíd.). La caracterización del SVD vendría determinada por un patrón de cambios cognitivos, su funcionalidad adaptativa y su curso terminal como resultado de un proceso reactivo acaecido en la víctima ante la situación traumática. El proceso 3 Sin título. Obtenido de la red mundial: http://www.nodo50.org/mujeresred/violencia-am.htm) 17 18 abarcaría cuatro fases: desencadenante, reorientación, afrontamiento y adaptación. En la fase desencadenante, las primeras palizas propinadas por el esposo romperían el espacio de seguridad previamente construido por la pareja sobre la base de una relación afectiva, espacio donde la mujer había depositado su confianza y expectativas: esta ruptura desencadenaría en la víctima un patrón general de desorientación, una pérdida de referentes, reacciones de estrés con tendencia a la cronificación e, incluso, depresión. En la fase de reorientación, la mujer busca nuevos referentes de futuro y trata de efectuar un reordenamiento de esquemas cognitivos en base al principio de la congruencia actitudinal, todo ello en orden a evitar la disonancia entre su conducta de elección y compromiso con la pareja y la realidad traumática que está viviendo. La mujer se autoinculpa de la situación y entra en un estado de indefensión y resistencia pasiva, llegando así a una fase de afrontamiento, donde asume el modelo mental de su esposo y busca vías de protección de su integridad psicológica, tratando de manejar la situación traumática. En la última fase de adaptación, la mujer proyecta parte de la culpa al exterior, hacia otros, y el Síndrome de Estocolmo Doméstico se consolida a través de un proceso de identificación y alrededor del modelo mental explicativo del esposo acerca de la situación vivida en el hogar y sobre las relaciones causales que la han originado (Ibíd.). El SVD, como un tipo de trastorno de adaptación, sería el responsable del efecto paradójico encontrado en muchas mujeres que sufren maltrato en sus hogares, según el cual las víctimas defenderían a sus agresores como si la conducta agresiva que exhiben hacia ellas fuera el producto de una sociedad injusta, y estos mismos esposos fueran víctimas de un entorno que los empujara irremediablemente a ser violentos4. Entre los elementos que mantienen a la mujer en silencio sobre el maltrato que está sufriendo se encuentran diversos procesos paralizantes generados y mantenidos por el miedo, la percepción por la víctima de una ausencia de vías de salida de la situación de tortura, y la carencia de recursos alternativos, sobre todo en 4 Sin título. Obtenido de la red mundial: www.nodo50.org/mujeresred/violencia-am-síndrome.htm 18 19 el caso de mujeres con hijos que no vislumbran, por causas variadas, un apoyo externo viable Igual que las personas en períodos prolongados de aislamiento durante un secuestro, las mujeres maltratadas sufren una exposición constante al miedo que provoca la agresión física continuada en su espacio íntimo. Los iniciales estados agudos de ansiedad se cronifican pasando a generar cuadros depresivos que se unen a las claves traumáticas del escenario de violencia para producir una configuración en donde la mujer, cada vez más aislada del mundo seguro que conocía junto a su pareja íntima, comienza a perder la noción de una realidad que ya no reconoce. La ruptura del espacio de seguridad en su intimidad, consecuencia de la conversión de su pareja de referente de seguridad y confianza a fuente de agresión y peligro, será el eje de desorientación sobre el que pivotará la incertidumbre acerca de cuándo y porqué se producirá la siguiente paliza. La mujer, ante estas perspectivas, pierde la capacidad de anticipar adecuadamente las consecuencias de su propia conducta y cede, cada vez más, a la presión de un estado de sumisión y entrega que le garantiza unas mínimas probabilidades de no errar en su comportamiento. El agresor mostrará momentos de arrepentimiento que contribuirán aún más a desorientar a la víctima y a incrementar la autoculpabilización de la mujer. La incapacidad de la víctima para poner en práctica recursos propios u obtener ayuda externa para disminuir el riesgo de agresión impulsará a la mujer a adaptarse, vinculándose paradójicamente a la única fuente que percibe de acción efectiva sobre el entorno: su pareja violenta. Para ello, disociará las experiencias negativas de las positivas y se concentrará en estas últimas, asumiendo la parte de arrepentimiento de su agresor, sus deseos, motivaciones y excusas, y proyectando su propia culpa al exterior de la pareja, protegiendo así su debilitada autoestima y modificando su identidad. Después, cada una de las percepciones e informaciones que reciba la mujer pasarán por el filtro del nuevo modelo mental que ha asumido para explicar su situación, complicándose en gran medida las probabilidades de extraer a esa víctima del entorno de violencia. En mujeres con relaciones personales muy limitadas al espacio doméstico, cuyas oportunidades de intercambio en otros ámbitos estén restringidas, la percepción de su espacio vital puede ser bastante similar a la de un cautivo. [...] El Síndrome de 19 20 Adaptación Paradójica a la Violencia Doméstica es, pues, un proceso generado por el miedo, potenciado por el aislamiento y la carencia de apoyo externo perceptible, y mantenido por ciertos estilos de personalidad en la víctima (Ibíd.). Por otra parte, se ha determinado que el uso excesivo del alcohol y de las drogas es un factor que influye en la violencia contra la mujer. Otros factores económicos y sociales, como el desempleo, el estrés económico, el hacinamiento y las condiciones laborales desfavorables y frustrantes, también conducen a la violencia sexual. Algunos investigadores han llegado también a afirmar que la violencia es, en realidad, un comportamiento adquirido y que un marido violento es hijo de padres violentos. De hecho, como se señaló en un estudio realizado en los Estados Unidos, la posibilidad de que los hombres golpearan a sus mujeres era tres veces mayor, y la de que las agredieran con un arma era 10 veces mayor, entre los hombres que habían visto a sus padres agredirse mutuamente que en el caso de los hombres procedentes de familias no violentas5 Molina y Téllez (1998) encontraron que a nivel subclínico, el estrés crónico causa bajo status (sic.) en la jerarquía social, aumento de la conducta agresiva y de los glucocorticoides, los que comprometen la supervivencia neuronal. Entender los patrones actitudinales que parecen ser aprendidos o “enseñados” por una generación familiar a otra, requiere un análisis teórico. El concepto de actitud se analiza en psicología social desde dos modelos fundamentales: El modelo tridimensional y el modelo unidimensional. Desde un punto de vista tridimensional la actitud se entiende como una predisposición a responder a alguna clase de estímulo con cierta clase de respuesta, sea afectiva, cognitiva, o conductual. Es decir, según este planteamiento, la actitud tendría tres componentes6 : El componente afectivo serían los sentimientos o emociones que provoca el objeto de actitud y que pueden ser positivos o negativos, de agrado o desagrado. El prejuicio, en tanto que afecto o evaluación negativa hacia los miembros de grupos 5 Sin titulo. Obtenido en la red mundial: http://.www.nodo50.org/mujeresred/violencia-am- ingerencia.htm 6 Sin título. Obtenido en la red mundial: http://.www.nodo50.org/mujeresred/violencia-bosc-ferrer-2.htm 20 21 socialmente definidos, formaría parte de este componente afectivo. En segundo lugar, el componente cognitivo de la actitud incluiría el modo como se percibe al objeto de actitud y los pensamientos, ideas y creencias sobre él, que pueden ser favorables o desfavorables. El estereotipo, como conjunto de creencias sobre los atributos o características asignados al grupo, formaría parte de este componente cognitivo. Y el componente conductual sería la tendencia o predisposición a actuar de determinada manera en relación al objeto de actitud. La discriminación, en tanto que conducta de falta de igualdad, sea de apoyo u hostil, en el trato otorgado a las personas en virtud de su pertenencia al grupo o categoría en cuestión, conformaría el componente conductual de la actitud (Ibíd.). Desde un punto de vista unidimensional la actitud se entiende exclusivamente como un sentimiento general, permanentemente positivo o negativo, hacia una persona, objeto, problema, etc. (emociones hacia el objeto de actitud) y se proponen los conceptos de creencias (opiniones que la persona tiene sobre el objeto de actitud) e intención conductual (disposición a comportarse de una determinada forma en relación al objeto de actitud). Así, desde esta concepción, el prejuicio sería la actitud negativa hacia una persona o grupo, y el estereotipo la creencia (Ibíd.). El sexismo hostil coincidiría básicamente con el “viejo sexismo”, esto es, sería una actitud (o prejuicio, estereotipo y conducta discriminatoria, según el concepto de actitud que manejemos) negativa basada en la supuesta inferioridad de las mujeres como grupo que se articularía en torno a las ideas siguientes: 1) Un paternalismo dominador, esto es, entender que las mujeres son más débiles, son inferiores a los hombres y ello da legitimidad a la figura dominante masculina; 2) Una diferenciación de género competitiva, esto es, considerar que las mujeres son diferentes a los hombres y no poseen las características necesarias para triunfar en el ámbito público, siendo el ámbito privado el medio en el que deben permanecer; y 3) La hostilidad heterosexual, esto es, considerar que las mujeres tienen un poder sexual que las hace peligrosas y manipuladoras para los hombres (Ibíd.) Por su parte, el sexismo benévolo se definiría como un conjunto de actitudes interrelacionadas hacia las mujeres que son sexistas en cuanto que las consideran de forma estereotipada y limitadas a ciertos roles, aunque pueden tener un cierto 21 22 tono afectivo menos negativo en el perceptor. Los componentes básicos del sexismo benévolo serían: 1) El paternalismo protector, esto es, considerar que el hombre cuida y protege a la mujer como un padre; 2) La diferenciación de género complementaria, esto es, considerar que las mujeres tienen por naturaleza muchas características positivas que complementan las características que tienen los hombres; y 3) La intimidad heterosexual, esto es, considerar la dependencia diádica de los hombres respecto de las mujeres (los miembros del grupo dominante dependen de los miembros del grupo subordinado ya que los hombres dependen de las mujeres para criar a sus hijos o hijas y satisfacer sus necesidades sexuales) (Ibíd.). La atribución en las relaciones íntimas tiende a ser comunicada y puede ejercer funciones importantes, tales como el ataque o la influencia del compañero o la justificación del comportamiento propio (Dionea, Revenstorf y Ramírez, 1998). Encontraron que la globalidad para los eventos positivos disminuye significativamente cuando los hijos comienzan a abandonar el hogar. 2.5. VALORES Y VIDA FAMILIAR. La institucionalización de valores es un proceso que se da no sólo al nivel global de la sociedad, sino también al nivel de grupos, como puede ser una escuela o una universidad, e incluso en una comunidad humana tan pequeña como la familia. La familia instituye, "oficializa" en su radio de acción, convierte en normas, ciertos valores que son los que operan a su nivel, regulan las relaciones intra-familiares y proyectan una determinada actitud hacia el mundo extra-familiar. Los valores que la familia instituye tienen diferentes fuentes. Muchas de ellas no son originarias del propio seno familiar, sino procedentes de otros ámbitos. Debido precisamente a la alta presencia que tiene la familia en la formación de los sistemas subjetivos de valores en las primeras etapas de la formación de la personalidad, se constituye en uno de los mediadores fundamentales de todas las influencias valorativas. En este sentido, la familia actúa como especie de 22 23 intermediario en relación con los factores de naturaleza valorativa que trasladan su influjo hasta cada uno de sus miembros desde la vida, la comunidad, otras instancias educativas, los medios masivos de comunicación, el discurso político, las leyes, los preceptos morales vigentes en la sociedad y también, a través de las tradiciones, desde las generaciones precedentes. Respecto de la transmisión transgeneracional de un modelo vincular madrehija, se hace evidente la existencia de una concordancia intergeneracional en los patrones de relación, en donde el vínculo temprano con la madre se internaliza, y se activa posteriormente cuando se reedita y revive en otras relaciones significativas; como se aprecia en la relación de pareja y en la liga emocional que se establece con los hijos. Lebovici (1991) en uno de sus trabajos sobre la teoría del apego, cita a Bowlby quien considera el apego como un vínculo universal, que está basado en modelos internos, que son transmitidos. Es decir, existen modelos de transmisión del apego, en los que se puede transmitir a través de tres generaciones un "estado de mente", que es comunicado al hijo o a la hija, a través de la conducta materna, especialmente la manera, o la forma de responder de la madre en situaciones de estrés, que es cuando se activa el sistema de apego. Lebovici (1993) al describir el concepto de la transmisión intergeneracional del vínculo, señala que el foco ha sido puesto sobre los conflictos infantiles de los padres, con su respectiva infancia de los abuelos, constituyéndose así lo que él designa como "el mandato transgeneracional". Así mismo, el autor hace notar que la transmisión intergeneracional hace posible comprender los efectos de los conflictos de la infancia de los padres en el desarrollo de sus hijos. La transmisión intergeneracional también introduce a las generaciones de los abuelos dentro de la vida psíquica de los hijos, a través de los conflictos infantiles de los padres, ya sea preconsciente o reprimido. Otros enfoques, de corte psicodinámico por ejemplo, plantean también una concordancia intergeneracional en los patrones de relación, en donde el vínculo temprano con la madre se internaliza, y se activa posteriormente cuando se reedita y revive en otras relaciones significativas; como se aprecia en la relación de pareja y 23 24 en la liga emocional que se establece con los hijos. […] Otras familias se manifiestan como poseídas por sus fantasmas, huéspedes permanentes que claman por la tradición y por los derechos de permanencia y han estado presentes en el bautizo de dos o tres generaciones sin haber sido invitados7. Selma Fraiberg considera que son estos fantasmas los que compelen a la repetición del pasado en el presente; es decir, los conflictos pasados –no resueltosde los padres interfieren en la relación actual con sus hijos. Los modelos vinculares se estructuran como objetos internos, como fantasmas en el inconsciente en espera del momento para despertar y entrar en acción cuando la persona establece una nueva relación (Ibíd.). En contraparte, González y Rey ((2001) señalan que la familia como organismo vivo, ejerce una influencia sobre el medio que la circunda y la recibe de éste. En función de ello, cada uno de los miembros de la familia puede compartir la experiencia familiar y mostrarse como persona viva, con su historia (en muchos aspectos compartida), valores, sentimientos y pensamientos individuales, y quedan incluidos aquí todos aquellos sentimientos persistentes positivos o negativos; de no hacerlo de esa manera, solo se logrará envenenar gradualmente la relación. Por otro lado, señalan los autores que la vivencia profunda de los sentimientos, de las actitudes reales y auténticas es un elemento liberador de las capacidades de cada uno de los miembros de la familia. Agregan que la apertura a la experiencia en la familia requiere que se conforme un ambiente transparente y libre de amenazas en el núcleo familiar, en el que las personas pueden hacer posible su acceso a la conciencia de toda clase de sentimientos y pensamientos y aceptarlos sin retraerse a una actitud defensiva para autoprotegerse mediante la negación o el bloqueo en la conciencia, evitando con ello la sensación de angustia. A manera de colofón agregaría que, entonces, el presente trabajo es una búsqueda fenomenológica de la historia familiar; una exploración de la dinámica conyugal de tres generaciones y sus ramificaciones naturales: los hijos. Busca 7 Fraiberg S. patrones transgeneracionales en la relación madre-hija. Obtenida en la red mundial: http://www.kaimh.org/transmis.htm 24 25 también la historia, que al ser contada, permita entender la complejidad de las similitudes y diferencias de la vida de tres generaciones de la misma familia; sus modos de relación y sus significados; sus amores y desamores; sus sueños y despertares; todo, con el pasar fugaz de una luciérnaga que en la noche espesa su luz esconde. 25 26 3. MÉTODO 3.1. PROBLEMA ¿De qué manera los patrones conductuales transgeneracionales influyen en la relaciones amorosas disfuncionales en tres generaciones sucesivas de mujeres de una misma familia? OBJETIVOS 3.2. OBJETIVO GENERAL: Relacionar las historias de vida de tres mujeres de la misma familia, de generaciones sucesivas, para identificar los patrones conductuales transgeneracionales que comparten la naturaleza de sus relaciones disfuncionales. 3.3. OBJETIVOS ESPECÍFICOS: • Definir los patrones estructurales y las formas de entender la realidad sociofamiliar que viven las participantes en el estudio. • Categorizar los elementos disfuncionales que conforman sus relaciones sentimentales. • Plantear flujos de relación de las categorías intrasujeto e intersujeto. • Plantear teorías explicativas de los patrones comportamentales que las caracterizan. • Hacer propuestas de cambio terapéutico que les permita a las participantes en el estudio mejorar su calidad de vida. 3.4. DISEÑO. Se efectuó un estudio exploratorio, de tipo descriptivo e interpretativo y de corte cualitativo de una muestra intencionada, a través de un método biográfico de historias de vida con entrevistas a profundidad, con encuentros cara a cara con las y los informantes, dirigidas a la comprensión de las perspectivas que tuvieran aquellos, 26 27 respecto de sus vidas y experiencias o situaciones, tal como las expresaron con sus propias palabras. Comprendió tres aspectos de exploración en la familia: autobiografías, entrevistas personales de las participantes, y entrevistas con miembros significativos de la familia para la triangulación de la información. 3.5. PARTICIPANTES Las participantes fueron tres mujeres que conforman generaciones sucesivas de abuela, hija y nieta en una misma familia. 3.6. OPERACIONALIZACIÓN DE LOS ELEMENTOS DEL PROBLEMA. • Patrones conductuales transgeneracionales. Son formas de comportamiento funcional o disfuncional que utilizan los integrantes de una familia para responder a las exigencias de la vida cotidiana, y que pueden ser transmitidos por modelos educacionales y sistemas de valores y creencias a generaciones sucesivas. • Relaciones amorosas disfuncionales. Proceso de pérdida de sentimientos amorosos y de compromiso que provoca que la pareja tienda a separarse por falta de voluntad para vivir y convivir juntos. 3.7. ESCENARIOS Las entrevistas fueron llevadas a cabo en los domicilios de las participantes y en un consultorio cuando fueron colectivas. 3.8. PROCEDIMIENTO a) Se eligió a una familia que tuviera las características que requería el estudio. b) Se aplicó una entrevista inicial a cada una de las participantes de la investigación para realizar un estudio exploratorio, dirigido a hacer ajustes respecto de la pregunta de investigación y orientar las estrategias para aplicar las técnicas de recolección de datos. 27 28 c) Se obtuvo el consentimiento informado de cada una de las participantes y de sus familiares significativos. d) Se aplicaron tres entrevistas cualitativas a profundidad a cada una de las participantes, en tres momentos distintos de la investigación. e) Se solicitaron las autobiografías a las participantes y se llevaron a cabo dos entrevistas grupales con miembros significativos de la familia. f) Se llevó a cabo por último el análisis de los resultados y la obtención de conclusiones. 3.9. PROCEDIMIENTO DE ANÁLISIS DE LOS DATOS Dado el carácter histórico del análisis, éste operó por ciclos; de acuerdo a los materiales que se fueron recolectando. Comprendió los siguientes aspectos (Wittrock, 1997). • Segmentación y codificación de la información en unidades relevantes y significativas, acordes con los objetivos y su interpretación teórica (descriptivos, interpretativos y de patrón). • Microensayo, que consistió en la confrontación del material documentado con la perspectiva teórica propuesta, para orientar el sentido de los contenidos de la siguiente sesión de entrevistas. • Categorización de los datos para discernir similitudes conceptuales, refinar categorías y descubrir patrones. • Triangulación y validación cruzada de la información mediante el acopio de observaciones, entrevistas a terceros y documentos familiares que sustentaran hechos. • Exposición de los datos utilizando Matrices Descriptivas Temporales, en tres momentos diferentes de la investigación; que permitieran evaluar causalidades y elevar progresivamente el grado de abstracción de la información. • Confrontación con la perspectiva teórica y conclusiones finales. 28 29 3.10. MÉTODO INDUCTIVO PARA EL ANÁLISIS DE LOS CONTENIDOS. a) Trascripción textual de los contenidos. A partir de las entrevistas contenidas en las audiocintas. b) División de los contenidos en unidades temáticas. Procedimiento analítico y sistemático para manipular el material primario o protocolar y sus construcciones lógicas. c) Categorización. Consiste en clasificar inductivamente en categorías descriptivas el contenido de cada unidad temática. De manera gradual se van comparando los incidentes (ejemplos) con las propiedades de las categorías. d) Determinación de propiedades de las categorías. Se agrupan las propiedades descriptivas para especificar las categorías a partir de causas, condiciones, consecuencias, tipos, procesos, etc. e) Determinación de categorías secundarias. Proceso de tipo factorial en el que muchas categorías se agrupan en un menor número de unidades analíticas. Se intenta con ello descubrir relaciones, hipótesis, nuevas dimensiones tipológicas y el refinamiento del material bruto. f) Codificación y análisis simultáneos de los datos para desarrollar conceptos. Se establece mediante la formación de matrices descriptivas temporales para buscar relaciones o nexos, procesos en acción y variables temporales y para comparar o contraponer variables; y en el diseño de diagrama de flujo y su síntesis conceptual que describa la estructura del diagrama (con citas textuales). 3.11. CONTENIDO TEMÁTICO DE LAS ENTREVISTAS FAMILIARES. En un contexto estructural personal (matrimonio, religión, educación, etc.) y público (trabajo, vida social, etc.) de las escenas de la vida familiar, se diseñó el plan temático de investigación de las distintas entrevistas bajo los siguientes aspectos: 29 30 Escena Actuantes 1 Padre y madre 2 Padres y la entrevistada 3 Padres y hermanos(as) 4 Hermanos(as) y entrevistada 5 Relación con la familia extensa 6 La entrevistada Elementos a explorar Calidad de las interacciones, afiliación entre ellos, formas de amar, coaliciones hacia los hijos, alianzas con los hijos, generación de triadas, formas y manejo de conflictos, uso y manejo del poder Vínculo afectivo y de autoridad, formas de amar, tipo de afiliación, calidad y funcionalidad de las fronteras, límites, heteroconcepto y modelamiento de conductas. Tipo de relación. Manejo de la autoridad, grado de equidad, establecimiento de alianzas y coaliciones dañinas, estereotipos, formas de apego. Roles filiales, intereses comunes, “juego” de simetría-complementariedad. Tipos de fronteras y calidad de la interacción. Historia personal, locus de control, proceso de socialización, apego, estilos de amar, autorrealización, generación y manejo de conflictos, manejo del poder, autoestima, creencias y valores, autoconcepto. 3.12. CONSIDERACIONES ÉTICAS. a) Se guardó la confidencialidad de la identidad de las personas que participaron en el estudio y de los resultados obtenidos. b) Se expuso clara y abiertamente a las participantes el propósito y alcances del estudio y se respetó su intimidad durante las entrevistas. c) Al final del estudio, se informó a las participantes de los resultados obtenidos en la investigación y se devolvieron los materiales grabados, como fue su deseo. d) Se estableció el derecho de las participantes a retirarse de la investigación en el momento que lo desearan y por las circunstancias que ellas juzgaran convenientes. 30 31 4. RESULTADOS Estamos a los lados de Dios con cada vocablo, en el umbral de audibilidad del silencio inicial. Jabés. 4.1. CONGLOMERADO DE CATEGORÍAS DE LA ABUELA CATEGORÍAS PROPIEDADES PRIMARIAS Autovalor pobre Inseguridad Autoconcepto negativo Multiparidad Matrimonio en adolescencia Inexperiencia sexual Matrimonio obligado Amor prohibido Apasionamiento Crítica social Separación matrimonial Reproche de los hijos Autorreproche Vida trágica Vacío existencial Analfabetismo Restricciones Falta de capacitación laboral CATEGORÍAS SEC. • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • Por su origen humilde Minusvalía Cronicidad Por falta de capacidad Miedo Incapacidad para dirigir su vida Sentirse sucia Por ignorancia Sin ninguna planeación Costumbre social Por ignorancia Falta de orientación Sustraída de su cada por la fuerza Negativa de los padres a salvarla Suerte infausta Vivir en amasiato Relaciones ocultas Basada en la inseguridad Miedo a quedarse sola Por incomprensión Decidir vivir con personas jóvenes Por malos tratos Por sobrevivencia Por ser abandonados Sentirse madre incapaz Falta de valor ante adversidad Sufrimiento emocional desde la infancia Fama de prostituta Vida sin sentido Convencimiento de nacer para sufrir Frecuentes deseos de morir Por falta de educación Falta de atención familiar Vida restringida Vivir supeditada a su marido Autoestima baja Indefensión familiar Respuestas desadaptativas Depresión Ignorancia 31 32 Descalificación de la pareja Parejas dominantes Dependencia hacia la pareja Miedo a la soledad Desintegración familiar Abandono a los hijos Aislamiento Tristeza crónica Vida social nula Violencia doméstica Indefensión emocional Incomprensión familiar Crítica social Vida desenfrenada Promiscuidad sexual Prostitución ocasional Destino triste Minusvalía • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • Vivir para trabajo doméstico Considerarla sin valor alguno Basada en la sumisión Relaciones machistas Por no merecimiento de igualdad Por su minusvalía Incapacidad para enfrentar retos Imposibilidad de mantenerse sola Por razones económicas Por abandono del esposo Negativa de aceptación de los amantes Deseos reinvidicativos Desplazar sus problemas Incapacidad para mantenerlos Rechazo social Sufrimiento crónico Creer en destino nefasto Por sentirse rechazada Sentirse no merecedora Machismo Alcoholismo del esposo Matizada por la miseria Sufrimiento crónico Sentirse merecedora del sufrimiento Cronicidad Falta de solidaridad Por razones económicas Culpa de lo que le pasaba Basada en el miedo al vacío Sentirse atendida por hombres Por aceptar múltiples parejas ocasionales Para obtener recursos económicos Nacer para sufrir Sentirse sin merecimiento Sentirse sucia y fea Sometimiento y dominación Disfunción familiar Valoración negativa de la vida Indefensión aprendida Miseria emocional Estereotipos desfavorables TABLA 1. Muestra el concentrado de categorías primarias, sus propiedades temáticas y categorías secundarias obtenidas de la clasificación inductiva de las entrevistas de la abuela. En este caso, para la determinación de las propiedades de las categorías se agruparon las propiedades descriptivas a partir de causas, condiciones, consecuencias, tipos y procesos. Para las categorías secundarias, se efectuó un proceso factorial para determinar las relaciones y dimensiones tipológicas a ser explicadas, en busca de relaciones, procesos en acción y plantear así diagramas de 32 33 flujo que explicaran las relaciones causales de orden sistémico que subyacen al discurso de cada participante. Así entonces las categorías secundarías que determinan las relaciones y dimensiones tipológicas son: autoestima baja, indefensión familiar, respuestas desadaptativas, depresión, ignorancia, sometimiento y dominación, disfunción familiar, valoración negativa de la vida, indefensión aprendida, miseria emocional y estereotipos desfavorables. La agrupación semántica de dichas categorías revelan los siguientes patrones: • Desarrollo de un trastorno psicopatológico crónico, desencadenado por: autoestima baja, sometimiento y dominación, miseria emocional, depresión y valoración negativa de la vida. • Daño estructural en la dinámica familiar por: indefensión familiar, disfunción familiar e indefensión aprendida. • Desarrollo de procesos cognitivos disfuncionales por: respuestas desadaptativas, ignorancia y estereotipos desfavorables. 4.2. DIAGRAMAS DE FLUJO DE LA ABUELA. Los diagramas de flujo que plantean dichas relaciones causales se conforman como sigue: conduce a La autoestima baja Sometimiento y dominación Miseria emocional que provoca produce Valoración negativa de la vida refuerza Depresión desencadena Reproche de los hijos Autorreproche Vida trágica Vacío existencial DIAGRAMA 1. Muestra la relación dinámica entre los elementos psicopatológicos. 33 34 Revela el diagrama 1 una relación lineal entre las categorías secundarias y cómo la valoración negativa de la vida refuerza de manera recursiva la sensación subjetiva de “miseria emocional”; desencadenando todo en un franco trastorno psicopatológico crónico cuyos elementos constituyentes identificados en el discurso de la abuela comprenden: reproche de los hijos por su abandono; autorreproche por la incapacidad que mostró para dirigir su vida; su vida misma trágica, en razón de un sufrimiento sin tregua y un consecuente vacío existencial. Disfunción provoca familiar Indefensión familiar Multiparidad Matrimonio adolescencia Inexperiencia sexual Matrimonio obligado Desintegración familiar Abandono a los hijos Indefensión produce aprendida Violencia doméstica Indefensión emocional Incomprensión familiar Crítica social DIAGRAMA 2. Muestra la relación dinámica entre los elementos que provocan daño a la dinámica familiar. Revela el diagrama 2 también una relación lineal en categorías que tienen que ver enteramente con el funcionamiento familiar y las repercusiones negativas de la disfunción tanto en la dinámica como en la estructura. La violencia doméstica vivida crónicamente, injustamente, y basada en el abuso condujo a la abuela a una suerte de indefensión emocional, que garantizada en su repercusión sistémica por la incomprensión familiar y la crítica social, terminó por hacerla sucumbir…y aceptarla como un signo inefable de su vida. 34 35 conduce a La ignorancia Analfabetismo Restricciones Falta de cap. laboral Estereotipos desfavorables Destino triste Minusvalía que provoca Respuestas desadaptativas Amor prohibido Apasionamiento Crítica social Separación matrimonial DIAGRAMA 3. Muestra los elementos del proceso cognitivos disfuncionales. El diagrama 3 parte de la ignorancia como germen del problema; la que conduce mediante la percepción de un triste destino y una idea clara de minusvalía a mostrar respuestas desadaptativas que matizaron la manera como ella se enfrentó a los retos de la vida cotidiana… y fracasó. 35 36 4.3. CONGLOMERADO DE CATEGORÍAS DE LA MADRE CATEGORÍAS PROPIEDADES PRIMARIAS • • • Autovalor pobre • • Violencia doméstica • • • • Resentimiento hacia el esposo • • • Falta de reconocimiento • • Incapacidad para amar • • Prejuicios • • Creencias religiosas • • • Matrimonio obligado • • Abnegación • • • Matrimonio en la adolescencia • • • Vida social nula • • Opinión desfavorable de sus • hijos • • • Inexperiencia sexual • • Multiparidad • • Aislamiento • Desamor • • Acusaciones de la pareja • Pensamientos negativos • Inseguridad personal Desconfianza CATEGORÍAS SEC. Resignación Dolor emocional Minusvalía. Cronicidad. Basada en el “qué dirán” Celos patológicos del esposo Amenazas de muerte Resentimiento crónico Odio acendrado hacia él Obligación de atenderlo Amenazas constantes Abnegación Sentimientos de obligación Madre desamorada Casamiento forzoso Hacia el género masculino Poco valor de la mujer Basadas en prejuicios Resignación Miedo al castigo divino Por preceptos religiosos Temor al “qué dirán” Temor al castigo de Dios Fomento del abuso físico y emocional Inmadurez Debilidad emocional Por desobediencia a los padres Dejarse manipular Limitada por la crianza de hijos Supeditada a los caprichos del esposo Abandono Tristeza profunda Degradación moral Enfermedad mental Vergüenza Confrontación con el ideal Resignación Entrega a la crianza de hijos Basado en el silencio. Estoicismo incapacidad para sentir Incapacidad para ser mujer Inapetencia sexual Desde la niñez Autoestima baja Disfunción familiar Estereotipos desfavorables Sometimiento y dominación Desilusión del rol materno Defensividad y abnegación Valoración 36 37 • Aislamiento • Rechazo de ayuda • Autocastigo • Filial Vivencia trágica • A temprana edad Predisposición • Basado en el temor Agresividad manifiesta de la • Celotipias pareja • Temor Vacío existencial • Miedo ante la vida Violencia doméstica • Golpes e insultos • Desilusión • Fragilidad emocional Indefensión emocional • Daño a la autoestima • Creer que es herencia de la madre • Sin vida social Aislamiento • Temor a salir a la calle ignorancia • Analfabetismo • Trato deshonesto del esposo Dependencia de la pareja • Dependencia económica Depresión negativa de la vida Autocastigo Indefensión aprendida Abandono TABLA 2. Muestra el concentrado de categorías primarias, sus propiedades temáticas y categorías secundarias obtenidas de la clasificación inductiva de las entrevistas de la madre. Para el caso de la madre, las categorías secundarías que determinan las relaciones y dimensiones tipológicas son: autoestima baja, disfunción familiar, estereotipos desfavorables, sometimiento y dominación, desilusión de su rol de madre, defensividad, valoración negativa de la vida, autocastigo, indefensión aprendida y abandono. La agrupación semántica de dichas categorías revelan los siguientes patrones: • Una propensión hacia los trastornos afectivos en razón de: autoestima baja, valoración negativa de la vida, autocastigo, sometimiento y dominación. • Daño estructural en la dinámica familiar por: disfunción familiar, indefensión aprendida, abandono y desilusión del rol de madre. • Desarrollo de procesos cognitivos disfuncionales por: estereotipos desfavorables y defensividad y abnegación. 37 38 4.4. DIAGRAMAS DE FLUJO DE LA MADRE. Los diagramas de flujo que plantean dichas relaciones causales se conforman como sigue: conduce a La autoestima baja Sometimiento y dominación Vivencia trágica Predisposición Agresividad de pareja Vacío existencial Violencia doméstica Autocastigo que provoca produce Valoración negativa de la vida Inmadurez Debilidad emocional Dejarse manipular refuerza el DIAGRAMA 4. Muestra la relación dinámica entre los elementos que provocan propensión hacia los trastornos afectivos. El diagrama 4 revela en su flujo una estructura dinámica muy parecida a la de la abuela (su madre), pero trueca la miseria emocional por el autocastigo (tal vez como herencia de esa misma miseria); como si dirigiera la madre hacia sí misma sus vivencias trágicas, la agresividad manifiesta y crónica de su pareja y su resultante vacío existencial. Disfunción familiar provoca Indefensión aprendida produce Desilusión del rol materno Violencia doméstica Resentimiento hacia el esposo Falta de reconocimiento Incapacidad para amar Desilusión Fragilidad emocional Daño a la autoestima Creer que es herencia materna Abandono Tristeza profunda Degradación moral Vergüenza Resignación DIAGRAMA 5. Muestra la relación dinámica entre los elementos del daño a la dinámica familiar. 38 39 El diagrama 5 muestra también patrones “heredados” de manera transgeneracional, pero que en el caso de la madre no terminan en una indefensión aprendida sino en otro elemento de autocastigo ya visto en el diagrama anterior: la desilusión del desempeño de su rol como madre; basado en categorías como abandono, degradación moral, vergüenza y tristeza profunda. Estereotipos desfavorables provocan respuesta Defensividad y abnegación Caracterizados por: Aislamiento Desamor Acusaciones de la pareja Hacia el género masculino Poco valor de la mujer Basadas en prejuicios Resignación Miedo al castigo divino Por preceptos religiosos DIAGRAMA 6. Muestra los elementos del desarrollo de procesos cognitivos disfuncionales El diagrama 6 revela que elementos como los prejuicios, miedo al castigo de Dios y una rígida moral religiosa (cosas que no mostró su madre), produjeron en ella una respuesta defensiva por los constantes ataque de su esposo hacia su condición de persona y su capacidad de sentir (tanto en el plano emocional como sexual); y de abnegación, que tuvo como valuarte el silencio. 39 40 4.5. CONGLOMERADO DE CATEGORÍAS DE LA NIETA CATEGORÍAS PROPIEDADES PRIMARIAS • • Desconfianza • • Autovalor pobre • • Decisiones sin medir • consecuencias • • Proyectos basados en • terceras personas • Prejuicios • • Creencias religiosas • Tener una familia indeseable • Prohibición moral • Confrontación con el ideal • • Relación clasista • Traición a la pareja • Traición de la pareja • • Exigencias irreales • • Amor obsesivo • • Matrimonio en la adolescencia • • Búsqueda de refugio familiar • Vida social estereotipada • • Entrega dolorosa • • • Inexperiencia sexual • • • Embarazo no deseado • • • Añoranza • • Confianza ciega • Complicidad materna • • Comprensión a la rival Inseguridad personal CATEGORÍAS SEC. Por defectos físicos Resignación Dolor emocional Imperfecciones físicas Minusvalía Como intento de solución Consecuencias nefastas impulsividad Falta de constancia Sentirse incapaz Incapacidad para asumir riesgos Hacia el género masculino. Basadas en señales Proféticas Por mala reputación Aferramiento Creencias desfavorables Basada en el poder económico Basada en lo imposible Vergüenza Dolor emocional profundo Imposibles de cumplir Basadas en el dominio. Angustia de separación Miedo a la pérdida Ilusiones estereotipadas Falta de orientación Falta de responsabilidad Respuestas pueriles Rituales clasistas Basada en lo sexual Deseos de ser reconfortada Autoestima baja Vergüenza Confrontación con el ideal Falta de capacidad para asumir riesgos Compromiso Alterar el orden de las cosas Depresión Deseo de libertad Pérdida de la inocencia Unida a la pasión Amor idealizado Justificada por el amor Por empatía Autoestima baja Indefensión aprendida Estereotipos desfavorables Contradicción y doble moral Apego disfuncional Sometimiento y abnegación Amor romántico e idealizado 40 41 • • • • Nuevas relaciones • • • Proyecto familiar anticipado • Ruptura relacional • • Familia secundaria hostil • • Acusaciones de la pareja • • Amor prohibido • Apasionamiento • Bigamia • • Traición • • Pensamientos negativos • • Depresión • • Autorreproche • • Vivencia trágica • Predisposición • • Vacío existencial • • Separación no resuelta • • • Dependencia a sustancias • • • • Derrumbamiento emocional • • • • Relación con parejas • dominantes • • Dependencia de la pareja • Entrega amorosa incondición. Constancia Dolor compartido Inexperiencia Sin pedir nada a cambio Confianza ciega Dependencia Enamoramiento Basado en deseos de libertad Huir de la familia Fracaso de la vida marital Boicoteadora Por tener fama de prostituta Incapacidad para ser mujer Inapetencia sexual Pasión intensidad Absorber al otro. Sostenida por años Por candidez No aprender de experiencias pasadas Profecía autocumplidora Desde la niñez Aislamiento Autocastigo Por hacer daño a terceros Coartar la libertad del otro En la familia A temprana edad Basado en malas experiencias Temor Despersonalización Vida desenfrenada Prostitución Vergüenza Vacío Violencia Alcoholismo severo Fragilidad emocional Trastorno psiquiátrico Pérdida de la voluntad de ser Daño a la autoestima Relación basada en estereotipos Desconfianza Celos Traición amorosa Desprecio por parte de la pareja Trato deshonesto Disfunción familiar Amor obsesivo Valoración negativa de la vida Autocastigo Colapso emocional Drogadicción Depresión Sumisión TABLA 3. Muestra el concentrado de categorías primarias, sus propiedades temáticas y categorías secundarias obtenidas de la clasificación inductiva de las entrevistas de la nieta. 41 42 Para el caso de la nieta, las categorías secundarías que determinan las relaciones y dimensiones tipológicas son: autoestima baja, valoración negativa de la vida, estereotipos desfavorables, contradicción y doble moral, apego disfuncional, sometimiento, amor romántico e idealizado, disfunción familiar, amor obsesivo, autocastigo, colapso emocional, drogadicción, depresión y sumisión. La agrupación semántica de dichas categorías revelan los siguientes patrones: • Desarrollo de un trastorno psicopatológico crónico, desencadenado por: autoestima baja, valoración negativa de la vida, depresión, sumisión, drogadicción y colapso emocional. • Daño estructural en la dinámica familiar por: apego disfuncional, sometimiento y abnegación, disfunción familiar e indefensión aprendida. • Desarrollo de procesos cognitivos disfuncionales por: estereotipos desfavorables, contradicción y doble moral, amor romántico e idealizado, amor obsesivo y autocastigo. 4.6. DIAGRAMAS DE FLUJO DE LA NIETA Los diagramas de flujo que plantean dichas relaciones causales se conforman como sigue: que provoca La autoestima baja conduce a Depresión desencadena Drogadicción produce Valoración negativa de la vida CENTRO GENERADOR Fragilidad emocional Trastorno psiquiátrico Pérdida de la voluntad de ser Daño a la autoestima Colapso emocional Vida desenfrenada Prostitución DIAGRAMA 7. Muestra la relación dinámica entre los elementos psicopatológicos. 42 43 El diagrama 7 muestra claramente un centro generador de la disfunción. Para empezar, hay que decir que de manera general el diagrama contiene los mismos elementos patológicos arrastrados de la madre (abuela) a su hija y de esta a su hija (nieta). Dicho centro generador caracterizado por fragilidad emocional, trastorno psiquiátrico, pérdida de la voluntad de ser y daño a la autoestima, proyectan a la nieta violentamente hacia un signo de nuestro tiempo y poco visto en las juventudes de la abuela y la madre: el uso y abuso de drogas. Disfunción Apego disfuncional provoca familiar Indefensión produce aprendida refuerza el Fracaso de la vida marital Hijos con familias secundarias Por tener fama de prostituta Incapacidad para ser mujer Inapetencia sexual Sometimiento y la abnegación mantiene el Como intento de solución Consecuencias nefastas Impulsividad Falta de constancia Sentirse incapaz No poder asumir riesgos DIAGRAMA 8. Muestra la relación dinámica entre los elementos que provocan daño a la dinámica familiar. El diagrama 8 es una calca sorprendente de los elementos que en la abuela produjeron daño a su dinámica familiar. Existe el mismo sino: fracaso de la vida marital, familia desintegrada, una sensación de no servir para ser esposa y madre y un estigma social muy destructivo relacionado con sus creencias y valores: fama de prostituta. 43 44 Los estereotipos provocan Amor romántico produce Amor obsesivo desfavorables Hacia el género masculino. Basadas en señales proféticas Por mala reputación Creencias desfavorables Basado en el poder económico Basado en lo imposible Contradicción y doble moral Amor prohibido Apasionamiento Bigamia Traición DIAGRAMA 9. Muestra los elementos del desarrollo de procesos cognitivos disfuncionales El diagrama 9 muestra igualmente un origen disfuncional basado en estereotipos en las creencias, los valores y en las consecuentes actitudes y comportamientos; y que provocan en la nieta una forma bizarra de interpretar el amor, basado en una idea romántica e idílica de la relación y una práctica real basada en lo prohibido, el apasionamiento y la traición. Cabe destacar que las categorías secundarias que compartes las tres mujeres del estudio y que están conformadas por graves propiedades de disfuncionalidad son: • Autoestima baja. Con las categorías primarias de: inseguridad personal, desconfianza, autovalor pobre. autoconcepto negativo. • Valoración negativa de la vida. Con las categorías primarias de: pensamientos negativos, depresión, autorreproche, aislamiento, tristeza crónica y vida social nula. • Estereotipos desfavorables. Con las categorías primarias de: prejuicios, creencias religiosas, tener una familia indeseable, prohibición moral, confrontación con el ideal, relación clasista, matrimonio obligado y minusvalía. 44 45 • Disfunción familiar. Con las categorías primarias de: ruptura relacional, familia secundaria hostil, acusaciones de la pareja, violencia doméstica, resentimiento hacia el esposo, falta de reconocimiento, incapacidad para amar y abandono a los hijos. 45 46 5. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES Adjuva me, juste et misericors Deus, ...adjuva me ut intelligam quod dico. (1) San Anselmo de Cantorbery.8 Bajo la perspectiva de totalidad, un sistema es un conjunto de elementos en interacción dinámica en el que el estado de cada elemento está determinado por el estado de cada uno de los demás que lo configuran (Minuchin, 1992); así entonces las familias en cuestión viven un magno proceso de “circularidad”, debido a la interconexión entre las acciones de los miembros de los sistemas que conforman y a la “equifinalidad”, porque un mismo efecto comportamental repetido generación tras generación ha respondido con seguridad a distintas causas, aunque siempre, con el mismo efecto destructivo. Se puede observar que estas familias, como sistemas, han atravesado una serie de fases más o menos normativas y propias de sus ciclos vitales. La importancia de este proceso no radica sólo en cada fase en sí misma, sino en las crisis a que puede dar lugar el paso de una a otra. Cierto es también que dichas familias han podido sobrevivir, aún con altos costos emocionales, gracias a procesos adaptativos que les permitieron modificar las estructuras de sus sistemas familiares, y mantener su organización. Es ese proceso familiar evolutivo esperable en el que se tiene que atravesar distintas fases de desarrollo para conseguir madurez y plenitud. Los valores que la familia instituye tienen diferentes fuentes. Muchos de ellos no son originarios del propio seno familiar, sino procedentes de otros ámbitos. Debido precisamente a la alta presencia que tiene la familia en la formación de los sistemas subjetivos de valores en las primeras etapas de la formación de la personalidad, se constituye en uno de los mediadores fundamentales de todas las influencias valorativas. En este sentido, se observa claramente que las familias estudiadas tienen un papel frecuentemente disfuncional en la intermediación con los factores de naturaleza valorativa que trasladan su influjo hasta cada uno de sus 8 Ayúdame, Dios justo y misericordioso. ...ayúdame a fin de que yo comprenda lo que digo. 46 47 miembros desde la vida, la comunidad, otras instancias educativas, los preceptos morales vigentes en la sociedad y también, a través de las tradiciones, desde las generaciones precedentes. La tipologías relacional de familias desligadas9 se presentó entre la primera y la segunda generación (abuela y madre), ya que la solidaridad, el compartir y la ayuda mutua no se vivieron ni introyectaron en todos sus miembros. Ambas, abuela y madre proceden de un estrato socioeconómico bajo y marginal de inicio. La lucha por la sobrevivencia encaminó a las familias a preocuparse más por sus proyectos de vida que por los integrantes de dichos proyectos; y ellas, desde niñas, crecieron sin apoyo y con el sufrimiento como norma. Pronto, en la adolescencia fueron sustraídas por coacción de sus casas para casarse, aún cuando no amaban o siquiera conocían a los que serían sus maridos. Las historias de abuso nunca fueron del interés de sus familias o acaso estaban introyectadas como una forma “normal” de relacionarse. La madre y la nieta han formado por periodos relativamente largos, que suelen romperse temporalmente por crisis intra o interfamiliares, una familia reconstituida, en razón del regreso al hogar de los padres ancianos de la hija separada y, la última vez, con una nueva unión y un nuevo hijo. Los regresos no han sido solamente en busca de techo, comida y afecto sino también del cuidado y atención para los niños; situación en la que, sobre todo la madre, pasa de desempeñar el rol de abuela a ser madre sustituta, lo que la ha obligado a hacer cambios en sus costumbres y forma de vida. Las familias estudiadas son complejas tanto en sus estructuras como en sus relaciones; y este rasgo es percibido frecuentemente como "anormal" por las personas que las rodean, sean familiares o amigos. La existencia de grupos domésticos complejos representa un signo de crisis social y económica; es decir, de disfuncionalidad. Sin embargo y a pesar de todo, la familia aparece como un refugio, sobre todo para los miembros de la familia que se ubican en la clase media, que es la más sensible al cambio. Una ascensión social reciente, el acceso a un bienestar 9 Dinámica de la familia con miembros ancianos. Obtenido http://www.encolombia.com/medicina/menopausia/meno6300cambios2.htm en la red mundial: 47 48 que no conoció la generación precedente parecen frágiles, y su protección parece asegurada por el mantenimiento de relaciones familiares densas entre las generaciones. Cuando el matrimonio conoce un semifracaso se vuelven hacia sus padres. La generación de la abuela no conoció de estos beneficios y ello fungió como un factor precipitante y mantenedor de su difícil situación sociofamiliar; sin embargo para la nieta esto representó una dualidad: la protección de los padres cuando caía en desgracia, pero también la intromisión frecuente en sus asuntos personales y en sus decisiones de autoridad, lo que llegó a provocar fuertes conflictos de intereses, sobre todo entre ella y su propia hija, que se beneficiaba con la división de la autoridad. Como señala Segal (1994), el lenguaje estructura una variedad de dispositivos lógicos, descriptivos y explicativos que utilizamos para comprendernos nosotros mismos y a la realidad. A este respecto Rojas Soriano (1996) señala que la realidad es un todo interrelacionado y no un conjunto de cosas y procesos aislados, separados unos de otros. La realidad, agrega, se presenta de una manera compleja y dentro de una multitud de causas posibles de los fenómenos. Los efectos repercuten en las causas de diversas maneras y con distinta intensidad, y los efectos a su vez se convierten en causas de otros fenómenos. La perpetuidad y circularidad de elementos tan lejanos en la historia temprana de la abuela (indefensión, respuestas desadaptativas y valoración negativa de la vida entre otras, y su presencia recurrente en la historia de su hija y después en la historia de la hija de esta; y más, ya presente en algunos aspectos de la vida relacional de la bisnieta, de tan solo 13 años de edad, hablan de un camino transgeneracional trazado. Las categorías secundarias que se conforman a partir del análisis del discurso de la nieta, que representa la tercera generación de las familias en estudio, hablan de esta circularidad mencionada en el párrafo anterior, y conforman las partes de un conjunto organizado, que a su vez son propiedades “emergentes” del sistema en que ella se encuentra inmersa. A fin de cuentas categorías secundarias como: autoconcepto, defensividad, valoración negativa de la vida, autocastigo o drogadicción, son formas en que esta mujer se concibe a sí misma. Categorías como estereotipos; amor romántico y autorrealización, son formas como concibe expresar 48 49 sus sentimientos, y otras categorías como contradicción y doble moral, apego disfuncional, sometimiento y amor obsesivo, representan sus formas de amar. Aunque las familias en estudio tienen una conformación de filiación bilineal, en razón de que cada grupo de filiación tiene asignada una función diferente, estos sistemas bilineales son frágiles a pesar de ser complementarios, por la competencia entre los dos linajes (materno y paterno) en temas como el ejercicio de la autoridad y el manejo de los afectos y el poder, entre otros. La filiación matrilineal no constituye entonces la simetría exacta de la filiación patrilineal, puesto que este último tipo comporta contradicciones con los principios de funcionamiento del grupo; es decir, las parejas masculinas tienden a ser disrruptores de la concordia familiar y detentan el poder a través de la coacción o el chantaje (Levi-Straus, 1981). Los maridos de las tres mujeres han llegado a ser terribles tiranos que produjeron sometimiento, dominación, autoestima baja y por fin indefensión emocional en cada una de ella. ¿Ellos fueron terribles por naturaleza, o la idiosincrasia desadaptativa de ellas fue el elemento que hacía falta para estabilizar patológicamente sus sistemas de vida? En los genogramas y los diagramas estructurales de las familias (figuras 4 a 8; anexo 1), las madres y las hijas constituyen el elemento estable de la casa. Los hijos y los maridos son los elementos móviles. En estos sistemas matrilineales, los hombres de las familias en estudio pertenecen al grupo social de su madre, lo que da una cierta preeminencia a las mujeres. El rol de marido se reduce al de genitor. Las relaciones más sólidas intra e intergeneracional se refieren al binomio madre hija; que de hecho es fuertemente matrilateral, dejando en un plano secundario la relación patrilineal. Esta relación de afectividad entre madre e hija casada o no, pero con progenie, media la transmisión de técnicas y valores. Curiosamente la inestabilidad de las relaciones amorosas entre las parejas de la familia en estudio ha tendido, por otra parte, a reforzar dicho tipo de relación. ¿Por qué la imagen que tenemos de la familia ideal se encuentra tan lejos de la común realidad? Constituimos una cultura que ha entronizado al individuo; [...] esta es una extraordinaria hazaña de la imaginación porque los individuos “descontextualizados” no existen. La vida consiste en crecer, mezclarse, cooperar, compartir y competir con los demás (Minuchin, 1991). Sin duda la mayor parte de 49 50 nosotros ha tenido sus experiencias más significativas dentro de alguna de las formas de la compleja unidad social que llamamos familia. Reflexiona este terapeuta estructuralista y señala: “…al mirar al interior de una familia, puede que quede uno atrapado súbitamente por múltiples tramas. Estas pueden ser caprichosas, desafiantes, absurdas o dramáticas, pero todas son perturbadoras, pues provocan la exasperante sensación de ser completas. Es como si uno mirara al pasar el escaparate de una tienda y viera allí refulgir el universo” (Ibíd.) Si como señala Boszormenyi (1998) los modos de buscar por prejuicios un chivo expiatorio se organizan de manera irracional alrededor de significados especiales, se puede entender por qué la nieta parece tener una forma muy disfuncional de amar y una inexorable manera de sucumbir ante estilos y estrategias de poder que la llevan una y otra vez a ser traicionada o a tratar de cumplir exigencias irreales imposibles de cumplir. Esto me recuerda la prosa poética de Amado (1985) cuando reflexiona acerca de sí mismo y se cuestiona: ‘Hablo y mi palabra es para mí oscura. O bien caigo en el juego de palabras y dejo extenderse el sentido, sin espesor, en la infinita trivialidad de su sintaxis simple, o bien las oigo resonar en profundidad donde no llego a comprender su sentido. Los ecos se responden de atrás hacia adelante, y quizá de adelante hacia atrás. En el rostro del interlocutor, a veces, veo el sentido oculto de mis palabras. Su reacción se acorrala hacia el sentido que yo les daba, y así, podría [...] enunciar la terrible frase: ¿Y tú quién dices que soy?’ Los límites o fronteras familiares internas son identificables por las distintas reglas de conducta aplicables a los distintos subsistemas familiares y los límites entre estos subsistemas varían en cuanto a su grado de permeabilidad, pudiendo ser difusos, rígidos o claros (Watzlawick, Weaklan y Fisch, 1989). Los límites o fronteras familiares internos son identificables por las distintas reglas de conducta aplicables a los distintos subsistemas familiares y los límites entre estos subsistemas varían en cuanto a su grado de permeabilidad, pudiendo ser difusos, rígidos o claros. En el caso de la nieta, se considera que la familia tiene límites difusos con el exterior por no estar bien definidas las conductas interaccionales que los miembros manifiestan en presencia de personas que no forman parte de la familia, ni estar claramente 50 51 definidos los roles parentales y filiales hacia el interior de la misma. (Ver .figura 9; anexo 1). Esto mismo sucede con la madre, ya que por un lado su indefensión emocional y por otro la senescencia acelerada de su esposo deja sin figura de autoridad la casa y sostienen relaciones más bien utilitarias con sus hijos. La abuela sostiene una relación más distante y superficial con los pocos hijos que le quedan vivos; vive sola, para su bien, y para su mal. Se encontró también que la madre establece frecuentemente alianzas con la nieta (su hija), aunque también participa de ello una hermana de 38 años de edad que vive una relación conflictiva con su propio marido y gusta pasar mucho tiempo en la casa materna como refugio en razón de las repentinas crisis de pánico que la aquejan. La afiliación de la hija y la madre es débil en varios aspectos con el resto de los hijos; y aunque la jerarquía principal parece estar depositada en el padre, éste casi siempre tiene que usar la fuerza o la coacción para hacerse entender u obedecer, lo cual hace suponer que aunque pasivamente, la madre es la que realmente maneja la interacción con los hijos. La relación entre los padres tiene una afiliación conflictiva de manera crónica. (Ver figura 7; anexo 1). La instalación de un lazo conyugal fuerte en detrimento de otras formas de relación se debe con frecuencia a preceptos religiosos rígidos, así como la insistencia sobre la pareja monógama y la desconfianza en relación a las segundas nupcias. En nuestras familias investigadas el reforzamiento de las redes de parentesco no constituye un contrapeso claro a la fragilidad de la pareja. Cuando el lazo matrimonial es fuerte el lazo de filiación se debilita; a la inversa, los lazos verticales se refuerzan cuando la relación conyugal aparece frágil. Esto se pone en evidencia con categorías tales como: complicidad materna versus dependencia de la pareja, en la nieta; violencia doméstica versus dependencia de la pareja, en la madre; y sometimiento y dominación versus indefensión familiar, en la abuela. Se considera que la confrontación pasiva y activa que los padres de la nieta tienen frecuentemente ha conducido al sistema a formar una tríada rígida mediante el manejo de configuraciones relacionales paterno filiales. Observamos que la hija se “usa” rígidamente para desviar o evitar los conflictos parentales. La desviación de conflictos se produce cuando los padres se unen en un esfuerzo por controlar y 51 52 salvar a su hija “descarriada”, a pesar de sus diferencias mutuas en otros aspectos (Ídem.). la hija salva a la madre de las celotipias de su esposo; y ellos la salvan cuando la culpa ensombrece sus noches de insomnio. El diagrama estructural de la familia de la hija (ver figura 9: anexo 1), muestra también particularidades que nos hablan de una fuerte disfunción intrafamiliar que parece copiar esquemas aprendidos. Las fronteras de la familia son difusas, llegando por momentos al abigarramiento relacional que conflictúa constantemente al sistema. Existe una relación “obligada” entre nuestra persona en estudio y su ex esposo, a expensas de la existencia de su hija, misma que sostiene una afiliación sobreinvolucrada con la madre y débil con el padre. Así también, esta niña, a pesar de su corta edad, ya se enfrenta a una afiliación conflictuada con la nueva pareja de su madre, a quién rechaza con vehemencia y agresividad. Y así, el paradigma familiar parece estarse gestando nuevamente, en la cuarta generación familiar. Se señaló anteriormente que un sistema es un conjunto de elementos en interacción dinámica en el que el estado de cada elemento está determinado por el estado de cada uno de los demás que lo configuran. Es por ello que deberemos estar atentos al aspecto de totalidad o no sumatividad, ya que como señala Minuchin (1992): "El cambio en un miembro del sistema afecta a los otros, puesto que sus acciones están interconectadas mediante pautas de interacción", por lo que la sanación de la hija puede desequilibrar las relaciones entre sus padres cuando, aparentemente, ésta cumple funciones estabilizadora en los conflictos que se producen entre ellos. Las matrices descriptivas temporales reflejan en su integración y flujo, categorías que revelan los esfuerzos adaptativos de la nieta, aún sin conseguirlo. Indefensión aprendida que obstaculiza el autocontrol sobre sus emociones, con consecuencias frecuentemente nefastas: “cuando yo tuve mi primer novio siempre estuve esperando que me lastimaran”; o el control de su vida a partir de lo que dicen otras personas: “logró con su profecía marcarme, puede decirse que me marcara en todas mis relaciones de pareja”. Vive esta mujer fuertemente influenciada por estereotipos que la conducen a ser infeliz: “siempre tenía desconfianza de mi físico”; “¡ay!, que fea nariz tengo”; “cómo se va a fijar en mí” si yo desconfiaba de mí”. Todo 52 53 ello, provocó siempre un daño muy fuerte a su autoconcepto, basado en los prejuicios de una relación clasista: “su familia nunca podría aceptar a una novia humilde y pobre”; “sabía que yo nunca iba a poder estar en su corazón”; o también: “me decía: no eres bonita, dice, pero tienes un corazón muy grande”. Ya estos mismos elementos podemos encontrarlos en los discursos de la abuela y la madre. – yo nunca supe ser mujer pa mi marido ni madre pa mis hijos, dice la abuela; -nunca lo pude dejar por temor al qué dirán de la gente, refiere la madre. Por otra parte, aunque resulte irónico, los niños con problema de apego muy a menudo iniciarán un contacto físico (abrazar, tomar la mano, sentarse en las piernas) con extraños. Aunque no lo es, muchos adultos pueden malinterpretar esto como una conducta afectiva10. Esta actitud más bien suplicante que resulta socialmente inadecuada, marcó la pauta de una profecía autocumplidora en la nieta, ya que a los nueve años de edad una gitana leyó su mano y le vaticinó: “te van a lastimar mucho los hombre; ten mucho cuidado con ellos, aléjate de ellos; a ti te persigue el perfume del celibato”. Pronto en la pubertad, la nieta, al igual que la abuela en la juventud, se ganó el mote familiar de “puta” (sic.) Es bien sabido que los niños maltratados y con problemas de apego son muy sensitivos a los cambios en programas, las transiciones, sorpresas, situaciones sociales caóticas, etc. Se sentirán abrumados por situaciones complicadas y especiales, aunque sean agradables, lo que termina siendo desorganizador. Escuché en más de una de las participantes en el estudio: “…yo siempre he dicho: -quiere uno comerse el mundo. Pero no es cierto, el mundo nos come”. En las confrontaciones con la familia respecto de sus conductas propiciatorias de agresión o abandono, siempre mostraron arrepentimiento (una respuesta intelectual) pero no remordimiento (una respuesta emocional). El amor se manifiesta en la familia en estudio con patrones muy codificados. Los regalos, los gestos, las alianzas y solidaridades, los discursos relativos a los enamorados, están frecuentemente, estereotipados. La familia aparece como un 10 Bruce D. y Perry, M. (1998). Formación de vínculos y el desarrollo del afecto en niños maltratados. Obtenido en la red mundial: http://www.bcm.tmc.edu/cta/bondingsp.htm 53 54 refugio para la vida cotidiana con frecuencia inestable y con múltiples cambios. Una ascensión social franca (como el paso de la clase social baja de la abuela a una clase media de la nieta), el acceso a un bienestar que no conoció la generación precedente, parecen frágiles, y su protección se mantiene asegurada contra los ataques del exterior por el mantenimiento de relaciones familiares densas entre las generaciones. Cuando el matrimonio de alguien de la familia tiene un fracaso, se vuelven hacia sus padres, que sabedores de su misión aceptarán con estoicismo las nuevas circunstancias. Esto hace suponer que las relaciones familiares intra e intergeneracionales no se abordan bajo el ángulo de la afectividad sino de su funcionalidad en las estrategias sociales, lo cual pone en evidencia el papel de la fratria en el mantenimiento de la cohesión familiar, aún de la familia extensa. En el campo de la calidad de las relaciones materno-filiales las tres mujeres del estudio, presentaron desde su infancia problemas emocionales comunes que incluyen síntomas de depresión y ansiedad. En el caso de la abuela y la nieta, que han vivido momentos históricos diferentes, han tenido en común un apego "indiscriminado". Si se tiene en mente que el apego es importante para la supervivencia, las personas y sobre todo los niños pueden buscar apegos (cualquier apego) para su seguridad. Este apego indiscriminado las llevó a vivir de manera muy angustiosa la separación de su pareja en turno y desencadenó usa serie de acontecimientos sociofamiliares que marcaron sus vidas negativamente. Estas mujeres, en sus roles de hijas, cuyos padres con frecuencia las criticaron, rechazaron e interfirieron, tienden a evitar la intimidad emocional. Dice la nieta: -yo predecía o era tanta mi forma de pensar tan negativa, tan negativa, ¡tan negativa! que exactamente pasaban las cosas que yo soñaba. La madre dice al respecto: -yo namás (sic.) vivo con el hombre (su marido) por los hijos, pero no lo quiero. La abuela señala: -mejor sola que mal acompañada. Es claro que los padres abusivos tienden a tener hijos que al sentirse incómodos con la intimidad, se retraen. Un factor indeseable que jugó un papel relevante en el mantenimiento de este estado de cosas y que de alguna manera incide en la carga culposa fue la presencia recurrente de trastornos afectivos en estas mujeres en su papel de madres; a más de problemas personales abrumadores por tener maridos poco solidarios y 54 55 cooperadores u otros factores que interfirieron con la habilidad de ser consistentes y nutrientes con sus hijos. En las familias abusivas, maltratadoras y negligentes es común que los niños sean esencialmente, rechazados. En las familias abusivas, es común que este rechazo y maltrato sea transgeneracional. El padre negligente fue un niño que sufrió negligencia. Crían como fueron criados11. La relación más importante en la vida de un niño, es su apego a su cuidador primario, en el caso óptimo, su madre. Esto es así debido al hecho de que esta primera relación determina el "molde" biológico y emocional para todas sus relaciones futuras. Un apego saludable a la madre, construido por experiencias de vinculación repetitivas durante la infancia, ofrece una base sólida para futuras relaciones saludables. Por el contrario, problemas en la vinculación y apego pueden resultar en una base biológica y emocional frágil para futuras relaciones12. El apego disfuncional en las participantes se manifiestan por matrimonios a temprana edad, una vida social estereotipada, amor obsesivo basado en el miedo en el caso de la abuela y la nieta y por una búsqueda frecuente de refugio en la nieta. El impacto de una vinculación defectuosa en la niñez temprana, puede variar. Cuando existe un abandono o negligencia emocional severa en esta etapa, los efectos pueden ser devastadores. La nieta piensa al respecto: - cuando yo tuve mi primer novio siempre estuve esperando que me lastimaran. Su madre dice dolorosamente: -si esta iba a ser mi vida pa’qué vivirla. Niños que no sean tocados, estimulados y nutridos, literalmente pueden perder su capacidad de formar relaciones significativas para el resto de sus vidas. [...] Los problemas resultantes de esto van desde un malestar interpersonal leve hasta profundos problemas sociales y emocionales. En general, la severidad de los problemas se asocian con cuán temprano en la vida, cuán prolongado y cuán severo fue el abandono o negligencia emocional. 11 Bruce D. y Perry, M. (1998). Formación de vínculos y el desarrollo del afecto en niños maltratados. Obtenido en la red mundial: http://www.bcm.tmc.edu/cta/bondingsp.htm 12 El desarrollo del afecto en niños http://www.bcm.tmc.edu/cta/bondingsp.htm maltratados. Obtenido en la red mundial: 55 56 Tal como los rasgos de altura o peso, las capacidades de apego individuales forman un continuum. Los niños con apego seguro sienten una relación consistente, responsiva y de apoyo con sus madres, aún en momentos de tensión o estrés significativo. Los que tienen un apego inseguro, sienten unas emociones inconsistentes, de castigo, no responsivas, de parte de sus cuidadores y se sienten amenazados en momentos de tensión o estrés. La nieta señala con añoranza: como siempre había tenido la intención de irme de la casa. En otro pasaje dice: - ya no pude ingresar a la escuela, no pude terminar la preparatoria. La abuela dice al respecto: -un tiempo hacía las cosas bien, pero luego fallaba; y agrega: -seguro me pasó todo esto por desearle mal a mis padres. Ahora bien, también la conducta del cuidador puede afectar la formación de vínculos. Los hijos de padres que critican, rechazan e interfieren, tienden a evitar la intimidad emocional. Los padres abusivos, tienden a tener hijos que al sentirse incómodos con la intimidad, se retraen. Puede ser que la madre no pueda ser responsable con su hijo a causa de la depresión, uso de sustancias, problemas personales abrumadores u otros factores que interfieran con su habilidad de ser consistente y nutriente con su hijo. Por otra parte, uno de los impedimentos más importantes para que se establezca un apego saludable es el miedo. Si un infante se encuentra angustiado por el dolor, una amenaza o un ambiente caótico, se le hará sumamente difícil participar, aún en una relación de cuido amorosa. Niños que viven en ambientes de violencia doméstica o violencia comunal son vulnerables a desarrollar problemas de apego. En la naturaleza transgeneracional de los problemas de apego, el efecto más común es que los niños maltratados son esencialmente rechazados. Niños que son rechazados por sus padres experimentarán un sinnúmero de problemas, incluyendo dificultad para desarrollar intimidad emocional. Categorías primarias como: vivencia trágica, derrumbamiento emocional, agresividad manifiesta, indefensión emocional, etc.; y secundarias como: disfunción familiar, indefensión aprendida, miseria emocional, entre otras y presentes en las historias de las tres familias estudiadas justifican esta afirmación. En las familias abusivas es común que este rechazo y maltrato sea transgeneracional. Como resultado de esto, puede ser que los niños 56 57 participen de pocas actividades con otros niños menos maduros. Este falso sentido de madurez en los niños, a menudo interfiere en el desarrollo de amistades de su misma edad. A pesar de pertenecer las mujeres del estudio a tres generaciones diferentes, la paradoja de la ilegitimidad en las familias ha estado influenciada por el orden social prevaleciente y matizada por la puesta en circulación de un nuevo orden sexual y de una nueva concepción del matrimonio que descansa en la capacidad de trabajo de los cónyuges, independientemente del patrimonio de sus familias respectivas. En el caso que nos ocupa, la ilegitimidad en que vivió la abuela y aún vive la nieta, no marca la emergencia de una nueva moral sexual y no es el signo de la inmoralidad de las clases social a la que pertenecen, sino la del fracaso de una política tradicional del matrimonio. La ilegitimidad no es el matrimonio rechazado, sino el matrimonio frustrado. Entonces convertirse en concubinas ha representado en su momento la esperanza de un matrimonio basada en la asociación hecha con un hombre. Para la abuela y la nieta el trabajo de zapas sociales las condujo a la prostitución. Las condiciones económicas volvieron, pues, particularmente vulnerables a estas mujeres que fueron víctimas del concubinato. En los procesos de sufrimiento emocional de las familias estudiadas, se observa una concordancia intergeneracional en los patrones de relación, en donde el vínculo temprano, frío y disfuncional con la madre parece haberse internalizado, y haberse activado después cuando la siguiente generación la reedita y revive en otras relaciones significativas; como se aprecia en los patrones de relación de pareja y en el tipo de liga emocional que se establece con los hijos. Las tres mujeres tienen historias de abuso conyugal, con patrones de conducta violenta de sus parejas hacia ellas en forma física, emocional, psicológica, sexual y económica. Este patrón de dominio ha sido usado para fomentar el miedo y la intimidación, con el propósito de mantener el control y el poder por parte de los abusadores. En el caso de la nieta, estas historias de abuso abarcan también algunas de sus relaciones fortuitas en los periodos en que emocionalmente se ha encontrado más debilitada. 57 58 La agresión psicológica conyugal que ha prevalecido en las tres generaciones se refiere a conductas verbales como insultos, amenazas y vejaciones, y conductas no verbales que no van dirigidas al cuerpo de la pareja, por ejemplo golpear puertas, destrozar objetos, pero que igual contribuyen al clima de sufrimiento. La nieta ha llevado una vida relacional con tintes particulares respecto de su madre y su abuela: sostiene relaciones mixtas, monógamas y polígamas, aunque suele hacer una mejor valoración de la pareja; tener además un reducido número de hijos, y promover una repartición de roles en el seno de la pareja. Bajo estas diferencias subyacen diversidades culturales remarcables a pesar de la cercanía filial. A fin de cuentas el amor, de manera natural, se fundamenta en la esperanza y la realización. A este nivel, la decepción de uno no puede venir sino de la defección del otro; es decir, cuando uno de ellos (hombre o mujer) ha perdido la esperanza o el deseo de amar. Pero en los dos casos es un miedo fundamental lo que corrompe el proyecto del amor. Como puede verse, el concepto central para ver el calidoscopio familiar -tanto en sus paradigmas homeostáticos como evolutivos- es la idea de circularidad. Igual que la herramienta reconforma la mano y después el cuerpo mismo del agricultor mientras siega a lo largo de campos profundos por generaciones, la vida cotidiana en familia conforma y reconforma la estructura física y emocional de sus miembros, generación tras generación. Me recuerdo de un pequeño relato, a propósito de esa lucha dialéctica y con frecuencia mezquina que ocurre cuando se confrontan las realidades personales, que dice así: En una ocasión, un sabio anciano rabino escuchaba con afecto a sus dos discípulos más brillantes enzarzados en una polémica discusión. El primero presentó su argumentación con una convicción apasionada. El rabino sonrió de forma aprobatoria: -“Eso es correcto”. El otro seguidor defendía lo contrario de modo convincente y claro. El rabino sonrió de nuevo y dijo: -“Eso es correcto”. 58 59 Los discípulos, atónitos, protestaron. -“Rabino, no podemos estar ambos en lo cierto.” -“Eso es correcto”, replicó el sabio anciano rabino. 59 60 6. SUGERENCIAS “No, jamás forzarás al no ser a ser” Parménides. Señala Haley (1997) que la familia como sistema, atraviesa una serie de fases más o menos normativas y propias de su ciclo vital. La importancia de este proceso no radica sólo en cada fase en sí misma, sino en las crisis a que puede dar lugar el paso de una a otra. En este sentido, el proceso óptimo de superación de tales crisis consiste en modificar la estructura del sistema familiar manteniendo su organización. En cada etapa de la vida se necesita un tipo de apoyo que viene expresado a través de lo que el sistema familiar puede ofrecer a los hijos. Esto supone crear un tipo de familia en el que sea posible encontrar el respaldo necesario que ha de convertirse en factor de protección ante los problemas. Considero que a pesar de la sentencia de Parménides, la familia, como un organismo, debe echar manos de sus recursos de sanación para impedir que la profecía de dolor y disfunción permanezca. La fuerza de una profecía proviene del sentenciado y no de otra parte; en la medida en que la familia pueda encontrar más y mejores recursos de afrontamiento, sus circuitos de retroalimentación con el exterior y entre sus miembros serán mejores y en consecuencia más sanos. Respecto de las participantes en el estudio, el destino está marcado para la abuela y la madre; no les interesa o no tienen fuerzas para el cambio y será mejor no tocar el equilibrio de sus sistemas. En cuanto a la nieta, más joven y con mayor apertura, lucha afanosamente por separarse de la parte negativa de su pasado y cree ahora que el destino no es un camino inexorable. A partir de la reflexión de estos materiales se ha propuesto hacer cambios en algunos aspectos significativos de su historia personal. Cambiar siempre es crisis, pero la crisis es también oportunidad. Por otra parte, en lo procedimental, considero que el método fenomenológico de abordaje planteado requiere de una perspectiva de análisis escalonado y 60 61 planeado a mayor tiempo, que permita hacer una exploración de las historias familiares de tipo antropológico más profunda. Considero que la perspectiva sistémica permitió hacer una adecuada exploración de las pautas de interacción personal y de aquéllas de interacción transgeneracional. 61 62 7. BIBLIOGRAFÍA Amado, E. (1985) La Naturaleza del Pensamiento Inconsciente. México: Fondo de Cultura Económica. Bertalanffy, L. (1998). Teoría general de los sistemas. México: Fondo de Cultura Económica. Buendía, L., Colás, P. y Hernández, F. (1998). Métodos de investigación en psicopedagogía. México: McGraw Hill. Capra, F. (1999). La trama de la vida. España: Anagrama. Eia A. y Tomson, P. (1997) Intervención familiar guía práctica para los profesionales de la salud. Barcelona: Paidós. Dionea, P.; Revenstorf, D. y Ramírez, J. (1998). Intimidad, estilos atributivos y satisfacción marital en diferentes etapas del matrimonio. CENEIP, 3, 234-236. Gardner, H.(1999) Estructuras de la Mente. La Teoría de las Inteligencias Múltiples. México: Fondo de Cultura Económica. Goleman, D. (1997) La Inteligencia Emocional. México: Javier Vergara Editor. González, M. y Rey, L. (2001). Una concepción de la familia desde el enfoque centrado en la persona. CENEIP, 6, 281-295. Hernández, R., Fernández, C. y Baptista, P. (1996). Metodología de la investigación. México: Mc Graw Hill. Hoffman, L. (1998). Fundamentos de la terapia familiar. México: Fondo de Cultura Económica. Haley J., (1997) Aprender y Enseñar Terapia. Argentina: Amorrortu. Lebovici, S (1993). On intergenerational Transmission: From Filiation to affiliation. Infant-Mental-Health Journal; Win. Vol 14 (4). Levi-Straus, C. (1981) Las estructuras elementales del parentesco. Barcelona: Paidós. Maturana, H., Vareala, F. (1996) El árbol del conocimiento. Las bases biológicas del conocimiento humano. España: Debate. Minuchin, S. (1991) Calidoscopio Familiar. Imágenes de Violencia y Curación. España: Paidós. 62 63 Molina, M. y Téllez, P. (1998). El estrés crónico y los trastornos afectivos. CENEIP, 3, 69-70. Mungy, G, Doise, W. (1983) La Construcción Social de la Inteligencia. México: Trillas. Orlandini, A. (1998). El enamoramiento y el mal de amores. México: Fondo de Cultura Económica. Rojas, R. (1996). Guía para realizar investigaciones sociales. México: Plaza y Valdés. Segal, L. (1994). Soñar la realidad. El Constructivismo de Heinz von Foerster. España: Paidós. Segalen, M. (1992). Antropología histórica de la familia. Madrid: Taurus Universitaria. Smith, E. y Mackie, D. (1997). Psicología Social. México: Panamericana. Stake, R. (1998). Investigación con estudio de casos. España: Morata. Zuk, G. y Boszormenyi, I. (1998). Terapia familiar y familias en conflicto. México: Fondo de Cultura Económica. Watzlawick P, Weakland R. y Fisch R. (1989). Cambio. España: Herder. Wittrock, M. (1997). La investigación de la enseñanza. Métodos cualitativos y de observación. España: Paidós. 63 64 8. ANEXO 1 64 65 8.1. TABLAS DE ORGANIZACIÓN FAMILIAR Figura 1. ORGANIZACIÓN FAMILIAR DE LA PRIMERA GENERACIÓN EN ESTUDIO (LA ABUELA) Parentesco Edad Esposo Esposa Hijo Hija Hijo Hijo Hija Hija Hijo Hija hija 70 92 50 74 62 40 68 66 64 62 60 Sexo Escolaridad Ocupación M F M F M M F F M F F Analfabeta Analfabeta Primaria inc. Primaria inc. Primaria inc. Primaria inc. Primaria inc. Primaria inc. Primaria inc. Primaria inc. Primaria inc. Falleció Ninguna Ninguna Ninguna Falleció Falleció Ninguna Ninguna Ninguna Ninguna Ninguna Estado civil Religión Lugar de origen casado casada casado casada casada casado casada casada casado casada casada católico católico católico católico católico católico católico católico católico católico católico Colima Colima Colima Colima Colima Colima Colima Colima Colima Colima Colima Figura 2. ORGANIZACIÓN FAMILIAR DE LA SEGUNDA GENERACIÓN EN ESTUDIO (LA MADRE) Parentesco Edad Esposo Esposa Hijo Hija Hijo Hijo Hija Hija Hijo Hijo hija 76 66 48 46 44 43 42 38 1 19 34 Sexo Escolaridad Ocupación M F M F M M F F M M F Primaria inc. Analfabeta Secundaria Secundaria Secundaria Secundaria Secundaria Preparatoria --Primaria Comercio Panadero Casa Empleado Casa Empleado Empleado Casa Casa Falleció Falleció Empleada Estado civil Religión Lugar de origen casado casada Casado Casada Casado Casado Casada casada ----Divorcio católica católica católica católica católica católica católica católica católica católica católica Colima Colima Colima Colima Colima Colima Colima Colima Colima Colima Colima Figura 3. ORGANIZACIÓN FAMILIAR DE LA TERCERA GENERACIÓN EN ESTUDIO (LA NIETA) Parentesco Edad Ex esposo Ex esposo Madre Hija Hijo 38 39 34 13 1 Sexo Escolaridad Ocupación M M F F M Preparatoria Comercial Comercial Secundaria ---- Empleado Empleado Empleada Estudiante ---- Estado civil Religión Lugar de origen Casado Divorciado Divorciada Soltera --- católica católica católica católica católica Colima Colima Colima Colima Colima 65 66 8.2. FAMILIOGRAMAS Y DIAGRAMAS DE FLUJO. Figura 4. FAMILIOGRAMA DE LA PRIMERA GENERACIÓN EN ESTUDIO (LA ABUELA) 70 50 74 62 92 40 68 66 64 62 60 Figura 5. DIAGRAMA ESTRUCTURAL DE LA FAMILIA 74 68 92 64 62 60 66 Simbología: Frontera cerrada Afiliación débil 66 67 Figura 6. FAMILIOGRAMA DE LA SEGUNDA GENERACIÓN EN ESTUDIO (LA MADRE) 76 48 46 44 43 66 42 38 1 19 34 Figura 7. DIAGRAMA ESTRUCTURAL DE LA FAMILIA 48 46 38 44 M 43 42 P 34 Simbología: Frontera difusa. Afiliación débil. Afiliación sobreinvolucrada. Afiliación conflictuada. M Madre P Padre 67 68 Figura 8. FAMILIOGRAMA DE LA TERCERA GENERACIÓN EN ESTUDIO. (LA NIETA) 38 34 13 39 1 Figura 9. DIAGRAMA ESTRUCTURAL DE LA FAMILIA 38 34 39 13 1 NOTA: La simbología es la misma que en al caso anterior 68 69 9. ANEXO 2 69 70 9.1. FORMATO PARA EL VACIADO DE DATOS EJEMPLO DEL PROCESO DE VACIADO DE LA INFORMACIÓN, SEGMENTACIÓN DE LA INFORMACIÓN Y OBTENCIÓN DE CATEGORÍAS Entrevista Familiar Lugar de entrevista: Fecha: Entrevistador: JTH (E) Entrevistada: Coty, (C)] CATEGORÍAS Y R TEXTO Página 1 PROPIEDADES + Autoconcepto. • Apasionamiento. • Consecuencias negativas. + Autorreproche. • Hacer daño. • Coartar la libertad del otro. + Actitud propositiva. • Cambio. • Atemorizante. + Apasionamiento. • Absorber al otro. • Resistencia al cambio. • Filial o hacia extraños. 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 E: Podrías decirme Coty ¿cómo eres tú sentimentalmente? C: Pues...yo creo que muy apasionada. Apasionada, eh, porque he llegado a la conclusión de que el apasionamiento lastima, y no me han lastimado, ¡me he lastimado!, o sea yo, yo me he lastimado, por apasionarme tanto con los seres que amo. E: ¿Y cómo es eso de que para ti el apasionamiento lastima? ¿En qué sentido lastima? C: En mí, en mí, en que no he dejado ser libre a las personas que viven conmigo... las quiero tener como aprisionadas hacia mí... y al final de cuentas lo que he hecho es lastimarlas, lastimarme y quedarme sola. Pero de todo lo que he vivido, yo creo que ha sido mi forma de ser, de sentimentar hacia las personas. E: ¿Entonces crees que el ser apasionado ha sido, digamos, más malo que bueno para ti? C: Sí. E Y si esta pasión ha sido digamos, eh, negativa, ¿por qué has insistido? C: A no, por supuesto que... ahora en la actualidad estoy luchando por eso, por, por cambiar mi forma de pensar, de sentir, de ver; porque ahora si que el apasionamiento lo junto con celos, porque soy muy celosa, y este... ahora sé que debo ir descartando, restándole, restándoselos, restando apasionamiento, tratar de ser, de que las personas, de darles más libertad a las personas que estén cerca de mí y darme mi propia libertad y mi propio espacio. No digo que ya se logró y que es fácil; ¡no es fácil!, porque duele, duele cambiar. Tantos años de vivir así par ser diferente. E: Cuando dices vivir así, ¿te refieres a vivir con pasión? C: Si. E: ¿Pero que no la pasión sirve para mover cosas? La pasión hace que un estadio vibre; la pasión hace que el soldado se entregue al combate. ¿Qué te hizo a ti la pasión? Y... ¿dónde la aprendiste? C: Pues me lastimó. Y la aprendí, la aprendí cuando la primera vez que tuve una amiga, que quise mucho; ahí fue donde la aprendí cuando supe que era amistad con pasión, mucha pasión hacia ella, mucha entrega de parte mía y mucho pedir; o sea, yo decía: “de la manera que entrego es la manera en que exijo. La manera en que exijo es la manera en que voy a entregar”. Pero no es cierto, uno debe, ahora pienso, uno debe aceptar lo que la gente quiere 70