GENÉTICA CRIMINAL La criminología como ciencia interdisciplinaria busca las causas del delito de manera integral y se nutre de la biología criminal; a su vez, la Biología criminal en si misma, hace como objeto de estudio la vertiente genética hereditaria de la delincuencia, según esta ciencia son los factores genéticos los que impulsan a una persona a delinquir. Así la biología describe la criminalidad con fundamentos en la conformación o constitución orgánica morfológica del hombre y se caracteriza por: a) Realizar un análisis de hombre que delinque como persona diversa de lo normal, por razones biológicas y antropológicas. b) Busca las causas del delito preferentemente en el autor de su comportamiento. c) Le concede gran importancia a la herencia, esta tendencia se fundamenta en estudios que han hecho en materia de biotipología, genética, gemelos, familias criminales, endocrinología y caracterología. Mendel en 1856 comprobó experimentalmente, por primera vez, la hipótesis de que los factores hereditarios se transmiten en los cromosomas. En una explicación muy esquemática podemos decir que la formación de un nuevo ser resulta de la fusión de los gametos masculinos y femeninos, espermatozoides y óvulos y que al efectuarse la fusión se presenta el fenómeno de la meiosis o deducción cromática. De esta manera, cuando el óvulo es fecundado por el espermatozoide, los cromosomas de cada célula se agrupan formando 22 pares muy parecidos y un vigésimo tercero que puede ser o no semejante. La Genética Criminal, es el estudio que relaciona las aberraciones o malformaciones cromosomáticas o cariotípicas con la delincuencia. A partir del descubrimiento del ADN y de la diferenciación entre cromosomas masculinos y femeninos, la Genética toma un nuevo impulso, encontrándose sujetos que tienen más o menos cromosomas que los demás con resultados físicos y mentales notables. Cada célula contiene en su núcleo un número fijo de cromosomas y cada uno de éstos está compuesto de unidades hereditarias llamadas Genes. Los genes que componen cada cromosoma son miles de unidades las cuales pueden realizar 5 millones de combinaciones posibles en los genes, que se combinan como cartas de baraja, están los planos de la construcción del nuevo individuo, su sexo, el color de los ojos, del pelo, el grupo sanguíneo, el factor RH y quizá su predisposición a delinquir. La dotación biológica de los seres humanos está contenida dentro de cada célula donde existen 46 cromosomas, donde 44 son llamados autosomas y los otros dos pertenecen al sexo y son llamadas gonosomas o cromosomas sexuales. En el hombre gonosoma es masculino (Y) y otro femenino (X), en la mujer los dos son femeninos (XX). El Gonosoma masculino es dominante, es decir X mas Y igual a hombre, X mas X igual a mujer. Toda célula debe tener, normalmente, dos cromosomas sexuales o gonosomas: XX para la mujer y XY para el hombre. Los últimos avances biológicos en el examen de la criminalidad nos llevan al estudio de las aberraciones cromosómicas, es decir a las malformaciones cariotipicas por exceso de cromosomas o por defecto de cromosomas, las cuales son llamadas Anomalías Cromosómicas sexuales numéricas, las cuales se presentan en la siguiente tabla: Por defecto: Síndrome de Turner Por exceso Klinefelter Del súper macho Aberración XO, Monosomia de los cromosomas Características. El YO no se ha encontrado y parece ser letal. Presenta genitales externos de tipo femenino, corta estatura, cuello corto y escurrido hacia los hombros, implantación baja de las orejas, pecho ancho, manos subdesarrolladas y pezones muy separados, útero pequeño y ovarios substituidos por haces fibrosos. Se da un caso por cada 5000 hembras. Trisomia de los cromosomas sexuales: En la mujer XXX XXXX XXXXX En el hombre: XXY XXXY XXXXY XXYY XXXYY Se han encontrado también XYYY En XSXY circunferencia torácica disminuida, caderas anchas, atrofia testicular, escaso vello en el cuerpo, piernas muy largas, los demás órganos sexuales normales. Su cociente intelectual promedio es de 83.9. Aunque pueden tener relaciones sexuales son estériles. En XXXY, los síntomas anteriores se agravan, principalmente en disminución de inteligencia, pues dan un promedio de cociente intelectual de 52.2 En XXXXY, la inteligencia en estos sujetos alcanza apenas un promedio de 35.2 de cociente. En XYY no da muchas características físicas especiales. En un estudio encontraron que la única característica es la de una estatura de más de 1.80 y en lo demás aparentan ser físicamente normales. Es el síndrome del doble Y. XYY Se propone que el exceso de cromosomas puede originar una predisposición a los trastornos de conducta, pues el sujeto afectado posee un terreno especial que lo hace más sensible que el resto de las personas, ante estímulos criminógenos ambientales. Parece existir una correlación positiva de la existencia de una doble YY a la agresividad, siendo ésta una característica más masculina que femenina. Aunque el numero de delincuentes con este problema es muy bajo (2.5% para Klinefelter y 2.8 para XYY), es indudable que los estudios de genéticos han dado nuevos y valiosos elementos para la comprensión del fenómeno antisocial. A partir de los descubrimientos de Mendel sobre la transmisión de las características hereditarias comenzó el descubrimiento de la genética, y todos los avances en el área llamaron la atención de los criminólogos, los cuales buscaron desde luego las posibilidades de que cierta disposición hacia el crimen pudiera ser adquirida por dotación biológica, es decir por herencia. Los primeros descubrimientos fueron en enfermos mentales, encontrado la gran incidencia de parentesco consanguíneo entre los anormales. Actualmente no se puede afirmar que la existencia de una tara hereditaria es explicativa de la génesis del delito, dado que no es la enfermedad o la criminalidad lo que se hereda, sino la predisposición. La aportación importante de las corrientes que buscan en la herencia la causa criminal es que en el momento actual nos obliga a estudiar cuáles son los factores hereditarios y cómo influyen en la conducta criminal. La relación entre herencia y criminalidad se han estudiado bajo tres métodos distintos: 1.- el análisis de la genealogía del delincuente 2.- la genealogía estadística 3.- la investigación de los gemelos. Pensando en la herencia criminal, varios investigadores han orientado sus esfuerzos al estudio de familias criminales, realizando una verdadera genealogía criminal, encontrando concordancias notables, y demostrando que existen familias célebres en la que la mayoría de los componentes son criminales. Algunos estudios de genética proponen la existencia de un cromosoma extra al cual se le atribuye la conducta criminal, el cromosoma 47 (XXY, o XYY). En 1961, según Glasser, se tuvo la primera noticia sobre su existencia. Se halló un cromosoma Y extra en un sujeto, llegando a relacionarse su conducta delictiva con la presencia del mismo. En 1968, durante la defensa de un caso de asesinato en París, se alegó la inocencia del encausado por demencia, por tener el triplete cromosómico XYY, por lo que un panel de expertos recomendó al tribunal la reducción de la sentencia. López Saiz y Codon, desde el punto de vista psiquiátrico, el estudio de la herencia ha conseguido algunos resultados con las investigaciones de los caracteres psicológicos normales y patológicos heredados en el caso de los gemelos univitelino, y los métodos estadísticos puestos en marcha de manera científica en grupos extensos de sujetos antisociales. Existen estudios genéticos en las familias criminales que se basan en la elaboración de árboles genealógicos, que permite conocer lo que ha ocurrido a través del tiempo a la descendencia de un individuo determinado. Se afirma que los estudios genéticos sobre familias criminales se remontan al siglo XIX. Uno de ellos, referido por Dugdale, en 1877, el cual se refiere a un sujeto de nombre Juke, alcohólico, residente en Nueva York, quien se dice tuvo 709 descendientes, entre ellos 202 prostitutas y mantenidos, 77 delincuentes y 142 vagabundos. Estabrook amplió las investigaciones, hasta localizar 3,00 descendientes, de los cuales la mitad son deficientes mentales, y un tercio vagos, mendigos, prostitutas y delincuentes. Hjurwitz hace ver como el número de delincuentes va decreciendo con el tiempo. Otros ejemplos son los de las familias Zero, Victoria, Marcus y Kallikak, esta última investigada por Goddard, quien encuentra dos ramas, una “buena” y otra “mala”, ya que el iniciador tuvo dos mujeres, una normal y una deficiente mental, siendo la familia “normal” y la otra “antisocial”. Sin embargo, los sociologistas proponen que esto es producido por el aprendizaje derivado de la convivencia, pues era lógico que los hijos de los criminales siguieran el ejemplo de los padres. La crítica más generalizada para estas investigaciones es que la obtención de métodos no es totalmente confiable, pues el diagnóstico de debilidad mental o la calificación de vagos o prostitutas se hace con base en referencias generalmente verbales. La estadística familiar. Para vencer las dificultades anteriores, varios investigadores se preocuparon por usar la estadística y buscar datos más directos, así como formas de comparación o control. Goring (1919) y Lund (1918) coinciden en sus estudios al encontrar que la proporción de delincuentes condenados a prisión por delitos graves, es mayor entre aquellos en los que ambos padres fueron delincuente, que entre aquellos en los que un solo padre fue condenado, y estos últimos son más que aquellos sin padres con antecedentes criminales Bernhard (Rudolf, 1930), efectuó un estudio sobre criminales dividiendo en dos grupos: a) Aquellos cuyos padres no eran criminales, pero los abuelos y otros ascendientes si. b) Aquellos sin parientes criminales. El resultado fue, que en el grupo “a” la proporción de hermanos delincuentes es el doble que en el grupo “b”, a pesar de que ambos ambientes fueron considerados “no criminógenos” Una de las más antiguas estadísticas sobre la herencia criminal fue suministrada por Marro, quien estudió los progenitores vivos de 500 delincuentes, comparándolos con 500 no delincuentes, después de un análisis estadístico encontró el factor alcoholismo en un 40% de ellos y taras mentales en más de un 42% en los progenitores y colaterales de los delincuentes, frente a un 16% de casos de alcoholismo en los progenitores de los no delincuentes y un 13% de taras en sus progenitores y colaterales. Sobre el valor de estos estudios se afirma que efectivamente, desde el punto de vista psiquiátrico el alcoholismo puede estar correlacionado con cuestiones hereditarias que llegan a los descendientes agrandados. Dicha idea es rechazada por otros científicos para quienes el valor hereditario y la descendencia en los alcohólicos no pueden ser consideradas aisladamente sin tomar en cuenta otros elementos del medio y elementos de tipo afectivo. BIBLIOGRAFÍA Luis Rodriguez Manzanera. (1981) Criminología. México. Marcos A. González b.(2007) Criminología. Santiago de Chile Hurwitz Stephan. (1956) Criminologia. Barcelona España. Doris Cooper Mayr. (2005) Delincuencia y desviación juvenil. Santiago de Chile http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol13_1_05/aci05105.htm . Jorde, i. B. y John C. Carey. (2010) Genética Médica. España.