IDOLOS Esteban: ¿Por qué necesitamos tener ídolos?, ésta construcción del siglo XX y XXI nombrando a personas con este calificativo incluso gritando a mucha gente con el apelativo de manera fuerte cuando pasa una personalidad que reconocemos por su exposición mediática, artística, etc., siempre hemos escuchado Salvador la famosa frase que resuena: “¡ídolo!” ¿Cómo estás? Salvador: Bien, muy bien pensando justamente en este tema que es tan característico de nuestra época y muy importante. Creo que hay varias palabras para analizar. Hablamos por ejemplo de ídolos populares, ¿Qué es un ídolo? Un falso Dios, por definición del diccionario un ídolo es eso. Esteban: Ya existía desde la antigüedad. Salvador: Claro es decir, que cuando le asignamos a una persona el nombre de “ídolo” estamos en alguna forma diciéndole que es “un falso dios”. Esteban: Creo que no lo piensa así la persona del siglo XXI. Salvador: Por otro lado también tenemos la palabra “diva”, que significa “divina”, o “diosa” a veces se usa también la palabra diosa, o sea que es una necesidad de divinizar a alguien. Héctor Berenguer decía: “maldito el pueblo que necesita de ídolos” pero estamos en un mundo donde parecería que los ídolos populares (ídolos comerciales en el fondo) tiene una importancia fundamental, en primer lugar para los que lo explotan, porque son fuente de ganancia muy importante; un ídolo en lo cinematográfico, artístico o deportivo, en el mundo de la canción, es siempre alguien que deja muchos dividendos, por otro lado se explota una necesidad de la gente, idealizar a ciertas personas, hacerlos ideales y transformarlos en ídolos, es una de las manifestaciones religiosas que tiene la sociedad de hoy el “ídolo”. A veces observo la actitud de la gente ante los ídolos populares veo que le rinden culto, es decir que allí hay un falso dios en serio, el asunto es que ese falso dios tiene pies de barro, pues es un hombre, sucede en muchos casos que se creen realmente dioses, en otros casos a pesar de que no aceptan eso, tienen que rendirse a las demandas de una sociedad que los oprime. Veamos qué pasa con los ídolos a largo plazo y creo que eso nos tiene que interesar, porque es justamente lo que motiva este programa. Cuando era muy joven el ídolo era Elvis Presley, él nació en 1935 cerca del Missisipi, era un hijo gemelo sobreviviente de un matrimonio y el jovencito vivió en ese clima, pueblerino. Cantaba Gospel en la iglesia del pueblo. Tenía una excelente voz por supuesto, cantaba muy bien, cuando se graduó en la escuela secundaria se empleó primero como chofer (para que veamos que viene desde abajo) era el chofer de un actor en una compañía eléctrica y grabó un disco para su mamá en una grabación privada. Escuché a Elvis Presley cantar Gospel y me pareció una voz maravillosa, hasta que un día salta a la fama y se transforma en ídolo popular, ese ídolo popular se olvida de su pasado porque no tiene que remontarlo y empieza a vivir la actitud de ídolo delante de toda la gente. Ya la idolatría trasciende lo artístico porque la gente estaba interesada en su vida personal, recuerdo cuando E. Presley tuvo que ir al servicio militar fue noticia, se preguntaban cómo iba a ir, a dónde, etc., porque la gente comienza admirando la parte artística pero termina endiosando a la persona total, allí es donde aparece lo peligroso porque alguien puede tener ciertos talentos artísticos, pero no quiere decir que sea un ejemplo a seguir en su vida, ni deba ser idealizado en lo personal. Elvis tuvo una vida impactante a nivel internacional pero cuando surgieron los Beatles su estrella comienza a declinar, en el momento en que la estrella de Elvis declina, él hace esfuerzos por mantener su estrella allí, entra en una crisis personal, porque la gente que lo idolatraba está perdiendo el fervor religioso del principio y se va hacia otros rumbos; eso no lo pudo soportar. Y el hecho de no poder soportarlo hace que caiga en las anfetaminas y que lo hayamos visto en los últimos años de su vida con sobrepeso y finalmente muriera angustiado como consecuencia de todo eso, que le trajo su baja en la popularidad. Podemos tomar otro ejemplo, Marilyn Monroe es la misma historia. Una chica que nació diez años antes 1926, fue abandonada por su padre antes de nacer, tuvo una infancia muy dura, se habla de que fue violada siendo niña, la madre fue internada en un psiquiátrico por una crisis nerviosa, vivió varios meses en un orfanato, finalmente a los 16 años se casa, alguien la ve, le saca fotos y su figura llega a las grandes compañías hasta que la Twenty Century Fox firma con ella el primer contrato y la lanzan a la fama lógicamente. Empieza a vivir ese mundo de ilusión, la chica de origen humilde, sencillo, entra a ese mundo y comienza a tener la admiración de toda la gente, empieza a vivir ese mundo de fantasía pero resulta que después de esa gran explosión comienza a sentir el vacío interior tremendo y lo canaliza por varios caminos hasta que finalmente cae con las pastillas también; tenemos un cuadro de angustia. Lo mismo podemos hablar de Michael Jackson es exactamente el mismo proceso, hasta su muerte y podemos hablar de Maradona, un ídolo popular que termina con las drogas, entonces uno tiene que preguntarse que pasa con estos ídolos, estas personas que se comprometen delante del publicó con su arte, capacidad, talento, es sobre valorado porque se le da una dimensión de ídolo, ya se lo admira por encima de lo que es, tiene estas características. ¿Por qué llegan a estos estados de angustia cuando los empieza a abandonar la popularidad? Porque tal vez pierdan el sentido que la vida tenía para ellos. ¿Quién tiene la culpa y debe pagar el precio de esta declinación? Creo que acá hay un problema personal y social también, es un conjunto de elementos que convergen para dar esto, por un lado la necesidad de la gente de erigir un ídolo, referentes y como dice alguien “nos dio tantas satisfacciones” y esto pasó con M. Monroe, M. Jackson , Maradona y tantos otros, los levantaron, elevaron pero luego no los sostuvieron ni se dieron cuenta que eran hombres, exigieron que fuera dios y siguiera siéndolo y resulta que no era Dios esa presión de ser divinidad que cayó sobre ellos es lo que produce después está reacción, el ídolo se cae delante sí mismo, la gente lo abandona y olvida, es decir lo ha consumido, es como si la gente le chupara la energía y le sacara todo el jugo posible, cuando ya no puede sacarle más entonces lo deja, allí aparece la persona y ésta se cae. Es un problema grave en esta sociedad porque estos ídolos no solamente son endiosados por gente sino explotados por grandes compañías, dejan tremendos dividendos económicos con su nombre simplemente, si un ídolo de estos va a un evento lo hace para jerarquizarlo, entonces se les empieza a pagar por la presencia. Si fulano de tal va a tal lugar y lo contratan por una hora para que simplemente pase por allí, el hecho de que esté jerarquiza. La persona se convierte en objeto, Marilyn Monroe era un objeto comercial, tenía que estar brillante permanentemente, tener siempre la misma sonrisa, hacer siempre el personaje de rubia tonta, resulta que no la dejaban ser como persona, lo mismo pasó con Elvis Presley y Maradona, tenía que ser siempre el hombre diez puntos en todos lados, lo llamaban para hacer campañas antidrogas mientras que él se estaba drogando; es un fenómeno social que hay que mirarlo en conjunto porque convergen muchas cosas en la destrucción de la persona porque en última instancia se la destruye. PAUSA... Esteban: El ídolo popular, su crecimiento, su apogeo, su caída, cómo una sociedad lo construye y destruye, como la persona queda realmente luego de ese pasaje por una experiencia traumática Salvador, hecha añicos sino lo que queda en la historia a largo plazo. Salvador: Por qué se nos ocurrió proponer este programa, pues si bien no he estado al lado de ninguno de estos ídolos estuve cerca de algunas personas famosas, me llamaron para que los auxiliara en algún momento de su vida. Por supuesto que no voy a dar los nombres, pero sí, quisiera mencionar algunas cosas. Vi la tremenda desolación del artista cuando su fama empezó a decaer, a darse cuenta que la gente ya no lo sigue como antes, la desesperación por producir algo que le devuelva la fama que tenía. La rebelión contra los años que lo van desgastando y no le dan la capacidad como para poder seguir adelante y te aseguro que eran cuadros realmente patéticos, conversar con estos hombres y mujeres a los que conocía, los había visto en el zenit de la fama, verlos en ese momento pidiendo un auxilio espiritual para su vida, porque realmente se sentían destruidos. Viviendo la desesperación que tenían frente a los años que se iban, la pérdida de la imagen física que fue tan importante para ellos en su trabajo, ver que las cuerdas vocales ya no respondían como en otro momento, eso hacía que los contratos disminuyeran, los representantes artísticos que los tienen justamente para que ellos negocien, porque es muy difícil negociar directamente con la persona y decirle: “mire su estrella está decayendo” los representantes artísticos recibían de los que lo querían contratar la devaluación de su figura y no se la podían trasmitir, pero finalmente la figura se daba cuenta porque ya no conseguía los contratos como antes; estuve con por lo menos tres personas que estaban viviendo esta situación y es realmente angustiante, es la sociedad que los eleva hasta determinado punto en que no van a permanecer, es la visión de ellos que cuando llegan allí se creen dioses y piensan que son eternos, es ver también su declinación final. Estos cuatro íconos de los que hemos hablado hoy M. Monroe, E. Presley Michael Jackson, Maradona, son solamente los emergentes que podemos poner frente al micrófono sus vidas son conocidas, pero hay muchos más detrás, hombres y mujeres a quienes la fama les ha hecho mal, la sociedad al hacerlos famosos y exigirles que sean ídolos populares terminan haciéndole muchísimo mal. Recuerdo la oración por Marilyn Monroe que escribe Ernesto Cardenal en el momento en que muere. Mueve sola con la mano tendida hacia el teléfono y Ernesto Cardenal dice: “Señor recibe a esta muchacha conocida en toda la tierra con el nombre de Marilyn Monroe, aunque ese no era su verdadero nombre, pero tú conoces su verdadero nombre” Ernesto Cardenal está pidiendo que reconozcan su verdadera personalidad, no lo que se construyó alrededor de ella. Dice “Señor en este mundo contaminado de pecados y radioactividad tú no culparás tan sólo a una empleadita de tiendas” y empieza a hablar de esa empleadita de tiendas que realmente fue vapuleada por los medios. Cuando termina el poema dice: “la película terminó sin el beso final la hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono y los detectives no supieron a quien iba llamar” y termina diciendo: “Señor quien quiera que haya sido el que ella iba llamar y no llamó, tal vez no era nadie, fuera cuyo número no está en el directorio de Los Ángeles, contesta tú el teléfono”. Es un dolorosísimo poema que leí hace muchos años cuando recién había muerto Marilyn, este poema de E. Cardenal me hizo pensar mucho sobre la realidad de la vida de esta gente aparentemente maravillosa, sin embargo tienen angustia como todos los seres humanos y la pobreza espiritual de todos ellos, la necesidad que tenemos como sociedad de entender esto que nos está diciendo Cardenal en este poema, que muchas veces estamos exigiendo en tal forma e ignoramos que la persona que tenemos delante es un hombre, tan vulnerable como cualquiera de nosotros y es peligroso ponerlo como ídolo popular, porque como decíamos no se admira solamente el talento, sino toda la persona y cuando ésta cae, el que ha puesto su esperanza en ella cae juntamente con la persona. Es la angustia de la persona que finalmente se transmite al que lo está viendo. ¿Por qué necesitamos ídolos? Porque necesitamos tener alguien allí a quien adorar, el pensamiento religioso se ha ido hacia los ídolos populares, se ha llevado hacia ellos, se los adora realmente. Uno va a un festival donde uno de estos personajes actúa, se los adora realmente porque reciben adoración y el tributo de la gente. He visto colas, hechas durante una semana para ver a Madona, donde hay adolescentes que se paran ahí a la intemperie esperando para tener una buena ubicación y están siete días viviendo así y pagan una fortuna para situarse cerca de su ídolo, es tremendo, esto habla de una sociedad que también está empobrecida, necesita levantar ídolos, después abandonarlos y olvidarse que son personas, no acercarse cuando los ídolos han caído, no tenderles la mano humana que esa gente necesita, creo que forma parte del salvajismo de esta sociedad. Siempre en la Biblia se ha condenado la idolatría en todas sus formas, creo que esta es la idolatría moderna, así como los antiguos hacían un muñequito de barro lo adoraban y decían: "Este es nuestro dios". Esteban: Nos parecía algo tan tonto esto. Salvador: Hoy levantan seres de carne y hueso, los adoran como si fueran dioses y después los abandonan cuando sienten que ya no son tan rutilantes como imaginaron al principio y quedan estos, (lo digo con mucha compasión), como despojos humanos porque han sido despojados de su humanidad realmente, me despierta mucha compasión hablar de estas personas, sobre todo el ejemplo de E. Presley, pensar en la forma que murió, porque pertenezco a la generación que los admiró, los seguía, pero que luego los abandonó, ya son pieza de museo. estoy pensando en la persona que hay detrás, en lo que decía Ernesto Cardenal, no tendríamos que levantar ídolos, ni desentendernos de la persona, creo que todos debemos entender como seres humanos, estamos en la dimensión humana, no hay que idolatrar a nadie, transformarlo en ídolo ni rendirle culto a nadie, debemos entender que el culto debe ser rendido a Dios y siempre es bueno admirar el talento ajeno y reconocerlo, pero nunca idolatrarlo, tengamos cuidado porque en este momento los intereses comerciales levantan ídolos por todas partes, viven de falsos dioses, se explota la religiosidad de la gente levantándole figuras a los que conviertan en ídolo, primero los “ídolo izan”, luego los idolatran, pero en el fondo son falsos dioses, no satisfacen ni al que los adoran, ni están satisfechos ellos mismos, porque la verdadera satisfacción está en encontrarnos con el verdadero Dios, no con falsos dioses, la verdadera respuesta la recibimos todos del mismo Dios, no de nuestros semejantes idolatrados por nosotros, creo que esta tremenda ausencia de Dios en nuestra sociedad es la que nos lleva levantar ídolos; este es uno de los grandes problemas que tenemos, busquemos al verdadero Dios, admiremos a la persona pero desechemos la idolatría y al ídolo.