En la edad media se acuñó el término homo viator, que reconocía al hombre como un caminante por los senderos de la vida. Ese caminar iba en busca de la perfección e hizo pasar de los viajes imaginarios, plasmados en célebres libros, al peregrinaje en rutas que fueron el antecedente de los actuales desplazamientos masivos, además, desde luego, de las empresas de exploración y de conquista. Supongo que los motivos espirituales, comerciales o de avasallamiento conllevaban, además, el gozo de conocer nuevas tierras, nuevos sabores y vivir experiencias y aventuras que estimularon verdaderas odiseas. El impulso de viajar responde sin duda a una necesidad interior que todos los seres humanos llevamos dentro. Con la revolución industrial aparecieron los barcos de vapor y los ferrocarriles que permitieron a algunos privilegiados hacer viajes cada vez más placenteros, llegando el momento del gran cambio en el que el placer fue, por si solo, el motivo de los viajes. A mediados del siglo XX se llegó a la culminación la etapa que sumó el gozo con el ocio, o sea la total inactividad, anhelada especialmente por quienes volvían de las guerras o los que buscaban escapar de las tensiones citadinas; así llegó a su apogeo el turismo de sol y playa que podríamos visualizar en la imagen quimérica de ocupar una tumbona a la orilla del mar con el brazo extendido, esperando el coco y los manjares. Si bien sol y playa serán siempre un atractivo, han sucedido acontecimientos en el mundo que han cambiado las cosas, por ejemplo la preocupación por el cuidado de la naturaleza y el creciente aprecio por la diversidad cultural, querencias de tal envergadura que se han convertido en las dos vertientes de mayor crecimiento del turismo mundial: ecoturismo y turismo cultural. El turismo es ya uno de los renglones económicos mas vigorosos y de mayor crecimiento en el mundo, guarda una estrecha relación con el desarrollo y es motor clave del progreso socioeconómico, por ello las Naciones Unidas convirtieron a la Organización Mundial de Turismo en su más joven organismo especializado. La ONU reporta que las cifras de negocios turísticos igualan, e incluso superan, a las exportaciones de petróleo, de productos alimenticios y de automóviles. El turismo se ha convertido en uno de los principales actores del crecimiento económico, del desarrollo regional, de la generación de empleos, de la preservación del medio ambiente y del desarrollo del patrimonio cultural. El turismo representa una de las principales fuentes de ingresos de numerosos países en desarrollo que han sido capaces de aprovechar estas oportunidades que van de la mano de la construcción, de las telecomunicaciones y de actividades primarias como la agricultura y la pesca. Revisemos algunas cifras claves dadas a conocer por la Organización Mundial de Turismo: - El turismo representa el 5% de la actividad económica mundial - Entre el 6% y el 7% de los empleos creados en el mundo son generados por el turismo - - Los turistas internacionales entre 1950 y 2011 pasaron de 25 a 980 millones de viajeros y su índice de crecimiento se estima en 4% - Lo anterior significa un movimiento anual de 919,999 millones de dólares (693,000 millones de euros) - En 1950 los 15 destinos más importantes absorbían el 88% de los turistas internacionales, en 1970 el 75% y en 2010 bajaron al 55%, esto debido a la aparición de nuevas ofertas, muchas de ellos en los países en desarrollo. - El aumento de turistas internacionales a los destinos en países en desarrollo ha aumentando del 32% en 1990 al 47% en 2010. Como podemos ver los índices de crecimiento del sector turismo son muy superiores al resto de como lo dijimos exportaciones automóviles. antes, mundiales El turismo la economía mundial, equiparándose, pero de vale petróleo, representa la pena repetirlo, productos ya el a alimenticios 40% de las y las exportaciones mundiales de servicios y se estima que para el 2020 se habrá consolidado como el primer renglón de la economía mundial. BONDADES DEL TURISMO QUE TRASCIENDEN SU IMPORTANCIA ECONOMICA Adicionalmente de las sorprendentes cifras económicas del sector turismo y de sus índices de crecimiento, resulta que, además, conjunta una serie de cualidades que parecieran ideales para diseñar un modelo de crecimiento ejemplar. Según muestran los reportes los viajeros del siglo XXI desean aprovechar sus días de asueto no solo para el descanso físico, sino para el enriquecimiento de su mente y espíritu. Entrar en contacto con la naturaleza y con los valores culturales de la región visitada son el nuevo paradigma de los viajeros. ¿De que manera el turismo esta condicionando nuevas alternativas? Las corrientes de viajeros van al encuentro de la naturaleza y la cultura, siempre y cuando estén rodeadas por buenos servicios, es lógico que pedirán entornos y paisajes cuidados, limpios, señalizados y con buena y cuidadosa infraestructura. Lo anterior significa la movilización inédita de recursos para beneficio del medio ambiente y los bienes culturales; esto es un estímulo para el desarrollo sustentable en base a un mercado sensible y exigente en cuanto a sus estándares de calidad, que obliga a la capacitación y a la generación de ofertas de productos buenos y originales. Las expectativas de los viajeros han generado una creciente demanda por hoteles boutique, casa rurales y otros servicios que permiten florecer pequeñas y medianas empresas, generando nuevos empleos que reducen por ejemplo la pobreza o el analfabetismo al hace posible mejores sistemas de salud, educación, etc. En la medida que un buen número de los entornos naturales más privilegiados por la biodiversidad y la pluralidad cultural se ubican en los países en desarrollo, los flujos de viajeros se están dirigiendo prioritariamente a los países del sur, sin dejar por ello de ser provechosos para los consumidores y las empresas del norte. Un buen número de países y regiones pobres reflejan ya en su balanza de pagos la importante contribución del turismo, en la medida que esta actividad es una de las pocas en las que pueden participar con altas posibilidades de éxito competitivo. El director de la OMT señaló que en el 2012 una séptima parte de la población mundial cruzó una frontera como turista. Esta cifra extraordinaria significa innumerables oportunidades de desarrollo en tiempos de incertidumbre económica. “Imaginen como se pueden transformar los modelos de negocio si mil millones de personas piden hoteles con prácticas sostenibles, si adquieren productos locales o contratan guías del lugar. Son pequeñas acciones pero, dado el tamaño de nuestro sector, su impacto puede ser inmenso”. El modelo de desarrollo promovido por la OMT está diseñado para: -Cuidar la calidad del medio ambiente y el patrimonio cultural con una política de sostenibilidad -Proveer experiencias de calidad para el visitante y los anfitriones -Promover el respeto y la conciencia ambiental y cultural -Ofrecer servicios de excelencia -Lograr la obtención de beneficios y la salud financiera -Promover las oportunidades de negocio con la participación local -Mejorar la calidad de vida de la población local reconociendo la importancia de su participación para el logro de un desarrollo incluyente -Apoyo a los derechos humanos y el estado de derecho ¿CUÁL ES LA SITUACIÓN DE MEXICO? De acuerdo a las tendencias mundiales del turismo y las potencialidades de México tenemos motivos suficientes para ser optimistas. México es una de las 10 naciones en la tierra a la que se le reconoce el grado de megabiodiversidad, es decir nuestra variedad de ecosistemas nos coloca como un sitio privilegiado para generar proyectos ecoturísticos basados en la naturaleza. La pluralidad cultural mexicana, desde el desarrollo y domesticación de productos agrícolas milenarios a la música, la gastronomía o las 56 lenguas habladas en el país también son factores para intentar apasionantes propuestas de turismo cultural. Quizás nuestra mayor fortaleza es mostrar como en cada uno de los ecosistemas mexicanos ha habido desarrollos civilizatorios que observan una continuidad cultural excepcional. Con buenos esquemas de negocios, en base al abanico de potencialidades y propuestas originales que demandan las tendencias mundiales, podríamos asegurar que estamos ante oportunidades más que halagüeñas. Sin embargo nadie puede negar el daño que la delincuencia y la corrupción nos han infringido. Cada año la organización Brand Future publica el resultado de un estudio a nivel mundial que enmarcan en la llamada marca país. El estudio anterior recoge la opinión de una selecta muestra de muy diferentes países y toca temas tan diversos como: Sistema de valores, calidad de vida, aptitud para los negocios, patrimonio y cultura y turismo. Ante los problemas por todos conocidos México realmente no aparece en ninguno de los temas considerados. No hay duda que la inseguridad nos ha afectado, pero que no figuremos en temas como biodiversidad, historia o patrimonio cultural lo único que refleja es que no se ha hecho nada para difundir valores que existen más allá de problemas circunstanciales. Si aparecen Perú, Costa Rica o Uruguay nuestra ausencia solo se explica por la falta de rumbo que hemos tenido. En el último reporte se describe así a nuestro país: Un país conocido por sus organizaciones criminales, la corrupción y el tráfico de drogas. “Sin embargo la reciente política, la reestructuración legal ha hecho que muchos expertos se muestren optimistas acerca de las perspectivas del país. México se está convirtiendo gracias a una agenda firme y la política exterior continúa diversificando su economía mediante el desarrollo multisectorial. Los frutos de estos importantes trabajos comienzan a notarse en numerosas áreas”. Aún cuando sean de esperarse dolores en el proceso, los expertos predicen para los próximos años resultados positivos en lo político, económico y social. “Si estas predicciones se logran, México podría convertirse en un peso pesado mundial”. Future Brand tiene un cuadro esperanzador de lo que llama “Los 15 países líderes del mañana”, entre ellos coloca a México en el lugar 8.