Había una vez un niño que le encantaba el rosa. Todos se burlaban de él, sus amigos/as, sus padres, su hermano etc. El niño se sentía muy, muy solo. Todos los días que iba al colegio iba de rosa y todos se reían de él. El niño iba cada día al colegio pensando: “Se reirán de mi otra vez”. Cuando llegó a clase abrió su estuche rosa y un niño gritó: “Mirad su estuche y todo es rosa, hasta sus calzones”. El niño se fue de clase llorando hasta su casa. En su casa se tiró a su cama llorando, tiró su ropa al suelo y se puso su ropa de otro color, pero pasó una cosa. El niño no volvió al colegio nunca más. El niño se pasaba la tarde con sus padres comprando, jugando etc. El niño ya se aburría y decidió llamar a su abuela para ir a jugar. El niño salió de casa a escondidas y se fue a casa de su abuela. Al cabo de un rato sus padres después de buscarlo por todas partes, sus padres llamaron a la policía. Se montó un gran follón en el pueblo y el niño se dio cuenta de que tenía que volver a su casa. Cuando volvió a casa sus padres le interrogaron y llamaron a la policía. Todos se alegraron en el pueblo. Al cabo de unos días en su colegio dieron lo que era la igualdad e hicieron una gymkana y como el niño era el más rápido todos le querían pero se dieron cuenta que ellos le expulsaron y se dieron cuenta de que da igual que el niño fuese de rosa, los colores son de todos. Y todos le pidieron perdón. Y el niño volvió al colegio y siempre iba de rosa y nadie se burlaba de él. Tristán García 3ºB