Omar Rincón, “Medios y presidencialismo en América Latina” Omar Rincón es investigador y profesor de Comunicación y Televisión de la Universidad Javeriana (Colombia) y periodista. Estudió Dirección de Cine en la Universidad de Nueva York. Es director del posgrado en Periodismo de la Universidad de los Andes, analista del diario “El Tiempo” e instructor principal en televisión del Programa de Medios de Comunicación para América Latina de la Fundación Ebert. “Hablo de la comunicación, pero tenemos un pensamiento sobre la comunicación un poco extraño, como un accesorio. Hoy en día parece que todos nos piden ayuda a los comunicadores para ver si entendemos lo que está pasando”. “Voy a hablar de Democracia 1.0, de los viejos medios, no de los nuevos medios. Quiero decir tres cosas a lo largo de esta exposición: a los políticos y a los gobernantes les está yendo muy bien en América Latina; a los medios les está yendo muy mal; y a la democracia le está yendo peor. Los gobernantes están super bien, con encuestas que muestran a presidentes exitosos con más del 50 % de imagen buena en las encuestas, como Bachelet, Lula, Uribe... algo inédito en América Latina, quizás porque antes no había encuestas, no sé, pero les está yendo muy bien. Estos muchachos son populistas. ¿Les va bien porque son populistas? Es el mismo populismo aplicado como una manera de hacer las cosas. Nosotros trabajamos en un libro que se llama 'Los telepresidentes', que viven buscando el amor público, gobiernan en elecciones permanentes y siempre ganan. Son democracias de opinión. Si yo puedo conquistar al pueblo, hagamos elecciones, que las puedo ganar. ¿No es una democracia un poco cínica? El presidente de Colombia dice que el pueblo lo elige, lo quiere y eso es todo legal. Pero no es tan legal cómo hicieron los cambios para que pueda ser legal. A 1 eso lo denomino democracia cínica, no importa desde qué ética”. “Hay relaciones muy problemáticas entre medios y gobiernos, donde Televisa domina al gobierno en México. El caso es interesante, porque al presidente de la Comisión de Medios del Senado, que era el vocero del PAN -el partido del gobierno en el poder-, Televisa lo borraba digitalmente cada noche, visualmente, todas las noches. El PAN se asustó y quitó al vocero. El caso boliviano también es muy fuerte, por el trabajo de los medios contra Evo Morales. En argentina el Gobierno puede pasar de estar totalmente entregado a los medios a estar enfrentado. O donde dominan a los medios, como en Venezuela”. “¿Cómo le va a la política mediática? Estos presidentes son un producto mediático. ¿Los medios son los culpables de esto? Los medios tienen poder, pero no tanto para hacerlos culpables de todo. En la televisión, en América Latina, en 2006 hubo once países que tomaron partido por un candidato presidencial, pero nueve de ellos perdieron, así que no tienen tanto poder como se cree. Segundo, no solo los medios están en crisis, sino que lo que está en transformación son todas las figuras de la política, como los partidos, la representación de la sociedad. Y ahí los medios estamos pagando muy caro esto, porque no tomamos conciencia que estamos en una crisis radical. Hay que tomar conciencia de esto. Gobiernos como el de Chávez, Correa o acá en Argentina, critican fuertemente a los medios, pero son los que más pautan en los medios. ¿Son tan malos que no hay que invertir en ellos? Hay una contradicción. El primer anunciante en Venezuela y Ecuador son los gobiernos de Chávez y Correa. Por eso, son pragmáticos”. “Hay un mix entre prácticas de la vieja política clientelar, que se mezclan con Internet, la farándula y los programas de información, que uno no sabe explicar. Todos pueden decir 2 que algo triunfó, no hay una teoría única, todas son válidas: la de la nueva política, la clientelar y la farándula. Pero hay dos esferas públicas que no se juntan: los que leen los periódicos, que son los empresarios, políticos y periodistas, que creen que el mundo se va a acabar al otro día, apasionadísimos; mientras la sociedad está harta de medios y política, con movimientos sociales que están en otra. La ciudadanía cree menos en los medios, los políticos y la democracia, que se fueron para otro lado. Estamos perdiendo a la ciudadanía. Esto ha llevado a tres modelos de ciudadanía democrática: el de la plaza pública, de partido e ideología, que lee los diarios, va a reuniones políticas, cree en los partidos políticos; una segunda, de medios y audiencia, la telepolítica de ciudadanías entretenidas y contemplativas, que quieren ser divertidas, pasarla bien y por eso van a los medios y premian a los políticos que los hacen pasar bien; y la tercera, de nuevos medios e interactiva, que llamamos interactivas o de comunidades y redes, que son asustantes y miedosas, donde la gente participa activamente para pensar con quienes piensan igual a ellos, que se quieren mucho y son muy inteligentes, pero en esa comunidad todos piensan igual, donde cada grupo es una esfera pública y no se juntan con otras”. “Y a la democracia le está yendo muy mal, la democracia prometió demasiado, que iba a dar comida, educación e iba a curar. Pero es un modelo político la democracia, no es un modelo de salud ni económico. Por eso la gente dice 'mejor banquémonos el autoritarismo político de Uribe, Chávez o Correa, porque la democracia no nos ha dado eso que prometía'. Segundo elemento, es que la democracia justifica todo. Chávez dice que es democrático porque gana elecciones; Uribe cambia las normas y gana las elecciones; Correa... todos se dicen democráticos. Cada democracia se ha vuelto un empaquetamiento distinto, sin un significado, como si fuera un 3 adjetivo. No aceptamos que el otro pueda tener la razón, ¿y qué ganamos con eso? En Colombia se reúnen cinco empresarios a un diálogo político y piensan que ganan si imponen sus puntos de vista”. “La pregunta sería simple: si la democracia no fue algo que nos impusieron y que nunca lo vivimos como algo natural. Por eso, nos volvimos feudalistas, porque en el ADN natural nunca vivimos la democracia. La segunda pregunta es si no fuimos capaces de evangelizar en este credo, de venderla adecuadamente como comunicadores. La primera conclusión, es que los medios nos dedicamos a hablar mal de los políticos, del gobierno, del sistema judicial, venimos todo el tiempo desprestigiando al sistema político y al sistema judicial, pero ahora dicen que se vayan todos, inclusive los medios de comunicación y los periodistas. Por eso nos pueden dar en la cabeza a los periodistas y nadie nos va a defender. Además creamos el periodismo ciudadano para que la gente haga el periodismo y renunciamos a eso. Además, estamos en múltiples esferitas públicas”. “¿Qué vamos a hacer para volver a construir un colectivo? Los medios tenemos que reinventarnos, porque no estamos conectados al mundo de la vida. Hoy leía en el diario La Nación, de Argentina, que se planteaba cómo hacemos para reinventar el periodismo, si somos solo los mensajeros. Tenemos que volver a inventar la democracia, un nuevo relato, si queremos volver a seducir a la sociedad. La respuesta es pasar de la democracia cínica a la democracia radical de ciudadanos”. 4