evaluación del comportamiento de cultivares de colza canola en la

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EVALUACIÓN DEL COMPORTAMIENTO DE CULTIVARES
DE COLZA CANOLA EN LA pLATA, pCIA. DE BUENOS AIRES.
Chamorro Adriana Mabel, Bezus Rodolfo, Tamagno Lía Nora.
Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales – UNLP. Curso Oleaginosas y Cultivos Industriales Regionales.
Calle 60 y 119. La Plata. C.P. 1900. C.C. 31. Pcia. de Buenos Aires. chamorro@agro.unlp.edu.ar
RESUMEN.
Con el objetivo de caracterizar el comportamiento de seis cultivares de colza canola en el área de influencia
de la FCAyF–UNLP, en los años 2006 y 2007 se condujeron dos ensayos comparativos de rendimiento evaluando los cultivares Eclipse, Impact, Jura, Legacy, SW2797 y SW2836. La duración total del ciclo para los
distintos cultivares fue de 141-146 y 148-154 días en los años 2006 y 2007 respectivamente. Los rendimientos
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promedio fueron de 186 g.m en el año 2006 y 299 g.m en el 2007, y los cultivares sólo se diferenciaron en
el 2006. El contenido de aceite en semilla fue similar entre años con un rango de 42,4% a 52,6% según cultivares. Se analiza la determinación del rendimiento a través de sus componentes y la incidencia del ambiente
sobre el rendimiento y sobre el comportamiento fenológico del cultivo. Los resultados obtenidos muestran a la
colza canola como una alternativa de cultivo para la zona y justifican la continuación de ensayos con el fin de
estudiar su comportamiento incluyendo otras variables además de los cultivares.
PALABRAS CLAVE: rendimiento, fenología.
ABSTRACT.
To describe six canola cultivars behaviour in the area of FCAyF-UNLP, two field trials were carried out. In
2006 and 2007, Eclipse, Impact, Jura, Legacy, SW2797 and SW2836 were tested. Total length cycle cultivars
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were 141-146 days and 148-154 days on 2006 and 2007 respectively. Seed yield means were 186 g.m in 2006
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and 299 g.m in 2007, and cultivars differed only in 2006. Oil seed contents were similar both years and ranked
from 42,4% to 52,6% according to cultivars. Yield determination trough its components and environmental
effects on seed yield and phenological crop behaviour are analysed. Results allow to consider the canola as an
alternative crop for the FCAyF-UNLP area and justify continuing the research on canola performance in the
region including more study variables.
KEYWORDS: seed yield, phenology.
INTRODUCCIÓN.
La colza es uno de los principales cultivos productores de aceite nivel mundial, ubicándose en segundo
lugar en producción de semillas oleaginosas luego de la soja, con un volumen de 49,5 millones de toneladas
(FAO, 2008). Su crecimiento en la década del ´70 se relacionó con la obtención de las variedades doble cero o
canola, las cuales poseen contenidos reducidos de ácido erúcico y glucosinolatos en la semilla. El ácido erúcico,
presente en el aceite, limitaba su utilización como aceite comestible, mientras que los glucosinolatos afectan a
los animales (principalmente monogástricos) que consumen la harina de la colza tradicional.
La Argentina posee una extensa superficie apta para su cultivo (Murphy, 1991), y su incorporación en los
sistemas productivos sería favorable por aportar diversidad en aquellos planteos basados principalmente en
cereales de invierno, facilitando y abaratando el control de malezas y favoreciendo el manejo de enfermedades.
Por otro lado, permitiría, una utilización más eficiente de las maquinarias por no coincidir las operaciones de
siembra y cosecha con las de los cereales de invierno. Por tratarse de una oleaginosa invernal, y dado que en la
Argentina predominan ampliamente las oleaginosas de verano, entraría a la industria en una época en que merma
la disponibilidad de materia prima. Además, su cosecha más temprana que los cereales de invierno, permitiría
adelantar la fecha de siembra de un posible cultivo de segunda (Iriarte y Valetti, 2006).
A pesar de esto, los distintos intentos de promoción de este cultivo no han sido exitosos debido a múltiples
factores. Actualmente, esta situación pareciera estar cambiando, se ha avanzado en el conocimiento de distintos aspectos tecnológicos del cultivo, se dispone de cultivares adecuados, tanto el grano como el aceite y los
subproductos tienen una demanda internacional en crecimiento y la calidad del producto obtenida en el país
cumple con los mercados más exigentes. Por otro lado, existen actualmente compradores interesados en nuestra
producción, que garantizan un precio base, se están abriendo nuevos puntos de recibo de la mercadería, y también se está procesando colza en el país. La producción de biodiesel es otro factor importante que contribuirá al
crecimiento de la colza en la Argentina. A nivel nacional, la superficie sembrada en los últimos 5 años apenas
ha promediado las 13.000 has casi totalmente restringidas a la provincia de Buenos Aires (con el 82% del total
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del país, SAGPyA, 2008). En el año 2007, la colza canola ha registrado un notable incremento en el área de
siembra, superando las 30.000 has, además de una difusión a áreas no tradicionales como Mendoza, Córdoba,
La Pampa, Entre Ríos y Santa Fe, mientras que para el 2008 se estiman unas 60.000 has (Martínez, 2008)
Un aspecto básico del manejo del cultivo se relaciona con la elección del material genético a sembrar. En
colza, el mercado de cultivares se ha ampliado vertiginosamente en los últimos años, y a la par, se han iniciado
numerosas producciones de este cultivo, como pruebas piloto, en diferentes sitios de la Argentina. Debido a
la gran variedad, tanto de ambientes como de materiales genéticos actuales, es de gran importancia conocer el
comportamiento de los mismos en las distintas zonas potenciales de producción. Al respecto, el INTA reactivó
la red de cultivares comerciales de colza en varias localidades del país, la cual es coordinada por la Chacra
Experimental Integrada Barrow. Sin embargo, ninguna de estas localidades se halla en el área de influencia de
la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la UNLP. Ensayos previos muestran la factibilidad del cultivo
con buenos rendimientos comerciales (Chamorro et al., datos no publicados) pero el recambio y aparición de
nuevos cultivares en los últimos años hace necesario generar información actualizada.
El objetivo de este trabajo fue caracterizar el comportamiento fenológico y productivo de seis cultivares
de colza canola en el área de influencia de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la UNLP.
MATERIALES Y MÉTODOS.
En los años 2006 y 2007 se condujeron dos ensayos comparativos de rendimiento en la Estación Experimental Julio Hirschhorn (34º 52 L S, altura 15 m snm) dependiente de la Facultad de Ciencias Agrarias y
Forestales de la UNLP. Los cultivares evaluados fueron: Eclipse, Impact, Jura, Legacy, SW2797 y SW2836,
cuyas principales características se presentan en la Tabla 1.
Los ensayos se sembraron en un lote clasificado como argiudol típico siguiendo un diseño de bloques al
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azar con cuatro repeticiones y parcelas de 7 surcos de 5,5 m de largo distanciados 0,20 m (7,7 m ).
En el año 2006, el cultivo antecesor fue trigo, y en el 2007 fue lino. En ambos, la labranza fue la convencional para la zona, con rastra de discos y dientes.
Tabla 1: Principales características de los cultivares evaluados.
La siembra se realizó el 7 de junio en el año 2006, y el 5 de junio en el 2007, con sembradora experimental de
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conos, lográndose una densidad de 173 +/- 16 y 153 +/- 17 plantas.m en el 2006 y 2007 respectivamente.
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En ambos años, previo a la siembra, se aplicó trifluralina a una dosis de 1.5 l.ha . En el momento de la
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siembra se fertilizó con 50 kg.ha de fosfato diamónico (18-46-0) e igual dosis de úrea (46-0-0), distribuidos
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al voleo en cobertura total. Al final del estado de roseta, se aplicaron 50 kg.ha más de urea.
En el año 2006 se registró ataque de pulgón ceniciento (Brevicoryne brassicae) que se controló químicamente. No se observó incidencia de enfermedades. En el 2007, no se registraron enfermedades ni insectos.
Se hizo el seguimiento fenológico del cultivo siguiendo la clave propuesta por el CETIOM (1988), registrando los estados C2 (fin de estado de roseta), F1 (inicio de floración) y G5 (granos de las 10 primeras silicuas
coloreados).
La cosecha se realizó manualmente cuando las semillas del tercio medio de la inflorescencia principal
tornaron al color rojizo (momento indicado para el corte e hilerado, coincidente con la madurez fisiológica). Se
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cortaron a ras del suelo todas las plantas de una superficie de 0,60 m . Se trilló manualmente y se registraron
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los componentes del rendimiento: número de plantas.m , número de silicuas.planta y peso de mil semillas
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(PMS), calculándose el número de semillas.silicua y el de silicuas.m y semillas.m . Se evaluó el rendimiento,
la producción total de materia seca y se calculó el índice de cosecha como la relación entre la producción de
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semilla y la producción de materia seca. Tanto el rendimiento como la materia seca se expresan en peso seco.
Se calculó el rendimiento ajustado usando la siguiente fórmula:
Rendimiento ajustado= Rendimiento + [(% aceite - 43)* 0,01* Rendimiento]
Siendo 43 la base de comercialización para el porcentaje de aceite en colza canola, y 0,01 el descuento o
bonificación sobre esa base que se realiza por cada 1% de aceite o fracción proporcional.
Se determinó el contenido de materia grasa en semilla por el método Soxhlet.
Los datos se procesaron por el análisis de la varianza usando el test de Tukey para la comparación de
medias (P=0,05).
En la Figura 1 se presentan los registros térmicos e hídricos históricos y para ambas campañas, provistos
por la Estación meteorológica de la Estación Experimental.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN.
Las condiciones meteorológicas de ambos años difirieron entre sí y con respecto a las históricas (Figura 1).
El año 2007 fue particularmente frío, sobre todo en los meses de junio, julio y agosto, habiéndose registrado
una nevada el 9 de julio. El año 2006, térmicamente fue más parecido a los valores históricos. Con respecto a
las condiciones hídricas, ambos años presentaron períodos secos, 2006 en los meses de agosto y septiembre,
y 2007 en julio.
FIGURA 1: Temperaturas medias mensuales (líneas) y precipitaciones mensuales (columnas)
del período Mayo – Noviembre para los años 2006, 2007 y registros medios históricos (1987-2007).
En ambos años se logró una buena implantación del cultivo, en un período de 13 a 15 días y con un buen
stand de plantas. En la Tabla 2 se presentan las fechas registradas para el fin del estado de roseta (C2), el inicio
de floración (F1) y el estado de granos coloreados (G5). En el año 2006 el estado C2 se observó anticipadamente,
en el mes de julio, para todos los cultivares evaluados, mientras que en el 2007 se registró en agosto. El inicio
de floración, se produjo en septiembre en ambos años, pero se adelantó entre 2 y 10 días en el año 2007 con
respecto al 2006. El cultivar más precoz fue SW2836 y el más tardío Jura, aunque con poca diferencia con los
demás materiales. La madurez del cultivo se alcanzó unos 5 a 10 días antes en el año 2006, con una duración
total del ciclo de 141-146 días en el 2006 y 148-154 días en el 2007.
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Tabla 2: Registro fenológico para seis cultivares de colza canola sembrados en La Plata (Fechas de
siembra: 7/6/06 y 5/6/07, emergencia: 20/6/06 y 20/6/07)
Referencias: C2: Fin de estado de roseta, F1: Inicio de floración, G5: Granos coloreados
en las 10 primeras silicuas (10 silicuas basales de la inflorescencia principal)
La Figura 2 muestra los rendimientos en semilla obtenidos por los distintos cultivares en los dos años. Los
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valores promedio fueron de 186 g.m en el año 2006 y 299 g.m en el 2007. Sólo se registraron diferencias
estadísticas en el 2006, con Jura como el material más productivo, mientras que Legacy y SW2797 presentaron
los menores rendimientos. En el 2007 la producción en semilla de los distintos cultivares fue similar, con una
tendencia de Eclipse a rendir menos que el resto que se hace significativa al nivel de P= 0,10, aunque diferenciándose sólo de Impact y SW2797.
FIGURA 2: Rendimiento en semilla de seis cultivares de colza canola evaluados en La Plata
(Fechas de siembra: 7/6/06 y 5/6/07).
Para cada año, letras diferentes indican diferencias significativas según la prueba de Tukey (P=0,05)
La producción de materia seca también fue mayor en el año 2007 que en el 2006 (Tabla 3), con promedios
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de 936 y 824 g.m respectivamente. Además, se particionó más eficientemente en el 2007).
Tabla 3: Materia seca total producida, índice de cosecha (IC) y altura de planta de 6 cultivares de
colza canola sembrados en La Plata.
Valores seguidos por la misma letra no difieren entre sí según la prueba de Tukey (P=0,05)
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Los índices de cosecha registraron diferencias estadísticamente significativas en ambos años, aunque la
tendencia no fue la misma. Mientras que en 2006, Jura fue el más eficiente e Impact el que presentó el valor
más bajo, en el 2007, Jura es el que presentó el menor valor y sólo se diferenció de Legacy que fue el de mayor
índice de cosecha (Tabla 3).
Las plantas fueron, en promedio, 20 cm más altas en el segundo año, se diferenciaron entre cultivares y,
en general, siguieron la tendencia de la producción de materia seca total (Tabla 3).
Los componentes del rendimiento para ambos años se presentan en las Tablas 4 y 5. Se observa que el mayor
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rendimiento obtenido por Jura en el año 2006, se debió a un mayor número de semillas.m , producto de altos
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valores conjuntos de silicuas.m y semillas.silicua , componentes que, individualmente, no se diferenciaron
significativamente entre cultivares.
Tabla 4: Componentes del rendimiento para seis cultivares de colza canola sembrados en La Plata
(año 2006)
Valores seguidos por la misma letra no difieren entre sí según la prueba de Tukey (P=0,05)
PMS: peso de mil semillas
Por otro lado, se observa que los mayores rendimientos obtenidos en el año 2007 se lograron tanto por un
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mayor número de semillas.m (con promedios de 62746 para 2006 y 79606 para 2007) como por un mayor
peso individual de las mismas (con valores medios de 3,40 y 4,07 g para el peso de mil semillas en 2006 y
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2007 respectivamente). A su vez, el más alto número de semillas.m , se relacionó tanto con un mayor número
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de silicuas.m como de semillas.silicua .
Tabla 5: Componentes del rendimiento para seis cultivares de colza canola sembrados en La Plata
(año 2007)
Valores seguidos por la misma letra no difieren entre sí según la prueba de Tukey (P=0,05)
PMS: peso de mil semillas
El contenido de aceite en semilla fue similar para ambos años, con valores de 48,6% y 48,0% para 2006 y
2007 respectivamente. Si bien no se analizó estadísticamente esta variable, llaman la atención los bajos valores
obtenidos para los cultivares Jura y Legacy con respecto a los restantes materiales evaluados, situación, además,
repetida en ambos años (Tabla 6).
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Tabla 6: Contenido de materia grasa en semilla y rendimiento ajustado para seis cultivares de colza canola sembrados en La Plata.
Valores seguidos por la misma letra no difieren entre sí según la prueba de Tukey (P=0,05)
El rendimiento ajustado convierte la bonificación o el descuento obtenidos en la comercialización por el
contenido de aceite en kilos de semilla, permitiendo una más fácil comparación cuando los materiales difieren en el porcentaje de aceite. En la Tabla 6 se observa que, al igual que para el rendimiento en semilla, las
diferencias entre cultivares sólo fueron estadísticamente significativas en el año 2006, y en el 2007 se hicieron
significativas al nivel de P=0,11. En ambos casos, a pesar de los diferentes contenidos de aceite, siguieron la
tendencia de los rendimientos en semilla.
Si se comparan los niveles de rendimiento alcanzados por la colza canola con los reportados por la red nacional de cultivares de colza (Iriarte et al., 2008), se pueden considerar buenos en el año 2006 y muy buenos en
el 2007, con excelentes contenidos de materia grasa para la mayoría de los cultivares en ambos años. La marcha
de las condiciones hídricas de cada año habrían determinado los distintos niveles de producción. La ocurrencia
de condiciones de sequía es mejor tolerada por la colza durante las etapas vegetativas, particularmente la etapa
de roseta, como sucedió en el año 2007, mientras que el estrés hídrico afecta en mayor medida el rendimiento
desde el estado de botones florales visibles y hasta el final de la floración (Murphy y Pascale, 1989) como se
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registró en el año 2006. En estos estados, se ven directamente afectados el número de silicuas.m y el número
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de semillas.silicua , afectándose también el peso individual de las mismas (Murphy y Pascale, 1989) como se
observa al comparar las Tablas 4 y 5. El momento de ocurrencia de las deficiencias hídricas, en etapas medias
y tardías del ciclo, explica el bajo índice de cosecha obtenido en el año 2006 (Tabla 3).
Los valores de contenido de aceite obtenidos fueron altos en comparación con los informados por otros
autores (Iriarte et al., 2008) y con un amplio rango entre cultivares (Tabla 6) que justifica su atención al momento
de elegir el cultivar, ya que es una característica con una alta determinación genética, que en la comercialización
está sujeta a bonificaciones o rebajas a partir de la base del 43%.
El comportamiento fenológico relativo de los cultivares se correspondió con lo previsto, SW2836 fue el
más precoz y Jura el más tardío, pero con escasas diferencias en la duración de las etapas (Tabla 2) y diferencias
productivas sólo en el año 2006 (Figura 2). En general, la duración del ciclo total de los cultivares en ambos
años fue menor a los informados por la red de evaluación de cultivares de colza (Iriarte et al., 2008).
La maduración del cultivo en el mes de noviembre es compatible con la siembra de soja de segunda en
fechas casi normales para soja de primera. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, en la zona de influencia de la FCAyF-UNLP no es tan frecuente la soja de segunda ya que la siembra de trigo es reducida. En
este punto, la colza sería importante, en primera instancia, por ofrecer una alternativa productiva como cultivo
de invierno, y con mayores posibilidades de difusión si permite un cultivo de segunda.
El comportamiento fenológico del cultivo entre años se diferenció principalmente en la fecha de registro
del final del estado de roseta (C2, Tabla 2). Este estado se verifica cuando empieza a observarse en las bases de
las hojas una coloración más clara que indica el inicio del crecimiento del tallo en altura y coincide con la diferenciación del meristema apical de vegetativo a reproductivo. Es importante su reconocimiento preciso puesto
que marca un cambio de comportamiento del cultivo, sobre todo de sensibilidad a condiciones ambientales
como bajas temperaturas y deficiencias hídricas, y también porque es el estado a partir del cual ya no pueden
usarse herbicidas hormonales para el control de malezas latifoliadas.
Por lo tanto, una iniciación floral anticipada expone al cultivo a condiciones ambientales (principalmente
térmicas) desfavorables durante el desarrollo de los órganos reproductivos (Iriarte y Valetti, 2008), incrementando
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el riesgo de bajos rendimientos, y acorta el período posible para el control de malezas en post emergencia. Este
comportamiento, se ha observado sobre todo en siembras tempranas (marzo o abril) con cultivares precoces
e intermedios (Iriarte y Valetti, 2008). Sin embargo, también se ha registrado en siembras de fines de mayo
cuando el invierno resultó térmicamente benigno (Valsangiácomo, 2006). En ese caso, como en el año 2006, los
requerimientos de vernalización de los distintos cultivares evaluados, al ser muy exiguos o nulos por tratarse
de tipos primaverales, se habrían cubierto rápidamente, y al registrarse temperaturas invernales favorables,
inmediatamente habrían iniciado la diferenciación del ápice. En inviernos más fríos, como el del año 2007, las
condiciones térmicas favorables se retrasan, demorando también el inicio del desarrollo reproductivo.
A pesar de lo anterior, en ambos años la floración se inició entre mediados y fines de septiembre. En el año
2006 las plantas se mantuvieron con un crecimiento lento y sin expandir nuevas hojas ni elongar el tallo hasta
iniciado agosto, en que comenzaron el crecimiento exponencial, al igual que el ensayo del 2007.
La madurez anticipada en el año 2006 con respecto al 2007, pudo relacionarse con las mencionadas condiciones de deficiencia hídrica durante la floración que habrían acortado su duración, ya que ésta es dependiente
de la nutrición carbonada de la planta (Leterme, 1988), mientras que las temperaturas algo más elevadas registradas hacia el final del ciclo de ese año, pudieron acelerar la maduración.
Las condiciones ambientales registradas en ambos años determinaron que no se registrara incidencia de
enfermedades en el cultivo, sin embargo, es usual observar en los ensayos de colza realizados en la Estación
Experimental J Hirschhorn, la aparición de Sclerotinia sclerotiorum. Este patógeno, afecta también a la soja y al
girasol, componentes frecuentes de los sistemas productivos en la zona, por lo que, ante una posible introducción
del cultivo, será importante prever alternativas de manejo tendientes a minimizar su incidencia. Similarmente,
el pulgón ceniciento (Brevicoryne brassicae) es de frecuente aparición y en altas densidades poblacionales, por
lo que sería importante su monitoreo y previsión de acciones de manejo.
CONCLUSIONES.
Los resultados obtenidos, ya sea en cuanto a volumen como calidad de la producción, y a los distintos
niveles de rendimiento observados entre años, muestran a la colza canola como una alternativa de cultivo para
la zona y justifican la continuación de ensayos con el fin de estudiar su comportamiento evaluando distintos
cultivares. Se considera importante la inclusión de un mayor número de materiales genéticos así como su evaluación en distintas fechas de siembra a fin de estudiar su comportamiento no sólo como cultivo único, sino
también en una secuencia de doble cultivo, y también el seguimiento de las distintas adversidades bióticas
asociadas al cultivo.
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