El Ángel Azul (DER BLAUE ENGEL) FEMME FATALE Nº 298 (NOVIEMBRE 2009) SINOPSIS Cantante en el cabaret de mala fama "El Ángel Azul", Lola-Lola es aparentemente una chica alemana guapa y poco tímida, sin misterio. Sin embargo, su encuentro con el Profesor Rath, un soltero de 50 años que vino una noche a buscar a sus alumnos en los bastidores donde se meten a escondidas para respirar el olor del fruto prohibido, tendrá inesperadas consecuencias. FICHA ARTÍSTICA Lola Lola .............................................................MARLENE DIETRICH Immanuel Rath .......................................................... EMIL JANNINGS Kiepert ........................................................................ KURT GERRON Guste ........................................................................... ROSA VALETTI Mazeppa ...................................................................... HANS ALBERS Lohmann .................................................................. ROLAND VARNO FICHA TÉCNICA Duración....................... 109 min. Nacionalidad ................. Alemania Año de Producción .............. 1930 (Blanco y Negro) DirecciónJOSEF VON STERNBERG Productora ............................. UFA Productor ........... ERICH POMMER Guión............. KARL ZUCKMAYER ..(Basado en la novela de Heinrich Mann) EL DIRECTOR: JOSEF VON STERNBERG Nacido en Viena (Austria) el 29 de mayo de 1894, Josef von Sternberg emigró junto a su familia a Nueva York durante su infancia, pero la pobreza le obligaría a abandonar la escuela para comenzar a trabajar en algunos comercios de Manhattan y Brooklyn, en los que aprende a limpiar y reparar rollos de películas, habilidad que le abrió las puertas de la industria cinematográfica. Su debut como director llegaría con The Salvation Hunters (1925), que se convertiría en un fenómeno de crítica y de taquilla. Durante los siguientes años, trabaja de forma casi clandestina no figura en los créditos de algunas de sus películas- hasta que conoce a la actriz Marlene Dietrich durante el rodaje de El Ángel Azul (1930) en Alemania, la cual cautiva el corazón de Sternberg y las pantallas de medio mundo, convirtiéndose desde entonces en la amante del cineasta y en musa de las mejores películas de su filmografía posterior en Hollywood. Sin embargo, tras separarse en 1935, la carrera de von Sternberg cae en picado perdiendo el control absoluto de sus producciones en las décadas siguientes. Continuó trabajando de forma esporádica hasta muerte en Los Ángeles el 23 de diciembre de 1969. FILMOGRAFÍA PRINCIPAL DEL DIRECTOR 1925 1925 1927 1927 1928 1928 1928 1929 1930 1930 The Salvation Hunters (The Salvation Hunters) La Novia Fingida (The Masked Bride) Ello (It) La Ley del Hampa (Underwolrd) Los Muelles de Nueva York (The Docks of New York) La Última Orden (The Last Command) La Redada (The Dragnet) El Mundo Contra Ella (Der Blaue Engel) El Ángel Azul (Der Blaue Engel) Marruecos (Morocco) 1931 1931 1932 1932 1934 1935 1936 1941 1952 1957 Fatalidad (Dishonored) Una Tragedia Humana (An American Tragedy) El Expreso de Shanghai (Shanghai Express) La Venus Rubia (Blonde Venus) Capricho Imperial (The Scarlet Empress) El Diablo es una Mujer (The Devil is a Woman) La Princesa Encantadora (The King Steps Out) El Embrujo de Shanghai (The Shanghai Gesture) Una Aventura en Macao (Macao) Amor a Reacción (Jet Pilot) Fotografía ......... GÜNTER RITTAU Montaje ............... WALTER KLEE Música ............... F. HOLLANDER Dir. Artística ......... OTTO HUNTE Maquillaje ....... WALDEMAR JABS COMENTARIO Si hay una película que muestre a la perfección el mito de la “femme fatale”, ésa es El Ángel Azul. Se trata de la primera película sonora donde aparece una mujer fatal. El mito nace en Francia extendiéndose por toda Europa- a mediados del siglo XIX a través de la literatura y la pintura. Los modelos que toma la sociedad de la época, claramente machista, beben de personajes clásicos que conducen a la fatalidad al hombre -entendido como varón-: Medea, Helena de Troya, Dalila, Salomé, …. Nace en este periodo “la vampiresa” en libros como Drácula de Bram Stoker y en cuadros como La vampiro del prerrafaelita Philip Burne-Jones. Ya en el siglo XX, Theda Bara sería la primera “vamp” de la historia del cine. “Las vamps” eran mujeres sofisticadas que tenían el pelo negro y su maquillaje realzaba sus labios y ojos. Mientras esto sucedía en Hollywood, en Alemania el actor Emil Jannings, una gran estrella de la época que ya había colaborado con la industria norteamericana en 1928 (La Última Orden, 1928), convence al productor Erich Pommer, de los todopoderosos Estudios U.F.A., para que contrate al maestro Josef von Sternberg para dirigir la adaptación de El Profesor Unrat o el Final de un Tirano, novela de Heinrich Mann, hermano mayor de Thomas Mann, que lanzaría al estrellato a la entonces desconocida cantante y actriz Marlene Dietrich. Según la costumbre de la época, von Sternberg rodó al mismo tiempo una versión en alemán y otra en inglés con los mismos actores (en los inicios del sonoro no existía el doblaje), siendo mucho mejor y más corta la primera que la segunda. Como en muchas de las primeras películas sonoras hay canciones, en este caso, de contenido erótico, destacando la famosa Ich bin die Fesche Lola (Me Llaman la Traviesa Lola) que Marlene Dietrich interpreta sentada a horcajadas sobre una silla y en la que alardea de cómo todos los hombres caen en su red (en este sentido, no pasa inadvertida la decoración marinera, con sirena incluida, en el cabaret donde trabaja Lola-Lola, cuyos cantos embaucan al viejo profesor, como en alta mar lo haría una sirena). Otra de las canciones se titula Las Mujeres Rubias, donde habla del poder cautivador de las rubias (Marlene Dietrich estaría definitivamente mucho más rubia después de esta película). No hay que olvidar la fuerza de la melena fe femenina como símbolo sexual y, según la época, como las rubias y las morenas se han disputado ese trono del deseo. Lo que está claro es que en la película se nos presenta y define lo que es una “femme fatale”. Incluso, una vez consumada la caída del protagonista, LolaLola se nos presenta en el camerino pelando una manzana, la fruta prohibida del Paraíso, símbolo a su vez de la diosa Venus o Afrodita. Tan evidente era la fuerza fatal que emanaba la Dietrich que von Stenberg no dejó de hablar del mismo tema en las seis películas posteriores que rodaría con ella en un caso único de unión director/actriz, sobre todo, en El Expreso de Shangai (1932), La Venus Rubia, producción del mismo año, y Capricho Imperial (1934), adaptación de la novela de Pierre Louÿs La Mujer y el Pelele, que Buñuel también adaptó en Ese Oscuro Objeto del Deseo (1977). Años más tarde, la propia Marlene afirmaría: «El Ángel Azul me creó y me MARLENE DIETRICH EMIL JANNINGS Marie Magdalene Dietrich, llamada Marlene Dietrich nació en el barrio berlinés de Schöneberg el 27 de diciembre de 1901. Es considerada como uno de los mitos del llamado Séptimo Arte. Tras estudiar canto y música, en su adolescencia comienza a trabajar en espectáculos de cabaret hasta que en 1921 comienza a acudir a las clases de interpretación de Max Reinhardt. En 1923 debuta en la gran pantalla con Der Kleine Napoleón, a la que seguirían breves papeles en pequeñas producciones mientras continúa trabajando en cabarets, contrayendo matrimonio poco después con Rudolph Sieber, su primer y único esposo, del que se separaría en 1929 y con quien tendría a su hija Maria. En uno de sus espectáculos nocturnos sería descubierta por el cineasta Josef von Sternberg, quien se convertiría en su amante y la lanzaría al estrellato con El Ángel Azul (1930). Poco después viajarían juntos a Hollywood para rodar Marruecos (1930) -por la cual recibió su única nominación al Oscar- a la que seguirían Fatalidad (1931), El Expreso de Shanghai (1932), La Venus Rubia (1932), Capricho Imperial (1934) y El Diablo es una Mujer (1935), films que cimentarían su imagen de femme fatale y la convertirían en un mito erótico de la época. Tras separarse de von Sternberg, Dietrich continuría trabajando para directores como Fritz Lang en Encubridora (1952), Billy Wilder en Testigo de Cargo (1957) y Orson Welles en Sed de Mal (1958), pero a principios de la década de los sesenta reconduce su carrera hacia los escenarios teatrales, regresando al cine de forma esporádica. Pasó su última década recluida en su apartamento en la avenida Montaigne de París, hasta su muerte acaecida el 6 de Mayo de 1992. Emil Jannings, cuyo verdadero nombre era Theodor Friedrich Emil Janenz, nace el 23 de julio de 1884 en el barrio suizo de Rorschach. Estudió primero en Zúrich y luego en Görlitz, donde inicia su carrera teatral, a los 18 años. Recorre Europa central en el seno de diversas compañías ambulantes y en 1906 es contratado por Max Reinhardt para trabajar en el “Deutsches Theater” de Berlín. En 1914 se incorporó al mundo del cine, trabajando de nuevo junto a Max Reinhardt como productor. Participó en películas de Ernst Lubitsch y F.W. Murnau, en las que desplegó su gran talento en títulos como El Último (1924), Fausto (1926) y Tartufo (1926). En 1926 se traslada a Hollywood, dónde tuvo el honor de ser el primer actor que consiguió el Óscar como Mejor Actor durante la primera edición de estos premios en 1928, por sus magníficas interpretaciones en dos películas mudas: La Última Orden, de Josef von Sternberg y El Destino de la Carne de Victor Fleming. Con la llegada del cine sonoro, su pésimo acento inglés precipitó su salida de Hollywood y su posterior regreso al cine alemán para protagonizar El Ángel Azul (1930), film que le convierte de nuevo en una celebridad. Debido a su afinidad con el régimen nazi, Jannings continuó trabajando y consiguió llegar a la dirección de la UFA, pero tras la derrota de la Segunda Guerra Mundial su pasado político le obligaría a abandonar el cine y retirarse a Austria donde fallecería el 3 de enero de 1950. destruyó. A la hora de hacer los repartos me daban siempre papeles de cortesana de lujo, de femme fatale. Suplicaba que me dieran otro tipo de papeles, alguno más humano y más divertido, pero los productores contestaban que el público quería verme solamente como la mujer que vuelve locos a los hombres”. Pero ¿qué podía esperar Marlene Dietrich de un personaje inspirado en la Lulú de Frank Wedekind y en los cuadros de Toulouse-Lautrec?, como canta LolaLola: “De los pies a la cabeza estoy hecha para el amor”. Y, aunque Marlene era más bien de muslos regordetes, hasta el mismo autor de la novela tuvo que admitir que el éxito se debía más a los muslos de la actriz que a la trama (algo de razón tenía). Ya desde entonces, esas piernas, que se irían estilizando, serían la inconfundible tarjeta de presentación de Marlene Dietrich. Treinta años después, Edward Dmytrick perpetró una nueva versión, encargo de la 20th Century Fox. Ese remake (The Blue Angel, 1959), rodado en color y CinemaScope y protagonizado por Curt Jurgens y May Britt carece de cualquier interés y, por si fuera poco, acaba en final feliz, para adaptarse a los gustos hollywoodienses. Sin embargo, es la versión original, con toda su crueldad y degradación, la favorita de todos los amantes del cine de cualquier época. SOBRE EL REPARTO LA CRÍTICA OPINA “La película de Sternberg presenta un complejo y poético retrato de férreas mentalidades así como de las diferentes pulsiones individuales que anidan en el ser humano, poniendo en cuestión la solidez e, incluso, la conveniencia de aquellas. Sorteando el carácter mítico del film, nos enfrentamos a la obra de un autor capaz de retratar al ser humano en toda su crudeza —exponiendo todas las contradicciones y miserias que atesoran los individuos—, pero que, a la vez, se muestra dispuesto a comprenderlo ya mostrado con una ternura en absoluto exenta de la pesimista certeza al respecto de la naturaleza de los hombres. Algo que pocos creadores han conseguido con tanta precisión como Sternberg”. José Antonio Jiménez de las Heras – Miradas de Cine www.auladecine.ulpgc.es