REFINANCIACIÓN DE CRÉDITOS Concepto Nº 98021114

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REFINANCIACIÓN DE CRÉDITOS
Concepto Nº 98021114-2 Junio 2 de 1998
SÍNTESIS: Reestructuración de un crédito. Refinanciación deudor moroso. Facultad
discrecional de entidades financieras
[§ 0218] EXTRACTOS -«(…) Las Instituciones financieras en desarrollo de su
objeto social realizan una función de Intermediación, la cual consiste en captar y colocar
recursos del público, razón por la cual el activo más Importante de dichas Instituciones
lo constituye la cartera de créditos. Es así que con la finalidad de proteger los dineros
colocados por medio de operaciones activas de crédito y propender por la razonabilidad
de los estados financieros de los establecimientos de crédito, la Superintendencia
Bancaria como organismo de vigilancia y control ha proferido normas de regulación
prudencial en materia de cartera de créditos, las cuales se orientan a alcanzar los
objetivos referidos y deben ser cumplidas a cabalidad por sus entidades vigiladas.
En consideración a lo anterior, se han expedido Instructivos en materia de evaluación
y calificación de la cartera de créditos. para lo cual se ha determinado la existencia de
tres clases de créditos: consumo, comerciales, e hipotecarios, para someter los mismos a
diferentes regla, en torno a su calificación y, como consecuencia de la misma, a la
constitución de provisiones, (que afectan el estado de resultados de las entidades
vigiladas) dependiendo del riesgo de la contraparte y, en general, de la altura de
morosidad del deudor, y la suspensión de la causación de rendimientos financieros, todo
ello, con el objeto de lograr una presentación razonable en los estados financieros de las
entidades de la dinámica de este activo tan importante para los establecimientos de
crédito.
De igual manera, la normatividad señala el deber que tienen las entidades vigiladas
de evaluar la cartera con la periodicidad allí indicada -Circular Contable 100 de 1995-,
para conocer el riesgo individual y global de la misma y establecer de manera exacta las
provisiones, que demande su protección.
Así, mientras la cartera de consumo e hipotecaria deben estar permanentemente
evaluadas -cada mes-, la cartera comercial debe evaluarse de manera completa cuando
menos dos veces al año.
Como producto de las evaluaciones de cartera establecidas, la misma deberá
calificarse en cinco categorías:
-A Crédito normal,
-B Crédito subnormal,
-C Crédito deficiente,
-D Crédito de difícil cobro y,
-E Crédito irrecuperable.
Calificaciones que consisten básicamente en establecer el grado de atención de la
deuda o su morosidad, así como también determinar el riesgo crediticio dada la
información financiera del deudor y realizar un permanente seguimiento del mismo.
La normatividad que se comenta establece la necesidad de realizar provisiones a los
créditos, sobre los montos desprotegidos, ya sea porque no están respaldados por
garantía admisible o porque ésta no logra cubrir suficientemente el riesgo crediticio.
De otra parte, se han establecido normas para calificar en categorías de menor riesgo
créditos reestructurados, determinando varios condicionamientos para que la
reestructuración de obligaciones pueda llegar a tener efectos en la contabilidad de las
entidades financieras, como quiera que al calificar créditos reestructurados en categorías
de menor riesgo pueden reversarse las provisiones constituidas sobre los créditos
reestructurados y reanudar la causación de intereses y otros conceptos, la cual se había
suspendido al llegar el crédito a una altura de mora considerable, dependiendo de su
clase (comercial, consumo o hipotecario).
A este respecto, se profirieron las Circulares Externas 24 y 44 del año
inmediatamente anterior, las cuales modifican las reglas en relación con los créditos
reestructurados dispuestas en la Circular 100 de 1995 de esta entidad, en los siguientes
términos:
l. Se determinan reglas aplicables a créditos hipotecarios de vivienda y comerciales
reestructurados, señalando para el efecto requisitos puntuales para llevar los
mencionados créditos a categorías de menor riesgo. Lo anterior siempre que el deudor
acredite el cumplimiento en debida forma de la obligación luego de otorgada la
reestructuración.
2. Así mismo, se elimina la exigencia contenida en la norma anterior, referida a los
abonos que debían realizar los deudores morosos para efecto de calificar el crédito en
categorías de menor riesgo, los cuales estaban descritos en el artículo 21 de la Circular
Externa 100 de 1995, que consistían:
2.1. Si la reestructuración tenía como objeto la simple extensión del plazo
inicialmente pactado, sin modificarse lo sustancial ni las demás condiciones de la
operación, debía abonarse, en efectivo o en bienes altamente líquidos, la totalidad de los
rendimientos financieros causados y cuando menos el 10% del capital.
2.2. Cuando la reestructuración modificaba alguno de los elementos originalmente
pactados, distinto del plazo, y esa modificación implicaba cambio de objeto o de sujetos
o la variación de las condiciones financieras, particularmente las tasas de interés, debía
cancelarse en efectivo o en bienes altamente líquidos, cuando menos e130% de los
intereses corrección monetaria y otros conceptos causados.
De otra parte, es del caso precisar que si eventualmente llegaran a presentarse abonos
por concepto de capital, intereses, corrección monetaria u otros conceptos, esto no
implica de suyo que el crédito reestructurado pueda llevarse de manera inmediata a una
categoría de menor riesgo, ya que como se ha mencionado en precedencia se deben
cumplir los preceptos determinados en la Circular Externa 24 de 1997.
Cabe advertir que en virtud al principio de la autonomía de la voluntad privada, las
entidades financieras pueden discrecionalmente determinar la viabilidad de conceder o
no la reestructuración de un crédito o la refinanciación a un deudor moroso del
sistema».
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