la participación política de los y las jóvenes i. presentación 1

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LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE
LOS Y LAS JÓVENES *
I.
PRESENTACIÓN
Este estudio surge en un contexto de cambio cultural, expresado, por una parte, en el ámbito
socio-político, específicamente en la forma en que se estructura la relación entre Estado, partidos
políticos y sociedad civil. En Chile, el fenómeno se visualiza al analizar la evolución de la
participación electoral, en donde las cifras muestran que a partir de 1989 ésta ha ido cayendo
paulatinamente.
Frente a esta situación, es particularmente preocupante lo que ocurre con los y las jóvenes en
torno al tema de la participación política. En términos generales, podemos observar que, aún cuando
éstos manifiestan gran interés por participar en distintos tipos de organizaciones, las actividades que
menos realizan son aquellas que implican un posicionamiento en la esfera pública (lo que puede ser
corroborado con los estudios del INJUV de 1994 y 1997)
Una característica particular de lo anterior, es que hoy los/as jóvenes expresan una relación
crítica con las organizaciones políticas tradicionales. Esto no es necesariamente un problema de
ellos /as, sino de la poco estimulante oferta que los partidos políticos les hacen.
Frente a lo anterior, el estudio busca conocer la subjetividad juvenil, con relación a la
participación política en las diferentes formas en que ésta se expresa, así como la oferta que realizan
los diferentes referentes políticos a los/as jóvenes y la representación social que existe de parte de la
juventud respecto de los actores políticos.
De esta forma, el estudio se planteó como objetivo general “describir y analizar, desde la
óptica de los/as jóvenes y de los diferentes actores políticos de la vida nacional, la interpretación
que se hace del concepto de participación política y los modos en que éste es llevado a la
práctica”.
Frente al problema definido, fueron planteadas cuatro hipótesis de trabajo:
a) Estamos frente al surgimiento de una nueva cultura juvenil, que desborda lo estrictamente
político, en donde aparecen desdibujados los límites tradicionales entre lo público y lo
privado.
b) El desarrollo y transmisión de valores asociados a la libertad, pluralismo, tolerancia y
respeto de derechos, son asumidos, no desde un discurso político, sino a partir de nuevas
formas de asociatividad más cercanas y adecuadas a los problemas cotidianos de los/as
jóvenes.
c) El cambio en la matriz sociopolítica nacional, caracterizada, entre otras cosas, por un
decreciente interés y credibilidad de la sociedad frente a la acción política, influye -por
extensión- de manera directa en el desinterés de los/as jóvenes por estos temas.
*
Este artículo se basa en el estudio titulado “Análisis de la Participación Política de los Jóvenes” y fue llevado a cabo por
el Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación (CIDE), por encargo del Instituto Nacional de la Juventud
(INJUV), entre los meses de enero y agosto del año 1999. El documento completo se encuentra disponible en el Centro de
Documentación de la Dirección Nacional del INJUV o en la página web: www.injuv.gob.cl.
1
d) Las actuales formas de asociatividad de los/as jóvenes, pueden constituirse en formas de
participación política implícitas, que necesitan de un marco de reconocimiento y
estimulación formal, gatillando, en el interior de ellas, procesos de ejercicio de ciudadanía
juvenil.
El informe que se presenta a continuación corresponde al último producto dentro del estudio y
pretende hacer una síntesis final, retomando los cuatro productos parciales que fueron alcanzados y
las conclusiones a las que se llega a partir de un análisis integrado de los mismos.
El primero de estos productos corresponde a un análisis histórico, de corte cuantitativo, que
recoge datos acerca de la participación política de los/as jóvenes entre los años 1950 y 1997,
haciendo distinciones acerca de lo que se refiere a inscripción electoral, participación electoral y
preferencias políticas.
El segundo producto corresponde a un análisis de prensa escrita, realizado sobre un corpus
correspondiente al periodo de tiempo en que se realizó la primera campaña pro inscripción en los
registros electorales de los/as jóvenes (mayo a agosto de 1997), la que fue denominada “La elección
es tuya”.
El tercer producto corresponde a un análisis del discurso de los/as jóvenes, mediante la
realización de 12 grupos focales.
Por último, se llevó a cabo un análisis del discurso de actores políticos, mediante la realización
de 15 entrevistas en profundidad a los presidentes nacionales de 8 partidos políticos y los
presidentes de las juventudes respectivas. A esto se agregaron 2 entrevistas a informantes claves de
instituciones ligadas al tema de la participación política de los/as jóvenes (La Directora Nacional
del INJUV y la Jefa de comunicaciones del Ministerio el Interior)
II. LOS/AS JÓVENES CHILENOS Y LA POLÍTICA: SU PARTICIPACIÓN
ELECTORAL ENTRE 1950 Y 1997 1
1. Introducción
Abordar el tema de la participación política de los/as jóvenes chilenos entre los 15 y los 29 años
de edad y, específicamente, su accionar en las coyunturas electorales, es una tarea bastante más
complicada de lo que podría pensarse en un principio. Existen fuentes informativas muy limitadas
para el período señalado, lo cual dificulta sobremanera cualquier tipo de análisis que se pretenda
realizar en torno a este tema.
Al referirnos a la participación electoral de los/as jóvenes, lo haremos en torno a tres
indicadores: la inscripción en los registros electorales, la concurrencia a los actos eleccionarios y las
preferencias políticas.
Dadas las limitaciones de las fuentes ya señaladas, la evaluación del proceder de los/as jóvenes
en base a estos tres índices es incompleta y las conclusiones deben ser consideradas principalmente
como hipótesis de trabajo, apoyadas en evidencias fragmentadas.
1
Este análisis estuvo a cargo de los historiadores Pedro Milos y Daniel Palma, quienes formaron parte del equipo CIDE
para el presente estudio.
2
Centraremos nuestro análisis en dos sub períodos. El primer sub periodo será el comprendido
entre 1950 y 1973, dentro del cual se llevaron a cabo dieciséis comicios, entre elecciones
municipales, parlamentarias y presidenciales. Se trata de una época marcada por dos fenómenos
nuevos en la historia electoral chilena: la creciente participación de la mujer en las votaciones y la
extensión del sufragio a los mayores de 18 años, ocurrida en 1970. Después del golpe de Estado del
11 de septiembre de 1973, vino una etapa durante la cual no se realizó ningún tipo de elección y se
mantuvieron cerrados los registros electorales hasta el año 1987. Por este motivo, el periodo del
gobierno militar quedó fuera del presente estudio. El segundo sub período que examinaremos,
entonces, es aquel que se extiende entre el plebiscito del 5 de octubre de 1988 y las elecciones
parlamentarias de 1997. Para estos años se dispone de información estadística bastante completa, de
manera que se puede realizar un examen más fino de la participación electoral de los/as jóvenes.
2. La inscripción electoral
a) Sub período 1950-1973
Las cifras oficiales
existentes para estos
años
corresponden
únicamente al total de
los inscritos en los
registros electorales,
subdivididos
en
hombres, mujeres y
extranjeros. No se
dispone del detalle de
los
inscritos
por
tramos de edades, por
lo que no podemos
saber si en la inscripción de los/as jóvenes hubo alguna tendencia específica o diferenciada de la de
otros grupos etáreos.
En términos generales, se puede observar un creciente protagonismo electoral de la mujer,
expresado en el aumento de la inscripción en los registros (ver Cuadro 1) Según el trabajo de
FLACSO, Mujeres latinoamericanas en
cifras, en 1952 apenas un 19,5 % de las
chilenas en edad de votar estaban
efectivamente inscritas. Este porcentaje
fue incrementándose rápidamente, lo
que se puede observar al comparar el
porcentaje de mujeres inscritas para las
elecciones presidenciales entre los años
52 y 70 (ver Cuadro 2)
El otro fenómeno a destacar, lo constituye el notable incremento de los inscritos entre 1970 y
1973. Este aumento seguramente está relacionado con la ley dictada en 1970 y que extendió el
derecho a voto a los mayores de 18 años 2 , analfabetos y ciegos, quienes ejercieron por primera vez
2
Hasta esa fecha la edad mínima para votar era 21 años.
3
este derecho en las elecciones municipales de 1971. Respecto a este tema, cabe agregar que del
censo de 1970 se desprende que sobre 500 mil personas entre 18 y 20 años quedaron en condiciones
de inscribirse para votar, aumentando en más de un tercio el potencial electorado joven. Es muy
factible que de estos jóvenes, un número apreciable haya concurrido efectivamente a las oficinas de
Registro Electoral, considerando sobre todo el alto número de inscritos en 1973. De esa manera,
los/as jóvenes de aquella época (o quizás algún sector dentro de ellos) demostraron una mayor
preocupación por participar del sistema electoral.
b) Sub período 1988-1997
Con respecto a este
período, se observan dos
tendencias. Primero, un
alto
porcentaje
de
inscritos, en relación a
los potenciales electores,
entre 1988 y 1989. De
más está decir que, tras
quince años de régimen
militar, durante el cual
se mantuvieron cerrados
los registros electorales, hubo un gran interés por ejercer el derecho a voto a partir del plebiscito del
5 de octubre de 1988. Con motivo de este evento, se registró el índice más elevado de participación
en la historia electoral de nuestro país, lo que queda reflejado en el número de inscritos. Como se
observa en el Cuadro Nº 3, los/as jóvenes se integraron de buena gana en este proceso,
representando el porcentaje más alto de los inscritos (35,99 %), en comparación con otros grupos
etáreos. Sin embargo, de 1990 en adelante
comenzó a perfilarse otro fenómeno, cual
es la alarmante disminución del interés de
los/as jóvenes por inscribirse en los
registros electorales.
Con respecto a los/as jóvenes, se puede
observar en el Cuadro 4, que sobre un
millón de jóvenes entre 18 y 29 años ha
renunciado a su derecho de participar en la
elección de autoridades. El año 1992, por
ejemplo, de acuerdo al censo, existían en
Chile 2.935.640 jóvenes en edad de votar, de los cuales 586.264 no se habían inscrito. Esta apatía es
particularmente notoria en los tramos que comprenden a los/as jóvenes entre 18 y 19 años y entre
20 y 24 años (ver Cuadro 5)
Las razones de este desinterés, en
especial en aquellos / as que recién
cumplen los 18 años, hay que buscarlas, a
nuestro modo de ver, en el descrédito que
han sufrido la política y sus exponentes:
los políticos. Existe la sensación de que
las inquietudes de los/as jóvenes no son
4
escuchadas y que las expectativas forjadas no se han materializado como se esperaba. Así mismo,
los partidos no han logrado canalizar las demandas de muchos jóvenes, los cuales no comparten sus
principios. Al respecto, la encuesta Juventud y política, realizada por el Instituto Nacional de la
Juventud en 1996, revela que los/as jóvenes no se sienten representados por los partidos (16,75 %
de los encuestados), argumentando que éstos sólo ven su propio interés (28,68 %) o que la política
no les interesa (31,35 %) 3 .
3. La participación electoral
a) Sub período 1950-1973
Al igual que en el punto anterior, la
información proveniente de fuentes
primarias disponible no nos permite
establecer
con
certeza
el
desenvolvimiento de la participación de
los/as jóvenes en los actos electorales. Al
no contar con datos relativos a ellos, nos
centraremos en describir la situación en
general.
Aparte de un número nada despreciable
de personas que no participaban de los
comicios por no estar inscritas (entre un
20 % y un 40 % de los potenciales
votantes), la abstención fue la forma más
empleada en estos años. En efecto,
durante el período 1950-1973, los porcentajes de abstención, y, por lo tanto, de indiferencia o
protesta frente al sistema, fueron muy elevados (ver Cuadro 6)
b) Sub período 1988-1997
Al igual que la inscripción, la
participación electoral en estos años ha
sufrido sus altos y bajos. Mientras las
estadísticas revelan que entre 1988 y 1989
sobre el 90 % de los inscritos concurrió
efectivamente a votar, a partir de 1992 el
índice de abstención ha ido aumentando,
fenómeno que hay que sumar a la masiva
no-inscripción en los registros electorales
(ver Cuadro 7)
Además, en el ya citado documento Abstención elección parlamentaria 1997, se indica que más
allá de la no-inscripción en los registros electorales (“abstención apática”), se han incrementado
otras formas de abstención, como el elevado número de votos nulos (“abstención política”) y votos
en blanco (“abstención cívica”) De acuerdo con los comentarios de muchos jóvenes de hoy en día,
no parece aventurado suponer que en la elección parlamentaria de 1997, gran parte de los votos
3
Sandoval, M.F., E. Basurra y H. Nogueira. “Educación Cívica, Enseñanza Media”, Editorial Santillana, Santiago, 1997.
Capítulo “Los jóvenes y la política”, pp. 98-99.
5
nulos (13,51 %) y blancos (4,24 %) hayan sido emitidos precisamente por jóvenes desilusionados
del sistema que nos rige y que acuden a votar por obligación.
Al mismo tiempo, si en 1988 la juventud representaba cerca de un 36% de los electores, hoy no
alcanza siquiera al 20% y ha disminuido notablemente su peso en los cómputos electorales (ver
Cuadro 8)
4. Las preferencias políticas
a) Sub período 1950-1973
Dada la naturaleza secreta del voto, es muy poco lo que se puede concluir en torno a las
inclinaciones políticas de los/as jóvenes en las coyunturas electorales. Para el lapso 1950 y 1970, no
hay nada que se pueda afirmar en base a las fuentes consultadas. Sí estamos en condiciones de
formular una hipótesis para el gobierno de la Unidad Popular (1970-1973), teniendo como
antecedente, la promulgación de la ley que autorizó a votar a los mayores de 18 años, a los
analfabetos y a los ciegos.
En efecto, mientras en la elección presidencial de 1970 –donde aún no pudieron sufragar los
menores de 21 años- el candidato Salvador Allende obtuvo un 36,2 % de las preferencias, en los
comicios municipales de 1971 – con participación de los mayores de 18 años- la votación de la UP
alcanzó un 49,7 % y, en las parlamentarias de 1973, un 43 %. Ello nos induce a pensar, que un
porcentaje mayoritario de los votos emitidos por los/as jóvenes recayó en candidatos de izquierda,
y, concretamente, de la Unidad Popular, antes que en los candidatos de centro y de derecha, que
disminuyeron su votación. Los inscritos en los registros electorales se incrementaron notoriamente
en estos años y lo lógico es pensar que en su mayoría se trataba de jóvenes entre 18 y 20 años (ver
Cuadro 9)
6
b) Sub período 1988-1997
El prolongado régimen militar generó una masiva oposición, que comenzó a expresarse
visiblemente a partir de las protestas del año 1983. Muchos jóvenes, particularmente de los estratos
sociales más bajos, se incorporaron desde entonces a las manifestaciones contra el gobierno de
Pinochet, imprimiendo un sello juvenil a la oposición de centro y de izquierda. Las juventudes
políticas engrosaron sus filas, al tiempo que las elecciones de centros de alumnos y federaciones
universitarias eran escenario de arduas disputas, sobre todo entre partidarios del izquierdista
Movimiento Democrático Popular (MDP) y la Alianza Democrática, hegemonizada por la
Democracia Cristiana. Los partidos de derecha, en tanto, parecían tener un influjo menor en la
juventud.
Esta preferencia de la mayoría de los/as jóvenes por partidos políticos de izquierda o de centro
se mantuvo en el tiempo. Así, por ejemplo, la ya mencionada encuesta del Instituto Nacional de la
Juventud, reveló que un 31,48 % de los/as jóvenes se situaba políticamente en la izquierda, un 29,59
% lo hacía en el centro y un 19,13 % en la derecha. Alrededor de un 30 % no respondió o se inclinó
por otras opciones políticas. Este fenómeno se ve en cierta medida corroborado al examinar el
documento Partidos Políticos, Chile 1998 del Servicio Electoral.
En conjunto, el Cuadro 10
muestra que los partidos de
izquierda (PPD, PS y PC)
poseen un mayor contingente de
militantes jóvenes, seguidos por
la DC y luego por los partidos de
derecha o centro-derecha (UDI,
RN y UCC) Vemos como la
ligera predilección por la
izquierda ha perdurado desde la
década de 1970, tendencia que
por lo demás se ha expresado también en las elecciones de la FECh, FEUSACh y FEUC de los
últimos cuatro años.
III.
PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LOS Y LAS JÓVENES 4
1. Introducción
La tendencia a la baja en el número de jóvenes que se inscriben en los registros electorales
viene presentándose desde 1988, año que marcó el comienzo del fin del gobierno militar. En ese
tiempo, el director del Servicio Electoral, Juan Ignacio García, informaba que un 20% de jóvenes
entre 18 y 24 años de edad había efectuado el trámite de inscripción. Sin embargo, la cifra se redujo
a la mitad al cabo de nueve años y hoy no supera el ocho por ciento.
En 1997, al momento de iniciarse el período de inscripción electoral para las elecciones
parlamentarias realizadas en diciembre de ese año, el gobierno –a través del Ministerio del Interiorresolvió efectuar una campaña publicitaria denominada “La elección es tuya”, para intentar
convencer a los renuentes de asumir su papel cívico. El resultado de la publicidad era en cierta
4
Este análisis estuvo a cargo de la periodista Gladys Acuña, quien formó parte del equipo CIDE para el presente estudio.
7
forma predecible, pues todos los sectores auguraban pocos logros a una campaña tan tardía.
Además, no era necesario ser especialista como para adelantar que para un grupo que ha mostrado
indiferencia y/o desagrado por la actividad política, se requería algo más fuerte y efectivo.
Los alcances finales no fueron más alentadores, pues después de esperarse que un millón de
jóvenes acudiera al llamado efectuado por el gobierno, sólo unos 87 mil respondieron a la
inscripción, según se desprende de datos proporcionados por la prensa al terminar la campaña.
Conscientes de ello y próximos a la realización de una nueva elección presidencial en diciembre
de este año, el gobierno dio curso a una nueva campaña que –según se ha anunciado- cambiaría la
estrategia empleada en la anterior, siendo ésta más personalizada y dirigida a la base social. El
nuevo plan denominado “Jóvenes al 2000, con Todo Derecho” tiene una meta bastante más
reducida que la versión anterior, cual es igualar el número de inscritos logrados para las elecciones
presidenciales de 1993. Entonces fueron registrados cerca de 300 mil jóvenes.
A continuación, se da cuenta de los resultados de un análisis de mensajes de prensa escrita
sobre el tema de la participación política de los/as jóvenes. Esto, considerando la importancia de los
medios en la determinación del diálogo social dentro del sistema democrático.
La revisión efectuada concluyó con dos análisis: uno cuantitativo, para determinar qué
presencia tuvo el tema en los medios seleccionados, y, uno cualitativo, para conocer el discurso
difundido en el corpus seleccionado.
2. Antecedentes Metodológicos
El corpus del análisis está constituido por los cuatro meses en los que los medios trataron la
campaña denominada “La elección es tuya". Considerando que el tema “jóvenes” no constituye una
fuente noticiosa fija, se optó por trabajar con este corpus, en el supuesto de que la campaña
provocaría una mayor cobertura en lo que se refiere a este grupo de la población.
Para la selección de los periódicos fueron considerados los medios de circulación nacional, no
temáticos. Con esto, los periódicos revisados fueron: La Tercera, El Mercurio, La Nación, Las
Ultimas Noticias, La Cuarta y La Época –que aún no desaparecía-.
Las notas seleccionadas para el análisis fueron aquellas directamente relacionadas con la
campaña realizada por el Ministerio del Interior, conjuntamente con el Servicio Electoral y las que
incluyeran los acontecimientos políticos y de entorno especialmente relevantes para los y las
jóvenes. Fueron revisadas tanto las notas, crónicas y reportajes, como los textos de opinión. En
cuanto a las unidades redaccionales, fueron revisados titulares, bajadas, epígrafes y textos.
a)
Elaboración del instrumento de análisis
Análisis Cuantitativo
Para la primera parte del análisis se empleó el siguiente instrumento de medición en los medios
seleccionados, que tuvo como objetivo determinar la presencia del tema estudiado y fundamentar
así el análisis cualitativo de discurso que se realizó posteriormente:
8
Análisis Cualitativo
Para el análisis cualitativo se trabajó con la siguiente plantilla:
Los temas analizados fueron separados en dos grupos: uno relacionado con la campaña
realizada por el Ministerio del Interior, conjuntamente con el Servicio Electoral, y otro para los
acontecimientos políticos y entorno especialmente relevante a los/as jóvenes. A partir de estos dos
grupos de material, se trabajó comparando el tratamiento y discurso manejado por cada uno de los
medios.
3. Resultados del Análisis
a) Resultados Cuantitativos
Fueron encontrados 447 textos relacionados con jóvenes. De ellos, ocho correspondieron a
avisos publicados y cinco a cartas al director, con lo que las noticias para el análisis cualitativo
alcanzaron 434.
La mayor parte constituyó notas informativas (el 74%), seguidas por las editoriales que
analizaban en su mayoría el tema de la inscripción electoral y la crisis en las universidades (ver
Cuadro 11)
9
Cuadro Nº 11:
Tipo de Cobertura
350
300
250
200
150
100
50
0
Nota
Crónica
informativa
328
18
Reportajes Entrevistas Editoriales Artículos
24
11
30
18
Aviso
Lectura de Cartas al
Publicitario Foto
director
8
5
5
En base a estos datos, es posible determinar que de los 738 ejemplares totales revisados, se
registraron en promedio 3,6 notas diarias para los seis medios, cuya temática estaba vinculada a
los/as jóvenes. Esta cifra parece aún más pequeña, si se toma en cuenta que era un período en el que
los y las jóvenes marcaron cierta presencia periódica y seguimiento de los acontecimientos, a raíz
de las movilizaciones universitarias.
Si tomamos en cuenta sólo las notas informativas, tenemos que el promedio diario de aparición
en los seis medios se reduce a 2,6 apariciones; 0,146 para el caso de los reportajes; 0,19 para las
entrevistas y 0,3 para la cobertura en editoriales y artículos.
De acuerdo a la sección en la que apareció cada una de las informaciones, es posible concluir
que la mayor parte ellas estuvieron concentradas en la sección crónica (79%), seguida por la página
de opiniones y editoriales (11%) (ver Cuadro 12)
10
Cuadro Nº 12:
Secciones
400
350
300
250
200
150
100
50
0
Serie1
Crónica
Política
Espectáculos
351
24
3
Suplemento Suplemento dePágina Editorial
Portada
Juvenil
Reportajes
y de Opinión
2
17
50
28
b) Resultados Cualitativos
Los resultados del análisis de mensajes emitidos en la selección de noticias se ordenaron de
manera temática, según los hitos determinados en una primera revisión del material, a través de la
plantilla. De ellos, se han seleccionado los más significativos –según el número de apariciones y las
repercusiones que provocaron para la agenda del resto de los días. Debido a causas de espacio, se
presentarán solamente las temáticas encontradas, dejando de lado las citas a los respectivos diarios.
La primera clasificación incluye todas aquellas noticias que de alguna forma revelaban
participación política de los/as jóvenes o contenían información relevante sobre el grupo o en torno
a él.
Los hitos clasificados son:
a) Conductas y hábitos juveniles: pelo largo, derechos juveniles, grupos exaltados, conductas
juveniles, servicio militar, vida nocturna, manifestaciones de protesta, droga, espacios de
participación
b) Movilizaciones Universitarias: conflicto por elección de autoridades, aumentan marchas
estudiantiles, comisión del Proyecto Institucional
c) Conflicto INJ
La segunda clasificación incluye las informaciones relacionadas con la campaña que realizó el
gobierno para entusiasmar a los y las jóvenes a inscribirse en los registros.
Aquí los hitos determinados son:
a) Lanzamiento de la Campaña por prensa, radio y televisión: presentación de la campaña
b) Campaña se compone sobre la marcha: instituciones cuestionadas, otros llamados a
inscripción
c) Escaso Éxito Preliminar: cifras Preliminares, desconfianza
11
d) Evaluación Final: fracaso de la campaña del gobierno, solicitud de cambios electorales,
estimaciones erradas, espacios cerrados, gobierno llama a “madurar” el tema, apocalípticos
presagios debido a la apatía política
4. Conclusiones
Dentro de los hallazgos efectuados durante este trabajo, parece atinado comentar la lluvia de
comentarios que recayeron en la tarea del Ministerio del Interior, que contrató a cierta empresa
publicitaria para la elaboración de material para difundir en medios de prensa, televisión, radio y en
calles, en paletas publicitarias y afiches.
“La elección es tuya” rezaba el eslogan de la promoción iniciada la primera quincena de mayo,
para tratar de motivar a los/as jóvenes a inscribirse y que ponía acento en lo decidor que podía ser
tener un millón de votos sin dueño para inclinar el resultado de la elección: algo así como “el poder
de la multitud”.
El esfuerzo por motivar la participación de los/as jóvenes en la “elección de sus líderes”,
contrastó con el ánimo de muchos de los directivos universitarios, que se opusieron fuertemente a
cualquier “participación” de parte de sus estudiantes en la “elección de sus autoridades”.
Otro de los comentarios efectuados, aludía a la institucionalidad que caracterizaba a la "nocampaña". Los sectores políticos de derecha no descansaban en recordar que había sido
precisamente el titular de ese ministerio quien había votado con un documento que no correspondía
en las últimas elecciones, por lo que consideraban poco apropiado -por decir lo menos-, que
figurara encabezando una campaña llamando a la inscripción.
Con todo, la mayoría optó por ‘no decidir’ y continuar marginado del sistema político y al
basurero se fueron los cientos de llamativos afiches que adornaron las calles y las estaciones del
metro. Igual suerte corrió los avisos de radio y televisión, dejando para el recuerdo los 150 millones
de pesos que el gobierno invirtió en la campaña.
IV. EL DISCURSO DE LOS Y LAS JÓVENES ACERCA DE SU PROPIA
PARTICIPACIÓN POLÍTICA
1. Antecedentes Metodológicos
El estudio buscó recoger el discurso de los/as jóvenes, mediante la realización de 12 grupos
focales en 6 localidades (3 de ellas con características rurales y las otras 3 con características
urbanas) Los/as jóvenes que fueron invitados/as a participar en los grupos tenían edades entre 15 y
29 años y fueron agrupados/as en dos rangos: jóvenes adolescentes de 15 a 17 años (sin derecho a
voto) y jóvenes entre 18 y 29 años (con derecho a voto) Es necesario agregar que todas las
localidades seleccionadas tienen un nivel socio económico medio bajo, y que, por lo tanto, los
resultados deben ser leídos dentro de ese contexto.
2. Síntesis de los grupos urbanos
a)
Sobre las representaciones en torno al concepto de política
En cuanto a las representaciones que manejan los y las jóvenes en torno al concepto “política”,
podemos distinguir varios grupos de ideas a las cuales éste se asocia:
12
•
Idea de organización, ordenamiento, administración y gobierno del país
Aunque expresada de diferentes formas, ésta es la idea que más se reitera con relación al
concepto de política. Los/as jóvenes reconocen en la política un modo de organización, que es
necesaria, tanto en Chile como en cualquier otro país del mundo, para que todo marche. Junto con
esto, los/as jóvenes reconocen la necesidad de contar con dirigentes y autoridades, particularmente
con un Presidente de la República.
•
Idea de representatividad y delegación de autoridad
Siguiendo en la línea anterior, también está presente la idea de que la política tiene que ver con
la elección de autoridades y de personas que actuarán como representantes de nuestros intereses.
Esta idea de política se expresa directamente, pero sobre todo se desprende de las opiniones de
los//as jóvenes con relación al acto de votar.
•
Idea de mejoría y desarrollo equitativo del país
Casi con la misma intensidad que la idea anterior, aparece el tema de que la política está
relacionada con mejorar las condiciones generales del país y de todos sus habitantes. Para conseguir
este objetivo, evalúan como urgente el dar un trato prioritario y urgente a los sectores más
postergados.
Aunque los/as jóvenes no lo expresan con estos términos, en sus opiniones está presente la idea
de que la política tiene relación con los problemas macro o nacionales (como la inflación, el nivel
de los salarios, la creación de fuentes de empleo) y de problemas micro o comunitarios (como la
delincuencia en las poblaciones, la drogadicción en los y las jóvenes)
•
Idea de expresión de formas de pensamiento y pluralismo
Finalmente, y con menor frecuencia, está presente la concepción de política como forma de
pensar y, en tal sentido, como algo que es propio y que está presente en todas las personas. Dentro
de las opiniones de los/as jóvenes no se utiliza el concepto de “pluralismo”, sin embargo, sí se da a
entender que existen muchas formas de pensamiento y que todas son válidas.
b)
Análisis por categorías
i)
Imagen de los políticos
Dentro de esta categoría se recogió información que daba cuenta del discurso juvenil en
relación, principalmente, al concepto de política, a la percepción de las funciones que debiera
cumplir la política y las características que tiene y debiera tener un político.
El “deber ser” de los políticos: qué funciones debieran cumplir y qué cualidades debieran
tener
Tal como fue señalado, para los/as jóvenes, no es evidente la diferencia entre la política y los
políticos. En este sentido, es comprensible que, al momento de definir las funciones que debieran
cumplir los actores políticos, reaparezcan nuevamente las ideas ya mencionadas con relación a “la
política”. De este modo, los políticos debieran:
13
•
•
•
Organizar y dirigir al país. Se agrega en este caso, explícitamente, la función de legislar y
velar por el ejercicio de derechos y deberes.
Representar los intereses de las personas al momento de tomar decisiones.
Encargarse de solucionar los problemas del país, particularmente los de los más pobres.
Dentro de todas estas funciones, es la última la que se reitera con más fuerza. En opinión de
los/as jóvenes, los políticos debieran hacerse responsables de erradicar la pobreza de nuestro país y
solucionar así todos los problemas que ésta acarrea. Se menciona también bastante la idea de
asegurar la igualdad de oportunidades de acceso y calidad (por ejemplo en materia de trabajo y
estudios), y, particularmente, todo aquello que signifique mejor calidad de vida para los mismos
jóvenes.
Por su parte, ya sea de modo explícito o por oposición a la imagen negativa u opuesta a aquella
que utilizan los/as jóvenes para describir el "ser" de los políticos, se mencionan una serie de
cualidades que éstos debieran tener:
•
•
•
•
•
•
•
•
Ser humildes y sencillos
Ser honrados y dar buen uso a los recursos que administran
Cumplir lo que prometen y materializar los cambios
Ocuparse de los problemas de todas las personas, especialmente de los más pobres, sin
discriminaciones
Ser accesibles y estar en contacto con la comunidad
Llevarse bien entre ellos y educar con el ejemplo
Ser jóvenes y representar los intereses de los mismos
Ser pobres o al menos conocer la pobreza
El “ser” de los políticos: qué funciones cumplen y qué características tienen
En términos generales, puede decirse que para los/as jóvenes urbanos/as existe una gran
distancia entre aquello que, según ellos / as, los políticos debieran hacer y lo que realmente realizan.
Las opiniones son diversas, desde aquellos /as (los menos) que reconocen algunos aspectos de la
actividad política bien logrados, hasta aquellos / as que opinan que los políticos no sirven para nada.
De cualquier modo, predomina fuertemente la connotación negativa acerca de los políticos, tanto
sobre su accionar, como sobre algunas de sus características personales.
Con relación a lo primero, se reitera en todos los grupos, la idea de que los políticos ofrecen
pero no cumplen, lo cual se combina con la idea de que su relación y forma de acercarse a la
comunidad es muy diferente durante los tiempos de campaña política y cuando éstos ya están
electos en los cargos públicos. A grosso modo, las imágenes más reiteradas acerca del accionar de
los políticos son las siguientes:
•
•
•
Son incumplidores y mentirosos
No mantienen contacto con la comunidad y no atienden los problemas de los pobres
Hacen primar sus intereses particulares y sacan provecho personal de los cargos que ocupan
14
Por su parte, cuando se hacen alusiones a características más personales de los personajes
políticos, son principalmente dos los rasgos que se destacan negativamente:
•
•
Son viejos
Son de un origen social “alto”
Los/as jóvenes, en general, no se sienten representados por esta imagen de político que
perciben. Esto se ve agudizado por el hecho de que, para ellos / as, los políticos se pelean
constantemente, no llegan a acuerdos y, por lo tanto, no facilitan la solución a los problemas.
ii)
Imagen del voto
El “deber ser” del voto: qué funciones debiera cumplir
No son muchas, ni muy claras, las imágenes que den cuenta de la opinión de los/as jóvenes
acerca de la función que debiera cumplir el voto. La más clara, es aquella que dice que éste debiera
ser un mecanismo efectivo de expresión, cosa que en la práctica no ocurre.
La otra imagen, que no se anuncia directamente sino que se desprende de las imágenes opuestas
a aquellas características o sentidos negativos que los/as jóvenes observan en el “ser” del voto, es el
que éste no debiera ser una obligación. Pareciera que los/as jóvenes aluden más a las presiones que
provienen de la práctica de votar y no tanto del procedimiento formal.
El “ser” del voto: qué funciones cumple y qué características tiene
Con relación al voto, son varias las imágenes con las que se le asocia:
•
•
•
•
•
•
•
•
iii)
El voto como derecho (una vez inscrito en los Registros Electorales)
El voto como deber (que se asume voluntariamente y de buena gana)
El voto como obligación impuesta (que no se asume voluntariamente, ni se le encuentra
sentido)
El voto como mecanismo de cambio social
El voto como instrumento de beneficio personal (tanto para los/as jóvenes como para los
políticos)
El voto como canal ineficiente de expresión
El voto individual como mecanismo insuficiente
El voto como mecanismo de votación engorroso
Espacios de participación
Criterios que otorgan la connotación de político a los espacios de participación y formas de
expresión juvenil
Es necesario decir que, para los/as jóvenes, el término “político” tiene como primera asociación
una imagen negativa, la que viene dada producto del conjunto de características negativas que se les
adjudican a las figuras de los políticos, que ya han sido mencionadas en el punto anterior.
15
En este sentido, son pocos los espacios de participación y/o formas de expresión juvenil a las
que ellos / as, espontánea y explícitamente, les dan la connotación de político. Al respecto, podemos
mencionar dos, que son asociaciones muy directas:
•
•
Lo político como aquello que es patrocinado por personajes políticos o partidos políticos
Lo político como aquello que tiene como tema central “la política”
Además, aparecen otras connotaciones de “lo político” que son más indirectas y elaboradas:
•
•
•
Lo político como aquello que tiene relación con lo social y comunitario
Lo político como aquello que tiene relación con la organización
Lo político como aquello que actúa como canalizador de ideas y formas de pensar
Formas de participación y expresión juvenil
Entre las formas que los/as jóvenes mencionan como mecanismos de expresión están “las
fiestas”, “la música”, “la forma de vestirse”. También mencionan actividades como “talleres
literarios”, “actividades de ayuda a la comunidad” o “grupo de mamás”. Por otra parte, se
mencionan espacios informales de encuentro, “los grupos de amigos”, “la calle”. Todos estos
espacios e instancias no tienen, según los/as jóvenes, una connotación política.
Aunque aparece mencionado en un sólo grupo, se reconoce como un espacio de participación
con carácter político al “Parlamento Juvenil”. También son mencionadas instancias como los
“Centros de Alumnos” de los establecimientos educacionales. Sin embargo, a ninguna de estas dos
instancias se le reconoce el llegar a ser efectivamente un espacio de participación para los/as
jóvenes.
Desde los/as jóvenes que conciben la política como “expresión de formas de pensar”, la
participación de los/as jóvenes en el “grupo de misioneros” de la iglesia sí tiene carácter político, ya
que se promueve que las personas se expresen y se escuchen.
Entre las y los jóvenes que son militantes de partidos políticos, se menciona al “partido
político” como un espacio de participación y de expresión para los/as jóvenes.
3. Síntesis de grupos rurales
a) Sobre las representaciones en torno al concepto de política
En cuanto a las representaciones que manejan los/as jóvenes en torno al concepto “política”,
podemos distinguir varios grupos de ideas a las cuales éste se asocia:
•
Idea de un orden necesario
La base del concepto es la representación de la estructura organizacional y administrativa del
país, de la sociedad, de la economía y de todos los aspectos relativos al progreso del entorno
mediato e inmediato de los participantes. No deja de notarse la alusión al orden y la autoridad como
base fundamental de estos enunciados.
16
•
Idea de desarrollo efectivo del país sobre una base igualitaria y altruista
Lo primero que se destaca en estas afirmaciones, es que el concepto de política debe asegurar
una participación sin diferencias sociales, o sea, debe propender hacia la igualdad socio-económica,
como base para todos los ciudadanos.
La importancia de la política en términos sociales, tiene que ver con la tranquilidad económica
de la sociedad, con el equilibrio necesario para asegurar la estabilidad laboral y familiar de las
personas y con la regulación de la seguridad social.
•
Idea de acción y cambio social
En la misma línea de lo anterior, la percepción que los/as jóvenes tienen de la política, es que
ésta se materializa a través de cambios que ellos / as puedan observar, es decir, la política ha de ser
capaz de transformar positivamente el entorno inmediato de la sociedad. Sólo en esa medida se
podrá tener un referente claro y concreto de los resultados esperados de la política, como forma de
organización social y como fuente de desarrollo del país en su conjunto.
•
Idea de la tolerancia y el respeto a las ideas
Esta afirmación confirma toda creencia en la capacidad de los/as jóvenes de tender hacia la
convivencia social, hacia la tolerancia y hacia la necesidad de conciliar posturas, conductas y
actitudes diferentes, con el fin de lograr acuerdos respecto de lo que ellos consideran realmente
importante para la sociedad y el país.
•
Idea del poder legítimo y la representación de intereses
El concepto de política lleva implícito la capacidad de representación comunitaria, legitimidad,
libertad, sólo sí, se ampara en la escucha del habla social, o sea, si representa la voz de quienes son
los perjudicados. Por otra parte, esta “escucha” debe ser permanente, voluntaria, y consensual.
Por último, éstos referentes muestran una concepción fundamentalmente democrática de la
política, en base a representaciones, o sea, imágenes y lenguaje, que determinan y simbolizan
situaciones que parecieran ser naturales y comunes para los adolescentes. La estructura social y la
percepción de la organización social, se construye sobre un contexto de valores, nociones y reglas
que responden de manera sucesiva a un flujo de asociaciones solidarias, equitativas, tolerantes y
confiables, además de intencionadas hacia cambios que produzcan el progreso y el mejoramiento de
la calidad de vida de las personas, con especial énfasis en los más necesitados.
b) Análisis por categorías
i)
Imagen de los políticos
El "deber ser" de los políticos: qué funciones debieran cumplir y qué cualidades debieran
tener
Podríamos sintetizar las representaciones de los/as jóvenes, en cuanto al deber ser de los
políticos, diferenciando respecto de sus funciones y de sus cualidades.
17
Según las y los jóvenes, los políticos debieran cumplir las siguientes funciones:
•
•
•
Administrar el poder a través y desde su posición. Se menciona explícitamente la función
de legislar.
Representar los intereses de la población. Servir de nexo entre el gobierno y la sociedad
civil.
Encargarse de solucionar los problemas del país, especialmente los de los más pobres.
A su vez, las principales cualidades que debieran tener los políticos son las siguientes:
•
•
•
•
Cumplir lo que prometen
Acercarse y saber escuchar a los que los necesitan, sin discriminar
Saber escucharse entre ellos
Ser honrados y dar buen uso a los recursos que administran
El "ser" de los políticos: qué funciones cumplen y qué características tienen
Como características de los políticos, los/as jóvenes nombran:
•
•
•
•
No cumplen lo que prometen, ni mantienen contacto con el pueblo
No buscan el beneficio del país, sino el suyo personal
No hay seriedad, ni se respetan entre ellos
No cumplen con su función de legislar
Tal como los/as jóvenes se expresan, los políticos se han convertido en un grupo de personas,
ansiosas de poder para beneficios no públicos sino privados, ya sea a nivel político, en tanto cuotas
de poder en el gobierno, como también personal, en cuanto sensación de logro individual.
ii)
Imagen del voto
El "deber ser" del voto: qué funciones debiera cumplir
Este aspecto en particular, es un punto que los/as jóvenes y los/as adolescentes supieron
manifestar con mucha claridad. Ambos tramos de edad (15 -17 y 18 -29), conciben el sufragio
principalmente como un acto cívico, de participación ciudadana y de manifestación del sentir acerca
de lo que acontece, así como también, como una forma de evaluación de la ocupación del cargo de
los políticos. Sin embargo, esto va atravesado por distintos matices, que tienen que ver con la
obligatoriedad del voto y la falta de credibilidad en los políticos.
Según los/as jóvenes, por lo tanto, el voto debiera cumplir las siguientes funciones:
•
•
El voto como forma de participación e integración social
El voto como forma de representatividad
El voto, para los/as jóvenes de ambos tramos de edad, viene a ser una vía de elección, y de libre
albedrío que no debe estar condicionada, dado que en éste caso pasa a convertirse en una obligación
que se establece sobre bases que no son necesariamente compartidas.
18
El "ser" del voto: qué funciones cumple y qué características tiene
Por su parte, los/as jóvenes nombran como características del voto las siguientes:
•
•
•
iii)
El voto como canal ineficiente de participación y expresión: este acto cívico de votar, no es
suficiente ni basta para que los/as jóvenes se sientan satisfechos. El voto sí es una forma de
estar integrado al sistema de participaciones sociales, el voto es elección, es obligación
ciudadana, es parte de estar integrado, pero sólo es un acto puntual y limitado que no
involucra una acción mayor y permanente por parte del sujeto. El voto no lo involucra al
sujeto como sujeto, no considera sus actividades, sus opiniones, sus deseos y esperanzas.
El voto como canal poco efectivo de cambio social: esto manifiesta, un interés en estar
dentro de una actividad que los involucre como partes de un todo, en donde ellos sientan su
pertenencia. Además, el voto no incluye una acción directa de los actores políticos hacia
ellos, no se convierte en un beneficio directo o manifiesto, materializado o concreto que
ellos sean capaces de percibir directamente.
El voto como mecanismo rígido y engorroso: el hecho de que al inscribirse en los registros
electorales, esta actitud de voto se convierta en una obligación, es algo que no gusta ni
convence a los adolescentes. Ellos manifiestan querer participar y no quedarse fuera del
sistema de relaciones socio-político, sin embargo, las condiciones electorales se establecen
de antemano, a partir de éste precepto.
Espacios de participación
En general, los/as adolescentes y jóvenes coinciden cuando tratan de identificar espacios de
participación, tanto políticos como no políticos, en y con los cuales se sientan identificados e
interesados en participar. Los/as jóvenes de ambos grupos etáreos mencionan la existencia de un
cierto vacío que se produce al tratar de nombrar las organizaciones que conocen. De hecho, el
silencio fue parte permanente durante esta fase de la conversación de los grupos, y hubo que ayudar
a identificar, nombrando distintas organizaciones, para que los y las participantes pudieran asociar
éstos a las que ellos / as identificaran en la comuna que habitaban, o simplemente para que
nombraran las que ellos / as conocían por nombre.
Criterios que otorgan la connotación de político a los espacios de participación y formas de
expresión juvenil
La connotación política que se le da a un espacio pasa por cuestiones manifiestas, o sea, por ser
una organización o espacio reconocido como político (tales como los partidos políticos,
propiamente tales), en donde el símbolo y el icono asociado identifica rápidamente la pertenencia y
el objetivo. En este sentido, un espacio es reconocido como político cuando:
•
•
•
El tema central es la política
Hay un patrocinio político
Hay un beneficio económico
Formas de participación y expresión juvenil
Sobre la base de estas afirmaciones, los/as jóvenes delimitan los espacios de asociación u
organización que logran identificar y a los cuales hacen referencia. En otro ámbito de acción, se
encuentran los espacios que, aún cuando tienen una estructura organizacional similar, son
visualizados como asociaciones comunitarias, que no tienen una connotación política en el sentido
19
estricto, o sea, a un nivel partidista. A partir de estos criterios, los/as jóvenes consideran que se
encuentran en una posición distinta a los espacios de expresión política. De hecho, ninguna de estas
organizaciones tendría un componente político que sea reconocido explícitamente como tal por las
y los jóvenes.
4. Matices discursivos a partir de los cuatro criterios de conformación de los grupos
focales
a) Matices discursivos a partir del territorio (localidades rurales y urbanas)
Un tema en el cual se presentaron diferencias entre los grupos urbanos y rurales fueron los
marcos de referencia. En general, los y las participantes de grupos rurales, sin necesidad de hacer
muchas diferencias según tramo etáreo, conocían con mayor frecuencia los nombres de sus alcaldes,
diputados y senadores, no sólo de los que estaban actualmente en los cargos, sino también de los
que se habían presentado como candidatos y que no habían salido electos.
Se puede suponer, en base a las observaciones de campo, que en estos sectores el conocimiento
de sentido común, y dentro de lo mismo, las representaciones sociales que se constituyen desde
éstos, contienen una información acerca de los actores políticos, y de los temas relativos a la
administración del poder en cada localidad, que es mayor a la de los sectores urbanos. Pareciera
que, de alguna manera, los sectores más pequeños son capaces de acceder a un ámbito de
conversación pública en donde los temas relativos a la localidad son más conocidos por el común de
los habitantes.
b) Matices discursivos a partir de la edad para votar (menores de 18 años y mayores de
18 años)
El concepto de política que manejan ambos grupos, atraviesa lugares comunes, referidos a los
derechos civiles de igualdad de oportunidades, particularmente respecto de la educación y el
trabajo, así como también el derecho a ser escuchado y respetado como ciudadano.
Por otra parte, el/ la joven se siente representado / a y otorga confianza a los políticos en la
medida que se identifica con los valores que a su parecer, debieran estar presentes en el modo de ser
y de operar de estos personajes públicos. Entre otros, aparecen referencias a valores como la
honradez, el respeto y la solidaridad.
Otro aspecto en común, son las expectativas que los/as adolescentes y jóvenes tienen de la
política, de los partidos y de los actores políticos. Ambos grupos etáreos esperan de estos actores e
instituciones cambios reales en beneficio y mejoramiento de la calidad de vida de las personas, de
toda la sociedad, al amparo de un equilibrio entre los más necesitados y los menos necesitados.
Este intento de definición de un concepto de política subyacente a los discursos formulados por
los/as jóvenes participantes en los grupos, llega a reconocer un fin similar, el cual es servir al
progreso personal y social, sobre la base de la igualdad, la solidaridad, el respeto y la tolerancia
entre las diferentes formas de expresión que subyacen en los pensamientos políticos, todo esto en
base a valores y representaciones, que desde el lenguaje juvenil definen y delimitan “lo que debe
ser” y “lo que no debe ser”.
Podríamos decir que subyace la valoración de una política que debe ser democrática, que se
articula desde proposiciones y enunciados que incluyen al sujeto, en tanto comunidad y en tanto
actor social, y lo impulsan hacia un deseo de una política participativa y representativa, que se
20
ampara en la legitimidad que “el pueblo” le otorga a través del voto y a través de la confianza en
ciertas responsabilidades que se supone que los actores y partidos políticos asumen cuando realizan
su labor.
Los distanciamientos discursivos entre ambos grupos etáreos se producen cuando la
argumentación se centra en la experiencia (los mayores de 18 años) o en la suposición (los menores
de 18 años), poniendo a una o la otra como elementos con los cuales poder defender, entender y
fundar las proposiciones que se hacen.
Los/as adolescentes, por lo general, no se consideran parte todavía del sistema político y se
sienten dentro de un momento vital en el cual no está muy claro exactamente cómo, cuándo o por
qué la política tiene presencia y afecta sus vidas. Sí tienen claro, que “en el futuro” cercano, la
política tendrá más influencia, o al menos que los efectos de la política serán más claros y
observables en su desempeño social, familiar, laboral y subjetivo.
Al mismo tiempo, sienten que no han sido invitados a conversar alrededor de una “escucha”
que los considere como interlocutores válidos, más bien sienten que su lugar en la conversación
política, a nivel familiar o social, no está todavía considerándolos ni incluyéndolos.
Lo que se produce es una “profecía auto cumplida”. Los/as jóvenes sienten que no son tomados
en serio por el mundo adulto y que éstos les excluyen bajo el supuesto que son indiferentes a todo
aquello que no sea pasarlo bien. Ante esto, los/as jóvenes perciben que no deben preocuparse por
temas que no les incumben directamente, al menos hasta que tengan edad para votar y, como
consecuencia, terminan efectivamente alejados y marginados de una participación activa en el
sistema político.
Por su parte, los/as jóvenes (mayores de 18 años), elaboran su discurso sobre la base de la
memoria histórica (rememorando hechos de la historia política del país), acudiendo a sus
experiencias personales o directamente a sus creencias y posiciones hacia el ordenamiento político
y social.
Consecuentemente, existe más interés por parte de los/as jóvenes mayores de 18 años que de
los/as adolescentes por participar en política, y esto está dado por la madurez, la concepción de
responsabilidad y por los intereses respecto al futuro, los cuales al parecer son más perceptibles
después de los 18 años.
c) Matices discursivos a partir del sexo (hombres y mujeres)
Es importante hacer notar que en el discurso de los/as jóvenes participantes de todos los grupos,
tanto entre hombres y mujeres, no aparecen referencias a un enfoque de género de los temas
planteados. Los/as jóvenes, se identifican más con su condición de "jóvenes" que con la de
"mujeres" o “varones”.
Al mismo tiempo, dentro de la dinámica de los grupos, los/as jóvenes no establecen diferencias
entre las opiniones que provienen de varones y aquellas que son emitidas por mujeres. La variable
“sexo”, en este sentido, no fue asumida por parte de los mismos jóvenes como algo que otorgara
mayor o menor validez a determinados juicios y opiniones.
21
d) Matices discursivos a partir del tipo de inserción social (estudiantes, trabajadores,
cesantes e inactivos)
Se puede observar que los/as jóvenes que tienen un discurso más elaborado, estructurado y
profundo, son los que pertenecen a las categorías de trabajadores y de estudiantes. Estos últimos
muestran una mayor capacidad de abstracción frente a los temas planteados, particularmente a la
hora de intentar definir qué se entiende por “política”.
Los/as jóvenes inactivos, en cambio, son los que tienen más dificultades para elaborar sus ideas
y sostener argumentos frente a los juicios que ellos /as mismos / as emiten. Entre los que pertenecen
a esta categoría, pueden hacerse algunas diferencias. Los/as inactivos/as urbanos/as tienen una
participación en la conversación desde una posición bastante defensiva y, a ratos, agresiva. Los/as
jóvenes inactivos/as rurales, en cambio, tienen una actitud más pasiva que el resto, pero en todo
caso más abierta que la de los/as jóvenes inactivos/as urbanos/as.
5. Conclusiones
A continuación, queremos hacer una lectura general de la información, a la luz de las cuatro
hipótesis de trabajo que fueron planteadas al inicio del estudio.
a)
Estamos frente al surgimiento de una nueva cultura juvenil que desborda lo estrictamente
político, en donde aparecen desdibujados los límites tradicionales entre lo público y lo
privado.
Del discurso construido por los/as jóvenes participantes en los grupos focales, podemos
desprender que el tema de los límites entre lo público y lo privado (así como también los límites
entre lo individual y lo colectivo) es concebido de un modo diferente, dependiendo del tramo de
edad en que su ubiquen los hablantes y del grado en que éstos se sientan formando parte de un todo
social.
En concreto, lo que se observa es que en el tramo de los mayores de 18 años, el hecho de que
los/as jóvenes tengan ya asumidas algunas responsabilidades que podríamos considerar "sociales",
en el sentido que sobrepasan su actuar individual, los lleva a sentirse parte del colectivo social. Y
que, en esa medida, los temas del orden político y social pertenecen e inciden en lo colectivo y, al
mismo tiempo, les importan y afectan a nivel individual. En definitiva, para este tramo etáreo, los
límites entre lo público y lo privado, y entre lo individual y lo colectivo, son poco claros. Es más
frecuente encontrar en el discurso de estos / as jóvenes el reconocimiento de que la política afecta
en el presente, tanto la vida del país en su conjunto, como la de ellos en tanto individuos que forman
parte de este colectivo, más allá de que se sientan o no representados con el tipo de decisiones
tomadas por los políticos.
Entre los/as jóvenes del tramo 15 a 17 años, en cambio, estos límites y polaridades se
establecen con un poco más de claridad. Por una parte, los/as adolescentes se sienten más lejanos
del colectivo social en tanto “mundo adulto”, que no los integra ni los reconoce como interlocutores
válidos para temas como la política.
b)
El desarrollo y transmisión de valores asociados a la libertad, pluralismo, tolerancia y
respeto de derechos, son asumidos no desde un discurso político sino a partir de nuevas
formas de asociatividad más cercanas y adecuadas a los problemas cotidianos de las y los
jóvenes.
22
Mediante la revisión del discurso elaborado, es posible constatar que en éste subyacen una serie
de valores, los cuales permean fuertemente la imagen que los/as jóvenes construyen en torno a la
política y, particularmente, al “deber ser” de los políticos. Son estos valores los que los/as jóvenes
esperan que estén presentes en el “ser” de los políticos.
La realización del “deber ser” de los políticos, en términos prácticos, es percibida por los/as
jóvenes como algo lejano. Al respecto, no hay claridad sobre cuál sería la salida para romper esta
inconsistencia entre el “ser” y el “deber ser” de los políticos, sin embargo, pareciera estar muy
presente la necesidad de un cambio valórico por parte de estos personajes.
Con relación a las “nuevas formas de asociatividad”, prima el fondo (los valores) por sobre la
forma (la asociación formal) De hecho, los espacios que ellos /as reconocen como propios y con los
cuales se sienten representados/ as, son justamente aquellos en donde puedan ser escuchados/ as,
útiles, solidarios, etc. En la práctica, estos espacios no siempre corresponden a organizaciones
formales, sino que es también el grupo de amigos o el grupo que se junta en la calle.
c)
El cambio de la matriz sociopolítica caracterizada por un creciente desinterés de la
sociedad por la acción política, influye –por extensión de manera directa en el desinterés
de los/ as jóvenes por estos temas.
La afirmación de que los/ as jóvenes no están interesados/ as por la política (que incluso
aparece mencionada por los/ as mismos/ as jóvenes) debe ser relativizada. En primer lugar, el tema
del interés puede ser entendido como un continuo, en donde su máxima expresión son aquellos
sujetos que son capaces de emprender acciones y orientar algunas decisiones de sus vidas en torno
justamente a esto que les interesa o motiva. En el otro extremo, estarían aquellos sujetos para los
cuales determinados temas o hechos les son absolutamente indiferentes, a tal punto que ni siquiera
tienen una opinión sobre los mismos.
En un punto intermedio de este continuo, podríamos decir que hay sujetos que, aún cuando no
lleguen a movilizarse con relación a ciertos tópicos, sí tienen una opinión al respecto y son capaces
de tener expectativas sobre los mismos. Creemos que la situación de los/as jóvenes con relación a la
política es justamente más cercana a este punto que a cualquiera de los dos extremos. Por tanto,
podemos decir que los/as jóvenes, en relación a la política, articulan un discurso en donde aparecen
claramente una serie de expectativas (detrás de las cuales están los ya mencionados valores), y que,
en tanto tienen expectativas, están demostrando su nivel de interés hacia el tema.
d)
Las actuales formas de asociatividad de los/as jóvenes, pueden constituirse en formas de
participación política implícitas, que necesitan de un marco de reconocimiento y
estimulación formal, gatillando en el interior de ellas procesos de ejercicio de ciudadanía
juvenil.
Es claro que para los/as jóvenes el concepto de “política” tiene una connotación negativa y que,
por lo tanto, es evitada. Los/as jóvenes no buscan un reconocimiento de ellos/as mismos/as como
políticos, ni tampoco están esperando un reconocimiento por parte de los políticos para encontrarle
sentido a lo que ellos/as hacen. Esto no quiere decir que los/as jóvenes no tengan expectativas
puestas en los políticos (las que de hecho existen y son muy altas), sino, más bien, que en los
móviles de sus acciones está más patente y ejerciendo una influencia mayor, el “ser” de los
políticos, el cual es visualizado como negativo y hace que, en definitiva, los/as jóvenes sientan que
en el presente los logros dependen de los esfuerzos que ellos mismos puedan realizar y no del
accionar de los políticos.
23
En general, sienten que la política es un “mal necesario”, que ha existido siempre y que seguirá
existiendo, porque sin ella la sociedad y el país no funcionan. Sin embargo, no están seguros de que
la política los vaya a beneficiar en el corto o mediano plazo, dado que según sus expresiones, los
políticos se preocupan sólo de ellos cuando tienen que conseguir votos y adeptos a sus candidaturas.
El resto del tiempo, la política está fuera de sus vidas. No tienen una percepción de la política como
fuente de cambios sociales reales.
En este sentido, es difícil que alguien manifieste sentirse representado políticamente por algún
partido o por algún político. Esto último, porque en realidad los partidos políticos hacen y discuten
cuestiones que en realidad ellos no conocen ni sienten que sean socialmente relevantes, sobre todo
cuando se trata de dar soluciones a problemas cotidianos o más profundos.
Sin embargo, cuando uno profundiza en el discurso y entiende el contexto en que aparece esta
reacción, es posible descubrir, que entre sus propias formas de expresión y participación, hay
elementos políticos, los que tendrían que ver con “expresión de formas de pensar”, “organizarse”,
“trabajar por los demás”. Desde esta perspectiva, sí podría decirse que hay espacios en donde pueda
haber una connotación política implícita, pero no explícita.
En síntesis y retomando todo lo anterior en torno a las 3 categorías que fueron estudiadas,
podemos decir lo siguiente.
a) Imagen de los políticos:
Los participantes, en general, construyen sus representaciones de los actores políticos, desde
una imagen asociada a una falta de credibilidad y de representatividad.
Sobre todo cuando se trata de explicar cuáles son los elementos que más alejan a los/as
adolescentes de los actores políticos, lo que más se nota es la falta de interés que el mundo adulto
tiene hacia ellos, argumentando que no poseen experiencia suficiente como para opinar, o que en
realidad sus opiniones no cuentan porque están fuera de la población objetivo del mundo político.
Otra cuestión que pesa en los grupos analizados, se refiere a la imagen de que en realidad los
actores políticos sólo se preocupan de “su propio ego” y no de su actividad política.
Claramente, la imagen que los/as jóvenes tienen con relación a los políticos, está cargada de una
alta connotación negativa, la cual se observa por extensión en el concepto más general de política.
Lo anterior guarda estrecha relación con la fuerte ruptura y distanciamiento que los/as jóvenes
observan entre lo que los políticos “son y hacen” actualmente y aquello que, dentro de sus
expectativas, los políticos debieran “ser y hacer”. Entre las características con las que los/as jóvenes
describen a los políticos, como ya se ha señalado en parte, están: incumplidores, mentirosos, no se
preocupan por las necesidades de quienes los eligen, no se acercan a la comunidad, no buscan el
beneficio de las personas sino el propio, no se respetan entre ellos, son viejos y “ricos”.
Por otra parte, los/as jóvenes son capaces de reconocer una serie de funciones de los políticos,
muchas de las cuales corresponden a su rol efectivo y tradicional. Tales funciones son reforzadas
discursivamente con los preceptos que subyacen a su modo de entender la política, entre los cuales
hemos distinguido: orden, autoridad, representatividad, credibilidad, legitimidad, progreso, equidad,
pluralismo, tolerancia y cambio social.
24
b) Imagen del voto
Los/as jóvenes reconocen en el voto un medio de participación y expresión, aún cuando éste en
la práctica lo consideren poco efectivo. Principalmente, ellos / as conciben el sufragio como un acto
cívico, de participación ciudadana, sin embargo, este acto no es suficiente, ni basta para quedarse
satisfechos/ as. El voto sí es una forma de estar integrado/ a al sistema de participaciones sociales,
pero sólo es un acto puntual que no involucra una actitud ni una acción permanente por parte del
sujeto. No lo involucra como sujeto, no considera sus actividades, sus opiniones, sus deseos y ni sus
esperanzas. Además, el voto no incluye una acción directa de los actores políticos hacia ellos / as,
no se convierte en un beneficio directo o manifiesto, materializado o concreto que ellos / as sean
capaces de percibir directamente.
Existe un interés, el cual es más claro entre los/as jóvenes mayores de 18 años que de los/as
adolescentes, por participar en política, y esto está dado particularmente por la percepción de los
efectos presentes de la política, tanto en ellos como individuos, como en la sociedad en su conjunto.
c) Espacios de participación
Frente a esta categoría, hubo una clara escasez de información, la que contrasta bastante con las
dos categorías anteriores. Llama la atención la dificultad que tuvieron los/as jóvenes participantes
en los grupos para reconocer espacios de participación y expresión que les son propios y con los
cuales se sienten identificados/ as. Los más recurridos fueron aquellos ligados a la iglesia católica
(misiones, EJE) y otros como los Scouts y los talleres juveniles. Estas instancias de participación se
describen desde categorías propias de lo generacional. La flexibilidad versus la obligación, lo lúdico
complementado con lo comunitario, y aquello que comunica con los pares. Estas formas de
participación tienen connotaciones tanto espirituales como materiales, o sea, van desde la relación
con los pares para relacionarse con cuestiones propias de la edad (juegos, actividades culturales y
solidarias), hasta cuestiones más concretas (como lo es ayudar a otros sin una búsqueda de
reconocimiento)
Las razones que los mueven a participar y/o organizarse son, fundamentalmente, la necesidad
de estar involucrados en algo, “no estar inactivo”, la necesidad de hacer algo que les guste y los
mantenga entretenidos con sus pares. Sin embargo, se hace notar la falta de espacios donde
participar, ya sea porque las sedes sociales no las pueden ocupar, o porque les hace falta una
orientación acerca de cómo canalizar sus intereses, sus energías y sus intenciones comunitarias,
para trasformar eso en un eje de organización mayor.
En cuanto a la connotación política de estos espacios, la reacción natural es a negarla. Sin
embargo, implícitamente podemos reconocer algunos elementos que los/as jóvenes consideran
como características de lo que pudiera entenderse como político: ligado a la comunidad, con
organización o trabajo solidario.
V.
EL DISCURSO DE LOS ACTORES POLÍTICOS SOBRE LA PARTICIPACIÓN
POLÍTICA DE LOS Y LAS JÓVENES
1.
Antecedentes metodológicos
En esta fase del estudio, se realizaron entrevistas en profundidad a los presidentes nacionales de
8 partidos políticos (salvo en tres casos que hubo que reemplazar al presidente por el vicepresidente
25
o por la persona que éste hubiera determinado) y a los presidentes de las juventudes respectivas. A
esto se agregaron dos entrevistas a representantes de instituciones ligadas al tema (Ministerio del
Interior e Instituto Nacional de la Juventud), que se consideraron importantes para el análisis de las
representaciones acerca de la participación política de jóvenes, que tienen los agentes políticos e
institucionales.
En definitiva, los entrevistados fueron los siguientes (ordenados alfabéticamente según el
nombre del partido o la institución a la que representan):
a)
Trabajo de campo
La recolección de datos, se realizó durante los meses de abril, mayo y junio. Por lo general, las
entrevistas se realizaron en las oficinas de los partidos o de las instituciones mencionadas y tuvieron
una duración promedio de 50 minutos.
b)
Categorías de análisis que fueron consultadas
Contexto histórico- social-cultural
Esta categoría busca rescatar la percepción que el entrevistado tiene del entorno en el cual él o
ella, y el resto de la sociedad están insertos, tomando en cuenta además, las referencias históricas a
las que se hace mención durante la conversación. En este sentido, la categoría responde a la mirada
del entrevistado acerca del contexto político y social desde donde se ubica para responder al resto
de las categorías.
Imagen de los y las jóvenes
Esta categoría se entendió como el perfil del joven que manejaba el entrevistado/ a, en tanto
imágenes asociadas, lecturas de las conductas de los/as jóvenes, percepción de las actitudes de
los/as jóvenes, entre otros. En algunos casos, también se rescataron características que el/a
26
entrevistado/a considera propias del mundo juvenil y que lo diferencia de otros grupos de la
sociedad.
•
Formas de asociativismo juvenil
Esta categoría implicó profundizar en la percepción que cada entrevistado/a tenía de las formas
de agrupamiento o de organización de los/as jóvenes. Cuál era su apreciación, qué tipo de
valoración le asignaban desde la perspectiva de los contenidos políticos de estas, entre otros. Dentro
de esta categoría, se distinguieron organizaciones con y sin connotación política, de acuerdo a la
forma en que lo definían los entrevistados.
•
Percepción acerca de la imagen que los/as jóvenes tienen de los partidos políticos y
del gobierno
Esta categoría, intentó rescatar cuál es la imagen que los entrevistados creen que los/as jóvenes
tienen de ellos / as como personajes políticos o como gobierno, no en el ámbito personal, sino como
representantes de estas instituciones.
•
Ofertas de los partidos a la juventud y propuestas
Esta dimensión estuvo dirigida a conocer cuál es el contenido de la invitación que hacen los
partidos políticos a los/as jóvenes, cuál es la oferta política del partido, qué propuestas hacen y bajo
qué premisas. También aquí se incluyeron preguntas acerca de las formas de convocatoria y
estrategias de acercamiento a los/as jóvenes.
2.
Resultados del análisis
a) Síntesis de los discursos por categorías de análisis
Contexto histórico-social-cultural
En general, los/as entrevistados/as coinciden bastante en el diagnóstico que hacen del contexto
en el que actualmente se desenvuelve la sociedad chilena, considerando dentro de ésta a los/as
jóvenes y al sistema político en su conjunto (vale decir, tanto al gobierno como a los partidos
políticos)
Entre los factores en los cuales coinciden, aparecen recurrentemente referencias a un cambio de
época, marcado por fuertes contrastes entre las décadas del ‘70-’80 y la de los años ’90. Este
cambio habría generado transformaciones en lo cultural, lo ideológico y lo social.
Con relación a lo cultural, se menciona el fenómeno de la globalización y el aceleramiento de
los cambios cotidianos, producto de permanentes innovaciones tecnológicas. A lo anterior, se
agrega una crisis en los órganos tradicionales de socialización (familia y escuela) y, paralelamente,
la fuerte influencia de los medios de comunicación en la formación de las personas. Gran parte de
los entrevistados mencionan el advenimiento de un modelo más individualista y pragmático, sin
referentes colectivos claros, y con énfasis en lo económico por sobre lo social.
En cuanto a lo ideológico, se alude a una ruptura de los esquemas políticos que representaban
las diferencias y las posiciones más radicales de los partidos (comunismo, socialismo / militares,
partidos de derecha en general)
27
Una sumatoria de factores, como los ya mencionados, serían los responsables de las
transformaciones sociales que afectaron, por un lado, la conformación estructural de los partidos y
su relación con la sociedad civil, y, por otro lado, las formas de participación y la toma de posición
a nivel individual y colectivo.
Se hace notar, por parte de los/as entrevistados/as, el hecho de que la política hoy ya no juega el
mismo papel que antes. En otras palabras, se da a entender que en otro momento la política
partidista abarcaba muchas esferas. Hoy, en cambio, la política ve restringida su campo de acción,
pues ya no tiene poder de control sobre temas como la economía.
Los cambios propios de esta época también han impactado negativamente a la sociedad civil,
respecto de su relación con el sistema político, llevándola a un alejamiento importante de éste. Tal
situación ha sido interpretada por algunos como una falta de interés generalizado hacia la política
tradicional (el sufragio y la militancia), ante lo cual hay que preocuparse.
En relación a lo anterior, uno de los factores que refuerzan este alejamiento de la política, al que
hacen alusión gran parte de los/as entrevistados/as, corresponde al constante desprestigio que a
partir del régimen militar se hizo de la actividad política y pública, principalmente desde los medios
de comunicación.
Además, otro factor importante tendría que ver con la falta de representatividad que las
estructuras partidarias brindarían a la sociedad civil y la capacidad que éstas estarían teniendo para
promover los cambios a nivel de las grandes estructuras. Frente a este punto se verán algunos
matices entre los/as entrevistados/as, aunque en general todos/as coinciden en que los partidos
políticos se han distanciado de la sociedad civil, a partir de la falta sintonía con sus intereses,
necesidades y estilos de participación. Las opiniones de los políticos son las siguientes:
•
•
•
•
•
No se promueve la participación a ningún nivel. El Estado es tecnocrático y temeroso de
las implicancias que, en cuanto a transformaciones sociales, podría tener la movilización
de actores como los/as jóvenes. Lo anterior se manifiesta también en la existencia de una
sociedad civil débil y desarticulada, sin constituir entonces un actor protagónico (Girardi
PPD, Urrutia INJUV)
Los mecanismos políticos y sus instancias tradicionales, como los partidos, no se han
renovado y con esto se han quedado fuera de los grandes cambios que se están
produciendo en Chile y el mundo, en cuanto a lo social y cultural (Bossay JPPD, Espina
RN, Gattas Ministerio Interior, Girardi PPD, Hirsh PH, Martínez PDC)
Las grandes transformaciones a las que se hizo referencia han redefinido los límites entre
lo público y lo privado, lo cual necesariamente conlleva un cambio en la forma de
entender la política. La política ha perdido el “monopolio” de las distintas esferas del país.
En este sentido, por ejemplo, la economía actualmente funciona con independencia de lo
que ocurra en el plano político (Coloma UDI, Cuadro JPS, Hirsh PH, Martínez PDC)
Paralelamente, ha cambiado también el modo de relacionarse con la política. Ahora la
relación es menos estática y más mutable (Bossay JPPD)
El nuevo modelo hace primar los intereses individuales por sobre los colectivos,
otorgando a las personas mayor autonomía. Algunos hablan de individualismo (Bossay
JPPD, Cuadro JPS, Martínez PDC) y otros opinan que el individualismo es una idea falsa
que se está tratando de instalar en la sociedad (Insunza PC)
La dictadura o gobierno militar interrumpió los procesos democráticos en nuestro país y
desarticuló los movimientos sociales. Esto trae repercusiones hasta el día de hoy que se
manifiestan, por ejemplo, en los bajos niveles de participación de la población en general.
Recién en este momento se estaría produciendo una rearticulación de los movimientos
28
•
•
(Badenier JDC, Bossay JPPD, Cuadro JPS, Martínez PDC) con relación a este efecto de la
dictadura, algunos opinan que éste afecta especialmente a los adultos y no tanto a los/as
jóvenes, ya que estos últimos están más alejados, idiosincrática y cronológicamente, de tal
acontecimiento (Cuadro JPS, Martínez PDC).
Por otra parte, otro efecto de la dictadura es el desprestigio del quehacer político, que se
ha venido realizando sistemáticamente desde poderes fácticos, como las fuerzas armadas y
los medios de comunicación (Coloma UDI, Espina RN, Gattas Min. Interior, R. Núñez
PS, Urrutia INJUV, Ward JUDI), así como también, desde la educación, que actualmente
se imparte (R. Núñez PS, Urrutia INJUV), la que está vaciada de contenidos valóricos
como la tolerancia y la diversidad (Girardi PPD, Hirsh PH, Urrutia INJUV).
El concepto de participación política va más allá de la militancia en algún partido
(Badenier JDC, Bossay JPPD, Cuadro JPS, R. Núñez PS, Urrutia INJUV, Ward JUDI). La
búsqueda de valores, como la solidaridad, se puede hacer por otras vías distintas a la
militancia en un partido político (Cuadro JPS)
Imagen de los/as jóvenes
Las opiniones de los/as entrevistados/as respecto de los/as jóvenes tienen matices diversos, pero
en general, convergen hacia elementos comunes. Uno de los puntos claves tiene que ver con el
reconocimiento de la diversidad existente entre los/as jóvenes de la actual generación, entre los
cuales se visualizan varios “estilos de ser joven”. Siendo un grupo heterogéneo, los/as
entrevistados/as evitan hacer generalizaciones en relación, por ejemplo, a sus formas de participar.
En cuanto a lo político, estos estilos de ser del joven, recorren una amplia gama, que va desde el
snobismo, la militancia tradicional, hasta el desinterés total por el entorno social o colectivo. Parte
de esta diversidad viene dada por la irrupción del modelo de desarrollo social que se ha puesto en
práctica en el país, desde el régimen militar hasta nuestros días, contexto al cual se hizo alusión en
el punto anterior.
Otro elemento bastante mencionado es la representación que se hace del joven, en tanto
adolescente o sujeto en transición hacia su ser adulto. Desde aquí se construye la imagen del
rebelde, el soñador, el irreverente, el desconfiado, el incorruptible, el inmediatista, el espontáneo.
Puesto que ellos mismos están en transformación, los/as jóvenes están más dispuestos/as y más
abiertos/as a asumir cambios externos, al mismo tiempo que son capaces de incorporar tales
cambios con mayor facilidad y rapidez que los adultos.
La misma capacidad de mutar rápidamente, es considerada por algunos/as entrevistados/as
como una desventaja respecto a la validez de los/as jóvenes como interlocutores/as en lo político,
social y cultural. Esto último, en el sentido de que, aún cuando los/as jóvenes son adeptos/as y fieles
a la defensa de cuestiones relativas al medio ambiente, la solidaridad social o los temas espirituales,
estos intereses no logran constituirse “seriamente”, ya sea en un movimiento social a largo plazo, en
un proyecto político, en objetivos de acción o en propuestas concretas de cambio estructural.
Las actividades que los/as jóvenes emprenden, son evaluadas como positivas pero no
suficientes. Los/as entrevistados/as, aún cuando con algunos matices diferentes, mantienen
expectativas mayores respecto de cualquier conducta o actividad que los/as jóvenes emprendan, del
peso de la movilización que logren, del tipo de compromiso que adquieran, de los objetivos que
sean capaces de asumir y de la relación que sus manifestaciones tengan con lo colectivo y lo
institucional.
29
Reconocen la influencia que sobre los/as jóvenes ejerce el modelo y los medios de
socialización, en términos de la constitución de seres preocupados de alcanzar logros concretos, de
corto plazo, y en relación directa con el presente inmediato.
Esto se relaciona con estilos de vida juvenil que no logran conectarse directamente con la
política, ya que ésta no representa en realidad un interés vital para el/a joven (ni siquiera para aquel
que milita en un partido político), trasladando sus energías hacia espacios y acciones con objetivos
más individuales que colectivos.
Para los entrevistados, los/as jóvenes se unen a organizaciones de pares, que están desprovistas
de un contenido político y que no siempre son reconocidas y valoradas por el sistema político.
De este modo, las expectativas de algunos de los/as entrevistados/as pasan por mayores y
mejores organizaciones juveniles, reunidas en un gran movimiento con un discurso generacional,
logrando así un peso político que los lleve a ser mucho más que “una simple asociación espontánea
y circunstancial”.
Las opiniones de los políticos son las siguientes:
•
•
•
•
Los y las jóvenes son responsables de construir un mundo mejor y tienen la capacidad y
habilidad para producir cambios y la responsabilidad de defender algunos valores. Son
capaces de soñar, idealistas, vitales, tienen libertad para expresarse y mayor autonomía que
los adultos. Se revelan frente a lo que les incomoda y son reacios a participar en algo que
no les motiva (Badenier JDC, Cuadro JPS, Girardi PPD, Hirsh PH, Urrutia INJUV, Ward
JUDI). Por otra parte, los/as jóvenes tienen la capacidad de reaccionar con mayor rapidez y
espontaneidad y con menos prejuicios que los adultos ante el cambio (Bossay JPPD, Girardi
PPD) Los/as jóvenes son espontáneos/as e impulsivos/as, dicen las cosas en forma directa
(Sule PRSD) y desconfían de promesas que no se concreten en los hechos. En este sentido,
tal vez son más prácticos y más inmediatistas (Espina RN) Sin embargo, paralelamente, hay
entrevistados que opinan que los/as jóvenes actuales no tienen grandes ideales y se
encuentran desencantados (Hirsh PH, Urrutia INJUV), aún cuando este aparente desencanto
podría ser interpretado como rechazo a un modelo que no les acomoda (Hirsh PH, Kramer
JRN)
Por otra parte, en los/as jóvenes también estaría la responsabilidad de ser protagonistas y
renovar el poder, el que actualmente tiene líderes cada vez mayores (Cuadro JPS, Hirsh PH,
Martínez PDC, D. Núñez JJCC) En la misma línea, también se habla de la responsabilidad
de dinamizar el sistema (Urrutia INJUV) y de recuperar el sentido de servicio público que
tiene la actividad política (Badenier JDC). Algunos entrevistados rescatan la idea de que el
derecho a criticar el sistema debe ir acompañado de asumir la responsabilidad de participar
políticamente de manera formal y permanente, principalmente por medio de ejercer su
derecho a voto (Gattas Min. Interior, Girardi PPD, Martínez PDC, Sule PRSD, Ward JUDI)
El reconocimiento de que los y las jóvenes tienen la capacidad de producir cambios en la
política, los hace aparecer ante algunos políticos como una amenaza, y esto lleva a
entorpecer las vías para que ellos participen y se integren más a lo público (Cuadro JPS,
Hirsh PH) Producto de esto, existiría una desconfianza mutua entre los partidos y los
ciudadanos (Girardi PPD)
Algunos entrevistados opinan que los y las jóvenes no son responsables de la debilidad de
sus organizaciones, sino el gobierno y la sociedad en su conjunto (Badenier JDC) Otros, en
cambio, son de la opinión de que los/as propios/as jóvenes son los/as que deben luchar por
ganar espacios de protagonismo social y político (Cuadro JPS, Hirsh PH, Urrutia INJUV)
30
•
En otro orden de cosas, también está presente la idea de que la juventud hoy es vista como
un valor social preciado, que no se restringe al tema de la edad. En la formación de esta
imagen han tenido gran influencia los medios de comunicación (Bossay JPPD, R. Núñez
PS)
Formas de asociatividad juvenil
En general, los entrevistados perciben a las asociaciones como espacios de socialización o de
sociabilidad connatural a los seres sociales. La asociación es, en estos términos, un referente común
de los pares para interactuar en torno a aquello que los/as identifica, que los/as une y que también
los/as diferencia. Puesto que, como ya fue señalado, los/as jóvenes son un grupo heterogéneo, las
diferencias que existen entre ellos darán curso a distintos tipos de agrupaciones juveniles.
Ahora bien, todas las agrupaciones tienen un componente de participación. Esto, sin embargo,
no significa que éstas sean en sí modos de participación política, en los términos de las
representaciones de los/as entrevistados/as. En una lectura amplia del concepto, podrían ser
entendidas como políticas en tanto agrupan a personas en torno a un objetivo común. Mas no son
políticas en un sentido estricto, en tanto la mayor parte de las veces estas asociaciones no se
constituyen en torno a objetivos y proyectos de transformación de aspectos sociales, económicos o
culturales.
En general, los/as entrevistados/as coinciden en el hecho de que las asociaciones juveniles son
parte de un estilo nuevo de agrupación u organización, que viene a dar respuesta a aquellas
falencias o vacíos que dejaron los partidos políticos, satisfaciendo las necesidades e intereses reales
e inmediatos de los y las jóvenes.
Para los/as entrevistados/as, las formas de asociación de los/as jóvenes son positivas, dado que
posibilitan que ellos/as se involucren con el espacio público. Sin embargo, estas formas no son ni
las más correctas ni las más efectivas a la hora de visualizar en ellas una suerte de nuevo
ordenamiento de la acción política. Las razones que los/as entrevistados/as dan para fundamentar
esta afirmación son variadas.
En primer lugar, se dice que no son orgánicas y que por lo mismo tienen poca efectividad y
capacidad de logro de objetivos que vayan más allá de la convivencia o cotidianeidad; en este
sentido, no trascienden la barrera de lo contingente.
Por otra parte, estas nuevas asociaciones tampoco contienen un proyecto de cambio ni una
visión de conjunto, que les permita avanzar hacia una sociedad distinta y expandir su acción hacia
cuestiones que los involucren directamente con “el poder”.
Considerando los dos puntos anteriores, los/as entrevistados/as opinan que, en definitiva, estas
asociaciones contienen un bajo o nulo nivel de “conciencia política”. Agregan, que para que
pudieran alcanzar un grado de injerencia importante, debieran constituirse al amparo de una
conducción política mayor, que los agrupe y organice en torno a un proyecto de cambio.
Las opiniones de los políticos con respecto a las asociatividad juvenil son las siguientes:
•
El acto de organizarse es algo propio y natural de los seres humanos (Coloma UDI, Sule
PRSD) Por esto, es fácil reconocer formas de agruparse en los/as jóvenes, aún cuando no
todas ellas tengan una estructura formal.
31
•
•
•
•
En términos de lo político, los/as jóvenes –y la población en general- no se sienten
representados ni atraídos por organizaciones tradicionales, como los partidos políticos.
Frente a esto, los/as jóvenes buscan otros espacios, que adquieren formas diversas,
respondiendo a sus intereses y necesidades. Puesto que los/as jóvenes son un grupo
heterogéneo, podemos encontrarlos participando en organizaciones funcionales
tradicionales (de carácter deportivo, recreativo, cultural, religioso) o en otras más
incipientes (como grupos ecologistas), como también pueden estar participando a través de
grupos de pares, conformados espontáneamente sin mayor estructura ni formalidad
(Andrews JPRSD, Coloma UDI, Espina RN, D. Núñez JJCC, Ward JUDI)
Dentro de las formas que adquieren las organizaciones juveniles y que tienen connotación
política, destaca como la más organizada y masiva los movimientos estudiantiles (Urrutia
INJUV, Badenier JDC) Sin embargo, algunos también agregan que no siempre existe
conciencia que el unirse al movimiento estudiantil y su lucha implica tomar opciones
políticas (Martínez PDC) Por su parte, otros entrevistados opinan que el movimiento
estudiantil actual ha perdido la visión de globalidad y está trabajando por acciones muy
fragmentadas (Cuadro JPS) A esto se agrega, la opinión de que los movimientos
estudiantiles han perdido el sentido de referencia y modelo de lo que es participar
políticamente, tal como era asumido en los años 60 (R. Núñez PS)
Los/as jóvenes están teniendo una creciente participación política, en una concepción
amplia y no tradicional de la misma (Martínez PDC, R. Núñez PS) Sin embargo, su
presencia en lo público sigue siendo baja. A esto se suma, que las organizaciones juveniles
no logran tener impacto a nivel nacional (Martínez PDC, Cuadro JPS)
El problema no está en la falta de participación política de los/as jóvenes, sino en que las
formas mediante las cuales ellos actualmente se están organizando y manifestando no son
reconocidas ni validadas (Bossay JPPD, Hirsh PH)
Percepción acerca de la imagen que los y las jóvenes tienen de los partidos políticos y del
gobierno
Todos/as los/as entrevistados/as coinciden respecto de cuál creen que es la imagen que los/as
jóvenes tienen de ellos/as, en tanto representantes de los partidos políticos y en tanto gobierno. Esta
es una imagen negativa, que se produce por razones que convergen en aspectos relativos al
desencuentro, particularmente por parte de los partidos políticos, con los intereses de los/as jóvenes.
En este sentido, reconocen no estar siendo motivadores, ni tener las alternativas más cercanas a
los/as jóvenes, asumiendo en algunos casos auto-críticamente el alejamiento que éstos han tenido de
la política y la falta de figuras que sirvan de modelos de probidad y servicio público.
Los/as entrevistados/as además coinciden en señalar, que gran parte de las imágenes negativas,
que tanto los/as jóvenes como el resto de la sociedad tienen de la política, están fuertemente
influenciadas por el desprestigio que se ha hecho de esta actividad durante y después del régimen
militar. Mencionan con especial énfasis el tratamiento sesgado, parcial y sensacionalista que se hace
del ejercicio político en los medios de comunicación, como la televisión. Con igual fuerza, se critica
la forma de socialización que entrega el actual sistema educativo, dando como resultado jóvenes sin
prácticamente ninguna formación cívica.
Las distintas opiniones pueden ordenarse de la siguiente manera:
•
Se percibe que los partidos políticos están en la abstracción y el gobierno en lo concreto.
Esto hace que frente a los primeros exista una imagen más estática, mientras que frente al
gobierno exista una imagen más cambiante (Badenier JDC, Bossay JPPD) Esto remite
32
•
•
•
•
•
nuevamente a la idea de que en esta sociedad está primando lo individual, lo concreto, lo
inmediato, y se está dejando de lado lo altruista y lo utópico (Espina RN)
Los/as jóvenes no se sienten representados/as por el sistema político. Lo perciben distante
de sus problemas, necesidades e intereses, además de poco acogedor (Badenier JDC, Hirsh
PH, Girardi PPD, Martínez PDC, D. Núñez JJCC, R. Núñez PS) Algunos entrevistados son
más radicales y dicen que los/as jóvenes perciben a los partidos y al gobierno como inútiles,
que no hacen nada (Cuadro JPS). En definitiva, la imagen que los/as jóvenes tendrían de los
políticos, según la opinión de éstos últimos, es negativa. En esto influye mucho la
frivolidad de los medios de comunicación, especialmente la televisión, que a través de las
imágenes crea expectativas en las y los jóvenes, que después el sistema no es capaz de
cumplir. Desde este punto de vista, la imagen negativa responde a la frustración (R. Núñez
PS)
Según los/as entrevistados/as, esta evaluación negativa, se relaciona además conque los/as
jóvenes no perciben que el actuar de los políticos sea ejemplar. Existe desconfianza hacia
los políticos, pues ellos evitan comprometerse, son poco transparentes, se mueven por
intereses personales, tienen ansias de poder y han perdido la vocación de servicio público
(Badenier JDC, Andrews JPRSD, Cuadro JPS, Martínez PDC) El actual sería un estilo de
hacer política de los consensos y los “arreglines”, lo que es muy mal visto por los/as
jóvenes (Badenier JDC, Insunza PC, D. Núñez JJCC).
La imagen negativa no significa que los/as jóvenes consideren que la política no es algo
necesario e importante (Martínez PDC)
Los/as jóvenes están poco informados/as sobre las funciones y competencia que tienen los
distintos actores políticos, como alcaldes, senadores, diputados o dirigentes de partidos. Por
esto, no hacen mayores distinciones entre unos y otros al momento de evaluar. La sociedad
civil tampoco tiene claro su rol (Badenier JDC, Cuadro JPS) Para algunos, el no hacer
distinciones ocurre porque efectivamente no las hay (Insunza PC, Cuadro JPS) Hay también
quien opina que los/as jóvenes se han formado una imagen acerca de los partidos y del
gobierno, pero sin haber reflexionado antes sobre el asunto, y en ese sentido sería una
opinión liviana (Sule PRSD).
La imagen de distanciamiento que los/as jóvenes tienen de la política es producto de que el
sistema no ha integrado a los/as jóvenes, ni ha sido capaz de diseñar políticas efectivas para
ellos (Hirsh PH, D. Núñez JJCC, R. Núñez PS)
Oferta de los partidos políticos a los y las jóvenes y propuestas
Cuando se les pregunta cuál es la oferta que el partido respectivo tiene para los/as jóvenes,
todos los/as entrevistados/as coinciden en responder que no existe un discurso especial y que
tampoco es política del partido el tener estrategias ni ofertas específicas para ellos.
Por el contrario, la forma en que se dirigen a la juventud es la misma con que se dirigen al resto
de la sociedad. Sólo uno de los entrevistados, que es dirigente de una juventud política, dice que el
partido convoca a los/as jóvenes para crear espacios en donde ellos puedan discutir los temas que
les interesan.
En cuanto a la estrategia de acercamiento, se mencionan genéricamente las organizaciones de
jóvenes, pero, en particular, se muestra interés por llegar a las organizaciones de estudiantes
secundarios y universitarios, que corresponden con aquellas que los/as mismos/as entrevistados/as
reconocieron como fuertes en lo político. En algunos casos se mencionan estrategias más
específicas como formación (capacitación, grupos de reflexión) y/o trabajo comunitario (de
solidaridad, trabajo social)
33
Los/as entrevistados/as muestran con matices diferentes el interés por engrosar la cantidad de
jóvenes militantes. Por lo general, dicen no estar preocupados por este punto en particular, sino más
bien por incentivar a la juventud a tomar parte activa en la forma en que marcha el país. Aunque
algunos manifiestan que la participación política no es sinónima de militancia, para otros la
incorporación en algún partido político es la única y mejor forma para conseguir grandes
transformaciones.
De igual modo, existen diferentes posiciones con respecto al voto: mientras algunos insisten en
que éste es el mecanismo que formaliza la participación política y que, por lo tanto, es necesario
trabajar en convencer a los/as jóvenes para que se inscriban, otros opinan que la no-inscripción es
una manifestación de descontento y una forma particular de participar, que no necesariamente debe
ser entendida como falta de interés o anomia.
Con relación a las propuestas, los entrevistados coinciden en reconocer que faltan políticas
públicas focalizadas en los/as jóvenes, que sean efectivas para atender sus necesidades e intereses.
Además, coinciden en reconocer la falta de incentivos y apoyos concretos que permitan fortalecer
las organizaciones juveniles. En este sentido, asumen como un desafío el lograr renovar las
estructuras, partiendo por los mismos partidos políticos.
Las posturas de los políticos pueden resumirse en los siguientes puntos:
•
•
No existen propuestas que vayan dirigidas específicamente al segmento juvenil, sino que
los/as jóvenes quedan circunscritos a lo que los partidos proponen para el común de la
sociedad (Badenier JDC, Cuadro JPS, Girardi PPD, Hirsh PH, R. Núñez PS) El tener un
discurso específico sería discriminatorio (Hirsh PH) Por otra parte, hay quien opina que la
existencia de un discurso específico para los/as jóvenes, no necesariamente significaría un
mayor acercamiento por parte de estos a la política (Cuadro JPS).
La estrategia de acercamiento es a través de las organizaciones juveniles, particularmente
las estudiantiles (Badenier JDC, Cuadro JPS, Hirsh PH) y las comunitarias (Hirsh PH) En
este sentido, para algunos, lo principal es hacer una invitación para trabajar en asuntos
concretos, a partir de la realidad y las necesidades de los/as jóvenes y las comunidades
(Coloma UDI, Kramer JRH, Ward JUDI). Otro tipo de acercamiento, es a través de lo
formativo, capacitando líderes y entregando herramientas para la inserción social (Bossay
JPPD)
La invitación que hacen desde los diferentes partidos políticos apunta a:
a)
b)
c)
Vivir de acuerdo a los valores del partido, sean estos llamados valores cristianos,
democráticos o socialistas, según corresponda (Badenier JDC, Andrews JPRSD, R. Núñez
PS)
Ser protagonistas de una revolución sin violencia, organizarse y cambiar las estructuras
para lograr la sociedad que desean. Valorar la diversidad (Andrews JPRSD, Girardi PPD,
Hirsh PH)
Generar espacios para tratar los temas que a los/as jóvenes les interesan (Bossay JPPD),
fortalecer sus organizaciones (Espina RN) y organizar un movimiento juvenil que tenga
un rol protagónico (D. Núñez JJCC)
34
Propuestas (desafíos)
Como desafíos los políticos nombran:
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
La necesidad de reconocer a nivel nacional la diversidad de intereses y expresiones propias
del mundo juvenil
La necesidad de mejorar las acciones multi-sectoriales promovidas desde el Estado, para
alcanzar una real integración de los y las jóvenes
Modificar el sistema electoral, facilitar el acceso y representación de grupos diferentes en el
Congreso
Instalar un sistema de inscripción automática y voto voluntario
Crear instancias que sean canalizadoras de los temas y necesidades que afectan a los/as
jóvenes. Los/as jóvenes están optando por no inscribirse, y esto no ocurre por falta de
información, sino porque ellos no están percibiendo al voto como un mecanismo efectivo
para canalizar sus intereses.
La necesidad de mejorar el sistema de descentralización de los partidos políticos, ya que
esto ayudaría a acercar a las personas a la política y a los partidos
No concentrar la discusión en los “enclaves autoritarios”, sino más bien ampliarla a temas
relacionados con la participación ciudadana
Buscar nuevas formas de participación y organización del componente político.
Favorecer y evidenciar los conflictos, para así ayudar a resolverlos. Superar los temores
generados por el régimen militar
Fortalecer lazos entre los/as jóvenes y construir un movimiento con un discurso como
generación.
b) Matices discursivos según partidos políticos
En general, se presentan pocos matices. Aludiremos a los principales, retomando el énfasis
central puesto durante el desarrollo de cada entrevista. La información se presenta ordenada
alfabéticamente según el nombre de cada uno de los partidos considerados en el estudio.
Partido Comunista
Plantean una visión crítica a los gobiernos concertacionistas, en el sentido de que éstos no han
sido capaces de absorber las demandas juveniles.
Visualizan a los/as jóvenes como portadores de valores muy positivos para la vida en sociedad,
como son el altruismo y colectivismo. Al mismo tiempo, reconocen cierta anomia y rebeldía por
parte de los/as jóvenes ante un sistema que no les satisface ni identifica.
Reconocen formas de asociación juvenil incipientes y más claras que en la década anterior, sin
embargo, también se les reconoce como cortoplazistas y con capacidad insuficiente para generar
verdaderos cambios.
A su parecer, la imagen que los/as jóvenes tienen del gobierno y de los políticos es muy
negativa.
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Partido Democracia Cristiana
Se hace referencia a un cambio de contexto, en donde la política ha perdido la centralidad y
poder monopólico que tuvo en otro momento sobre esferas diferentes (como la economía)
La dictadura habría influido mucho en la forma y nivel en que las personas participan, así como
también, en la formación de una imagen sesgada de la política.
Consideran que la generación actual está participando más en política que la anterior, aunque
esto no necesariamente se canalice a través de la militancia en algún partido. El desafío es fortalecer
las organizaciones y promover todo tipo de participación.
Se deposita también en los/as jóvenes la responsabilidad de involucrarse en lo que ocurre en su
país, y en esta medida se menciona que el votar por sus representantes es un deber, más allá del
grupo etáreo al que se pertenezca.
Partido Humanista
Éste es el único partido que no tiene una rama juvenil, pues considera que el hecho de tenerla
sería una acción discriminatoria y no integradora.
Se refiere a los/as jóvenes como los responsables de construir un mundo mejor, en donde
primen valores como la diversidad y la tolerancia. Y en esa línea va la oferta que le hacen a los/as
jóvenes como partido: una revolución sin violencia por alcanzar la sociedad que desean.
Sin embargo, señala que en estos momentos, éstos se encuentran desencantados del sistema, lo
que los lleva a alejarse de las organizaciones tradicionales y buscar nuevos canales a través de los
cuales poder expresarse y ser escuchados. El sistema ha contribuido a este alejamiento de los/as
jóvenes y a este desencanto, pues no ha sido capaz de integrarlos efectivamente.
Partido Por la Democracia
Consideran y enfatizan que estamos en medio de un proceso de cambios radical y global, que ha
influido en modificar los patrones sociales y culturales tradicionales.
A nivel de lo político, esto se expresa en un cambio en el rol de la política y de los partidos
como organizaciones. Los/as jóvenes no se sentirían atraídos por los partidos políticos, lo que es
comprensible, ya que éstos se han quedado fuera del cambio global. Existiría además una
desconfianza mutua entre los ciudadanos y los partidos políticos.
La imagen que tienen de los/as jóvenes se vincula al ejercicio de la libertad y de la capacidad de
adelantarse a los cambios. Reconocen cierta estigmatización de la sociedad hacia los/as jóvenes.
En cuanto a las formas de asociación juvenil, reconocen que éstas son diversas y que en su
organización “caótica” tienen un gran potencial para conectarse a la sociedad de un modo diferente.
36
Partido Radical Socialdemócrata
La sociedad actual ha dejado un gran número de personas sin acceso a muchas ofertas de la
propia modernidad. Se trata de un modelo económico que se impone sobre lo social, y que produce
desencanto ante expectativas que no son cumplidas. Esto repercute enormemente en los niveles de
participación, a lo que se suma la falta de referentes y banderas de lucha claras.
Reconocen a los/as jóvenes como idealistas, soñadores, espontáneos y sensibles, al mismo
tiempo que reactivos y críticos del sistema.
Partido Renovación Nacional
Los partidos políticos estarían pasando por una fuerte crisis, la que se debe a la falta de
renovación de las estructuras partidarias y a la falta de financiamiento.
Durante el régimen militar habría habido un fuerte desprestigio de la actividad política, desde
las instituciones militares, lo que afectó directamente en la imagen pública del quehacer político.
El alejamiento que han tenido los/as jóvenes de la política, se relaciona además con el fuerte
individualismo del modelo imperante. En tal sentido, la invitación que ellos hacen a los/as jóvenes
rescata su interés por cosas concretas, que vinculen los intereses que éstos tienen con los intereses
políticos.
Interesa que los/as jóvenes se integren a la tarea de modernizar la política, y esto implica que,
como partido y como sociedad, se asuma el desafío de darles a los/as jóvenes más espacios de
decisión en las instancias correspondientes.
Partido Socialista
Conciben a los partidos políticos como una organización muy fuerte en nuestro país, debido a
una tradición histórica, y ven en ellos un canal para producir cambios estructurales que no ha
podido ser reemplazado por otros mecanismos no tradicionales.
En las formas de participación, tiene una fuerte incidencia el golpe militar y la dictadura,
acontecimientos que dejaron a la sociedad chilena con procesos truncos que repercuten hasta el día
de hoy.
Insisten en el rol que juegan los medios de comunicación (particularmente la televisión) en el
desprestigio del quehacer político, así como también en la formación de falsas expectativas en las y
los jóvenes.
Ven a los/as jóvenes como motor de cambio y como responsables de renovar la forma de hacer
política.
Partido Unión Demócrata Independiente
Reconocen en los/as jóvenes una fuerte tendencia a participar en asuntos sociales, movidos por
valores como la solidaridad y el altruismo. Sin embargo, las acciones que realizan son faltas de un
real compromiso político, el que sólo podría darse por medio de una participación formal
tradicional.
37
En este sentido, el voto y la militancia corresponden a deberes y compromisos que las y los
jóvenes debieran asumir.
La oferta a la juventud debe ser muy concreta y no abstracta, lo que en el caso de la UDI se
materializa a través de trabajo social en poblaciones o centros comunitarios.
3.
Conclusiones
Luego de haber revisado el material recogido por medio de las entrevistas, es interesante hacer
una nueva lectura a la luz de las hipótesis que fueron planteadas en el diseño de este estudio. Tal
como se verá a continuación, al realizar este ejercicio, los resultados muestran la estrecha relación
y, en gran medida, la confirmación de las hipótesis de trabajo planteadas a priori para el estudio. En
algún caso también se ve la necesidad de replantear la hipótesis inicial o separar la misma en dos
hipótesis distintas.
a) Estamos frente al surgimiento de una nueva cultura juvenil que desborda lo estrictamente
político, en donde aparecen desdibujados los límites tradicionales entre lo público y lo
privado.
Esta primera hipótesis tiene dos elementos, y ambos son confirmados. Con relación al primero,
según lo planteado por los/as entrevistados/as, queda claro que efectivamente nos encontramos en
medio de una época de cambios radicales a nivel nacional y mundial. Tales cambios afectan a la
sociedad en su conjunto, no sólo a los/as jóvenes, y ciertamente los efectos van mucho más allá de
lo estrictamente político, aún cuando en esta esfera se marcan grandes diferencias en relación a
épocas pasadas.
Dentro de los elementos mencionados por los entrevistados, la instalación de patrones
económicos y sociales, que ponen a lo individual por sobre lo colectivo, han sido cruciales en el
estilo de esta nueva cultura. Tales patrones son reforzados a diario, particularmente por medio de la
televisión, la que se ha convertido en un potente medio de socialización. En este escenario, lo
político ha perdido protagonismo, poder de influencia sobre otras esferas de acción y atractivo para
la sociedad en su conjunto y, en particular, para los/as jóvenes, que han sido criados en esta cultura,
sin tener otra referencia.
El segundo elemento de la hipótesis está referido a la poca claridad que hoy tendrían los límites
entre lo público y lo privado. Efectivamente, los cambios culturales y sociales mencionados en los
párrafos anteriores han producido cambios en las formas de relacionarse y de convivir con lo
público. Los límites de lo público se diluyen cuando vemos cómo grandes empresas del Estado se
han ido privatizando, o cuando, como declaran los/as entrevistados/as, quienes ocupan cargos
públicos pierden su sentido de servicio y convierten sus puestos en espacios para el manejo de
intereses personales o privados.
Al mismo tiempo, los límites de lo privado son puestos en jaque cuando las nuevas tecnologías
permiten acceder a espacios que en otro tiempo eran de estricto dominio de las familias, o cuando la
televisión actúa en cada hogar entregando imágenes que hacen prevalecer determinados valores y
llevan a la creación de expectativas, que se traducen en exigencias a las que el Estado no puede
responder o, en ocasiones, no corresponde que responda.
La confirmación de la hipótesis apunta a que lo público y lo privado se encuentra
simultáneamente dentro de espacios de participación social que ya no necesariamente deben ser
asumidos desde las organizaciones tradicionales de la política, o sea, los partidos políticos. Los
38
entrevistados insisten en señalar que los partidos políticos como instituciones, se han quedado fuera
de estos procesos de cambio, lo que, sumado a lo que ellos llaman un sistemático desprestigio de la
actividad política, se ha traducido en que ya no tienen la misma legitimidad que antes tenían como
únicos encargados de resolver los asuntos públicos de la sociedad.
b) El desarrollo y transmisión de valores asociados a la libertad, pluralismo, tolerancia y
respeto de derechos, son asumidos no desde un discurso político sino a partir de nuevas
formas de asociatividad más cercanas y adecuadas a los problemas cotidianos de los y las
jóvenes.
Para evitar reiteraciones y por su cercanía en el análisis, tomaremos esta segunda hipótesis en
conjunto con la cuarta, que dice lo siguiente:
c) Las actuales formas de asociatividad de las y los jóvenes, pueden constituirse en formas de
participación política implícitas, que necesitan de un marco de reconocimiento y
estimulación formal, gatillando en el interior de ellas procesos de ejercicio de ciudadanía
juvenil.
Los resultados del análisis de los discursos de los/as entrevistados/as, muestran la confirmación
de estas hipótesis. Esto, en razón del reconocimiento de las asociaciones juveniles, como formas
originales de canalizar los intereses generacionales, y de formar sus propias estructuras, con sus
particulares estilos y símbolos, distintos a generaciones anteriores.
En este sentido, los contenidos referidos a pluralismo, libertad, tolerancia y derechos civiles en
general, están reconocidos como valores y principios que guían indistintamente, desde distintas
instituciones, a quienes se organizan alrededor de ellos. Es decir, el desarrollo y transmisión de tales
valores no es algo que sea de dominio exclusivo de las organizaciones políticas.
Sin embargo, es necesario hacer notar un cierto grado de inconsistencia en los discursos de
los/as entrevistados/as, con relación a la validez que tengan estas nuevas formas de organización
juvenil. Los/as entrevistados/as coinciden en reconocer que los partidos políticos no forman parte de
los intereses de los/as jóvenes (lo que no es sinónimo de decir que no les interese lo político o la
política en general) Por otra parte, también coinciden en reconocer que, frente a esta situación,
buscan nuevos canales para sus necesidades y motivaciones.
d) El cambio de la matriz sociopolítica caracterizada por un creciente desinterés de la
sociedad por la acción política, influye –por extensión de manera directa en el desinterés
de los y las jóvenes por estos temas.
Esta hipótesis no es confirmada, tal como se verá a continuación. Claramente, el discurso de los
políticos entrevistados reafirma enfáticamente los puntos relacionados con la falta de educación
cívica de la juventud actual (tanto a través del sistema de educación formal como a través de otras
formas de socialización) y el discurso descalificado de la actividad política. Ambos aspectos, según
señalan los entrevistados, han contribuido en parte al alejamiento que han tenido los/as jóvenes y el
resto de la sociedad de actividades políticas tradicionales como la militancia y el ejercicio del
derecho a sufragio. Sin embargo, estos resultados no son suficientes para confirmar que el
alejamiento de las formas de participación política tradicional sea por falta de interés de los/as
jóvenes en los temas políticos.
Por otra parte, los entrevistados aseguran que la diversidad generacional es muy amplia, y que
entre los/as jóvenes, se pueden identificar distintas opciones y posiciones, desde los que no están
39
involucrados o comprometidos, los que canalizan sus intereses por otras vías, y los que siguen
dentro de las estructuras tradicionales, o militan dentro de ellas.
VI. ANÁLISIS INTEGRADO DE LOS RESULTADOS Y CONCLUSIONES
FINALES
1. Presentación
A través de este estudio hemos buscado recuperar el discurso que tienen, tanto los políticos
como los/as jóvenes, acerca de la participación política de éstos últimos.
En este momento, intentaremos hacer un análisis que integre los resultados obtenidos a través
de cada uno de los cuatro productos descritos en los puntos anteriores, particularmente los de los
dos últimos.
Antes de hacer una síntesis, queremos señalar que, de las opiniones de ambos actores para cada
una de las variables, hemos relevado a lo menos tres elementos:
a)
b)
c)
un sujeto, del cual el discurso da cuenta (que en este contexto son los/as jóvenes o los
políticos)
un objetivo buscado por el sujeto (que en este caso tiene que ver con la participación
política)
un conjunto de acciones, emprendidas por el sujeto para el logro del objetivo buscado
Lo anterior, lo hemos graficado utilizando el esquema que se presenta a continuación, el cual ha
sido incorporado a lo largo del análisis para reforzar algunos puntos específicos.
2. Imágenes que cada actor tiene frente al otro
a) Imágenes sobre los políticos
En primer lugar, presentaremos aquello que dice relación con la imagen que los/as jóvenes
tienen de los políticos y la percepción que los políticos tienen sobre dicha imagen.
El análisis de ambos discursos sobre este punto es bastante coincidente. Lo/as jóvenes señalan
tener una imagen muy desmejorada acerca de los políticos y su forma de actuar. Los actores
políticos, por su parte, dicen percibir que para los/as jóvenes la actividad política está bastante
desprestigiada y que, por lo tanto, la evaluación que se hace de ellos no es para nada positiva.
Los/as jóvenes construyen la imagen que tienen de los políticos basándose principalmente en el
testimonio que estos últimos entregan y que es accesible para ellos, ya sea en forma directa
(principalmente en comunidades rurales) o por medio de la televisión. En la imagen ideal que los/as
jóvenes construyen del político, éstos debieran ser ejemplo de probidad y servicio público. Muy por
40
el contrario, la imagen que los/as jóvenes tienen en la práctica da cuenta de personas que, movidas
por sus intereses personales, son poco creíbles y no representan a los intereses que este grupo
maneja.
Los políticos, por su parte, piensan que la imagen negativa que manejan los/as jóvenes frente a
los políticos está fuertemente influenciada por elementos que no son manejados, ni por ellos ni por
los/as jóvenes, traspasando de este modo gran parte de la responsabilidad a terceros o al contexto
(como el desprestigio que se ha hecho de la actividad política desde instituciones como las Fuerzas
Armadas, la debilidad del modelo educacional en la formación cívica, entre otros)
Según lo anterior, vemos que la imagen que tienen ambos actores consultados es coincidente,
pero que los/as jóvenes ponen a los políticos como responsables de su propio desprestigio, mientras
que los políticos ponen en gran medida fuera de sí dicha responsabilidad. En el caso de aquellos
políticos entrevistados que hablan del mal actuar de "los políticos", la forma de hacerlo es siempre
en tercera persona y sin individualizaciones.
Los políticos señalan que a su parecer, la evaluación que tienen los/as jóvenes (y la población
en general) de los partidos políticos, es más crítica que la que se hace del gobierno, por cuanto los
primeros son instituciones que se quedan en el plano de lo abstracto y no llegan al plano de las
soluciones prácticas. El gobierno, en cambio, contaría con recursos y atribuciones que les permiten
responder a necesidades prácticas y materiales de las personas, y, por lo tanto, su acción es más
visible y evaluable.
Aunque no lo plantean exactamente de este modo, y aunque las alusiones que los/as jóvenes
hacen del gobierno no parecen ser más positivas que las que hacen de los partidos políticos, este
grupo es altamente crítico ante la falta de efectividad que tienen los políticos frente a la solución de
problemas que les afectan a ellos, a sus familias y a sus comunidades.
Dado que para los/as jóvenes uno de los elementos que tiene fuerza en la concepción que ellos
hacen de la política es el tema del desarrollo y crecimiento del país (el que debe traducirse en un
progreso visible y material), es claro que al no visualizar logros en esta materia, sientan que la
política es "inútil".
b) Imágenes sobre los y las jóvenes
Un segundo aspecto, frente al cual se puede hacer un análisis integrado, es acerca de la imagen
que los/as jóvenes tienen de sí mismos (as) y la imagen que sobre éstos tienen los políticos.
Se puede observar que los/as jóvenes se perciben a sí mismos (as) como poco conocedores de
los temas políticos y que, para algunos de ellos, esto les quita autoridad para sostener
conversaciones como las que se les planteó al momento de realizar los grupos focales. Sobre este
tema, los/as jóvenes sienten haber tenido pocas oportunidades de sostener conversaciones en donde
el tema central fuera la política, y agregan a esto la poca posibilidad que se les dio en sus colegios
para recibir formación cívica. Esto es perfectamente consistente con la información que entregan los
políticos acerca del débil rol que juega el actual sistema educacional como formador de jóvenes
ciudadanos.
Por otra parte, los/as jóvenes se conciben a sí mismos (as) como sujetos que, comparativamente
con los políticos, son más consecuentes con los valores que ellos / as dicen buscar. En particular,
llama la atención el discurso que tienen los/as jóvenes que participan en comunidades de iglesia,
con relación al rechazo que les provoca el que los políticos tengan acercamientos a la comunidad
41
por el sólo afán de figurar en la televisión o buscar votos. Ellos, en cambio, sostienen que su forma
de hacer trabajo comunitario tiene una verdadera vocación de servicio.
Los políticos, por su parte, visualizan a los/as jóvenes como espontáneos y críticos ante lo que
no les agrada. Quizá el punto donde el discurso de los políticos es más coincidente acerca de la
imagen de los/as jóvenes, es sobre su potencialidad de producir y de asumir cambios. En particular,
sobre el tema político, se dice que los/as jóvenes son la posibilidad de renovación y reactivación de
esta actividad.
Esta capacidad de cambio, que los políticos le adjudican a los y las jóvenes, no es asumida
como propia por los/as jóvenes. Estos no están preocupados de cambiar las cosas, o, al menos, no lo
manifiestan de forma explícita, lo cual no es sinónimo de que no haya cosas con las que no se
sienten conformes.
En síntesis podemos decir lo siguiente:
Discurso de las y los jóvenes sobre ellos mismos
En el discurso de los/as jóvenes, ellos / as aparecen como sujetos interesados (as) en la
búsqueda de objetivos que tienen que ver con la democracia, la solidaridad, el bienestar común y la
equidad. En este discurso, el concepto “política” tiene una muy mala connotación, y, por lo tanto, el
objetivo mencionado no es reconocido por ellos/ as como político propiamente tal.
En la búsqueda de este objetivo, los/as jóvenes utilizan formas de asociación con sus pares y
con otros, que no son las organizaciones y mecanismos tradicionales de participación política
(militancia y sufragio), puesto que éstos últimos no representan sus intereses ni valores.
Discurso de los y las jóvenes sobre los políticos
En este mismo discurso, los políticos son vistos como sujetos que se movilizan en torno a la
búsqueda de objetivos personales, que tienen que ver con el éxito privado más que con el bienestar
público.
Según esta visión que tienen los/as jóvenes, las acciones que realizan los políticos ponen a la
participación política como un medio que facilita el acceso a puestos de poder desde donde es
posible alcanzar su éxito personal.
42
Discurso de los políticos sobre ellos mismos
En el discurso de los políticos, ellos aparecen como sujetos que, por medio de la participación
política y el compromiso con lo público, buscan el bienestar del país y el orden.
Este objetivo lo alcanzarían por medio de acciones como la de ser figuras públicas, asumir
responsabilidades en cargos públicos y ser activistas de los ideales de sus partidos políticos.
Discurso de los políticos sobre los y las jóvenes
En este mismo discurso de los políticos, los/as jóvenes son vistos (as) como sujetos que tienen
objetivos de corto plazo y que muchas veces actúan movidos por intereses de carácter
individualista. En este sentido, los/as jóvenes no tendrían como objetivo la elaboración de un
proyecto país, ni la búsqueda de transformaciones sociales de carácter global y permanente, por lo
tanto, no tendrían un objetivo político.
Según esta visión, los/as jóvenes trabajarían por el logro de sus objetivos, por medio de
organizaciones que les son propias y que atienden a sus intereses, pero que no son las adecuadas
para participar políticamente, en tanto son espontáneas, poco formales, transitorias e inmediatistas.
43
3. Elementos del contexto que cruzan los discursos
Los esquemas anteriores pueden ser enriquecidos, si consideramos el contexto en el que surgen
los respectivos discursos. Los elementos contextuales a los cuales se alude tienen diferentes
magnitudes y fuerzas. Los que se mencionan más marcadamente son los siguientes.
a) Cambio de época
Este punto se menciona con gran fuerza en el discurso de los políticos, pero no así en el de las y
los jóvenes, situación que es fácilmente comprensible si pensamos que los políticos, particularmente
los adultos, han sido formados en un tiempo anterior, frente al cual pueden establecer
comparaciones. Los/as jóvenes, en cambio, han sido criados/as en medio de los elementos
considerados centrales en esta nueva época, particularmente la tecnología y la revolución en las
comunicaciones.
De acuerdo a lo que señalan los políticos, las y los jóvenes y sus formas de asociarse habrían
nacido en este nuevo escenario, mientras que los políticos adultos y sus organizaciones (los
partidos) no habrían logrado aún adaptarse a estos cambios, situación que tendría gran importancia
al momento de reconocer causas en el desencuentro de los y las jóvenes con la política.
b) Modelo económico liberal
Este punto guarda estrecha relación con el punto anterior, pero enfatiza el tema de hacer primar
intereses individuales por sobre los intereses sociales y colectivos. Este elemento se menciona
explícitamente en el discurso de los políticos, y, en parte también, se desprende del discurso de las y
los jóvenes, especialmente cuando describen cierto malestar ante la preocupación de los políticos
por las materias netamente económicas, en desmedro de lo social.
Para algunos de los y las jóvenes entrevistados (as), es inexplicable que haya políticos que estén
más preocupados de atender a los intereses de los empresarios o de inversionistas extranjeros, en
lugar de ocuparse de los sectores marginados social y económicamente. Ciertamente, entre los
temas que los/as jóvenes consideran que debieran ser atendidos por los políticos, se mencionan una
serie de políticas sociales, pero con especial énfasis las políticas educativas y de empleo, todas las
cuales en alguna medida sienten que han sido dejadas de lado por cuidar otro tipo de intereses.
Muy relacionado con lo anterior, los/as jóvenes también dicen que otros de los aspectos que
debiera atender la política, son los equilibrios macro y microeconómicos, y la promoción de
políticas que promuevan la equidad social de toda la población.
c) Periodo de régimen militar
Del discurso de ambos actores, se concluye que el quehacer político es una actividad que en
este momento no tiene una alta legitimidad ni prestigio entre la población. Sin embargo, en el
discurso de los políticos, tal desprestigio es el resultado de una “campaña de deslegitimación de la
política”, realizada a partir del régimen militar por parte de actores como las Fuerzas Armadas o los
medios de comunicación, siendo estos en gran parte los responsables de la mala imagen de que goza
la actividad política actualmente. En el caso de los/as jóvenes, en cambio, la deslegitimación sería
consecuencia del modo en que los políticos actúan, y, en tal sentido, serían ellos los propios
responsables de tal imagen.
44
Según señalan varios de los políticos entrevistados, representantes de líneas de pensamiento tan
diversas como RN o PS, a partir del régimen militar (gobierno para unos, o dictadura para otros), la
actividad política habría sido caricaturizada y manipulada, perdiendo el carácter de servicio público.
Por otra parte, se habría producido una polítización de las organizaciones, lo que junto con un
desmembramiento de los movimientos sociales estaría incidiendo hasta el día de hoy en los bajos
niveles de participación de la población.
d) Falta de educación cívica
Aunque con diferentes énfasis, este elemento aparece en ambos discursos. En el caso de los
políticos, se habla de un estilo de educación formal que entrega una visión sesgada y parcial de la
política, y que refuerza la deslegitimación de la misma.
En el caso de los/as jóvenes, éstos(as) se quejan de la falta de espacios en donde poder
conversar sobre “política” y las escasas o nulas herramientas que entrega la escuela para la
formación de opiniones respecto de estos temas.
e) Rol de los medios de comunicación (particularmente la televisión) en la formación de
opiniones y expectativas
Este elemento es especialmente reforzado en el discurso de los políticos, en el sentido de
reconocer que la televisión tiene un fuerte poder en la transmisión de imágenes que refuerzan
valores individualistas y que llevan a que los/as jóvenes se formen expectativas que finalmente no
podrán cumplir.
Al incorporar los elementos del contexto, observamos que los políticos justifican la forma en
que actúan las y los jóvenes diciendo que estos han sido socializados (ya sea por la escuela, los
medios de comunicación u otros agentes) de un modo que promueve el desprestigio de la actividad
política y que además, están inmersos en un modelo que favorece las conductas individualistas. Por
otra parte, reconocen que las instancias políticas no han sido capaces de renovarse y que, por lo
tanto, no resultan atractivas para los y las jóvenes.
Dentro de este contexto, los/as jóvenes no son del todo responsables del alejamiento que ellos
(as) mismos (as) han tenido de la participación política tradicional.
Por otra parte, los políticos dicen estar conscientes de la mala imagen que ellos tienen entre las
y los jóvenes (la que es real, si se observa el discurso de estos últimos), sin embargo, esta imagen
nuevamente para ellos es comprensible y esperable, considerando los elementos del contexto de
socialización y desprestigio del quehacer político en el que los/as jóvenes han sido formados.
4. Expectativas que cada actor se forma frente al otro
Otro elemento que se puede rescatar de los discursos y que es complementario a lo ya
mencionado acerca de las imágenes, es el tema de las expectativas.
a) Expectativas de los y las jóvenes sobre los políticos
A partir del discurso de los/as jóvenes, podemos desprender la imagen que éstos tienen de los
políticos y las expectativas que se forman frente a los mismos. En este sentido, podemos acotar que
45
lo que los/as jóvenes esperarían que fuera un político es bastante exigente y contrasta con la imagen
demasiado negativa que tienen de éstos, la que se forma como respuesta a lo que observan del
quehacer de estos personajes en la práctica.
Los/as jóvenes esperarían que los políticos fueran verdaderos servidores públicos, que se
pusieran a disposición de la comunidad y que tuvieran la capacidad de atender todos sus problemas.
Para el logro de estas expectativas, sería necesario que los políticos modificaran la forma en que
actualmente están ejerciendo la actividad política, saneando de este modo la mala imagen que de
ellos tienen actualmente los/as jóvenes en el sentido de sacar provecho personal de los cargos que
ocupan.
.
b) Expectativas de los políticos sobre los y las jóvenes
Por su parte, desde el discurso de los políticos, se desprende que en las expectativas que éstos
tienen de los/as jóvenes, hay una idea de ciudadanos/as plenos/as, que sean responsables y
activos/as en el ejercicio de sus deberes y derechos y, sobre todo, con un fuerte compromiso por lo
público, manifestado en la participación política.
En este caso, es interesante observar que los cambios que debieran realizarse para que se
cumplan las expectativas que los políticos tienen acerca de los/as jóvenes, no dependen
exclusivamente de estos últimos. Esto es coherente con lo que señalamos anteriormente acerca de
que los políticos no responsabilizan a los/as jóvenes de su actual alejamiento de la política.
46
5. Imágenes sobre los espacios de participación y formas de asociatividad juvenil
Otro aspecto frente al cual se puede hacer este análisis integrado, es el referido a los espacios de
participación y formas de asociatividad juvenil. Frente a este aspecto, también pueden hacerse
observaciones sobre aquello que tiene o no connotación política.
Lo primero que llamó la atención, al hacer el análisis del discurso de los/as jóvenes, fue la poca
información que se entregaba sobre este tema. De hecho, el discurso que tienen los políticos sobre
este punto da una imagen de un nivel de participación y organización juvenil bastante más alto que
lo que dan a entender los/as propios/as jóvenes.
De cualquier modo, del discurso de los políticos también se desprende que muchos de los tipos
de asociación juvenil tienen un carácter informal y espontáneo. Esto quizá sea lo que hace que
los/as jóvenes no reconozcan a los espacios de participación informal (como la reunión con su
grupo de pares) como formas de organización.
Acerca de las organizaciones con connotación política, los/as jóvenes son enfáticos (as) en
declarar que sus estilos de participación y organización no son, ni pretenden ser, políticos. Muy por
el contrario, les desagrada la idea de tener elementos comunes con este tipo de acción.
Los políticos, a su vez, estiman que las formas de participación y organización juvenil no tienen
connotación política, en tanto no obedecen a un proyecto de cambio de la sociedad y sus
estructuras.
6. Formas de concebir la política y la participación:
Uno de los aspectos que resulta interesante de observar a partir de este estudio, es la forma en
que cada uno de los actores conciben la política y la participación.
Con relación al primer concepto, los matices se mueven entre la forma de asegurar el orden y la
estabilidad necesarias para la gobernabilidad del país (ejercicio del poder, representatividad de la
autoridad, legitimidad, respeto a las normas, establecimiento de instituciones adecuadas, entre
otros) y la búsqueda del cambio social (crecimiento económico con equidad, manifestación de
pensamientos diversos, pluralismo y tolerancia, entre otros)
47
Aún cuando estas formas de entender la política o “lo político” pueden ser vistas como polos de
un continuo que va, desde lo más estático y permanente, a lo más dinámico y mutante, en los
discursos de ambos actores, los elementos ligados al concepto aparecen bastante equilibrados entre
un extremo y el otro. Sin embargo, haciendo algunos matices, quizá el discurso de los políticos esté
mas cerca a la idea de cambio, mientras que el de los/as jóvenes ocupa un lugar más central.
De hecho, esto se ratifica fuertemente cuando los políticos dicen que las organizaciones
juveniles no tienen connotación política, porque no son portadoras de un proyecto de cambio.
Con relación al concepto de participación, éste es entendido como cualquier acto espontáneo en
asociación con otro (y dentro de esto, es participación la formación de un grupo de pares) o como
un acto consciente y voluntario que tiene cierta formalidad e institucionalidad (y dentro de esto, es
participación la que se realiza a través de organizaciones y mecanismos formalmente establecidos)
De acuerdo a este eje, podríamos decir que para los políticos, la participación puede adquirir
ambas formas, pero claramente aquella que tiene una formalidad y permanencia es más eficiente.
Según los políticos, los/as jóvenes estarían más cercanos/as a la participación espontánea e
inmediatista.
Desde el punto de vista de los/as jóvenes, nuevamente observamos que ambos aspectos están
presentes, pero que, a diferencia de los políticos, las organizaciones informales son tan válidas
como las formales para el logro de objetivos como el sentido de pertenencia, la diversión, entre
otros.
Un análisis interesante, aparece cuando ambos conceptos son combinados para dar contenido a
lo que se llama “participación política”. De acuerdo al análisis de los discursos, la forma tradicional
de concebir la participación política, está en el extremo de la participación formal y permanente,
que se orienta tanto a la transformación social como a la legitimación del poder y el orden vigente
(que a su vez son los dos polos reconocidos para el concepto de política)
Esto deja claro, que las formas de asociatividad que son propias de los/as jóvenes, no responden
a un concepto tradicional de participación política y, al mismo tiempo, están bastante lejanas de las
expectativas que tienen los políticos con relación a la participación política de este grupo etáreo.
Sobre este último punto, es posible hacer algunos matices con relación al discurso de los
representantes de diferentes partidos políticos, tal como se grafica a continuación:
48
El cuadro pretende representar una de las pocas diferencias que fue posible detectar entre los/as
representantes de los 8 partidos políticos incluidos en el estudio.
Si hubiera que hacer distinciones, la sensación general es que el discurso de los políticos de
todas las tendencias tiene elementos que son muy uniformes, y que quizá los únicos que se apartan
más marcadamente del resto son los que corresponden a los representantes del PH y de la UDI.
Mientras que, en general, los discursos tienden a converger hacia los mismos puntos, en el caso del
PH (que dice que las organizaciones juveniles sí pueden tener connotación política más allá de su
forma y estructura) y de la UDI (que dice que las organizaciones de los/as jóvenes no son políticas
mientras no tengan estructura y proyecto social) las opiniones expresadas son más radicales y más
alejadas que todo el resto de una tendencia que, en el sentido amplio del concepto, podríamos
llamar “concertacionista”.
Observamos que entrevistados como Tomás Hirsh (PH) y Guido Girardi (PPD) 5 incorporaron
con mucha fuerza dos ideas que no tuvieron la misma resonancia en el resto de los entrevistados:
una de ellas es un concepto de política ligado a un estilo de vida particular, con un fuerte
componente ecologista y valórico.
La segunda idea, es la que se muestra en el cuadro anterior, que tiene que ver con el
reconocimiento de formas de hacer política que rompen con los patrones tradicionales de
institucionalidad y formalidad, entre las cuales se encontrarían algunas de las manifestaciones
juveniles. Una opinión similar mostró un representante del partido comunista (Jorge Insunza)
El resto de los entrevistados, reconocieron la existencia de nuevas formas de participar entre los
y las jóvenes, pero fueron mucho más conservadores a la hora de decir que las mismas son
igualmente legítimas y efectivas que las formas tradicionales (particularmente los partidos políticos
y el voto), para lograr objetivos políticos.
7. El voto como forma de participación política
De los discursos de ambos actores, se desprende que también existen diferentes formas de
concebir al voto.
Las opiniones van desde quienes reconocen que el ejercicio del derecho a sufragio es el
mecanismo más efectivo para obtener algunos resultados, hasta otros que consideran que para el
logro de los mismos resultados, el voto es un canal ineficiente.
5
Según lo declara el mismo entrevistado, Guido Girardi se define antes que político como ecologista.
49
En esta línea, quienes tienen una valoración positiva del voto, lo consideran como una forma de
participación política que permite manifestar opiniones acerca del grado de acuerdo o desacuerdo
con respecto a la forma que se maneja el poder en la sociedad. El voto entonces, es la forma
mediante la cual uno delega en otro el derecho de representación de los propios intereses, y en la
medida que esta persona o autoridad que ha recibido el voto responde o no a las expectativas del
votante, el mismo mecanismo sirve también para ratificarlo y darle legitimidad, o, por el contrario,
para manifestar el desacuerdo, eligiendo una alternativa que sea diferente y produzca cambios.
Sin embargo, quienes tienen una valoración negativa del voto, particularmente los y las jóvenes,
consideran que éste no es una forma real de participación ya que el acto de votar sólo significa
opinar acerca de alternativas (en este caso candidatos) que han sido definidas por otros. En algunos
casos, la imagen negativa del voto aparece contrapuesta a la idea de una consulta directa, abriendo
el debate teórico sobre democracia directa o representativa. Por otra parte, existen dudas acerca del
grado de efecto que tiene el voto individual como mecanismo de cambio. En este sentido, el gesto
de votar es más bien simbólico que efectivo.
En último término, hay quienes opinan que son los candidatos electos los que hacen dudar de lo
positivo del voto como mecanismo de participación política. Un buen número de jóvenes manifiesta
que los políticos sólo se acercan a las comunidades en periodo de elecciones, y que, por lo tanto, la
captación de votos es el mecanismo que ellos utilizan para acceder al poder y, una vez allí, atender a
sus intereses personales. Desde este punto de vista, el gesto de votar, significaría dar legitimidad a
una persona que no está actuando como representante de la comunidad, sino de sí mismo.
Un matiz fue observado en el caso del discurso de los/as jóvenes militantes de algún partido
político y de algunos/ as jóvenes mayores de 18 años, en quienes estuvo presente la idea de que el
voto es un deber ciudadano y que además es el argumento para poder pedir cuentas acerca de la
forma de gobernar y legislar. El voto es una forma de opinar, pero también es una especie de
mecanismo de control.
Dentro de los matices discursivos, es claro que el discurso de los/as jóvenes es más cercano a
una posición crítica frente al voto y que, por lo tanto, una de las formas de manifestar este aspecto
es optar por no inscribirse en los Registros Electorales.
Este último punto es uno de los que más desconcierta al gobierno, y justamente por eso fue
interesante hacer un seguimiento a través de la prensa escrita de lo que fue la primera campaña
oficial que buscó promover la inscripción de los y las jóvenes.
Los resultados de esta revisión de prensa, fueron claros en mostrar que los cerca de 87 mil
jóvenes que se inscribieron antes de las elecciones parlamentarias de 1997, estuvieron muy lejos de
igualar al total de jóvenes entre 18 y 24 años que debían ser motivados por medio de una campaña
de 150 millones de pesos invertidos por el gobierno.
Una situación similar ocurrió con la recién finalizada campaña previa a las elecciones
presidenciales de este año, llamada “Jóvenes al 2000, con Todo Derecho”, después de la cual las
cifras preliminares indicaban que se inscribieron no más 85 mil jóvenes de un total que sobrepasa al
millón 400 mil jóvenes sin inscribirse.
Sin embargo, frente a este tema, caben varias lecturas diferentes, las cuales son avaladas a lo
largo del estudio.
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Por una parte, el desprestigio de la política y la poca validación que entre los/as jóvenes tiene el
voto como mecanismo de cambio y participación, explican la falta de interés por inscribirse en los
Registros Electorales.
Por otra parte, es difícil hacer una afirmación radical, pero tal como lo afirman algunos de los
entrevistados, pareciera que el problema de la falta de información está bastante superado y que, en
este momento, el no inscribirse es una opción que los/as jóvenes toman, tanto por falta de
motivación, como por desagravio.
En definitiva, es claro que para los/as jóvenes, la campaña no es una buena estrategia de
enganche. Si lo que se busca es que ellos tengan un acercamiento más estrecho con la actividad
política tradicional, es necesario introducir cambios permanentes en los mecanismos e instituciones
respectivas, que den cuenta de una real apertura e incorporación de los intereses y necesidades que
este grupo presenta.
8. Oferta a la juventud y propuestas
Según lo señalado a lo largo de los puntos anteriores, es claro que, más allá de que sea o no un
problema de falta de interés, los/as jóvenes no se sienten representados (as) ni atraídos (as) por las
organizaciones de la política tradicional, como los partidos. Al mismo tiempo, los propios
representantes de los partidos políticos, reconocen no estar siendo efectivos en convocar a la
población hacia sus organizaciones, ni estar siendo capaces de renovar sus estructuras para hacerlas
más atrayentes.
Los políticos, junto con reconocer lo anterior, hacen notar que el discurso que ellos utilizan
desde sus organizaciones partidistas, no incorpora de forma especial a los/as jóvenes, ni tampoco
contiene una oferta particular a la cual convocarlos. Para ellos, los/as jóvenes son parte de una
población general a la cual se le dirige un discurso homogéneo.
El punto no deja de llamar la atención, si consideramos que son los mismos políticos los que
dicen que la población es heterogénea, y que sectores sociales como los/as jóvenes (grupo que a su
vez también es heterogéneo en su conformación) requieren de propuestas específicas y dirigidas a
atender sus intereses y necesidades particulares.
La observación anterior acerca de la necesidad de plantear estrategias focalizadas en las y los
jóvenes, aparece en los discursos de los políticos haciendo alusión a los organismos del Estado y las
líneas programáticas que de éstos se desprenden. Sin embargo, bien podría pensarse que el mismo
requerimiento es aplicable a nivel de los partidos políticos, más aún si según los propios dirigentes
entrevistados, las posibilidades de renovación de la actividad política pasan en gran medida por la
incorporación de jóvenes líderes a las estructuras.
9. Forma de construir cada discurso
Luego de haber hecho una mirada general a los distintos aspectos y matices de los discursos que
fueron analizados, nos damos cuenta que la estructura que tienen y la forma en que se construyen
varía entre uno y otro. Estas diferencias se constatan en aspectos como los que se resumen en el
cuadro y se explican a continuación del mismo:
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Discurso de los y las jóvenes
Discurso de los políticos
a) Es un discurso “justificatorio”
a) Es un discurso “reactivo”
b) Está construido desde la experiencia y la
b) Está construido desde la experiencia
teoría
c) Está centrado en el presente inmediato
d) El discurso pareciera estar siendo construido a c) Está centrado en el presente, pero
haciendo alusiones al pasado (contexto)
medida que va siendo exteriorizado
d) El discurso pareciera haber sido
elaborado previamente
Efectivamente, tal como ha sido señalado en la recapitulación de los hallazgos centrales del
análisis de los grupos focales, el discurso de los/as jóvenes con relación a la participación política,
es un discurso cuyos contenidos surgen como una reacción de desagrado ante la forma en que se
hace política actualmente. Los/as jóvenes sienten que la política y lo político no los representa ni les
atrae y, por lo tanto, su reacción es alejarse de todo lo que tenga este sello.
El discurso de los políticos, en cambio, tiene un fuerte componente de buscar causas y
justificaciones al actual desprestigio y falta de legitimidad de que sufre la actividad política en
nuestra sociedad. Decimos entonces que el de los políticos es un discurso “justificatorio”.
Por otra parte, la forma en que los/as jóvenes ejemplifican las ideas que quieren expresar, es
recurriendo casi exclusivamente a sus experiencias personales o a las que han vivido personas
cercanas. De este modo, el discurso de los/as jóvenes tiene muchas alusiones a sus lugares de
trabajo, a su trabajo con la comunidad y a la interacción que establecen con sus pares y sus familias,
así como también a aquella información que reciben por medio de la televisión. Los políticos, en
cambio, combinan en sus discursos contenidos que aluden a sus experiencias como dirigentes y
otros que dan cuenta de un conocimiento teórico sobre la política y la sociedad. De hecho, algunos
de los entrevistados aluden a determinados autores o determinadas corrientes de pensamiento con la
que se sienten representados.
Así también, el discurso de los/as jóvenes está centrado en el momento presente, sin hacer
mayores alusiones al pasado (salvo algunas excepciones que mencionan tangencialmente el tema de
la dictadura militar) ni al futuro. El discurso de los políticos, en cambio, parte del momento
presente, pero hace permanentes alusiones a la historia nacional y a acontecimientos mundiales, lo
que les permite a ellos mismos contextualizar los acontecimientos y situaciones a las que están
aludiendo. En este sentido, la mirada que se desprende del discurso de los políticos, es una mirada
más global que la de los/as jóvenes.
Por último, durante la recuperación de los discursos, fue posible observar que las
conversaciones con los/as jóvenes fueron difíciles de iniciar y que en un comienzo fue recurrente el
escuchar opiniones como “no sé”, ante los temas que se les proponían. Este tipo de comentarios de
los/as jóvenes durante la realización de los grupos focales y otros como “nosotros no tenemos
espacios para conversar estos temas” nos llevan a afirmar que muchos de estos muchachos nunca
antes habían hablado de temas como la participación política y que, por lo tanto, sus opiniones iban
siendo ordenadas como discurso al mismo tiempo que lo iban pronunciando. En este sentido, el de
los y las jóvenes, es un discurso bastante espontáneo y nuevo para ellos mismos. El caso de los
políticos, es muy distinto. Por una parte, todos los políticos entrevistados ocupan altos cargos de
dirigencia pública, lo que los hace tener práctica como oradores. A esto se suma el hecho de ser
militantes de partidos políticos, lo que los hace tener no sólo una cercanía inmediata con el tema,
sino también un necesario cuestionamiento previo acerca de los temas propuestos durante la
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entrevista. Todo lo anterior, nos lleva a afirmar que el discurso de los políticos tenía un mayor
grado de estructuración conceptual y un menor grado de improvisación.
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