Cuàn Comparable es el Análisis Comparativo? Reflexiones sobre Temas de Equivalencia y Criterios de Selección Gabriela Catterberg Universidad de Bologna, Buenos Aires gcatterberg@unibo.edu Esta ponencia se concentra en el debate acerca de la validez substantiva y metodológica de estudios comparativos basados en sondeos de opinión dentro del ámbito de la sociología y la ciencia política. Su objetivo es facilitar focos de reflexión en el panel sobre metodología del 6to Congreso de la SAAP. En la primera parte se describen los dos problemas asociados más frecuentemente con aquellos estudios que incluyen un número relativamente grande de casos: el problema de contexto y el problema de equivalencia. Luego se analiza la respuesta de Inglehart (2003, 1997), Van Deth (1997) et al. al escepticismo originado por la aparente incidencia de dichos problemas en la ‘precisión’ de las conclusiones de los proyectos globales. Finalmente se estudia la viabilidad del criterio de selección basado en un ‘pequeño número de casos comparables’ propuesto por Kuechler (1998), Jowell (1998) et al., prestándose especial atención a problemas relacionados con la omisión de instancias particulares de la variable dependiente. Ponencia presentada para el 6to Congreso de la Sociedad Argentina de Análisis Político, Rosario, Santa Fe, 5-8 Noviembre, 2003 Cuán Comparable es el Análisis Comparativo? I. El Debate Aún entre autores críticos de la ‘exportación’ de estudios socio-políticos basados en sondeos de opinión (o social survey research) existe consenso acerca de la importancia y utilidad de los estudios comparativos. Como señalan Bulmer, Jowell, y Kuechler (1998), estos ayudan a revelar tanto diferencias entre países y culturas como aspectos de la cultura propia que serian difíciles de detectar del análisis exclusivo de la data domestica. Pero, por otra parte, estos mismos autores sostienen que existe una tendencia creciente a aceptar estándares de menor rigor en los estudios de opinión comparativos que en los nacionales, ‘leading to heroic conclusions about differences between nations on the basis of obviously faulty data.’ Subyacente al escepticismo acerca de la viabilidad del análisis comparativo es la existencia de dos problemas intrínsicamente relacionados: el de contexto y el de equivalencia conceptual. El problema de contexto refiere a la importancia de absorber ‘subconcientemente’ la información y conocimiento de los sujetos y el setting en el cual serán realizadas las entrevistas. Por ejemplo, entrevistar a mujeres en sociedades musulmanas, indica Bulmer, involucra diversas etapas que enfatizan elementos culturales específicos, como el issue de la privacidad. Estos elementos, a su vez, implican formas peculiares asociadas con la dinámica de las entrevistas. Choldin, Kahn, y Ara (1997) ilustran este efecto contextual en la realización de un sondeo acerca de la fertilidad femenina entre mujeres rurales de Bangladesh. Según estos investigadores, la presencia de un familiar cercano durante la entrevista imponía (o reforzaba) actitudes tradicionales sobre las entrevistadas, implicando efectos distorsivos para las conclusiones extraídas del informe. 2 Gabriela Catterberg El problema de equivalencia conceptual, por su parte, refiere a la necesidad que los términos utilizados respondan a conceptos similares en las diferentes sociedades estudiadas. Este problema, como señala Jowell, esta también presente a nivel nacional porque ningún país es totalmente homogéneo respecto, entre otros factores, a su vocabulario, modos de expresión, y educación. Dado que diferencias importantes generalmente están presente dentro de una sociedad, este es un obstáculo aún mayor para la realización de encuestas globales. En palabras de Jowell, “In trying to achieve such equality or equivalence in multinational surveys researchers are always likely to be defeated by a host of major cultural differences…Languages are not just equivalent means of defining and communicating the same ideas and concepts…they reflect different though processes, institutional frameworks, and underlying values” (170). Fundamental al problema contextual y de equivalencia es lo que Sartori define como ‘conceptual stretching.’ Esto es, la deformación conceptual asociada al intento de implementar conceptos a un amplio rango de casos al fracasar el significado asociado con el concepto original. Siguiendo la línea central de este argumento, Bulmer critica el ‘etnocentrismo anglosajón’ utilizado en las encuestas globales --o, en otras palabras, su ignorancia acerca de la idiosincrasia cultural ligada a cada sociedad. En particular, se detiene en la pieza pivotal del análisis comparativo contemporáneo, The Civic Culture, basado en el famoso estudio de Almond y Verba (1963) sobre las culturas políticas en cinco sociedades. Según Bulmer, Almond y Verba omiten en su análisis si el concepto de ‘orgullo’ es el mismo en las diferentes sociedades --es decir, si a los diferentes entrevistados se les realizó la misma pregunta. En particular, Bulmer sostiene que no es posible comparar el orgullo respecto al 3 Cuán Comparable es el Análisis Comparativo? gobierno de los italianos del de los ingleses o alemanes ya que cada contexto institucional esta caracterizado por un rango de virtudes y emociones particulares. Esta perspectiva es también planteada por Kuechler, quien es fuertemente escéptico respecto a la comparación de actitudes entre sociedades diversas. Necesitamos cuestionar, plantea Kuechler, si la estructura del cuestionario, la elección de terminología, y la administración del sondeo diseñados en las democracias industriales pueden (y deben) ser aplicadas de forma uniforme en contextos de inestabilidad política y económica: “It may be necessary to investigate the need for cultural adaptions of the method…Pushed to an extreme, the pivotal concepts of standarization may have to be abandoned” (195). Cuál es entonces la solución a los problemas de contexto y equivalencia aportada por este grupo de autores? La respuesta es ‘small n-comparisons,’ o comparaciones con un pequeño número de casos. Dado que cuanto más disperso el foco del estudio, más ‘borrosas’ serán sus conclusiones, los estudios comparativos deberían idealmente concentrase en el menor número de países posibles. Dos reglas son sugeridas. Primero, las naciones seleccionadas deben tener experiencias similares en la exposición de sus poblaciones hacia las encuestas de opinión. Segundo, en una primera etapa, la data de cada país debe ser analizada separadamente, lo que permitirá, asumen Kuechler et al., establecer patrones sujetos a cada sociedad. Análisis comparativos deben realizarse sólo en una segunda etapa, considerando el patrón identificado en la primera instancia. Pero tanto el escepticismo con respecto a la ‘comparabilidad’ de proyectos de investigación basados en un número relativamente grande de casos como el criterio de selección basado en un pequeño número de observaciones son sujetos a dos 4 Gabriela Catterberg consideraciones fundamentales. Por un lado, un mayor grado de abstracción en las preguntas realizadas y un análisis de la consistencia de los índices construidos y sus correlaciones demográficas, como sugiere la sección siguiente, disminuyen los efectos de equivalencia y contexto significativamente. Por el otro, el criterio de selección propuesto por Kuechler et al., como indica la última sección, implica la introducción de un sesgo sistemático en aquellas conclusiones inferidas a partir de instancias particulares del fenómeno a explicar. II. Equivalencia Inglehart (1997) también reconoce, respecto a los problemas de contexto y de equivalencia, que en los estudios comparativos comúnmente se presentan diferencias en la interpretación de preguntas: ‘one never attains perfect comparability: crossculturally identical questions do not exist.’ Pero sostiene, al mismo tiempo, que el significado común del concepto planteado puede ser lo suficientemente próximo como para comunicar el punto esencial del mismo. En este sentido, Inglehart plantea que el tipo de pregunta ‘adecuada’ requiere un nivel relativamente alto de abstracción. Si uno busca comparabilidad a través de distintas culturas debería plantear preguntas que refieran a preocupaciones que sean substantivas en un espectro amplio de contextos--es decir, se debería evitar realizar preguntas que refieran a situaciones o fenómenos pertenecientes a ámbitos específicos. Como señala Van Deth (1997), “The question is not whether two phenomena are identical, but only whether we can restrict the differences between these phenomena to some intrinsic, non-relational properties that are irrelevant for the specific goal of our research” (5). 5 Cuán Comparable es el Análisis Comparativo? Una pregunta sobre el uso de velo en instituciones públicas, por ejemplo, puede tener connotaciones muy diferentes dependiendo de la sociedad en la que se realiza. En Francia, grupos conservadores se han opuesto a su uso, en Turquía ha sido rechazado por los sectores más liberales, mientras que en otros contextos la pregunta no es asociada necesariamente con un significado de tipo religioso, o no tiene relevancia conceptual. Pero una pregunta acerca de la importancia de la religión, como indican análisis basados en la Encuesta Mundial de Valores, en la vida del entrevistado es significativa en prácticamente todas las sociedades, incluyendo aquellas en las cuales el impacto de la religión es marginal (Inglehart 2003, Dalton 2003, Norris 1999). Inglehart y Van Deth también sostienen que el test crucial de comparabilidad es efectuado luego de la realización del trabajo de campo. Esta instancia permite examinar el grado en el cual ciertas preguntas evocan preocupaciones e imágenes similares en las distintas sociedades a través del análisis de la consistencia interna de los índices utilizados, sus connotaciones, sus correlaciones demográficas, y la ‘cristalizacion’ de las respuestas. En particular enfatizan, a diferencia de Kuetchler et al., que la evaluación conjunta (y no en forma individual) es lo que precisamente permite analizar la penetración de las actitudes estudiadas en una sociedad, facilitando en ultima instancia la identificación de patrones o clusters. La consistencia interna de un indicador refiere a su estructura. Configuraciones similares son esperadas si representan significados equivalentes en diferentes culturas. La consistencia externa refiere al tipo de interrelación de los valores bajo estudio con variables de tipo demográficas. Dada la teoría planteada por el investigador, variables claves deberían mostrar relaciones especificas con clase 6 Gabriela Catterberg social, religión, o género. Desviaciones de la relación requieren interpretación ya que pueden reflejar tanto diferencias substantivas dentro de una sociedad como interpretaciones diferentes de una pregunta. Pero a su vez, no sólo se debe analizar si las orientaciones están correlacionadas de manera consistente sino también la intensidad de dicha interacción. Una estructura altamente ‘cristalizada,’ basada en fuertes correlaciones entre actitudes, sugiere que el fenómeno es saliente y generalmente entendido. Pero estructuras débiles actitudinales sugieren generalmente, controlando por otras variables, que el concepto no es significativo (o saliente) para una proporción importante de los entrevistados, o que las actitudes no polarizan a lo largo de la dimensión esperada. La data de la Encuesta Mundial muestra precisamente como es posible identificar comparativamente dimensiones culturales. Retomando el ejemplo sobre la viabilidad de la pregunta ‘cuán importante es en su vidas la religión?,’ la EMV indica que esta pregunta se yuxtapone con una dimensión cultural presente a nivel global. Esto es, es entendida a través del mundo, y las correlaciones demográficas e ideológicas de ser religioso (o no serlo) muestran un grado de similitud fuerte a través de más de 80 sociedades. Lo mismo sucede en el caso de ‘respeto por la autoridad.’ Evaluaciones respecto a lideres específicos tienen probablemente significados diversos en distintas sociedades; pero una pregunta acerca de si respeto por la autoridad es considerado positivo o negativo pareciera ser significativa y comparable globalmente. 7 Cuán Comparable es el Análisis Comparativo? III. Selección de Casos Fundamental al enfoque de pequeño número de casos sugerido por Kuechler et al. es el interrogante acerca del criterio que debería guiar la selección de los mismos. Esta es una pregunta crucial al comenzar cualquier trabajo de investigación en las ciencias sociales pero adquiere particular importancia en el contexto del análisis comparativo. Se debe elegir casos con marcados contrastes? O, por el contrario, aquellos casos con fuertes similitudes? O, como sugería Liphart (1971) hace más de tres décadas, habría que focalizarse en ‘casos comparables’--esto es, similares en un número importante de características pero diferentes en lo concerniente a las variables que se intenta analizar? A partir de lo descrito en los párrafos anteriores se deduce del análisis de Kuetchler et al. que se deberían seleccionar observaciones similares en un número relativamente alto de factores con el fin de lograr un mayor control (o una menor variabilidad) sobre los contextos bajo estudio. Sin embargo, como cuestionan King, Kehoane, y Verba (1994), es posible estudiar un fenómeno si las observaciones elegidas para su análisis no presentan fluctuaciones significativas? En otras palabras, es posible explicar un fenómeno social si el mismo es asumido como una constante? La elección de valores elegidos en base a una instancia particular del objeto a explicar es un elemento constitutivo del criterio de similitud propuesto por Kuetchler et al. Al omitirse el continuo de la variable dependiente en su totalidad, se introduce un sesgo sistemático en las inferencias causales, subestimándose o sobrestimándose el efecto de las variables explicativas. A su vez, la magnitud del efecto dependerá de la severidad en la ‘imparcialidad’ de la selección; esto es, la medida en la que la regla de 8 Gabriela Catterberg selección es afectada por los valores de la variable dependiente. Como señala Geddes (1990), la dificultad fundamental asociada a la selección de valores en la variable dependiente es que, cuando se estudian únicamente las naciones A y B, sólo se colecta parte de la información necesitada. Sin embargo, difícilmente se pueda inferir que los factores identificados (Xi….Xn) sean cruciales para comprender el fenómeno bajo estudio sin un análisis previo de otros casos con el fin de asegurarse que no sean caracterizados por los factores (Zi….Zn). 1 Ejemplos de selección en la variable dependiente se presentan generalmente en la literatura sobre crecimiento y democracia. En particular, una estrecha relación entre desarrollo e implementación de políticas coercitivas es sugerida por diversos estudios basados en los procesos económicos del sudeste asiático. Pero la inclusión de otros países donde políticas autoritarias no han presentado una relación positiva con crecimiento económico muestra la tendencia inversa. Ante esta omisión sistemática, Geddes sostiene: “In order to establish the plausability of the claim that labor repression contributes to development, it is necessary to select a sample of cases without reference to their position on the dependent variable, rate each on its level of repression, and show that on average, countries with higher levels of repression grow faster” (135). Las figuras 1 y 2 describen la dinámica de la participación en actividades de protesta en las democracias nuevas y establecidas respectivamente en las dos últimas 1 La selección de las observaciones incluidas en el caso de las variables explicativas no produce, por el contrario, problemas de inferencia. El procedimiento de selección no predetermina el outcome del estudio debido a que no es restringido el grado de variación de la variable dependiente. Esto es cierto si y sólo si la selección de valores de la variable explicativa no fue realizada en función de determinados valores de la variable dependiente. 9 Cuán Comparable es el Análisis Comparativo? décadas. Una comparación entre ellas ilustra precisamente la visión parcial que se obtiene al excluir el segundo grupo del análisis. Si el estudio se basara únicamente en las democracias establecidas, se inferiría que el porcentaje de aquellos ciudadanos que dicen haber participado en por lo menos una actividad se ha incrementado sistemáticamente desde los 80`s. Sin embargo, la inclusión de las nuevas democracias indica que esta tendencia no ha sido global. Por el contrario, la figura 2 señala que el efecto contrario ha caracterizado a las nuevas democracias luego del cambio de régimen (Inglehart y Catterberg, 2003), resaltando el impacto de las transiciones democráticas en la dinámica participativa. Figura 1 Participación en Actividades de Protesta: Democracias Establecidas average number of activities in which citizens were enganged 2,00 1,80 1,60 1,40 1,20 Established Democracies 1,00 0,80 0,60 0,40 0,20 0,00 before/during regime change after regime change 1981/1991 1995/2001 N=131,786 source: 1981-2001 World Values Survey 10 Gabriela Catterberg Figura 2 Participación en Actividades de Protesta: Nuevas Democracias & Democracias Establecidas % saying they enganged in at least one political act 100 90 80 Established Democracies 70 60 50 Former Soviet Reps. 40 Eastern Europe 30 Latin America 20 10 0 before/during regime change 1981/1991 after regime change 1995/2001 N= 131,786 source: 1981-2001 World Values Survey IV. Observaciones Finales Los nuevos proyectos globales plantean nuevos desafíos en el análisis político comparado, implicando transformaciones profundas en la disciplina. El camino que abrieron Almond y Verba hace más de cuatro décadas ha sido continuado con la expansión de los sondeos globales, los cuales han incorporado sistemáticamente desde los 80s sociedades donde nunca antes se habían realizado sondeos de opinión. Metodológicamente, esta expansión implica (i) la intensificación del debate sobre los efectos potenciales de los problemas de contexto y equivalencia, (ii) el desarrollo de análisis estadísticos que contemplen la variabilidad y peculiaridad de las distintas 11 Cuán Comparable es el Análisis Comparativo? muestras, y (iii) la contemplación de fenómenos en sus múltiples instancias. Teóricamente, esta expansión posibilita un mayor entendimiento de la dinámica de la cultura política en aquellos países tradicionalmente relegados del estudio comparativo por la ausencia de datos disponibles. Si bien el campo por explorar es aún significativo, las encuestas globales han sido un componente clave en el análisis de los procesos de cambio de régimen y consolidación democrática en América Latina, Europa del Este, y el Sudeste Asiático. 12 Gabriela Catterberg Referencias Almond, Gabriel A. and Sidney Verba. 1963. The Civic Culture: Political Culture and Democracy in Five Nations. Princeton: Princeton University Press. Bulmer, M. 1998. “The Problem of Exporting Social Survey Research,” American Behavioralist Scientist, 42 (2): 153-176. Collier, David. 1991. “The Comparative Method: Two Decades of Change,” in Dankwart Rustow and Kenneth Erikson (eds.), Comparative Political Dynamics. New York: Harper Collins, 7-31. Jowell, Roger. 1998. “How Comparative Is Comparative Research?,” American Behavioralist Scientist, 42 (2): 168-177. Kuechler, Manfred. 1998. “The Survey Method: An Indispensable Tool for Social Sciences Everywhere?,” American Behavioralist Scientist, 42 (2): 178-200. 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