Diario de Burgos Fecha: Sunday, December 07, 2014 Página: 20, 21 Nº documentos: 2 Sección: Actualidad Recorte en B/N % de ocupación: 136.65 20 Valor: 2955.94€ Periodicidad: Quincenal Tirada: 13.901 Difusión: 11.598 domingo DB DOMINGO 7 DE DICIEMBRE DE 2014 Diario de Burgos HISTORIA PASIÓN Y ESPIONAJE EN TIEMPOS REVUELTOS LOS ESPÍAS QUE ME AMARON Se llamaba Frances Doble. Triunfó como actriz y vedette en el Londres de los años 20. Se casó con un barón, del que se divorció para vivir una vida de aventuras. Se instaló en Burgos durante la Guerra Civil. Tuvo un tórrido romance con Kim Philby, el mayor espía del siglo XX, y fue cortejada por otro, Tom Burns R. PÉREZ BARREDO | BURGOS rperez@diariodeburgos.es N adie fue inmune a su arrebatadora belleza, al magnetismo de su mirada profunda de ojos azabache, a su sensual sonrisa, al talento y al desparpajo natural que siempre atesoró y que fueron los argumentos con los que, desde finales de años 20, había alcanzado el estrellato en el cine, protagonizando varias películas, y en espectáculos de variedades, convirtiéndose en una de las vedettes más admiradas y deseadas de Londres. Aunque había nacido en la ciudad canadiense de Montreal, Frances ‘Bunny’ Doble se instaló pronto en la metrópoli británica, donde se consagró como artista de primera fila, ingresando en los círculos aristocráticos y burgueses de la época. Así fue como conoció a Sir Anthony H. Lindsay Hogg, barón multimillonario con el que se desposó en 1929, retirándose de los escenarios. En los años siguientes, fue una de las damas de la alta sociedad londinense y entabló amistad con políticos, aristócratas y artistas, como el fotógrafo y modisto Cecil Beaton, del que fue musa y modelo. Pero Frances tenía un carácter rebelde e inconformista, y pronto se cansó de aquella vida de lujo. Y de su marido, del que se divorció pocos años después. Viajó por Europa y conoció España, donde se enamoró del sol, de los toros y de la gastronomía. No le importó en absoluto que el viejo país de la piel de toro estuviera inmerso en una guerra civil. Simpatizó desde el principio con los sublevados, y allá que se fue Frances Lindsay Hogg (conservó el apellido del que había sido su esposo). Salamanca y Burgos fueron las ciudades en las que la bella actriz residió. Y en esta última donde vivió un tórrido y apasionado romance con el que habría de convertirse en el espía Kim Philby, a lo Humprey Bogart. (al servicio de Stalin) más importante del siglo XX: Kim Philby. Pero no fue el único agente secreto que se relacionó con la vedette: también flirteó con ella Tom Burns, editor, británico como Philby pero, como Frances, simpatizante de los franquistas. Philby, con su tapadera de periodista de The Times, tenía la misión, primero, de informar a Moscú de todas las intenciones bélicas de los levantiscos, de cada maniobra y cada avance en los distintos. La otra, más peliaguda, era la de matar a Franco. Philby se ganó al favor de los sublevados escribiendo crónicas muy favorables a este bando, pero aprovechó cada oca- llevarme al cuartel general de la Abwehr, en el convento de las Esclavas de Burgos, y darme explicaciones ante unos inmensos mapas adosados a las paredes y recubiertos con los obligados alfileres de colores. Durante un año poco más o menos, me invitó a comer y a beber con aire casual y, dentro de lo que cabía esperar, resultó ser un contacto útil. A su debido tiempo, se hizo patente que todo el interés que había demostrado hacia mí tenía por finalidad el que le presentara a una dama, conocida mía. Una vez hube satisfecho su deseo, empezó a hacerle proposiciones tanto en materia de espionaje como sobre otras cosas. La dama en cuestión le rechazó, indignada, bajo ambos aspectos y, entonces, la actitud de él hacia mí se hizo distante». Según Burns, Philby alardeó de haber hecho creer al alemán que podría disponer de aquella mujer toda una noche... Ella era una entusiasta franquista y Philby la utilizó para acercarse a los jerarcas sión para acercarse más a la jerarquía. La otra se la ofreció la actriz, diez años mayor que él: gracias a su relación íntima pudo acercarse más a los círculos de poder en los que ella se manejaba como pez en el agua. Philby llegó a utilizar de forma burda a la bella actriz canadiense. Él mismo lo reconoce (elegantemente, claro) en sus memorias, tituladas Mi guerra silenciosa: «El único agente secreto que mostró cierto interés en mí durante los días que pasé en España fue un alemán, cierto comandante Von der Osten, alias Don Julio, que murió a principios de la Guerra Mundial, en un accidente de auto, en Nueva York. Acostumbraba a Con el modisto Cecil Beaton en la boda de Lord Herbert Equerry y Mary Hope. / LIFE FLIRTEOS. En el libro Papá espía (Debate), Jimmy Burns, hijo de Tom Burns revela los encuentros que su progenitor tuvo en Burgos tanto con la vedette como con Kim Philby. Burns -que estaba como ‘cooperante’ en la capital castellana conduciendo ambulancias- y Frances Doble se conocían de los círculos sociales de Londres, cuando ésta era «una joven y efervescente estrella de los escenarios londinenses». Debieron flirtear, pero poco después la canzonetista se casó con aquel barón y se perdieron el rastro. Así recoge Jimmy Burns el primer encuentro que ambos tuvieron en Burgos en ausencia de Kim Philby. «Burns y ella compartieron una velada de nostálgico coqueteo aprovechando la ausencia de Philby, con un menú elegido a propósito por ambos por sus propiedades afrodisíacas. ‘Bunny era una buena compañía diría Burns más adelante-. Todavía puedo verla riéndose de mi Diario de Burgos Fecha: Sunday, December 07, 2014 Página: 20, 21 Nº documentos: 2 Sección: Actualidad Recorte en B/N % de ocupación: 136.65 Valor: 2955.94€ Periodicidad: Quincenal Tirada: 13.901 Difusión: 11.598 domingo DB DOMINGO 7 DE DICIEMBRE DE 2014 Diario de Burgos Frances Doble Lindsay Hogg, belleza años 20. asombro ante el efecto de zumo de limón sobre las almejas frescas, que se movían y alzaban sus periscopios como sorprendidas’». Frances tenía 35 años y estaba ya divorciada. No fue el único encuentro que tuvo con Burns mientras Philby informaba a su periódico (y a Moscú) de lo que sucedía en los distintos frentes. El británi- Tom Burns guarda enorme parecido con Clark Gable. co reconoció que estuvo varios días llevándosela «a cenar y a tomar vinos». Pero ‘Bunny’ estaba locamente enamorada de Philby, y permaneció a su lado mientras es- te estuvo en España. No en vano, después de que el espía a las órdenes de Stalin fuera herido en Teruel (motivo por el que, ironías del destino, el presunto periodista 21 acabó siendo condecorado por Franco en el Palacio de la Isla con la Cruz al Mérito Militar), ambos se reunieron en Tarragona. Así recoge ese pasaje el libro Papá espía: «Llevaba un abrigo de militar con forro de piel que le había dejado un oficial español, como si acabara de salir heroicamente de las trincheras, y su aparente serenidad enmascaraba una profunda tensión interior. En cuanto se sentó a la mesa, pidió una copa: ‘Sus manos temblaban -recordaba Bunny más adelante-, pero su mente estaba completamente despejada». Su carrera como agente doble ya en la Segunda Guerra Mundial terminó separando a ambos. Por su parte, Tom Burns, que permaneció en España en los años 40 tratando de que España no entrara en la contienda para proteger Gibraltar y el Mediterráneo occidental de los ejércitos nazis, conoció a una española, Mabel, hija menor del doctor y escritor Gregorio Marañón, con quien se terminó casando. Regresaría en una postrera ocasión Tom Burns a Burgos, muchos años después, y encontró una ciudad cambiada, desvanecido para siempre el recuerdo de aquellos días de pasión y guerra: «Donde antes había uniformes por todas partes, bullicio de gentes y máquinas, y una sensación de urgencia, Burgos estaba ahora abandonada, como una mujer sin otra cosa que hacer que sus tareas y afrontar el tedio de una vida solitaria».