Leyendas y Mitos Clásicos Ignacio Navarro PERSEO Y ACRISIO Acrisio preguntó al oráculo cómo podría tener hijos. Éste le respondió que su hija Dánae tendría uno, pero que además sería causante de su muerte. Para evitarlo, Acrisio encierra a su hija en lo alto de una torre. Zeus, transformado en lluvia de oro, entró donde estaba Dánae a través de una grieta del techo, y obtuvo el amor de la joven. Nació de ella Perseo sin el conocimiento de su padre, y lo crió durante varios meses, hasta que un día, Acrisio escuchó un grito del niño en la torre. Al verlo, arrojó al mar a madre e hijo encerrados en un cofre de madera. Los naúfragos fueron recogidos por un pescador llamado Dictis, que los acogió en casa y educó al niño con la ayuda de su hermano, Polidectes. Este último se fue enamorando de Dánae, pero no podía satisfacer su pasión, porque Perseo velaba a su madre. Un día durante un banquete, Polidectes preguntó qué obsequio pensaban hacerle sus comensales por su próxima boda con Hipodamía. Perseo contestó que si era preciso, le regalaría la mismísima cabeza de la Górgona mortal (Medusa, cuya mirada directa petrificaba). Polidectes aprovechó la ocasión y exigió el regalo que se le había ofrecido, con el fin de mantener a Perseo alejado de Dánae. Oyendo ésto, Hermes y Atenea acuden en ayuda del imprudente Perseo y le proporcionan medios para cumplir su promesa. Aconsejado por los dioses, se dirige al encuentro de las Grayas, las tres viejas que compartían un solo ojo y un solo diente. Perseo se apoderó del ojo y del diente y se negó a devolverlos hasta que no le revelasen la dirección de las Ninfas. Una vez obtenida la información, se dirigió ante ellas y éstas le prestaron unas sandalias aladas, un zurrón, y el casco de Hades, que hacía invisible a su portador. Por otro lado, Hermes le dio una espada y Atenea un escudo. Se dirigió a la residencia de las Górgonas y las encontró dormidas. Perseo se calzó las sandalias aladas, y mientras Atenea le sostenía el escudo a Leyendas y Mitos Clásicos Ignacio Navarro modo de espejo para que no quedase petrificado, él le cortó la cabeza a Medusa y la guardó en el zurrón. Del cuello decapitado surgieron un caballo alado ( Pegaso ) y el gigante Criasor. De regreso liberó a Andrómeda de la roca a la que se encontraba a causa de la imprudencia de su madre, Casiopea. A cambio pidió a la bella doncella en matrimonio. Volvió con ella a su casa, donde durante su ausencia, Polidectes había tratado de apoderarse por la fuerza de Dánae. Dictis y Dánae se habían refugiado en los Altares, lugar tenido por asilo inviolable. Al enterarse de lo ocurrido, Perseo se presentó allí donde estaba reunido Polidectes y extrajo del zurrón la cabeza de Medusa, transformando a todos los asistentes en piedra. Devolvió todo lo que le había sido prestado y Atenea colocó la cabeza de Medusa en el centro de su escudo. Perseo se dirigió más tarde con Andrómeda a participar en unos juegos que tenían lugar en Larisa. Acrisio, su abuelo, acudió allí como espectador. En el lanzamiento de disco, Perseo golpeó accidentalmente a Acrisio dejando a éste sin vida. De este modo, se cumplió lo que tiempo atrás había revelado en oráculo.