Pastoral de Espiritualidad LECTURA ORANTE DE LA PALABRA EVANGELIO DE LUCAS 24. 46-53 “LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR” Domingo 12 de Mayo 2013 PREPARACIÓN. El corazón es, por decirlo así, el órgano de la Lectio. “Entra en tu cuarto” o sea, en el espacio de tu intimidad, en el lugar de tu corazón. Se generoso con el tiempo. Tu tiempo es de Dios. Entra en oración con tu propia realidad, con todo lo que eres. “¡suplica!” como el rey Salomón:”¡Dame un corazón discernir!” (1Reyes 3,9) generoso para poder Invocación del Espíritu: “¡Ven, Espíritu santo, envía desde el cielo un rayo de tu luz. Ven, Padre de los pobres, ven a darnos tus dones. Penetra con tu santa luz en lo más íntimo del corazón de tus fieles. Ven Espíritu Santo!” LECTURA.- ¿Qué dice el texto de Lucas 24, 46-53? Leer lenta y atentamente el pasaje: Lucas 24, 46-53. Hacer una relectura del texto y quedarse con la palabra, frase o versículo que más toca el corazón. Es el momento, en que Jesús debe separarse de sus discípulos: Israel no entró en este camino de muerte-resurrección. Jesús hace de sus apóstoles los testigos oficiales de su Evangelio: “Ustedes son testigos de todo eso” en otras palabras: “Confío solo en ustedes para predicar en mi nombre a todas las naciones. “Quédense en la ciudad”. Los apóstoles deben esperar la hora de Dios, les conviene dedicarse a la vivencia fraternal, a la oración, esperando la fuerza de arriba… ¿Qué recuerda Jesús de las Escrituras? ¿Cuál era la misión que Jesús dejó a sus apóstoles? ¿Qué le prometió Jesús a sus apóstoles? ¿Por qué Jesús les dijo a sus discípulos que permanecieran en la ciudad? ¿Qué sucedería? ¿Qué sucedió cuando Jesús fue a Betania con sus discípulos? MEDITACIÓN.- ¿Qué me dice o nos dice el texto? El Señor viene a ti, y te procura un hermoso momento para que puedas aplicar el texto a tu propia vida. Empieza preguntándote: ¿Qué me dice el Señor con este texto para mi vida hoy? “Invitándoles a que se conviertan”… ¿He descubierto un amor excesivo de Dios hacia mí? ¿Siento que soy merecedor (a) de ese inmenso amor? Ahí empieza una verdadera renovación interior: la conversión… ¿De qué manera puedo compartir o dar a conocer ese gran amor de Dios hacia sus hijos e hijas? “Los discípulos volvieron muy alegres a Jerusalén.” Una comunidad que toma seriamente la misión, es alegre y contagia alegría. ¿Mi comunidad cristiana, vive la alegría de la misión, a pesar de las luchas y dificultades que existen? ¿Cómo puedo ayudar a mi familia, mi comunidad a ser más unida, a vivir relaciones humanas positivas? ¿Cómo estoy anunciando el Kerigma a mis hermanos? ¿Este anuncio está en el centro de mi Fe? ORACIÓN.- ¿Qué le respondo al Señor luego del regalo de su Palabra? Luego de haber leído y meditado el texto, el corazón está listo para responder al Señor. Deja que el Espíritu del Señor hable por ti a través de tu oración. Compunción del corazón: Nos sentimos desproporcionados ante el inmenso amor de Dios…No somos Dios, somos Adán. Sentimos vergüenza de ser poco misionero de Cristo… pedimos perdón. Suplica: Pedimos al Espíritu Santo la gracia de la renovación interior, de la conversión. Pedimos su alegría para la misión. Agradecimiento: Dios está cerca, es mi amigo…” El Señor está haciendo maravillas en mi” (Lc. 1,49). Agradezco por lo que me toca vivir, por la misión que Dios me ha confiado. CONTEMPLACIÓN.- Dejo que el Señor me hable y me ame. El Señor sabe de mi incapacidad, de mi pobreza. Su presencia sana, restaura… San Juan de la Cruz dice “estar amando al amado”. Contemplamos a Jesús crucificado-resucitado: desde allí, podemos ver vida en el proyecto de Dios, la vida de cada hermano, la vida de nuestra gente… Nuestra unión a Jesús nos dispone a una vida de amor. Adoración, alabanza…. ACCIÓN.- Y ahora ¿Cómo hago vida esta Palabra? ¿A qué me invita Jesús luego con esta Palabra? Luego de haber orado con la Lectura Orante ¿Qué compromiso puedo asumir en relación a la misión? ORACIÓN DE ENVÍO.Rezamos el Padre Nuestro, de manera lenta y reflexiva sin apuros y con gran alegría vamos a nuestras ocupaciones…alabando a Dios!