EL PRIVILEGIO DE SERVIR A DIOS Josué 24:14-18 Servir al Señor es un enorme privilegio. La vida nos da la oportunidad de hacer cosas productivas, entre ellas estudiar, trabajar, viajar, etc. pero solo una cosa hará que nuestra vida se torne significativamente útil, y ésta es, servir a Dios. Un alto nivel de vida, una agenda llena de múltiples compromisos o una larga lista de amigos, no le brindarán la seguridad de haber invertido correctamente su vida, pero quienes sirven con agrado al Señor, saben que la satisfacción que produce no tiene comparación. Pero, ¿qué exige Dios para servirle? DISPOSICIÓN Servir a otros exige disposición. Dicha disposición proviene de la obra del Espíritu Santo a través de la cual, asumimos como nuestra, la urgencia en los planes del Señor. Isaías es el fiel reflejo de un hombre dispuesto a servir a Dios. Entonces oí la voz del Señor que decía: — ¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros? Y respondí: — Aquí estoy. ¡Envíame a mí! Isaías 6:8. 1 Isaías no pidió un bosquejo que detallara las razones y la forma como debía obedecer al Señor, la actitud con la que respondió fue suficiente para posteriormente recibir la instrucción de Dios. Su declaración fue sencilla, pero en el fondo, refleja un deseo profundo por comprometer su vida con la obra de Dios. Lo más probable es que Isaías no contara con una larga lista de capacidades, pero Dios miró con profundo interés la disposición de su corazón, y lo usó. Meditemos: ¿Cuáles consideras que son los limitantes en tu servicio al Señor? RENUNCIA Servir al Señor requiere una firme decisión de renuncia. El Señor no llama al servicio a las personas que no deban sacrificar nada para obedecerle. Alguien dijo: Dios no llama personas desocupadas. El servicio al Señor le exigirá tiempo y el sacrificio de planes personales, pero valdrá la pena. Y todo el que por mi causa haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o terrenos, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. Mateo 19:29. 2 Renunciar quiere decir darle la espalda a nuestra “zona de confort”, a lo que es seguro para nosotros o incluso, a los placeres pecaminosos. Servir al Señor a veces nos exigirá “alejarnos de la orilla, para poder acercarnos al centro del lago”. La renuncia más compleja de todas, puede ser al mismo orgullo o a un amo como los hábitos negativos o apegos que rayan en la idolatría. Ellos mismos cuentan de lo bien que ustedes nos recibieron, y de cómo se convirtieron a Dios dejando los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero. 1 Tesalonicenses 1:9. DETERMINACIÓN La vida siempre nos exigirá que tomemos decisiones. Las decisiones sabias traen dividendos eternos, las decisiones necias siempre producen consecuencias funestas. Los efectos de las decisiones que tomamos basadas en la Palabra de Dios perduran para siempre, rindiendo a nuestro favor ganancias en todas las áreas de la vida y asegurándonos un futuro de abundante bendición. 3 Josué conocía con exactitud los alcances que tendría su decisión de servir al Señor. Era consciente que dicho privilegio sería de bendición para él y su familia, y a la vez, para la nación a la que guiaba. Estas fueron sus palabras: Pero si a ustedes les parece mal servir al SEÑOR, elijan ustedes mismos a quiénes van a servir: a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ustedes ahora habitan. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al SEÑOR. Josué 24:15. Aplicación 1. Sin importar cuál sea tu oficio, decide invertir tu vida en lo que realmente hará que sea útil. 2. Busca el espacio en la iglesia y comprométete a servir a Dios en lo que Él disponga para ti. Para concluir la reunión Jesús dijo: no he venido a ser servido, sino a servir. ¿Cuál es tu actitud frente a la vida? ¿Eres de aquellos que les gusta sentirse servido o de los que buscan servir a otros?