Inmigración judía 1889 - 1914 Segunda ola de inmigrantes La segunda ola, fundamentalmente, trajo judíos, Rumania, Polonia, Ucrania, y, especialmente de Rusia hasta la Primera Guerra Mundial. El año 1889 marca la llegada del primer contingente judío, que escapando de los pogroms y de la política antijudía restrictiva, proveniente de la Rusia zarista. A bordo del vapor Wesser, entre 800 y 900 inmigrantes judíos se aventuran a radicarse en el país. Cabe destacar que en el año 1988 habían llegado judíos de Besarabia en forma totalmente independiente y se afincaron en Monigotes, provincia de Santa Fe. Los pasajeros de Wesser desde su llegada tropezaron con numerosas dificultades. El contrato de compra de tierras firmado en Europa no fue respetado, y tuvieron que volver a comprar tierras situadas en la provincia de Santa Fe. Durmieron en vagones de tren abandonados, hasta que con el correr del tiempo fundaron el primer poblado judío en Argentina: Moises Ville. El grueso de los inmigrantes judíos debió abandonar sus tareas de comerciantes, artesanos e intermediarios que realizaban en Rusia y dedicarse al trabajo de la tierra, que desconocían. Las experiencias de colonización agrícola en la Argentina se desarrollaron a través de la empresa colonizadora JCA la Jewish Colonization Association del Barón Maurice de Hirsch. El gran protagonista de esta etapa fue el proyecto colonizador que diseñó este filántropo alemán para ofrecer un hogar seguro a aquellos correligionarios cuyas libertades eran cercenadas en sus países de origen. Fue así que muchos judíos se radicaron en el interior del país en pequeñas comunidades agrícolas-ganaderas dando origen a la mítica figura de los gauchos judíos. Algunas de las colonias fundadas por estos colonos son Lucienville, Basavilbaso, Rivera, Clara, Dominguez. Durante este período también se asentaron judíos en los centros urbanos que aportaron a los mismos un vigoroso caudal de trabajadores, asalariados, artesanos y obreros. Inmigración judía 1889 - 1914 Por estos años, arribaron también inmigrantes sefaradíes tanto de habla árabe (Siria, Líbano e Irak) como de habla ladina (Turquía, Grecia y los Balcanes), cuyas actividades comerciales en sus países de origen se vieron resentidas por la apertura del Canal de Suez, y la bancarrota del Imperio Otomano. La Alliance Israelite Universelle promovió en esos años la emigración de judíos marroquíes. A fines del siglo XIX todas las escuelas sostenidas por la JCA en las colonias eran dirigidas por graduados de la Alliance de Turquía y Marruecos, conocedores del ladino y el español. El derrumbe del Imperio Otomano intensificó la inmigración de los judíos sefaradim a la Argentina.