Iglesia La Roca – Prédica “Entregarnos Voluntariamente” – (Domingo 08-11-2015) PRÉDICA “ENTREGARNOS VOLUNTA-RIAMENTE” (Domingo, 08 de noviembre de 2015) Pastor Yamil Ismael Amado Señor, Tú ves lo profundo de nuestro ser y no cambia tu amor por nosotros. Guíanos a que este tiempo sea la continuación de la adoración a ti porque tenemos que agradarte en todo tiempo con alabanza, adoración y lectura de tu palabra. Tenemos que honrarte y glorificarte sólo a ti. Padre, que este no sea un tiempo para distraernos sino para seguir en el mismo Espíritu derramado durante la adoración y seas Tú hablando. Ayúdame a transmitir tu Palabra y que no se trate de una idea de hombre sino que sea la Palabra de Dios en cada uno de nosotros. Jesús vino a la tierra como Hombre para restablecer el reino de Dios Me ha llamado la atención el siguiente versículo que habla de la importancia de la manera en que cada uno de nosotros ha recibido al Señor: Colosenses 2:6 “Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él”. A cada uno, el Señor Jesucristo se nos ha presentado de manera diferente. Cuando Jesús comenzó Su ministerio en la tierra, lo primero que dijo es: “Arrepiéntanse, el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 3:2, 4:17). La perspectiva que tenemos como hombres naturales es totalmente diferente a la de Dios ya que muchas veces creemos que Jesús vino sólo a salvarnos. Sería diferente si Jesús decía: “Arrepiéntase, he venido a salvarlos, o arrepiéntanse he venido a perdonar los pecados”, pero, no es eso lo que dijo primero sino: “Arrepiéntanse, el reino de los cielos se ha acercado” El propósito de Jesús en la tierra es volver a establecer el reino de Dios. El perdón de pecados y la salvación son una consecuencia de Su venida a restablecer el reino de los cielos, sin que esto signifique que Dios ha perdido el dominio y la autoridad sobre la creación. Dios hace las cosas a Su manera, es Todopoderoso y ÉL no ha perdido nada sino que es el hombre el que ha perdido a Dios. ÉL quiere restablecer Su reino, pero requiere que cada uno de nosotros entregue su corazón de forma voluntaria. No nos va a forzar, Dios ha hecho una obra completa y está en nosotros aceptarla. Nuestra perspectiva es diferente porque vemos a Jesús como nuestro Salvador, sin entender que la salvación no es el propósito principal. La perspectiva de Dios es siempre la principal. Salmo 110:3 “Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder, En la hermosura de la santidad…” Dios quiere restablecer Su reino en nuestro corazón, y esto requiere que voluntariamente nuestro corazón se vuelva a ÉL. En el Nuevo Pacto que es por gracia, la señal de nuestra salida del mundo es adorar al Señor Como toda la Palabra, el libro de Éxodo es una figura de lo que sucede con cada uno de nosotros. Bajo el Nuevo Pacto, aprendamos a hacer una analogía con el Antiguo Pacto no solamente para aprender historia sino para entender las figuras de lo que sucede hoy en día en nuestra vida. El contexto del siguiente versículo es que Moisés habló con Dios y le dijo no ser nadie para hablar a faraón y sacar de Egipto a los hijos de Israel. Entonces, Dios le respondió: Éxodo 3:12 “Ve porque Yo estaré contigo y esto te será por señal de que yo te he enviado, cuando hayas sacado de Egipto al pueblo servirán a Dios sobre este monte”. Analicemos la respuesta de Dios, ¿cuál era la señal? Servir o adorar a Dios. Todas las veces que Moisés y Aarón se presentaron ante faraón, le dijeron que debía dejar salir al pueblo. Entendamos que la señal no era la salida del pueblo sino adorar a Dios. Conocemos la historia y la pregunta es: ¿Subió el pueblo a adorar a Dios en el monte? En nuestra vida sucede que cuando conocemos al Señor, somos liberados del mundo y estamos como el pueblo judío fuera de Egipto, pero, ¿estamos adorando a Dios? Entendamos que la señal de la salida no es ser liberados sino adorarlo. Juan 15:16 “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé”. Dios es el que nos ha encontrado, no nosotros a ÉL, y la gracia es una muestra de esto. La palabra dice que Noé halló gracia delante de Dios (Génesis 6:8). Los profetas del Antiguo Testamento decían: “Halle gracia delante de tus ojos”, refiriéndose a hallar la gracia de Dios. En el Nuevo Pacto la gracia nos ha hallado, Dios nos ha encontrado, ¡es totalmente diferente! Tenemos que ver desde la perspectiva de Dios y no desde la nuestra. “Deja a mi pueblo ir”, era la orden para salir de Egipto, apartarse y dejar la mezcla y costumbres, y llegar a adorar a Dios, entendiendo que ése era Su propósito. La pascua es la puerta que nos transporta de la tierra al reino de los cielos La salida de Egipto tiene un aspecto muy importante. Todo el capítulo de Éxodo 12 habla sobre la pascua o cordero inmolado, que es una figura de la comunión que debemos tener hoy con Jesús. En el Nuevo Pacto ¿quién es este Cordero inmolado? Cuando vio a Jesús, Juan dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). En Éxodo, Dios dio todas las instrucciones a Su pueblo para que celebren la pascua. Hoy día no tiene que ser diferente ya que también debemos celebrar la pascua. El pastor Fred Gorini nos enseñó a colocar el pan y el vino al centro del lugar de reunión y sentarnos alrededor, entendiendo que si bien con nuestros ojos naturales vemos pan y vino, con nuestros ojos espirituales vemos el Cuerpo y la Sangre. Nos preguntó: ¿Cuál es la puerta que puede transportarnos del mundo natural del reino de la tierra al reino de Dios? Y puso el pan y el vino al centro de todo, parándose él también en el centro, para enseñarnos la puerta 1 Iglesia La Roca – Prédica “Entregarnos Voluntariamente” – (Domingo 08-11-2015) que nos lleva de lo natural a lo espiritual, de un reino a otro. El pan y vino como representación del Cuerpo y Sangre constituyen la puerta para salir de aquí y llegar allá. ¡Esta es la figura de la Pascua, comemos de Cristo y tomamos de Él, entendiendo que éste es el acceso que Dios ha preparado para nosotros, que ésta es la puerta que tenemos que cruzar! ¿Cómo está tu intimidad con Dios?, ¿Estás comiendo de Cristo cada día? ¿Estás tomando de Su sangre cada día? Estudiemos qué nos dice la Palabra al respecto: casamientos” en los días de Noé; en los días de Lot dice: “comían, bebían, compraban, vendían, plantaban y edificaban”, sin nombrar nada malo. En otra versión bíblica, el versículo 28 dice: “El mundo será como en los días de Lot, cuando las personas se ocupaban de los quehaceres diarios. Comían, bebían, compraban, vendían, cultivaban y edificaban. Ése día, se manifestará el Hijo del Hombre.” ¿Acaso ésta no es la descripción de un día en que todo es “normal, así como es hoy para nosotros? Juan 6:54 “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”. ¿Cómo ha sido hoy nuestro día, ha sido todo normal? ¿Hemos comido, edificado, cultivado? Ayer con seguridad que muchos hemos estado en celebraciones. “Ese día se manifestará el reino de Dios”, ¡hoy es ese día! Hoy es el día que todo es normal en nuestra vida y es el día en que nos dedicamos a los quehaceres diarios, como dicen estos versículos, y es en este día que Dios se nos está manifestando. Él es el único camino, no hay otro. Éxodo tiene las instrucciones de Dios sobre cómo comer y beber de ÉL: Éxodo 12:43 “Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Esta es la ordenanza de la pascua; ningún extraño comerá de ella”. Colosenses 1:21 “Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado”. Delante de Él ya no somos extraños, podemos participar de la pascua que es Él mismo porque Dios nos ha encontrado y traído. Éxodo 12:45 dice: “…El extranjero y el jornalero, no comerán de ella”. La Palabra nos dice que ya no somos extranjeros ni advenedizos (Efesios 2:19), sino que Él nos ha acercado a Su reino. El reino de Dios se acerca HOY a nuestra vida y la palabra es: “Sígueme” Cuando hablamos de mirar atrás, generalmente nos acordamos de la mujer de Lot (Lucas 17:32). Es interesante el contexto que describe la venida del reino cuando en Lucas 17:20 un fariseo le pregunta a Cristo: “¿Cuándo vendrá el reino de Dios? Jesús le dice: “El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán helo aquí, o helo allí porque he aquí el reino de Dios está entre ustedes”. Es lo mismo para nosotros, el reino de Dios está entre nosotros y por eso comemos y bebemos de Él, estamos en Él y Él está en nosotros. Siempre se ha leído la venida del reino como una descripción de lo que sucederá los últimos días, cuando la verdad es que corresponde a la descripción del reino de Dios que se acerca a cada uno de nosotros hoy en día. Lucas 17:26-28 “Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban.” ¿Cuál es ese día, a qué día se refiere? Es muy interesante que diga “los días de Noé y los días de Lot”. Todos sabemos que en los días de Noé el pecado y el mal abundaban, así como también sucedió en los días de Lot en Sodoma y Gomorra. Pero, lo interesante es que estos versículos no se refieren al pecado sino que sólo dice: “La gente disfrutaba de banquetes, fiestas y Lucas 17:30-33 “Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste. En aquel día, el que este en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, así mismo no vuelva atrás. Acuérdense de la mujer de Lot. Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará”. Hoy es el día, no podemos hacer nada sobre el pasado y tampoco tenemos ninguna certeza de lo que viene por delante. ¿Sobre qué tenemos certeza? Sobre hoy, ahora, el presente que vivimos, y no sobre más tarde. Sólo podemos actuar sobre el presente, porque nadie tiene la certeza de lo que ocurrirá más tarde, y mucho menos mañana. Hoy es el día que el reino de Dios viene a nuestra vida, hoy es el día que Dios nos dice: “No mires atrás, si estás en la azotea, no bajes, no vuelvas atrás.” Lucas 9:57, 59-62 “Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas…Y dijo a otro: Sígueme. El le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el Reino de Dios. Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios”. Esa es la palabra hoy día: “Sígueme”, hoy es el llamado y el reino de Dios se ha acercado. A cada uno de nosotros, Jesús nos llama de la misma manera. Hoy es un día normal en nuestra vida y el llamado es hoy; nuestra acción hoy debe ser no mirar atrás porque en el reino de Dios, no es apta la persona que mira atrás. ¡Entendamos el significado completo de la obra de la cruz! Así como no debemos mirar atrás una vez que decidimos seguir al Señor sino que tenemos que seguir hacia adelante, tampoco podemos guardar nuestra vida porque entregarla es la única manera de salvarla. ¿Qué pasó durante el éxodo del pueblo judío? Salieron de Egipto y no llegaron a adorar a Dios, y se 2 Iglesia La Roca – Prédica “Entregarnos Voluntariamente” – (Domingo 08-11-2015) quedaron divagando en el desierto durante cuarenta años. ¿Cómo estamos nosotros? Éxodo 13:1 “Jehová habló a Moisés, diciendo: Conságrame todo primogénito. Cualquiera que abre matriz entre los hijos de Israel, así de los hombres como de los animales, mío es”. Después que Éxodo 12 termina con Dios dando las instrucciones de la pascua, el capítulo 13 empieza hablando del primogénito. La figura del primogénito es muy interesante ya que significaba la continuidad del reino para el faraón, el hombre más poderoso en la tierra y que tenía todo el poder sobre el pueblo de Israel. Faraón es figura de Satanás, hoy en día el príncipe de este mundo, quien tiene poder absoluto sobre todos los hombres de la tierra. Aún después que pasaron varias plagas, el faraón continuó empecinado en no dejar salir al pueblo judío. ¿Cuál es el evento que le hizo cambiar de parecer para dejarlo salir? La muerte de su primogénito. Muriendo su hijo, él veía terminado su reino y carente de sentido. Así como el primogénito de faraón, ¿cuál es el fruto o simiente de Satanás aquí en el mundo? Es el pecado y la muerte. ¿A quién ha matado Jesús en la cruz? Al pecado y la muerte. Dios nos dé una revelación de este versículo: Romanos 6:6 “Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado”. En la cruz, Jesucristo ha matado al pecado o primogénito de Satanás, es decir, ha destruido la simiente del reino de Satanás aquí en la tierra. No tiene sentido la continuidad de este reino si ha muerto el fruto o primogénito de Satanás. Y no sólo eso, la consecuencia del pecado era la muerte. Jesucristo murió y resucitó al tercer día, lo que significa que no sólo venció al pecado sino también a la muerte. Entonces, con Su sacrificio, Jesucristo ha dejado a Satanás sin pecado ni muerte, y nos entrega esa victoria a nosotros. ¿Qué dijo Jesucristo? “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí aunque esté muerto vivirá” (Juan 11:25). ÉL nos ha dado la victoria en nuestras manos, ha terminado con el reino de Satanás y ha acercado el reino de Dios a nosotros. Esa es la obra de la Cruz, ¿Cuál es nuestra respuesta? No nos quedemos sólo con el perdón de pecados. Jesucristo resucita y la Palabra dice que empieza a formarse una congregación de primogénitos, primicias de los que se durmieron. Cuando Cristo resucita empieza a formarse una nueva simiente. En la cruz, Jesucristo ha terminado con el reino de Satanás (pecado y muerte) y ha acercado el reino de Dios a nosotros (en Cristo, creación de una congregación de primogénitos). Tengamos la revelación que la obra de la cruz NO se limita sólo a salvación y perdón de pecados Jesucristo ha pagado precio por nosotros, nos constriñe con Su amor y nos pide que nos consagremos a Él Cuando hablamos de una nueva generación de primogénitos, si hacemos una analogía con el éxodo del pueblo judío y su peregrinaje en el desierto, encontramos una característica muy interesante. Números 33 describe todas aquellas jornadas del pueblo de Israel desde su salida de Egipto. Contiene una descripción exacta de todos los lugares que atravesaron y de los que tuvieron que salir. Contando todas las salidas del pueblo judío, son en total 42. Sabemos que el número de generaciones de Abraham a David son 14, de David hasta la deportación de Babilonia son 14, desde la deportación hasta Jesucristo son 14. 14 por 3 es 42 (Mateo 1:1-17). Cristo comienza la generación de los primogénitos, y a partir de ÉL, se está formando y está naciendo la nueva generación de los primogénitos que han vencido al pecado y a la muerte. Por eso tenemos que salir, y si hay que salir 42 veces, salgamos las 42 veces. En Éxodo 13:2, Dios ordenó a Moisés: “Conságrame todo primogénito”, inmediatamente después que ÉL salvó a todos los primogénitos de Israel con la sangre del cordero manchada en el dintel y los dos postes de cada casa. ÉL tenía todo el derecho de pedir todo primogénito. Con Su sangre, Jesucristo nos ha salvado del pecado y de la muerte, por lo que tiene todo el derecho de decirnos que nos consagremos porque ha pagado un precio por cada uno de nosotros. 1 Corintios 6:19-20 “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual habéis recibido de Dios, y que no sois vuestros?, pues habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. Hemos sido comprados por precio y le pertenecemos a Él. Por ello, Jesucristo tiene todo el derecho de decirnos que nos consagremos. Pero Él no opera así, no nos obliga a consagrarnos; al contrario, ¿qué es lo que hace? Nos constriñe con Su amor, no solo no nos obliga, sino que derrama Su amor sobre nosotros. La palabra griega para “constriñe” quiere decir “apretar juntamente, sostener juntamente”. Dios nos llena de Su amor y nos sostiene junto a Él porque Él es amor. ¿Cuál es nuestra respuesta? ¿Estamos conscientes de que hemos sido comprados? ¿Estamos conscientes de que somos amados? Entonces, ahora tenemos un mejor entendimiento de lo que cantamos durante la adoración: “Ves lo profundo de mi ser y no cambia tu amor por mí”. El Señor ha pagado precio por nosotros, no nos obliga a consagrarnos sino que nos constriñe con Su amor, por lo que si esto nos es revelado, la respuesta debe ser nuestra consagración. ¡No puede haber otra respuesta si esto es revelado en nuestra vida! Consagrarse es más que reconocer que Él ha pagado un precio, es más que reconocer que Él nos ha rodeado con Su amor, es declararnos enteramente de Dios en forma voluntaria. Ser enteramente de Dios significa no mirar atrás, no tener mezcla, y permitir que cada detalle de nuestra vida dependa de Él. Eso significa la consagración hoy, en el presente. Es un engaño decir: “Desde mañana voy a comenzar, porque no nos pertenece el mañana”. La consagración es hoy día, en este momento. Debemos responder a todo lo que Dios ha hecho por nosotros, no miremos atrás y hoy día respondámosle. Los capítulos 6 al 8 de Romanos contienen una descripción extensa y detallada de toda la obra de Dios por nosotros. 3 Iglesia La Roca – Prédica “Entregarnos Voluntariamente” – (Domingo 08-11-2015) Romanos 12:1 dice: “Así que, hermanos, les ruego…”, que es como decir “así que”, que es como decir: “”Bueno, ahora que ya ha pasado todo”. ¡Este es el amor de Dios porque ÉL podría obligarnos, reclamar Su derecho porque Él ha pagado el precio! Pero, Él no reclama, no nos obliga sino que paga el precio y nos llena o constriñe con Su amor, y después nos dice: “Les ruego”. No seamos necios y presentémonos como un sacrificio vivo y agradable, tal como dice Romanos 12:1 ¿Cuál es nuestra respuesta? La experiencia cristiana comienza con la consagración, no hay nada antes. La consagración es el primer paso para empezar una vida cristiana. Erróneamente, nos creemos cristianos porque somos salvos y tenemos el perdón de pecados. ¡NO! Estamos comenzando la experiencia cristiana de conocer a Dios y permitir que cada detalle de nuestra vida dependa de Él. La consagración es el inicio, no hay otro. Cuando nos consagramos, todo es de Él y para Él. El Señor dice: “Si no soy Señor de todo en tu vida, no soy Señor de nada”. Así es Dios, Él ha puesto todo y nos dice que consagremos al primogénito porque Él dio a Su primogénito. Padre Amado, gracias que has completado toda la obra. Tú has hecho todo y nos constriñes con tu amor. Señor, has acercado el reino y lo has presentado aquí. Estamos aquí delante, entendiendo que hoy es el tiempo, que hoy es el día de la manifestación de tu reino. Padre, danos la revelación para que podamos responderte voluntariamente, en el Nombre de Jesús. ¡Amén! 4