Los temas tabúes de la visita del Rey de España a

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Los temas tabúes de la visita del Rey de España a
Marruecos
La delimitación de aguas entre ambos países y las fronteras
traumáticas de Ceuta y Melilla no figuran en la agenda de la visita
Por mucho que se esfuercen en demostrar lo contrario las autoridades españolas, la relación con
Marruecos no acaba de ser del todo normal. Ni con la visita de trabajo del Rey de España a Marruecos,
de lunes a jueves de esta semana, acabará de normalizarse.
Un miembro de las fuerzas auxiliares marroquíes pone orden de madrugada, blandiendo una porra, entre los
porteadores que esperan para acceder a Melilla en la frontera de Beni Enzar en 2009.
Abundan los ejemplos de esa relación atípica. Uno de ellos es que hay nueve casos de delimitación
marítima pendientes de resolver empezando por el de la fachada Atlántica, entre Canarias y la costa
marroquí. Las conversaciones iniciadas hace más de 15 años no han dado resultado alguno. ¿Es
imaginable un problema similar con Francia o Portugal? No. Marruecos tampoco reconoce aguas
territoriales a Ceuta y Melilla.
Por la frontera de Ceuta pueden cruzar legalmente las personas, pero no las mercancías. A diferencia
de lo que sucede en Melilla, todos los productos que se exportan desde allí a Marruecos son de
contrabando. Entre Ceuta y Marruecos no hay una aduana comercial. La Asamblea de Ceuta la reivindica,
pero el Gobierno español ni siquiera ha solicitado a Rabat la apertura de una negociación para equiparar
a esta ciudad con Melilla. ¿Es imaginable que las mercancías no puedan ser exportadas legalmente por
tierra de España a Francia, Portugal, Andorra o incluso Gibraltar? No.
Aunque están previstas mejoras, sobre todo del lado marroquí, las fronteras de Ceuta y Melilla, las más
transitadas de África, son también un auténtico Vía crucis para aquellos que las cruzan a diario. Pueden
tardar horas en hacerlo. Las que peor lo pasan por los pesados fardos que trasladan, por las largas colas
y el maltrato que soportan son las miles de porteadoras marroquíes que trasladan mercancías de
contrabando de ambas ciudades a Marruecos.
Hace cuatro años, en mayo de 2009, murieron asfixiadas dos porteadoras en Ceuta y un poco antes
falleció otra en Melilla. Desde entonces no hubo más víctimas mortales, pero sí hubo mujeres heridas y
otras muchas maltratadas. ¿Es imaginable que en los días veraniegos de mucho tránsito mueran o caigan
heridos viajeros europeos en la frontera de La Junquera con Francia o en la Tuy con Portugal? No. ¿Es
imaginable que algunos de los que pasan por la frontera terrestre más transitada del mundo, la de San
Isidro entre San Diego (EE UU) y Tijuana (México), resulten lesionados? No.
De todo esto, y del Sáhara Occidental, la delegación ministerial española que acompaña a Don Juan
Carlos no hablará con sus homólogos marroquíes. Son problemas aparcados, pero que algún día pueden
brotar con fuerza. En lo concerniente al Sáhara los diplomáticos españoles justifican su omisión porque
está en manos de la ONU. Las aguas o Ceuta son, sin embargo, contenciosos exclusivamente bilaterales.
En Rabat hablarán de economía, de comercio y de inversiones. La crisis que azota a España ha hecho
que el Gobierno del Partido Popular mire con otros ojos al vecino del sur convertido ahora en el segundo
socio comercial fuera de la Unión Europea, justo detrás de EE UU. En el ámbito económico todo va
viento en popa excepto las inversiones españolas. Son escasas, comparadas con las de Francia, y las
protagonizan las pymes. Mientras que casi todas las empresas del CAC 40 (índice bursátil de la bolsa de
París) tienen negocios en Marruecos, las del IBEX 35 están en su mayoría ausentes o han reducido su
presencia. Telefónica, que controló la segunda compañía de telefonía móvil, se retiró en 2009.
Don Juan Carlos se hizo acompañar a Marruecos por 27 grandes empresarios y de tres ministros del
área económica que participaran en un foro con sus homólogos marroquíes. Uno de sus objetivos es
lograr que el país sea más permeable a las multinacionales españolas. Ese es el único problema
pendiente con Marruecos que, tras la visita del Rey, puede quedar encarrilado.
Los demás seguirán sin resolverle durante esta luna de miel económica que viven los dos países.
Tampoco se intentaron solucionar durante la primera gran luna de miel bilateral, más bien político, en los
tres primeros años de Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero.
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA
CEMBRERO, Ignacio. Los temas tabúes de la visita del Rey de España a Marruecos. En: El País, Blogs
Internacional [en línea]. 16/07/2013 [Consulta: 16/07/2013]. Disponible en:
http://blogs.elpais.com/orilla-sur/2013/07/los-temas-tabues-de-la-visita-del-rey-de-espana-amarruecos.html
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