Cómo orientar a los niños dotados Servicios Académicos Avanzados Distrito Escolar Independiente de Austin Cómo apoyar y promover una actitud positiva con destino al éxito Definición de bajo rendimiento: El bajo rendimiento puede definirse como una discrepancia entre el desempeño escolar del niño y algún índice de sus habilidades reales. Las habilidades se pueden evaluar usando los puntajes en las pruebas o hasta observando al niño en la casa o en la escuela. (Rimm) Los estudiantes con bajo rendimiento académico muestran una brecha importante entre su habilidad y su productividad y logros en el salón de clases. El bajo rendimiento en la escuela puede ser uno de los retos más frustrantes para un padre interesado en el bienestar de su hijo. Al ir creciendo, los niños van formando sus propias ideas de sí mismos en cuanto a sus puntos fuertes y debilidades en muchas áreas, hasta en sus habilidades como estudiantes. Con el tiempo, los niños crean ideas firmes y algo inflexibles de sí mismos como estudiantes y en cuanto a su habilidad de lograr el éxito escolar. Los estudiantes académicamente exitosos tienden a ser estudiantes optimistas, con la idea de que si hacen el esfuerzo en la escuela, les sucederán cosas buenas y tendrán éxito. Los estudiantes de bajo rendimiento tienden a ser más pesimistas y a tener ideas bastante negativas. Es importante entender que a los estudiantes de bajo rendimiento académico no necesariamente les falta motivación en todos los aspectos. Es posible que estos jóvenes tengan mucha motivación en ciertas áreas de su vida (social, por ejemplo) pero no necesariamente en las áreas importantes para sus padres o maestros. (“Your Child’s Underachievement and What To Do About it.” Douglas C. Varvil-Weld, PhD) Características de bajo rendimiento académico Baja autoestima, comportamiento social negativo Rechazo de los padres (sentido o real) Exteriorización de problemas Desconfianza de figuras de autoridad Sentimientos de haber sido víctima No le gusta la escuela Rebeldía aparente Baja motivación académica Falta de destrezas académicas Menos perseverancia (que lo normal) Baja popularidad entre compañeros Bajo nivel de madurez para su edad Pocos o nada de pasatiempos, intereses y actividades Tendencia a tener fobia a las pruebas Aspiraciones vocacionales superficiales o indefinidas Falta de perspectiva del futuro Actitud vacilante para planear o fijar metas Tendencia de ver y no actuar (Richard Olenchak, 2001) Formas de promover y apoyar la motivación del estudiante Sea usted un ejemplo del éxito para su hijo. Preséntele a otros adultos que sean personas exitosas en las áreas que a él le interesan. Hable con su hijo de lo que usted espera de él y pónganse de acuerdo. Ayude a su hijo a sentirse motivado. Asegúrese de que su hijo tenga tiempo para aprender y practicar las habilidades necesarias para tener éxito. Anime a su hijo a hacer el esfuerzo para aprender y elógielo cuando pueda. Sea estricto al tiempo para los estudios, y haga énfasis en la conexión entre el esfuerzo y los resultados (deje que su hijo batalle a veces). Minimice las cosas que le causen ansiedad a su hijo, especialmente aquellas fuera del contexto académico. (Carolyn Coil, “Motivating Underachievers” 2001; Diane Heacox, “Up from Underachievement: How Teachers, Students, and Parents Can Work Together To Promote Student Success” 1991) Perfiles de estudiantes con bajo rendimiento Diane Heacox,EdD, “Up From Underachievement” La falta de logros puede manifestarse diferente de un estudiante a otro, y las características y los comportamientos pueden ser más difíciles de identificar. Estas descripciones generales no fueron formuladas con el propósito de etiquetar a los estudiantes con tendencias de bajo rendimiento, sino para reconocer las marcadas diferencias que hay entre los estudiantes y crear maneras más apropiadas para brindarles apoyo. El estudiante estresado... El conformista... no cree que la escuela valga la pena y decide esconder sus habilidades por miedo a convertirse en el "cerebrito". "¡No se dan cuenta de que soy inteligente!" también conocido como el perfeccionista, muchas veces se ve agobiado por los resultados emocionales de las fallas o éxitos académicos. "¿Por qué tengo que jugar a la escuelita?" "¡NO es lo suficientemente bueno!" El rebelde... no hace la conexión entre la escuela y el "mundo real" y no ve la relevancia de las actividades o tareas del salón de clases. “¡No es mi culpa!” La víctima... "¡Simplemente no entiendo!" no se hace responsable de su desempeño escolar, da excusas y culpa a los demás por su trabajo mal hecho o incompleto. El estudiante que batalla... enfrenta nuevos retos con nuevo contenido de aprendizaje, donde el aprendizaje quizás era fácil antes. "Estoy muy bien." "¡No puedo con todo esto!" El estudiante que se conforma... está conforme con su rendimiento en la escuela y no siente la necesidad de hacer más, aunque los adultos crean que le puede ir mejor. El estudiante distraído... "No me interesa." El niño que logra metas selectivamente... decide que solamente unas clases son merecedoras de su atención y energía, y opta por solo tener buen desempeño en unas cuantas materias de su elección. "No hay nada nuevo ni emocionante que aprender." tiene problemas personales y preocupaciones que afectan su desempeño escolar, algunas de las cuales aumentan la ansiedad y lo distraen de los trabajos académicos. El estudiante aburrido... necesita actividades más desafiantes, y si no las tiene podría causarle frustración y malos hábitos de trabajo. Servicios Académicos Avanzados, Distrito Escolar Independiente de Austin