"¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si se pierde o se destruye a sí mismo?" Lucas 9:25 Es notable como en época de mundial, todo tiene otro valor. Los habitantes de cada país sufren si su equipo pierde el partido. Y es una tragedia si quedan eliminados. Recuerdo cuando en el mundial de Japón-Corea 2002, Argentina quedó eliminada en la primera ronda. Habíamos llegado para ser campeones y terminamos haciendo las valijas como los peores. A nadie le gusta perder. Todos deseamos ser exitosos y ganadores. Nadie compite para ser segundo. Pero difícilmente, alguna vez en la vida, nos juguemos algo vital, a todo o nada. Nuestra vida es más tranquila, más normal. Ninguno de nosotros se jugaría un millón de dólares en una apuesta, simplemente porque no lo tenemos. Pero si lo tuvieras ¿te lo jugarías? Tienes un 50% de posibilidades de duplicarlo y un 50% de posibilidades de perderlo. Si ganas te llevas todo. Si pierdes, pierdes todo. ¿Qué harías? Tal vez nunca lo sepas, porque jamás vas a tener la oportunidad de tener que decidir. Pero Jesucristo nos enfrentó a una situación similar con esta parábola. Nos contó de un hombre que hizo una gran fortuna, fue un ganador. Logró formar un imperio económico y tuvo plata y poder. Pero un día murió y su alma se despertó en el infierno. Para los hombres había sido exitoso. Para Dios había sido un fracasado y había perdido todo. Había elegido mal. Hoy Jesucristo, nos enfrenta al mismo dilema. Hoy también tenemos que decidir. Tenemos que optar entre elegir las cosas que nos parecen buenas y necesarias o tomar el Reino de Dios. Es cierto que muchas veces no es tan fácil marcar la línea entre lo correcto y lo incorrecto: Estudiar, trabajar, disfrutar de la familia, tener diversión, descansar, salir con los amigos, progresar en la vida son cosas lícitas, buenas y que Dios nos llama a cuidar. Entonces, ¿qué es lo que Jesús nos está pidiendo? Equilibrio al decidir. No está en juego la salvación de tu alma, pero sí, la aprobación de Dios sobre tus actos. Elige bien, no actúes como un perdedor. Paradójicamente, elegir ganar, es vivir como Dios te pide y ser un perdedor para el mundo. Hoy tienes que elegir vivir a todo o nada. REFLEXIÓN - Gana lo que no puedes perder. Tomado de la revista “Momento de Decisión”, www.mdedecision.com.ar Usado con permiso ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.