Yo no quiero a Grey como yerno (50 sombras de Grey)

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Yo no quiero a Grey como
yerno (50 sombras de Grey)
Ni personal ni profesionalmente tenía interés por leer el
libro de las “50 sombras de Grey”, un libro que tiene como
principal objetivo desmitificar y desdramatizar socialmente el
sado-masoquismo como si este tipo de relación sexual sea solo
una opción personal sin nada que ver con carencias
psicológicas que suelen acompañar a este tipo de relaciones
emocionales y pasionales.
No me parecía una forma útil y adecuada de usar mi tiempo con
su lectura. Pero como es un libro que esta catalogado de
“obra literaria /best-seller”, tampoco debía darle la espalda
sin mas… a este nuevo fenómeno editorial. Una persona de total
confianza y con una gran experiencia profesional dentro del
mundo de la lengua y la literatura, se ofreció a enviarme un
escrito sobre su experiencia personal y profesional después de
la lectura de las “50 sombras de Grey”.
No todo lo que se escribe y se vende merece la pena,
reflexionar sobre las “50 sombras de Grey”, nos puede venir
muy bien:
Pensarse dos veces si es una obra para leer, recomendar
o regalar.
Daros motivos y razones personales para no dejarse
arrastrar por el marketing editorial.
Reflexionar que motivos podemos tener para sentirnos
atraídos por la temática de este libro sabiendo ademas
de sus carencias literarias.
Este es el documento escrito que me han remitido, y que su
nombre quiere que permanezca en el anonimato.
YO NO QUIERO A GREY COMO YERNO
Una de mis aficiones preferidas es la lectura. En este largo
caminar, he de reconocer que he leído libros buenos, mejores,
regulares, aburridos, interesantes… pero ninguno tan pésimo
como el best-seller del momento, 50 sombras de Grey.
Decir que literariamente es infumable, no es descubrir nada
nuevo, pues ya lo han dicho numerosos críticos. Pero eso no es
lo peor de su lectura, lo que realmente le hace patético es su
mensaje.
Soy una cuarentona y ya pocas cosas me hacen escandalizarme,
no van por ahí los tiros. En los asuntos de sexo soy bastante
tolerante, siempre y cuando las dos partes seamos igual de
tolerantes, claro.
Es cierto, he leído el libro como tantas personas, y según
avanzaba en esa historia, sin argumento y que flaquea por
todos lados, me iba indignando como mujer, en vez de que mi
líbido fuera creciendo, que por lo visto ese es el principal
sentido de su lectura.
Mi generación ha luchado por intentar que la dignidad de las
mujeres sea algo inviolable, y que palabras como sumisión,
esclava sexual, dependencia afectiva y económica, dominación
masculina, etc… queden borradas de nuestros valores para
desarrollarnos como personas. Por ello me indigno y me
escandalizo, sí. Yo no quiero a un Grey como yerno, porque eso
significaría que mi hija acepta perder su identidad, que hasta
ahora la tiene intacta, y su dignidad, de la que me siento
como madre realmente orgullosa. Tampoco quisiera que mi hijo
se convirtiera en un Grey de andar por casa, qué vergüenza me
daría si para él una mujer no fuera más que un ser al que
dominar y castigar su cuerpo para alcanzar el placer.
Lo grave del caso es que este folletín está escrito por una
mujer de mi generación, ¿pero realmente es esto lo que les
queremos dejar en herencia a nuestros jóvenes? ¿Es
imprescindible volver a los tiempos en los que el patriarcado
se medía por la potencia sexual del macho dominante, en lugar
de por su capacidad de ser un magnífico compañero de viaje?
Me queda la tranquilidad de que este libro, como otros muchos,
sea tan solo un boom editorial y que en el año que vamos a dar
comienzo seamos capaces de pensar más desde el corazón, pero
sin dejar de lado la inteligencia emocional de la que las
mujeres siempre hemos hecho gala.
Pues eso, que mi futuro yerno yo no sé si será guapoguapísimo, rico-riquísimo, listo-listísimo, pero lo que sí
estoy segura es que mi hija buscará en él, un hombre íntegro y
respetuoso, capaz de hacerla disfrutar sexualmente como ella
se merece, sin látigos ni habitaciones sádicas. (R.M.T)
Ser beligerante con el sado-masoquismo en las relaciones
sexuales entre un hombre y una mujer,
es admitir que en el amor verdadero,
pueda existir la corrupción de lo óptimo y lo bueno que tiene
el sexo y el amor en el ser humano.
Si se trafica con el sexo y solo se busca desordenadamente el
deseo sin contemplar el amor, la libertad, el respeto y la
dignidad de las personas, el desarrollo personal se torna
incompleto e impide el verdadero desarrollo emocional/afectivo
y espiritual de los hombres y mujeres que se atraen amándose
de verdad.
“No es lo mismo” hacer el amor que sellar el amor”
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